LA ÚNICA CAPITAL EUROPEA DE NOMBRE Y ORIGEN ÁRABES




La huella olvidada del Madrid árabe

Una veintena de historiadores denuncia el abandono de algunos restos y reclama el impulso de una ruta turística por los vestigios andalusíes
La muralla islámica, construida en el siglo IX por el emir Mohamed I, abarcaba un perímetro de 9 hectáreas - MAYA BALANYA

Poco más de 120 metros de bloques de sílex y sillares de caliza unidos con argamasa resisten desde el siglo IX a los avatares que ha vivido la ciudad que emergió al abrigo de sus muros. Este lienzo de la muralla islámica, situado frente a la cripta de La Almudena, es testigo del origen de Madrid. Un nacimiento que no fue celebrado por el tañer de las campanas de las iglesias, sino por la voz de un almuecín desde el minarete de la mezquita principal de la villa: Madrid es la única capital europea de origen y nombre árabes.
De aquellos dos siglos de dominación musulmana subsisten diversos restos y el legado de los personajes ilustres que entonces habitaban en la ciudad. Sin embargo, esta herencia andalusí sigue siendo un capítulo bastante desconocido para los turistas y los propios madrileños. Por eso, un grupo de 23 reconocidos arabistas e historiadores españoles, que pertenecen al Círculo Intercultural Hispano Árabe, ha impulsado una petición a través de la plataforma Change.org para que el Ayuntamiento de Madrid inicie la recuperación y el reconocimiento del origen de la capital que se merece.

Un trozo de muralla árabe cortado tras la construcción de unas viviendas en los años 70 en la calle Bailén- MAYA BALANYA
Reclaman, por un lado, el impulso de una ruta turística por el Madrid árabe, así como la protección de algunos lienzos de la muralla islámica -como los de las calles Almendro y Mancebos, en La Latina- que permanecen a la intemperie sin ninguna indicación ni protección. Además, existen más de 200 silos islámicos documentados que siguen enterrados, ajenos a la memoria de los madrileños.
«Por más que lo hemos pedido, en ninguna de las rutas de la Oficina de Turismo aparece un recorrido por los restos árabes; y también nos preocupa el ruinoso estado de algunos de los lienzos del segundo recinto amurallado de la ciudad, que necesitan una urgente rehabilitación», indican a ABC los impulsores de la petición: Pedro Martínez Montávez, uno de los arabistas contemporáneos más influyentes, y Carmen Ruiz Bravo-Villasante, especialista en literatura árabe y prolífica escritora de ensayos y reseñas sobre este tema. «Es triste que los restos que están mejor sean los que exhiben algunos bares de La Latina», añaden.
«De las 9.000 calles, 50 están dedicadas a los godos: sólo dos hacen referencia al mundo andalusí»Pedro Martínez Montávez, arabista
El Ayuntamiento de Madrid sólo destinará el próximo año una partida de 1.467 euros a «la restauración de la muralla árabe». Fuentes del área de Cultura y Deportes matizan que «la muralla islámica se rehabilitó en 2015 y las obras acabaron en 2016», y que esa pequeña cantidad corresponde a «una liquidación que queda pendiente de la obra ya realizada en 2016».

Maslama «el madrileño»

La reinvención consciente del pasado de Madrid una vez convertida en capital con Felipe II -«se consideraba poco adecuado que la capital de la Monarquía católica hubiera empezado siendo una pequeña población musulmana», explican los arabistas-, facilitó que este legado histórico quedara en penumbra hasta casi desaparecer de la memoria de los madrileños. Sin embargo, Madrid debe mucho a sus fundadores musulmanes, pero su callejero no refleja el patrimonio recibido: «De las más de 9.000 calles, 50 están dedicadas a los reyes godos y tan sólo dos tienen referencias al mundo andalusí», se lamenta Martínez Montávez, que también se queja de que en el parque de Mohamed I no exista ninguna indicación o monolito acerca de que él fue quien levantó en lo alto de la colina, donde hoy se asienta el Palacio Real, una fortificación en el siglo IX (entre el 853 y el 865).
Este bastión, que estaba protegido por el río Manzanares, evolucionó hasta convertirse en una «pequeña y próspera ciudad». Este enclave era conocido con el nombre de «Mayrit» («Magerit», para los cristianos), que significa «tierra rica en agua», una denominación que también quieren que se recuerde con una calle o plaza.
«Personajes como Maslama “el madrileño”, que fue un astrónomo, astrólogo y polígrafo conocido como “el Euclides de España”, no aparece en ningún diccionario de madrileños ilustres ni en el callejero, a pesar de que fue un matemático muy importante a nivel internacional», añade Ruiz Bravo-Villasante. Su petición ya acumula más de 400 firmas. Con sus rúbricas quieren contribuir a que «esta tierra recupere su memoria y la ponga en valor, sin una mirada sesgada del pasado».

