Una guijarro hallado en la Cueva Tabun, en Israel, es la herramienta lítica de abrasión más antigua del mundo (350.000 años)

Herramienta lítica de abrasión encontrada en la cueva de Tabun, en el Monte Carmelo, Israel, y que data de hace unos 350.000 años. Universidad de Haifa.

Arqueólogos israelíes dicen haber encontrado el ejemplo más antiguo conocido de una herramienta de piedra utilizada para pulir superficies, la cual data 150.000 años antes de que se comenzaran a usar por primera vez.

Los homínidos prehistóricos aparentemente usaron un guijarro de dolomita hallado en la cueva Tabun, en el Monte Carmelo, para desgastar materiales hace unos 350.000 años, pero se desconoce exactamente qué era lo que estaban tratando de producir, dijo un equipo de investigación de la Universidad de Haifa en un comunicado de prensa.

Tan antigua datación pone esta herramienta lítica en manos de antepasados ​​humanos anteriores al desarrollo del Homo sapiens, en concreto en el Homo erectus o en el Homo heidelbergensis.

"Si bien la herramienta es aparentemente 'simple', su temprana aparición y el hecho de que no tenga paralelos en una etapa tan antigua de la evolución humana le otorga una importancia mundial", dijo el arqueólogo Ron Shimelmitz (izquierda), del Instituto de Arqueología Zinman de la Universidad de Haifa, y autor principal del trabajo de investigación que al respecto se ha publicado en Journal of Human Evolution.

Los arqueólogos dijeron que el guijarro, un tipo de piedra pequeña redondeada, muestra que "en una etapa tan temprana de la evolución humana se agregó una tecnología muy significativa a la 'caja de herramientas' de los homínidos".

Se han encontrado herramientas de piedra anteriores que datan de hace 1,5 millones de años con evidencias de golpes o percusión, que son movimientos verticales, pero esta piedra parece ser la primera que se ha utilizado para pulir, al ostentar marcas similares a las encontradas en herramientas de pulido posteriores.

"La abrasión, que requiere un movimiento horizontal, es una forma diferente de trabajar, se realiza con más delicadeza", dijo Shimelmitz a The Times of Israel.

Arqueólogos trabajando en la Cueva Tabun, en el Monte Carmelo. Universidad de Haifa.

Los homínidos habrían sido capaces de usar tales piedras para procesar materiales con el fin de maximizar o mejorar la forma en que utilizaban los recursos ambientales, argumentan los investigadores.

“Este pequeño guijarro es de inmensa importancia porque nos permite rastrear los primeros orígenes de la acción de la abrasión y cómo las habilidades cognitivas y motoras que se desarrollaron eventualmente evolucionaron hasta convertirse en fenómenos importantes de la cultura humana hasta el día de hoy, principalmente relacionadas con la abrasión y el desarrollo de técnicas de producción de alimentos, el asentamiento estacionario, la agricultura y el almacenamiento, y, posteriormente, el aumento de la complejidad social y económica”, se lee en el comunicado.

Shimelmitz admitió que, aunque el equipo sabe en cómo se usaba esta herramienta lítica, ignora para que fin se empleaba. “Nos hemos de quedar con algunos interrogantes”, dijo.

La piedra en cuestión fue hallada en la década de 1960, pero recientemente se le aplicó un estudio más detallado como parte de un programa tendente a reexaminar elementos encontrados anteriormente en la cueva Tabun. El complejo de la cueva tiene una serie de capas arqueológicas que muestran la actividad de los homínidos durante los últimos 500.000 años, y la herramienta lítica de abrasión fue localizada en una capa asociada a un período de hace unos 350.000 años.

Después de observar marcas en el guijarro de dolerita que se correlacionaban con un trabajo de abrasión, los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas comparativas (derecha), cuidadosamente elaboradas, con otros guijarros de dolomita de la misma área, frotándolos contra diferentes materiales durante varios períodos de tiempo con el fin de comprobar sus efectos.

Los resultados que mostraron mayor similitud con la herramienta lítica fueron los obtenidos al trabajar con pieles de animales.

“Llegamos a la conclusión de que semejante guijarro se había utilizado para moler materiales blandos, aunque todavía no sabemos cuáles exactamente”, dice Iris Gorman-Yaroslavski (izquierda), arqueóloga de la Universidad de Haifa y coautora del trabajo de investigación.

