Huesos humanos fueron utilizados para hacer adornos en el noreste de Europa durante el periodo Mesolítico

Tumba 69, de un hombre adulto, en la isla de Yuzhniy Oleniy Ostrov. Se encontraron colgantes de huesos humanos y animales junto con un colgante de diente de alce en los fémures. Lo más probable es que juntos formaran un adorno en el dobladillo de una prenda o una especie de sonajero. Crédito: Dibujo: Tom Björklund.

No todos los colgantes prehistóricos están hechos de huesos de animales, algunos son humanos. De hecho, un grupo de arqueólogos de la Universidad de Helsinki ha descubierto un par de colgantes de 8.200 años de antigüedad al noroeste de Rusia, realizados con trozos de fémur, dientes y otras partes óseas humanas.

Sin duda, un descubrimiento inesperado para la comunidad científica, pues esos colgantes fueron hallados hace más de un siglo en una fosa común, y ninguno de los equipos de investigación de la época había determinado hasta ahora que se tratara de huesos humanos, según un estudio publicado en Science Direct.

Se colocaron un total de 90 dientes de alce junto a las caderas y muslos del cuerpo de una mujer en la tumba 127 del cementerio de Yuzhniy Oleniy Ostrov , posiblemente atados a una prenda que se asemeja a un delantal. También había colgantes de dientes de alce en la cintura. Además, el cadáver fue rociado con ocre rojo.

Collares, sonajeros y adornos de huesos humano

Para dar con la procedencia de estas piezas, el equipo de la Universidad de Helsinki analizó algunos de estos adornos con un método de investigación bastante novedoso: el análisis de colágeno óseo. Esta técnica permite diferenciar especies animales a partir de las proteínas orgánicas contenidas en sus pequeñas células.

De este modo determinaron que, de los 37 colgantes elaborados con fragmentos de hueso, 12 resultaron ser humanos.

Esa docena de colgantes procedían de tres tumbas diferentes: dos con hombres adultos solteros, y una de un hombre adulto enterrado con un niño. Todos ellos, encontrados en un cementerio en la isla de Yuzhniy Oleniy Ostrov, en el lago Onega, en la región de Carelia, en Rusia, en el que se enterraron a más de 177 personas en el 6200 a.C., durante el periodo Mesolítico.

Los habitantes de esa zona eran, en su mayoría, cazadores, pescadores y recolectores que vivían del comercio marítimo. Con lo cual los colgantes de huesos humanos no eran un accesorio exótico durante el Mesolítico. Por el contrario, eran bastante comunes, pues hasta los bebés sepultados tenían sonajeros con huesos humanos en su interior.

“Mientras que algunos fueron enterrados sin adornos, otros fueron encontrados con muchos colgantes de dientes y huesos. Algunos estaban cosidos en los abrigos”, dice Kristiina Mannermaa (izquierda), arqueóloga de la Universidad de Helsinki

Los huesos humanos y los animales no eran considerados tan diferentes en la Edad de Piedra

Esta circunstancia dispar (unos cadáveres sin huesos de adorno y otros con ellos) desconcertó a los investigadores en un principio. Después de todo, los huesos humanos no parecían ser tratados de manera diferente a otros materiales o animales.

Su tamaño y forma, una vez pulidos, eran similares a los dientes de los animales. Además, fueron tallados con muescas en sus extremos, para poder enrollar una cuerda o un trozo de tela. Por lo tanto, los arqueólogos creen que pudieron ser un reemplazo para los dientes de animales que se habían desprendido de la ropa. “Da la impresión de que, cuando un humano o un animal moría, no veían tanta diferencia en el cuerpo y las partes”, explica Kristiina Mannermaa.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que los habitantes rusos del periodo Mesolítico crearan colgantes así solo porque no le veían valor a los huesos humanos. Puede que, en su cultura, estas piezas tuvieran un significado tan importante como el de los huesos animales en la Prehistoria.

Dos colgantes hechos del mismo fémur humano. Foto: Anna Malyutina/ Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía. Crédito: Kunstkamera.

¿Un colgante único en Rusia?

