El ‘holandés más viejo’ aparece en el fondo del Mar del Norte

Era un fragmento de cráneo humano. Lo encontró un barco de pescadores mientras faenaban en el Mar del Norte. Son restos de hace 13.000 años, del final de la Edad de Hielo, y pertenecen al ‘holandés más antiguo’ que se ha encontrado hasta la fecha, según los investigadores de la Universidad de Leiden.

El hallazgo forma ya parte de la colección del Museo Nacional de Antigüedades de los Países Bajos. Los pescadores trabajaban cerca de la costa holandesa, al sur de un canal de navegación conocido como Eurogeul, excavado en el mar cerca del puerto de Rotterdam y que tiene una longitud de 57 kilómetros y una profundidad de 23 metros.

De ese antepasado humano solo quedaba el hueso parietal izquierdo. Las pruebas antropológicas, sin embargo, han revelado algunos detalles interesantes. Pertenecía a una persona adulta que probablemente estuvo afectado, y se curó, de una anemia. La composición química del fragmento ha confirmado que la caza contribuyó de forma importante a su dieta diaria.
Pero este hallazgo no era el único que esperaba en el fondo marino a ser descubierto. Al sur del Brown Bank, la parte más occidental de las aguas holandesas, había otro hueso, incluso más viejo, que fue hallado en 2005. Y estaba decorado. Pertenecía a un bisonte que pastó por los campos del norte de Europa hace unos 13.500 años, según la última datación por radiocarbono.

“Esta es la pieza de arte más antigua que proviene del Mar del Norte. Su función sigue siendo desconocida, aunque posiblemente era el mango de una herramienta o un objeto ritual”, explican los expertos. Los sorprendente del caso es que hay otros tres objetos con decoraciones similares que han aparecido en sitios tan alejados como Gales, Francia y Polonia.

Los investigadores apuntan que esta distancia “es un recordatorio convincente de las redes de contacto de los humanos de la Edad de Hielo tardía”. “El estilo geométrico y abstracto de la decoración difiere del arte antiguo, más naturalista y figurativo. Este cambio de estilo puede representar cambios importantes en la movilidad y la organización social de estos cazadores recolectores”, añaden.

Al final de la última Edad de Hielo (que acabó hace unos 10.000 años), el nivel del mar estaba entre 60 y 80 metros por debajo del actual. La mayor parte del Mar del Norte era, por ejemplo, tierra firme. En este vasto paisaje, los humanos cazaban venados, alces y bisontes.

Foto: El hueso de bisonte decorado. (Universidad de Leiden)

A pesar de que los dos huesos no parecen estar conectados directamente, los investigadores del Museo Nacional de Antigüedades y los arqueólogos de la Universidad de Leiden consideran que ambos destacan porque “son recuerdos muy raros de un período crucial en la historia profunda” de la zona que actualmente es Holanda.

“El final de la última Edad de Hielo es el momento en que los territorios del norte de Europa son colonizadas de nuevo por personas procedentes del sur. Esto sucedió en un momento de cambio climático y ambiental, lo que subraya el ingenio de nuestros antepasados ​​para enfrentar estas circunstancias”, aseguran.

Los hallazgos demuestran, según los expertos, que el fondo del Mar del Norte es “muy rico” en restos arqueológicos. “Es un vasto y en gran parte desconocido medio ambiente europeo prehistórico”, apuntan.

Fuente: David Ruiz Marull | La Vanguardia, 15 de febrero de 2018

Joseba Ríos Garaizar: "Los neandertales podrían haber tenido reglas estrictas en natalidad

Con el objetivo de dar a conocer los pasajes más desconocidos de la historia del territorio, Koldo Mitxelena y la Asociación de Historiadores Guipuzcoanos organizan cada mes una conferencia con un experto diferente. El mes pasado, Joseba Ríos analizó las últimas investigaciones realizadas en los yacimientos neandertales de la región cantábrica.

Los últimos hallazgos sugieren que, al parecer, los neandertales estaban más organizados de lo que se creía.

-Siempre se nos había vendido una idea de que los neandertales era una especie monótona, con unos comportamientos muy repetitivos y que se adaptaba mal al medio. En la conferencia quise romper esa idea, ya que fue una especie que habitó en buena parte de Eurasia durante al menos 150.000 años, en zonas geográficas y en épocas climáticas muy diferentes. Los neandertales era una sociedad muy bien estructurada y capaz de modificar sus comportamientos, incluso su cultura, atendiendo a distintos medios geográficos y periodos.
¿Qué descubrimientos avalan esta teoría?

