Una nueva mirada a los indígenas canarios

Imagen del cuerpo momificado de un niño de entre dos y tres años procedente del yacimiento de Acusa, en Artenara / El Museo Canario

La imagen idealizada y estereotipada del buen salvaje que durante décadas ha mostrado la literatura, la música o la pintura de los antiguos pobladores de Canarias está empezando a cambiar. Y son los propios indígenas los que están contribuyendo a que se dé una visión suya más próxima a la realidad gracias a las huellas que han dejado y que se han ido recuperado en distintos yacimientos arqueológicos.

En El Museo Canario están intentando reconstruir la sociedad indígena canaria con «una nueva mirada arqueológica» que va mucho más allá de las ideas que, en la mayoría de casos, se sustentaban sobre bases no empíricas, estaban sesgadas y se planteaban desde una visión androcéntrica. Y para ello están echando mano del material que tienen, sus momias, y lo que cada una de ellas dice. Sus huesos, sus dientes, los espacios sepulcrales y mortajas o los restos de cerámica y las figurillas que se han hallado en los yacimientos están llevando a los arqueólogos «a las biografías de mujeres, de hombres, de adultos y de niños y con ellas de la sociedad indígena», explica Teresa Delgado (izquierda), arqueóloga y conservador de El Museo Canario, directora del proyecto Momias. Biografías en 3D y coordinadora de las jornadas La memoria de los muertos. Microrrelatos arqueológicos para una historia indígena, que esta semana se celebran en el museo.

«Las momias son el único testimonio que tenemos de cómo se preparaban los cadáveres y ellas dicen que a todos se les amortajaba igual», dice. Además, se sabe que «la momificación es un proceso natural de deshidratación, producido por las condiciones ambientales de los enterramientos, algo que ha costado que cale en la sociedad, porque a las momias canarias se las había elevado al nivel de las egipcias».


Con el proyecto Momias. Biografías en 3D y las tres momias seleccionadas (un hombre, una mujer y un niño) se logra hablar, dice Delgado, de cosas como las relaciones de género, el trabajo de hombres y mujeres, el consumo y la producción de cuerpos y la crianza, pero también visibilizar a los protagonistas más invisibles, las mujeres y los niños, sobre los que hasta ahora solo había una visión «muy parcial», explica el arqueólogo Javier Velasco, que en las jornadas hablará de la infancia.
«Los niños constituían la mitad de la población indígena, por lo que fueron partícipes activos en la generación de restos y dejaron huella de sí mismos, lo que los hace , como las mujeres, fundamentales para la reconstrucción de la sociedad de los antiguos canarios», dice.

Momia de El Museo Canario.

Niños aborígenes bien nutridos, pero objeto de violencia física

La infancia indígena ha dejado sus huellas. Están sus huesos y objetos como vasijas en miniatura o figurillas, que podrían ser juguetes. El juego no solo sería una actividad lúdica sino procesos de aprendizaje del mundo adulto.

Esta es una línea de trabajo nueva, admite Javier Velasco, pero ya saben que los niños están presentes en la sociedad indígena canaria y que, como en otras sociedades preindustriales, eran la mitad de la población.

Como en otras sociedades, en teoría, un 25% de niños tendrían que haber muerto antes de un año y más del 40% no hubiese llegado a adulto. En Canarias no es así. Los porcentajes están por debajo. En los enterramientos no hay tantos niños, pero «se desconoce si eran distintos».
Lo que sí se sabe la infancia aborigen es que no estaba mal nutrida ni padecía estrés nutricional.

El modelo 3D de la momia registrada con el número 8 ya está accesible (https://skfb.ly/6qnTU).

Golpes

Lo que sí recibían era golpes. Los niños, como las mujeres, están presentes en los procesos de violencia física, asegura Javier Velasco. Y eso está sustentado en que el 20% de las huellas de traumatismos «son de un grado extremo».

