Un estudios sobre ADN antiguo revela sorpresas sobre cómo vivían, viajaban e interactuaban los africanos hace entre 18.000 y 5.000 años

El refugio rocoso de la montaña de Hora en Malawi, donde excavaciones recientes descubrieron a dos de los individuos analizados en un estudio colaborativo de ADN antiguo. Crédito: Jacob Davis.

Un nuevo análisis de restos humanos que fueron enterrados en sitios arqueológicos africanos ha producido el ADN más antiguo del continente, contando una historia fascinante de cómo los primeros humanos vivieron, viajaron e incluso encontraron a sus seres queridos.

Un equipo interdisciplinario de 44 investigadores describió sus hallazgos en "El ADN antiguo revela una estructura de población profunda en los recolectores del África subsahariana". El artículo se publicó hoy en Nature e informa de los hallazgos sobre el ADN antiguo de seis personas enterradas en Malawi, Tanzania y Zambia que vivieron hace entre 18.000 y 5.000 años.

"Esto duplica con creces la antigüedad de los datos de ADN antiguo obtenidos del África subsahariana", dijo David Reich (izquierda), profesor de la Universidad de Harvard e investigador del Instituto Médico Howard Hughes, cuyo laboratorio generó los datos del artículo. "El estudio es particularmente emocionante, es una colaboración verdaderamente equitativa entre arqueólogos y genetistas".

El estudio también volvió a analizar los datos publicados de 28 personas enterradas en otros sitios de todo el continente, generando datos nuevos y mejorados para 15 de ellos. El resultado fue un conjunto de datos sin precedentes de ADN de antiguos cazadores recolectores africanos. Su legado genético es difícil de reconstruir a partir de la gente actual debido a los muchos movimientos y mezclas de población que se han producido en los últimos miles de años.

Gracias a estos datos, los investigadores pudieron delinear los principales cambios demográficos que tuvieron lugar hace entre 80.000 y 20.000 años. Ya hace unos 50.000 años, personas de diferentes regiones del continente se mudaron y establecieron en otras áreas y desarrollaron alianzas y redes sociales a distancias más largas para comerciar, compartir información e incluso encontrar parejas reproductivas. Estas redes sociales los ayudó a sobrevivir y prosperar, escriben los investigadores.

Montaña rocosa de Hora en Malawi. Crédito: Jacob Davis.

Elizabeth Sawchuk (derecha), autora del estudio y becaria postdoctoral de Banting, en la Universidad de Alberta, así como profesora asistente de investigación en la Universidad de Stony Brook, dijo que se produjo un cambio cultural dramático durante este período de tiempo, ya que los adornos, los pigmentos y otras artes simbólicas se volvieron comunes a través de toda África. Los investigadores habían asumido durante mucho tiempo que los cambios importantes en el registro arqueológico de hace unos 50.000 años reflejaban un cambio en las redes sociales y tal vez incluso cambios en el tamaño de la población, pero tales hipótesis seguían siendo difíciles de probar.

"Nunca habíamos podido explorar directamente estos supuestos cambios demográficos hasta ahora", dijo. "Era difícil reconstruir los eventos de nuestro pasado más profundo usando el ADN de las personas que viven hoy en día, pues los artefactos como las herramientas de piedra y las cuentas de adornos no pueden contarnos toda la historia. En cambio, el ADN antiguo nos proporciona una visión directa de las personas mismas, que era lo que nos faltaba del rompecabezas".

Mary Prendergast (izquierda), autora del artículo y profesora asociada de antropología en la Universidad de Rice, dijo: "Hay argumentos de que el desarrollo y la expansión de las redes comerciales a larga distancia en esta época ayudaron a los humanos a superar la última Edad de Hielo".

"Los humanos comenzaron a depender unos de otros de nuevas maneras, y esta creatividad e innovación podría ser lo que permitió que los mismos prosperaran".

Los investigadores también pudieron demostrar que hace unos 20.000 años, la gente había dejado de trasladarse tanto.

