Nuevos análisis desvelan la "receta" de las pinturas rupestres del abrigo de Les Dogues de Ares del Maestre en Castellón

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS-laboratorio TRACES UMR 5608) y de la Universitat de València --Departamento de Prehistòria, Arqueologia i Història Antiga e Instituto de Ciencia de los Materiales-- han aplicado nuevas técnicas de análisis en el estudio del arte levantino que permiten reconstruir las "recetas" utilizadas en la elaboración de sus pigmentos. Las investigaciones las han realizado en el abrigo de Les Dogues de Ares del Maestre y se ha demostrado la utilización de carbón vegetal como materia prima para los pigmentos negros.

Este año se celebra el centenario del descubrimiento de las primeras pinturas rupestres de la Valltorta y Morella la Vella y se han organizado diversas actividades de difusión, así como dar a conocer investigaciones y estudios que aportan nuevas informaciones sobre el arte rupestre levantino.
El estudio desarrolla un novedoso protocolo multidisciplinar para la caracterización de los pigmentos prehistóricos que combina el análisis físico-químico, la arqueobotánica y la arqueología experimental, según ha informado la Generalitat en un comunicado.

Este protocolo no solo permite identificar las materias primas utilizadas, sino también la cadena de gestos técnicos realizados en la elaboración de los pigmentos negros del arte levantino, una manifestación gráfica única en el marco de la prehistoria europea cuyas pinturas se localizan en los abrigos del arco mediterráneo de la península Ibérica.

El análisis físico-químico de los pigmentos negros del abrigo de Les Dogues -Ares del Maestre, Castellón- ha demostrado la utilización de carbón vegetal, una materia prima poco habitual en esta tradición gráfica. Además, es la primera vez que se ha podido realizar un análisis arqueobotánico de las muestras a pesar de su reducido tamaño y del deterioro de las pinturas.
En los pigmentos de Dogues se han podido identificar células vegetales de coníferas y de angiospermas, plantas documentadas en los bosques de la zona de Ares del Maestre durante el Neolítico -VI-III milenio a.C.

MAL ESTADO DE CONSERVACIÓN
El mal estado de conservación de dichas células y su obstrucción por alguna sustancia densa sugieren, por un lado, un proceso mecánico intenso de molturación del carbón vegetal y, por otro, la utilización de alguna sustancia aglutinante, que no se ha podido identificar mediante las técnicas utilizadas.

Para confirmar estas hipótesis, los investigadores han reproducido de manera experimental dos cadenas operativas diferentes en la preparación de pigmentos. La primera y más simple, la fabricación de un lápiz a partir de fragmentos carbonizados de pino carrasco, que ha sido aplicado directamente sobre la roca.

La segunda, más compleja, ha consistido en moler carbón vegetal de coníferas y angiospermas actuales, pero con estructuras vegetales similares a las identificadas en las muestras de Les Dogues; con el polvo de carbón se han elaborado distintas recetas, en las que se han incluido sustancias aglutinantes susceptibles de haber sido utilizadas por las sociedades neolíticas -grasa animal, huevos, miel, leche, entre otras.

Los distintos pigmentos obtenidos han sido aplicados sobre una placa caliza usando una pluma de ave a modo de pincel. El resultado ha sido que, tras apenas unos días, solo los pigmentos elaborados con sustancias aglutinantes grasas permanecían fijados al soporte rocoso.
El análisis microscópico comparado de la granulometría y del grado de obstrucción de las células vegetales en las muestras prehistóricas y las experimentales ha confirmado que la molturación intensa del carbón vegetal y su mezcla de aglutinantes grasos -probablemente grasa animal o vegetal- constituyeron las etapas de elaboración de los pigmentos de Les Dogues. Estas sustancias grasas fueron utilizadas, muy probablemente, para potenciar la fijación del pigmento a la pared.

RESULTADOS
Los resultados de este trabajo cuestionan la simplicidad técnica tradicionalmente asociada a los pigmentos levantinos. Además, la identificación de las plantas utilizadas en la elaboración de los pigmentos negros ofrece nueva información sobre la explotación de los recursos vegetales por parte de las sociedades neolíticas, así como sobre sus técnicas de preparación de pigmentos.
Por último, la presencia de carbón vegetal en estos pigmentos abre la posibilidad de obtener la primera datación absoluta del arte levantino, cuyo marco crono-cultural es objeto de un intenso y largo debate.

