Humanos extintos tenían el mismo olfato pero diferentes sensibilidades

Especies humanas extintas, como los neandertales y los denisovanos, tuvieron un sentido del olfato similar al de nuestra especie, pero con sensibilidades diferentes.

Mediante una técnica que permite a los investigadores probar la sensibilidad del olor en los receptores de olor cultivados en un plato de laboratorio, los investigadores Claire de March (izquierda), de la Universidad CNRS Paris Saclay, y Hiroaki Matsunami (derecha), de la Universidad de Duke, pudieron comparar las habilidades olfativas de tres tipos de humanos. Su trabajo se publica en iScience.

A partir de la publicación de bases de datos de genomas, incluidas colecciones de ADN antiguo recopiladas por el ganador del Premio Nobel de 2022, Svante Pääbo, los investigadores pudieron caracterizar los receptores de cada una de las tres especies humanas al observar los genes relevantes.

"Es muy difícil predecir un comportamiento solo a partir de la secuencia genómica", dijo Claire de March en un comunicado, quien realizó este trabajo como investigadora asociada postdoctoral en Duke. "Teníamos los genomas de los receptores de olores de los individuos de neandertal y denisovanos y podíamos compararlos con los humanos de hoy y determinar si resultaron con una proteína diferente".

Entonces probaron las respuestas de 30 receptores olfativos cultivados en laboratorio de cada homínido contra una batería de olores a fin de medir qué tan sensible era cada tipo de receptor a una fragancia en particular.

El Prisma de Henning, el cual postula seis aromas principales: podrido, etéreo, resinoso, quemado, fragante y a especias.

Las pruebas de laboratorio mostraron que los receptores humanos modernos y antiguos detectaban esencialmente los mismos olores, pero sus sensibilidades diferían.

Se demostró que los denisovanos, que vivieron hace entre 30.000 y 50.000 años, eran menos sensibles a los olores que los humanos actuales perciben como florales, pero cuatro veces más sensibles al azufre y tres veces mejores a los balsámicos. Y estaban muy en sintonía con la miel.

"No sabemos qué comían los denisovanos, pero hay algunas razones por las que este receptor tiene que ser sensible", dijo Matsunami, profesor de genética molecular y microbiología en la Escuela de Medicina de Duke. Los cazadores-recolectores contemporáneos, como los hadza de Tanzania, son famosos por su amor por la miel, un proteínico esencial alto en calorías.

Los neandertales, que todavía existían hace 40.000 años, y que aparentemente intercambiaron algunos genes con los humanos modernos, respondían tres veces menos a los aromas verdes, florales y especiados, utilizando prácticamente los mismos receptores que tenemos hoy. "Pueden exhibir una sensibilidad diferente, pero la selectividad sigue siendo la misma", dijo Matsunami.

"Los receptores de olores de los neandertales son en su mayoría los mismos que los de los humanos contemporáneos, y los pocos que eran diferentes no respondían más", agregó de March.

Los receptores de olor se han relacionado con las necesidades ecológicas y dietéticas de muchas especies y, presumiblemente, evolucionan a medida que la especie cambia de distribución y dieta.

"Cada especie debe desarrollar receptores olfativos para maximizar su aptitud para encontrar comida", dijo Matsunami. "En los humanos es más complicado, porque comemos muchas cosas. No estamos realmente especializados".

El laboratorio también ha utilizado su probador de olor basado en células para ver la variación genética entre los humanos modernos. "Algunas personas pueden oler ciertas sustancias químicas, pero otras no", dijo Matsunami. "Eso puede explicarse por cambios funcionales".

Fuente: diarioestrategia.cl | 9 de enero de 2022

Descubren un asentamiento de cazadores-recolectores de 10.500 años de antigüedad en Inglaterra

Una arqueóloga analiza los restos de huesos animales encontrados en un yacimiento cerca de Scarborough. Foto: Universidad de Chester.

Un equipo de arqueólogos de las Universidades de Chester y Manchester ha realizado descubrimientos que arrojan nueva luz sobre las comunidades que habitaron Gran Bretaña después del final de la última Edad del Hielo.

Las excavaciones realizadas por el equipo en un enclave situado cerca de Scarborough, en una antigua isla situada a orillas de un lago en North Yorkshire, han descubierto los restos excepcionalmente bien conservados de un pequeño asentamiento habitado por grupos de cazadores-recolectores hace unos 10.500 años. Entre los hallazgos que recuperó el equipo estaban los huesos de animales que la gente cazaba, herramientas y armas hechas de hueso, asta y piedra, y rastros raros de carpintería.

