El pensamiento humano nació con las herramientas más primitivas

Una voluntaria aprendiendo a realizar tallas líticas mientras se estudia su cerebro. Crédito imagen. Shelby Putt.


Después de estar 800.000 años fabricando herramientas simples de la tradición olduvayense, los primeros seres humanos comenzaron a fabricar hachas achelenses hace alrededor de 1,8 millones de años. En ese momento, el cerebro humano casi se duplicó de tamaño.
Algunos investigadores han sugerido que esta tecnología más avanzada, junto con un cerebro más grande, implicó un mayor grado de inteligencia y tal vez incluso los primeros signos del lenguaje. Una nueva investigación ha certificado esta hipótesis.

La nueva investigación ha averiguado qué nivel de actividad cerebral es necesario para la fabricación de esas herramientas prehistóricas y descubierto que la fabricación de las complejas herramientas achelenses requiere el uso de las mismas zonas cerebrales necesarias hoy para tocar el piano.

En consecuencia, esta investigación ha determinado que el pensamiento humano pudo haber surgido mucho antes de lo que se creía hasta ahora, situando su origen en unos 1,8 millones de años atrás, cuando aparecieron las primeras herramientas achelenses.

Izquierda: herramienta olduvayense. Derecha: Bifaz achelense.

Según este estudio, publicado en Nature Humane Behavoir, la cognición humana coincide en el tiempo con la aparición del Homo erectus, una especie temprana del género humano anterior a los Neandertales en casi 600.000 años.

Las tradiciones líticas olduvayense y achelense estuvieron presentes en el Paleolítico inferior, la etapa más larga de toda la prehistoria que empezó hace unos 2,5 millones de años y duró hasta hace unos 125.000 años, cuando aparecen otras industrias más complejas.

Las herramientas olduvayenses, que aparecieron por primera vez hace unos 2,5 millones de años, están entre las primeras utilizadas por los antepasados de la humanidad. El uso de herramientas achelenses es más reciente, pues data de entre 1,8 millones y 100.000 años atrás.

El uso de tecnología de espectroscopia de infrarrojos funcional permite a los investigadores medir la actividad cerebral en tiempo real con voluntarios realizando herramientas prehistóricas de forma manual.Shelby S. Putt

Cerebros de hoy para ver los cerebros de ayer

El descubrimiento ha sido posible mediante una forma original. Se ha escogido a individuos modernos para que crearan con sus manos herramientas antiguas, unas olduvayenses y otras de la era achelenses, como si fueran seres humanos primitivos. Las herramientas debían construirlas rompiendo piedras con un pedernal, un objeto usado principalmente para crear flechas, explica la Universidad de Indiana en un comunicado.

Durante esta investigación, la actividad cerebral de los voluntarios era monitorizada con una moderna tecnología de imagen cerebral conocida como imagen espectroscópica próxima al infrarrojo. Esta técnica permite medir la oxigenación de una zona del cerebro para deducir su actividad, en este caso la fabricación de herramientas artesanales primitivas.

De esta forma, los investigadores pudieron deducir qué actividad cerebral fue necesaria para la fabricación de esas herramientas y conocer así el grado de desarrollo neuronal que tenían los seres humanos primitivos.

Es una metodología recurrente para los neuroarqueólogos, ya que analizando el comportamiento de humanos modernos, pueden entender cómo evolucionaron los homínidos hasta alcanzar el desarrollo cerebral. Este desarrollo no hay otra forma de medirlo porque el acto de pensar no deja huella física en el registro arqueológico.


Metodología

En esta investigación se enseñó a un grupo de 15 voluntarios a fabricar los dos tipos de herramientas a través de un video. A otro grupo de 16 voluntarios se les mostraron también los mismos videos, pero sin sonido, para que pudieran aprender a fabricarlas sólo mediante imágenes.

La observación de los cerebros de ambos grupos reveló que la atención visual y el control motor eran necesarios para crear las herramientas más simples olduvayenses.

Sin embargo, para la creación de herramientas más complejas de la industria de modo Achelense, fue necesario recurrir a zonas más amplias del cerebro, incluyendo las relacionadas con la información visual, auditiva y sensomotora. También la guía de la memoria de trabajo visual y la planificación de acciones de orden superior.

"El hecho de que estas formas más avanzadas de cognición fueran necesarias para crear hachas de mano achelenses, pero no herramientas simples oldowayense, significa que la datación para este tipo de cognición humana podría retrotraerse al menos a 1,8 millones de años atrás. Sorprendentemente, estas partes del cerebro son las mismas áreas dedicadas a actividades modernas como tocar el piano", indican los investigadores.

