L’Alcúdia (Alicante) inaugura ‘El nacimiento del icono’ una exposición sobre Dama de Elche con novedades por su 125 aniversario

Los manuscritos originales del historiador ilicitano Pedro Ibarra sobre el momento del descubrimiento de la Dama de Elche se muestran a partir del 1 de julio en el yacimiento de la Alcudia (Alicante), donde en 1897 se descubrió este "símbolo identitario ilicitano" y donde ahora se exhiben objetos, fotos y recortes de prensa de la época a través de una muestra de la Universidad de Alicante.

'La Dama de Elche: el nacimiento del icono' es el nombre de la exposición que coincide con el 125 aniversario del descubrimiento del busto íbero y en la que se muestra un recorrido histórico desde su hallazgo el 4 de agosto de 1897, su tratamiento como ícono de la cultura universal, su conversión en seña de identidad de la sociedad ilicitana o su aparición en todo tipo de publicaciones.

En una de esas revistas, el artista Salvador Dalí nombra a la Dama de Elche como "la mujer más bella", "un ícono de belleza femenina y humana", mientras en otras publicaciones donde algunas encuestas la han colocado por encima de mujeres de carne y hueso; además, en 2006 fue nombrada la más bella de España, superando en la lista a famosas como Elsa Pataky o Pilar Rubio.

Según la responsable de catalogación de la Fundación Universitaria de la Alcudia y comisaria de la exposición, Ana Ronda, esta muestra aporta documentación de la estancia de la Dama en el Museo del Louvre de París, su "personificación" como Reina Mora, pero también pequeños objetos conmemorativos como pines o sellos.

"No solo es una pieza emblemática y fundamental del arte íbero, sino también un icono identitario", ha afirmado Ronda, quien ha recordado que la Dama facilitó la ley de Patrimonio en 1911 y tras su vuelta de París se "apropian" de su imagen como mujer española.

Lo más destacado de la exposición es la documentación original del historiador ilicitano Pedro Ibarra y familia de los dueños de la Alcudia que en su día "manuscribe" el momento del hallazgo del busto y añade recortes de prensa, fotos y objetos que recoge y encuaderna en un libro que ha visto la luz por primera vez de forma pública.

La exposición, que estará disponible hasta el próximo 30 de septiembre, ha sido inaugurada en la sala cultural del yacimiento arqueológico de La Alcudia, lugar en el que fue hallada la Dama que, según Ronda, aún tiene tierra de esta zona adherida en su parte trasera.

El 4 de agosto de 1897 el joven Manuel Campello descubrió el busto de la Dama de Elche, mientras realizaba labores agrícolas en lo que hoy es el yacimiento de La Alcudia, a varios kilómetros del casco urbano.
Días después, y con motivo de la celebración del Misteri d'Elx, Patrimonio de la Humanidad reconocido por la Unesco el 18 de mayo de 2.001, el hispanista francés Pierre Paris acudió a la ciudad y se interesó enseguida por esta pieza, que poco tiempo después partió rumbo al Museo del Louvre por 5.200 pesetas de la época.

No sería hasta 1941 cuando regresara de nuevo a España, esta vez al Museo del Prado, fruto de un intercambio de arte con Francia; 30 años después, pasó a formar parte del Museo Arqueológico Nacional (MAN) donde se ha convertido en una de sus piezas más destacadas.

Fuente: alicante.elperiodicodeaqui.com| 4 de julio de 2022

Wallacea prehistórica: un crisol de ancestros genéticos humanos

Las islas de Wallacea en el actual este de Indonesia han sido el hogar de grupos humanos modernos durante al menos 47.000 años. © 123RF | nabijecka.

Las islas de Wllacea siempre han estado separadas de Asia y Oceanía por aguas profundas. Sin embargo, estas islas tropicales fueron un corredor para los humanos modernos que migraron, durante el Pleistoceno, hacia la masa terrestre constituida por Australia-Nueva Guinea (Sahul), y han sido el hogar de grupos humanos modernos durante al menos 47.000 años.