Shimelmitz aduce que la simplicidad de la herramienta pudo haber provocado que fuera pasada por alto cuando se la descubrió, pero la nueva evaluación que se ha llevado a cabo sobre la misma puede alentar a los investigadores a que presten más atención en el futuro. "Esperamos que la gente abra más los ojos", dijo.

El trabajo de investigación para reevaluar los elementos de los sitios del Monte Carmelo está siendo respaldado por la Fundación de Ciencias de Israel, la Fundación Gerda Henkel y la Fundación Dan David.

Fuente: timesofisrael.com | 27 de diciembre de 2020

Excavan cientos de tumbas en la necrópolis islámica de Tauste (Zaragoza)

Vista general de la avenida Obispo Conget, con alguna tumbas medievales exhumadas, en la localidad aragonesa de Tauste. Foto: El Patiaz.

La excepcional necrópolis islámica hallada en Tauste (Zaragoza) en 2010 ha alcanzado ya la excavación de unas 400 tumbas datadas entre los siglos VIII y XI. El impresionante hallazgo se ha registrado en esta localidad, de unos 7.000 habitantes, en la avenida Obispo Conget, bajo el suelo asfaltado y en una zona rodeada de numerosas viviendas, y confirma que se trata de uno de los enterramientos colectivos más antiguos de España.

Ha sido gracias a un proceso de urbanización por lo que estos cuerpos han emergido a la superficie. Por el momento, los arqueólogos han encontrado 400 tumbas - la mayoría de ellas en gran estado de conservación- y esperan que el cómputo total ascienda a unas 500 al finalizar los trabajos.

"Aunque se aprecian afecciones producidas por tuberías de saneamiento, la zahorra y el pavimento habrían preservado las tumbas prácticamente intactas", ha explicado el equipo de arqueólogos de la empresa Paleoymás, encargada de la excavación y posterior estudio de los restos. Ellos han sido los encargados de continuar con el primer proceso de excavación que llevó a cabo la asociación El Patiaz, formada principalmente por los vecinos de Tauste interesados en la divulgación de temas que conciernen al pueblo.

Excavación de una de las tumbas islámicas medievales en la avenida Conget de Tauste. El Patiaz.

Siempre que se removía el terreno para cualquier obra o proyecto de urbanización se encontraban pequeños restos humanos. En un primer momento, la asociación especuló que podrían pertenecer a fosas comunes de gente que había fallecido en el siglo XIX por un brote de cólera.

No obstante, indagando en la tierra, se percataron de que los cuerpos no tenían ajuares y estaban orientados de forma específica. En este sentido, se han localizado dos tipos de enterramiento: un primer grupo datado en el siglo VIII, con las sepulturas orientadas hacia Córdoba (la capital del emirato), y un segundo grupo datado entre los siglos IX y X, con los entierros orientados ya hacia La Meca. Las tumbas se encuentran en bastante buen estado de conservación.

Según Eva Giménez (izquierda), de la empresa patrimonial Paleoymás, "las tumbas también mostraban otras características musulmanas distintivas: eran lo suficientemente grandes para acomodar el cuerpo y los muertos estaban enterrados en un sudario blanco, independientemente de su estatus social. Hasta el día de hoy, los rituales musulmanes no permiten que los muertos sean enterrados con ajuar funerario, pero los fragmentos de cerámica encontrados cerca en las excavaciones desde 2010 mostraron que datan de entre los siglos VIII y XII".

Las primera tumbas excavadas dieron cuenta de su posible magitud.

Poco a poco, a partir de 2010, se fueron documentando más tumbas hasta llegar a 44 cuerpos de la época musulmana. Ahora, tras años de una gran labor de la asociación vecinal, el proyecto se ha profesionalizado gracias a los arqueólogos de Paleoymás. "De esos cadáveres identificados en la primera fase de excavación se ha extendido el número a medio centenar, pero podría haber unos 4.000 o 5.000 enterramientos", según Francisco Javier Gutiérrez (derecha), director de cuatro de las excavaciones.

Entre los restos encontrados han aparecido muchos niños, aproximadamente un 20% de los recuperados. Sus tumbas destacan del resto por su tamaño, mucho menor.

"Para encontrar vestigios de la estructura de la localidad en tiempo islámicos habría que levantar medio pueblo", explica la antropóloga Miriam Pina Pardos (izquierda) a EL ESPAÑOL.

Pina Pardos, que dirige el Observatorio Antropológico de la Necrópolis Islámica de Tauste (OANIT), se encarga del análisis de los restos procedentes del área y afirma que "se trata de un yacimiento excepcional".