Los neandertales eran más vegetarianos de lo que se pensaba

Un diente neandertal usado por Robert Power en su investigación. (Foto: Amanda Henry)

Las plantas eran una parte importante del menú de los neandertales que vivieron en las regiones mediterráneas más cálidas de Eurasia, hace entre 180.000 y 30.000 años. Pero los paleoantropólogos habían supuesto durante mucho tiempo que ese no era el caso en regiones más frías, como las estepas en las que típicamente vivían los mamuts. Ese hábitat, denominado la estepa del mamut, una región desprovista casi por completo de árboles, era el paisaje dominante desde la Europa Central hasta el Este Asiático durante los períodos fríos del Pleistoceno.

Se pensaba que los neandertales en estas áreas habían sido carnívoros, comiendo prácticamente solo la carne de grandes animales salvajes. Esta dieta, muy limitada, hizo a esta especie de homínidos muy vulnerable y pudo contribuir a que se extinguieran, según la opinión generalizada entre los antropólogos.
El arqueólogo Robert Power (izquierda), de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, ha descubierto, sin embargo, que los neandertales debieron consumir productos vegetales de forma regular como alimento, incluso en este entorno frío y seco.

Power argumenta que, dado que la estepa del mamut ya no existe como tal, resulta muy difícil conocer con certeza detalles sobre su vegetación, y por tanto es muy plausible que este hábitat albergase recursos vegetales más útiles para los neandertales que lo supuesto hasta ahora.

Gracias a nuevos métodos de microscopía, la placa dental (la biopelícula bacteriana que se forma sobre las piezas dentales) se ha convertido en una buena fuente de indicios de comida habitual que pueden ahora ser analizados. Power estudió las partículas microbotánicas en la placa dental de neandertales de seis yacimientos arqueológicos, incluyendo en Croacia, Italia y Rusia. Los resultados de los análisis de 48 dientes indican que en todas esas regiones los neandertales consumían comida vegetal regularmente.

Power también examinó la fiabilidad de la placa dental como un recurso para reconstruir dietas. Hizo esto examinando la placa de un grupo de chimpancés que habían muerto recientemente por causas naturales y cuya dieta fue vigilada durante un periodo de 20 años. Lo encontrado confirma que la placa puede ser un reflejo fiel de la dieta a lo largo de un período largo de vida.

Fuente: noticiasdelaciencia.com | 10 de noviembre de 2016

Arqueólogos españoles descubren la maravillosa decoración de la momia de un asesor del faraón en Luxor

Las profundidades han vuelto a deslumbrar en Luxor, la Tebas de los faraones. La momia de un alto funcionario de la corte, envuelta en un precioso y colorido cartonaje, ha surgido de las áridas entrañas del templo de Millones de Años de Tutmosis III (1490/68-1436 a.C.) durante la novena campaña de la misión española que dirige la egiptóloga Myriam Seco.

"Hallamos el nicho en el exterior del muro perimetral sur del templo. El sarcófago antropomorfo estaba comido por las termitas. Apenas se conservaban los pies y la cara. Dentro, sin embargo, encontramos un cartonaje muy frágil pero que mantiene una decoración muy colorida. Es una auténtica preciosidad", relata a EL MUNDO Myriam Seco (izquierda), que codirige desde 2008 la tarea titánica de recuperar el templo funerario del apodado "Napoleón de Egipto", el faraón más grande de todos los tiempos.

La cuidada piel del cartonaje ha revelado las coordenadas de su dueño. "Tiene dibujados todos los elementos simbólicos de la religión egipcia. Aparecen símbolos solares, como el disco solar o la cobra; las diosas protectoras Isis y Neftis con sus alas desplegadas; los cuatro hijos de Horus encargados de custodiar las vísceras del difunto o los halcones protectores también con las alas desplegadas", detalla la egiptóloga sevillana desde la orilla occidental de Luxor.

"Hemos encontrado objetos paralelos en el tercer período intermedio. Los estudios preliminares la sitúan a comienzos de ese período, en torno a los siglos XI o X a.C.", añade.