Foto: Las áreas del cerebro que conforman la red cognitiva en la elaboracioón de una herramienta achelense, también son activadas cuando un músico toca el piano. Imagen: Shelby S. Putt.

Fuente: tendecias21.net | 10 de mayo de 2017

Referencias

The functional brain networks that underlie Early Stone Age tool ma.... Nature Human Behaviour, article number: 0102 (2017). doi:10.1038/s41562-017-0102

Brain-imaging modern people making Stone Age tools hints at evoluti.... Shelby Putt. The conversation

TRAS LOS PASOS DE LA FAMILIA BORJA

Dos de los cabezas de la estirpe de papas más relevante de la Historia Universal hicieron de Xàtiva su bastión antes de partir hacia Roma en busca de gloria y poder

Las calles de la monumental Xàtiva fueron testigo en el siglo XIII de la llegada desde Aragón de dos figuras que resultarían decisivas para el futuro devenir de la historia universal a nivel religioso y cultural. Grandes mecenas de renombrados artistas del Renacimiento de la talla de Miguel Ángel, Pinturicchio, Tiziano o Leonardo Da Vinci, Calixto III y Alejandro VI nacieron y vivieron en Xàtiva durante una larga temporada en la que llevaron a cabo diferentes actividades y acciones que transformaron a la localidad valenciana en un esplendoroso lugar en el que todavía se conservan importantes vestigios de su presencia.

En Xàtiva, la historia envuelve a los visitantes y turistas para iniciar un viaje al pasado que da comienzo en cada monumento, cada rincón y cada calle de su casco antiguo. Un enclave que ha sido testigo de importantes acontecimientos protagonizados por personajes que, de un modo u otro, han resultado vitales para el posterior desarrollo de la Historia, en la mayoría de los casos Universal.

Hablar de Xàtiva obliga a detenerse un momento en dos figuras de especial relevancia, dos hombres cuya estirpe llegaría a ser la más venerada y odiada en pleno Renacimiento Italiano. Sus nombres, Alfonso y Rodrigo Borja, es posible que no resulten para nada familiares, pero si hablamos de los papas Calixto III y Alejandro VI, miembros de la polémica dinastía Borja, como se les conoció a escala mundial, la historia cambia.

La Casa de Borja, linaje noble procedente de Aragón, llegó a Xàtiva en pleno siglo XIII tras la conquista de Valencia por parte del rey Jaime I. En 1378, el por entonces llamado Alfonso, tras estudiar leyes en Lleida y aproximarse al mundo religioso a través de viajes a Valencia, Peñíscola y Roma, fue proclamado papa en 1455, decisión que no fue bien recibida entre el pueblo llano, ya que lo consideraron desde el principio un forastero sin apenas experiencia. Esa mala fama se acrecentó cuando comenzó a derivar responsabilidades en Rodrigo, su sobrino, que se convertiría en el segundo papa de nacionalidad española años después con el nombre de Alejandro VI.

El convulso pontificado de Calixto III y Alejandro VI, en el que hubo diferentes intrigas y conspiraciones, en la mayoría de las ocasiones iniciadas por personas de su entorno, se vio compensado con una importante mejora del ejército Vaticano en una época en la que las guerras estaban a la orden del día. Concienciados con la difusión de la cultura y el conocimiento, llevaron a cabo multitud de obras arquitectónicas a lo largo de Roma, como la Universidad de la Sapienza.

Pero si por algo destacaron estos setabenses fue en la promoción y difusión del arte en todas y cada una de sus facetas. La Casa Borja siempre tuvo en alta estima a los grandes artistas del momento, como los maestros Miguel Ángel o Tiziano, pero la relación más importante la mantuvieron con Leonardo da Vinci, quien se dedicó, entre otros muchos menesteres, a confeccionar los diseños de las máquinas de guerra para el ejército papal.

Desentrañar el legado de estos dos célebres personajes comienza en la ciudad que los vio nacer. La Ruta de los Borja, instaurada en el año 2007, permite conocer de primera mano la impronta que Calixto III y Alejandro VI dejaron antes de alcanzar la gloria papal.

