Humanos modernos y neandertales coexistieron en Francia y norte de España entre 1.400 y 2.900 años

Los últimos neandertales produjeron cuchillos de piedra en Francia y el norte de España. Esta tecnología específica y estandarizada es desconocida en el registro neandertal precedente, y puede indicar una difusión de comportamientos tecnológicos entre ‘Homo sapiens’ y neandertales inmediatamente antes de su desaparición de la región. / Igor Djakovic.

Los humanos modernos podrían haber coexistido con los neandertales en Francia y el norte de España entre 1.400 y 2.900 años antes de la desaparición de estos últimos, según un estudio de modelización publicado en Scientific Reports. Estos hallazgos contribuyen a comprender mejor la existencia de las dos especies de humanos en esta región.

Los autores destacan que su trabajo ofrece una visión importante de este fascinante período de la historia evolutiva humana, ya que todavía no está claro dónde y cuándo estas poblaciones pueden haber coexistido en Europa.

Recientes pruebas fósiles indican que los humanos modernos (Homo sapiens) y los neandertales (Homo neanderthalensis) pueden haber coexistido en Europa durante unos 5.000 a 6.000 años antes de que estos últimos se extinguieran. Sin embargo, actualmente hay pocas pruebas de su coexistencia a escala regional y es difícil establecer cuándo las dos especies aparecieron y desaparecieron en estas zonas.

Ahora, investigadores de las universidades de Leiden (Países Bajos) y de Cambridge (Reino Unido) han analizado un conjunto de datos de 56 artefactos neandertales y humanos modernos (28 para cada grupo) procedentes de 17 yacimientos arqueológicos del suroeste, centro y área mediterránea de Francia y del norte de España, así como otros diez especímenes neandertales de la misma zona. Todas las muestras habían sido datadas por radiocarbono con técnicas modernas y robustas desde el año 2000 para lograr una mayor precisión.

Un modelo para afinar las fechas de coexistencia

“Utilizamos modelos bayesianos y modelos de estimación lineal óptima, y demostramos que parece haber un claro solapamiento cronológico entre los conjuntos arqueológicos de humanos modernos y los neandertales fechados directamente en esta zona”, explica a SINC Igor Djakovic (izquierda), líder del estudio e investigador de la Universidad de Leiden.

“Además, y esto es muy importante, este solapamiento parece mostrar una fuerte estructura geográfica: es probable que los primeros humanos modernos comenzaran su ocupación en los límites del sur de la región estudiada, antes de aparecer progresivamente más al norte y ‘sustituir’ a los neandertales. En conjunto, sugerimos que esto indica que probablemente hubo un periodo de coexistencia entre estos grupos en la zona”, agrega Djakovic.

La modelización realizada por el equipo sirvió para rellenar las partes del registro arqueológico que faltan y que dificultan la estimación de fechas.

A partir de este modelo, los investigadores estiman que los artefactos neandertales aparecieron por primera vez hace entre 45.343 y 44.248 años, y desaparecieron entre 39.894 y 39.798 años. La fecha de extinción de los neandertales, basada en los restos neandertales fechados directamente, se sitúa entre 40.870 y 40.457 años. Se calcula que los humanos modernos aparecieron por primera vez hace entre 42.653 y 42.269 años.

Djakovic dijo que la "suposición subyacente" de esta técnica es que es poco probable que alguna vez descubramos el primer o último miembro de una especie extinta. "Por ejemplo, nunca encontraremos al último rinoceronte lanudo", dijo a la AFP, y agregó que "nuestra comprensión siempre se rompe en fragmentos".

Aspecto geográfico de la coincidencia del chatelperroniense (círculos grises), el protoauriñaciense (cuadrados blancos) y los neandertales (cráneos negros) datados directamente en la región de estudio entre 43.400 (a) y 39.400 (f) años cal BP.

