Aterrazamiento del Monte Sacro, junto al colegio del Patronato, en el que se ha detectado la estructura. / Pablo Sánchez / AGM
La inspección saca a la luz restos de una gran construcción de origen púnico o romano, cuyas características serán investigadas
Casas ('domus')con amplios salones y estancias, murales en las paredes y suelos decorados con teselas tipo 'opus sígninum' llenaron en los siglos II y I antes de Cristo los aterrazamientos del Monte Sacro. Los muros de hasta medio metro de altura, con estructura y distribución en estancias, descubiertos por las ondas de un georradar pasado en noviembre sobre la parte alta del Monte Sacro demuestran que allí se conserva, en relativo buen estado, lo que fue hace dos mil años uno de los barrios residenciales más adinerados de Carthagonova. Dentro de esa trama se ha descubierto también «un edificio de mayor entidad» que los expertos consideran que podría ser un templo o edificio de uso comunitario de la época romano o incluso de la púnicas, es decir más antiguo, según explicó la coordinadora municipal de Arqueología, María del Carmen Berrocal.
La máxima responsable de recuperar todo este patrimonio enterrado por el tiempo ha hecho un primera análisis de los resultados que ha dado la inspección con georradar que se le encargó, en noviembre. La realizó el Centro de Asistencia a la Investigación de Arqueometría y Análisis Arqueológico de la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección de la catedrática Teresa Chapa y del geólogo Javier Vellés. Berrocal está convencida de que una excavación más exhaustiva revelará que las construcciones detectadas a medio metro de profundidad pertenecían a una zona de casas de ciudadanos romanos bien situados económicamente. Este barrio residencial sería el contrapunto al núcleo de edificios y espacios de uso público que las excavaciones y la musealización han convertido en el Barrio del Foro Romano, que se puede visitar ahora junto a las calles Honda y Balcones.
Las zonas en las que los análisis muestran «más cantidad de estructuras antiguas son las de la calle del Rosario y los tramos superiores de Villalba y San Cristóbal la Larga». Allí, junto al Colegio del Patronato se han detectado unos muros posiblemente romanos, aunque quizás alguno sea púnico. La hipótesis es que pertenecerían a una construcción con espacios de mayor capacidad que el resto y que denotaría un uso público que está por dilucidar. La escasa profundidad a la que se han encontrado los restos demuestra que esta zona no fue objeto de tantos rellenos posteriores como la parte que está mas cerca de la calle Serreta.
La teoría de que la zona la ocupaba un barrio importante se sustenta en que allí apareció el arca del Ara Pacis, encontrada en el siglo XVI. En épocas posteriores, se documentó la presencia de restos de pinturas murales y de algunas esculturas marmóreas tipo 'hermae', de bastante importancia. Asimismo, unas catas más recientes dan pistas de que la calle del Rosario era una zona bien urbanizada, dado el hallazgo de un pavimento de excelente calidad, a tan solo 70 centímetros de profundidad.
Las laderas investigadas abarcan 18.900 metros cuadrados, correspondiente a los aterrazamientos superiores del monte, desde la zona más cercana a los restos de viviendas que se conservan y que siguen ocupados por personas sin hogar, hasta la mencionada zona del Colegio del Patronato. Para realizar el estudio se empleó una antena de once canales separados cada ocho centímetros. Las ondas de 600 megahercios permitieron rastrear hasta los 1,5 metros de profundidad. Y las 5.490 secciones fotografiadas dan una imagen bastante continua de lo que oculta la tierra sobre la que estaban las casas. Construcciones modernas
Lo más superficial que revela el estudio son las estructuras que siguen la orientación de las calles del siglo XVII y que pertenecen a viviendas de hace 100 y 200 años. Por debajo están las formaciones romanas y púnicas localizadas sobre todo en la terraza superior del promontorio.
Casco corintio de bronce de la Tumba del Guerrero, expuesto en el Museo de Málaga. GARCÍA-SANTOS
El misterio envuelve al primer enterramiento descubierto en la península con un ajuar mortuorio
Era un varón con una estatura de entre 1,75 y 1,78 metros. En algún momento de su vida sufrió un golpe contundente en el hombro derecho y un traumatismo en la cabeza, causado por un objeto romo. Logró curarse. De complexión fuerte, vivió en el siglo VI antes de nuestra era, murió cuando tenía entre 40 y 45 años y fue enterrado extramuros de la ciudad fenicia de Málaga. El cuerpo de este hombre, sin identidad y rodeado por varias incógnitas aún por despejar, reposaba en la conocida como Tumba del Guerrero, el primer enterramiento descubierto en la península con el ajuar mortuorio y la indumentaria de un soldado griego.