Quizás nos parezca increíble pensar en colgantes hechos con huesos humanos, pero esta práctica no solo se conoce en lo que ahora es Rusia. En Asia y América del Sur también se han encontrado adornos realizados con partes humanas que se usaban como señal de respeto o apego. Razón por la cual los huesos se trataban con sumo cuidado, al tiempo que se almacenaban después de su uso.

“Usar huesos de animales y humanos juntos en el mismo adorno o vestimenta puede haber simbolizado la capacidad de los humanos para transformarse en animales en sus mentes. Sabemos que tal confusión de formas y fronteras ha sido y sigue siendo parte de la cosmovisión de los pueblos indígenas”, señala Kristiina Mannermaa.

Aunque también se han encontrado restos humanos asociados al canibalismo en la Europa de la Edad de Piedra, principalmente fueron utilizados con fines rituales, como es el caso de los collares de dientes de hace 6000 a.C., que hallaron en un lugar llamado Vedbaek Henriksholm Bøgebakken, en Dinamarca. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, el desgaste de las piezas no permitió al equipo encontrar marcas y hendiduras que estas prácticas suelen dejar en los huesos. "Ello quiere decir que no tenemos motivo para sospechar de prácticas de canibalismo en base a los descubrimientos llevados a cabo en Yuzhniy Oleniy Ostrov”, precisa Mannermaa.

Collares de dientes de hace 6000 a.C., encontrados en un lugar llamado Vedbaek Henriksholm Bøgebakken, en Dinamarca.

Entonces, ¿cuál era el significado de estos colgantes rusos? No lo sabemos.

La escasez de pruebas ha hecho muy difícil determinar si estas piezas se crearon como un rito de apego o de canibalismo. Es por eso que los arqueólogos se han propuesto ahora determinar la identidad de los huesos. Si la persona de la que provino la pieza estaba relacionada con las personas que fueron enterradas, entonces puede que estos colgantes de huesos sean solo una demostración de afecto que los seres humanos hemos dejado atrás.

Fuente: tekcrispy.com | helsinki.fi | 11 de julio de 2022

Revelado el misterio del 'Señor del Universo' de la antigua Palmira

Primer plano de una inscripción en la que se hace referencia al 'Dios anónimo'. Crédito: Aleksandra Kubiak-Schneider.

Una misteriosa deidad de la antigua Palmira (Siria) finalmente ha sido identificada: conocido como el "Señor del Universo", el nombre del Dios nunca se escribió directamente en los registros de la vieja ciudad, que floreció hace unos 2.000 años como un centro de comercio que conectaba el Imperio Romano con las rutas comerciales de Asia. Al parecer, el Dios no tenía nombre porque, en realidad, hacía referencia a la figura divina en general y no a un Dios en concreto.

Una investigación realizada por la científica Aleksandra Kubiak-Schneider (izquierda), de la Universidad de Wrocław, en Polonia, arroja luz sobre un misterio de siglos: la identidad del llamado "Señor del Universo" de la antigua Palmira, una deidad sin nombre que aparece de esta forma en numerosos registros históricos y antropológicos. Ahora, el nuevo trabajo científico parece haber resuelto el enigma.

Un punto de contacto entre Roma y Asia

Palmira fue una antigua ciudad ubicada en el desierto de Siria: en la actualidad solo quedan en pie sus amplias ruinas, que son el epicentro de una intensa actividad turística internacional. La antigua urbe funcionó como la capital del Imperio de Palmira, bajo el fugaz mandato de la reina Zenobia, entre los años 268 y 272 después de Cristo. En 1980, las ruinas de Palmira fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Aunque Palmira existió durante milenios, la ciudad brilló especialmente hace unos 2.000 años, cuando cumplió el papel de nexo comercial entre el Imperio Romano y Asia, por ejemplo en torno a la Ruta de la Seda. En ese marco, se han logrado identificar enigmáticos grabados, inscripciones y registros que hacen referencia a un Dios anónimo, mencionado como el "Señor del Universo" pero sin una identificación concreta.

Altares con la inscripción "Aquel cuyo nombre es bendito para siempre". Museo de Palmyra. Crédito: Aleksandra Kubiak-Schneider.

El hecho ha cautivado especialmente a arqueólogos, antropólogos e historiadores, porque la cultura religiosa de ese periodo histórico se caracterizaba por deidades con una personalidad definida, un nombre específicos y atributos fáciles de recordar. ¿Quién era, entonces, el misterioso “Señor del Universo” de Palmira?

