Diseñan un nuevo método sumamente eficaz para datar con precisión restos cerámicos arqueológicos


Un equipo de la Universidad de Bristol ha desarrollado un nuevo método para datar restos cerámicos, lo que permitirá a los arqueólogos fechar hallazgos prehistóricos de todo el mundo con notable precisión.

El sensacional nuevo método, publicado en la revista Nature, está siendo utilizado para datar la cerámica de una variedad de sitios clave de hasta 8.000 años de antigüedad en Gran Bretaña, resto de Europa y África.

La cerámica y el papel de la datación

La cerámica arqueológica se ha utilizado para fechar sitios arqueológicos durante más de un siglo, y desde el período romano en adelante se puede ofrecer dataciones bastantes precisas. Pero más atrás en el tiempo, por ejemplo, en yacimientos de los primeros agricultores neolíticos, la datación precisa se vuelve más complicada, dado que los tipos de cerámica que se hallan a menudo son menos distintivos, y tampoco se dispone obviamente de monedas o registros históricos para dar contexto a los mismos.

Cerámica prehistórica de 6.000 años de antigüedad hallada en el Sahara. Universidad de Bristol.

Aquí es donde la datación mediante radiocarbono, también conocida como datación por carbono-14, viene al rescate. Hasta ahora, los arqueólogos tenían que datar mediante la técnica del radiocarbono los huesos u otros materiales orgánicos enterrados junto con las cerámicas para saber su antigüedad.
Pero la mejor y más precisa forma de datar la cerámica sería poder hacerlo directamente, que es lo que el equipo de la Universidad de Bristol ha conseguido al lograr fechar los ácidos grasos que quedan en las cerámicas tras la conservación y preparación de los alimentos contenidos en ellas.

El profesor Richard Evershed (izquierda),de la Facultad de Química de la Universidad de Bristol, y que dirigió el equipo, dijo: "Poder datar directamente la cerámica ha sido uno de los 'Santos Griales' de la arqueología. Este nuevo método se basa en una idea que tenía hace más de 20 años, y ahora está permitiendo que la comunidad científica comprenda mejor ciertas claves arqueológicas de yacimientos en todo el mundo".

"Hicimos varios intentos, previamente, para obtener el método correcto, pero no fue hasta que pudimos establecer nuestras propias instalaciones de radiocarbono en la Universidad de Bristol que lo hemos conseguido. Hay una belleza particular en la forma en que estas nuevas tecnologías se han unido para hacer posible este importante trabajo, y, en consecuencia, determinadas preguntas arqueológicas que en la actualidad eran muy difíciles de resolver podrán ser respondidas".

Emmanuelle Casanova, una científica de la Universidad de Bristol que trabajó en el proyecto, cargando el espectrómetro de masas con acelerador con muestras cerámicas para obtener su datación.

Cómo funciona el nuevo método

El truco consiste en aislar los compuestos grasos individuales de los residuos de alimentos -dejados tal vez al cocinar carne o leche- que quedan protegidos dentro de los poros de las cerámicas prehistóricas. Para lograrlo el equipo reunió las últimas tecnologías de espectroscopía de resonancia magnética nuclear de alta resolución y la espectrometría de masas para diseñar una nueva forma de aislar dichos ácidos grasos y verificar que son lo suficientemente puros como para obtener una datación precisa.

Posteriormente, el equipo tuvo que demostrar que el nuevo enfoque daba dataciones tan precisas como las que proporcionan los materiales comúnmente datados en arqueología mediante el carbono-14, tales como huesos, semillas y madera. Para hacer esto, el equipo analizó extractos de grasas en cerámicas antiguas de una variedad de sitios clave de Gran Bretaña, resto de Europa y África, los cuales ofrecen dataciones precisas que llegan hasta los 8.000 años de antigüedad.

Cuenco carenado del periodo Neolítico encontrado junto a Sweet Track, en Somerset, Inglaterra.

