Hallan en Castellote (Teruel) una pintura de una recolección de miel de hace 7.500 años

La escena de una persona subida a una escalera de cuerdas para obtener miel de una colmena hace unos 7.500 años. EFE / UNIVERSIDAD DE BARCELONA

Tiene unos 7.500 años, está en la localidad turolense de Castellote y constituye hasta ahora la pintura rupestre con la mejor, la más clara y elaborada escena de recolección de miel de cuantas se han encontrado en el arte levantino. El hallazgo, que ha sido portada en la revista Trabajos de Prehistoria, se ha localizado en un yacimiento de pinturas rupestres en Castellote y muestra a una persona subida a una escalera para obtener la miel de una colmena.

En la investigación, que se ha realizado en el marco de un proyecto europeo, han participado investigadores de la Universidad de Barcelona, de la Universidad Jaume I de Castellón y de la Universidad Politécnica de Madrid. El yacimiento que ha salido ahora a la luz está en el abrigo de Barranco Gómez, con un tramo central de unos 12,5 metros en el que se distribuyen las pinturas en tres paneles diferentes, ha explicado la Universidad Politécnica de Madrid.

Ortofoto rectificada del frente decorado del abrigo de Barranco Gómez (Castellote, Teruel), localizando los paneles decorados. El Panel 1 es el único donde se reconocen escenas. Destaca la recolección de la miel, recreada en la pared y techo del soporte rocoso, y una escena venatoria con arqueros. En el Panel 2 no hay formas reconocibles en los restos pictóricos conservados de gran tamaño. El Panel 3 se define por la figura de una preciosa cierva retrospiciente a la carrera.

En el primero es donde se puede apreciar la figura de una persona, con los rasgos faciales bien definidos, que sube por una escalera de cuerda hasta una colmena, y de la escena se deduce que en la época de la pintura se empleaban técnicas avanzadas para escalar, ya que antes de subir se ha fijado la escalera arriba, cerca de la colmena, mientras que un poste a media altura sirve para asegurar la escalera en la roca y dar más estabilidad.

El conjunto pictórico también incluye escenas de cacería con arqueros y cérvidos, y en un tercer panel destaca la esbelta figura de una cierva. Tanto en el dibujo de la cierva como en el de la escena de recolección de miel se integran elementos de la misma cueva en la composición de la pintura: la recogida de miel está pintada en la pared y en el techo y usa ambos soportes para representar mejor la escena, mientras que la boca de la cierva se insinúa dejando expresamente un trozo de roca sin pintar.

Fotografía y calcos del Panel 3: motivo 21 (cierva retrospiciente a la carrera de color rojo oscuro).

El yacimiento de Barranco Gómez está situado a la orilla del río Guadalope, una zona que concentra varios yacimientos de arte levantino. Los autores de la investigación han señalado que descubrimientos como este «subrayan la necesidad de revisar nuevos y viejos territorios mediante prospecciones sistemáticas», de modo que se redefina el arte levantino «en función de sus relaciones técnico-estilísticas y territoriales».

El proyecto de investigación europeo LArcHer tiene como objetivo entender el arte rupestre levantino, uno de los conjuntos de arte prehistórico más extraordinarios de Europa, incluido en la lista de patrimonio mundial de la Unesco desde de 1998. Una de sus claves es el registro y análisis sistemático del arte rupestre levantino a través de tecnologías en digitales, sistemas de gestión y almacenamiento de datos, sistemas de información geográfica, análisis fisicoquímicos de pigmentos y soportes, y análisis comparativo con otros ejemplos de arte rupestre a nivel mundial con desarrollos temáticos equivalentes.

Fuente: elperiodicodearagon.com | 7 de julio de 2021

Un estudio reconstruye el comercio de plata en el Mediterráneo desde la Guerra de Troya hasta el final de la Edad del Hierro

Un tesoro de 'hacksilber' que data de mediados del siglo XI a. C. y encontrado por la expedición Leon Levy en Ashkelon. Crédito: Museo de Israel por Haim Gitler y Autoridad de Antigüedades de Israel por Clara Amit.

Antes de la invención de la acuñación con imágenes de íconos religiosos, los emperadores y ególatras locales, así como los pueblos del Levante meridional prehistórico, usaban pequeños artilugios de plata prácticamente pura como dinero o como pre-dinero, según a quién se le pregunte. Quizás resulte irónico que la plata que usaban los antiguos israelitas y sus predecesores en la región tuviera que ser importada y “pagada” mediante trueque, es decir, con otras mercancías.

