Los orígenes de la sociedad humana son más complejos de lo que pensábamos

Durante la Edad de Hielo, las sociedades de cazadores-recolectores también construyeron asentamientos sedentarios. (Shutterstock).

En muchos relatos populares de la prehistoria humana, la civilización surgió de forma lineal. Nuestros antepasados ​​comenzaron como cazadores-recolectores durante el Paleolítico viviendo en pequeñas bandas nómadas e igualitarias. Más tarde, descubrieron la agricultura y los animales domesticados para la alimentación y el servicio.

En poco tiempo progresaron hacia sociedades complejas, dando lugar a los comienzos de los estados-nación modernos. Las jerarquías sociales se volvieron más complejas, lo que condujo al actual estado de cosas.

“Estamos realmente atrapados y no hay escapatoria de las jaulas institucionales que nos hemos construido”, escribe el historiador Yuval Noah Harari en su éxito de ventas Sapiens.

Un nuevo libro, The Dawn of Everything: A New History of Humanity, del difunto antropólogo David Graeber y el arqueólogo David Wengrow, desafía esta narrativa. En lugar de ser cazadores-recolectores nómadas, estos autores argumentan que las sociedades humanas durante el Paleolítico eran, de hecho, bastante diversas.

Hoy, la creciente desigualdad, los sistemas políticos polarizados y el cambio climático amenazan nuestra propia existencia. Necesitamos una perspectiva histórica más profunda sobre qué tipo de mundo político nos formó y qué alternativas son hoy posibles.

Flexibilidad social

Los cazadores de la Edad del Hielo en Siberia construyeron grandes edificios circulares con huesos de mamut. En Göbekli Tepe, un asentamiento de 9.000 años de antigüedad en Turquía, los cazadores-recolectores levantaron megalitos para construir lo que podría ser el “primer lugar sagrado construido por seres humanos” en el mundo.

En Ucrania, ciudades de 4000 años de antigüedad muestran poca evidencia de jerarquía o control centralizado. Y en los tiempos modernos, los cazadores-recolectores cambian entre la jerarquía y la igualdad, según la temporada.

Para Graeber y Wengrow, estos ejemplos hablan de la flexibilidad social virtualmente ilimitada de los humanos, lo que socava la oscura evaluación de Harari sobre la posibilidad de un cambio social en el mundo moderno.

Como antropólogo evolutivo y especialista en cazadores-recolectores, creo que ambos relatos no dan en el blanco sobre el curso de la prehistoria humana. Para ver el porqué, es importante entender cómo piensan los antropólogos actuales sobre las bandas igualitarias nómadas en el esquema de la evolución social.

Evolución social humana

En el siglo XIX, antropólogos como Lewis Henry Morgan clasificaron la evolución social humana en tres etapas: salvajismo, barbarie y civilización. Corresponden a la caza y la recolección, la agricultura y la vida urbana, respectivamente. Estos llamados “modelos de etapas” ven, de modo incorrecto, la evolución social como una marcha constante de progreso hacia la vida civilizada.

Los especialistas no toman en serio los modelos escénicos hoy en día. Hay poca conexión intelectual entre los modelos de etapas y los enfoques evolutivos modernos a la hora de estudiar a los cazadores-recolectores.

Los antropólogos desarrollaron el modelo de banda nómada-igualitaria durante una conferencia de 1966 llamada Man the Hunter. Según este modelo, los humanos, antes de la agricultura, vivían en bandas nómadas aisladas de aproximadamente 25 personas y subsistían enteramente de la caza y la recolección.

Pero la investigación, desde de la conferencia Man the Hunter, ha actualizado nuestra comprensión de los cazadores-recolectores.

Pinturas rupestres de cazadores-recolectores en la Cordillera de Vumba en Manica, Mozambique. (Shutterstock).

Cazadores-recolectores y prehistoria

Una suposición era que las bandas pequeñas estaban formadas por individuos relacionados. Sin embargo, las sociedades de bandas consisten en su mayoría de individuos no relacionados. De hecho, los antropólogos saben ahora que las bandas de cazadores-recolectores no son unidades sociales cerradas. Más bien, mantienen extensos lazos sociales a través del espacio y el tiempo y, a veces, se reúnen en grandes grupos.