Un mensaje para muchos dioses

De acuerdo a un artículo publicado en Science in Poland, una página web de noticias científicas dirigido por el gobierno polaco, Kubiak-Schneider descubrió en su investigación que el "Dios anónimo” mencionado en las inscripciones de Palmira no es un único Dios, sino múltiples deidades que incluyen a Bel-Marduk, la deidad patrona de la antigua ciudad de Babilonia, y a Baalshamin, deidad suprema en la mayoría de los pueblos semitas y que fue especialmente venerado en la antigua Palmira.

Altar con la inscripción: 'Aquel cuyo nombre sea bendito para siempre, el bueno. Dedicado por Taimar y Shalmallat, porque lo llamaron y él les respondió en la hora de la angustia. Hizo un milagro en el día de la justicia. En el mes de Ayar, CE 214'. Crédito: Aleksandra Kubiak-Schneider.

Sin embargo, la investigadora sostiene que la gente no mencionaba el nombre de las deidades como señal de respeto. En realidad, cuando las personas realizaban las inscripciones invocando la intervención divina no buscaban comunicarse con un Dios específico, sino con cualquier entidad suprema que escuchara sus oraciones.

Para la investigadora, no había un “Dios anónimo” sino una referencia general a la protección divina, que era invocada bajo la forma de “Señor del Universo”. Según un artículo publicado en Live Science, Kubiak-Schneider concluyó en su estudio, luego de comparar las inscripciones halladas en Palmira con registros encontrados en toda Mesopotamia que datan del primer milenio antes de Cristo, que cada Dios que escuchaba y mostraba favor a las solicitudes merecía una alabanza eterna por parte de la población. En este sentido, descubrió que se hacía referencia a los dioses adorados en Mesopotamia con nombres similares al dios anónimo de Palmira. Por ejemplo, "Bel-Marduk", el dios supremo de Babilonia, también se conocía como "el misericordioso". La frase "señor del mundo", un título similar a "señor del universo", a veces se usaba para referirse a Baalshamin, un dios del cielo, según informó Kubiak-Schneider a Science in Poland.

Un oasis en el desierto sirio, al noreste de Damasco, Palmira contiene las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo. / Getty Images.

De esta manera, sostiene que las referencias descubiertas en la antigua Palmira mencionan, en realidad, a lo divino en general y no a un único Dios “oculto” en particular. Los resultados del trabajo fueron incluidos en 2021 en un libro electrónico publicado por la editorial Brill, con sede en los Países Bajos. La mayoría de los colegas de Kubiak-Schneider han indicado que el estudio aporta datos interesantes, pero que su hipótesis deberá ser corroborada mediante nuevas investigaciones.

Fuentes: levante-emv.com | ngenespanol.com| 13 de julio de 2022

El ADN de una población antigua del sur de China sugiere raíces asiáticas en los nativos americanos

Vista lateral de la calota craneal desenterrada en la Cueva del Ciervo Rojo, Maludong, China. Crédito: Xueping Ji

Por primera vez, los investigadores han secuenciado con éxito el genoma de antiguos fósiles humanos del Pleistoceno tardío en el sur de China. Los datos, publicados el 14 de julio en la revista Current Biology, sugieren que estos misteriosos homínidos pertenecían a una rama materna extinta de los humanos modernos que podría haber contribuido al origen de los nativos americanos.

"La técnica del ADN antiguo es una herramienta realmente poderosa", dice Bing Su (izquierda), del Laboratorio Estatal de Recursos Genéticos y Evolución, Instituto de Zoología de Kunming y miembro de la Academia de Ciencias de China. "Nos dice definitivamente que los fósiles de la gente de la Cueva del Ciervo Rojo eran humanos modernos en lugar de una especie arcaica, como los neandertales o los denisovanos, a pesar de sus características morfológicas inusuales", dice.