La procedencia del intercambio de manos de plata en el Levante meridional prehistórico, cananeo e israelita, fue informada en la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt por un equipo de científicos y numismáticos franceses, israelíes y australianos: Liesel Gentelli, Janne Blichert-Toft, Francis Albarede del CNRS y Université de Lyon, Gil Davis, de Macquarie University y Haim Gitler, del Museo de Israel.

Para ser claros, el resultado no es de un gran impacto. No había mineral de plata en la zona del Levante.

“Incluso antes de la acuñación existía el comercio internacional y los 'hacksilber' eran uno de los productos básicos que se intercambiaban por bienes”, dijo Gentelli (izquierda) en la conferencia aludida.

Entonces, ¿de dónde provenían exactamente las piezas de plata, conocidas en el argot académico como hacksilber, que es la palabra alemana para trozos de plata cortada? Para averiguarlo el equipo realizó un análisis geoquímico de los rastros de plomo en 45 piezas de hacksilber encontradas en 13 enclaves diferentes que datan del 1300 a. C. al 586 a. C., en el actual Israel y los territorios palestinos, incluidos Ein Gedi, Ekron y Megiddo.

Al comparar sus hallazgos con muestras de mineral, encontraron que la mayor parte de la plata se había extraído en el sur del Egeo y los Balcanes: Macedonia, Tracia e Iliria. También se descubrió que algunos hacksilber provenían de lugares tan lejanos como Cerdeña y España, dicen los investigadores.

Antes del dinero la gente podía compartir, intercambiar, prestar: hoy te doy una cabra y espero vagamente una recompensa mañana, por ejemplo. O podrían dar directamente y confiar en el karma. En cualquier caso, esto se reduce a un intercambio directo del valor.

Con el tiempo, comenzaron a surgir representaciones indirectas del valor y la riqueza. En Mesopotamia hace más de 7.000 años, y en todo el Cercano Oriente y el valle del Indo algo más tarde. A medida que se desarrollaba la agricultura y el sedentarismo, la gente, antes de la alfabetización, usaba fichas de arcilla con simbología simple que se interpretaban como representativas de un valor. Las fichas simples podían tener formas como discos con líneas grabadas que representan una unidad de trigo, cebada o aceite, por ejemplo. Las más sofisticadas podrían incluir imágenes zoomorfas como una vaca y símbolos que servían para indicar la propiedad y el valor del bovino.

Posteriormente, en diferentes formas y en diferentes lugares, el dinero comenzó a emerger. Todavía, hasta el día de hoy, los investigadores discuten sobre cómo se empleó este intercambio indirecto del valor de una cosa.

Cortes de lingostes de plata utilizados para el comercio previo al dinero. Crédito: Clara Amit, Autoridad de Antigüedades de Israel.

Algunos piensan que los hacksilber fueron simplemente una forma temprana de dinero en la Edad del Bronce Final en esta parte del mundo. Otros argumentan que los hacksilber fueron un producto previo al dinero, y no entramos a debatir ese argumento.

El hecho es que las piezas de plata, algunas originadas a partir de tozos forjados estropeados, se usaron en el Cercano Oriente como medio de pago antes de que se inventaran las monedas, lo que sucedió hace aproximadamente 2.700 años en el reino de Lidia, hasta donde sabemos.

En lo que es hoy Israel, los hacksilber se usaron como dinero o pre-dinero desde hace unos 4.000 años hasta el 300 a. C. En otras palabras, el comercio con ellos es anterior a la fundación de Roma y el surgimiento de los reinos de Israel y Judá. Y trozos de plata cambiaban de manos a medida que se desataba la guerra de Troya, señalan los investigadores de manera evocadora.

Estos hacksilber consistían en pequeños lingotes de plata, así como fragmentos de los mismos rotos y joyas, y se usaban claramente tanto en el comercio local como internacional. Vale la pena agregar que cualquier acumulación de un conjunto de hacksilber no necesariamente se originaba en el mismo lugar.

Su irregularidad en su composición no tenía por qué significar una diferencia, puesto que -según creen los investigadores- su valor se determinaba pesando el conjunto en una balanza con pesos estandarizados. Los comerciantes de antaño los guardaban en la versión antigua de las cajas registradoras: dentro de vasijas de barro.