Los cazadores-recolectores son profundamente diversos en los tiempos modernos, y también lo fueron en el pasado. Esta diversidad ayuda a los antropólogos a comprender cómo el medio ambiente da forma al alcance de la expresión social en las sociedades humanas.

Considere a cazadores-recolectores nómadas e igualitarios como los !Kung del Kalahari o los Hadza en Tanzania. Ser nómada significa que es difícil almacenar alimentos o acumular mucha riqueza material, lo que hace que las relaciones sociales sean relativamente igualitarias. Los miembros del grupo tienen el mismo poder de decisión y no tienen poder sobre los demás.

Por otro lado, las sociedades sedentarias tienden a tener niveles más pronunciados de desigualdad social y dejan evidencias materiales como la arquitectura monumental, los bienes de prestigio y los tratos funerarios diferenciales. Cuando estos marcadores no están presentes, los antropólogos pueden inferir de manera fiable que los humanos vivían vidas políticamente más igualitarias.

El pueblo Hadza de Tanzania depende de la caza de animales salvajes para obtener carne, una tarea que requiere una gran habilidad para rastrear, trabajar en equipo y precisión con el arco y la flecha. FOTOGRAFÍA DE MATTHIEU PALEY.

Política paleolítica

Las sociedades humanas generalmente se han vuelto más grandes y más complejas con el tiempo. Los relatos populares suelen implicar a la agricultura en el inicio del camino hacia la "civilización" y la desigualdad. Pero el cambio a la agricultura no fue un evento único o un simple proceso lineal. Hay muchos caminos hacia la complejidad social y la desigualdad.

En The Dawn of Everything, junto con revisiones en evolución cultural y antropología evolutiva, se sugiere que las sociedades complejas con desigualdad institucionalizada surgieron mucho antes del amanecer de la agricultura, tal vez ya en la Edad de Piedra Media (hace entre 280.000 y 50.000 años).

Es esta una posibilidad tentadora, pero hay razones para ser escépticos.

Complejidad en la costa

La complejidad social surgió entre las poblaciones de cazadores-recolectores que vivían en áreas ricas en recursos como el sur de Francia y la costa noroeste del Pacífico de los Estados Unidos y Canadá. Tan ricos eran los salmones de la costa noroeste del Pacífico que los pueblos indígenas podían sustentarse con alimentos silvestres mientras vivían una vida sedentaria, incluso desarrollando jerarquías complejas que dependían del trabajo esclavo.

De manera similar, sociedades complejas podrían haber surgido en el Paleolítico a lo largo de los prósperos sistemas fluviales o en las líneas de costa, ahora sumergidas por cambios en el nivel del mar, con abundantes recursos marinos. Pero no hay evidencia inequívoca de asentamientos sedentarios donde se utilizaban fuentes marinas en la Edad de Piedra Media.

Head-Smashed-In Buffalo Jump, en Alberta, fue el sitio de una práctica de caza indígena comunal donde los bisontes eran conducidos hacia un acantilado. (V. Venkataraman), proporcionado por el autor

Caza colectiva

La caza colectiva es otro camino hacia la complejidad social. En América del Norte, los cazadores cooperaron para atrapar antílopes, ovejas, alces y caribúes. En los 'saltos de búfalos', los antiguos cazadores indígenas conducían a cientos de bisontes hacia los acantilados para capturarlos. Esta hazaña probablemente era necesaria para alimentar a varios cientos de personas.

Pero estos ejemplos representan eventos estacionales que no llevaron a una vida sedentaria a tiempo completo. Los 'saltos de búfalos' acontecían en otoño y su éxito fue probablemente esporádico. La mayor parte del año estas poblaciones vivían en bandas dispersas.

Orígenes igualitarios

Los humanos anatómicamente modernos existen desde hace aproximadamente 300.000 años. Hay poca evidencia de marcadores de estilos de vida sedentaria o desigualdad institucionalizada que se remonten a más de 40.000 o 30.000 años.

Eso deja un gran vacío. ¿En qué tipo de sociedad vivió la gente durante la mayor parte de la historia de nuestra especie?