Desde el famoso enclave de Sweet Track, en Somerset, Inglaterra, y varios sitios en la región francesa de Alsacia, hasta el enclave de Çatalhöyük en el centro de Turquía, y el famoso refugio rocoso de Takarkori en África sahariana, en todos ellos se demostró que el nuevo método proporciona dataciones increíblemente precisas, incluso dentro del lapso de tiempo de una vida humana.
La profesora Alex Bayliss (derecha), directora de Scientific Dating at Historic England, y que realizó los análisis estadísticos, agregó: "Es muy difícil exagerar la importancia de este avance para la comunidad arqueológica. La tipología de la cerámica es la técnica de datación más utilizada en la disciplina, y, por lo tanto, la oportunidad de colocar diferentes clases de cerámica en su momento temporal de manera mucho más segura será de gran importancia práctica".

Datación de la cerámica para comprender mejor la prehistoria de Londres

En Londres el nuevo método de datación se ha utilizado en una notable colección de cerámica encontrada en Shoreditch, la cual se cree que es el grupo más importante de cerámica neolítica temprana que se haya encontrado en la capital del Reino Unido. El extraordinario tesoro, que comprende 436 fragmentos de al menos 24 recipientes separados que pesan casi 6,5 kilos en total, fue descubierto por arqueólogos del MOLA (Museo de Arqueología de Londres).

Impresión artistica de la actividad agrícola en la península de Greenwich junto al río Támesis durante la Edad del Bronce.

El sitio parecía datar de la época en que los primeros agricultores llegaron a Gran Bretaña, pero era difícil fecharlo con precisión hasta que el equipo de Bristol, mediante la utilización de su nuevo método de datación de trazas de grasas lácteas extraídas de las cerámicas, mostró que las mismas tenían 5.500 años de antigüedad. El equipo pudo datar dicha colección en un espacio temporal de solo 138 años, alrededor de 3.600 a. C.

Los resultados indican que hace unos 5.500 años, el área alrededor de lo que ahora es Shoreditch High Street fue utilizada por agricultores que comían productos lácteos de vaca, oveja o cabra, como parte central de su dieta. Es probable que estas personas se hayan relacionado con grupos de migrantes que fueron los primeros en introducir la agricultura en Gran Bretaña desde Europa continental alrededor del 4.000 a. C., solo 400 años antes.


Restos cerámicos hallados en Shoreditch High Street, Londres (arriba en la foto), y pertenecientes a un gran vaso del periodo Neolítico temprano con impresiones de dedos espaciadas debajo del borde. Los residuos encontrados en el interior sugieren que se utilizó para realizar estofado de carne © MOLA.

Jon Cotton (izquierda), un consultor arqueólogo que trabaja para el MOLA, dijo: "Esta notable colección ayuda a llenar un vacío crítico en la prehistoria de Londres. La evidencia arqueológica del período posterior a la llegada de la agricultura a Gran Bretaña raramente ha sobrevivído en la capital, y mucho menos aún 'in situ'. Tal colección de cerámica es la evidencia más fuerte hasta el momento de que las personas que estaban en el área ocupada más tarde por la ciudad y su zona de influencia inmediata vivían un estilo de vida menos móvil y basado en la agricultura durante el período Neolítico temprano".

Los hallazgos de este lugar son un excelente ejemplo de cómo la cerámica sobrevive en circunstancias que otros materiales orgánicos no lo hacen, por lo que el uso de este nuevo método revolucionario desbloqueará información importante sobre nuestro pasado prehistórico.

Fuentes: Universidad de Brilstol | mola.org.uk | 8 de abril de 2020

Hallan pruebas del surgimiento de la escritura en Sudamérica de hace 5.000 años

La escritura en Sudamérica pudo haber surgido hace 5.000 años. Foto tomada de RT

Un grupo de arqueólogos peruanos consideran que en Checta, un bosque prehistórico de piedras en Perú, se encuentran indicios de escritura que datan de hace 5.000 años.

Los signos descubiertos en varios petroglifos, iniciaron el camino hacia esta hipótesis. El arqueólogo Gori Tumi Echevarría (izquierda), presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, considera que la escritura andina apareció antes de lo que se creía, en concreto, hace 5.000 años.
Estos petrogifos de Checta se encuentran sobre una ladera de cerro, cubierta por sedimentos y rocas, y fueron descubiertos en 1925 por monseñor Pedro Villar Córdova. La zona arqueológica se ubica en el valle del río Chillón, en el distrito de Santa Rosa de Quives, en la provincia de Canta.