Diversos utensilios fabricados en madera y asta de animal encontrados durante la excavación. Foto: Universidad de Chester.

El sitio cerca de Scarborough originalmente se encontraba en la orilla de una isla en un lago antiguo y data del período Mesolítico o 'Edad de Piedra Media'. Durante miles de años, el lago se llenó lentamente con gruesos depósitos de turba que gradualmente enterraron y preservaron el lugar.

El Dr. Nick Overton (izquierda), de la Universidad de Manchester dijo: “Es muy raro encontrar material tan antiguo en tan buenas condiciones. El Mesolítico en Gran Bretaña fue anterior a la introducción de la cerámica o los metales, por lo que encontrar restos orgánicos como huesos, astas y madera, que generalmente no se conservan, es increíblemente importante para ayudarnos a reconstruir la vida de las personas”.

El análisis de los hallazgos ha permitido al equipo aprender más y cambiar lo que se entendía previamente sobre estas primeras comunidades prehistóricas. Los huesos muestran que los individuos cazaban una amplia gama de animales en varios hábitats diferentes alrededor del lago, incluidos mamíferos grandes como el alce y el ciervo rojo, mamíferos más pequeños como el castor y aves acuáticas. Los cuerpos de los animales cazados fueron sacrificados y partes de ellos fueron depositadas intencionalmente en los humedales de la isla, tal vez como parte de algún tipo de ritual.

Una de las herramientas fabricadas con asta de animal que ha sido localizada durante los trabajos de excavación. Foto: Universidad de Chester.


El equipo también descubrió que algunas de las armas de caza hechas de huesos y astas de animales habían sido decoradas y luego anuladas antes de ser depositadas en la costa de la isla. Este proceder, creen los arqueólogos, muestra que las personas del Mesolítico consideraban la caza como un acto sagrado y tenían reglas estrictas sobre cómo se eliminaban los restos de animales y los objetos utilizados para matarlos.

Según la Dra. Amy Gray Jones (derecha), de la Universidad de Chester: “La gente a menudo piensa que los cazadores-recolectores prehistóricos vivían al borde de la inanición, moviéndose de un lugar a otro en una búsqueda interminable de comida, y que solo con la introducción de la agricultura pudieron los humanos vivir un estilo de vida más asentado y estable. Pero aquí tenemos a individuos que habitaban una rica red de sitios y hábitats, que se tomaban su tiempo para decorar objetos y se preocupaban por la forma en que se deshacían de los restos animales y de artefactos importantes. Estas no eran gentes que estuvieran luchando por sobrevivir. Eran personas que confiaban en su comprensión del paisaje y de los comportamientos y hábitats de las diferentes especies animales que vivían en el entorno”.

Punta de asta de animal decorada descubierta durante las excavaciones. Foto: Universidad de Chester.

El equipo espera que las investigaciones futuras en este yacimiento, y otros en el área, continúen arrojando nueva luz sobre la relaciones que la comunidad mantenía con el medio ambiente. El análisis de los depósitos de turba alrededor del enclave muestra que este era un paisaje increíblemente biodiverso, rico en vida vegetal y animal, y, a medida que continúa el trabajo, el equipo espera descubrir qué efectos produjeron los humanos en tal entorno.

“Sabemos por investigaciones realizadas en otros asentamientos alrededor del lago, que estas comunidades humanas estaban manejando y manipulando deliberadamente las diversas plantas silvestres. A medida que trabajemos más en este yacimiento, esperamos mostrar con más detalle cómo los humanos estaban alterando la composición de este ecosistema miles de años antes de la introducción de la agricultura en Gran Bretaña", dice Dr. Barry Taylor (izquierda), de la Universidad de Chester, el cual también participó en el proyecto de excavación.

El desarrollo y resultados de las excavaciones aparecerán en el episodio número 5 de la nueva serie de Digging for Britain, que se transmitirá en BBC Two el domingo 5 de febrero a las 8:00 p. m., y actualmente está disponible en BBC iPlayer.

Fuentes: Universidad de Manchester | National Geographic | 19 de enero de 2023

Revelan el retrato de un niño neandertal de 8 años que vivió hace más de 30.000 años en el actual Uzbekistán

El retrato revela que el niño tenía una nariz pequeña y respingona que se hundía en su rostro. Jilin University.