Fuente: lavanguardia.com | 19 de abril de 2017

El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA acoge la primera reunión transnacional del proyecto europeo Erasmus+ ‘AllTourist’

El objetivo es desarrollar las competencias necesarias para la creación de un nuevo perfil profesional de técnico especialista en turismo social

21/04/2017.- Este viernes ha tenido lugar en la Universidad de Jaén la primera reunión transnacional del proyecto europeo Erasmus+ ‘AllTourist’ que coordina el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA y que pretende desarrollar las competencias transversales necesarias para la creación de un nuevo perfil profesional de técnico especialista en turismo social.

El proyecto ‘AllTourist’ tiene como objetivos estratégicos el desarrollo de cuatro líneas de investigación y formación en torno a los temas esenciales del turismo social: la responsabilidad social empresarial, la solidaridad, la sustentabilidad y la transversalidad para su inclusión en las políticas generales y de desarrollo turístico.

Junto al Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, también forman parte del proyecto la Organización Internacional de Turismo Social (OITS), el Itinerario Cultural del Consejo de Europa de la Ruta de los Fenicios, la Asociación para el Desarrollo Rural, Natural y Cultural de Siksali (Estonia) y la Agrupación para el Desarrollo Sostenible y la Promoción del Empleo Rural (ADESPER).

En concreto, en esta primera reunión han participado Arturo Ruiz, responsable del proyecto y catedrático de Arqueología de la UJA, Manuel Molinos, director del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, Eva Mª Murgado, profesora del Departamento de empresas, márketing y sociología de la UJA, Manuel Peregrina, secretario técnico de la Ruta de los Fenicios en España, Antonio F. Barone y Sara Ferrari del Consejo de Europa de la Ruta de los Fenicios, Charles Belanger como representante de la OITS y Juan Antonio Sánchez y Silvia Martínez de ADESPER.

A lo largo de la reunión, se han desglosado principalmente los productos intelectuales aprobados: el curso piloto de formación estructurado para la evaluación y testado de la nueva competencia, los materiales pedagógicos sobre la formación profesional específica en turismo social y  una guía metodológica con los materiales educativos abiertos. A su vez, se han llevado a cabo otras acciones como el análisis de la dotación presupuestaria de cada socio, la constitución de los equipos de trabajo y distribución de tareas y la confirmación del cronograma de actuaciones.

Para Manuel Molinos, la coordinación de este proyecto Erasmus Plus es “muy importante para nuestro centro de investigación e implica un reconocimiento a la propia universidad, en tanto en cuanto diferentes socios colaboran en un objetivo común encabezados por la UJA, como es en este caso es el turismo social”. Así mismo, el director del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica ha destacado que “cuando se habla de patrimonio artístico y de cultura, la transferencia de los resultados obtenidos en forma de productos turísticos puede hacer que el conjunto de la sociedad se beneficie de los resultados de esa investigación”.

Por su parte, Manuel Peregrina resaltó que la idea principal de la primera de las cuatro reuniones de coordinación previstas es “sentar la bases de la estructuración del proyecto, siempre con la transferencia del conocimiento entre instituciones como iniciativa para poner en valor el patrimonio a través del turismo social”.

El Proyecto ‘AllTourist’, que se extenderá durante dos años, se caracteriza por un enfoque de estudio basado en la sociedad y las personas y no en los negocios o el dinero. Es un proyecto innovador tanto en sus temas y contenidos como en su metodología que tiene como destinatarios a los Gobiernos, administraciones y entidades públicas y privadas, a gestores, profesionales, agencias y empresas, autoridades educativas, universidades, escuelas de formación profesional, estudiantes de turismo y áreas trasversales, asociaciones de desarrollo local y rural y destinos turísticos innovadores y tradicionales, entre otros.

Descubren una misteriosa inscripción del siglo II que revela el nombre de un poderoso edil de la Dianium romana

Se llamaba Quintus Sulpicius Cratus. Vivió en Dianium, la Dénia (Alicante) romana, a mediados del siglo II. Era aedilis, el equivalente romano a la actual figura de edil o concejal. Era pues un personaje poderoso, que decidía buena parte de la vida comercial de la ciudad como la seguridad de los mercados, el control de pesos y medidas de las mercancías o la organización de juegos o fiestas. Su existencia era hasta ahora desconocida. Pero ya no. De forma fortuita, unos trabajos de limpieza en l’Hort de Morand, donde se enclavó hace dos milenios el foro de Dianium, han descubierto su nombre inscrito en un bloque tallado de piedra caliza procedente del Montgó.