El itinerario comienza en la Colegiata de Xàtiva, conocida popularmente como La Seu. Este conjunto arquitectónico data de finales del siglo XVI y engloba una amalgama de estilos artísticos que van desde el gótico al herreriano pasando por el renacentista. Lugar de entierro de varios miembros de la Casa Borja, resulta de obligada contemplación el Retablo de Alfonso de Borja y el cáliz de plata grabado con el nombre de Calixto III. De imponente belleza es también la puerta principal, en la que se erigen dos estatuas de bronce de los dos papas.

Otro punto de obligada visita es la casa natal de Alejandro VI, un palacete urbano del que se conserva la fachada y un precioso arco escarzano de columnas jónicas. La iglesia de San Pedro, ubicada en la plaza del mismo nombre, lugar elegido para bautizar a Rodrigo Borja en al año 1431, y la Ermita de Santa, templo de estilo gótico flamígero levantado por el propio Alejandro VI, completan el itinerario para conocer los orígenes de dos de las figuras más importantes de la historia mundial.

FOTOS: EVARISTO CANTÓ
www.xativaturismo.com

Homo naledi: el descubrimiento que puede reescribir la historia sobre la evolución del ser humano

Un nuevo lote de restos humanos hallados en las profundidades de una cueva de Sudáfrica podría cambiar lo que sabemos hasta ahora de la evolución humana.

La datación de los huesos de esta especie conocida como Homo naledi, que incluyen un cráneo adulto casi completo, revela que tienen una antigüedad de entre 335.000 y 236.000 años, es decir que, pese a sus rasgos primitivos, el Homo naledi es mucho más joven de lo que se esperaba y, por tanto, habría vivido al mismo tiempo que los individuos más tempranos de nuestra especie, el Homo sapiens.

Por otra parte, el sitio en donde fueron encontrados refuerza la idea de que estos homínidos depositaron deliberadamente sus muertos en la cueva.
Este tipo de comportamiento complejo es muy sorprendente para una especie humana con un cerebro de un tercio del tamaño del nuestro. Esto apuntaría a que tenía una mente inteligente y que estaríamos ante la presencia de indicios de cultura.

Los detalles de la investigación, encabezada por el profesor Lee Berger de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica y el profesor John Hawks, de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, fueron publicados en la revista eLife.

Tesoro en las cuevas

La historia de H. naledi comienza en 2013, cuando se descubrieron los restos de cerca de 15 individuos de varias edades dentro de la cámara Dinaledi, que forma parte del sistema de cuevas Rising Start.


En ese mismo momento, los investigadores estaban explorando una segunda cámara, a 100 Km de distancia, llamada Lesedi.

El hallazgo en Dinaledi fue publicado en 2015, pero la investigación sobre los restos de Lesedi no fue presentada sino hasta ahora. Los especímenes más recientes incluyen los restos de al menos dos adultos y un niño. El cráneo de uno de estos adultos, al que llamaron "Neo", indica que fue probablemente un hombre. El análisis de los huesos de sus extremidades muestra que se sentía igualmente cómodo caminando o trepando.

El hecho de que el H. naledi haya vivido al mismo tiempo y en la misma región que el H. sapiens revela la increíble diversidad de formas humanas que existían durante el Pleistoceno tardío (entre las que se incluye el Homo rhodesiensis).

Similitudes

¿Pero cómo mantuvo el H. naledi sus características distintivas viviendo en una proximidad tan cercana con otras especies humanas entre las que se encuentra el H. Sapiens?

H. naledi (derecha) parece haber compartido el sur de África con distintas especies de humanos, como por ejemplo el hombre de Kabwe (izq.).

"Es difícil de atribuirlo al aislamiento geográfico ya que no hay límites o barreras. Es el mismo paisaje de aquí a Tanzania. Estamos en una sabana continua".
El tamaño de los dientes del H. naledi refleja que habrían tenido una dieta similar a la de los humanos modernos. Las proporciones de sus extremidades hace pensar también que podrían haber utilizado herramientas de piedra.

"No parecen haber estado en diferentes nichos ecológicos. Esto es raro, es un problema. No es una situación en la que podamos decir: 'coexistieron porque usaban los recursos de forma diferente", le dijo Hawks a la BBC.