"Tal vez fue porque en ese momento las redes sociales, previamente establecidas, permitieron el flujo de información y tecnologías sin que las personas tuvieran que moverse mucho", señala Sawchuk.

Cuentas de cáscara de huevo de avestruz procedentes del refugio rocoso de Mlambalasi, en Tanzania, donde fue enterrado uno de los individuos del estudio realizado. Crédito de la foto: Jennifer Miller.

Prendergast dijo que la investigación llevada a cabo proporciona una mejor comprensión de cómo la gente se movía y se mezclaba en esta parte del este de África. Anteriormente, el ADN africano más antiguo procedía de lo que ahora es Marruecos, pero los individuos de este estudio vivían tan lejos de allí como Bangladesh lo está de Noruega.

"Nuestro estudio genético confirma un patrón arqueológico de comportamiento más local en el este de África a lo largo del tiempo", dijo Jessica Thompson (derecha), profesora asistente de antropología en la Universidad de Yale, autora del estudio y una de las investigadoras que descubrieron los restos. "Al principio, las personas encontraron parejas reproductivas de amplios grupos geográficos y culturales. Más tarde, priorizaron a las parejas que vivían más cerca y que eran potencialmente más similares culturalmente".

El equipo de investigación incluyó a académicos de Canadá, Kenia, Malawi, Tanzania, Estados Unidos, Zambia y muchos otros países. Las contribuciones críticas al estudio provinieron de conservadores y coautores de museos africanos que son responsables de proteger y preservar los restos fósiles hallados.

Potifar Kaliba (izquierda), director de investigación del Departamento de Museos y Monumentos de Malawi y autor también del estudio, señaló que algunos de los esqueletos analizados para el estudio fueron excavados hace medio siglo, pero su ADN se conserva a pesar de los climas cálidos y húmedos en los trópicos

"Este trabajo muestra por qué es tan importante invertir en la administración de restos humanos y artefactos arqueológicos en los museos africanos", afirma Kaliba.

El Museo Livingstone, en Zambia, donde se conservan algunos de los restos óseos del estudio. Crédito de la foto: Museo Livingstone.

"El trabajo también ayuda a abordar los desequilibrios globales en la investigación", añade Prendergast. "Hay alrededor de 30 veces más secuencias de ADN antiguas publicadas de Europa que de África, y, dado que este continente alberga la mayor diversidad genética humana del planeta, tenemos mucho más que aprender".

"Al asociar artefactos arqueológicos con ADN antiguo, los investigadores han creado un marco notable para explorar la prehistoria de los humanos en África", dijo el director del programa de Arqueología y Arqueometría, John Yellen (derecha), de la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU., uno de los patrocinadores de este proyecto. "Esta idea está trazando un nuevo camino para comprender a la humanidad y nuestra compleja historia compartida".

Fuente: Rice University | 23 de febrero de 2022

Descubren que la ciudad de Baelo Claudia, de Cádiz, fue destruida por un tsunami hace menos de 2.000 años

Ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia, en la playa de Bolonia (Cádiz).JUAN CARLOS TORO

La ciudad de Baelo Claudia, situada en la provincia de Cádiz, próxima al Estrecho de Gibraltar, se levantó en la ensenada de Bolonia, flanqueada a los lados por las sierras de la Plata y San Bartolomé a finales del siglo II antes de Cristo.

Su origen y posterior evolución están muy ligados al desarrollo de las industrias salazoneras y al comercio con el norte de África, siendo puerto de unión con la actual Tánger y convirtiéndose en uno de los motores económicos de la zona.

Un terremoto destruyó parte de la ciudad, siendo reconstruida por completo, entre los años 40 y 60 de la nueva era y un tsunami la devastó entre los años 365 y 390, por lo que fue abandonada ante la imposibilidad de ser reconstruida de nuevo.

Panorámica del yacimiento de Baelo Claudia.