Visibilizar lo oculto

El Museo Canario se ha propuesto visibilizar a un sector de la sociedad indígena canaria que hasta hace poco permanecía oculta. Lo hace dejando hablar a los muertos. Hablan los hombres, pero también las mujeres y los niños, «los grandes olvidados» de la arqueología en Canarias, asegura Teresa Delgado, que apela, además, a la labor divulgadora de los museos. En El Museo Canario echan mano de las nuevas tecnologías para acercar tres de sus momias a la sociedad gracias al proyecto Momias. Biografías en 3D gracias al que se han digitalizado en tres dimensiones tres momias y toda su información y la han hecho accesible a todos y desde casa.

Fuente: canarias7.es | 14 de junio de 2017

Las enigmáticas Estelas de Guerrero, así se transmitían los mensajes hace 3.000 años

Estela encontrada en Las Herencias (Toledo) FOTO: PEDRO SAURA


¿Cómo era la sociedad toledana hace casi 3.000 años? ¿Existía realmente una estructura social al uso? Hablamos de la Edad del Bronce Final, en el siglo VIII a.C. Una de las pistas para conocer detalles de lo que ocurría en la época está en las llamadas Estelas del Suroeste o Estelas de Guerrero: losas de piedra con dibujos esquemáticos que están sirviendo a los investigadores para aportar algo de luz a aquel tiempo tan remoto.

En Toledo se han encontrado hasta la fecha seis de estas piezas y todas en el Valle del Tajo, en la parte más occidental de la provincia. Esa cifra, en el conjunto de la Península Ibérica, asciende a más de 120. El primero de estos hallazgos en Toledo ocurría a comienzos de los años 80 del pasado siglo XX en el municipio de Las Herencias, con dibujos esquemáticos sobre cuarcita, un material de la zona.

Estela encontrada en La Estrella (Toledo) FOTO: PEDRO SAURA

El último descubrimiento de una de estas estelas se producía en marzo de 2015 en un lugar bastante cercano, en La Estrella. La pieza la encontró el secretario de este municipio, Antonio Gutiérrez del Mazo, mientras realizaba trabajos agrarios, aunque solo se conserva el 60% de lo que sería la estela completa. Ambas están depositadas en el toledano Museo de Santa Cruz, mientras que en los municipios donde fueron localizadas pueden contemplarse sendas reproducciones.

Sergio Isabel es arqueólogo y miembro del equipo de trabajo del proyecto ‘Identidad y territorio en el Tajo Medio durante el Bronce Final y la Edad del Hierro’ que estudia estas piezas. Era una época de cambios sociales en la que aparecen determinadas élites que pelearán por dominar el territorio. “Por eso se piensa que puedan ser una manifestación de esas élites”. Una especie de aviso sobre el lugar en el que se encontraban. “Estás entrando en mi territorio. Es lo que parecen advertir pero al mismo tiempo nos hablan de que se está entrando en contacto con otros mundos, con gente que viene de Europa, del Mediterráneo…”

Pero esto es solo una de las teorías formuladas. Lo que sí se sabe es que existían jerarquías y que la principal actividad económica era la ganadería. “Sí había un componente comercial con estas nuevas culturas que estaban llegando. Estamos justo en el momento previo a la sociedad de los tartessos”, dice Ángela Crespo, también arqueóloga en el equipo.

Las estelas son uno de los pocos ‘documentos’ que han llegado hasta nosotros desde la Edad del Bronce y se cree que servían para transmitir mensajes. “Podemos llamarlo documento porque están realizadas sobre piedra y su cara más plana se utilizaba para realizar inscripciones y grabados figurativos a través de los que podemos extraer datos de cómo era la sociedad de la época, sus actividades económicas, sus élites o sus divinidades”, explica Sergio Isabel.

Sergio Isabel y Ángela Crespo FOTO: ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL MUSEO DE SANTA CRUZ ¡VIVO!

¿Quiénes eran las misteriosas personas que aparecen en las estelas?