Interacciones entre ambas especies, un enigma por descifrar

Los investigadores señalan que esto indica que las dos especies humanas coexistieron en estas zonas entre 1.400 y 2.900 años. Sin embargo, estos resultados no indican cómo fue esa coexistencia o si los humanos modernos y los neandertales interactuaron.

La naturaleza y la frecuencia de las interacciones entre neandertales y Homo sapiens está aún por descifrar. Sin embargo, se pueden encontrar indicios en la cultura material. “Cada vez se encuentran más pruebas de la producción y el uso de tecnologías similares en los conjuntos arqueológicos asociados a ambos grupos en la región, lo que da credibilidad a la idea de que este periodo puede haber implicado una forma de interacción entre estas poblaciones”, subraya Djakovic.

Dados los cambios en la cultura y la evidencia en nuestros propios genes, la nueva línea de tiempo expuesta podría reforzar aún más una teoría líder para el fin de los neandertales: la de aparearse con los humanos modernos. Reproducirse con la población humana más grande podría haber significado que, con el tiempo, "los neandertales fueran tragados efectivamente por nuestro acervo genético", sostiene Djakovic. "Cuando combinas eso con lo que sabemos ahora, que la mayoría de las personas que viven en la Tierra tienen ADN neandertal, podrías argumentar que en realidad nunca se extinguieron, en cierto sentido".

Nuevas excavaciones y análisis, incluyendo el ADN antiguo sedimentario, arrojarán sin duda nueva luz sobre este periodo y sobre las circunstancias que rodearon la desaparición de los neandertales en Europa occidental, dicen los autores.

Yacimientos españoles

Igor Djakovic cuenta a SINC que entre los yacimientos españoles de los que han manejado datos se encuentran el de L'Arbreda (Girona), Labeko Koba (País Vasco), La Güelga (Cangas de Onís, Asturias) y Abric Romani (Capellades, Barcelona).

“Lamentablemente, no hemos trabajado con ningún investigador español, ya que todos los datos que hemos utilizado para este trabajo ya estaban publicados y disponibles en internet. De hecho, fue un proyecto que iniciamos durante los duros momentos del confinamiento por la Covid-19 cuando no podíamos ir a ninguna parte”, señala.

Fuentes: agenciasinc.es | phys.org | 13 de octubre de 2022

El Centro Cultural La Alhóndiga de Zamora amplía el plazo de la exposición 'Del Bifaz a la Palabra. De Atapuerca a Valpuesta. Un viaje a nuestros orígenes'

Debido a la aceptación que ha tenido, la exposición "Del Bifaz a la Palabra. De Atapuerca a Valpuesta. Un viaje a nuestros orígenes", que permanece abierta desde primeros del pasado mes de septiembre en la sala de exposiciones de La Alhóndiga de Zamora, se amplía hasta el 26 de octubre.

Todo con el fin de que las personas interesadas puedan todavía recorrer esta interesante muestra integrada por una selección de maquetas y réplicas a tamaño real de los fósiles más emblemáticos descubiertos en la sierra de Atapuerca, junto a ediciones facsímiles y documentos en torno a la investigación del origen del español.

Todas las reproducciones son de alta calidad y entre ellas destacan la presencia del cráneo nº 5 conocido popularmente como "Miguelón", la cara de la niña de la Gran Dolina de hace 850.000 años o el bifaz "Excalibur", descubierto en el yacimiento de la Sima de los Huesos a finales del siglo XX.

Se trata de la colección de réplicas más importante realizada sobre materiales arqueológicos y paleontológicos de la Sierra de Atapuerca, cuyos originales se pueden contemplar en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, pero que ahora tenemos la oportunidad de contemplarlos, en su réplica exacta, en Zamora.