“Este fenómeno cognitivo, la escritura, duró 2.000 años, tiempo suficiente para el desarrollo y consolidación de un sistema de escritura ideográfica compleja”, asegura Tumi Echevarría.

El científico ha revelado las cuatro etapas en el desarrollo de la escritura encontrada. En la primera etapa (2.500 – 2.000 a.C.) aparecen pequeños hoyos en las piedras. La segunda fase del desarrollo de la escritura pertenece al intervalo desde 2.200 hasta 1.000 a.C. y está representada por formas geométricas: círculos, puntos, cruces, espirales, líneas rectas y otras. En la tercera fase (1.200 a 600 a.C.) aparecen motivos seminaturalistas. Finalmente, la cuarta fase (800 a 200 a.C.) estaba representada por imágenes de serpientes.

Signos parecidos se han encontrado en otros lugares de Perú.

Según la hipótesis, este sistema de escritura tendría vínculos con tradiciones ancestrales en la Amazonía. Para descifrar estos códigos, la clave estaría en el conocimiento milenario de los pueblos amazónicos, ya que hay testimonios de comunidades como los yáneshas que aseguran haber hecho viajes de peregrinación a la costa central.

Cada vez resultan más los indicios de que la escritura existió hace miles de años en el antiguo Perú y que las sociedades que poblaban esta parte del mundo ya comenzaban a desarrollar una forma de comunicarse a través del signo escrito.

Un estudio compara los lóbulos parietales de neandertales y humanos modernos

El grupo de Paleoneurobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), dirigido por Emiliano Bruner, acaba de publicar en la revista Journal of Human Evolution un análisis morfológico del cerebro de neandertales y humanos modernos, cuyos resultados sugieren que la forma más redonda de nuestro cerebro se debe en parte a que los lóbulos parietales son, en promedio, más grandes y más abultados.

En particular, dos regiones podrían ser más desarrolladas en nuestra especie. La primera es la parte posterior y dorsal del lóbulo parietal superior, y la segunda es la zona intermedia del surco intraparietal, en el lóbulo parietal inferior, como señala Sofía Pereira, quien ha coordinado este estudio en colaboración con el Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania).

Para llevar a cabo el estudio, se han utilizado modelos espaciales en tres dimensiones que han permitido comparar la forma cerebral de 52 humanos modernos con la forma cerebral de 8 neandertales, a partir de los moldes endocraneales y de las huellas que los surcos cerebrales dejan en la superficie de la cavidad craneal. El modelo geométrico utilizado incluye no solo la información sobre la forma general del cerebro, sino también la localización especifica de la anatomía parietal.
Los lóbulos parietales están implicados en funciones de integración viso-espaciales como la imaginación visual o la manipulación, y en general en todos aquellos aspectos cognitivos que atañen a la coordinación entre cerebro, cuerpo y ambiente externo, incluyendo la relación entre ojo y mano, y entre mano y herramientas.

Fuente: cenieh.es | 6 de abril de 2020

La parte del cerebro que nos distingue de los neandertales

Las diferencias entre los neandertales, el grupo humano que vivió en Eurasia durante cientos de miles de años, y Homo sapiens, la especie a la que pertenecemos todos los que hoy estamos en el mundo, son objeto de un arduo debate. La mayoría de los paleoantropólogos concede a esos homínidos, con los que nos cruzamos en varias ocasiones, inteligencia y capacidades similares a las nuestras. Los motivos son muchos: enterraban a sus muertos, se adornaban, explotaban los recursos del mar y, en esto nos ganaron, parece ser que fueron los primeros en pintar arte rupestre. Incluso hay quien va más allá y opina que ni siquiera somos especies distintas. Sin embargo, nuestros cerebros sí eran diferentes.

Un equipo de Paleoneurobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), dirigido por Emiliano Bruner, ha descubierto que el cerebro del hombre moderno posee dos áreas más desarrolladas en comparación con el de los neandertales. La primera es la parte posterior y dorsal del lóbulo parietal superior, y la segunda, la zona intermedia del surco intraparietal, en el lóbulo parietal inferior. Resulta que estas áreas están relacionadas con las habilidades visoespaciales que, entre otras cosas, permiten la imaginación visual, la gestión del espacio y del tiempo, la creación de herramientas e incluso las relaciones sociales, aspectos que nos definen como especie. Los resultados, que acaba de publicar la revista Journal of Human Evolution, también explican la forma más redonda de nuestro cerebro.