El registro arqueológico da fe de una importante transición cultural en Wallacea que comenzó hace unos 3.500 años y está asociada con la expansión de los agricultores de habla austronesia, los cuales se mezclaron con los grupos locales de cazadores-recolectores. Sin embargo, estudios genéticos previos de los habitantes de hoy en día han arrojado fechas contradictorias sobre esta mezcla, y que van desde hace 1.100 hasta casi 5.000 años atrás.

Para arrojar luz sobre los detalles de esta expansión y las interacciones humanas resultantes, un equipo internacional de investigadores ha llevado a cabo un estudio -publicado en Nature- en el ha analizado el ADN de 16 individuos antiguos de diferentes islas en Wallacea, aumentando considerablemente la cantidad de datos genómicos antiguos que representen a esta zona geográfica.

"Hemos encontrado diferencias sorprendentes entre las regiones de Wallacea y, de modo sorprendentemente, la ascendencia de los individuos antiguos de las islas del sur no puede explicarse simplemente por la mezcla entre grupos relacionados con los austronesios y papúes", dice Sandra Oliveira (izquierda), una de las autoras principales del estudio.

Contribución de la ascendencia temprana del sudeste asiático continental

El equipo identificó una contribución de ascendencia adicional del sudeste asiático continental, más cercana a los hablantes austroasiáticos actuales, y propuso que la mezcla ocurrió primero entre la ascendencia relacionada con el sudeste asiático continental y Papúa, mientras que el flujo de genes de los grupos relacionados con los austronesios ocurrió solo más tarde. “Ese componente del sudeste asiático continental es un gran misterio para mí. Sospecho que podríamos estar viendo pequeños grupos, tal vez de los primeros agricultores, que viajaron un largo camino y no dejaron rastros arqueológicos o lingüísticos en el camino, pero que aumentaron el tamaño de su población después de su llegada", dice Peter Bellwood (derecha), de la Universidad Nacional de Australia y autor del estudio, el cual ha realizado trabajos arqueológicos en las islas del sudeste asiático durante décadas.

Entrada a la cueva de Topogaro 2, uno de los sitios de cuevas del complejo Topogaro ubicado en Sulawesi Central. Topogaro 2 ha sido excavado desde 2016. En las capas superiores se encontraron restos humanos de los últimos 2.000 años. © Rintaro Ono

Si bien la identidad de las personas que difundieron esta ascendencia del sudeste asiático continental aún no está clara, su descubrimiento y su posible antigüedad en las islas Wallacean del sur tiene implicaciones importantes para la comprensión de las dispersiones neolíticas en las islas del sudeste asiático. "Este hallazgo es muy importante para los arqueólogos de la región", agrega Toetik Koesbardiati (izquierda), antropóloga de la Universidad Airlangga, en Indonesia, y coatura del artículo. Ella agrega: "Ciertamente, intensificaremos nuestros esfuerzos para estudiar esta migración con otras líneas de evidencia".

Múltiples eventos de mezcla en todo Wallacea

Este trabajo también reveló una relación más cercana entre la ascendencia austronesia de los individuos antiguos del norte de Wallacea y el Pacífico, en comparación con los del sur de Wallacea, un patrón que coincide con la evidencia lingüística. Además, arrojó luz sobre el momento de la mezcla genética asiático-papúa

“Estudios previos basados ​​en las poblaciones actuales han proporcionado estimaciones muy diferentes, algunas de las cuales precedieron a la evidencia arqueológica de la expansión austronesia, mientras que otras fueron mucho más recientes. Dado que ahora tenemos individuos antiguos de diferentes períodos de tiempo, podemos demostrar directamente que la mezcla ocurrió en múltiples pulsos o de forma continua desde hace al menos 3000 años en Wallacea”, explica Mark Stoneking (derecha)del Instituto Max Planck y autor principal del estudio.

El sitio de excavación de Jareng Bori, un refugio rocoso en la isla Pantar. © Stuart Hawkins.