"Se va a realizar un estudio en profundidad del cartonaje para determinar su cronología", subraya el jefe del departamento de Antigüedades egipcias del ministerio de Antigüedades, Mahmud Afifi, en el breve comunicado difundido este domingo para anunciar el descubrimiento.

Según las pesquisas halladas en el "maravilloso" cartonaje, el difunto se llama Amon Renef y portaba el título de "Sirviente de la Casa Real". "Era un personaje importante en la corte que se ocupaba de todo. Un asesor de la Casa Real", precisa Myriam Seco. Su sepultura, localizada la semana pasada, estaba resguardada por un pozo de poca profundidad. "El nicho mide unos 80 centímetros de altura y 60 de anchura", apostilla la "mudira" (directora, en árabe) de la expedición.

El rostro de Amon Renef, cuya momia protege como una bella cáscara de huevo, este cartonaje. THUTMOSIS III TEMPLE PROJECT

La angostura de la oquedad ha convertido su rescate en una odisea. "Imagina las posturas tan incómodas que han tenido que adoptar las dos restauradoras que han trabajado en el nicho, con la dificultad añadida de que tenían que entrar y salir sin rozar el cartonaje", narra Seco. "Era -confiesa- como tener una golosina atrapada en el interior de la tumba. Hemos trabajado durante una semana para extraerla intacta". Durante el delicado proceso, las expertas han recubierto la pieza con gasas antes de ser recuperada y enviada al almacén. "Ahora queda restaurarla y fortalecerla inyectándole varios productos. Tendremos que hacerlo antes de que concluya la campaña", apostilla.

Una vez consolidado, un examen de rayos X debería arrojar luz sobre el interior del cartonaje. "Es la única manera de saber el estado de la momia y de si lleva joyas", avanza Myriam Seco, feliz de sumar un nuevo período a la colección de hallazgos hallados bajo el templo de Tutmosis III.

Miriam Seco y su equipo, dispuestas a investigar la momia, una vez protegida- THUTMOSIS III TEMPLE PROJECT

"Cuando comenzamos a trabajar aquí no imaginábamos que fuésemos a encontrar necrópolis de tantas épocas diferentes. Todos estos descubrimientos están enriqueciendo el yacimiento, que ha demostrado una riqueza arqueológica extraordinaria, que abarca un arco cronológico superior a los 1500 años y que aporta materiales e informaciones de las dinastías XI, XII, XVIII y XIX, así como de principios del Tercer Período Intermedio y de Época Baja", admite.

Las cavidades horadadas hasta ahora están desvelando las distinguidas autoridades que yacen bajo las ruinas de un templo de proporciones faraónicas -100 metros de fachada y 150 metros de largo- que el proyecto financiado por el Banco Santander, la Fundación Botín, la compañía mexicana Cemex y la fundación Cajasol trata de remontar para recuperar su antiguo esplendor. Hace dos años la expedición halló la momia de una mujer que conservaba todavía un ajuar de brazaletes de oro, tobilleras de plata y un collar de oro y piedras semipreciosas.

Momento de la extracción de la momia envuelta en el cartonaje- THUTMOSIS III TEMPLE PROJECT

"La novena campaña está siendo fantástica. Nos hemos centrado en la terraza alta para reconstruir las piezas en piedra. Los muros perimetrales de este, oeste y sur ya han sido completados", apunta la egiptóloga, volcada además en dos tumbas de una necrópolis tardía localizadas en las postrimerías de la pasada campaña. "El templo está surgiendo de la nada. Es como si volviera a la vida", concluye mientras apura el último mes en un páramo varado entre la tierra desértica y los campos de cultivo.

Fuentes: EL MUNDO.es | ABC.es | 13 de noviembre de 2016

Una excavación en un asentamiento del siglo XVII en Taiwán determina que los primeros colonos europeos de Asia eran españoles

Cuerpo encontrado esta semana en Hoping Dao (Taiwán), en una imagen cedida por el equipo arqueológico.