Emiliano Bruner, paleoneurólogo del Cenieh / BC.

Como tener en la mano un cerebro neandertal es imposible, para llevar a cabo el estudio los investigadores compararon la forma cerebral de 52 humanos modernos con la de ocho neandertales, a partir de los moldes endocraneales y de las huellas que los surcos cerebrales dejan en la superficie de la cavidad craneal.

«Si analizamos estos moldes, vemos que hay una diferencia bastante patente en las regiones que se corresponden a los que llamamos lóbulos parietales superiores. Estas áreas cerebrales se activan cuando nuestro cerebro integra las informaciones que vienen del cuerpo con las informaciones que vienen de la visión. De hecho se llaman capacidades visoespaciales, porque están implicadas en la coordinación entre cerebro, cuerpo y medio ambiente», explica Bruner en un correo elecrónico a ABC. Esto incluye la imaginación visual, la gestión del espacio y del tiempo, la relación entre mano y herramientas, e incluso las relaciones sociales o la gestión visual de los recuerdos.

«Dentro de los lóbulos parietales superiores, el precúneo es el elemento más activo en integrar cuerpo y visión, y el surco intraparietal se implica a la hora de coordinar ojo y mano. Si nos comparamos con los neandertales o con otros homínidos extintos, vemos que nuestra especie tiene estas regiones aparentemente más grandes», explica el investigador. Aunque no sabemos identificar la razón de ese gran tamaño (por ejemplo, si tienen más neuronas o más conexiones), «tenemos de considerar la posibilidad de que nuestras capacidades visoespaciales sean más complejas. Es decir, es posible que los humanos modernos nos hayamos especializado en funciones que integran cerebro, cuerpo y visión», añade.

Evolución de la forma del cerebro en el Homo sapiens: la forma cerebral de uno de los miembros conocidos más antiguos de nuestra especie, de un cráneo de 300.000 años de antigüedad de Jebel Irhoud (izquierda). La forma cerebral y posiblemente la función cerebral han evolucionado gradualmente hasta alcanzar la típica forma globular presente en los humanos actuales (derecha). Imagen: MPI EVA / S. Neubauer, Ph. Gunz (License: CC-BY-SA 4.0).

¿Superioridad de los sapiens?

Pero, ¿significa esto que en determinadas tareas éramos superiores a los neandertales? «Cuando encontramos cerebros modernos, con lóbulos parietales muy grandes, también encontramos en el registro arqueológico evidencias de complejidad en los comportamientos visoespaciales, como armas de propulsión (lanzas y arcos), ornamentos o arte rupestre», indica Bruner.
Los lóbulos parietales también se implican en la complejidad de la estructura social, el aumento del tamaño de los grupos y se diversificación de sus relaciones. «Esto sin considerar que, en ciencias cognitivas, se supone que la integración entre cuerpo y ambiente es la base de la auto-consciencia. Así que, evidentemente, una mayor complejidad parietal sugiere una mayor complejidad en todos estos aspectos», continúa. «Ahora bien -puntualiza-, siempre hay que tener en cuenta que la selección natural no prima la inteligencia, sino la capacidad de reproducción, y estas dos cosas a veces van juntas... ¡Y a veces no!».
En el caso de los neandertales, según Bruner, no hay evidencia de comportamientos visoespaciales complejos. «Los grupos sociales eran probablemente más pequeños, los adornos y la cultura gráfica estaban ausentes o eran mínimos si los comparamos con los de nuestra especie, no tenían armas de propulsión como arcos o flechas, y además utilizaban muchísimo la boca y los dientes para manipular herramientas, lo cual sugiere una menor representación de las manos en sus esquemas cerebrales», argumenta. Sin embargo, «tenían un cerebro de un tamaño parecido al nuestro, así que si nosotros hemos evolucionado estas capacidades visoespaciales puede que ellos evolucionaran otras capacidades cognitivas que nosotros nunca conseguimos».