-Más que hallazgos espectaculares, lo que se ha hecho es volver a los registros arqueológicos y mirarlos con otros ojos. Por ejemplo, en el yacimiento de Axlor, en Bizkaia, en un principio los resultaron no propusieron nada novedoso. Sin embargo, las nuevas investigaciones han mostrado que su comportamiento era más variable de lo que se creía. Tanto en este yacimiento como en otros, como el de Amalda en Zestoa o Abrigo del Cuco en Cantabria (izquierda), se ha descubierto que elaboraban de manera regular útiles de pequeño tamaño. Para crearlos, era necesaria una organización y una planificación y para utilizarlos una destreza manual. Esto es muy interesante, puesto que en principio se planteaba que solo los humanos modernos eran capaces de hacerlo.

Por lo tanto, ¿hablamos de hallazgos exclusivos en la cordillera cantábrica o hay otros con las mismas similitudes en el resto del mundo?

-No, en el resto del mundo también los hay. Lo que pasa es que en muchos de los yacimientos que se excavaron en el siglo XX no se cribaba sistemáticamente el seguimiento. Cuando se hacía, se realizaba con mallas muy grandes, que imposibilitaban identificar los pequeños objetos. Hasta el año 2000 no ha habido un boom de hallazgos de utillaje pequeño, y en ellos, han participado directamente los vascos.

¿Qué otros ejemplos hay?

-En buena parte del siglo XX se defendía que los neandertales eran una especie que subsistía casi exclusivamente con el carroñeo de animales muertos. A partir de la década de los 50, esta idea empezó a cambiar, y se creía que eran grandes cazadores. El debate radicaba entonces en cómo era posible que siendo tan buenos cazadores no pudieran competir contra los humanos modernos. Como había que buscar causas para explicarlo, una de las ideas que se dieron era que no tenían herramientas adecuadas. Hoy en día, sabemos que poseían armas para cazar a cierta distancia, pero no solo eso. Conocemos que además de alimentarse de grandes animales, lo hacían de otro tipo de especies como aves, conejos o tortugas, y en el Cantábrico tenemos registrado el consumo de algas y moluscos.

Otro de los puntos que manifiestan estos hallazgos es una organización del territorio.

-Así es. Siempre se ha planteado que los neandertales vivían generalmente de los recursos del entorno más inmediato, pero en los yacimientos vascos estamos viendo una imagen muy diferente. Aunque sí que se ve que, como en Arlanpe en Lemoa, hay un mayor consumo de las rocas que se encuentran en el entorno del yacimiento, encontramos una importación de sílex procedente de Treviño, a unos 70 kilómetros de distancia. Esta tendencia es todavía más notable en yacimientos más recientes como el de Axlor, de hace unos 50.000 años. Allí, el 85% de las rocas utilizadas son sílex cuando el afloramiento más cercano está a 30 kilómetros de distancia. Incluso hay sílex del norte, de la zona de Barrika, y del sur, de Urbasa. Su ocupación, por tanto, era amplísima, desde la costa cantábrica hasta el Valle del Ebro. Algo muy interesante porque es un territorio que más o menos coincide con la extensión actual de la Comunidad Autónoma Vasca.

Por lo tanto, ¿se desplazaban por el territorio para explotarlo y volvían o se expandían por él?

-La primera hipótesis es difícil de defender. En en el yacimiento de Aranbaltza, en Bizkaia, que posee un afloramiento de sílex muy importante a 300 metros, vemos que se hacían las dos cosas. Por un lado, se producían lascas del material para llevárselas a otros sitios, como una especie de taller, y por otro lado, se llevaban a cabo actividades de vida cotidiana, puesto que hay evidencias de que existía una ocupación de más de un día.

Los neandertales poseían además una organización económica.

-Sí. Tenemos evidencias de que utilizaban una economía en materia prima, que inventaban estrategias para utilizar el menor material posible y que tenían una función muy estandarizada con ciertos objetos. En ellos influían unas normas culturales, que incluso pudieron dar pie a una estructura social.

Una sociedad con normas culturales y con una estructura social parece derribar la idea de una sociedad sin ley.