La ascendencia genética de los cazadores-recolectores locales fue reemplazada en gran medida

El equipo también buscó similitudes genéticas entre los antiguos habitantes de las islas de Wallacea recientemente estudiados, así como de un individuo pre-Neolítico de Sulawesi, otra de las islas en Wallacea. "Todos los individuos de Wallacea que han sido secuenciados en este estudio son más similares a los grupos actuales de Nueva Guinea que a la población local anterior, lo que sugiere que estas dos regiones estaban más estrechamente conectadas en la antigüedad de lo que se había imaginado anteriormente", dice Cosimo Posth (izquierda), otro autor principal del estudio. Y concluye: "Estos resultados también confirman que la ascendencia genética de los cazadores-recolectores de Wallacea ha sido reemplazada en gran medida".

Fuente: Instituto Max Planck | 9 de junio de 2022

Elaborar las primeras herramientas de piedra no era tan difícil ni requería de tradición cultural, según un estudio experimental

Un participante del estudio, que desconocía las herramientas de piedra y cualquiera de sus técnicas de producción, utiliza la llamada técnica bipolar para elaborarlas. La herramienta resultante se ve en el centro de la parte inferior derecha. Crédito: William D. Snyder et al.

Muchos consideran que las herramientas de piedra recuperadas en las excavaciones arqueológicas, algunas con una antigüedad de hasta 2,6 millones de años, son evidencia del comienzo de la evolución de la cultura humana. Pero, ¿realmente muestran que nuestros antepasados ​​ya se estaban volviendo humanos espiritual y culturalmente llegados a ese punto?

Esta interpretación convencional ha sido puesta a prueba por el Dr. Claudio Tennie (izquierda) y William Daniel Snyder (derecha), del Departamento de Prehistoria y Ecología Cuaternaria de la Universidad de Tübingen (Alemania), en un proyecto de investigación financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC). Han llegado a una conclusión diferente: tal como muestra un estudio experimental llevado a cabo, las primeras técnicas para fabricar herramientas de piedra pueden reinventarse espontáneamente incluso sin transmisión cultural. Por lo tanto, no son prueba del comienzo de la cultura humana, que posiblemente pudo haber comenzado mucho más tarde, según juzgan los investigadores. El estudio fue publicado en la revista Science Advances.

Herramientas fabricadas desde cero

El equipo de investigadores que rodea al Dr. Claudio Tennie y William Snyder realizaron el estudio experimental con 28 adultos sin formación arqueológica. Se pidió a los participantes que abrieran una caja que contenía una recompensa económica. Podían usar las materias primas provistas (un hemisferio de vidrio pintado, un guijarro de río de tamaño mediano y un gran bloque de granito) de la forma que consideraran adecuada para cortar una cuerda que mantenía la caja cerrada.

El aparato experimental al comienzo de la prueba: el participante (P3) sentado en la silla en el centro, [arriba], incluyendo (A) el bloque de granito, (B) el hemisferio de vidrio pintado, (C) el adoquín del río y (D) la caja del rompecabezas vista desde varios puntos de vista. Créditos fotográficos: William D. Snyder y Jonathan S. Reeves, Universidad de Tübingen.

Los participantes no recibieron información previa sobre la fabricación o el uso de herramientas de piedra, y 25 de ellos informaron después del estudio que no tenían conocimientos previos sobre la fabricación de herramientas de piedra. A pesar de ello, una clara mayoría inventó espontáneamente al menos una de estas técnicas de tallado y procedió a fabricar herramientas de piedra para cortar la cuerda. Los autores descubrieron que todas las técnicas de producción de las herramientas de piedra realizadas se reinventaron en el lugar, desde cero, por los participantes sin experiencia alguna al respecto.

"Estos datos refutan las suposiciones anteriores de que hacer herramientas de piedra debe ser inherentemente difícil, o incluso imposible, si no hay un modelo que se pueda copiar", dice el líder del estudio, Claudio Tennie. Según Tennie, "si las primeras herramientas de piedra de la historia humana fueron, de hecho, la primera expresión de la cultura humana, como se ha venido asumiendo ampliamente, entonces deberían resistir el hecho de la innovación espontánea, es decir, no deberían surgir de nuevo 'desde cero' y con ausencia de transmisión cultural. Simplemente, no les sería posible surgir 'de la nada' sin que las técnicas en las que se basan sean previamente transmitidas culturalmente".