Según publica el periodista Vicente G. Olaya en El País, un estudio liderado por Pablo-Gabriel Silva Barroso ha descubierto una capa de sedimentos de entre 28 a 52 cm. de espesor que dejó el tsunami, conteniendo fragmentos caóticamente mezclados de cerámica, huesos de peces y animales, cristales, ladrillos y grandes bloques de mampostería, entre otros restos de microfósiles y fragmentos rotos de conchas. Sedimentos que se encuentran amalgamados con arenas finas o medias procedentes de la antigua playa y cuya procedencia son de "un evento de alta energía" referido al tsunami.

Se calcula que la altura de las olas que destruyeron Baelo Claudia podrían ser de entre cuatro y cinco metros, penetrando en los pequeños valles interiores, hecho que probaría los daños en un pequeño acueducto al este de la ciudad romana.

Hasta el momento las causas del abandono de Baelo Claudia no estaban claras, especulándose, entre otras razones, la inseguridad del tráfico comercial o un periodo de crisis económica y social en el Imperio Romano a finales del siglo II después de Cristo.

Fuente: portaldecadiz.com | 28 de febrero de 2022

El mayor mosaico romano en Reino Unido surge en una obra junto al Puente de Londres

Arqueólogos de MOLA en el sitio de Liberty of Southwark.Se cree que el sitio, cerca del Shard, fue un punto de parada para los viajeros que entraban o salían del Londres romano en el lado norte del Támesis. Foto: Andy Chopping y el Museo de Arqueología de Londres.

Cruzando el puente de Londres, serpenteando entre los puestos del Borough Market y acercándonos a la mole acristalada del Shard, llegamos a un solar en obras que guardaba el mejor secreto arqueológico de la capital británica. Del subsuelo ha emergido de pronto un enorme mosaico romano del siglo II d.C. de más de 12 metros cuadrados: el mayor vestigio aparecido en los últimos 50 años de la legendaria Londinium, sede del gobierno imperial de Britannia.

"Hallazgos como este ocurren solo una vez en la vida", se jacta Antonietta Lerz, del Museo de Arqueología de Londres (MOLA). "Cuando los primeros colores del mosaico aparecieron al remover la tierra, todos los que estábamos en la excavación saltamos de excitación".

Lo que ha salido a la luz, al cabo de casi 2.000 años, es ni más ni menos que el suelo de un triclinium (estancia que cumple las funciones de comedor) que seguramente formaba parte de una "mansio" (algo así como un "parador" para altos oficiales en sus viajes por el imperio) al sur del Támesis y fuera de la vieja muralla.

El mosaico principal incorpora flores, motivos geométricos y un diseño de cuerdas retorcidas. Fotografía: MOLA/Andy Chopping.

"La calidad de los materiales que hemos encontrado nos permiten deducir que el edificio fue ocupado por miembros del rango más alto en la sociedad", apunta Derek Seeley, director de proyectos del MOLA. "Es muy poco habitual que seamos capaces de encontrar y estudiar restos de esta envergadura en el centro de Londres. Estamos ante una ventana abierta a las condiciones de vida de las elites romanas en 'Britannia'".

El mosaico fue encontrado el pasado mes de junio, aunque su descubrimiento no se ha hecho público hasta ahora. Temporalmente, seguirá en el solar en obras de The Liberty of Southwark (un futuro complejo de oficinas, viviendas y actividades de ocio) mientras se completan las excavaciones a su alrededor. A lo largo del año, será finalmente extraído para su conservación y será exhibido más tarde en un lugar aún por determinar.

El panel principal del mosaico está compuesto por flores de loto en llamativos colores (rojo terracota y amarillo pálido) rodeadas de bandas, cuerdas retorcidas y "nudos de salomón", en diseños geométricos y dentro de un suelo teselado también en rojo.

Se encontró un panel más pequeño que es similar a un mosaico desenterrado en Tréveris, Alemania. Fotografía: MOLA/Andy Chopping.