-Las normas culturales eran muy estrictas, pero solo en algunos elementos. Por ejemplo, en la fabricación de utillaje de piedra seguían unas normas compartidas por el grupo. En Axlor, a pesar de tener rocas utilizables al lado, como el cuarzo, usaban de manera sistemática el sílex, que se encontraba mucho más lejos. Probablemente, esto procediera de una idea cultural de que el sílex era mejor que el cuarzo.

Estos hallazgos, que reducen las diferencias entre el neandertal y el ‘Homo sapiens’, ¿desmitifican del todo la teoría del eslabón perdido?

-Cuando analizamos a los neandertales, normalmente tendemos a intentar explicar por qué desaparecieron, descuidando de este modo el cómo lograron sobrevivir durante 150.000 años. Puesto que buscamos respuestas a cómo se extinguieron, nos inventamos argumentos como que los hombres modernos éramos más fuertes o inteligentes que ellos, cuando lo cierto es que durante miles de años en los que los Homo sapiens habitaban África, parte de Asia y Oriente Próximo y los neandertales lo hacían en Europa y en parte de Oriente Próximo también, ambos adquirieron una tecnología tan parecida que hoy en día es muy complicado decir si son de uno o de otro.


Entonces, ¿por qué desaparecieron?

-Las últimas hipótesis se encaminan hacia cuestiones demográficas. Los neandertales podrían haber sido una sociedad con unas reglas estrictas, entre ellas, en cuestión de natalidad. En las sociedades cazarrecolectoras era algo muy normal, ya que vivían del medio y aumentar la población equivalía a agotar los recursos en poco tiempo. Los humanos modernos, en cambio, no tenían esas normas y lo solucionaban expandiéndose y buscando nuevos territorios. Así, nos encontramos en un momento hace 45.000 años en el que los neandertales, que poseían una población estable, se van quedando cada vez más aislados con la llegada de los humanos modernos a Europa, que, irremediablemente, van ocupando cada vez más territorio hasta la total desaparición de los primeros.

La llegada del ‘Homo sapiens’ ¿cambió la organización de los neandertales?

-Es una cuestión complicada. Lo que sabemos con seguridad es que durante miles de años los neandertales y los humanos modernos se encontraron en distintos escenarios. De estos contactos surgieron relaciones sexuales que tuvieron descendencia fértil. Esto lo sabemos porque restos de ADN en humanos modernos lo indican. Pero no fueron encuentros exclusivamente sexuales. También hubo contactos culturales que produjeron intercambios. Los neandertales, seguramente, también aportarían algo a esos humanos modernos que llegaban a Europa, como las posiciones en las que encontrar materia prima o dónde se podía cazar.

¿Cree que quedan hallazgos por descubrir sobre otras sociedades prehistóricas como esta?

-Ahora que sabemos que los neandertales eran capaces de controlar el fuego, de construir refugios y de hacer armas sofisticadas, estamos intentando encontrar las raíces de estos comportamientos. Sin embargo, los prejuicios con otras especies son mucho menores que los que ha habido en torno a los neandertales. En esto ha influido que fuese la primera especie no Homo sapiens identificada. Automáticamente se generó una imagen de otra humanidad, diferente a la nuestra, muy parecida pero calificada como brutal, degenerada y retrasada. Todo ello fue producto de una época. A comienzos del sigo XX existía un entorno cultural de darwinismo social, ilustración y pleno colonialismo y en los que esos calificativos se aplicaban a otras razas y etnias de nuestra especie.

Fuente: noticiasdegipuzkoa.com | 13 e febrero de 2018

Cráneos desarticulados y con estacas: violencia en el Mesolítico de Suecia

Cráneo que presenta un fuerte traumatismo. Foto: Fredrik Hallgren.

Unas excavaciones arqueológicas desarrolladas entre 2009 y 2013 en Kanaljorden, en el sur de Suecia, han sacado a la luz unos cráneos humanos desarticulados que fueron depositados intencionadamente en el fondo de un pequeño lago que ya no existe.
Los arqueólogos, entre ellos Fredrik Hallgren y Anna Kjellström, excavaron un contexto del Mesolítico, de unos 8.000-7.500 años de antigüedad, formado por una capa densa de piedras grandes y, sobre esta estructura artificial, encontraron un depósito de restos humanos y animales, además de herramientas hechas con piedra, hueso o cornamenta.