Una sopresa a destacar de la investigación llevada a cabo es que el comercio de plata en el Egeo y el Mediterráneo occidental continuó, aunque en menor medida, después del llamado
colapso de la civilización de la Edad del Bronce Final en 1200 a. C. Los grandes imperios de los hititas, los antiguos egipcios y babilonios se hundieron en el caos y la violencia; las civilizaciones egeas de los minoicos y micenicos implosionaron. Algunos incluso piensan que los eventos descritos en la Ilíada -como la destrucción de Troya- y la Odisea pertenecen a este período. Las ciudades costeras de Canaán y Ugarit, en Siria, fueron arrasadas y, mientras tanto, los Pueblos del Mar, quienesquiera que fueran, se levantaron y se fortalecieron.

Sin embargo, en ese desorden enorme y clamoroso, ¿qué fue lo que continuó, al menos hasta cierto punto? El comercio de la plata. “Investigadores anteriores creían que el comercio de plata había llegado a su fin tras el colapso social al final de la Edad del Bronce tardío, pero nuestra investigación muestra que los intercambios entre el sur del Levante y el mundo del Egeo nunca se detuvieron”, dice Gentelli. “La gente de todo el Mediterráneo oriental permaneció conectada. Es probable que la plata fluyera hacia el Levante como resultado del comercio o el saqueo".

El tinte verdoso atestigua una alta proporción de cobre en la aleación. Crédito: Yael Yelovitz, Autoridad de Antigüedades de Israel.

También es cierto que la importación de plata disminuyó en tal grado que los lugareños, ya fuera deliberada o desesperadamente, recurrieron al fraude, según ha demostrado una investigación separada. Cuando la agitación social descendió sobre Canaán, en el momento que sus ciudades cayeron y los ejércitos de Egipto se retiraron para curar sus heridas junto al Nilo, parece que los comerciantes locales de la Edad del Bronce Final, u otros, comenzaron a degradar el valor de los hacksilber.

Los tesoros que preceden al colapso de la Edad del Bronce eran de plata casi pura, pero, después del período del colapso, la plata se adulteró. Los tesoros que datan del período de la implosión se aleaban con cobre, que era local. Procedía de Timna, una mina de cobre en el Negev. También se agregaron otros ingredientes, tal como el arsénico, para que los trozos parecieran estar hechos de plata casi pura.

De hecho, los investigadores sospechan que los primeros estafadores que manipularon la plata y crearon falsos hacksilber pueden haber sido los propios antiguos egipcios: cuando el caos asomó la cabeza, necesitaban divisas fuertes, por así decirlo.

El equipo actual niega cualquier capacidad para relacionar sus hallazgos sobre el comercio de plata con eventos históricos específicos, pero agrega que su análisis “muestra la importancia del comercio de los 'hacksilber' desde antes de la Guerra de Troya, y que algunos estudiosos datan a principios del siglo XII a.C., hasta la fundación de Roma en 753 a. C., y luego hasta el final de la Edad del Hierro en 586 a. C., marcada por la destrucción del Templo de Salomón en Jerusalén por Nabucodonosor”.

Es a partir de entonces cuando empezaron a surgir las monedas. Las primeras no eran más uniformes que los hacksilber; no todas estaban hechas de metal, pues algunas eran de piedra. De todos modos, alrededor del 450 a. C., el sur de Levante le había dado brillo a las monedas y ese fue el final de los hacksilber como moneda, si es que lo fueron alguna vez.

Al comentar el estudio llevado a cabo, el Dr. Matthew Ponting (izquierda), profesor titular de Materiales Arqueológicos de la Universidad de Liverpool, dijo: "Es un nuevo trabajo importante que ilustra nuestra comprensión del comercio y las rutas de intercambio en el Levante durante la Edad del Hierro Temprano. El hecho de que toda la plata encontrada en la región habría tenido que ser importada presenta interesantes posibilidades para investigar las rutas comerciales de manera más general, así como para aprender más sobre el uso y la preferencia de las aleaciones durante este importante período de la historia".