Todavía hay pruebas sólidas de que los humanos realmente vivieron en bandas nómadas igualitarias durante gran parte de ese tiempo. Complementando la evidencia arqueológica, los estudios genéticos sugieren que el tamaño de la población humana en el Paleolítico era bastante bajo. Y las condiciones climáticas durante el Paleolítico pueden haber sido demasiado variables como para permitir una vida sedentaria a largo plazo, favoreciendo en cambio la búsqueda nómada de los alimentos.

Esto no significa que los humanos sean, de modo natural, igualitarios. Al igual que nosotros, nuestros antepasados ​​se enfrentaron a políticas complejas y a individuos dominantes. La vida social igualitaria debe mantenerse mediante un esfuerzo activo y coordinado.

Desde estos orígenes surgió una asombrosa variedad de sociedades humanas. Nuestra política actual refleja una porción pequeña e inusual de esa diversidad. La Prehistoria nos muestra que la flexibilidad política humana es mucho mayor de lo que podemos imaginar.

Fuente: theconversation.com | 2 de noviembre de 2022

La extinción de los neandertales pudo haber sido causada por su hibridación con el 'Homo sapiens'

Cráneo de neandertal (a la izquierda) y de 'Homo sapiens' (a la derecha). / © The Trustees of the Natural History Museum

Cómo se extinguieron los neandertales sigue siendo uno de los mayores misterios de la evolución humana, pero ahora un nuevo artículo propone que el Homo sapiens pudo haber sido responsable de su extinción por el sexo, no por la violencia ejercida contra ellos. Hacer el amor y no la guerra pudo haber puesto a los neandertales en el camino de su desaparición.

Si bien aproximadamente el 2% del genoma de todas las personas que descienden de quienes viven fuera de África se deriva de los neandertales, hay muy poca evidencia de que este proceso haya sido al revés.

El nuevo artículo, publicado en la revista PalaeoAnthropology, plantea la posibilidad de que el mestizaje con nuestros antepasados ​​habría reducido el número de neandertales que se reproducían entre sí, lo que habría llevado a su eventual extinción.

Aunque hasta la fecha solo se han secuenciado 32 genomas de neandertales, lo que hace posible que la falta de ADN de Homo sapiens en su genoma sea en realidad una peculiaridad del muestreo, los autores esperan que los avances en la tecnología de secuenciación de ADN puedan resolver esta hipótesis creando más genomas disponibles.

El profesor Chris Stringer (izquierda), líder de investigación en evolución humana en el Museo de Hostoria Natural de Londres, es el autor del nuevo artículo, junto con su colega la Dra. Lucile Crété (derecha).

Stringer dice: "Nuestro conocimiento de la interacción entre el Homo sapiens y los neandertales se ha vuelto más complejo en los últimos años, pero todavía es raro ver una discusión científica sobre cómo ocurrió realmente el mestizaje entre ambos grupos".

"Proponemos que este comportamiento podría haber llevado a la extinción de los neandertales si se reprodujeron regularmente con individuos 'Homo sapiens', lo que podría haber erosionado su población hasta que desaparecieron".

Mapa en el que se muestra algunas de los yacimientos clave mencionados en el documento de investigación. En particular, se muestra los enclaves europeos de los primeros 'Homo sapiens' y las cronologías relevantes.

Los primeros encuentros de neandertales y Homo sapiens

Los neandertales y el Homo sapiens se separaron hace unos 600.000 años y evolucionaron en zonas muy diferentes del mundo. Se han encontrado fósiles de neandertales en Europa y Asia, llegando hasta el sur de Siberia, y se cree que pasaron al menos 400.000 años evolucionando en este entorno, tratando de adaptarse a un clima predominantemente más frío que el actual.

Mientras tanto, los ancestros de nuestra propia especie evolucionaron en África. Actualmente no está claro si los Homo sapiens son descendientes directos de un grupo de antiguos homínidos africanos o son el resultado de la mezcla entre diferentes grupos repartidos por todo el continente de África.