Los investigadores compararon el genoma de estos fósiles con el de personas de todo el mundo. Descubrieron que los huesos pertenecían a individuos que estaban profundamente vinculados a la ascendencia de los nativos americanos del este de Asia. Al combinar estos datos con investigaciones anteriores, los resultados les han llevado a proponer que algunas personas del sur de Asia oriental habían viajado hacia el norte, a lo largo de la costa del actual este de China a través de Japón, y llegaron a Siberia hace decenas de miles de años. Luego cruzaron el Estrecho de Bering entre los continentes de Asia y América del Norte y se convirtieron en las primeras personas en llegar al Nuevo Mundo.

El viaje para llevar a cabo esta investigación comenzó hace más de tres décadas, cuando un grupo de arqueólogos en China descubrió un gran conjunto de huesos en Maludong, o Cueva del Ciervo Rojo, en la provincia de Yunnan, en el sur de China. La datación por carbono mostró que los fósiles eran del Pleistoceno tardío hace unos 14.000 años, un período de tiempo en el que los humanos modernos habían migrado a muchas partes del mundo.

(A) Imágenes del sitio de excavación llamado Maludong (Cueva del Ciervo Rojo) y la calota del cráneo MZR desenterrada (MLDG-1704). Los restos de homínidos, incluida la calota del cráneo, se descubrieron en el lugar indicado (estrella blanca) del sitio de Maludong, el cual se encuentra en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China (estrella roja). Se indican las ubicaciones geográficas de las muestras de ADN publicadas de más de 7.000 años en el este de Asia y se agrupan en dos períodos de tiempo, el Pleistoceno tardío (∼45.000 a 11.700 años) y el Holoceno temprano (∼11.600 a 7.000 años).
(B) Diferentes puntos de vista de la calota craneal MZR (MLDG-1704) (de izquierda a derecha: vista frontal diagonal, vista lateral izquierda, vista anterior, vista de la cavidad craneal y vista superior).La muestra para la extracción de ADN (una pieza de 2 × 3 cm) se presenta a la derecha.

El equipo de investigación halló en dicha cueva una calota craneal de homínido con características tanto de humanos modernos como de humanos arcaicos. Por ejemplo, la forma del cráneo se asemejaba a la de los neandertales y su cerebro parecía ser más pequeño que el de los humanos modernos. Como resultado, algunos antropólogos pensaron que el cráneo probablemente pertenecía a una especie humana arcaica desconocida que vivió hasta hace relativamente poco tiempo o a una población híbrida de humanos arcaicos y modernos.

El sitio de excavación de Maludong (Cueva del Ciervo Rojo). Crédito: Xueping Ji.

En 2018, Bing Su, en colaboración con Xueping Ji (izquierda), arqueólogo del Instituto de Reliquias Culturales y Arqueología de Yunnan, y otros colegas, extrajeron con éxito ADN antiguo una calota craneal. La secuenciación genómica mostró que el homínido pertenecía a un linaje materno extinto de un grupo de humanos modernos cuyos descendientes se encuentran en la actualidad en el este de Asia, la península de Indochina y las islas del sudeste asiático.

"También se muestra que durante el Pleistoceno tardío, los homínidos que vivían en el sur de Asia oriental tenían una rica diversidad genética y morfológica, cuyo grado es mayor que en el norte de Asia oriental durante el mismo período. Ello sugiere que los primeros humanos que llegaron por primera vez al este de Asia se establecieron inicialmente en el sur antes de que algunos de ellos se mudaran al norte", dice Bing Su. "Es una prueba importante para comprender la migración humana temprana".

Las pruebas f3 (muestras globales del Pleistoceno tardío y del Holoceno temprano, a partir de la calota hallada) indican una relación relativamente estrecha de la misma con los primeros nativos americanos. Los valores de f3 se presentan en un degradado de color.

En el futuro, el equipo planea secuenciar ADN humano más antiguo de fósiles del sur de Asia oriental, especialmente los que son anteriores a la población de la Cueva del Ciervo Rojo.

"Tales datos no solo nos ayudarán a tener una imagen más completa de cómo migraron nuestros antepasados, sino que también contendrán información importante sobre cómo los humanos cambian su apariencia física al adaptarse a los entornos locales a lo largo del tiempo, como las variaciones en el color de la piel en respuesta a los cambios experimentados de exposición a la luz solar", concluye Bing Su.