El aparato consta de dos compartimentos principales (es decir, cajas). Una cuerda similar a un tendón va desde la caja 1 a la caja 2 y luego se usa para cerrar la puerta en la parte delantera de la caja 2. Por lo tanto, para abrir la puerta y acceder a la recompensa oculta (que es visible para el participante a través de una ventana en la parte superior de la caja 2) el participante debe romper o cortar la cuerda de alguna manera. En este ejemplo, se produjo una lasca (aquí, no está a escala) del hemisferio de vidrio y se usó para cortar la cuerda (A), aliviando así la tensión de la cuerda y abriendo la puerta de la caja 2 (B). Ahora que la puerta está abierta, el participante puede alcanzar y retirar el dinero de recompensa (C). En otros casos, los participantes usaron el guijarro del río como herramienta de corte.

"Cuando preguntamos a otros investigadores al respecto, antes de revelar nuestros resultados, la mayoría no predijo el resultado del experimento. Creían que hacer herramientas de piedra siempre implicaba copiar sus técnicas de fabricación. Pero ese no es el caso”, afirma Tennie.


“El hecho de que existieran herramientas de piedra hace 2,6 millones de años ya no es una prueba fiable de que nuestros antepasados ​​de la Edad de Piedra más antigua tuvieran una cultura como la nuestra”, concluye William Snyder. "Ahora debemos mirar a períodos de tiempo mucho más tardíos para poder constatar el origen de la cultura humana moderna".

Descubren una ciudad íbera soterrada en el territorio conocido como 'Cosetania' (Tarragona)

Las excavaciones se han llevado a cabo en los antiguos Molls de l'Estació. AJUNTAMENT VALLS.

Arqueólogos de la Universidad de Barcelona han puesto al descubierto lo que podría ser una de las ciudades iberas más importantes de Cataluña y la mayor de las comarcas de Tarragona, territorio conocido antiguamente por los iberos como la «Cosetania». Los trabajos arqueológicos se han realizado en la zona de los antiguos Molls de l'Estació de Valls.


Aunque los trabajos arqueológicos se iniciaron en el 2013, las intervenciones más recientes -en especial la realizada en noviembre de 2021 como también la del pasado mes de mayo-, han sacado a la luz parte de la antigua muralla de la ciudad, una larga batería de casas adosadas, una calle de más de 5 metros de ancho y otro barrio de casas en el sur.

Los resultados confirman la existencia de una ciudad de grandes dimensiones. Los arqueólogos sólo han abierto un área de 1.200 m2, pero en este espacio ya se han encontrado numerosos restos. De esta manera, ahora se ha puesto al descubierto una muralla de unos 8 metros de anchura, la cual, sumada al foso de 14 metros de ancho y 4 metros de profundidad que ya se detectó en las primeras intervenciones, confirmarían la existencia del imponente sistema defensivo. En concreto, se trabaja con la hipótesis que el foso y la muralla se extendían centenares de metros de este en oeste para cerrar el acceso a la ciudad por su extremo norte, entre los barrancos del Catllar y del Titit.


Estos restos, sumados a los diferentes hallazgos que han ido apareciendo en esta zona de Valls desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, empiezan a dibujar el mapa de lo que fue la antigua ciudad. En concreto, el asentamiento podría abarcar desde los antiguos Molls de l'Estació hasta la zona deportiva y el barrio del Vilar, 60.000 m2 que podrían haber acogido a unos 5.000 habitantes y que convertirían el yacimiento arqueológico ibero del Vilar en el más importante de la demarcación de Tarragona y de los mayores de Cataluña, después de Ullastret y Burriac. Las dimensiones, ubicación geográfica y la destrucción violenta que habría sufrido a finales del siglo III a.C. la convierten en una firme candidata para ser la antigua ciudad de Kissa o Cissis.

Interpretación de la ciudad íbera localizada en Banyeres del Penedès (Tarragona) basada en las imágenes del georradar / YOUTUBE.

Gran interés científico
El descubrimiento además puede tener una gran relevancia en la investigación de la cultura ibera en Cataluña. En este sentido, el sistema defensivo y la configuración urbana del yacimiento del Vilar son similares a los identificados en la ciudad ibera de Masie de Sant Miquel (Banyeres del Penedès), situada a 30 km de Valls. Para los investigadores eso se convertiría en una prueba más de que los diferentes grupos iberos habrían desarrollado sistemas de organización social basados en la existencia de estados.