Las estelas de la Edad del Bronce Final se caracterizan por la aparición de la figura de un guerrero que no podemos encontrar en las de épocas anteriores porque “la propia piedra era la que representaba al guerrero”, asegura Sergio Isabel. Además, todas tienen un elemento común y central que se repite: un gran escudo. En realidad es el protagonista de la estela debido a su tamaño.

Después, se aprecian las distintas armas de la época: espadas, lanzas, un carro tirado por caballos (era un elemento de prestigio y ostentación, al estilo de los que pueden verse en películas sobre griegos o romanos) y un casco, a veces cónico, derivado de la influencia de Europa central, a veces adornado con cuernos y de procedencia mediterránea. Los grabados fueron realizados con técnicas básicas. “Usaban el repiqueteado en todo, a excepción de las manos del guerrero que se grababan con sencillas incisiones”, explica la arqueóloga.

Seguro que esta especie de piedras ‘parlantes’ tenían un papel definido hace casi 3.000 años, pero lo cierto que en la actualidad “no sabemos para qué servían aunque está claro que fueron hechas para ser vistas. Por eso elegían rocas, como la utilizada en la estela de Las Herencias, con una pátina rojiza para que aflore el color gris”, explica el arqueólogo.

En todo caso, y a pesar de que no se conoce su función exacta, algunos investigadores creen que podría tener carácter funerario. “Sería el lugar de enterramiento de un guerrero, no con su ajuar sino con su panoplia (la armadura completa)”, señala Ángela Crespo. Otros científicos apuntan, en cambio, que se utilizaban para “marcar territorio”.


La arqueóloga explica que las últimas investigaciones se centran en estudiar su función dentro del propio paisaje. Y es que hasta la fecha no han aparecido vinculadas a estructuras (posibles restos de lugares habitados), sino en mitad del campo e incluso ‘recicladas’ en muros o cumpliendo la función de un banco. “La mayoría de ellas han aparecido descontextualizadas, no estaban donde deberían. Cada vez hay más hipótesis, pero mientras hay que estudiarlas desde el punto de vista del papel que van a cumplir en el paisaje”.

La información sobre esta parte de nuestra historia es aún escasa. Queda mucho por investigar. “Cada vez que aparece una es especial, porque podemos confirmar que en la Península Ibérica había unos grupos que repiten los mismos motivos en estas estelas”, dice Sergio Isabel. Se cree que pueden estar ligadas a las primeras rutas comerciales que se establecieron con el Mediterráneo, Centroeuropa y el Atlántico.

El Proyecto BHIT Estelas Toledanas quiere despejar algunas incógnitas. Se trata de una iniciativa interuniversitaria en la que participa la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), bajo la dirección del profesor Juan Pereira Sieso y la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección de la catedrática en Prehistoria, Teresa Chapa. Estudian las llamadas estelas del suroeste de la Península Ibérica, en los valles de los ríos incluyendo las encontradas en la provincia de Toledo.

El “importante” papel de la mujer en la Edad del Bronce

Las estelas de guerrero no son las únicas que estudian los investigadores. De la misma época se han encontrado otras en las que la protagonista es la figura de una mujer que porta un tocado radial, es decir, una enorme diadema. Son las llamadas estelas diademadas. El grabado femenino está siempre acompañado de guerreros a ambos lados.

Sergio y Ángela, durante una de las visitas guiadas gratuitas en el Museo de Santa Cruz FOTO: ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL MUSEO DE SANTA CRUZ, ¡VIVO!

“Creemos que el papel de la mujer debía ser muy importante dentro de las élites. De hecho eso se sabe que ocurría en la posterior Edad del Hierro. No significa que sean sociedades matriarcales pero sí matrilineales, con predominio de la línea materna sobre la paterna”, dice Sergio.