Fuentes: haaretz.com |phys.org| 7 de julio de 2021

Utilizan datos genéticos e isotópicos para investigar la movilidad humana en la ciudad de Alalakh, de la Edad del Bronce, en Turquía

Los muertos en Alalakh (Turquía) solían ser enterrados en tumbas sencillas y, a menudo, con vasijas de cerámica cerca de la cabeza. © Murat Akar

Los investigadores han considerado durante mucho tiempo que la Edad del Bronce en el Mediterráneo oriental fue la primera edad internacional, especialmente el período comprendido entre el 1600 y el 1200 a.C., cuando los poderosos imperios de Anatolia, Mesopotamia y Egipto establecieron grandes redes de reinos subordinados. en el Cercano Oriente. Estos imperios lucharon, comerciaron y mantuvieron relaciones entre sí, y los textos antiguos de la época revelan que existieron notables redes económicas y sociales que permitieron el movimiento de personas y bienes.

Un nuevo estudio realizado por un equipo interdisciplinario de arqueólogos, genetistas y expertos en isótopos, y publicado en PLOS ONE, ha investigado el movimiento de personas en este período en un solo centro regional, una ciudad-estado de la Edad del Bronce llamada Alalakh (hoy en día representada por una extensa ciudad-montículo conocida como Tell Atchana), en el sureste de la actual Turquía. Sus resultados indican que la mayoría de los enterrados en Alalakh se criaron localmente y descendieron de personas que vivían en la región.

Mapa que muestra la ubicación de Alalakh en Turquía. © Ingman et al., 2021. PLOS ONE.

El objetivo del equipo era ver si se podían detectar, entre la población enterrada en la ciudad, los altos niveles de conectividad interregional, los cuales venían evidenciados por la arquitectura, los textos y los artefactos encontrados en este enclave durante 20 años de excavaciones patrocinadas por el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía y la Universidad Hatay Mustafa Kemal.

Para hacerlo, realizaron análisis de isótopos de estroncio y oxígeno en el esmalte dental, que pueden detectar si un individuo creció localmente en Alalakh o se mudó allí solo durante la edad adulta. Los datos genéticos, por otro lado, se pueden usar para determinar de dónde provienen los antepasados ​​recientes de una persona.

Vista aérea de Alalakh en la llanura de Amuq (Turquía). © Murat Akar.

El análisis de isótopos identificó a varios individuos no locales. Sin embargo, su ADN mostró una ascendencia que era local de Alalakh y de las regiones vecinas. "Hay dos posibles explicaciones para nuestros hallazgos, o estas personas son migrantes de corta distancia en la región o son migrantes de retorno, personas cuyos padres o abuelos eran originalmente de Alalakh”, dice la coautora principal Stefanie Eisenmann (izquierda), del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana.

Solo un individuo de la muestra, una mujer adulta, no formaba parte del acervo genético local, sino que mostraba una ascendencia que se asemejaba más a los grupos de Asia Central. Sin embargo, sus firmas isotópicas sugirieron una educación local. “Esperábamos que el análisis de isótopos mostrara que esta persona emigró a Alalakh, ya que sus datos genéticos eran muy diferentes de los del resto de la población, por lo que nos sorprendió ver que probablemente era nativa de Alalakh. En su lugar, podrían haber sido sus padres o abuelos quienes se mudaron”, explicó Tara Ingman (derecha), la otra autora principal del estudio de la Universidad de Koç.

Izquierda: Estatua funeraria del rey de Idrimi de Alalakh, correspondiente al siglo XVI a.C. y conservada en el British Museum. Derecha: Mapa de Tell Atchana (Alalakh) con los cuadrados de excavación indicados (datos cortesía del Archivo de Excavaciones de Alalakh).

Foto: Excavaciones en Alalakh en 2017.

Si bien se identificaron diferentes tipos de movilidad, incluida la migración de corta distancia, larga distancia y de retorno, no había extranjeros completos en el conjunto de datos. La mayoría de las personas nacieron y se criaron en Alalakh y también sus antepasados ​​vinieron de la región.

“Hay varias formas de explicar esto. Es posible que vivieran en Alalakh muchos menos migrantes de larga distancia de lo que habíamos pensado anteriormente. Otra posibilidad es que aún no hayamos encontrado sus tumbas. Quizás la mayoría de las personas que vinieron de muy lejos no fueron enterradas directamente en Alalakh, o lo fueron de una manera que no podemos rastrear”, dijo Murat Akar (izquierda), director de las excavaciones.