La Reconquista

Entre los restos se han encontrado pequeños elementos como pendientes y, gracias a la exhaustiva investigación, los expertos han podido descifrar más detalles sobre la población musulmana que habitó en Tauste.

"Aquí lo más importante es que se reescribe la historia. Se había pensado que cuando Alfonso I conquistó Tauste, la presencia islámica era escasa", puntualiza la antropóloga. Asimismo, gracias a un análisis de ADN se ha comprobado que los cuerpos tienen ascendencia africana y tras varias pruebas han llegado a conocer que su dieta se basaba principalmente en cereales y, en menor medida, en carne y pescado. "Los hombres adultos comían mejor que los jóvenes", aclara Pina Pardos.

Este hallazgo convierte al yacimiento de Tauste en una de las necrópolis más antiguas de España junto con la de Tudela, en Pamplona. El proyecto es ambicioso y, a la espera de los últimos resultados de los restos, cabe la posibilidad de museizar este yacimiento con la construcción de una cripta para conservar los cuerpos en condiciones adecuadas, e incluso se estudiará realizar algún tipo de recreación de los enterramientos a base de réplicas que muestren la realidad de esta gran necrópolis.

Restos óseos dispuestos para su análisis.

El cementerio estuvo en uso de forma continua durante más de 400 años, encontraron. "Esto nos habla de una población [islámica] constante y profundamente arraigada en Tauste desde principios del siglo VIII", dice Eva Giménez.

Actualmente, la excavación sigue su curso y la extracción de cuerpos continúa. Se está desarrollando un proceso de retirada, limpieza y almacenamiento de los restos. "Queremos seguir aportando datos sobre una necrópolis absolutamente desconocida. Va a ser una de las más importantes del norte de España", concluye Pina Pardos.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | elespañol.com | 30 de noviembre de 2020

Descubren en Pompeya un nuevo 'termopolio', un restaurante que aún mantenía restos de comida

El área arqueológica de Pompeya, la ciudad destruida en el 79 d. C. por la erupción del Vesubio no deja de sorprender y hoy se ha comunicado el hallazgo de un termopolio, el lugar donde se servía comida y bebida a los habitantes, intacto y decorado y con aún restos de alimentos.

El ministerio de Cultura italiano y el área arqueológica anunciaron lo que consideraron "otro descubrimiento extraordinario en Pompeya, en las nuevas excavaciones emprendidas dentro del proyecto de mantenimiento y restauración de la Regio V".

El termopolio, una estancia donde se solía servir comida a las clases más bajas de la ciudad, está perfectamente conservado, con un mostrador que exhibe la imagen de una ninfa marina a caballo y otros animales con colores tan brillantes que parecen tridimensionales, explican.

Pero lo que más ha sorprendido a los arqueólogos es el descubrimiento en los contenedores del mostrador de restos de la comida que se vendía a los transeúntes y que es el origen de la "comida para llevar".

De hecho, era costumbre de los pompeyanos consumir alimentos y bebidas calientes al aire libre y los arqueólogos y expertos que trabajan en el parque arqueológico de Pompeya ya están estudiando el material para comprobar hasta qué punto este descubrimiento puede ampliar el conocimiento sobre los hábitos alimentarios de la época romana.

"Además de ser un testimonio más de la vida cotidiana en Pompeya, las posibilidades de análisis de este termopolio son excepcionales, pues por primera vez se ha excavado todo un entorno con metodologías y tecnologías de vanguardia que están devolviendo datos inéditos", explicó Massimo Osanna, director general del Parque Arqueológico de Pompeya.

Ver vídeo en este enlace

Ahora con un trabajo interdisciplinario se realizarán varios análisis en el laboratorio para conocer el contenido de las dolia, los recipientes de barro en los que se cocinaba la comida en la antigua Roma.

Las decoraciones del mostrador del termopolio -las primeras en emerger de la excavación - muestran en el frente la imagen de una nereida (ninfa) a caballo en un entorno marino y, en el lado más corto, la ilustración probablemente de la misma tienda como un letrero comercial.

Además, en el termopolio se encontraron diferentes materiales de despensa y de transporte: nueve ánforas, un recipiente en bronce, dos frascos y una olla de cerámica.

El suelo de toda la sala está formado por el llamado cocciopesto, un revestimiento impermeable formado por fragmentos de terracota en el que se han insertado fragmentos de mármol policromado en algunos puntos.