Análisis minucioso

Algo clave en la investigación fue la datación de los restos. En un principio, y basándose en sus características primitivas, Berger creyó que podrían tener hasta tres millones de años. Sin embargo, estos huesos estaban solo ligeramente mineralizados, lo cual dio lugar a la posibilidad de que no fueran en realidad tan antiguos.
Para dar con una fecha más precisa, el equipo dató los huesos mismos, los sedimentos del suelo de la cueva y la colada (los minerales carbonatos que se forman cuando el agua corre por las paredes o el suelo de la cueva).
Usando una serie de técnicas, los investigadores lograron reducir el período al que pertenecieron los restos: entre 236.000 y 335.000 años atrás.
El equipo envió las muestras a dos laboratorios diferentes de modo que ninguno supiera qué estaba haciendo el otro o qué métodos analíticos estaba empleando. Aún así, ambos obtuvieron los mismos resultados.
"Este es ahora el yacimiento mejor datado en el sur de África", aseguró Hawks.

Misterio

Muchos misterios quedan aún por develar sobre este extraño miembro del árbol genealógico de la humanidad, como por ejemplo cuál fue la historia evolutiva del H. naledi hasta el momento en que sus huesos aparecieron en el sistema de cuevas Rising Star.

El equipo de espeleólogos frente a una de las entradas de la cueva. Derechos de autor de la imagen: MARINA ELLIOTT


Por el momento, los investigadores barajan dos teorías.

La primera es que el H. naledi es una de las ramas tempranas del Homo -algo así como el Homo habilis. Retiene una anatomía primitiva mientras que evoluciona en paralelo con la rama de la familia humana que, eventualmente, resultó en los humanos modernos.

Otra posibilidad es que se haya alejado hace más de un millón de años de una forma más avanzada del Homo -quizás del H. erectus- y luego haya regresado a su forma más primitiva en algunos aspectos, como la forma de su cráneo y dientes.

Fuente: BBC.com | 9 de mayo de 2017

Los diminutos molinos de mano de los aborígenes canarios no eran juguetes, sino ofrendas

Fotografía facilitada por el Museo Arqueológico de Tenerife de un molino de mano procedente de Barranco Hondo (Tenerife). Efe.

Hace tiempo se creía erróneamente que los pequeños molinos de mano de los aborígenes canarios -con un diámetro inferior a los 12 centímetros- eran juguetes, cuando realmente se depositaron como ofrendas en enclaves y entornos culturales, afirma el arqueólogo José Juan Jiménez (izquierda).
Jiménez, que es conservador del Museo Arqueológico de Tenerife y doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna, ha publicado una síntesis de su investigación sobre los molinos de mano en esta página web y señala en una entrevista a EFE que estos instrumentos ya existían en las civilizaciones históricas mediterráneas.

Los molinos domésticos miden entre 25 y 30 centímetros de diámetro, tienen un grosor de 5 a 9 centímetros y un agujero central de unos 7 centímetros, como el ejemplar procedente de Barranco Hondo (Tenerife) expuesto en el Museo Arqueológico.

Sin embargo, continúa el experto, han aparecido molinos con diámetros inferiores a 12 centímetros como ofrenda en contextos culturales no domésticos, que fueron malinterpretados como "juguetes" en el pasado.

Añade José Juan Jiménez que el molino circular indígena de Canarias consta de dos piezas planas en la zona de contacto y convexas en la externa, con una perforación circular central.

El orificio de la muela superior -que en ocasiones muestra un gollete- servía para introducir la materia que se deseaba triturar, mientras los pequeños hoyuelos practicados en su periferia se utilizaban para apoyar palitos o cuñas de madera con las que se confería movimiento rotatorio.

A medida que estas oquedades quedaban desgastadas por el uso se realizaba otra, cuya cantidad final oscila entre 2 y 8.




Según el conservador del Museo los molinos se fabricaban con basalto poroso, una roca magmática joven de gran dureza cuya composición fundamental consta de feldespato y piroxena, que se encuentra en forma de columnas hexagonales en zonas volcánicas como Canarias.

Su factura es áspera e irregular y su estructura granulada, fina y compacta, dejando minúsculas oquedades que le otorgan un aspecto poroso o cavernoso.

José Juan Jiménez indica que los indígenas los labraban «con pedernales y con lajas de piedra viua» de los que existe información etnohistórica y arqueológica. Y añade que, tras extraer los bloques de las canteras basálticas, los retocaban y pulimentaban para eliminar improntas groseras, estilizar sus contornos y facilitar su uso.

Según las fuentes etnohistóricas, prosigue el arqueólogo, las semillas de cereal «molíanlas en unos molinillos pequeños que andaban a la mano las mujeres de una piedra negra mojeteada y fuerte» localizados en yacimientos arqueológicos costeros, de medianías y cumbres.
En relación a las analogías etnoarqueológicas canario-norteafricanas, Jiménez cita al investigador E. Laoust quien afirmó que entre los bereberes de Marruecos la muela del molino se denominaba tasirt, con ligeras variantes según las distintas tribus.