Extinción neandertal

Ahora bien, «es muy difícil» situar esas diferencias cerebrales detrás de la desaparición de los neandertales hace unos 40.000 años. «Puede que los neandertales se extinguieran a causa de una competición con nuestra especie, o que su linaje llegara a su fin por razones independientes de nosotros. Muchas especies se extinguen por limitaciones de su biología o por eventos ecológicos que afectan a sus recursos, es bastante normal», recuerda el paleoneurólogo.
Más allá de las diferencias en las proporciones de los lóbulos parietales, nuestra especie también tenía los lóbulos temporales y el cerebelo más desarrollados. Esto es, según el autor, algo de esperar, ya que el cerebro se basa en conexiones y «cables», lo que supone que un cambio implique otros a su vez. Pero es difícil saber en qué se traducían estos cambios a la hora del comportamiento porque estas áreas se encuentran en regiones del cráneo muy frágiles y, en consecuencia, poco representadas en los fósiles. Además, son regiones que sufren influencias mecánicas de la cara, de la mandíbula o de la base del cráneo, por lo que es complicado entender qué cambios evolutivos se deben al cerebro y cuáles a otros factores anatómicos. «Son regiones del cerebro que atienden a muchas funciones diferentes. En el caso del cerebelo, ni siquiera sabemos bien de qué se ocupa en nuestra propia especie: es muy pequeño, pero contiene muchísimas más neuronas que el mismo cerebro, ¡y todavía no tenemos idea de como explicarlo!», dice Bruner.

Fuente: abc.es | 6 de abril de 2020

Descubren en el Museo de Perth, (Escocia) unas pinturas dentro del sarcófago de una sacerdotisa

El sarcófago perteneció a una sacerdotisa tebana llamada Ta-Kr-Hb. Foto: Museo de Perth

En el Museo y Galería de Arte de Perth, en Escocia, se está llevando a cabo una interesante exposición sobre una momia egipcia de tres mil años de antigüedad que allí se conserva. Durante su trabajo, los conservadores de la institución se han encontrado con una agradable sorpresa. Mientras manipulaban la momia para retirarla del sarcófago y proceder a su estudio y conservación descubrieron en su interior una serie de coloridas pinturas.

Hasta ahora, los investigadores no habían retirado a la momia que se hallaba en el interior del ataúd (que había permanecido cerrado durante más de cien años) debido a su frágil estado de conservación. Ahora, en el marco de la muestra Conservation in Action: Saving the Perth Mummy (Conservación en acción: salvando la momia de Perth), este descubrimiento ha maravillado a los investigadores. "Fue una gran sorpresa ver aparecer estas pinturas", declaró Mark Hall, jefe de colecciones del museo.

UNA DIOSA OCULTA

El sarcófago, que perteneció a una sacerdotisa tebana llamada Ta-Kr-Hb, fue donado al museo de Perth por la Sociedad Alloa de Ciencias Naturales y Arqueología en 1936, después de que este fuera legado a dicha sociedad por William Bailey, quien lo habría comprado a un conservador del Museo Egipcio de El Cairo.

Este año, tras la apertura del sarcófago, los especialistas hallaron las figuras pintadas de su interior. Se trata de escenas religiosas en las que aparece la diosa Amentit, "la de Occidente", una divinidad que representa a las necrópolis (siempre situadas en el occidente, que es donde los egipcios pensaban que se hallaba el inframundo), y que ofrecía asistencia a las almas de los difuntos en su viaje al más allá. La figura de Amentit que aparece en el sarcófago se muestra en su perfil derecho y viste un ajustado vestido rojo. La diosa aparece sobre una plataforma y extiende ligeramente los brazos. Este tipo de imagen indicaría que el artista representó una estatua de esta divinidad.

Los conservadores han descubierto pinturas previamente desconocidas dentro de la momia egipcia Ta-Kr-Hb, de la colección del Museo y Galería de Arte de Perth, Escocia. Foto cortesía del Museo y Galería de Arte de Perth.

Los conservadores han descubierto pinturas previamente desconocidas dentro de la momia egipcia Ta-Kr-Hb, de la colección del Museo y Galería de Arte de Perth, Escocia. Foto cortesía del Museo y Galería de Arte de Perth.