En 1606, el navegante hispano portugués Luis Váez de Torres realizó una hazaña marítima que el divulgador científico Bill Bryson define como "el equivalente náutico de encontrar una aguja en un pajar": atravesó el estrecho que ahora lleva su nombre, entre Australia y Nueva Guinea, sin darse cuenta de que al sur se encontraba la inmensa terra australis incognita que andaba buscando la Corona. La presencia española en el Pacífico durante los siglos XVI y XVII fue tremendamente intensa, lo que explica exploraciones como la de Torres, aunque la historia global ha borrado esa memoria para centrarse en los viajes del británico capitán Cook en el siglo XVIII. Sin embargo, una investigación en un antiguo asentamiento español del siglo XVII en el norte de Taiwán aporta una nueva visión de la colonización del Pacífico. Los primeros europeos documentados arqueológicamente que vivieron y murieron allí fueron españoles.

El asentamiento investigado se llamó San Salvador de Quelung, ubicado en la pequeña isla de Hoping Dao, junto a la ciudad de Keelung, en el norte de Taiwán, y estuvo ocupado por españoles entre 1624 y 1642. Las excavaciones que está llevando a cabo un equipo internacional de investigadores, primero desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y actualmente desde la Universidad de Konstanz (Alemania) y la Academia Sinica (Taiwán), están revelando que era mucho más sólido de lo que pensaban, ya que están desenterrando los cimientos de un fuerte y, sobre todo, de una iglesia o convento.

"Estos hallazgos desmontan la idea de marginalidad de esta colonia. Taiwán estuvo en el centro de intercambios comerciales que dieron lugar a la globalización, que empieza aquí", explica por Skype la arqueóloga española María Cruz Berrocal, que dirige la excavación: "Nuestro trabajo en Taiwán comenzó en 2011 porque queríamos investigar aquellos primeros contactos en el Pacífico".

Arqueólogos trabajando en los muros de la iglesia, en Hoping Dao, en una foto cedida por el equipo.

Los cuerpos de los colonos han ido apareciendo a lo largo de los años, pero el último, desenterrado, el pasado martes, ha sido el más sorprendente, porque fue encontrado con las manos en aparente posición de rezo. Dentro de la Iglesia se descubrió otro cuerpo aunque solo han logrado extraer la cabeza. En total, desde que comenzó la campaña, se han descubierto tres enterramientos, más otro de un niño aborigen de unos cuatro años y otros huesos que indican la presencia de más individuos, aunque fuera de contexto. El conjunto demuestra que esa Iglesia tuvo un cementerio.

ESPAÑOLES, HOLANDESES, CHINOS Y JAPONESES

Todos los datos que van surgiendo sobre San Salvador de Quelung trazan un panorama insólito de la colonización y reflejan la competencia entre españoles y holandeses por el control de las rutas comerciales en el Pacífico. "Creemos que vivían unos 200 colonos y filipinos de tropa, además de una cantidad indeterminada de aborígenes", explica Berrocal. Fue un asentamiento creado desde Filipinas, entonces sometida a un bloqueo, con un objetivo no solo comercial, sino para introducir de forma clandestina misioneros en Japón y China. Sin embargo, en 1642 fueron expulsados por los holandeses (al igual que los españoles habían ocupado un asentamiento aborigen que se remontaba a la prehistoria).

En el mismo lugar, que actualmente es una aparcamiento, han aparecido restos chinos y, sobre todo, numerosos vestigios japoneses de la Segunda Guerra Mundial, como una trinchera y todo tipo de objetos militares. Precisamente, la acumulación de restos, la enorme concentración de vestigios, hizo que las primeras excavaciones fuesen contempladas con pesimismo por los expertos locales. Sin embargo, el misterioso individuo encontrado con las manos cruzadas demuestra que la historia estaba esperando para revelar sus secretos.

"En otros lugares del Pacífico se han descubierto cuerpos que podrían pertenecer a europeos, pero no hay datos que los relacionen directamente con un contexto colonial o no están publicados en revistas científicas", prosigue Berrocal, de 43 años, que, aunque hizo su tesis sobre arte rupestre en la península Ibérica, lleva desde 2007 trabajando en el Pacífico, primero en Fiji y ahora en Taiwán.

La información que pueden sacar de estos esqueletos es enorme: desde los virus hasta las bacterias –con ayuda del Instituto Max Planck de Alemania, el más avanzado del mundo en el estudio de ADN antiguo de patógenos– o su alimentación por el análisis de los restos en el cálculo dental. "Son personas que posiblemente vivieron en tres continentes, Europa, América y Asia, y la gente más antigua que haya habitado en tantos sitios que hayamos podido estudiar. Son ambientes muy distintos que nos pueden proporcionar muchísima información. Por el análisis de restos botánicos, tanto en sus dientes como en la propia excavación, podríamos determinar si trajeron plantas de América, por ejemplo. Ahora mismo, las especies introducidas desde fuera encienden un gran debate en esta zona del mundo", prosigue Berrocal.