Fuente: phys.org | de julio de 2022

La exposición 'Arqueología canaria en Egipto' llega al madrileño Museo de San Isidro

El Museo de San Isidro acoge, desde el 8 de julio, la exposición Arqueología canaria en Egipto. Fotografías de José Miguel Barrios Mufrege en la tumba tebana 209, Luxor, una muestra gratuita que cuenta el desarrollo de la investigación en la tumba tebana (TT) 209 durante diez años de campañas en Luxor. Pero no lo hace desde el más habitual enfoque académico, sino a través de la mirada sensitiva del fotógrafo de la misión, José Miguel Barrios Mufrege.

Barrios Mufrege (izquierda, Londres, 1966) es un fotógrafo canario especializado en fotografía deportiva, de naturaleza y arqueológica que, desde 2013, forma parte del `Proyecto dos cero nueve´. Su trabajo no se limita a las labores de documentación gráfica de la excavación y de los materiales recuperados, propias de un fotógrafo de misión, sino que también ha captado los numerosos momentos cotidianos en los que están presentes objetos, personajes, lugares y grupos humanos.

A lo largo de un recorrido por cincuenta imágenes se invita al visitante a conocer las personas, las actividades y el entorno en el que se desarrollan los trabajos arqueológicos de esta misión.

Sus fotografías conducen desde los objetos inanimados a las gentes que los recuperan o que los estudian, desde sus rutinas y procesos técnicos a sus emociones por el hallazgo, desde las incomodidades y estrecheces de la excavación al impresionante escenario natural que constituyen el desierto y la montaña tebana, introduciendo al visitante en el ámbito más cotidiano de una misión arqueológica en Egipto.

El nubio Nisemro

El `Proyecto dos cero nueve´, auspiciado por la Universidad de La Laguna, nació en 2012 con los objetivos de documentar, estudiar y conservar la TT 209. Esta tumba se construyó en la ladera de un wadi o rambla de la orilla occidental del Nilo, cercana al Rameseum, frente a la actual ciudad de Luxor.

Hasta esa fecha, la TT 209 estaba escasamente estudiada. Durante los diez años de trabajo transcurridos se ha documentado la práctica totalidad de la tumba, descubriéndose sus monumentales estructuras exteriores, así como un ala lateral subterránea con varias cámaras funerarias que han proporcionado una gran cantidad de materiales, todo ello desconocido hasta la intervención del equipo canario. Como colofón, se ha identificado a su propietario, un poderoso personaje de origen nubio llamado Nisemro que ocupó el cargo de responsable de los recursos económicos egipcios, y se ha podido establecer su datación en las postrimerías del siglo VIII antes de la era común, durante la Dinastía XXV, un periodo de dominio nubio sobre Egipto que empieza a ser mejor conocido gracias, entre otros, a los trabajos de esta misión española.

La exposición, que ya ha sido vista en varias localidades canarias, ha sido organizada en Madrid por el Museo de San Isidro en colaboración con la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna. La muestra, además, forma parte de los actos con los que el Ayuntamiento de Madrid quiere celebrar el cincuentenario de la inauguración del Templo de Debod en nuestra ciudad.

Arqueología canaria en Egipto. Fotografías de José Miguel Barrios Mufrege en la tumba tebana 209, Luxor

Museo de San Isidro. Los orígenes de Madrid. Plaza de San Andrés, 2

Del 8 julio al 27 noviembre

De martes a domingos y festivos: de 10 a 20 horas*. Lunes, cerrado

* Del 15 de junio al 15 de septiembre el cierre de las salas será a las 19 horas.

Entrada gratuita

Comisariada por Miguel Ángel Molinero Polo, Universidad de La Laguna, Tenerife. Director del Proyecto dos cero nueve.

Fuente: diario.madrid.es | 4 de julio de 2022

Inauguran el Museo Lapidario de Valeria (Cuenca)

El vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, ha destacado la importancia del patrimonio arqueológico como “el tesoro por explotar” para la dinamización de los municipios afectados por la despoblación.

Ha sido durante la inauguración del Museo Lapidario ubicado en la Iglesia de Santa Catalina, en pleno yacimiento arqueológico de Valeria, en Cuenca, donde el vicepresidente ha señalado que el turismo de patrimonio se ha convertido en una de las grandes actividades que pueden “sustentar el desarrollo de muchas comarcas de Castilla-La Mancha” y suponer el crecimiento de nuestros pueblos.