Fuente: Instituto Max Planck | 30 de junio de 2021

Hallan en Alemania un símbolo tallado por un neandertal de hace 51.000 años

Un equipo de arqueólogos ha desenterrado en una cueva del centro de Alemania un hueso de ciervo gigante con unos extraños grabados hechos hace unos 51.000 años. Aseguran que el hallazgo es una prueba definitiva de que los neandertales eran capaces de un pensamiento complejo y simbólico similar al de nuestra propia especie, Homo sapiens.

El fósil apareció en Einhornhöhl, o cueva del unicornio, al suroeste de Berlín, un lugar que durante siglos fue lugar de peregrinación para aquellos que querían hacerse con un hueso de ese animal fantástico. Ahora esta cueva se ha convertido en un epicentro para entender uno de los momentos más interesantes de la historia del género humano: el tiempo en el que miembros de nuestra propia especie salidos de África llegaron a Europa y encontraron a los neandertales, que llevaban aquí ya cientos de miles de años. Sucedió hace unos 45.000 años. Apenas 5.000 años después, los neandertales se habían extinguido para siempre y los Homo sapiens se apoderaron del planeta.

Plano de sección de la zona de entrada de la antigua cueva de Einhornhöhl. El hueso tallado se encontró entre huesos de oso de las cavernas.

Entrada de la cueva donde se recuperó el objeto grabado, aproximadamente a un metro detrás de la persona que está a la derecha.

Unos pocos milenios después sucedió la explosión del arte con las primeras esculturas de mujeres y seres mitológicos, excepcionales pinturas rupestres de animales en las cuevas y también instrumentos musicales hechos de hueso. Una de las mayores preguntas sobre evolución humana es si en aquellos tiempos solo los sapiens eran capaces de desarrollar símbolos, cultura y probablemente también religiones o si los neandertales también crearon las suyas.

En 2019, un equipo liderado por investigadores de patrimonio cultural del estado de Baja Sajonia encontró en Einhornhöhl una falange de ciervo gigante, un imponente animal de más de dos metros de alto que tenía una de las cornamentas más amenazadoras de aquella época.

Detalles tecnológicos del hueso inciso de Einhornhöhle. Las imágenes en escala de grises se generaron mediante un escaneo de micro-CT. a, Vista en primer plano de grabados individuales. b, Vista en blanco del lado grabado. c, interpretación de línea y números de línea. d, Ángulos de superficie entre líneas individuales. e, longitudes de línea.

“En un primer vistazo solo se apreciaba una marca de corte”, explica a este diario Dirk Leder (izquierda), primer autor del hallazgo. “Pero cuando limpiamos el hueso apareció un patrón con forma de cuñas o galones enlazados y nos convencimos de que era un dibujo intencionado que probablemente esconde un significado simbólico”, resalta.

Aquel día algunos miembros del equipo opinaron que ese hueso lo tenía que haber tallado un sapiens mientras otros apoyaron que fue un neandertal. El “momento Eureka”, relata Leder, llegó con la datación del hueso y de restos de hogueras hallados junto a él: tenía al menos 51.000 años y por entonces en esta zona de Europa solo habitaban los neandertales.

Diferentes puntos de vista de la falange del ciervo gigante grabada.

En ese punto los arqueólogos hicieron un experimento: tomaron huesos de vaca, fabricaron herramientas de piedra con guijarros del río tal y como hicieron los neandertales y se pusieron a intentar reproducir el dibujo. La labor resultó muy complicada o imposible si antes no se cocía una o dos veces. Tras varios intentos los arqueólogos experimentales comprobaron que la forma de redibujar el símbolo era hacer primero la incisión vertical y después hacer las líneas perpendiculares. En total hace falta una hora y media de trabajo. Rafael Hermann (derecha), investigador de la Universidad de Gotinga y coautor del estudio explica que “es un auténtico dolor conseguir extraer el hueso de la falange, pues va literalmente encajado en la pezuña”, resalta,

“El patrón en el hueso nos indica que quien lo dibujó seguía un plan”, explica Leder. “Representa una imagen abstracta, un símbolo que puede representar una idea o incluso una narración expresada de forma abreviada. Este símbolo podía ser leído probablemente por otros neandertales que entenderían su significado, algo que ninguno de nosotros, humanos actuales, podemos hacer. Estamos claramente ante lo que suele llamarse pensamiento simbólico, comunicación con símbolos”, añade.


Imágenes de microscopía digital 3D del hueso tallado de Einhornhöhle para comprender mejor la profundidad y regularidad de las líneas.

Otro argumento a favor del simbolismo es que en aquella época había muy pocos ciervos gigantes en esta zona por lo que eran probablemente un trofeo apreciado.

