El improvisado dentista neandertal

Tres vistas de los cuatro dientes hallados hace un siglo que han vuelto a ser examinados. DAVID FRAYER

El dolor de muelas ha debido ser un incordio durante toda la historia de la Humanidad. Nuestros ancestros también lo sufrían e intentaban paliarlo como podían, como muestran hallazgos paleontológicos como el que esta semana recoge la revista Bulletin of the International Association for Paleodontology. Un equipo de investigadores ha encontrado indicios de prácticas dentales en los restos de un individuo que vivió hace 130.000 años en el territorio que hoy es Croacia.
Según explica el equipo liderado por David Frayer (izquierda), investigador de la Universidad de Kansas, los dientes pertenecen a un neandertal que presumiblemente sufría dolor de dientes e intentó aliviarlo él mismo utilizando algún tipo de herramienta.

Los dientes fueron encontrados hace más de un siglo en el yacimiento neandertal de Krapina (Croacia). Aunque fue excavado entre 1899 y 1905, ahora han vuelto a examinarse algunos de los fósiles, obteniendo nuevas conclusiones. En el caso de los dientes, los han pasado por el microcospio. "Aunque no tenemos la mandíbula, los dientes están en un estado formidable. Se ha perdido parte de las raíz, pero la mayor parte está intacta", asegura Frayer a este diario.
Las marcas encontradas en el premolar y en el tercer molar están asociadas con distintos tipos de manipulaciones dentales. Aunque no han identificado en el yacimiento el instrumento con el que, a modo de palillo, se hicieron los surcos en los dientes, creen que posiblemente se usó parte de un hueso o de alguna planta.

Debido a que la parte alterada del diente esté en el lado de la lengua y las marcas presentan diferentes ángulos, los investigadores descartan que se hubieran producido por otra causa tras su muerte.
Cuatro de los dientes encontrados, asegura Frayer, pertenecen al mismo individuo aunque, a partir de la dentadura, no es posible establecer si se trataba de un hombre o una mujer.
El análisis de las piezas dentales no ha permitido determinar tampoco si este homínido sufría alguna enfermedad, aunque "el tercer molar muy probablemente le causaba dolor en la boca", dice Frayer.


Detalle de las marcas y surcos en los dientes de hace 130.000 años UNIVERSIDAD DE KANSAS


No es la primera vez que se encuentran este tipo de marcas de manipulaciones en dientes prehistóricos. De hecho, las hay más antiguas, de hasta dos millones de años de antigüedad. "La mayoría de los surcos o marcas halladas en dientes neandertales o en otros homínidos están aisladas y generalmente no asociadas a problemas dentales. Hay algunas asociadas a la mandíbula con enfermedad periodontal. Pero estos dientes, combinan una serie de aspectos que indican que él o ella presumiblemente se estaba tratando a sí mismo por un problema dental", explica Frayer.

Esta conclusión la vinculan al hallazgo en el mismo yacimiento de diversos objetos que mostrarían que la sociedad neandertal era más avanzada de lo que inicialmente se pensaba. Por ejemplo, encontraron garras de águila convertidas en piezas de joyería. Que utilizaran los materiales de su entorno a modo de palillos para cuidar su dentadura y tratar la irritación, dice Frayer, concuerda con la teoría de que los neandertales eran capaces de modificar su entorno y su cuerpo utilizando herramientas.

El pasado mes de marzo, otra investigación mostró que los neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón usaban hace ya 49.000 años el hongo Penicillium, un antibiótico natural, para calmar el dolor. Un equipo español detectó en la placa dental calcificada de fósiles dentales ADN de esa especie de hongo y de álamo, un árbol cuya corteza contiene ácido salicílico.