Fuente: elespanol.com | 5 de octubre de 2022

Elevan a 300.000 años la antigüedad del yacimiento prehistórico de Matalascañas

Imagen de una réplica exacta de una de las huellas de homínido halladas en las últimas investigaciones desarrolladas en torno al yacimiento litoral efímero descubierto en junio de 2020 en la playa de Matalascañas, en Almonte (Huelva). EFE/Ayuntamiento de Almonte (Huelva) // FOTO: EFE

Las últimas investigaciones desarrolladas en torno al yacimiento litoral efímero descubierto en junio de 2020 en la playa de Matalascañas, en Almonte (Huelva), en el que se localizaron las pisadas más antiguas del Pleistoceno Superior de todo el mundo, han aumentado la antigüedad del mismo a casi 300.000 años.

Así lo ha avanzado este viernes Eduardo Mayoral Alfaro (izquierda), investigador principal del grupo RNM 276 Geociencias Aplicadas de la Universidad de Huelva, que fue el que identificó el yacimiento y que ha hecho entrega a la alcaldesa de Almonte, Rocío del Mar Castellano, de una réplica exacta de una de las huellas de homínido halladas.

Mayoral, según ha informado el Consistorio en un comunicado, ha precisado que "esta nueva data -la primera situaba su origen en unos 106.000 años- hace que todo cambie con respecto a la lectura de los datos obtenidos, ya que podría no tratarse de huellas de neandertales, como se pensó en un principio, sino de homínidos pre-neandertales”.

El investigador ha destacado la gran cantidad de información que queda por descifrar en este yacimiento, que ha catalogado como “el hallazgo más importante de los últimos tiempos”.

“Estamos ante un yacimiento único, apenas hay cuatro más en el mundo y estos tienen muy pocas pisadas, mientras que el de Matalascañas tiene una gran variedad”, ha remarcado.

“Esto nos permite, reconstruir el ambiente, su actividad, la composición del grupo, la edad de los individuos que lo formaban, y un largo etcétera que nos aportará mucha información sobre la época en cuestión”, ha añadido.

La alcaldesa de Almonte ha confirmado que el ayuntamiento renovará el convenio con RNM 276, pues “queda mucho por hacer y por descubrir”.

Fuente: larazon.es | 30 de septiembre de 2022

El enigma de la chica de Egtved que nos hace pensar en una Edad del Bronce 'globalizada'

Poco a poco comprendemos mejor nuestro pasado, los movimientos de la gente, su comercio y complejidad incluso ya desde la Edad del Bronce. Y a ello ha colaborado una joven de esa época.

Vamos a un día de verano alrededor del 1370 a.C. Una comunidad de la Edad del Bronce donde hoy está Egtved, en Dinamarca, celebraba el enterramiento de una joven mujer rubia, de apenas 1,60 metros de estatura y entre 16 y 18 años de edad, en un tipo de ataúd de roble reservado a personajes importantes. La joven llevaba una túnica corta de lana y una falda de cordones trenzados hasta la rodilla, un cinturón con una gran placa circular de bronce a modo de hebilla decorada con espirales, un brazalete de bronce en cada brazo y un fino pendiente en forma de aro en una de las orejas.

De su cinturón colgaba un peine hecho de cuerno. Junto a su rostro, una cajita fabricada con la corteza del roble contenía un punzón también de bronce y una redecilla para el cabello. Un pequeño cubo de corteza a sus pies contenía un tipo de cerveza y a su lado se puso un atado de telas con los huesos cremados de un niño de 5 o 6 años de edad.

Imagen en la se muestra una reconstrucción de la ropa encontrada en su ataúd. (Foto: Lejre).

Se la extendió sobre una piel de vaca con la que se había forrado el interior del tronco de roble ahuecado. Un capullo de la blanca flor de la milenrama cayó al interior del ataúd, o fue colocado por alguno de los presentes. Luego se extendió sobre ella una manta tejida de lana marrón, y otra piel de vaca antes de cerrar el ataúd y apilar sobre él un imponente túmulo funerario de tierra.