En declaraciones a la BBC, el experto en mosaicos romanos David Neal ha atribuido la obra al así llamado "Acanthus group", un equipo de artesanos de Londinium que desarrollaron un estilo propio. Un panel muy similar fue hallado en la localidad alemana de Tréveris, lo que permite deducir que los mosaiquistas británicos viajaron al continente.

A partir del mosaico del triclinium, los arqueólogos del MOLA ha reconstruido el uso de la sala: probablemente con una mesa baja cuadrada o rectangular en el centro, rodeada de divanes y espacio para danza, música y otras atracciones para los comensales, directamente conectada con la culina (cocina).

AMULETO FÁLICO

El conjunto del edificio aún no ha sido descubierto, pero todo apunta a que fue una mansio en las afueras del perímetro de Londinium (lo que hoy constituye la City) que pudo servir como hotel o lugar de reposo para los altos oficiales del imperio. El hallazgo de un amuleto con forma fálica, asociado a los militares romanos, corrobora aparentemente esa hipótesis.

El edificio estaba dispuesto alrededor de un patio central, conectado también con el triclinium, y rodeado probablemente de jardines cercanos a la orilla del río Támesis, junto a algunas de las vías de entrada en la ciudad.

En el mismo lugar de la excavación han aparecido los restos de lo que pudo haber sido una residencia privada, también con mosaicos, paredes pintadas y terrazo. Allí se han encontrado también un broche de bronce, una horquilla de hueso y una aguja de coser.

"Todos estos objetos son asociados a mujeres al alto estatus que seguían probablemente las últimas modas de su tiempo", apunta la arqueóloga Antonietta Lerz. "Estamos en el máximo apogeo de la ciudad de Londres romana. La gente que vivía aquí o que pasó por aquí tenía, sin duda, una buena vida para su tiempo".

El hallazgo habrá deleitado muy seguramente al "premier" Boris Johnson, autor de "The Dream of Rome" (derecha) y apasionado de la historia clásica. Los romanos ocuparon dos tercios de la isla durante casi cuatro siglos (del año 43 al 410) y Boris Johnson fue alcalde durante ocho años (2008-2016). Como broche a su primera aventura política publicó "Johnson's life of London", o "cómo una panda de agresivos inmigrantes italianos crearon Londinium en unas tierras pantanosas y pasaron con el tiempo la antorcha: de Adriano a Winston Churchill, hasta llegar la Rolling Stones".

Fuentes: elmundo.estheguardian.com | 25 de febrero de 2022

Un nuevo estudio científico de la Cueva del Gigante (Sitges, Barcelona) revela la alta movilidad de los neandertales

Los arqueólogos Joan Daura y Montserrat Sanz concluyen en una nueva investigación sobre el yacimiento de la Cueva del Gigante la alta movilidad en la costa central catalana de los grupos de neandertales y la gran capacidad que tenían estos individuos para adaptarse a las diferentes situaciones.

Los grupos humanos neandertales tenían unas pautas de comportamiento altamente variables que les permitían adaptarse ante cualquier nueva situación y de hábitat. Ésta es la principal conclusión del nuevo trabajo sobre la Cueva del Gigante, en Sitges, Barcelona, el yacimiento con más restos humanos neandertales de Cataluña y un lugar clave sobre la búsqueda de estos grupos humanos que vivieron hace más de 50.000 años en la costa central catalana.

El estudio encabezado por Joan Daura y Montserrat Sanz, ha sido publicado este pasado viernes en la revista Quaternary y constata que la presencia de los neandertales se realizó en forma de visitas puntuales de grupos humanos con una alta movilidad en el territorio.

Restos de neandertales identificados en GL1 de la Cova del Gegant. (1): Diferentes vistas de la mandíbula adulta Gigante-1. (2): El incisivo inferior, Gigante-2, de un individuo de 10 años.