Por ahora, el ADN ha confirmado que por lo menos uno de ellos era de origen europeo, aunque todavía no han realizado las pruebas definitivas. En cuanto al individuo descubierto esta semana existen todavía dudas sobre la zona del mundo de la que podría proceder. Como ocurre tantas veces en las excavaciones arqueológicas, las certezas son tan numerosas como las preguntas y todavía quedan muchos puntos oscuros en esta breve colonia, de la que existían testimonios escritos pero no pruebas físicas hasta 2011.

El profesor Antonio González-Martín, del Departamento de Zoología y Antropología Física de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, analizó el ADN mitocondrial, que se transmite por vía materna, de los restos encontrados en 2014 y explica sus conclusiones: "Muestra una variante genética ampliamente distribuida en Europa, con un máximo en la población vasca (un 27%), aunque este grupo también se distribuye, en menor frecuencia, en el norte de África y Asia occidental". En otras palabras, han tenido que encargar nuevos exámenes para confirmar su origen europeo, seguramente vasco, aunque su olfato, y los datos arqueológicos que acompañan al descubrimiento, apuntan en ese sentido.

Por: Guillermo Altares
Fuente: El País

La hibridación con los neandertales permitió la adaptación fuera de África

Comparación entre el cráneo de un humano moderno (izquierda) y un cráneo neandertal. Cleveland Museum of Natural History. Crédito: DrMikeBaxter / Wikipedia

El encuentro entre los ancestros de los seres humanos con otras especies del género Homo, como el hombre de Neandertal o el de Denisova, ayudó a la adaptación a la vida fuera de África, según sugiere un estudio divulgado hoy.

La investigación, publicada por la revista Current Biology, recoge la evidencia hallada por un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en la ciudad de Seattle (EE.UU.).


Al salir de África, el Homo sapiens se cruzó con especies como los neandertales y los denisovanos y tuvo una descendencia que se vio beneficiada con la herencia de estos últimos.
Gran parte de los fragmentos de ADN que todavía quedan de esos parientes lejanos casi no se registran con frecuencia, pero el nuevo estudio ha identificado 126 sitios del genoma humano en los que estas secuencias aparecen con una mayor asiduidad de la que podría esperarse.

De esas regiones identificadas, siete están vinculadas a características de la piel y, sobre todo, 31 al sistema inmune, uno de los puntos esenciales en el proceso de evolución adaptativa, pues permite enfrentarse a las distintas enfermedades.
"Nuestro trabajo muestra que la hibridación no fue solo una nota al margen de la historia humana, sino que tuvo consecuencias importantes y que contribuyó a la capacidad de nuestros ancestros a adaptarse a distintos entornos a medida que se dispersaban por todo el mundo", consideró Joshua Akey (izquierda), uno de los investigadores, según reprodujo Cell Press, editora de la revista Current Biology.

Para los científicos, la evidencia indica que las secuencias siguieron presentes porque eran ventajosas para los ancestros de los hombres modernos.
La hibridación con el hombre de Neandertal o de Denisova, que habitaban en Europa y Siberia, respectivamente, fue para estos expertos "una forma eficiente para adaptarse rápidamente a los nuevos entornos que se encontraba" el Homo sapiens al salir de África.

"La capacidad de aumentar la población fue muy probablemente facilitado porque determinadas secuencias genéticas herededas fueron ventajosas", explica Akey. "Además, muchas de estas secuencias abarcan los genes que participan en el sistema inmune, que es un objetivo frecuente de la evolución adaptativa."


Para realizar este trabajo, los expertos utilizaron mapas genéticos recientemente elaborados de las secuencias del hombre de Neandertal y de Denisova identificadas en más de 1.500 personas, todas de distintos sitios.

En un futuro, los investigadores esperan conocer más sobre la influencia que tuvieron estos genes, en especial, sobre las implicaciones que podrían tener en las enfermedades.

Se cree que el Homo sapiens se originó en África oriental entre 200.000 y 140.000 años atrás.

A esta especie, la única que aún perdura del género Homo tras la extinción del hombre de Neandertal hace 28.000 años, pertenece el ser humano moderno. EFE.

Fuentes: lavanguardia.com | PHYS.ORG | 10 de noviembre de 2016