El hallazgo se suma a otras pruebas de que la mente neandertal no era tan bruta o básica como pensaban los arqueólogos hace decenios. En los últimos años se han hallado dibujos geométricos hechos por neandertales en piedras y huesos. En la cueva de La Pasiega, en Cantabria, hay una escalera que podría haber sido pintada por los neandertales hace unos 64.000 años, aunque su datación sigue a debate. Ninguna de estas pruebas ha conseguido disipar las dudas de si esos comportamientos eran genuinamente neandertales o si fueron los sapiens los que se los enseñaron. El hueso de la cueva del unicornio descarta que la cultura neandertal provenga de los sapiens, aseguran los autores del hallazgo en un estudio publicado hoy en Nature Ecology and Evolution.

La entrada moderna de la cueva de Einhornhöhle (Cueva del Unicornio) en la que se muestra una réplica del esqueleto de un unicornio.

“Los neandertales eran cognitivamente muy parecidos a los sapiens, por lo menos no inferiores”, mantiene Leder. “Lo que me parece más intrigante de todo es que, antes de hace 45.000 años, no se conoce ni un solo dibujo que represente la naturaleza, por ejemplo animales, como sí los vemos después en las famosas cuevas de España y Francia o en las pequeñas esculturas unos cuantos miles de años después, todas asociadas al 'Homo sapiens'. Parece como si antes de esa fecha las únicas representaciones artísticas de los humanos, fueran de la especie que fueran, sean solo patrones abstractos y símbolos”, añade.

La investigadora del Museo de Historia Natural de Londres, Silvia Bello (izquierda), opina que no se puede descartar que sapiens y neandertales intercambiasen este tipo de manifestaciones en fechas anteriores a los 51.000 años. El análisis del ADN de una calavera de Homo sapiens hallada en República Checa, a unos 400 kilómetros de Einhornhöhle, muestra que hubo un cruce entre ambas especies hace más de 50.000 años, razona.

Otros estudios apuntan a cruces más antiguos, hace unos 100.000. Es posible por tanto que los autores del hueso alemán fuesen mestizos nacidos de aquellos cruces que reproducían una práctica aprendida de los sapiens por sus antepasados y transmitida de generación en generación.

"Esta posibilidad no minusvalora las capacidades cognitivas de los neandertales”, escribe Bello en un comentario al estudio. “Es al contrario. La capacidad de aprender e integrar una innovación en tu propia cultura, de adaptar conceptos abstractos es una muestra de complejidad mental. El hueso de Einhornhöhle acerca el comportamiento neandertal al del Homo sapiens”, concluye.

“El hallazgo es convincente”, opina Antonio Rodríguez-Hidalgo (derecha), prehistoriador de la Universidad Complutense de Madrid. Hace unos años su equipo descubrió en Tarragona una garra de águila imperial con una serie vertical de muescas hechas por neandertales. Parece que las rapaces eran uno de los animales predilectos para estas prácticas, pues se han hallado más de 20 en 10 yacimientos diferentes que van desde hace 130.000 años a hace 42.000, explica Bello.

“Una pregunta que tengo en mente cuando trato de comprender el posible mundo simbólico de los neandertales es, ¿por qué la evidencia es tan escasa?”, comenta Rodríguez-Hidalgo. “Si las falanges de ciervos gigantes talladas en forma de galón tenían una función simbólica en el mundo neandertal, ¿por qué solo hemos encontrado una? Deberíamos hallar bastantes, pero este no es el caso”, resalta.

Fuentes: elpais.com | todayuknews.com | 5 de julio de 2021

Así eran las Casas del Turuñuelo (Badajoz) de la cultura tartésica

Tres años llevan los arqueólogos del proyecto Construyendo Tarteso sin pisar las Casas del Turuñuelo. Cuando en 2018 finalizaron la campaña de excavaciones no podían imaginarse que un puñado de euros iba a paralizar las investigaciones en el yacimi... del país. Más aún cuando sus trabajos acababan de ser distinguidos con el primer Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundaci....