Este caso también hay que hablar solo de hipótesis. Se sigue investigando. En el caso de las estelas toledanas ya hay algunos datos relevantes que aún no han dado a conocer. En todo caso, y para saber más de estos curiosos elementos arqueológicos, Ángela Crespo y Sergio Isabel colaboran con la 'Asociación de Amigos del Museo de Santa Cruz ¡Vivo!' Las estelas toledanas son durante todo junio las protagonistas del programa ‘La pieza del mes’ de este museo toledano. Todos los sábados, a las 11.30 horas, se organizan visitas guiadas gratuitas.

La selección natural ha purgado a nuestros genes reproductivos del pasado neandertal

Ilustración de la mezcla genética entre neandertales y humanos modernos. INSERM, A. Pinci.

Los genes del hombre moderno implicados en el proceso de reproducción son especialmente pobres en variantes genéticas de origen neandertal, ha determinado un estudio que se publica en la revista Molecular Biology and Evolution.

Después de comparar la composición de los genes responsables de la mezcla genética necesaria para la reproducción entre neandertales y hombres modernos, los investigadores han apreciado diferencias significativas entre unos y otros.

Los investigadores descubrieron que los genes expresados en el hombre actual a través de la meiosis (proceso de división celular) en las células originales de los gametos sexuales, están desprovistos de las variantes genéticas de origen neandertal, producto del cruce entre Homo sapiens y Homo neanderthalensis.

Eso significa que la selección natural ha purgado de nuestro organismo las trazas de nuestros lejanos ancestros neandertales y denisovanos en los genes responsables de la mezcla genética necesaria para la reproducción, según se explica en un comunicado.

Para Frédéric Chalmel (izquierda) y Bernard Jégou (derecha), los coordinadores de este estudio, esto indica que “Aunque la mezcla genética entre los hombres modernos y estos homínidos desaparecidos nos han permitido adquirir nuevos rasgos adaptativos importantes para nuestra supervivencia, al mismo tiempo ha tenido un impacto negativo sobre la fertilidad de los primeros híbridos. Seguramente debido a esto, los genes implicados en la miosis, un proceso particularmente sensible, fueron excluidos de las variantes genéticas arcaicas. Este trabajo es el primer estudio de paleo-fertilidad y es susceptible de revelar los procesos evolutivos implicados en algunos casos de infertilidad que encontramos en la actualidad”.


Presencia genética ancestral

Una pregunta recurrente de los paleontólogos desde hace decenios relativa a los primos del hombre moderno hoy desaparecidos, los hombres de Neandertal y de Denísova, es cuál ha sido la naturaleza de las interacciones entre el hombre moderno y las otras especies de Homo ya extintas.
Hace centenares de miles de años, se sucedieron las migraciones humanas desde África hacia otros continentes, lo que condujo a la coexistencia en Eurasia (una zona geográfica o continente que comprende Europa y Asia unidas) del Homo sapiens con otras especies de género Homo ya desaparecidas.
En 2013, se obtuvo la secuenciación del genoma de un neandertal a partir de fragmentos óseos en los que se conservaba ADN o ácido desoxirribonucleico, la proteína compleja que se encuentra en el núcleo de las células y constituye el principal constituyente del material genético de los seres vivos.

La reciente aparición de la paleontogenómica permitió establecer que entre el 1% y el 3% del genoma de los euroasiáticos actuales es producto de una herencia de los neandertales, mientras que del 3% al 6% del genoma de los habitantes de las islas del Pacífico es heredado de otro primo ancestral, los denisovanos.

Los hombres y mujeres que hoy pueblan el planeta han salido de estos numerosos mestizajes fundamentales que han permitido la expansión de las poblaciones humanas gracias a la adquisición de caracteres favorables a las adaptaciones climáticas y medioambientales.