En los dientes hallados en Croacia, dice Frayer, hay también algo de sarro dental "aunque todavía no ha sido analizado" por lo que no han podido determinar si hay restos de alguna sustancia que pudieran usar para aliviar sus molestias. "Es algo que nos gustaría hacer en el futuro", señala.
Krapina es el más antiguo y el mayor de los principales yacimientos neandertales que hay en Croacia. Según relata el científico, allí se han encontrado unos 900 huesos humanos y 200 dientes. El otro sitio paleontológico se llama Vindija, está en las proximidades de Krapina y tiene unos 32.000 años de antigüedad. Aunque se han encontrado muchos menos fósiles que en Krapina, en Vindija sí se ha podido extraer ADN de algunos de ellos.

Fuente: elmundo.es| 28 de junio de 2017

Arqueólogos identifican a Caius Iulius como el carpintero de ribera del pecio romano de Porto Cristo

Los arqueólogos que investigan el barco romano del siglo I conocido como el pecio de las «llumetes» de Porto Cristo han identificado a Caius Iulius como el carpintero de ribera responsable de construir la nave, según una de las conclusiones de la excavación subacuática que se ha desarrollado en el yacimiento.

«Lo que se conoce como el pecio de las 'llumetes' de Porto Cristo podría ser un barco de la época del emperador Nerón, de unos treinta metros de largo y, posiblemente, hecho por el fabricante de barcos Caius Iulius, según indican las tres inscripciones que este año se han localizado en las maderas que aún se conservan en el fondo submarino», ha explicado el arqueólogo subacuático Javier Rodríguez, ha informado el Ayuntamiento de Manacor en un comunicado.

Por su parte, Sebastià Munar, codirector del equipo científico que dirige las excavaciones del yacimiento ha explicado que se trata de una embarcación romana del siglo I d.C. que iba cargada de ánforas, «llumetes» (lamparillas), vino, aceite y materiales de obra que procedía del sur de la Península Ibérica. Ha destacado que «es la única excavación arqueológica que estudia un barco de época romana en las Islas Baleares».



Por su parte, la concejal de Educación y Patrimonio, Catalina Riera, ha destacado la necesidad de cuidar los yacimientos: «Tenemos que ser conscientes de que los tesoros que tenemos en las costas de nuestro municipio son de todos y es importante que los conservemos porque, como en este caso, pueden contener información única en el mundo».

Este año, los arqueólogos han podido localizar la proa de la nave y han encontrado una cuerda del barco, de cuatro metros, de la que sólo se conoce una similar en todo el Mediterráneo.
Además, han podido recuperar una hoja de cuchillo y localizar tres inscripciones con el nombre del fabricante de la embarcación. «Hasta ahora nunca se habían encontrado tres inscripciones en el mismo barco romano», ha explicado Rodríguez. En ellas se puede leer Caius Iulius y las letras T, E y S, «que pueden indicar el lugar donde se ubicaba el taller de donde salió el barco», ha indicado.
Durante un mes, un equipo formado por arqueólogos, restauradores, especialistas en estudios de materiales, en arqueología naval y algunos voluntarios han trabajado en el fondo marino de Porto Cristo.


El objetivo es seguir con la investigación de este barco antiguo que realiza el Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marítima (IBEAM) y que el Museo de Manacor pueda dar continuidad a las labores para desalar las piezas, restaurarlas y registrarlas para exhibir «los importantes hallazgos que surgen de este yacimiento submarino de Porto Cristo», ha explicado la concejala de Cultura y Turismo, Antonia Llodrà.

Los arqueólogos han destacado que la arquitectura naval de la embarcación se encuentra en muy buen estado de conservación y esto posibilita que se haga un estudio cuidadoso de cómo era el barco romano.

«El objetivo de las excavaciones no es sacar el barco a la superficie ni extraer muchas piezas porque los objetos han permanecido unos dos mil años en el mar y sacar las piezas puede ponerlas en peligro», ha explicado el codirector del excavación Sebastià Munar.
Aún así, las piezas con posibilidades de conservación se depositan en el Museo de Historia de Manacor, «donde se desalinizan, estabilizan y se restauran para que puedan durar muchos años en las vitrinas y los almacenes del Museo», ha añadido su directora, Magdalena Salas.
El proyecto cuenta con financiación del Consell de Mallorca y del Ayuntamiento de Manacor.