Ejemplo de ello, ha dicho, es Valeria, una localidad que ha hecho de su yacimiento arqueológico un revulsivo económico recuperando espacios como la Iglesia de Santa Catalina, que ha sido habilitada para albergar el museo donde se exponen piezas del yacimiento para acercarlas a la ciudadanía y que servirá como reclamo turístico.

“Este municipio ha sabido rehacer prácticamente toda su actividad en torno a este yacimiento y hoy es referente a nivel nacional”, ha apuntado el vicepresidente que ha destacado la implicación del Ayuntamiento y de los vecinos con su yacimiento “porque son conscientes del valor patrimonial y del potencial turístico que tienen estas zonas”.

Tras descubrir la placa inaugural, junto al alcalde de la localidad, Juan Pedro Martínez; la delegada de la Junta en Cuenca, María Ángeles Martínez; la delegada de Educación, Sonia Isidro; la subdelegada del Gobierno en Cuenca, María Luz Fernández; y el diputado provincial de Patrimonio y Cultura, Miguel Ángel Valero; el vicepresidente ha recordado que el nuevo museo ha contado con el apoyo de todas las administraciones que han invertido cerca de 250.000 euros para hacerlo realidad.

Cerca de medio centenar

La Iglesia de Santa Catalina ha sido recuperada y preparada para albergar algunos de los objetos que se han ido encontrado en los trabajos de excavación en el yacimiento arqueológico de Valeria.

Son cerca de medio centenar de piezas las que se exponen en este entorno, previamente catalogadas, entre las que se destacan capiteles, pilastras, epígrafes funerarios, zócalos de pedestal, entre otros.

Una región que apuesta por el patrimonio y no por el ATC

Finalmente, el vicepresidente ha reiterado la apuesta del Ejecutivo regional por el patrimonio cultural, arqueológico o la gastronomía, todas las señas de identidad de la Comunidad Autónoma. “Hay otra gente –ha dicho– que está pensando en otras maneras de desarrollo que no queremos”.

Y en este punto ha insistido recordando que “no queremos residuos nucleares en nuestra comunidad autónoma. (…). Mientras García-Page sea presidente de esta región, no habrá cementerio nuclear en esta tierra, no habrá residuos nucleares. No los queremos. No creemos que ese sea el futuro para esta tierra”.

Fuente: lasnoticiasdecuenca.es| 17 de julio de 2022

Descubierto un pecio romano de "excepcional importancia" en el mar Adriático

Imagen de una inmersión en el pecio romano descubierto en el golfo de Trieste.

Un pecio romano del que no se tenía constancia, así como una serie ánforas y jarras hundidas entre los siglo III y I a.C., han sido recuperadas cerca de la desembocadura del río Timavo, en el golfo de Trieste, en el mar Adriático, al noreste de Italia.

Se trata de un "descubrimiento de excepcional importancia histórica para la zona del alto Adriático" realizado por la Armada de Carabineros para la Protección del Patrimonio Cultural (TPC) de Údine durante los controles habituales que se efectúan en los sitios arqueológicos sumergidos.

La embarcación está en medida parte sumergida a cinco metros de profundidad y, por las partes del casco visible, se calcula que su eslora mide 12 metros, aunque "podría tener al menos el doble de largo y no menos de ocho metros de ancho", se explica en un comunicado hecho público por los carabineros. Un primer estudio de la embarcación ha desvelado que se construyó con una técnica de mortaja con tablones de madera de unos 15 centímetros de anchura.

Foto: El naufragio del barco romano encontrado entre Grado y los Foci del Timavo - Carabinieri - Nucleo TPC Udine.

La actividad de los investigadores se centró cerca de la isla de Grado, donde en el año 2000 se encontró otra embarcación romana del siglo III a.C., y donde antiguamente se encontraba el puerto fluvial de Aquilea, desde el cual se iniciaba una importante ruta comercial que se conectaba con el resto de Italia y otras comunidades griegas.

En esa zona se hallaron dos ánforas acéfalas del siglo I a.C. y un cuello de jarra y otro de ánfora del siglo III a.C. También se hallaron varias ánforas cerca de la desembocadura del río Timavo, donde había una importante villa romana destinada a la producción agrícola y pesquera, y de donde procedería este objeto.