En la base del ataúd también aparecen imágenes de esta diosa, pero su estado de conservación no es muy bueno ya que el fondo del sarcófago contenía restos de tierra, plantas e insectos. Los especialistas creen que el estudio de estos materiales, así como de la resina que se aplicó en las vendas que se usaron para momificar a Ta-Kr-Hb dará más detalles sobre el proceso de momificación y dónde estuvo su cuerpo.

Fuente: nationalgeographic.com | 6 de abril de 2020

Un investigador descubre una compleja cirugía cerebral en la Grecia del periodo Protobizantino

Vista ectocraneal del espécimen paleopatológico: a) la flecha roja apunta al orificio en el proceso mastoideo, y b) las dimensiones de la preparación quirúrgica periféricas a la trepanación. Crédito: Anagnostis P. Agelarakis / Universidad Adelphi.

Una nueva investigación de la Universidad de Adelphi (EE.UU) ha revelado el primer descubrimiento arqueológico evaluado de modo forense de los restos de un grupo de arqueros-lanceros montados a caballo, y sus parientes, del Imperio Romano del Oriente, esto es, procedentes del turbulento período Protobizantino durante los siglos IV al VII d. C.

En el sitio de Paliokastro, en la isla de Thasos, Grecia, se descubrieron diez restos óseos pertenecientes a cuatro mujeres y seis hombres que probablemente tenían una alta posición social. Sus huesos iluminan sus actividades físicas, sus traumatismos e incluso una forma compleja de cirugía cerebral.

"El lugar de enterramiento y la arquitectura de la iglesia funeraria monumental, así como la construcción de las tumbas es espectacular", dice el investigador principal Anagnostis Agelarakis (izquierda), profesor de Antropología en el Departamento de Historia de la Universidad de Adelphi, quien agregó que todo ello indica el alto estatus social de las personas enterradas allí.

La avanzada preservación de sus restos, y la impresionante ubicación y arquitectura de la iglesia funeraria monumental donde fueron enterrados, confirman dicho estatus en la región.

"De acuerdo con las características anatómico-esqueléticas de los individuos, tanto hombres como mujeres habían vivído vidas físicamente exigentes", señala el profesor Agelarakis. "Los casos de traumatismos graves sufridos tanto por hombres como por mujeres habían sido tratados de modo quirúrgico u ortopédico por un médico-cirujano muy experimentado y con una gran capacitación en el tratamiento de los mismos. Creemos que fue un médico militar".


Tumba debajo del piso del templo funerario (naiskos).

En cuanto a la cirugía cerebral observada, Agelarakis sugiere que "incluso a pesar de que podía de haberse estimado un pronóstico sombrío, se realizó con una gran destreza. Por lo tanto, es probable que fuera un individuo muy importante para la población de Paliokastro".
Agelarakis y sus colegas pudieron obtener datos médicos y quirúrgicos, así como datos paleopatológicos, sobre "esta cirugía extraordinaria de la cabeza y cuello, así como de los grandes esfuerzos realizados por el cirujano". Se determinó que la causa probable de la intervención quirúrgica fue una infección y que el arquero murió poco después o durante el desarrollo de la cirugía.

Muestra del cráneo con las dimensiones de dos de los lugares en los que se realizaron intervenciones
quirúrgicas.

"Esta operación quirúrgica es la más compleja que he visto en mis 40 años de trabajo con materiales antropológicos", afirma Agelarakis. "Es increíble que se haya llevado a cabo, con preparativos sumamente complicados para la intervención, y luego la operación quirúrgica en sí, la cual tuvo lugar, por supuesto, en una época pre-antibiótica".
Los resultados se describen en el artículo, "Eastern Roman Mounted Archers and Extraordinary Medico-Surgical Interventions at Paliokastro in Thasos Island during the ProtoByzantine Period: The Historical and Medical History Recordsand the Archaeo-Anthropological Evidence" ("Arqueros romanos orientales montados a caballo e intervenciones médico-quirúrgicas extraordinarias en Paliokastro, en la isla de Thasos, durante el período Proto-bizantino: registros de historia médica e histórica y evidencia arqueoantropológica", en Archaeopress, Access Archaeology.

Fuente: phys.org | 7 de abril de 2020