Fuente: ultimahora.es | 28 de junio de 2017

Descubren los restos de 16 caballos sacrificados en el santuario tartésico del Turuñuelo

El santuario tartésico del Turuñuelo de Guareña, en Badajoz, del siglo V a.C., una joya arqueológica por sus novedosas técnicas arquitectónicas y por su estado de conservación, sigue revelando secretos que muestran su pasado esplendor. Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología-Mérida, del CSIC, ha hallado junto a la escalinata del templo los restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, que fueron sacrificados en un costoso ritual de clausura antes de la destrucción final del santuario. El Turuñuelo se ha convertido en un modelo para estudiar la cultura tartésica del interior, y aporta información muy valiosa sobre su organización social, sus mecanismos comerciales y sus rituales.

“El sacrificio consistió en una gran ofrenda a los dioses antes de abandonar definitivamente el lugar”, explica Sebastián Celestino, director de la excavación junto a la investigadora Esther Rodríguez, y director del Instituto de Arqueología-Mérida.

“Da idea de la enorme riqueza del sitio, pues el caballo era un elemento de prestigio. Además de los numerosos animales sacrificados (19 hasta el momento, pues no se ha terminado de excavar este espacio) han aparecido ánforas y cestos con cereales y otros elementos de gran valor, lo que da una idea de la importancia de ese sacrificio final, previo a la destrucción del monumento y su posterior amortización”.

DESCARGA DE MATERIAL
Nota de prensa (pdf)
Imágenes (zip)
Medio Departamento de Comunicación. 28/06/2017

Descubren los restos de una antigua civilización perdida en El Salvador

El arqueólogo Hugo Díaz excava en una de las paredes, en donde habian indicios de vestigios arqueologicos. *Fuente: El Faro.

Lo que tenemos debajo de nuestros pies es algo más que suelo o pavimento; aquello que está oculto por las capas del presente y el futuro es una auténtica ventana al pasado que, cuando menos se espera, se deja descubrir para dejar claro que lo que vivimos hoy tiene antecedentes que no debemos olvidar.

Este martes 27 de junio la Secretaría de Cultura de El Salvador dio a conocer que en una zona residencial de lujo de la ciudad de Santa Tecla, en las afueras de la provincia de Santa Rosa, encontraron vestigios arqueológicos que tienen más de mil 200 años de antigüedad, los cuales están relacionados con una civilización perdida que se desarrolló en esa zona después de la erupción del volcán Ilopango, en el año 535.

Vasija del clásico tardío del tipo cerámico Obrajuelo hallado de manera fortuita mientras se trabajaba con la retroexcavadora para realizar la ampliación de la calle Real en las afueras de condado Santa Rosa. El Cuenco fue dañado por la máquina. *Fuente: El Faro.

El descubrimiento sucedió gracias a que trabajadores de la alcaldía removieron un muro de tierra. Aunque el hallazgo ocurrió el domingo 25 de junio, las autoridades salvadoreñas pudieron confirmarlo hasta este martes.

A pesar de que se les informó a los trabajadores sobre el latente peligro de dañar algunos vestigios arqueológicos, estos no detuvieron las obras. *Fuente: El Faro.

Los arqueólogos encontraron restos de cerámica, pero lo más relevante fue el descubrimiento de entre cuatro y cinco fosas prehispánicas que podrían representar entierros o sitios de almacenaje de esa antigua civilización.

Este descubrimiento permitirá tener mayor información sobre los habitantes antiguos de esa zona. Los estudios previos revelaron que esa localidad fue sede de actividad humana en la época prehispánica. Ahí se realizaban principalmente tareas agrícolas, ya que en los alrededores ya se encontraron vestigios de campos de cultivo.

A pesar de que la Ley de Patrimonio Cultural establece que cualquier hallazgo arqueológico debe ser notificado a la Secretaría de Cultura de El Salvador, los trabajadores de la alcaldía de Santa Tecla continuaron con sus obras hasta que los vecinos de la zona se dieron cuenta de los vestigios y denunciaron los hechos.