El hallazgo y la sorpresa

El 24 de febrero de 1921, el granjero danés Peter Platz estaba retirando los restos de un túmulo de tierra en su campo de cultivo cuando dio con un ataúd de roble. Informó a las autoridades y el Museo Nacional de Dinamarca organizó una excavación y llevó el ataúd a Copenhague para estudiarlo.

El montículo Storehøj en Egtved, en el que fue enterrada la joven en el verano de 1370 a.C.

Al abrirlo, los arqueólogos encontraron todos los elementos del ajuar de la ocupante, pero de ella, debido a la acidez del suelo y la saturación de agua frecuente en el ataúd, solamente quedaban el cabello, algo de su cerebro, sus dientes y uñas, y unos fragmentos de piel. La piel de vaca que había cubierto el fondo del ataúd también había desaparecido, pero quedó el pelo que delineaba la forma del cuerpo que había yacido sobre ella.

Una respuesta de las muchas que empezó a generar el descubrimiento fue que el entierro se había producido con toda seguridad en verano… lo cual demostraba el brote de milenrama que había en el borde del ataúd.

El estudio de sus dientes permitió fijar su edad entre los 16 y los 18 años, por lo que pronto se le conoció como 'la niña de Egtved', aunque en esa época ya era una mujer, probablemente casada. La esperanza media de vida en la Edad del Bronce era de unos 26 años, y los matrimonios y primeros partos se realizaban tempranamente. Sus adornos han sido también motivo de intensas especulaciones. El disco solar al frente de su falda sugiere para algunos una función religiosa, y han propuesto que ella podía haber sido una sacerdotisa en el culto al sol, que tenía una gran importancia en la Edad del Bronce. Pero más allá de las especulaciones, no se sabe nada, salvo que sin duda tenía una posición destacada en su sociedad.

El ataúd de la niña Egtved tal como fue excavado del montículo en 1921.

Estudios realizados en su cabello y dientes en 2015, que analizaron los isótopos de estroncio presentes en sus tejidos, sugirieron intensamente que la niña de Egtved no era nativa de la zona donde se le enterró, sino que era una mujer viajera, originaria de la Selva Negra en lo que hoy es Alemania.

Otra joya de la arqueología danesa, la llamada 'mujer de Skrydstrup' (pese a que al morir tenía más o menos la misma edad de la chica de Egtved), que había vivido entre el 1129 y el 1382 a.C., fue descubierta en 1935. Su enterramiento también se había hecho en un ataúd de roble y llevaba ropa finamente bordada, un elaborado peinado y ricos aros de oro.

Los estudios de isótopos de estroncio realizados igualmente en sus restos, mucho más completos, sugirieron que ella también provenía de tierras lejanas, originaria de algún lugar más allá de la Dinamarca actual, que podía ser igualmente Alemania, o el noreste de los Países Bajos o de la República Checa… e incluso podría haber venido de Bretaña. Se había desplazado a los 13 o 14 años de edad hasta Skrydstrup, en el sur de Dinamarca, donde vivió los siguientes años hasta su muerte a los 18.

El féretro de roble de la mujer de Skrydstrup ayudó a conservar sus restos durante unos 3.200 años. (Museo Nacional de Dinamarca).

La chica de Egtved, en cambio, según los estudios, peregrinó constantemente entre la Selva Negra y el lugar donde murió, caminando cientos de kilómetros. Esto abre interrogantes que quizás con el tiempo y más restos arqueológicos de esas épocas podamos responder, pero que resultan fascinantes. ¿Viajaba sola o acompañada? ¿Cuál era el motivo de sus viajes, acaso religioso, ritual, comercial o familiar? ¿Era seguro caminar mil kilómetros cruzando del centro de Alemania hasta la mitad de la península de Jutlandia? ¿O acaso el viaje podría haberse hecho por mar?

Un último rastro arqueológico sirve para alentar nuestra imaginación pintando un panorama de la Edad del Bronce como una era civilizada, ágil, compleja y de grandes redes de intercambio internacional pese a sus limitaciones en cuanto al conocimiento, probablemente impulsadas por la necesidad de los metales necesarios para crear bronce, llevados con frecuencia desde lugares lejanos a donde se procesaban.