Los termopolios, donde se servían bebidas y comida caliente, como indica el nombre de origen griego, conservados en grandes dolia (tarros) incrustados en el mostrador de mampostería, eran muy habituales en el mundo romano, donde era costumbre consumir el prandium (la comida) al aire libre. Solo en Pompeya hay unos ochenta, pero ninguno con el mostrador completamente pintado, lo que confirma la naturaleza excepcional del hallazgo.

El primer análisis de los alimentos

Los primeros análisis confirman que las pinturas del mostrador representan, al menos en parte, los alimentos y bebidas que realmente se vendían dentro del termopolio: dos ánades reales están representados entre los cuadros del mostrador y, de hecho, se ha encontrado un fragmento de hueso de pato dentro de uno de los recipientes, junto con cerdo, cabras, pescados y caracoles de tierra, atestiguando la gran variedad de productos de origen animal utilizados para la elaboración de los platos.

Por otro lado, los primeros análisis arqueobotánicos permitieron identificar fragmentos de roble caducifolio, probablemente pertenecientes a elementos estructurales de la encimera.

En el fondo de un dolio, identificado como un recipiente de vino en la base de la botella para beber, que se encuentra en el interior, se identificó la presencia de habas, intencionalmente molidas, que como aseguraba Apicio se utilizaban para modificar el sabor y el color del vino, blanqueándolo.

Otro dato interesante es el descubrimiento de huesos humanos, hallados parcialmente alterados por el paso de túneles realizados en la época moderna por excavadoras clandestinas en busca de objetos preciosos.

Algunos son de un individuo de al menos 50 años que probablemente estuvo posicionado sobre un lecho del que quedan rastros en el momento de la llegada de la corriente piroclástica que arrasó la ciudad. Otros huesos, aún por investigar, pertenecen a un segundo individuo y fueron encontrados dentro de un gran dolio, quizás colocado allí por los primeros excavadores.

Fuentes: lavanguardia.com | ansa.it | 26 de diciembre de 2020

Nace la Plataforma de Arqueología para denunciar la destrucción de Patrimonio

Mesa celebrada el pasado viernes en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares con representantes del Ministerio de Cultura y Deporte, Comunidad de Madrid e ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios).

La imagen romántica del profesional de la arqueología como descubridor de tesoros que tiene la sociedad dista mucho de la realidad de la situación del colectivo que observa con indignación la situación de desamparo y abandono actual del patrimonio cultural.

Hoy en día cualquier licenciado, sin la especificidad de ser arqueólogo, puede acceder a las convocatorias públicas para intervenir en yacimientos arqueológicos por toda España.

En mayo de este año se daban a conocer los resultados de la encuesta nacional que revelaba que hasta esa fecha el sector sumaba pérdidas de 36 millones de euros con más de la mitad de los arqueólogos en paro debido a la crisis de la COVID-19.

La P.E.P.A. representa a más de 2.500 arqueólogos de toda España y surge tras casi dos años de encuentros.

La profesión de la arqueología engloba a un colectivo cuya labor no es conocida y valorada por el conjunto de la sociedad. Se trata de profesionales de alta cualificación cuya función consiste en la protección del patrimonio cultural de todos los ciudadanos, lo que implica su trabajo, entre otros, en el descubrimiento y estudio de yacimientos arqueológicos. En España hay en la actualidad más de 10.000 yacimientos, de los cuales sólo 2.100 son zonas arqueológicas con categoría de BIC o Bien de Interés Cultural (la figura jurídica de protección del patrimonio histórico español que más protección otorga). Así, en manos de los arqueólogos recae el papel de ser los salvaguardias de nuestra memoria histórica, cuestión que no se encuentra reconocida por la gran mayoría de la población que tiene una visión difusa de su trabajo. 

Algunos de los titulares que han copado los medios aducen que los arqueólogos son los culpables de parar la construcción de obras públicas o que son acaparadores de subvenciones. Sin embargo, el abandono y muchas veces destrucción de los conjuntos arqueológicos que se encuentran estos profesionales pone en relevancia la importancia de su papel social y por ende la necesidad de unirse como colectivo para sensibilizar a la ciudadanía ante el peligro en el que se encuentra el patrimonio histórico artístico que es de todos. 

La crisis de la COVID-19 ha agudizado esta amenaza ya que más de la mitad de los arqueólogos se encuentran en situación de desempleo en un sector que sólo al inicio de la pandemia ya sumaba 36 millones de pérdidas. Estos apremiantes datos fueron obtenidos gracias a una encuesta nacional realizada por la Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología que ahora ve la luz.