El equipo del Instituto de Arqueología (CSIC-Junta de Extremadura), que capitanea Sebastián Celestino Pérez, investigador científico del CSIC, no pudo volver a este conjunto arqueológico de origen tartésico en Guareña (Badajoz), aunque no dejó de trabajar. «Ha sido raro, pero hemos aprovechado estos dos años para publicar buena parte del material encontrado, depositarlo en el Museo de Badajoz y estudiar en profundidad piezas concretas», relata la codirectora de la excavación Esther Rodríguez González. En este tiempo y con la implicación de Josep R. Canals, experto en tecnologías 3D, han reconstruido además virtualmente cómo debió de ser esta edificación tartésica y qué aspecto debieron de tener las estancias ya excavadas.

Foto: Los arqueólogos Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González tras recibir el Premio 'Luis Chamizo' por su labor investigadora y por divulgar la cultura tartésica del yacimiento del Turuñuelo. P. F. I.

Las imágenes virtuales muestran el patio donde se documentó el enorme sacrificio de animales y la entrada sobre la escalera monumental, o la denominada estancia 100, con su altar con forma de piel de toro característico de la cultura tartésica y su bañera-sarcófago. También recorre virtualmente la habitación del banquete, donde se debió de celebrar la última comida de la ceremonia de cierre del edificio.

Todo se ha levantado en el ordenador a partir de las planimetrías y fotogrametrías de los arqueólogos, al milímetro. Tanto las dimensiones, como las texturas e incluso los colores responden a los datos tomados por los investigadores. Si las paredes del patio se han representado en rojo es porque en los muros se encontraron restos de pigmento encarnado. Las esteras de esparto se extienden sobre los suelos donde se han hallado restos y las hogueras arden en los lugares donde se documentaron. No ha habido cabida para el azar ni la imaginación en esta reconstrucción. Con unas puertas cerradas se han representado los accesos a otras estancias que se sabe que existen, pero aún no se han investigado.

«Solo la luz hemos tenido que distribuirla sin saber su lugar exacto, porque el programa necesita iluminar los interiores. Para ello se han colocado unas lucernas a partir de cuencos que aparecieron en esas estancias», señala Rodríguez González.

Estas imágenes no solo resultan valiosas para dar a conocer las Casas del Turuñelo. La arqueóloga de Construyendo Tarteso explica que están siendo «muy útiles para entender cómo se estructuraba el edificio» ya que les han ayudado a «calcular y pensar en algunos casos si la solución arquitectónica que creíamos era correcta o no».

«Actualmente hemos terminado la primera fase de la reconstrucción arquitectónica con los datos que tenemos a día de hoy y ya trabajamos en ampliar los detalles», compartió en las redes sociales Josep R. Casals (izquierda), que desde desde hace unos años se dedica exclusivamente a la reconstrucción de sitios arqueológicos, ciudades antiguas y edificios de todas las épocas, con medios digitales.

«Los arqueólogos tienen una herramienta de divulgación muy potente que les permite llegar al público y al mismo tiempo el hecho de resolver la reconstrucción virtual lleva a plantear hipótesis que permiten proyectar más allá de lo que se ha conservado, lo que permite muchas veces repensar estructuras, espacios y usos», remarca a ABC.

En una siguiente fase, tienen pensado introducir en cada estancia el material concreto que hallaron en las excavaciones, como el caldero de bronce que encontraron en la sala del banquete.

Al tiempo que van reconstruyendo por fases «siempre lo nuevo que aporten las campañas sucesivas de excavación y los datos que vayan arrojando las investigaciones del material que van estudiando», Casals indica que el proyecto le sirve para desarrollar mejores reconstrucciones virtuales usando la última tecnología 3D, en la que está inmerso en este y otros proyectos que desarrolla con un motor de videojuegos (Unreal Engine), «que nos abre muchas perspectivas y tiene una evolución técnica fulgurante».

Con la reciente declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) que otorga la máxima protección a las Casas del Turuñuelo, los arqueólogos esperar retomar sus trabajos en otoño. «Lo primero que haremos será valorar el estado del yacimiento, tras dos años cerrado, y ver qué deterioro ha sufrido para paliarlo. Estaba tapado, pero es inevitable que haya habido filtraciones», explica Rodríguez.

Después llegará el momento de excavar en la estancia norte donde aparecieron restos humanos, así como continuar los trabajos en el patio, donde quedan cinco caballos por levantar y terminar los estudios de uno de los pasillos perimetrales. «En definitiva, rematar aquellas cosas que en 2018 no pudimos terminary dejamos para la siguiente campaña». Han pasado tres años, pero por fin ven luz en el horizonte.

Fuente: abc.es | 23 de junio de 2021