En 1982, en Uluburun, Turquía, unos pescadores de esponjas encontraron un naufragio de la Edad del Bronce, coincidente en el tiempo con las dos mujeres halladas en Dinamarca, alrededor de fines del siglo XIV a.C. De hecho, la datación de la madera, tanto por análisis de sus anillos como por carbono 14, sitúa su construcción alrededor del 1327 a.C. Era un barco chipriota o sirio-palestino dedicado al comercio, con objetos procedentes por igual del Norte de Europa o de África, desde Sicilia hasta Mesopotamia. Hay nueve o diez culturas representadas en su cargamento.

Metales, cerámica, resinas, vidrio, madera, marfil, lámparas de aceite, cáscaras de huevo de avestruz, joyería, herramientas, armas y alimentos llenaban las bodegas de la pequeña embarcación de apenas 15 o 16 metros de largo, que conseguía navegar sin siquiera brújulas, que tardarían 200 años en llegar a Europa, siguiendo la línea de la costa con mapas imprecisos y la pericia de su capitán.

El mundo donde vivió la niña o mujer de Egtved estaba ya globalizado e interconectado. 4000 años atrás.

En un tronco de roble ahuecado, fue enterrada una rica mujer de Olby, un lugar a unos 40 kilómetros al sur de Copenhague. (Science Nordic).

¿Sacerdotisa?

En otro enterramiento danés, el de la mujer de Olby, ella lleva una falda de cordones trenzados como la de la niña de Egtved, prenda que se halla representada en figuras de bronce y grabadas en piedra relacionadas con rituales religiosos, lo que apoya la posibilidad de que su lugar en su comunidad fuera como sacerdotisas.

Fuente: elcorreo.com | 8 de octubre de 2022

Identifican herramientas de piedra de hace unos 500.000 años en una cueva de Polonia pertenecientes al 'Homo heidelbergensis'

Excavaciones arqueológicas en la cueva de Tunel Wielki realizadas en 2018. Foto: Monika Dzierlińska.

Herramientas de pedernal descubiertas en los años 1967-1968 en la cueva Tunel Wielki (Małopolska) en las tierras altas de Cracovia-Częstochowa, en el Parque Nacional Ojców, no tienen decenas de miles de años, sino alrededor de medio millón de años. Este es el resultado de los últimos análisis realizados por científicos de la Universidad de Varsovia, la Academia de Ciencias de Polonia y la Universidad de Wrocław.

Un equipo de arqueólogos, paleontólogos y geólogos, entre otros, volvió a examinar 40 herramientas de sílex que, según el conocimiento actual, se suponía que provenían de hace decenas de miles de años. Resultó, sin embargo, que son mucho mayores. Por lo tanto, constituyen los artefactos más antiguos hechos por el hombre en la Polonia actual.

También se examinaron huesos de animales encontrados hace más de medio siglo. Resultaron, igualmente, ser más antiguos de lo esperado. Los resultados de los análisis han sido publicados en la prestigiosa revista Nature.

Las herramientas que se analizaron incluyen cuchillos primitivos y raspadores. Sin embargo muchos de los artefactos son materiales de desecho que se produjeron en el curso de la fabricación de las herramientas de piedra.

La arqueóloga Małgorzata Kot, de la universidad de Varsovia.

Como enfatizó la Dra. Małgorzata Kot, arqueólogo de la Universidad de Varsovia en una entrevista con PAP, "los hallazgos de este tipo son raros en Europa. Las herramientas de pedernal encontradas en una cueva de Polonia fueron fabricadas por el Homo heidelbergensis, esto es, el antepasado de de los neandertales (Homo neanderthalensis)".