A partir de los datos genéticos, parece que ambas especies se encontraron por primera vez cuando el Homo sapiens comenzó a hacer incursiones ocasionales fuera de África hace unos 250.000 años.

"Sin saber exactamente cómo se veían o se comportaban con los neandertales, solo podemos especular sobre lo que los 'Homo sapiens' podrían haber pensado de sus parientes", dice Chris.

"Las diferencias de idioma probablemente habrían sido mayores de lo que podríamos imaginar, dada la profundidad temporal de la separación que hubo entre ambos, unas diferencias que habrían sido mucho mayores que entre cualquier idioma moderno".

La barrera del idioma pudo haber sido reforzada por los atributos individuales de ambas especies, cuyas comparaciones sugieren que los cerebros y el aparato vocal de las dos especies eran diferentes. Los genomas de los neandertales también muestran que casi 600 genes se expresaban de manera diferente en nuestra especie y la de ellos, en particular los asociados con la cara y la voz.

Otra diferencia destacada habría sido la frente, ya que los neandertales poseían un arco superciliar prominente que podría haber sido utilizado para la comunicación social.

Sin embargo, las señales que estas crestas superciliares intentaban transmitir bien podrían haber perdido su significado perdido para nuestros antepasados. Algunos estudios sugieren que los arcos de las cejas reducidos permitieron que los Homo sapiens emplearan más las cejas para transmitir una gama de señales temporales más sutiles.

En cualquier caso, tales estos encuentros llevaron, eventualmente, a la reproducción entre ambas especies, pero cómo ocurrió exactamente esta circunstancia es también un misterio.

La reproducción entre nuestros ancestros 'Homo sapiens' y sus parientes ha llevado a que un pequeño porcentaje de ADN neandertal esté presente en los genomas de muchos humanos vivos en la actualidad. Imágen © Gorodenkoff/Shutterstock.

Cruce de neandertales y Homo sapiens

Como se ha dicho, sabemos que nuestra especie se cruzó con los neandertales desde que se secuenciaron los primeros genomas de nuestros parientes. Sin embargo, los genes neandertales que tenemos hoy en día no son el resultado de las primeras interacciones esporádicas que tuvieron los Homo sapiens con los neandertales cuando abandonaron África por primera vez, sino que provienen de las migraciones mucho más grandes que los humanos modernos emprendieron fuera de África hace unos 60.000 años.

El mestizaje en aquellos momentos pudo haber sido el resultado de un cortejo mutuo o bien pudo haber sido menos amistoso. Los encuentros entre grupos separados de nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, muestran evidencia de ambos comportamientos.

Si el mestizaje fue exitoso o no, parece depender de la pareja exacta que se estaba reproduciendo. Hasta el momento no hay evidencia de la genética del Homo sapiens en los genomas del neandertal tardío que datan de hace entre 60.000 y 40.000 años.

Es posible que esto se deba al proceso de hibridación en sí mismo, ya que algunas especies solo son capaces de producir descendencia en ciertas direcciones. Por ejemplo, el polen de la planta Capsella rubella puede fertilizar con éxito las semillas de Capsella grandiflora, pero no al revés.

Las plantas individuales de 'Capsella grandiflora' solo son compatibles en una dirección con su pariente 'Capsella rubella', lo que también puede haber afectado a la reproducción entre el 'Homo sapiens' y los neandertales. Imágen © Katie Flenker/Shutterstock.

La falta de ADN mitocondrial -que se hereda a través de las hembras- de los neandertales en los humanos actuales se ha sugerido como una evidencia de que solo los neandertales machos y las hembras Homo sapiens podrían aparearse, pero también hay alguna evidencia de que los híbridos machos pueden haber sido menos fértiles que las hembras.

Con menos neandertales reproduciéndose entre sí, y siendo el tamaño de los grupos neandertales ya pequeños y dispersos debido al medio ambiente, la hibridación fuera de los grupos familiares neandertales podría haber ayudado a empujar a la especie al declive. Por el momento, sin embargo, no hay suficiente evidencia para decidir sobre ello.

"No sabemos si el aparente flujo de genes unidireccional se debe simplemente a que no estaba ocurriendo, a que la reproducción estaba teniendo lugar pero no tuvo éxito, o si los genomas de neandertales que tenemos no son representativos", argumenta Stringer.