"Los cráneos de adultos presentaban unos traumatismos contundentes infligidos antes de la muerte y diferenciados por sexo, probablemente como consecuencia de la violencia interpersonal; en el interior de dos cráneos se recuperaron los restos de unas estacas de madera que indican que los cráneos fueron montados en las mismas", señalan los autores del estudio, publicado el viernes en Antiquity.

Cráneo F318, montado en una estaca de madera. Foto: Lisa Hartzell.

Los cazadores-recolectores del Mesolítico de Escandinavia eran grupos en movimiento o semisedentarios que sobrevivían de la caza, pesca y recolección de frutos silvestres. Los restos hallados en Kanaljorden fueron manipulados expresamente antes de ser depositados en el fondo del lago, pero los arqueólogos no saben con qué fin. El conjunto incluye 34 elementos humanos: 19 craneales y 15 postcraneales, es decir, aquellas partes del esqueleto diferentes al cráneo.

El cráneo F296 se encuentra prácticamente completo. Foto: Fredrik Hallgren.

Los investigadores han recuperado los despojos de, al menos, diez individuos: nueve adultos y los restos de un feto o de un niño, cuyo esqueleto estaba casi completo. Dos cráneos pertenecieron a mujeres y cuatro a hombres; el resto estaba muy fragmentado e incompleto. En los cráneos de las dos mujeres hay numerosas evidencias de traumatismos en la parte trasera de la cabeza, mientras que los cráneos de los hombres exhiben un único evento traumático en la parte superior de la cabeza o en la cara. Dos estacas de madera fueron halladas atravesando sendos cráneos, pero en total se han recuperado 400 estacas intactas o fragmentadas sobre las que se montaron diferentes objetos: cráneos, restos de animales u otras piezas.

"Son varias las explicaciones para estos patrones traumáticos: accidentes, violencia interpersonal, secuestro forzado, abuso conyugal, violencia no letal socialmente regulada o guerra", sostienen los autores del estudio.

Excavaciones arqueológicas en el humedal de Kanaljorden, que antiguamente era un lago pequeño.
Foto: Fredrik Hallgren

Fuente: National Geographic | 14 de febrero de 2018

Descubren misteriosos dromedarios esculpidos a tamaño real en Arabia Saudí

Las grandes figuras de dromedarios esculpidas durante la era cristiana en rocas del desierto de Arabia Saudí son un hallazgo inédito y rodeado de misterios, a juicio del equipo de arqueólogos franco-saudí responsable de este descubrimiento en el ahora bautizado como “Sitio del Camello”.

“El grabado es absolutamente excepcional”, explicó emocionado a EFE uno de los descubridores, Guillaume Charloux (izquierda), que aseguró que se sentía “como en un pequeño museo” frente a las piedras en las que encontraron una docena de animales esculpidos y en parte borrados por la erosión.

Aunque es difícil establecer la edad del “Sitio del Camello”, los investigadores estiman que fue creado alrededor de la era cristiana, en los primeros siglos antes o después de Cristo, tras compararlo con un relieve del turístico monumento de Petra, en la vecina Jordania.
Un hallazgo que se remonta a 2016, cuando varios saudíes llevaron a los arqueólogos a este lugar en la provincia de Al Yauf, en el noroeste del país. Enseguida se dieron cuenta de la originalidad de las figuras. “No hay otras iguales en toda Arabia Saudí”, afirmó Charloux, al que acompañaron miembros de la Comisión saudí para el turismo y el patrimonio nacional.


Sobre todo les llamó la atención que los dromedarios estuvieran hechos a tamaño real, en relieve y "con una calidad que muestra que los escultores eran profesionales”, según explicó este arqueólogo miembro del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia.


Existen otras hipótesis menos probables sobre la autoría, que consideran que las representaciones pudieron ser obra de viajeros o comerciantes, ya que se trataba de una zona de paso.

La localización desértica del “Sitio del Camello” y su proximidad con rutas de viaje hacían "el lugar favorable a las paradas pero poco propicio a la instalación permanente”, señala en una nota el CNRS.


El sitio era un “lugar de tránsito emblemático” y las grandes rocas posiblemente servían como señalización, explicaron los arqueólogos en la revista “Antiquity”, que este mes publica el hallazgo.
Estos tallados también son excepcionales por la ausencia de texto, muy común en sitios similares, y por la presencia de un burro grabado entre los dromedarios, algo que nunca se había visto hasta ahora. La escena en cuestión representa a un dromedario tumbado que gira su cabeza hacia un animal, “posiblemente un burro o una mula”.