"Hasta el momento, solo se conocen dos lugares en el área de la actual Polonia, donde también se han descubierto antiguos monumentos de sílex, en los pueblos de Trzebnica yen Rusko en el voivodato de Dolnośląskie. No quedan restos antiguos de presencia humana en nuestra zona", declara Kot.

La investigadora destaca que el hallazgo en Małopolska también es único porque se hizo en una cueva. Hasta ahora, se han reconocido artículos similares en yacimientos abiertos.

Herramientas líticas halladas en la cueva Tunel Wielki. 1. Lascas de Kombewa; 2. Lascas de Kombewa con el borde retocado; 3. Lascas de Kombewa rotas; 4. Lasca retocada longitudinalmente; 5. Lasca retocada transversalmente; 6. Descamación con bordes muy dañados después de la deposición. Su gran tamaño, curvatura longitudinal, bulbo macizo e igual espesor en toda su longitud indican el uso de tecnología 'free-hand' (mano libre).

Los primeros habitantes de la Polonia actual

Según la investigadora, el hallazgo prueba la presencia de los primeros habitantes del género Homo al norte de los Cárpatos. "Lo más probable es que estemos en el límite norte de su potencial de supervivencia".

“Nos sorprendió que hace medio millón de años, los homínidos de esta zona estuvieran en cuevas, dado que no eran los mejores lugares para vivir. La humedad y la baja temperatura serían factores desalentadores. No obstante, las cuevas son un refugio natural, es un espacio cerrado, el cual proporciona sensación de seguridad. Hemos encontrado rastros que indican que usaban el fuego, lo que probablemente ayudó a que estos lugares oscuros y húmedos fueran más agradables", dice la arqueóloga Kot.

Los científicos esperan que, en el futuro, se puedan descubrir en la cueva del Túnel Wielki restos óseos del Homo heidelbergensis. Estos serían los restos humanos más antiguos descubiertos en Polonia. Por ahora, los restos óseos más antiguos encontrados tienen 50.000 años y pertenecen al Hombre de Neandertal.

"Hemos seleccionado varios huesos potenciales de contener ADN para su análisis en el Instituto Max Planck de Leipzig, en el laboratorio del Premio Nobel Svante Paabo, pero los mismos, desgraciadamente, no contenían material genético", explica la Dra. Małgorzata Kot.

Entrada abierta a la cueva Tunel Wielki. Foto: Miron Bogacki.

Leones y jaguares en Małopolska

Los científicos han informado también que entre los restos prehistóricos encontrados en la cueva había restos de animales. Estos incluyen huesos, principalmente dientes, de antiguos parientes roedores. Sin embargo, también hay constancia de la presencia de ejemplares de mayor tamaño.

Se han reconocido, entre otros, restos del lobo de Mosbach (Canis mosbachensis) y el Lycaon lycaonoides (especies caninas aún existentes, aunque raras), pero también el antepasado del oso de las cavernas y dos especies de felinos: el león de las cavernas y el jaguar.

“Dado que los artefactos provienen de la misma capa que los huesos de animales, significa que sus edades son muy similares. Las reexcavaciones realizadas en la cueva en 2018 también confirmaron esta convicción”, asevera la arqueóloga Kot.

Los huesos de mamíferos fueron analizados por paleontólogos de la Universidad de Varsovia, ISEZ PAN en Cracovia y la Universidad de Wrocław. Foto: M. Kot

Todas las especies anteriores existieron en Europa hace aproximadamente medio millón de años, es decir, en el período del que provienen las herramientas de pedernal. Sin embargo, esto no significa que las personas que vivían en la cueva debieron encontrarse con estos animales; es posible que aparecieran allí antes o después de la presencia de humanos en este lugar.

Los huesos recuperados de animales no muestran signos de corte o procesamiento. Los investigadores explican que los homínidos de esa época cazaban especies menos peligrosas, tales como ciervos, rinocerontes y caballos.

Fuentes: tvn24.pl | naukawpolsce.pl | 7 de octubre de 2022