"A medida que se secuencien más genomas de neandertales, deberíamos poder ver si algún ADN nuclear del Homo sapiens se transmitió a los neandertales y demostrar si esta idea es precisa o no".

La investigación futura también podría investigar preguntas similares relacionadas con otra especie de homínido conocida como los denisovanos, dándonos una mejor idea de cómo nuestra especie interactuó con sus parientes más cercanos.

Fuente: Natural History Museum | 31 de octubre de 2022

La arqueología moderna revela los secretos de un centro de poder de la Edad del Hierro en Suecia


Boceto en el que se muestra cómo podrían haber sido el edificio denominado 'Hallen' (izquierda) y la casa de culto o 'Kulthuset' (derecha). Imagen: Universidad de Lund

Nuevas excavaciones llevadas a cabo en el pueblo de Uppåkra (Suecia) están en la vanguardia de las técnicas arqueológicas más punteras. Al combinar y modelar gran cantidad de datos, al tiempo que se realizan secuenciaciones de ADN, los investigadores están actualmente resolviendo partes significativas de un rompecabezas histórico. Ello puede permitir que quizá sepamos si la plaga de Justiniano, precursora de la peste negra, del siglo XIV, llegó hasta a Uppåkra, algo que, hasta ahora, es incierto.

Torbjörn Ahlström, profesor de Osteología Histórica en la Universidad de Lund, se encuentra en una colina a las afueras de esta ciudad. Su mirada cae sobre la tierra fértil que ha servido a la gente de la zona durante siglos. Él está a punto de iniciar un nuevo proyecto en Uppåkra, un pueblo de campo tranquilo, en la actualidad, en el sur de Suecia, pero que en el pasado fue el centro más poderoso entre los países nórdicos durante más de 1000 años (entre el siglo I a.C. y el siglo X d.C).

Uppåkra está clasificado como el mayor asentamiento de la Edad del Hierro en los países escandinavos y es uno los sitios más ricos en hallazgos arqueológicos del norte de Europa. Hasta el presente, las excavaciones han sido periódicas, pero solo se ha podido poner al descubierto una fracción del área.

“Sin embargo, el otoño de este año es algo especial. Hemos podido sacar a la luz un edificio denominado 'Hallen' (o gran salón), de unos 30 metros de largo, situado en el corazón de la comunidad, era el epicentro del poder en Uppåkra”, explica Torbjörn Ahlström (izquierda).

Apoyados en nuevas técnicas

El equipo arqueológico que trabaja en el Hallen es un grupo experimentado constituido por arqueólogos 'ordinarios'; uno de ellos está a cargo de la estratigrafía (el cual documenta las diferentes capas culturales); un osteólogo de animales (que lleva a término el estudio de huesos de la fauna reinante); así como un paleobotánico (que estudia las plantas fosilizadas). Todos ellos trabajan en las excavaciones utilizando las más modernas técnicas arqueológicas.

“La arqueología se encuentra en medio de su tercera revolución científica, lo que nos brinda oportunidades completamente nuevas”, subraya Torbjörn Ahlström.

Vista aérea de la zona donde estaba situado el edifico Hallen (hacia delante del granero rojo a la derecha).

En pocas palabras, el equipo realiza una combinación de varias técnicas diferentes para poder pintar una imagen amplia de la vida en lo que fue este gran centro de poder en los países nórdicos.

“Por ejemplo, llevamos a cabo secuenciación de ADN en combinación con análisis de isótopos de estroncio, oxígeno, carbono y nitrógeno. Esto, de hecho, ha revolucionado la arqueología, y nos proporciona respuestas sobre las relaciones de parentesco, la movilidad, los hábitos y la salud en las culturas antiguas”, dice Sandra Fritz (izquierda), Asistente del Proyecto de Osteología Histórica en la Universidad de Lund.

"Al secuenciar el ADN prehistórico se pueden identificar diferentes hallazgos y compararlos con bases de datos globales. También extraemos todo el ADN disponible de muestras tomadas del suelo cultivado, un método completamente nuevo”, indica Torbjörn Ahlström.