El más primitivo es el molino circular tipo Zemmour que ofrece las mismas características de los ejemplares canarios más conocidos: una muela de piedra engarzada sobre otra fija a la que se otorgaba movimiento con un palito llamado afus n-tsirt, como ocurría en los poblados donde las mujeres molían cereales con molinos que giraban a mano. Por el hueco del eje metían los granos que eran molturados entre las dos piedras, mientras la harina era recogida sobre una estera situada debajo.
Después la introducían en un saco que se llevaban a casa, pues cada dos o tres días molían la cantidad necesaria.

El molino también se usaba para machacar la sal y convertir en polvo la corteza que empleaban como curtiente, mientras que en Canarias también se utilizó para triturar almagre, sal, caliche, carbón y picón.

Para André Adam, el molino de mano amazigh y el de Canarias es similar en todas las civilizaciones mediterráneas históricas y en el norte de África su mayor difusión se promovió en época de la romanización, cronológicamente a inicios de nuestra Era, señala José Juan Jiménez.
El conservador alude además expresamente a Luis Diego Cuscoy, fundador y primer director del Museo Arqueológico de Tenerife, a cuya memoria dedica su publicación "pues fue referente y pionero" en el estudio arqueológico de los molinos de mano.

Fuente: eldiario.es | 8 de mayo de 2017

Realidad virtual para viajar por el Museo Arqueológico Nacional

Fernando Benzo, secretario de Estado de Cultura, «visita» uno de los escenarios virtuales del Museo Arqueológico Nacional- MAN

Un hombre sentado gira sobre sí mismo con una mueca de asombro. Lleva unas gafas opacas que le cubren la mitad del rostro y unos auriculares blancos que le aíslan del ruido que le rodea. Pasa así dos minutos, los que tarda una arqueóloga digital en explicarle cómo eran las ciudades medievales de España. Es una escena que desde ahora se verá a menudo en las salas del Museo Arqueológico Nacional (MAN). La institución acaba de presentar «Vivir en...», un proyecto de realidad virtual que permite a los visitantes sumergirse en cinco etapas distintas de la historia de nuestro país: Prehistoria, Protohistoria, Hispania Romana, Edad Media y Edad moderna.


«Conseguimos presentar la historia de una forma totalmente nueva, distinta y, sobre todo, memorable», explica Miguel Ángel Ruiz, director de contenidos de Samsung, la empresa encargada de esta iniciativa. «La gente podrá pasear por sus calles, entrar en sus casas, ver cómo vivían nuestros antepasados. El trayecto está guiado por una arqueóloga digital que nos comenta el contenido: es muy importante el carácter pedagógico del proyecto», continúa.
El diseño de los escenarios de las cinco épocas escogidas es obra de Magoga Piñas, experta en recreación histórica que ha trabajado en producciones como «Juego de Tronos» o «Ágora». La parte técnica cuenta con un especial cuidado, ya que el objetivo es crear un espacio lo más realista posible. Además, el departamento de documentación del MAN ha supervisado cada uno de los detalles de la ambientación. «Buscamos no solo el efectismo sino también la rigurosidad de la información», concluye Ruiz.

Para Fernando Benzo, secretario de Estado de Cultura que intervino ayer en la presentación del proyecto, esta iniciativa supone una «reinvención de la visita museística» y que refuerza la identidad del MAN, «cada vez más actual y tecnológico».

Por su parte, Andrés Carretero, director de la institución, ha señalado que esta herramienta servirá como reclamo para el público, fomentando la «mayor difusión del patrimonio histórico». De hecho, el público podrá conseguir a través de la tienda de Oculus la aplicación de «Vivir en...», que le permitirá disfrutar de estos escenarios virtuales a través de su teléfono móvil.

La colaboración de Samsung con el MAN, que comenzó hace más de un año, no termina aquí. El próximo otoño la compañía lanzará una aplicación que permitirá al público realizar una visita virtual por el museo desde cualquier parte del mundo. Es una de las iniciativas más ambiciosas que están desarrollando, dada la cantidad (y calidad) de las piezas que integran la colección del museo que deben trasladar al espacio virtual. Es, en palabras de Benzo, un esfuerzo por universalizar el «acceso a la cultura».

Fuente: ABC.es | 9 de mayo de 2017