Su constitución ha sido posible gracias a la unión de las Secciones de Arqueología de los Colegios Profesionales de Madrid, Cantabria, Cádiz, Almería, Granada y Jaén, Baleares, Valencia y Castellón, Galicia, asociaciones profesionales y profesionales sin representación colectiva. Representa a más de 2.500 profesionales de la arqueología y su cohesión nace fruto de diversas reuniones y mesas redondas celebradas desde hace año y medio, cuyo encuentro final en formato online ha tenido lugar la semana pasada en Madrid y Alcalá de Henares – 16, 17 y 18 de diciembre –.

Este encuentro, que llevaba por título “Innovando desde el ecosistema arqueológico profesional”, ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte, la Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria, la Comunidad de Madrid, la Junta de Andalucía, la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Jaén. Como colofón ha nacido la P.E.P.A. (Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología) cuyo objetivo es la revitalización de la imagen social del arqueólogo y dotarle del prestigio profesional y la categoría científica perdida en las últimas décadas, así como denunciar la desorganización de la administración y el intrusismo laboral al que se ven sometidos. A día de hoy cualquier licenciado, sin la especificidad de que sea arqueólogo, puede participar en las convocatorias públicas para actuar en yacimientos arqueológicos por toda España. 

Los estatutos de la Plataforma se aprobarán definitivamente el próximo mes de febrero donde el colectivo de arqueólogos se volverá a reunir en jornadas virtuales y comenzarán las acciones para la reivindicación de la revisión de las leyes del Patrimonio Cultural donde se recojan competencias específicas y la creación de un convenio propio que de respuesta a las reiteradas quejas y negligencias de las convocatorias tanto públicas como privadas.

Un estudio de ADN antiguo arroja luz sobre el poblamiento de las Islas Marianas

Área de trabajo de excavación fuera de la cueva de Ritidian Beach en el norte de Guam, Islas Marianas. Crédito: Hsiao-chun Hung.

Para llegar a las Islas Marianas en el Pacífico Occidental, los humanos cruzaron más de 2.000 kilómetros de mar abierto, y unos 2.000 años antes que cualquier otro viaje por mar en una distancia igualmente larga. Se asentaron en las Marianas hace unos 3.500 años, un poco antes del asentamiento inicial de Polinesia.

"Sabemos más sobre el asentamiento de Polinesia que sobre el asentamiento de las Islas Marianas", dice la primera autora Irina Pugach (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania. Los investigadores querían averiguar de dónde vinieron las personas que se trasladaron a las Marianas y cómo los antepasados ​​de los actuales isleños de las Marianas, los Chamorro, podrían estar relacionados con los polinesios.

Para abordar estas preguntas, los investigadores obtuvieron datos de ADN antiguo de dos esqueletos hallados en la cueva Ritidian Beach, en el norte de Guam, los cuales datan de hace unos 2.200 años. "Descubrimos que la ascendencia de estos esqueletos antiguos está relacionada con Filipinas", dice Pugach.

"Estos hallazgos refuerzan la imagen que ha surgido de los estudios lingüísticos y arqueológicos que apuntan a un origen insular del sudeste asiático para los primeros pobladores de las Marianas", dice el coautor Mike T. Carson (derecha), arqueólogo del Centro de Investigación del Área de Micronesia en el Universidad de Guam.

"También encontramos un vínculo estrecho entre los esqueletos antiguos de Guam y los primeros individuos Lapita de Vanuatu y Tonga en la región del Pacífico Occidental", agrega Pugach. "Esto sugiere que las Marianas y la Polinesia pueden haber sido colonizadas por la misma población de origen, y plantea la posibilidad de que las Marianas desempeñaran un papel en el eventual asentamiento de Polinesia".

El arqueólogo Mike T. Carson durante el descubrimiento inicial de uno de los esqueletos. Crédito: Hsiao-chun Hung

Los investigadores señalan que, si bien los nuevos resultados brindan nuevas ideas interesantes, se basan en solo dos esqueletos que datan de alrededor de 1.400 años después del primer asentamiento humano en Guam.

"El poblamiento de Guam y el asentamiento de archipiélagos tan remotos en Oceanía necesitan más investigación", dice el autor principal Mark Stoneking, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Fuente: phys.org | 22 de diciembre de 2020