El rostro de un niño neandertal de ocho años que murió hace más de 30.000 años ha sido reconstruido por científicos que utilizaron un cráneo encontrado inicialmente en la cueva Teshik-Tash, en Uzbekistán, en 1938.

El retrato es la primera restauración tridimensional de un fósil de cráneo neandertal, el cual revela que el niño tenía una nariz pequeña y respingona que se hundía en su cara. El fósil craneal es el primero correspondiente a un neandertal descubierto en Asia y se ha podido recuperar muy completo.

El equipo, dirigido por la Universidad Jilin de China y la Universidad Estatal de Moscú de Rusia, cree que la restauración craneal (a partir de aproximadamente 150 fragmentos del mismo) muestra la forma facial de los humanos prehistóricos en Eurasia y exhibe las características morfológicas propias de los neandertales de Asia Central.

El cráneo se encontró inicialmente en la cueva Teshik-Tash en Uzbekistán en 1938 y no fue hasta 2012 que se confirmó que el niño era un neandertal.

El cráneo, denominado Teshik-Tash 1, se encontró en un pozo poco profundo dentro de la cueva del mismo nombre, junto con cinco pares de cuernos de cabra montés siberiana y esqueletos de aves. Ello sugiere que fue enterrado ritualmente.

Sin embargo, no fue hasta 2021 que los investigadores del Instituto Max Planck determinaron que el niño era un neandertal. El equipo analizó el hueso frontal del cráneo y notó que la forma coincidía con la de cráneos neandertales anteriores. De hecho, un análisis de ADN mostró que Teshik-Tash 1 portaba ADNmt de tipo neandertal.

Con una edad estimada de ocho años, el niño había madurado físicamente lo suficiente como para ostentar características distintivas de los neandertales, tales como una cara y un área nasal grandes, un cráneo alargado y bajo, una mandíbula sin mentón y un arco superciliar en proceso de maduración.

El equipo subió un escaneo del cráneo y completó las piezas que faltaban. El cráneo fue encontrado en pedazos, pero los científicos lo volvieron a armar.

El equipo de especialistas realizó un escaneo del cráneo y completó las piezas que faltaban, lo que les permitió superponer los músculos digitales, la piel y terminar con los posibles rasgos faciales del niño.

"Los fósiles de los neandertales, un pariente extinto de los humanos modernos, se descubrieron por primera vez en el Valle de Neander, en Alemania, así como posteriormente, una vez estuvieron ampliamente distribuidos por Eurasia", dijo a la agencia de noticas Xinhua el jefe del equipo de la Universidad de Jilin, Zhang Quanchao (izquierda).

Durante mucho tiempo se creyó que los neandertales solo vagaban por los paisajes de Europa durante la última Edad del Hielo, pero un estudio dirigido por la Universidad de Washington en 2015 reveló que podrían haberse extendido más hacia el este y vivido allí junto a los humanos modernos durante más tiempo de lo que se pensaba anteriormente.

El análisis de rastros de ADN neandertal encontrados en los genomas de los humanos modernos ha demostrado que las personas en el este de Asia tienen entre un 15 y un 30 por ciento más del ADN neandertal que los europeos.

Después de unir el cráneo con la tecnología, el equipo pudo superponer músculos y piel digitales.

Joshua Akey (izquierda), genetista de la Universidad de Washington, y su colega Benjamin Vernot (derecha) analizaron patrones distintivos en el ADN de 379 europeos modernos y 286 asiáticos orientales modernos de China y Japón. Mediante el uso de modelos de computadora, intentaron simular cómo podrían haber ocurrido las mezclas de ADN neandertal vistas en los genomas de los individuos de Europa y Asia oriental.

Llegaron a la conclusión de que la teoría relativa de que los europeos modernos se cruzaron más con poblaciones provenientes de África para diluir el ADN neandertal que portaban era poco probable.

En cambio, encontraron que era más probable que los ancestros de las poblaciones de Asia oriental se hubieran cruzado con los neandertales más de una vez.

El cráneo también fue hallado en el punto más oriental de los descubrimientos de homínidos fuera del Levante. El equipo cree que la restauración muestra la forma facial de los humanos prehistóricos en Eurasia y exhibe las características morfológicas de los neandertales en Asia Central.

"Un aspecto que complica estos análisis es el hecho de que los humanos han estado migrando constantemente a lo largo de su historia, lo que hace que sea difícil sabers exactamente dónde ocurrieron las interacciones con los neandertales", dijo Vernot.