Esta pieza es una de las más valiosas y llamativas de la sección de Arqueología del Museo de Málaga, inaugurado en diciembre pasado. “Lo especial es el contenido, más que el continente”, explica David García, el arqueólogo que dirigió los trabajos de excavación encargados a la empresa Arqueosur. El hallazgo se produjo en 2012, durante la construcción de una promoción inmobiliaria en un solar ubicado entre las calles Jinetes y Refino de la capital malagueña. Bajo niveles con estructuras del siglo XIX y de un barrio de época almohade, afloraron los sillares de la sepultura, a solo 30 centímetros de un bloque de viviendas anexo.
¿Quién era ese guerrero griego enterrado en la ciudad fenicia de Malaka? Se desconoce. Podría tratarse de un mercenario o simplemente de una evidencia de las relaciones comerciales y políticas entre esta urbe y las ciudades helenas del Mediterráneo. Málaga era en esa época “un crisol”, recuerda el arqueólogo, en la que incluso habitaban “indígenas” que habían adquirido hábitos fenicios, pero que seguían manteniendo sus tradiciones antiguas.
El ajuar localizado alrededor de los restos óseos, un esqueleto que miraba hacia el oeste, incluía elementos que se identifican con la armadura de un soldado hoplita, además de otros de carácter ritual y simbólico, vinculados a los enterramientos fenicios, que denotarían un elevado nivel social del individuo. Lo primero que apareció fue un anillo revestido de oro con una piedra tallada (escarabeo) con la representación de la diosa egipcia Sekhmet, joya que García tacha de “fascinante”. Junto al cráneo, en la parte izquierda, había un plato de plata, y en la derecha, trozos de marfil que todavía no han sido definidos.
A los pies del cuerpo descansaban dos varillas de plata con remates cónicos y a la derecha se halló la punta de una lanza doblada. En la tumba había fragmentos metálicos que podrían haber sido parte de un escudo, hipótesis que está en investigación, y un objeto de cerámica, posiblemente para la quema de esencias, encontrado junto a la que es sin duda la mejor pieza del conjunto: un casco corintio de bronce con un programa decorativo muy completo que ha sido datado en el siglo VI antes de nuestra era. Para llegar a esta conclusión se han revisado los 2.000 yelmos griegos documentados en el Mediterráneo. El casco, restaurado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), tiene labradas una gran palmeta central, unas serpientes sobre las aberturas de los ojos y cuatro águilas.
Hasta el momento se sabe que el hombre tenía un estatus social alto. “No todo el mundo podía permitirse un ajuar de esas características”, subraya García. “¿Podría ser alguien que mandara sobre un grupo de personas relacionadas con la defensa de la ciudad? Pues a lo mejor”, añade. Malaka comenzó a amurallarse en el mismo siglo al que se remonta la sepultura del soldado. El arqueólogo recuerda lo difícil que resulta aventurar una teoría sobre el ocupante del yacimiento porque “no hay paralelos”. Fuera quien fuera el guerrero, su tumba y las mejores piezas de su rico ajuar se pueden contemplar ahora en el Museo de Málaga.
Algunas de las piezas recuperadas por la Guardia Civil en la operación 'Dupondio'.
La operación 'Dupondio' se salda con siete personas investigadas y la aprehensión de 3.000 monedas antiguas y 20.000 piezas
La Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal dedicada al expolio y venta, a través de Internet, de miles de piezas de origen arqueológico y paleontológico. En la operación Dupondio, desarrollada desde junio, se investiga a siete personas y se han aprehendido 3.000 monedas antiguas y 20.000 piezas: mosaicos, cerámicas y abalorios, entre otros.
Los investigados son hombre españoles con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años y residentes en Calasparra (4), Málaga, Córdoba y Segovia, a los que se les atribuye la presunta autoría de los delitos apropiación indebida y de expolio de bienes de valor cultural e histórico. La operación, que continúa abierta, se inició cuando la Guardia Civil detectó la venta de monedas y otros objetos metálicos de origen arqueológico a través de Internet.
Especialistas en Patrimonio Histórico de la Guardia Civil recabaron de las distintas plataformas digitales información que permitió averiguar la identidad de la persona que las ofertaba, así como datos de más de 2.000 transacciones por la venta de monedas y objetos antiguos. Entre las monedas más significativas figuran un triente visigodo y una pieza islámica, de oro y valoradas en cerca de 1.000 euros.
Las pesquisas practicadas en torno a este hombre, vecino de Calasparra, destaparon una red de personas que, supuestamente, se encargaba de la obtención de las piezas con el empleo de detectores de metales en los yacimientos arqueológicos. Más tarde las entregaban a este supuesto cabecilla, que se encargaba de mejorar su aspecto para venderlas a través de Internet. Una vez materializada la venta, cada uno recibía un porcentaje de la transacción económica.