En términos concretos, se introduce un tubo en la tierra y se envía a un laboratorio para que obtenga y analice el posible ADN que se halle en el mismo. Esta técnica se diferencia de otros tipos de análisis de ADN que se basan en restos óseos de animales o de seres humanos, no propiamente del suelo.

Recreación cenital de Hallen y de la Kulthuset.

“Al combinar todo ello con otros métodos como la micromorfología, la arqueogenética, el análisis de isótopos y los estudios radiográficos, nos brinda buenas posibilidades de obtener una imagen bastante detallada de las condiciones prehistóricas que había en Uppåkra”, dice Sandra Fritz.

“Personalmente, espero encontrar la respuesta al hecho de si Uppåkra fue alcanzada por la llamada peste de Justiniano, precursora de la peste negra, la cual tuvo aquí duros efectos en varias oleadas entre 1300 y 1700. Sabemos que Alemania e Inglaterra sufrieron la peste de Justiniano en el siglo VI, pero, por ahora, todavía no ha sido identificada en Escandinavia”, dice Torbjörn Ahlström.

Uppåkra fue encontrada por accidente

Uppåkra fue más o menos descubierta por accidente en 1934, cuando se iban a excavar los cimientos de una pocilga cerca de la iglesia.

“El suelo reveló los primeros signos de la comunidad en Uppåkra. Hasta el momento hemos recuperado unos 28.000 artefactos, así como cerámica, huesos carbonizados y carbón. En resumen, estamos ante un enorme yacimiento prehistórico”, describe Torbjörn Ahlström.

Todo el sitio de Uppåkra es grande, unas 50 hectáreas completas, y las excavaciones requieren mucho tiempo. Por ahora, los hallazgos de los investigadores en Uppåkra incluyen una cervecería, joyas y un recipiente de vidrio que probablemente pudo haber sido fabricado en las costas del Mar Negro.

“¿Cuál era la relación con el Imperio Romano continental? ¿Las gentes de Uppåkra lucharon contra el mismo como tropas auxiliares?", se pregunta Torbjörn Ahlström.

Señala a través del valle y camina a lo largo de una indicación que ubicación una sala sobre la que hallan clavadas cuatro estacas de madera en el suelo para marcar el punto central de Kulthuset (la casa de culto).

“Aquí es donde se llevaban a cabo los rituales religiosos, cerca del centro de poder denominado 'Hallen'”, puntualiza Torbjörn Ahlström.

Al detallar cómo el Hallen pasó por al menos siete fases de construcción diferentes, concluye que la ubicación de este edificio y de la Kulthuset era muy importante para la gente de aquellos tiempos: siempre se han reconstruido ambas en el mismo lugar.

“Esperamos descubrir muchos más hallazgos que puedan decirnos algo sobre el uso del poder en la Edad del Hierro. La historia de lo que pudo suceder realmente en el 'Hallen' de Uppåkra serán indicios de lo que aconteció durante gran parte de ese periodo histórico”, concluye Torbjörn Ahlström.

Fuentes: Lund University | forksning.se | 19 de octubre de 2022

Hallan en el enclave arqueológico de Liso (Creta) un odeón de época romana

Por primera vez después de 62 años, como parte de un proyecto para resaltar y proteger el sitio arqueológico de Liso, en Chania, Creta, se ha llevado a cabo una excavación que sacó a la luz gran parte de un edificio público, en forma de odeón orientado al este.

Liso, fue una antigua ciudad autónoma, centro religioso y sede de la Koinos de Oria (Confederación de Ciudades montañosas) en el siglo III a. C., la cual se desarrolló en el valle verde, cubierto de montañas, de Ai-Kirkos, con salida al mar de Creta al suroeste. Los restos de un templo dedicado a Asclepio fueron descubiertos en 1959, así como otros restos arquitectónicos de edificios públicos, una impresionante necrópolis de época grecorromana y dos templos bizantinos de una sola nave componen un paisaje arqueológico único de particular belleza natural. El acceso al yacimiento arqueológico se realiza por mar o por el camino europeo E4, por lo que la zona permanece indemne a nuevas intervenciones, pero, al mismo tiempo, la ejecución de las obras se enfrenta a dificultades objetivas.