“Es posible, por ejemplo, que todo el mestizaje con los neandertales hubiera ocurrido en el Medio Oriente, antes de que los ancestros de los humanos modernos no africanos se extendieran por Eurasia. En el modelo computacional del artículo, los ancestros de todos los humanos no africanos se cruzaron con los neandertales y luego se dividieron en múltiples grupos que posteriormente se convertirían en europeos y asiáticos orientales".

“Después de separarse, los ancestros de los asiáticos modernos orientales continuaron cruzándose un poco más con los neandertales".

"Lo importante es que mostramos que no solo nos encontramos con los neandertales una vez en nuestra historia, sino que parece que los hemos encontrado varias veces".

"Sin embargo, a medida que podamos observar individuos de más y más poblaciones, con suerte tendremos una mejor idea de dónde han estado nuestros antepasados ​​y dónde pueden haber hibridado con los neandertales".

Fuente: dailymail.co.uk | 18 de enero de 2023

Hallan en Noruega la piedra rúnica más antigua del mundo

Foto: La piedra de Svingerud hallada en Noruega con runas consideradas las más antiguas que se conocen. Museo de Historia Cultural de la Universidad de Oslo.

Arqueólogos noruegos han dado a conocer un hallazgo único. Han encontrado la piedra rúnica más antigua del mundo datada, hasta el momento, con inscripciones que tienen hasta 2000 años de antigüedad y se remontan a los primeros días de la enigmática historia de la escritura rúnica.

«Puede cambiar nuestro conocimiento sobre la tradición de la escritura rúnica temprana y la costumbre de hacer piedras rúnicas», afirma en un mensaje en Twitter la profesora Kristel Zilmer (izquierda), catedrática de Cultura Escrita e Iconografía del Museo de Historia Cultural de la Universidad de Oslo.

La piedra, que ha sido bautizada como 'Svingerudsteinen' (la Piedra de Svingerud), por el lugar donde se encontró, fue descubierta en otoño de 2021 por expertos de este museo durante las excavaciones en un cementerio en Hole, cerca de Tyrifjorden , al este de Noruega. La losa, que pudo ser parte de una lápida mayor, yacía en un pozo de cremación que contenía huesos humanos quemados de un individuo adulto, así como ajuar funerario.

Algunos objetos del sitio han sido datados con radiocarbono en la denominada Edad del Hierro romana. En este lugar, en algún momento entre hace 1800 y 2000 años, alguien talló unas runas en esta losa de arenisca Ringerike (nombre de la cantera de donde procede) de color marrón rojizo de 31 x 32 centímetros.

Foto: Momento en que es extraída la piedra rúnica de un pozo de cremación.

¿Qué es esto?

Zilmer recuerda con exactitud aquel viernes de noviembre de 2021 en el que, sentada ante el ordenador en su oficina recibió un correo electrónico con unas imágenes adjuntas. «Hoy hemos completado las excavaciones de un cementerio […]. Ha aparecido una piedra […] con lo que creemos que son runas. Hay inscripciones en el lado plano y a lo largo de un lado angosto. Vea las imágenes a continuación», decía el mensaje.

«De repente, la neblina cansada del viernes por la tarde desapareció y entró una nueva energía. ¿Qué es esto?», se preguntó interesada al ver en la piedra inscripciones de la versión más antigua del alfabeto rúnico. Se hallaba ante uno de los primeros ejemplos de palabras escritas en Escandinavia.

Foto: Los arqueólogos calculan que las inscripciones sobre la piedra rúnica tienen unos 2.000 años de antigüedad.

Los habitantes de esta península del noreste de Europa entraron en contacto con el mundo romano en los primeros siglos de nuestra era a través del comercio de mercancías y de sus encuentros con el ejército romano. Los hallazgos arqueológicos atestiguan que los escandinavos adquirieron así conocimientos sobre nuevas costumbres y formas de organizarse, y algo no menos importante, sobre la escritura.

Los investigadores saben que inspirados por los alfabetos clásicos, estos pueblos crearon sus propios caracteres: las runas. Pero llevan muchos años tratando de averiguar cuántos años tiene el alfabeto rúnico y cuándo se fabricaron las primeras piedras rúnicas.

Según relata Zilmer, «la piedra de Svingerud se ve muy diferente de lo que esperaríamos encontrar en los primeros objetos rúnicos, en particular las piedras». Sus inscripciones recuerdan más a un grafiti esbozado rápidamente en una pared que a monumento de piedra.