El resultado de la investigación fue puesto en conocimiento de la autoridad judicial, quien ordenó el registro de dos domicilios, en Calasparra, en uno de los cuales, el principal investigado tenía dispuesto un pequeño taller donde, supuestamente, limpiaba las monedas con lanas de acero finas y lacas, para eliminar los restos de suciedad.
En el citado taller se incautaron, además, cerca de 2.000 monedas antiguas, así como libretas con anotaciones que permitieron identificar a otras seis personas, residentes en Calasparra y en las provincias de Córdoba, Málaga y Segovia, supuestos piteros que entregaban las piezas expoliadas para su limpieza y venta.
En otro inmueble, en Abarán, los agentes se han incautado de la mayor parte de las piezas, cerca de 20.000 objetos, entre los que se encuentran pesas de telar de barro y de plomo de origen ibérico, proyectiles de honda de plomo, hebillas visigodas y medievales, fusayolas, hachas pulimentadas, fragmentos de mosaicos, molinos de mano, anillos, colgantes y otros abalorios antiguos, así como gran cantidad de cerámicas de diversas culturas con un marco cronológico que abarcaría desde finales de la Prehistoria hasta la época islámica.
La Guardia Civil ha culminado esta primera fase de la investigación con la identificación de siete varones. La investigación ha permitido averiguar que las personas ahora investigadas, supuestamente, formaban parte, de un grupo criminal organizado dispuesto en dos escalones operativos.
Ánforas romanas
El presunto líder obtenía del resto, conocidos en el argot arqueológico como piteros, todo tipo de material arqueológico y paleontológico que acondicionaba para ponerlo a la venta a través de Internet, en un pequeño taller.
La mayor parte de los objetos incautados proceden de yacimientos de la comarca del Noroeste murciano y, en menor cuantía, de las provincias de Jaén y Albacete. Entre estos destacan grandes fragmentos de ánforas de origen romano, como las denominadas Dressel 20, utilizadas por los romanos durante los siglos I y II d. C. para transportar el aceite de oliva fabricado en el sur de la Península Ibérica.
También se han decomisado miles de restos paleontológicos pertenecientes a yacimientos cretácicos, como ammonites y equinodermos, así como gran cantidad de moluscos bivalvos. Forman parte de los materiales arqueológicos decomisados restos craneales y otros fragmentos óseos humanos procedentes del expolio de las necrópolis murcianas de la antigüedad.
Se da la circunstancia de que en la mayoría de las necrópolis, el cadáver del difunto iba a acompañado de un ajuar que podía contener recipientes cerámicos diversos, así como objetos metálicos tales como anillos, pendientes, armas, monedas, por lo que estos lugares suelen ser una de los objetivos más codiciados por los expoliadores.
Entre el material decomisado se encuentran cuatro aparatos detectores de metales, así como otras pequeñas herramientas como azadas, empleadas para la extracción de las piezas. Las diligencias practicadas y los objetos decomisados han sido depositados en los Museos Arqueológicos de Murcia y de Cieza a disposición del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 1 de Mula.
Una imagen de las dos figuras abrazadas - ABC La tecnología ha permitido determinar el sexo de las célebres figuras, que se creía eran dos mujeres
Pompeya nunca deja de sorprender y emocionar. Siempre se había imaginado que las dos figuras abrazadas que aparecieron en las excavaciones de Pompeya correspondían a dos mujeres que habían muerto en la erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo. Ahora se descubre que son dos hombres en un íntimo abrazo al ser sorprendidos en la mañana del 25 de agosto, cuando la muerte se extendió por Pompeya en el arco de pocos minutos.
A esta conclusión se ha llegado gracias a los análisis con las más modernas técnicas, a comenzar por el ADN y también la TAC (tomografía axial computarizada). Diversos medios hablan incluso de abrazo gay. Al superintendente de Pompeya, Massimo Osanna, se le ha preguntado si es plausible la hipótesis de que los dos personajes fueran amantes. Osanna respondió que «no se puede decir con exactitud», pero considerada la posición en que aparecieron, «ciertamente se puede plantear la hipótesis, aunque es difícil tener la seguridad», explica el arqueólogo Osanna.
El suyo parecía un simple abrazo entre dos mujeres. Las figuras fueron descubiertas en 1913, en la Casa del Criptoportico. El superintendente de la época, el arqueólogo Vittorio, las denominó «las dos chicas». Los recientes estudios antropológicos revelan que los cuerpos corresponden a dos individuos: Uno de más de 20 años, y el otro de unos 18.