Variaciones genéticas

Sin embargo, una asombrosa particularidad apareció recientemente: las variantes genéticas heredadas de los mestizajes con estas especies desaparecidas no se han dispersado por igual entre los cromosomas.
Esta investigación arroja luz sobre esta particularidad porque ha demostrado que estas variantes genéticas arcaicas están poco presentes en los genes expresados específicamente en el sistema reproductor del hombre actual. De ahí que la cuestión clave planteada en este estudio fuera determinar, en el seno del testículo y del ovario, a qué funciones precisas fueron asignados estos genes empobrecidos en variantes genéticas de los neandertales y denisovanos.

Para responder a esta cuestión, los investigadores compararon los genes presentes en las diferentes tipos celulares del testículo: células de la línea germinal, células de Sertoli, células de Leydig, etc.

Los resultados obtenidos determinan que sólo los genes expresados específicamente en el origen del proceso de mezcla genética (miosis) son muy pobres en alelos ancestrales de origen neandertal o denisovano. Un alelo es una de las formas alternativas que puede tener un mismo gen. Las conclusiones fueron idénticas cuando se estudiaron las células germinales presentes en los ovarios fetales humanos.

Siendo la miosis un proceso único y fundamental de la espermatogénesis y de la ovogénesis, la selección natural ha purgado de nuestro patrimonio genético las variaciones genéticas que habrían podido afectar a su buen desarrollo y perjudicar la perpetuación de nuestra especie, señalan los investigadores.

Fuente: tendencias21.net | 12 de junio de 2017

La Universidad de Girona inaugura una exposición sobre la vida durante la prehistoria

El Claustro de Santo Domingo de la Facultad de Letras de la Universidad de Girona acoge esta tarde la inauguración de la muestra Neanderlife. Momentos de la Vida Neandertal.

A través de grandes pósters, la exposición hace un recorrido ameno y didáctico para las características más significativas de la vida y de las poblaciones neandertales hace miles de años.
Permite profundizar en el conocimiento de esta especie extinta, quién y cómo eran, como organizaban el entorno, cómo se alimentaban. Todo ello a través del conocimiento obtenido con el estudio de las excavaciones arqueológicas estudiadas.

Durante el acto de hoy, el personal del área de Prehistoria de la UdG mostrará a los asistentes una recopilación de herramientas de piedra realizadas por los neandertales y los restos de grandes mamíferos contemporáneos procedentes de las excavaciones realizadas en las cuevas del Reclau, en Serinyà, y en la cueva de los Ermitons, en Sales de Llierca.

La exposición ha sido coproducida por la Universidad de Girona y el IPHES.
Fuente: diaridegirona.cat | 12 de junio de 2017

Los misteriosos círculos de madera más antiguos que Stonehenge

Las misteriosas estructuras circulares de madera, halladas tan solo a unos kilómetros al norte de Stonehenge, son 800 años más antiguas de lo que se pensaba, han revelado científicos británicos, informa el periódico 'The Sunday Times'.

Tras descubrir el monumento prehistórico por primera vez hace 30 años, los expertos creyeron que fue construido en el año 2500 a.C., en la misma época que Stonehenge. No obstante, nuevas pruebas de datación por radiocarbono han demostrado que la estructura, construida con más de 4.000 árboles, data del año 3300 a.C.

"La fecha del 3300 a.C. pone a las empalizadas en un contexto completamente diferente. Es el final del Neolítico temprano, y tenemos un espacio en blanco en el conocimiento de los grandes monumentos de aquella época", dijo a 'The Times' Alex Bayliss (izquierda), experta en radiocarbono de Historic England.

"Tenemos aquí un monumento totalmente nuevo que no se parece a nada que se haya encontrado en Gran Bretaña antes", añadió.

Los científicos creen que los monumentos podían haber sido utilizados para algún tipo de ritual o festival. De acuerdo con una de las hipótesis, una de las empalizadas podría haber sido destinada para las mujeres y la otra para los hombres.
Los investigadores suponen que los monumentos de madera podían servir para ser quemados intencionalmente y así crear enormes anillos de fuego, pero se sabe muy poco sobre su uso, según el documento publicado en la revista 'British Archaeology'.