Runas en la piedra hallada en Noruega que podría representar el nombre de una mujer: 'idiberug'. Museo de Historia Cultural de la Universidad de Oslo.

¿El nombre de una mujer?

Ocho caracteres en la parte inferior de la cara frontal llaman la atención, con una incisión más profunda que el resto. «Lo más probable es que este sea el nombre de una persona, leído como 'idiberug'«, considera la experta noruega. ¿El de la persona fallecida?»

«El texto posiblemente se refiera a una mujer llamada Idibera y la inscripción podría significar 'Para Idibera'. Otras posibilidades son que 'idiberug' sea la traducción de un nombre como 'Idibergu/Idiberga', o tal vez el nombre de parentesco 'Idiberung'», señala Zilmer.

El Museo de Historia Cultural de la Universidad de Oslo recuerda en un comunicado que las formas de escribir inscripciones antiguas variaban considerablemente y el lenguaje cambió mucho entre la época en que se tallaron estas runas y la Edad Vikinga y la Edad Media. «Interpretar los mensajes de la piedra es, por tanto, todo un reto», aseguran.

Foto: La piedra tiene varias inscripciones finamente incisas. Algunas se parecen mucho a garabatos casuales. Se notan signos similares a runas, figuras ornamentales e incluso una cuadrícula subyacente de líneas que se cruzan.

La piedra contiene varios tipos de inscripciones. Zilmer relata que algunas líneas forman una cuadrícula y hay pequeñas figuras en zigzag, así como otras características interesantes. «No todas las inscripciones tienen un significado lingüístico. Es posible que alguien haya imitado, explorado o jugado con la escritura. Quizá alguien estaba aprendiendo a tallar runas», dice.

Alfabeto rúnico

En el lado derecho, se destacan tres incisiones que se parecen mucho a las runas ᚠ (f), ᚢ (u) y ᚦ (th). las tres primeras runas del alfabeto rúnico, llamado 'futhark', porque las primeras seis runas son 'fu th ar k'. «Este sería entonces el primer intento conocido de inscribir parte del alfabeto rúnico», sostiene esta experta.

El peine de Vimose, Museo nacional de Dinamarca. Wikipedia.

Zilmer explica que hasta ahora los runólogos han considerado que un peine de hueso hallado en Vimose, Dinamarca, y que data alrededor del año 160 d.C., es el primer ejemplo seguro de runas registradas, al tiempo que se debate si una breve inscripción en una fíbula de Meldorf, en el norte de Alemania (ca. 50 d. C.), usa (proto) runas o letras romanas. Otras inscripciones rúnicas antiguas conocidas de Escandinavia datan de finales del siglo II y principios del III.

Foto: Fíbula de Meldorf

«Nuestro hallazgo, la piedra rúnica datable más antigua, arroja nueva luz sobre la tradición de las primeras piedras rúnicas. Muestra que las piedras rúnicas aparecieron en Escandinavia antes de lo que se suponía anteriormente. Y la piedra es increíblemente interesante gracias a sus diversas inscripciones», subraya.

Aún queda mucho por investigar, pero la profesora de la Universidad de Oslo está segura de que en el futuro obtendrán muchos más conocimientos valiosos sobre la historia primitiva de la escritura rúnica y la costumbre de fabricar piedras rúnicas.

Fuentes: abc.es | dw.com | 18 de enero de 2022

La rareza descubierta por arqueólogos españoles en Egipto: hallan una tumba con 10 momias de cocodrilos

Trabajos arqueológicos en la tumba de la necrópolis de Qubbet el-Hawa. PATRICIA MORA.

Aunque no es la primera vez que se encuentran cocodrilos en enterramientos egipcios, arqueólogos de la Universidad de Jaén han realizado un descubrimiento inusual en Qubbet el-Hawa, un sitio cerca de la ciudad de Asuán, en el sur de Egipto: una tumba intacta que contenía diez cocodrilos momificados.

«Se trata de un hallazgo extraordinario, ya que es una de las raras ocasiones en las que especialistas han podido estudiar las momias de cocodrilos in situ y con metodologías modernas», señalan los miembros del Proyecto Qubbet el-Hawa en una nota en la que informan de que los restos han sido analizados por arqueozoólogos del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales de Bruselas.