El responsable de la investigación que se acaba de presentar en Pompeya, el profesor Stefano Vanacore, precisa que los dos individuos no son parientes, ni hermanos, ni padre e hijo. En cuanto a la posibilidad de que existieran vínculos sentimentales entre ellos, subraya que «estamos en el campo de las hipótesis que no podremos nunca verificar».
De todas formas, según afirma el superintendente Osanna, «tendremos nueva luz sobre la vida de los pompeyanos» gracias a las investigaciones sobre los restos óseos encontrados en los calcos de yeso, un invento debido a la gran intuición de arqueólogo Giuseppe Fiorelli (1823-1896), destacado director de la excavaciones.
Solo desde1858, gracias al método genial introducido por Fiorelli, podemos apreciar la impronta que dejó la erupción en los pompeyanos, al obtener moldes de yeso de los muertos. Los cuerpos, al descomponerse a lo largo de los siglos, habían dejado espacios vacíos bajo la lava. Fiorelli los rellenó con yeso líquido introducido a través de los agujeros abiertos en la corteza creada sobre Pompeya tras la erupción. En esa cámara vacía, donde la materia orgánica había desaparecido, Fiorelli obtenía moldes de extraordinaria precisión que reflejaban los últimos momentos de la vida de esas personas.
Anillo de plata. Anillo de plata con forma de serpiente hallado en Catterick. Foto: Northern Archaeological Associates
Los trabajos de mejora de la autopista A1 en Yorkshire del Norte están sacando a la luz numerosos objetos de época romana, que revelan un pasado culto y próspero
11 de abril de 2017
Los trabajos de mejora en la autopista A1, una carretera histórica de Inglaterra, están sacando a la luz numerosos objetos de época romana en el condado de Yorkshire del Norte, entre Leeming y Barton, según anunció el viernes pasado el organismo público Historic England. Los arqueólogos que trabajan en este proyecto viario han descubierto unos objetos excepcionales que revelan cómo era la vida en época romana: zapatos, llaves y diferentes piezas artísticas, entre ellas un anillo de plata con forma de serpiente y un fragmento de una figurilla en ámbar que representa a un actor ataviado con una toga.
Los restos de unos talleres de orfebrería en Scotch Corner, donde se fabricaban monedas de oro, plata y bronce, constituyen el ejemplo de producción de monedas antiguas más septentrional que se ha descubierto en Europa. Estos vestigios demuestran que los romanos desarrollaron una notable actividad industrial en el norte de Inglaterra, probablemente produciendo monedas de gran valor. La gran cantidad de llaves halladas en Catterick demuestra, asimismo, que los ciudadanos intentaron proteger sus bienes más preciados. Y, según destaca Historic England, el gran número de instrumentos de escritura (estiletes y tinteros) sugiere que había una parte importante de la población que sabía leer y escribir.
Figurilla en ámbar. Fragmento de una figurilla realizada en ámbar que representa a un actor ataviado con una toga. En Pompeya se ha encontrado una figurilla similar, pero nunca en el Reino Unido. Foto: Northern Archaeological Associates
Zapato de cuero. Uno de los muchos zapatos de cuero que se han descubierto en Catterick. Foto: Northern Archaeological Associates
Llave. Llave descubierta en Catterick. La gran cantidad de llaves halladas en Catterick demuestra que los ciudadanos intentaron proteger sus bienes más preciados. Foto: Northern Archaeological Associates
Plomada. La plomada es un peso que pende de una cuerda y que marca una línea vertical. En la fotografía aparece una plomada romana de plomo junto a un ejemplo moderno. Foto: Northern Archaeological Associates
Recipientes. Dos recipientes de terra sigillata hallados en Scotch Corner. Foto: Northern Archaeological Associates
Esqueleto de un niño. Esqueleto de un niño procedente del cementerio Bainesse. En la imagen se pueden distinguir algunas cuentas y pulseras que adornaban su cuerpo. Foto: Dr Jonathan Shipley
Cabeza de Baco. Una cabeza de Baco hallada en Scotch Corner, procedente de una jarra de cristal. A la derecha, un molde en yeso de la misma pieza. Foto: Northern Archaeological Associates
Excavación de un cementerio. Excavación del cementerio de Bainesse, el cementerio romano más grande que se ha descubierto en el norte de Inglaterra. Foto: Dr Jonathan Shipley
Muralla ciudadana. Excavación de los cimientos de la muralla ciudadana de Catterick. Foto: Dr Jonathan Shipley
Aquí os dejamos casi 25 minutos de los anuncios que veíamos en nuestro televisor allá por los años 80, publicidad de productos cuyas marca...
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