En la primera fase de la investigación, se recuperaron dos cámaras laterales con techo abovedado y 14 filas de bancos de la cavea, así como un pasaje subterráneo, el cual, probablemente, se realizó sobre el suelo natural. La mayoría de los bancos intactos se conservan en la zona sur y suroeste. En contraste, la parte noroeste de la hondonada está particularmente afectada. Su destrucción se produjo cuando enormes rocas, arrastradas por un arroyo adyacente, perforaron el edificio en diagonal en dirección al este. El desbordamiento del torrente posiblemente se debió a un severo evento sísmico de época romana tardía (siglo IV d.C.), que destruyó la mayoría de los sitios antiguos del oeste de Creta. La construcción de este notable monumento, según una primera estimación, se determina en la época romana temprana (siglo I d.C.).

La siguiente fase de investigación requiere la finalización de la excavación, con el fin de esclarecer si el monumento está rodeado de mampostería exterior, elemento que es necesario conocer para llevar a cabo el estudio de su restauración y puesta en valor. En cualquier caso, el hallazgo de un edificio con función pública en un punto central de la ciudad antigua y en las proximidades del famoso templo de Asclepio añade nuevos datos al horizonte arqueológico e histórico de la zona.

El proyecto de excavación fue realizado por el Eforato de Antigüedades de Chania, con un presupuesto de 300.000 € financiado dentro del Programa de Inversión Pública de la Región de Creta. Como parte del proyecto se realizaron arreglos y adecuaciones de los senderos turísticos que atraviesan el sitio arqueológico y que rodean los dos templos bizantinos. Se repararon la caseta de vigilancia y el refugio, según el estudio aprobado por los arquitectos-ingenieros Isidoros Plakotaris y Nikos Hatzidakis, al tiempo que se crearon señales de información y dirección de las distintas áreas arqueológicas, junto con un folleto impreso del enclave de Liso.

Fuente: Ministerio de Cultura de Grecia | 25 de octubre de 2022

Identifican Asia Central como una región clave sobre los orígenes de los ancestros humanos

Mapa de Asia Central elaborado por los autores mediante datos de precipitación anual, aguas superficiales y ríos. La zona de estudio (encerrada en una línea negra) se muestra con la región de la cuenca del Caspio (encerrada en una línea roja). Las cadenas montañosas clave, los desiertos y los cuerpos de agua están etiquetados. La ubicación de la cueva Amir Timur, que albergaba una estalagmita con datos de las etapas de isótopos marinos de la 12 a la 4, y analizada en este estudio, se muestra como un círculo rojo.

El interior de Asia Central ha sido identificado como una ruta clave para algunas de las primeras migraciones de homínidos en Asia en un nuevo estudio dirigido por la Dra. Emma Finestone, Conservadora Asistente sobre los Orígenes Humanos en el Museo de Historia Natural de Cleveland e investigadora del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana.

Los hallazgos del estudio. publicado en Plos One, indican que las zonas esteparias, semiáridas y desérticas de Asia Central, fueron alguna vez entornos favorables para los homínidos y su dispersión en Eurasia.

Un equipo interdisciplinario de académicos de instituciones que abarcan cuatro continentes se propuso ampliar el limitado conocimiento sobre la actividad de los primeros homínidos en las tierras bajas de Asia Central. El equipo incluyó al Dr. Paul Breeze y al profesor Nick Drake del Kings College London, al profesor Sebastian Breitenbach, de la Universidad de Northumbria, en Newcastle, al profesor Farhod Maksudov, de la Academia de Ciencias de Uzbekistán y al profesor Michael Petraglia, de la Universidad Griffith, en Queensland, Australia.

"Asia central conecta varias zonas que desempeñaron un papel muy importante en la dispersión de los homínidos fuera de África y a través de Asia", dice la Dra. Finestone (izquierda). "Sin embargo, sabemos comparativamente poco sobre la ocupación temprana de Asia Central. La mayor parte del material arqueológico no está datado y los registros detallados del paleoclima son escasos, lo que dificulta la comprensión de la dinámica de ocupación y dispersión de los primeros homínidos en esa región".