El trascendente hallazgo, presentado este jueves por el arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, y por el concejal de Cultura, Rafa Carrió, vuelve a demostrar así la gran importancia histórica de l’Hort de Morand, cuyo destino y conservación siempre han sido inciertos. Gisbert explicó que el bloque formaba parte de un monumento epigráfico de dimensiones mayores –pudo ser el pedestal de una estatua– cuya inscripción acaba de ser transcrita con el siguiente resultado:
Q. SVLP. (ligadura LP) CRATV[S] AED D (hedera) D
Estas son las letras que han aflorado ahora tras tantos siglos. Y que permiten establecer que nuestro protagonista era «un personaje de las elites municipales de Dénia, Quintus Sulpicius Cratus, que ejercía el cargo de AED(ilis) y que había donado y dedicado (eso significan las dos D mayúsculas) el monumento a otra persona o institución cuya identidad, eso sí, se desconoce, ya que la inscripción que ha salido a la luz está incompleta.
El Municipivm de Dianivm fue fundado por el emperador Augusto y, desde entonces, gozaba de la organización propia de un municipio romano que funcionaba a pleno rendimiento en la época de nuestro protagonista, que vivió en la segunda mitad del siglo II, en la época de los Antoninos o de los Severos, según se desprende del tipo de grafía de la inscripción.
Ahora bien, este bloque de piedra correría con el devenir del tiempo más andanzas. Las caras laterales del mismo se encuentran fuertemente erosionadas por la acción marina y la parte anterior presenta restos de una argolla de hierro anclada. Todo eso demuestra que la piedra, tras ser utilizada para la inscripción de nuestro edil, habría sido fragmentada y reutilizada aún en época del Imperio Romano como anclaje o bolardo para amarrar buques en el muelle del cercano puerto de Dianium.
La parcela municipal de l’Hort de Morand que acaba de ser adecentada, en tono ocre, vista desde el Castillo.

Una ciudad amenazada por los temporales

¿Por qué ha vuelto entonces a aparecer la piedra en el foro romano? Gisbert aclaró que «mientras la ciudad actual se ha dedicado a ganarle terreno al mar, en la época del Imperio Romano sucedía lo contrario: Dianium se hallaba asentada en un marjal muy próximo al puerto y sufrió continuos temporales o transgresiones marinas en las que el mar volvía a ganarle terreno a la urbe, engullendo una parte de la misma». Así, «este bloque parece haber sido desplazado hasta este lugar por una de esas transgresiones en los siglos siguientes, durante el periodo de actividad de la ciudad romana que no cesa hasta el primer tercio del siglo VI».
Más allá de esta cronología histórica, el descubrimiento viene a atesorar una vez más la importancia de l’Hort de Morand y de los posibles restos que aún contiene. «Este espacio se ha de considerar sagrado para los dianenses», subrayó Gisbert. De hecho, los trabajos que ahora han desencadenado en el hallazgo, y que han podido llevarse a cabo gracias a una subvención del Servef, han venido a adecentar un espacio que se encontraba prácticamente abandonado y repleto de matojos desde 2008, cuando se frustró un proyecto para ponerlo en valor pese a contar con subvención europea.

Josep Antoni Gisbert (izquierda) y Rafa Carrió.