Por otra parte, se localizó un proyectil datado en la II Guerra Mundial y atribuible "a las baterías antiaéreas colocadas para defender el importante complejo industrial de construcción naval".

Todos los objetos arqueológicos recuperados fueron trasladados a la unidad de arqueología de la región de Friuli-Venecia Julia, cuya capital es Trieste, y donde se restaurarán y catalogaran para ampliar las investigaciones históricas sobre la importancia de esta zona en la Antigua Roma "como centro marítimo".

Fuente: elespanol.com | 15 de julio de 2022

Hallan lascas de sílex de hace unos 30.000 años que talló un individuo en Valdeprovedo, Atapuerca (Burgos)

Foto: Excavaciones en el asentamiento al aire libre de Valdeprovedo. / TOMÁS ALONSO/ICAL

Unas lascas de sílex de hace unos 30.000 años, que se corresponden con el Paleolítico Superior, evidencian “una acción puntual de media hora” de un individuo que estuvo tallando en el asentamiento al aire libre de Valdeprovedo, en Atapuerca (Burgos). Es la hipótesis que maneja el equipo de investigación de Atapuerca (EIA) tras encontrar en este nuevo sitio arqueológico “un bloque de sílex” o “un sitio puntual donde un individuo ha tallado unas herramientas, cuyas piezas retocadas se las ha llevado, y ha dejado solo lo que no utilizaron”, según explicó hoy una de las coordinadoras del yacimiento, Marta Navazo, investigadora de la Universidad de Burgos (UBU), junto al geólogo Alfonso Benito, del Cenieh.

Se trata, dijo, de unas piezas de sílex que es “un evento” y que podrán ser “reconstruidas”. El codirector del proyecto Atapuerca, Eudald Carbonell, que fue quien encontró estas lascas de sílex, valoró que “es una fotografía del pasado” que aporta gran información de “un evento de la Prehistoria”. “Es un evento tipo pompeyano”, exclamó.

Foto: El codirector de los yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell.

En la campaña de excavaciones de este año se comenzó a trabajar en un nuevo sitio arqueológico. Se trata del yacimiento de Valdeprovedo situado en las inmediaciones de la sierra de Atapuerca y descubierto por uno de los codirectores del Proyecto Atapuerca, el profesor Eudald Carbonell.

“Hemos recogido una acción de entre quince y veinte minutos de hace unos 30.000 años (Paleolítico Superior)”, resaltó Carbonell, al tiempo que subrayó que “es importante en cuanto a que Atapuerca iniciará pronto las excavaciones en Paleolítico Superior porque estamos en Neolítico y seguramente tendremos minerales magdalenienses”.

Asimismo, apuntó que el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) quiere que los asentamientos al aire libre “expliquen” los yacimientos de las cuevas que se excavan y no al revés; algo que “por primera vez” ocurre con los hallazgos encontrados en Valdeprovedo. En este sentido, relató que “la persona que vino a tallar estas herramientas de sílex lo hizo solo y se sentó a la orilla del río mientras tallaba las piezas dejando el resto descuartizado y el núcleo”, informa Ical.

Por ello, indicó que “probablemente sea un yacimiento del Paleolítico Superior, con una antigüedad de entre 30.000 y 40.000 años” y explicó que las piezas de sílex encontradas hasta el momento en la sierra de Atapuerca tienen unas características que "se corresponden con unas lascas muy espesas y cuadrangulares, mientras que las encontradas en este asentamiento al aire libre son de una industria muy laminar y muy finas que contrastan con las que se tenían hasta ahora”, dijo.

Durante esta campaña arqueológica, un equipo formado por nueve personas, realizó durante los quince días que ha durado el trabajo -que ya dan por “amortizado” y “finalizado”- un sondeo para verificar la existencia de nivel o niveles arqueológicos en secuencia estratigráfica. En primer lugar, se realizó una limpieza del corte, se desbrozó la superficie del terreno y se abrió una cata de entre 12-16 metros cuadrados, donde se excavaron los posibles niveles arqueológicos. Finalmente, se realizó un estudio sobre la estratigrafía y se tomaron muestras del sedimento para su estudio en el laboratorio.