La investigación se ha centrado en estudiar los restos procedentes de la Galería Lateral 1 (GL1), la más cercana al mar, de donde proceden restos de fauna, industria lítica y restos humanos neandertales, y ha puesto en evidencia la variedad de ecosistemas frente a la cueva, dominados por especies adaptadas a espacios abiertos y de bosque que favorecieron las visitas repetidas de los neandertales.

Los arqueólogos Montserrat Sanz y Joan Daura sugieren que la galería mencionada fue utilizada por carnívoros como las hienas y también por los neandertales, los cuales, seguramente, utilizaron el espacio como un refugio esporádico. Los restos líticos hallados señalan que los neandertales, grupos cazadores-recolectores de tipo nómada, transportaban con ellos herramientas líticas bastante ergonómicas y polivalentes que abandonarían cuando ya no eran útiles.

El estudio de la cueva del Gigante,, conjuntamente con otros yacimientos de la zona, como la Cueva del Rinoceronte (Castelldefels, Barcelona) o la Cueva del Coll Verdaguer (Cervelló, Barcelona) refuerzan la idea de una gran variabilidad en las pautas de movilidad y explotación de los recursos por parte de estas poblaciones.

Artefactos líticos de la Cova del Gegant. (1,3,11): Copos. (2,5,8): Rascador lateral. (4): Punto. (6): Copos de Levallois. (7): Punto Pseudo-Levallois. (9,12): Denticulado. (10): Núcleo sobre escalas.

La Cueva del Gigante, el yacimiento con más restos neandertales de Cataluña

La Cueva del Gigante de Sitges es el yacimiento donde más restos de neandertales se han encontrado hasta el momento en Cataluña. En este espacio se han documentado hasta ahora cinco restos de cuatro individuos distintos. Los primeros y más antiguos son las que proceden precisamente de la Galería Lateral 1 y que ahora ha sido objeto de estudio.

Santiago Casanova encontró en 1953 uno de los restos más importantes: una mandíbula humana de un individuo de unos 15 años de edad, pero hasta el año 2005 esta pieza no pudo ser estudiada. Desde el momento en que este hallazgo vio la luz, el yacimiento de la Cueva del Gigante ha sido objeto de excavaciones arqueológicas ininterrumpidas por parte de Joan Daura y Montserrat Sanz, del Grupo de Investigación del Cuaternario (SERP) de la Universidad de Barcelona,

El arqueólogo Joan Daura (izquierda) asegura: “Hasta el momento conocemos muy bien los restos humanos de la Cueva del Gigante a partir del estudio de la mandíbula en 2005 y de los demás restos hallados en 2015. En 2021 pudimos establecer con mucha precisión la cronología del yacimiento, sobre el que teníamos nociones, pero no con tanta precisión. Ahora con este trabajo 2022 hemos avanzado en el conocimiento de las pautas de movilidad de los grupos neandertales y el uso que hacían de la Cueva del Gigante”.

En esta misma línea, la arqueóloga Montserrat Sanz (derecha) añade: "Ahora sabemos que eran grupos, seguramente pequeños que se movían mucho por toda esta zona de la costa central catalana, entre Barcelona y Tarragona, y que, cuando se movían, transportaban algunas piezas líticas muy ergonómicas que las abandonaban seguramente en el estado final de su vida útil. Parece que esta movilidad se sucedió durante un período de tiempo largo y que seguramente fue repetida, sucedió varias veces, y, seguramente, alguna de ellas coincidió con la muerte de alguno de los individuos que fue depositado en la cueva”.

La Cueva del Gigante funcionó como un lugar de paso a través del pasillo mediterráneo que emergió cuando el nivel del mar descendió. Los neandertales habitaron la cueva hace entre 95.000 y 50.000 años. El trabajo ha reforzado la idea de que frente a la cavidad había una llanura con un bosque mediterráneo abierto delante.

Los trabajos en la Cueva del Gigante, que ahora se publican, tienen lugar en el marco de un proyecto de investigación aprobado y financiado por el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña y han participado también investigadores del IPHES (M. Vaquero, J.M. López -García y H.A. Blain) y del ICP (A. Sánchez Marco).