El equipo compiló y analizó datos paleoclimáticos y arqueológicos del Pleistoceno (hace aproximadamente 2,5 millones de años hasta 11.700 años atrás) en Asia Central. Esto incluyó la construcción de un conjunto de datos sobre herramientas de piedra paleolíticas y el análisis de un depósito mineral que se formó en una cueva (una estalagmita) en el sur de Uzbekistán. La fabricación y modificación de herramientas líticas son clave para facilitar la capacidad humana de migrar a nuevos entornos y superar los desafíos ambientales. Los homínidos antiguos llevaban sus herramientas con ellos mientras llevaban a cabo sus migraciones. Los investigadores estudiaron la ubicación de estas herramientas de piedra y las condiciones climatológicas que quedaron reflejadas estalagmitas a medida que crecía al final de la etapa 11 de Isótopos Marinos (un período cálido entre los glaciares de la etapa 12 y la etapa 10) hace unos 400.000 años.

Distribución de hallazgos del Paleolítico Inferior (arriba), Paleolítico Medio (medio) y Paleolítico Superior (abajo). Los conjuntos que contienen múltiples industrias paleolíticas están codificados por colores (verde = PI, rojo = PM, naranja = PS). Los números corresponden a los yacimientos analizados. Se muestran, asimismo, las aguas superficiales y los ríos.

El Dr. Maksudov (derecha), de la Academia de Ciencias de Uzbekistán, dijo: "A pesar de la importancia potencial de Asia Central para las primeras dispersiones humanas, se sabe relativamente poco sobre los primeros fabricantes de herramientas en esta zona geográfica porque la mayoría de los yacimientos del Paleolítico Inferior en Asia Central carecen de un contexto fiable sobre su datación y reconstrucción ambiental".

"Hemos recopilado datos sobre hallazgos paleolíticos de toda Asia Central y creado un conjunto de datos de 132 yacimientos, el conjunto de datos más grande de su tipo", afirma el profesor Petraglia (izquierda), autor principal del estudio. "Ello nos ha permitido considerar la distribución de estos yacimientos en el contexto de un nuevo registro de alta resolución de cambios hidrológicos basado en el análisis de espeleotemas en el sur de Uzbekistán desde el Pleistoceno medio".

"Los depósitos de cuevas son archivos increíbles de las condiciones ambientales en el momento de su crecimiento. Mediante el uso de datos geoquímicos derivados de las estalagmitas, obtenemos información sobre los cambios estacionales a escala milenaria sobre la disponibilidad de humedad y la dinámica climática que rige la lluvia y las nevadas. Nuestro trabajo sugiere que las condiciones locales y regionales no siguieron tendencias simples a largo plazo, sino que fueron bastante variables". dijo el profesor Breitenbach (derecha), quien dirigió el análisis basado en estalagmitas.

"Argumentamos que Asia Central fue un hábitat favorable para los fabricantes de herramientas del Paleolítico cuando las fases interglaciales cálidas coincidían con períodos en los que el Mar Caspio experimentaba niveles de agua constantemente altos, lo que daba como resultado una mayor disponibilidad de humedad y condiciones más templadas en las regiones áridas", subraya la Dra. Finestone. "El patrón de los conjuntos de herramientas de piedra también respalda esta conclusión".

Trozo de estalagmita analizada en el estudio.

Durante los intervalos periódicos más cálidos y húmedos, el entorno local de la zona árida de Asia central podría haber sido un hábitat favorable, el cual fue frecuentado por los fabricantes de herramientas del Paleolítico Inferior, quienes producían bifaces (herramientas de piedra que se han trabajado por ambos lados).

"El trabajo interdisciplinario que une la arqueología con los modelos paleoclimáticos se está volviendo cada vez más necesario para comprender los orígenes humanos", concluye la Dra. Finestone. "En el futuro, las bases de datos generadas en este estudio seguirán permitiéndonos hacer preguntas sobre el contexto de las dispersiones de los homínidos".

Fuentes: Museo de Historia Natural de Cleveland | phys.org | 22 de octubre de 2022