Foto: Cada yacimiento cuenta con red wifi y ordenador para procesar la información, PDA para registrar los hallazgos e impresora de etiquetas. SANTI OTERO.

“Altas cantidades de progesterona”

Por otra parte, un grupo de siete personas del equipo de investigación de Atapuerca (EIA) "han extraído altas cantidades de progesterona del yacimiento de Cueva El Mirador, en Atapuerca (Ibeas de Juarros, Burgos), que habla de la buena conservación de los sedimentos". Así lo destacó hoy su coordinador Josep María Verges, quien subrayó que de la zona de redil han aparecido sedimentos de marcadores y hormonas, que hablan, explicó, de “la buena conservación de los sedimentos”.

El uso de la cueva está relacionado principalmente con el uso de la cavidad como corral por las comunidades prehistóricas agrícolas y ganaderas. En la actualidad, indicó que se excava en dos sondeos (sector 100 y sector 200) siguiendo escalonadamente la pared de la cueva donde se ha hallado un enterramiento colectivo Calcolítico y los niveles en los que la cueva se utilizó como corral.

En este sentido, Verges destacó que "lo más interesante de esta campaña es que se ha visto que aparecían restos de ovejas y cabras inmaduros (algunos fetos o neonatos) y que se ha detectado también presencia en un nivel concreto de altas cantidades de progesterona, la hormona relacionada con el ciclo menstrual, el parto, que nos está informando de que probablemente en esa zona apartaban a las hembras gestantes o que habían parido, del resto del rebaño”.

Una práctica, resaltó, que también se hace en la actualidad por parte de los pastores y que, según sostuvo, “arranca del Neolítico, de hace 6.000 años”. “Es de destacar porque necesita de una conservación excepcional del sedimento”, afirmó, al tiempo que consideró "que estas hormonas se conserven en el sedimento es muy raro ya que normalmente, con el cambio de temperatura desaparecen y aquí se han conservado”.

En el otro sector, en el que también es una zona en la que hubo rebaños, dijo, además "se trata de una zona en la que está más mezclado el material relacionado con actividades domésticas, pero que sale muchísimo objeto de vida cotidiana como cerámicas, industria lítica, hueso, punzones, ornamentos, dientes perforados, brazalete de mármol… Como si fuera el basurero porque se acumula mucho material”, apuntó.

Yacimiento de Cueva del Mirador FOTO: SANTIAGO OTERO RAMIRO.

Buscando las galerías

La Cueva de El Mirador se excava desde el año 1999 por un equipo de entre cinco a siete personas. El primer sondeo de 6 metros cuadrados, excavado en el área central de la cavidad entre los años 1999 y 2006, permitió conocer la potencia de la secuencia. Hasta el momento, se sabe que esta secuencia representa una parte importante del Holoceno, con niveles desde el Neolítico antiguo hasta la Edad del Bronce, así como un nivel Magdaleniense que corresponde al Paleolítico superior.

Durante la presente campaña en la Cueva de El Mirador se ha continuado interviniendo en los sectores 100 y 200. En el sector 100, y siguiendo la dinámica de campañas anteriores, se continuó con la estrategia de profundizar de forma escalonada, pegados a techo y a la pared norte, con el objetivo de conocer la progresión de la cavidad en el plano horizontal.

Durante la campaña de 2019 se pudo comprobar que la pared de la cavidad se cierra ligeramente debido a las irregularidades de la misma, reduciendo así la extensión prevista. En el sector 200, tal y como se ha ido realizando en las campañas anteriores, se desciende en vertical, como en un sondeo convencional. En este sector, de momento, las paredes no se abren lo suficiente como para intentar un avance en horizontal.

Así, el coordinador de este yacimiento reconoce que están a la espera de “a ver si aparece un agujero por donde nos podamos meter hacia las galerías porque se piensa que es una gran boca que tiene que dar acceso a un sistema kárstico y de galerías que se desconoce y que en el proceso de buscar las galerías, nos va saliendo mucho material”. Asimismo, durante la campaña se realiza la flotación y el lavado de sedimentos que se extraigan durante la campaña.

Fuente: larazon.es| 15 de abril de 2022