Los trabajos continuaron hasta este martes 27 de junio, ya que incluso el lunes los inspectores de la Secretaría de Cultura llegaron al lugar y se encontraron con las maquinas usadas por los hombres que llevaban a cabo la obra ordenada por la alcaldía.

Restos de cerámica en el suelo en donde se realizan las obras. Lo vestigios esta expuestos a ser dañados por las maquinas o por el paso de los peatones que circulan por la zona. *Vía: El Faro.

En conferencia de prensa, los funcionarios del municipio dijeron que el hallazgo fortuito reportado el domingo se podría tratar de una implantación y es por eso que pidieron a la Fiscalía que investigue según lo establecido en el artículo 304 del Código Penal, el cual establece que “la persona que simule pruebas materiales, sin culpar a persona alguna determinada, pero con el propósito de que se inicie un procedimiento judicial o policial para la averiguación del hecho simulado, será sancionado con prisión de uno a cuatro años”.

 “Llama la atención que el arqueólogo llegó a recoger la pieza y la metió en su mochila”, explicó Vera de Barrientos, síndico municipal en conferencia de prensa. “No llevaba nada, ni siquiera una brochita para limpiarla”.

Es la segunda vez que se tienen indicios de civilizaciones que se desarrollaron en el periodo clásico tardío (del año 600 al 900). En el 2008 el Departamento de Arqueología informó que a un costado del edificio de Cancillería se encontraron vasijas, tiestos y zurcos arqueológicos que permitieron confirmar que hubo una población que habitó la comunidad de El Espino alrededor de cinco o seis siglos antes que los primeros pobladores de Madreselva en Santa Elena, en el periodo posclásico, es decir, después del año 900.

El hallazgo de una pirámide con forma de volcán en Perú desconcierta a los arqueólogos

El valle de Nepeña. Flickr / @Adrian Torres

Un equipo de arqueólogos ha hecho un curioso hallazgo en el cráter de la antigua estructura.

Un grupo de arqueólogos ha llevado a cabo una nueva investigación de la estructura piramidal conocida como 'El Volcán' en el valle de Nepeña en Perú, que arroja luz sobre el misterio de su origen, informa el portal Live Science.

El equipo encabezado por el profesor emérito de la Universidad de Misuri (EE.UU.), Robert Benfer, ha investigado la construcción descubierta en los años 1960 y ha publicado su estudio en la revista 'Antiquity'. Se trata de una estructura de una altura de 15,5 metros, que cuenta con un 'cráter' interior, similaral de un volcán.

El hallazgo

Los científicos excavaron una zanja en el cráter de El Volcán y descubrieron una escalera derrumbada que desciende bajo una capa de adobe hacia un suelo de yeso y barro.


Además, los arqueólogos hallaron debajo de la escalera una chimenea que estaba llena de trozos de carbón y conchas. Gracias al análisis de una muestra del material quemado con el método de datación por radiocarbono, se descubrió que el último fuego fue prendido entre los años 1492 y 1602.

Una posible explicación

Curiosamente, durante esos 110 años hubo cuatro eclipses solares. Esta frecuencia es muy rara y el fenómeno debía ser celebrado por los pueblos de las costas norte y central, los yungas. El fuego prendido en el hogar hallado podría referirse a una de estas ceremonias dedicadas al eclipse solar.


Los investigadores todavía desconocen cuándo fue construido el monumento, ya que la estructura original podría ser mucho más antigua que el hogar.

El equipo ha concluido que el monumento fue "originalmente y deliberadamente construido con forma de volcán, una pirámide con un cono y un cráter central". Sin embargo, Benfer también ha señalado que cerca de El Volcán no hay volcanes reales que hubiesen servido como modelos para su construcción. Además, "ninguna otra estructura con forma de volcán ha sido descubierta en Perú u otra parte" hasta ahora.