Una de las incógnitas es el uso que se le dio al lugar a lo largo de los años, aunque los autores creen que las imágenes talladas en la roca seguramente “fueron objeto de algún tipo de veneración”.
Para Charloux, ahora la urgencia es “proteger el sitio” de actividades de vandalismo que puedan dañar las figuras, ya bastante difuminadas por la erosión. Un deseo que comparte todo el equipo de arqueólogos, cuyo principal objetivo es “generar conciencia sobre el patrimonio cultural en peligro” para que el Estado saudí se haga cargo de la preservación de esas rocas excepcionales.


Las milenarias pinturas rupestres y petroglifos de dos zonas del desierto de Hail, en el norte de Arabia Saudí, fueron declaradas Patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco en julio de 2015.
Los antepasados de los actuales árabes esculpieron en las rocas de Shueimes y Yobba -en ese desierto- miles de figuras humanas, animales, árboles, utensilios y armas primitivas, entre otras, que datan de entre 3 mil y 10 mil años a.C.

Fuente: elperiodiquito.com| 14 de febrero de 2018

El Museo de la Ciencia de Valladolid expone "Los tesoros de Tuntakamón"

«Los tesoros de Tutankamon» aterrizan en Valladolid. El faraón es el protagonista de la nueva exposición del Museo de la Ciencia que reúne reproducciones de las piezas halladas en su cámara funeraria, conjugando el atractivo de estas reliquias con un análisis de la visión científica en el Antiguo Egipto.

La muestra, inaugurada este viernes, recoge réplicas elaboradas por los voluntarios culturales del taller de Bellas Artes de la Fundación Sophia, una entidad con carácter docente que persigue difundir el pensamiento y el arte de las culturas tradicionales. Así, se pueden ver reproducciones artesanales de las piezas encontradas en la cámara funeraria del faraón egipcio, que fue hallada por el egiptólogo Howard Carter en el año 1922 en uno de los últimos hallazgos localizados en el Valle de los Reyes, pero posiblemente el más completo.

La figura de Tutankamon ha trascendido enormemente a la época actual gracias a la importancia del descubrimiento de Carter, pues fue un faraón muy joven pero su reinado apenas duró diez años, «mucho menos que otros», explicó el presidente de la Fundación Sophia, Antonio Marí.


La muestra incluye réplicas como una reproducción a tamaño real (187 centímetros de largo y 51,3 de ancho) del sarcófago de Tutankamon, muebles, joyas, amuletos y elementos ceremoniales que fueron encontrados en la tumba en el momento de su descubrimiento.
El montaje de la muestra reproduce también el orificio por el cual Carter vio por primera vez el contenido íntegro de las pertenecías del faraón junto a su cámara funeraria, un lugar al que nadie había accedido desde que fue sellada en el año 1.311 a.C.


Destacan también, entre otras piezas, el templete canópico con las cuatro diosas protectoras, que contenía y protegía los órganos internos embalsamados de Tutankamon; el féretro de Anubis, guardián del inframundo que custodiaba el instrumental sagrado utilizado en la momificación; una de las maquetas de barco encontradas en la Sala del Tesoro; un juego de mesa Senet; o un reposacabezas de cerámica esmaltada azul.

Pero además, como explicó la directora, Inés Rodríguez, en la inauguración, al tratarse de un Museo dedicado a la Ciencia, se ha tratado de adaptar la muestra, más centrada en la cultura egipcia y la arqueología, y se han diseñado como novedad siete paneles dobles en los que se exhibe la visión de los antiguos egipcios sobre la ciencia y otros aspectos sociales.


Así, los paneles muestran información sobre los conocimientos de la época en anatomía, medicina y salud; química, nutrición y cosmética; matemáticas y geografía; física, ingeniería y arquitectura; los ciclos del Nilo, la astronomía y la escritura jeroglífica.
Por otro lado, la exposición incluye un cronograma de la historia del Antiguo Egipto; así como varios paneles explicativos con información sobre el nacimiento de la Egiptología, el Valle de los Reyes y las tumbas, el ritual funerario o el panteón egipcio, entre otros temas.

La exposición estará abierta desde el 9 de febrero de 2018 hasta el 7 de septiembre de 2018

Fuente: abc.es | 10 de febrero de 2018