La tumba excavada en la roca que contenía cinco esqueletos y cinco cráneos de grandes cocodrilos fue descubierta en 2019 por investigadores de la Universidad de Jaén. En esa misma zona se enterraron siglos atrás los gobernadores de la frontera sur de Egipto, pero estos cocodrilos datan de la época anterior a los Ptolomeos, es decir, de antes del 304 a. C.

Los arqueólogos trabajan con delicadeza uno de los 11 cocodrilos encontrados, pues las termitas han hecho mella en las vendas de lino que los protegían. PATRICIA MORA

Intermediarios con el dios Sobek

Según los investigadores, «es muy posible que estos cocodrilos pudieran haber sido utilizados de intermediarios entre los humanos y el dios Sobek, que era el dios del agua y la fertilidad, a menudo representado con una cabeza de cocodrilo». Esta divinidad egipcia tuvo mucha importancia en la cercana localidad de Kom Ombo, a solo 50 kilómetros de Asuán. «De hecho, Kom Ombo fue un importante centro de culto a los cocodrilos, pero no se tenía noticia de que sucediera lo mismo en Asuán», añaden los arqueólogos.

Según refiere la investigadora belga Bea De Cupere (izquierda), en el comunicado de la Universidad de Jaén, «se conocen más de 20 lugares de enterramiento con momias de cocodrilos en Egipto, pero encontrar 10 momias de cocodrilos bien conservadas juntas en una tumba intacta es extraordinario».

«De la mayoría de las momias recolectadas por los museos a fines del siglo XIX y principios del XX, a menudo crías, no sabemos exactamente de dónde provienen», añade.

Junto a algunos de los cocodrilos, los arqueólogos encontraron rastros de lino, hojas de palma y cuerdas que indican que los animales estuvieron envueltos, pero sus vendajes fueron devorados por insectos en la antigüedad. Sin embargo, no fueron cubiertos con grandes cantidades de resina o betún, como era habitual en épocas más modernas, y los investigadores han podido medirlos y estudiarlos a fondo. Este hecho indica además que «son más antiguos que la mayoría de las momias de cocodrilos que se tiene», añaden.

Uno de los cráneos de los cocodrilos hallados frente a la ciudad egipcia de Asuán, en la necrópolis de Qubbet el-Hawa.

Uno de los cocodrilos hallados en una tumba a 1.000 kilometros al Sur de El Cairo, tiene piedras en su estómago. Otros estaban atados. Eso indicaría que los dejaron morir de hambre para enterrarlos.

Desecación natural

El reptil más pequeño mide 1,8 metros de largo, mientras que el mayor alcanza los 3,5 metros. Gracias a la aplicación de métodos de estudio moderno, Alejandro Jiménez (derecha), director del Proyecto Qubbet el-Hawa, señala que «se han podido diferenciar hasta dos especies de cocodrilo que vivían en el Valle del Nilo (en la actualidad solo hay una especie): el cocodrilo del Nilo y el cocodrilo de África Occidental».

Tres esqueletos estaban casi completos, pero a los otros dos les faltaban bastantes partes. Esto indica, según De Cupere, que «los cocodrilos fueron enterrados primero en otro lugar, posiblemente en pozos de arena, donde se secaron de forma natural, y después sus restos fueron exhumados, envueltos y trasladados a la tumba en Qubbet el-Hawa». Durante el embalaje y el transporte se debieron perder las partes que les faltan.

Los arqueólogos afirmaron que el hallazgo es una "sorpresa" por sus características únicas..

En ellos no se han encontrado marcas de sacrificio. Por la iconografía, se sabe que los antiguos egipcios solían atrapar a los cocodrilos con redes. «Posiblemente los cocodrilos se ahogaron, asfixiaron o sobrecalentaron al exponerlos al sol por largos periodos de tiempo», estiman desde el Proyecto Qubbet el-Hawa, el cual financia la Junta de Andalucía y la Fundación Palarq.

«Un cocodrilo estaba tan bien conservado que los gastrolitos aún estaban presentes», añaden los investigadores antes de explicar que estas piedras en los intestinos ayudan a estos animales a mantenerse equilibrados en el agua. «Se trata de un descubrimiento excepcional -subrayan- por la rareza de la conservación de los cuerpos de los animales, porque confirma que los egipcios eran capaces de sacrificar a los animales que luego iban a dedicar a los dioses y porque el método de conservación utilizado, la desecación natural de los cuerpos, es bastante rara».

Fuentes: abc.es | clarin.com | 19 de enero de 2023