Fuente: visitsitges.com | 21 de febrero de 2022

El primer árbol genealógico de todos los humanos se remonta a más de 2.000 generaciones

Un mercado en la ciudad de Chennai (India). IDREES MOHAMMED (EFE).

Investigadores en EE UU y el Reino Unido acaban de componer el mayor árbol genealógico de la historia, pues representa a todos los humanos vivos del planeta Tierra. Este complejísimo mapa recoge el parentesco de las diferentes poblaciones humanas actuales generación a generación hasta el origen de nuestros antepasados remotos en África. El árbol desvela nuevos detalles sobre las migraciones de nuestra especie por el planeta y puede aclarar momentos cruciales, como la salida de África de un grupo de Homo sapiens hace 72.000 años —o 2.400 generaciones— y del que descendemos todos los humanos actuales.

“Este es el mayor árbol de familia de los humanos y describe nuestro origen y expansión por el mundo basado en las variaciones genéticas de la especie”, explica Wilder Wohns (izquierda), investigador del Instituto Broad (EE UU) y primer autor de este trabajo que se publica en la revista Science. Este árbol genealógico humano "es en realidad un primer borrador”, aclara Wohns. Tener la imagen completa requeriría conocer el genoma de todos los humanos vivos y el de todos los que vivieron, que sumarían unos 124.000 millones de almas desde que el Homo sapiens comenzó a existir hace unos 200.000 años.

Esta genealogía se ha compuesto a partir de fuentes diversas. La principal es el genoma de 3.601 personas actuales que viven en más de 200 lugares diferentes del planeta. También se ha incluido la secuencia genómica detallada de tres neandertales, nuestros parientes humanos más cercanos y un denisovano.

También se ha incluido la secuencia genética de una familia completa de Homo sapiens —padre, madre y dos hijos— que vivió en los montes Altai de Rusia hace 4.600 años. Esta familia perteneció a la cultura afanasievo, que genéticamente era muy parecida a los yamna, un pueblo de jinetes y pastores que protagonizaron uno de los capítulos más interesantes y oscuros de la historia: la ocupación de buena parte de Europa occidental gracias en parte a una tecnología puntera: la rueda. El azote yamna llegó hasta la península ibérica, donde desplazaron a los hombres locales casi por completo, según un estudio de 2018 liderado por el prestigioso genetista David Reich (derecha), que también es coautor del trabajo actual. La nueva “genealogía unificada” de nuestra especie también emplea otros 3.589 genomas humanos antiguos.

El genoma de cada persona contiene 3.000 millones de letras que compilan todas las instrucciones necesarias para que su organismo funcione correctamente. Una errata de unas cuantas letras en esa secuencia pueden generar cambios importantes, como una mayor capacidad a para vivir en los lugares más altos del planeta o un mayor riesgo a desarrollar tumores. El nuevo árbol genealógico analiza más de seis millones de secuencias genéticas y 245 millones de esas erratas —mutaciones— para remontarse en el árbol genealógico humano. “El nivel de detalle es tremendo, tenemos información de unos 27 millones de ancestros de personas actuales. Lo que obtenemos es un mapa con líneas y nodos que sirven para estimar las rutas de migración de los humanos por todo el planeta durante toda la historia de la especie humana”, resalta Wohns.

Visualización de linajes ancestrales humanos inferidos a lo largo del tiempo y el espacio. Cada línea representa una relación ancestro-descendiente en nuestra genealogía inferida de genomas modernos y antiguos. El ancho de una línea corresponde a cuántas veces se observa la relación, y las líneas se colorean según la edad estimada del antepasado.

El nuevo árbol coincide muy bien con lo que ya se sabía por hallazgos paleoantropológicos, como que el grupo de Homo sapiens del que descendemos todos los humanos actuales vivió en el noreste de África hace 72.000 años. Los 100 linajes más antiguos tienen como epicentro un punto del noreste de Sudán. El punto podría perfectamente estar en la ruta hacia Egipto y Oriente Próximo que siguieron nuestros ancestros.