Ahora que al fin l’Hort de Morand ha podido recuperar el aspecto que presentaba en 2007, Gisbert exhortó a que la historia no se repita. Y subrayó la necesidad de buscar más subvenciones comenzando por la parcela de propiedad municipal de l’Hort de Morand donde se ha producido el hallazgo, de unos 2.900 metros cuadrados, para excavarla, dotarla de señalítica y hacerla visitable con el objeto de ofrecer al fin una muestra de lo que fue la ciudad romana a los pies del Castillo.
Por su parte, el concejal de Cultura, Rafa Carrió, aseguró que también se propone recuperar la titularidad municipal de de otra parcela anexa de 2.000 metros considerada zona verde por el planeamiento urbanístico. Carrió señaló que su departamento ansía por otro lado rehabilitar la hostelería árabe que se encuentra bajo los cimientos del colegio Maristas, y que en su día también contó con un plan para hacerla visitable que tampoco se concretó nunca.
HALLAZGO DE UNA INSCRIPCIÓN ROMANA CON EL NOMBRE Y EL CARGO DE UN EDIL DEL MUNICIPIVM DE DIANIVM, EN L`HORT DE MORAND.
Josep A. Gisbert Santonja, Director. MUSEU ARQUEOLÒGIC DE LA CIUTAT DE DÉNIA.
En la Parcela O de l’Hort de Morand, de propiedad municipal, en el marco de unos trabajos de limpieza, con vistas a emprender un proceso de rehabilitación y de musealización, financiados por el programa del EMCORD, de la Subdirección General de Empleo y el SERVEF, de la Generalitat Valenciana, se ha producido fortuitamente un hallazgo arqueológico singular y transcendente para la Arqueología de Dianivm; la ciudad romana de Dénia.
La Parcela se hallaba en estado de franco abandono desde 2008, con abundante vegetación arbustiva que cubría la totalidad de la superficie, tras el naufragio de un proyecto municipal, que se había de financiar con fondos europeos, que habían sido ya concedidos y destinados a su recuperación. Ha sido una de las prioridades establecidas por el Departamento de Cultura del M. I. Ayuntamiento de Dénia. Se ha procedido a la limpieza total de la misma, por un equipo de cinco personas, bajo una estricta supervisión del proceso. El ámbito incluía diversas áreas en donde se habían efectuado excavaciones arqueológicas entre 1982 y 1985, dirigidas por Josep A. Gisbert. Sus resultados fueron cruciales para incluir de inmediato en el planeamiento urbanístico un área de zona verde de interés cultural, de 5000 metros cuadrados de extensión, de los que forma parte esta parcela, que cuenta con una superficie de 2900 metros cuadrados.

El pedestal hallado en la misma parcela en 1982.
El Sondeo A, conocido como el sondeo del pedestal por el hallazgo de una gran basa de pedestal de opvs qvadratvm, de piedra arenisca local, del siglo I, de unos cuarenta metros cuadrados de superficie, se excavó en 1982. Su evidencia arqueológica permitía proponer su adscripción o relación con el emplazamiento del Forvm alto-imperial de Dianivm. Este hallazgo se publicó en una ponencia en las Primeras Jornadas de Arqueología en las Ciudades actuales (Enero, 1983), así como en las Memorias de la actividad arqueológica publicadas por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana y el Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, o la Revista Campus de la Universidad de Alicante, entre 1984 y 1988,
Durante los trabajos de limpieza de los taludes laterales de este sondeo se ha detectado en un bloque de piedra caliza existente en uno de los cortes de la excavación de 1982, dos líneas de texto cinceladas en el mismo.
Tras un primer análisis del hallazgo, ofrecemos la siguiente valoración.
El bloque, tallado de piedra caliza del Montgó, es parte de un monumento epigráfico. La cara posterior es sinuosa y, al parecer, estuvo originariamente encajado o empotrado, formando parte de un monumento de mayores proporciones. Las caras laterales han sido fuertemente erosionadas por la acción marina y en la cara anterior o la del campo epigráfico presenta restos de una argolla de hierro anclada fuertemente en el bloque mediante un rebaje en la piedra relleno de plomo; una técnica habitual en tiempos de los romanos. Es bien notorio que se trata de un bloque con inscripción epigráfica, luego fragmentado y reutilizado como anclaje de sujeción de una anilla o cadena sin duda relacionada con la inmovilización de naves, bien en el muelle o embarcadero, bien en el fondo de la bahía o ensenada del puerto. Este bloque parece haber sido desplazado hasta este lugar por una transgresión marina en época desconocida pero, sin duda, en los siglos siguientes y durante el periodo de actividad de la ciudad romana, que cesa en este ámbito en el primer tercio del siglo VI.
El monumento epigráfico, por la tipología de su grafía, se puede datar en la segunda mitad del siglo II, en época de los Antoninos o, a lo sumo, de los Severos,
Presentamos un avance de la transcripción de la inscripción conservada, que será estudiada y publicada, junto con otros hallazgos epigráficos de los últimos 20 años, por Juan Manuel Abascal, de la Universidad de Alicante y Josep A. Gisbert.
Q. SVLP. (ligadura LP) CRATV[S]
AED D (hedera) D
Un personaje de las elites municipales de Dénia, Quintus Sulpicius Cratus, que ejerce el cargo de AED(ilis) / D(at) D(edicat); da o dona y dedica el monumento. Este monumento se emplazaría, probablemente, en el Forvm de Dianium, del cual la zona O es esta parcela en donde se ha desarrollado el hallazgo fortuito.
El personaje, Quintus Sulpicius Cratus, magistrado municipal, ejercía en estos momentos el cargo de AEDILIS. Como edil tenía entre sus funciones las del control de pesos y medidas, vital para el ejercicio del comercio, el control de la seguridad pública y el control y funcionamiento de los mercados. El Municipivm de Dianivm es fundado por el emperador Augusto y, desde entonces, goza de la organización propia de un municipio romano.
Un testimonio más de que el HORT DE MORAND, es y se ha de considerar como sagrado por los dianenses.
Fuente: lamarinaplaza.com | 10 de abril de 2017