Los trabajos de investigación permiten aproximarnos al momento de abandono de la ciudad. Las prospecciones arqueológicas realizadas en torno a Valls, en colaboración con el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, han recuperado monedas cartaginesas, de la ciudad griega de Massalia y proyectiles de honda, unos restos que ya sugerían la presencia militar púnica en el 218 a.C. Todo apunta que la ciudad ibera del Vilar fue arrasada de manera violenta a finales del siglo III a.C., presumiblemente a inicios de la Segunda Guerra Púnica, un conflicto que enfrentó romanos y cartagineses por el control del Mediterráneo y que también llegó a Cataluña. Así, en el yacimiento ibero de Valls se han encontrado quemados y endurecidos techos y tovots (con los que se construían las paredes de las casas) y diferentes niveles de cenizas con que confirman el grado de fuego y destrucción que sufrió la ciudad y sus antiguos habitantes.

Estructuras del poblado excavadas.

Además, se han identificado proyectiles de piedra que los atacantes lanzaron contra la ciudad. En concreto, se trata de proyectiles de balista, máquinas de grandes dimensiones que se habrían utilizado durante el asedio y que, a inicios de la Segunda Guerra Púnica en la península ibérica, sólo tenían las tropas cartaginesas. Por este motivo, los investigadores contemplan que muy probablemente la ciudad fue destruida en torno al año 218 a.C. por el ejército cartaginés de Aníbal. Aunque se han encontrado proyectiles similares en otras excavaciones, los del Vilar serían los primeros que los arqueólogos identifican en un contexto estratigráfico de destrucción bien fechado.

Foto: Plano general de uno de los edificios excavados en el yacimiento ibero de Banyeres del Penedès, con el alcalde Amadeu Benach y el arqueólogo Jordi Morer.

En las mismas excavaciones de mayo, también se han excavado dos casas, quemadas y destruidas durante el ataque. Bajo estos restos, los arqueólogos han localizado 26 ánforas iberas, púnicas y de la península itálica, bajo fragmentos de paredes, tejados y vigas de madera quemadas.

Los trabajos van a cargo del Grupo de Investigación sobre la Arqueología de la Complejidad y los Procesos de Evolución social (GRAPCE) de la UB, en concreto del equipo PRÒMAC, que estudia la Protohistoria, el Mediterráneo Antiguo y las Colonizaciones.

Hoy, la alcaldesa de Valls, Dolors Farré, y el vicedecano de Investigación de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, Jaume Buixeda, acompañados por Sònia Roca, concejala de Urbanismo y Patrimonio, y Jaume Noguera, uno de los directores de la intervención arqueológica, han firmado el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la UB para continuar con los trabajos de investigación.

Fuente: diarimes.com | 26 de junio de 2022

El yacimiento de la Sima del Elefante, en Atapuerca, eleva su antigüedad a los 1,4 millones de años

Foto: Excavaciones en la Sima del Elefante, en el Yacimiento de Atapuerca. / RICARDO ORDÓÑEZ/ICAL

La campaña de excavaciones en Atapuerca, que aún está en su ecuador y seguirá hasta final de mes, ha dado ya su primera sorpresa con el hallazgo de un nuevo nivel en el yacimiento de la Sima del Elefante que supera los 1,4 millones de años de antigüedad datados hasta ahora en ese conjunto arqueológico y paleontológico burgalés, que es Patrimonio de la Humanidad.

En una visita a los yacimientos, Rosa Huguet (izquierda), que dirige los trabajos en este yacimiento, ha explicado que en esta campaña se pretende tomar material para revisar la datación de un nivel donde en la campaña del año pasado localizaron industria lítica, indicadora de la presencia de homínidos, con una datación de hace entre 1,3 y 1,4 millones de años.

Sin embargo, lo que hasta ahora se creía el nivel más antiguo del complejo de Atapuerca está tocando fondo y los investigadores han visto que debajo de esta zona arcillosa se encuentra otra de color más amarillo, aparentemente arenisca, donde en superficie se aprecian restos de caparazones de tortugas.