El nuevo árbol genealógico también ve claramente la señal genética de que nuestros antepasados tuvieron sexo e hijos con los neandertales y los denisovanos, dos grupos humanos hoy extintos. Hay señales de algo mucho más inquietante: algunas poblaciones de Asia y Oceanía, principalmente de Papúa Nueva Guinea, llevan material genético de humanos “fantasma”; homínidos arcaicos de especie desconocida con los que se toparon los sapiens y no dudaron en cruzarse con ellos.

El trabajo también detecta varios momentos en los que algunas poblaciones humanas estuvieron a punto de desaparecer. Una de las aplicaciones pendientes de este nuevo árbol puede ser explorar qué sucedió hace 74.000 años, cuando la población mundial se redujo a unos pocos miles de personas justo tras la erupción del volcán Toba, en Sumatra, que provocó un cambio climático a temperaturas más gélidas que duró mil años.

Histogramas bidimensionales que muestran la ubicación geográfica de los linajes ancestrales en seis momentos. 1 kya es la abreviatura de hace mil años

Las técnicas aplicadas a la creación de este árbol tienen muchas más aplicaciones, argumenta Wohns. “Más allá de la historia evolutiva, hay muchas investigaciones biológicas que necesitan saber cómo han evolucionado las diferentes poblaciones humanas en el tiempo y el espacio. Esto puede hacerse gracias a esta nueva técnica, que también serviría para animales domésticos, especies salvajes amenazadas, vectores de enfermedades y dolencias de origen genético como el cáncer”, resalta.

La investigadora española Aida Andrés (izquierda), especialista en genética de poblaciones del University College de Londres, opina que "esta nueva técnica tiene sus limitaciones”. El uso de genomas antiguos, muy degradados e incompletos, hace que su precisión sea reducida en algunos casos, explica la experta en un comentario al estudio firmado junto a su colega Jasmin Rees. “El aumento constante de los datos genéticos hará que estas técnicas sean cada vez más útiles, sobre todo para incluir poblaciones poco representadas en las bases de datos genéticas actuales, en las que las muestras de personas en países ricos siguen siendo mayoría".

El genetista del CSIC Carles Lalueza-Fox (derecha), opina que “este trabajo confirma lo que se sabía con un enfoque analítico novedoso basado en la genealogía de fragmentos de cromosomas [los diferentes tomos del genoma]”. “Como toda nueva técnica es difícil saber qué usos tendrá en el futuro”, añade.

Fuente: elpais.com | 24 de febrero de 2022

Investigadores de Oxford crean el mayor árbol genealógico humano de la historia

Investigadores de Oxford han creado el mayor árbol de familia humano a partir de las relaciones genéticas. (UNIVERSIDAD DE OXFORD).

Investigadores de la Universidad de Oxford han creado el mayor árbol genealógico humano de la historia. La nueva red genealógica de la diversidad genética humana revela cómo se relacionan los individuos de todo el mundo, con un detalle sin precedentes, predice los antepasados comunes, incluyendo aproximadamente cuándo y dónde vivieron y recupera acontecimientos clave de la historia evolutiva humana, como la migración fuera de África. Además, este método podría tener amplias aplicaciones en la investigación médica, por ejemplo, identificando predictores genéticos de riesgo de enfermedad.

En las dos últimas décadas se han producido destacados avances en la investigación genética humana, generando datos genómicos de cientos de miles de individuos, incluidos los de miles de personas prehistóricas. Esto plantea la apasionante posibilidad de rastrear los orígenes de la diversidad genética humana para elaborar un mapa completo de la relación entre los individuos de todo el mundo.