Australopitecos de Manhattan y otras leyendas urbanas

Portada del libro “El chico de la Gran Dolina”, Planeta, Barcelona.

Se acaba de reeditar mi primer libro, publicado en 2002: El Chico de la Gran Dolina, Crítica, Barcelona. Es un libro que me trae muy buenos recuerdos. Fue un trabajo arduo, tanto por la complejidad del tema como por mi inexperiencia en la divulgación científica. Me hace ilusión ver de nuevo la flamante portada del libro, ilustrado de manera excelente por mi buen amigo Mauricio Antón y tan bien cuidado en todos sus detalles por la editorial. La nueva edición lleva un prólogo adicional, en el que comento algunos acontecimientos de estos últimos 15 años. Quizá lo más importante es constatar que la tesis principal del libro sigue vigente, aunque se hayan matizado muchos de los trabajos de investigación realizados desde 1985. Este es un año clave, cuando los entonces jóvenes investigadores Timothy Bromage y Chris Dean publicaron un artículo en la revista Nature concluyendo que la interpretación de la biología de australopitecos, parántropos y los primeros representantes del género Homo podía estar equivocada.

Han transcurrido nada menos que 32 años desde aquella publicación. Chris Dean ya se ha jubilado, aunque sigue con un puesto honorífico en la University College de Londres. Tim Bromage sigue en activo, aunque sospecho que no tardará en retirarse. Pero lo harán con la satisfacción de haber aportado un aspecto muy importante en la interpretación de la biología de los homininos del pasado. Aquel trabajo fue para mi una verdadera inspiración y, de manera modesta, realicé algunos trabajos en esa línea de trabajo. También tengo la satisfacción de saber que uno de mis últimos doctorandos (Mario Modesto) defenderá en 2018 una tesis sobre esta línea de investigación. Por supuesto, la publicación de aquel libro en 2002 fue el resultado de la fascinación que me produjo la publicación de Tim Bromage y Chris Dean en 1985 y todo lo que vino después.

Hasta ese momento, todos los expertos admitían que las especies de los géneros Australopithecus y Paranthropus tenían un desarrollo similar al nuestro, con sus 18 años de crecimiento, niñez prolongada, adolescencia, etc. Tal es así, que la teorías sobre la forma de vida de estos homininos respondía a modelos similares a los de los humanos actuales. Recuerdo bien la frase de un trabajo de Tim Bromage, publicado en 1987, cuya traducción libre era más o menos: si los Australopithecus crecían y se desarrollaban como humanos modernos ¿por qué no eran iguales a nosotros?