El hallazgo, producido en la Sima del Elefante, es el lugar donde en las campañas de 2007, 2008 y 2009 se encontraron los restos óseos de homínidos más antiguos de Europa -un molar, una mandíbula y un húmero- de en torno a 1,2 o 1,3 millones de años, pero cuya especie no se pudo precisar, de ahí que se lo denominase Homo sp (sin filiación).

«Ahora se trata de intentar determinar si es una zona rica en restos y, con suerte, encontrar algún resto de industria lítica, aunque se tardará en datar, porque en esas antigüedades los márgenes de datación son muy grandes; aunque lo que si se sabe es que es más antiguo que el nivel que estábamos excavando», ha precisado Huguet.

Otro bifaz maravilloso en la zona de Estatuas exterior, con Cristina Lozano de protagonista .

En la campaña de este verano han sacado restos bastante completos de un cerdo de hace 1,4 millones de año, una tortuga de esa época y, sobre todo, de un hipopótamo, porque, aunque no es el primer hipopótamo del que se encuentran restos en Atapuerca, si es la primera vez que se encuentra un hueso del esqueleto, concretamente un astrágalo del pie, mientras hasta ahora solo habían aparecido dientes.

Mientras en la Sima del Elefante se trabaja en antigüedades superiores a 1,3 millones de años, a pocos metros, dentro de la misma trinchera del ferrocarril donde comenzaron los trabajos de excavación científica en Atapuerca, en el yacimiento Galería trabajan en un nivel de hace unos 300.000 años, donde han encontrado sobre todo restos de caballos y ciervos junto a industria lítica, aunque no se trataba de un campamento estable de homínidos, según detalla su directora, Isabel Cáceres (derecha).

En el tercer yacimiento emblemático de Atapuerca, Gran Dolina, donde se encontraron restos de homínidos que, por el momento, se atribuyen a una nueva especie, el Homo antecessor, trabajan simultáneamente dos equipos.

En la parte inferior, María Martinón-Torres (izquierda), directora de esta parte del yacimiento y del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, ha explicado que en esta campaña trabajan en un nivel, el TD-4, de hace unos 900.000 años, donde hay una gran cantidad de restos de fauna que dan una idea de cómo era la sierra en esa época.

«Era un momento en el que había menos presencia de homínidos, por lo que la fauna era más rica, aunque el lugar donde excavamos era una trampa natural en la que caían animales y también se han encontrado restos de industria lítica que se usó para cortar partes de los animales para llevarlas al campamento», ha explicado Martinón-Torres.

En esta parte del yacimiento se trabaja estos días en un hallazgo especialmente llamativo, como son más partes del esqueleto de un rinoceronte cuyo cráneo se encontró hace 30 años en una cata y actualmente se encuentra en el Museo de la Evolución Humana.

El año pasado se encontró una mandíbula que encaja con el cráneo y en esta campaña trabajan en varias vértebras superiores y parte de las patas delanteras, por lo que «todo apunta a que se trata de un esqueleto muy completo».

En la parte superior de Gran Dolina trabajan en un nivel muy rico en restos fósiles de animales y están llegando al nivel donde se encontraron en 1995 restos de Homo antecessor, el TD-6.

Excavaciones en la Gran Dolina

Avances lentos

El director de esta parte del yacimiento, Andreu Ollé (izquierda), ha explicado que trabajan muy lentamente por la riqueza en materiales fósiles, aunque han optado por avanzar solo en la mitad de la superficie, unos 80 metros cuadrados, de manera que en una o dos campañas llegarán al nivel donde esperan encontrar más restos de Homo antecessor.

«Ahora ya trabajamos con mucho cuidado, pero cuando lleguemos al siguiente nivel iremos con precisión quirúrgica y avanzaremos mucho más despacio, por lo que aprovecharemos para empezar a trabajar en la otra mitad de la superficie del yacimiento», ha explicado Ollé.

Unos 300 investigadores trabajan este verano en once yacimientos de Atapuerca en los que la campaña seguirá activa hasta finales de este mes.

Fuente:theobjetive.com | 5 de julio de 2024