Hasta ahora, los principales retos a los que se enfrentaba esta visión eran la búsqueda de una forma de combinar las secuencias genómicas de muchas bases de datos diferentes y el desarrollo de algoritmos para manejar datos de este tamaño. Sin embargo, el nuevo método publicado por investigadores del Instituto de Grandes Datos de la Universidad de Oxford puede combinar fácilmente datos de múltiples fuentes y escalar para dar cabida a millones de secuencias genómicas.

El doctor Yan Wong (izquierda), genetista evolutivo del Big Data Institute y uno de los autores principales, explica que básicamente han construido «un enorme árbol genealógico, una genealogía para toda la humanidad que modela con la mayor exactitud posible la historia que generó toda la variación genética que encontramos en los seres humanos de hoy en día. Esta genealogía nos permite ver cómo la secuencia genética de cada persona se relaciona con todas las demás, a lo largo de todos los puntos del genoma».

Dado que las regiones genómicas individuales sólo se heredan de un progenitor, ya sea la madre o el padre, la ascendencia de cada punto del genoma puede considerarse como un árbol. El conjunto de árboles, conocido como ‘secuencia arbórea’ o ‘gráfico de recombinación ancestral’, enlaza las regiones genéticas a través del tiempo con los ancestros en los que apareció por primera vez la variación genética.

El autor principal, el doctor Wilder Wohns, que llevó a cabo la investigación como parte de su doctorado en el Instituto Big Data y que ahora es investigador postdoctoral en el Instituto Broad del MIT y Harvard, destaca: «Esencialmente, estamos reconstruyendo los genomas de nuestros antepasados y utilizándolos para formar una vasta red de relaciones».

Añade que «así podemos estimar cuándo y dónde vivieron esos antepasados. El poder de nuestro enfoque es que hace muy pocas suposiciones sobre los datos subyacentes y también puede incluir muestras de ADN tanto modernas como antiguas».

Hace unos 2000 años, los seres humanos estaban bien dispersos por todo el mundo, excepto en gran parte de América del Norte, Oceanía y otros lugares.

Pero hace más de 300.000 años, los humanos estaban más centrados en África, según muestra la imagen del mapa.

Una red de 27 millones de ancestros

El estudio integró datos sobre genomas humanos modernos y antiguos procedentes de ocho bases de datos diferentes e incluyó un total de 3.609 secuencias genómicas individuales de 215 poblaciones. Los genomas antiguos incluían muestras encontradas en todo el mundo con edades comprendidas entre 1.000 y más de 100.000 años. Los algoritmos predijeron dónde debían estar presentes los ancestros comunes en los árboles evolutivos para explicar los patrones de variación genética. La red resultante contenía casi 27 millones de ancestros.

Tras añadir los datos de localización de estos genomas de muestra, los autores utilizaron la red para estimar dónde habían vivido los ancestros comunes predichos. Los resultados recapitularon con éxito los acontecimientos clave de la historia evolutiva humana, incluida la migración fuera de África.

Aunque el mapa genealógico ya es un recurso extremadamente rico, el equipo de investigación planea hacerlo aún más completo, incorporando datos genéticos a medida que estén disponibles. Dado que las secuencias arbóreas almacenan datos de forma muy eficiente, el conjunto de datos podría dar cabida fácilmente a millones de genomas adicionales.

Wong subraya que «este estudio está sentando las bases para la próxima generación de secuencias de ADN. A medida que mejore la calidad de las secuencias genómicas de las muestras de ADN modernas y antiguas, los árboles serán aún más precisos y, con el tiempo, podremos generar un mapa único y unificado que explique la ascendencia de toda la variación genética humana que vemos hoy en día».

Por su parte, el doctor Wohns añade que, «aunque el estudio se centra en los seres humanos, el método es válido para la mayoría de los seres vivos, desde los orangutanes hasta las bacterias. Podría ser especialmente beneficioso para la genética médica, al separar las verdaderas asociaciones entre regiones genéticas y enfermedades de las conexiones espurias derivadas de nuestra historia ancestral común», concluye.

Fuente: naiz.eus | 25 de febrero de 2022