Una buena pregunta, que nadie se había planteado. Los expertos (la mayoría norteamericanos) se imaginaban a estos homininos tan arcaicos viviendo en familias nucleares, como las de algún barrio de Manhattan. Los machos se dedicaban a procurar el sustento a la madres y a las crías, mientras que las mamás cuidaban del hogar. Tim Bromage remataba su frase diciendo (traducción libre): los Australopithecus tenían ese aspecto, porque crecían y se desarrollaban como Australopithecus. Así de simple. No había más secretos. El desarrollo de aquellos humanos del pasado terminaba hacia los 10 u 11 años y las hembras podían ser madres hacia los 12-13 años, como sucede en los simios antropoideos. Y los recién nacidos serían tan precoces como los pequeños chimpancés del Gombe.
En la actualidad toda la comunidad científica dedicada al ámbito de la evolución humana admite que aquellos humanos del Plioceno, y aún los primeros Homo del Pleistoceno Inferior, tenían un patrón de crecimiento y desarrollo mucho más parecido al de los chimpancés o al de los gorilas. La visión de nuestros ancestros cambió de manera radical en 1985 y años sucesivos. Los métodos y técnicas de estudio han mejorado mucho desde entonces y se han matizado muchas investigaciones, por supuesto. Pero la tesis principal de aquel trabajo de 1985 y la del libro del Chico de la Gran Dolina sigue vigente. Tim Bromage y Chris Dean dieron un pequeño paso de gigante, dejando atrás lo que se ha dado en llamar “la frontera del conocimiento”.

Vía: QUO

La humedad impulsó la extinción de la megafauna de la Edad de Hielo

Reconstrucción de mamuts lanudos, que desaparecieron hace 10.000 años, en su entorno / Mauricio Antón.
 
La humedad que surgió a partir del derretimiento del permafrost y de los glaciares causó un aumento generalizado de pastos para ser rápidamente reemplazados por turberas y pantanos, fragmentando poblaciones de grandes herbívoros.
Una investigación, dirigida por el Centro Australiano de ADN Antiguo (ACAD, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Adelaida (Australia), publicada hoy en la revista Nature Ecology and Evolution, revela que los huesos fósiles de megafauna conservan la evidencia bioquímica directa de variaciones ambientales que se pueden rastrear a través del tiempo.

Utilizando 511 huesos datados con radiocarbono de animales como bisontes, caballos y llamas, el equipo pudo investigar el papel del cambio ambiental en las misteriosas extinciones de la megafauna, durante el Pleistoceno tardío, que incluye a la vasta mayoría de grandes animales terrestres existentes en la Edad de Hielo, como los perezosos gigantes o los tigres dientes de sable.

"No esperábamos encontrar señales tan claras de que el aumento de la humedad ocurriera de forma tan amplia en toda Europa, Siberia y América", dice el profesor Alan Cooper, director de ACAD.

"El momento en el que sucedió varió entre regiones, pero coincide con el colapso de los glaciares y el permafrost. Es decir, ocurre justo antes de que la mayoría de las especies se extinguieran”, añade.

El estudio muestra que un pico de humedad se produjo entre el momento de la fusión de las capas de hielo y la invasión de nuevos tipos de vegetación, como las turberas (datos mostrados de Canadá y el norte de Estados Unidos).

El equipo internacional de investigadores, que incluye a las universidades de Fairbanks Alaska (EE UU), de Oslo (Noruega), al gobierno de Yukón (Canadá) y a otros paleontólogos rusos y canadienses, midieron los isótopos de nitrógeno de los huesos y dientes de estos animales, recuperados de zonas de permafrost y cuevas en Europa, Siberia y América. Como resultado de este análisis encontraron señales bioquímicas distintivas que reflejan aumentos masivos de la humedad en el paisaje.

"La megafauna de pradera era fundamental para la cadena alimenticia. Actuaron como surtidores gigantes que desplazaron los nutrientes alrededor del entorno", dice el autor principal del estudio Tim Rabanus-Wallace (derecha), de la Universidad de Adelaida.

"La idea de que las extinciones fueron impulsadas por la humedad es realmente emocionante porque también puede explicar por qué África es tan diferente, con una tasa mucho menor de extinciones de megafauna que ha sobrevivido en muchos casos hasta la actualidad", explica Cooper.

Matthew Wooller (izquierda), de la Universidad Fairbanks de Alaska concluye: "Descubrimos que en los diferentes continentes los cambios climáticos ocurrieron en diferentes momentos, pero todos coincidieron con el momento en el que la humedad aumentaba masivamente justo antes de la extinción.

La aportación realmente importante de este estudio es que proporciona evidencias directas de los propios fósiles. Estas criaturas extintas nos están informando sobre el clima que experimentaron y que condujo a sus propias desapariciones".


Fuente: SINC| 18 de abril de 2017