Arqueólogos descubren el juguete más antiguo que se conoce en Turquía: Un carrito de caballos

El reciente hallazgo llevado a cabo por arqueólogos turcos en la ciudad de Sogmatar está generando gran interés dentro de la comunidad científica, dado que uno de los objetos encontrados sería el carro de juguete más antiguo descubierto hasta la fecha. Una carroza miniatura con cuatro ruedas dataría de hace cinco mil años atrás, perteneciente a una civilización que existió durante la Edad del Bronce. El simpático artilugio hallado al sudeste de Turquía fue descubierto en una región que, se cree, fue el hogar de Moisés cuando tuvo que escapar del faraón.

Las excavaciones que se vienen realizando en el área desde 2012 han llevado al descubrimiento de numerosas tumbas, incluida la de un niño, donde se encontró el antiquísimo carruaje, precursor de los "cochecitos" de juguete. En total, 45 tumbas han sido abiertas, entre las que se encuentran 3 que habían permanecido intactas desde la era romana. El área de Sogmatar representa una de las zonas arqueológicas más prometedoras de toda Turquía, tanto por extensión como por el potencial que puede llevar a futuros hallazgos relevantes.

En 2014, se descubrió en la región turca de Anatolia central, más precisamente en la ciudad de Kultepe, en la provincia de Keyseri, un sonajero de bebé de cuatro mil años de antigüedad, el cual hasta el reciente descubrimiento se había consagrado como el juguete más antiguo del mundo. Los investigadores creen que el juguete hallado, junto con un sonajero y otros artefactos, perteneció al hijo de los líderes de dicho asentamiento, que operaba como un centro religioso de un grupo que veneraba al dios de la Luna.

El hallazgo posee un gran significado estético y cultural, dado que permite entender mejor aspectos de su período, que van desde, por ejemplo, cómo jugaban los niños hasta las nociones vinculadas con el arte y la expresión de una era mediante distintos objetos de cerámica. "Los niños eran enterrados junto con sus juguetes, por este motivo sabemos que artefactos como los sonajeros existen desde hace cinco mil años", dijo Yusuf Albayrak, profesor asistente del departamento de Arqueología de la universidad de Harran. La carroza confeccionada en cerámica se descubrió dentro de lo que se considera uno de los asentamientos humanos más antiguos del mundo, unos 80 kilómetros al sur de la provincia turca de Urfa. El juguete fue hallado luego de que los científicos comenzaran una limpieza del área en el año 2016. "En una de esas tumbas encontramos el carro de caballos miniatura, un juguete y un sonajero con motivos de pájaros" compartió Albayrak.

Celal Uludag, el jefe de las excavaciones en Sogmatar, compartió a la agencia de noticias turca Anadolu que el artefacto data de la Edad de Bronce y que habría sido hecho para los hijos de los reyes. "Es una muestra del arte y de cómo los niños jugaban hace cinco mil años" dijo Uludag, quien compartió que su equipo se encuentra trabajando sobre más de cien tumbas diferentes encontradas hace cinco años. Los objetos hallados serán exhibidos en el complejo de museos más grande de Turquía, conocido como Museo Arqueológico de Sanliurfa. Se espera poder encontrar piezas todavía más relevantes a medida que avancen las labores en curso.

Fuente: InfoBae, 19 de octubre de 2017
Fotografías por gentileza de Halil Fidan/Anadolu Agency/Getty Images.

Sobre la sexualidad de nuestros ancestros

Macho y hembra de Australopithecus afarensis. Fuente: portalciencia.net

He tenido ocasión de leer algunos textos sobre el sexo en la prehistoria. Aunque su lectura promete información, los datos presentados se centran únicamente en los últimos milenios de nuestra especie. La conjunción del simbolismo y la socialización del arte mueble llevó a la representación en dos o tres dimensiones del sexo explícito en Homo sapiens. Sin embargo, el desconocimiento de la sexualidad en la mayor parte de la evolución de la genealogía humana es un hecho. Cuanto podamos contar sobre un tema tan importante para nuestra evolución se basa en lo que sabemos sobre otros primates, la lógica y una buena dosis de especulación. No disponemos de artilugios que nos transporten al pasado para ser testigos de los hechos cotidianos de los ardipitecos, los australopitecos o los individuos de Homo habilis.

Nuestro mejor modelo para acercarnos a esta cuestión son los chimpancés. Pero, ¿cuál de las dos especies, Pan paniscus o Pan troglodytes? Me hubiera gustado apostar por la primera de ellas, los bonobos: pacifistas y muy inteligentes. Ya sabemos que resuelven sus conflictos mediante el sexo. Pero los expertos sugieren una mayor proximidad filogenética con el chimpancé común, Pan troglodytes, no menos inteligente pero proclive a una cierta violencia en muchas de sus acciones. Los genetistas sugieren que nos separamos de esta especie hace unos siete millones de años. Esa divergencia ha resultado en diferencias genómicas, que se cifran en un 1%.

Nuestras distinciones en el aspecto físico son evidentes (postura, cerebro, anatomía de las manos, etc.). Pero cuando eliminamos la pátina de la cultura de Homo sapiens aparecen de manera muy nítida ciertos aspectos del comportamiento, que posiblemente han cambiado muy poco en estos últimos siete millones de años: territorialidad, jerarquía, tribalidad … Si nos centramos en el sexo, es evidente que nuestra mayor inteligencia nos ha llevado a una sofisticación de las prácticas sexuales. Pero todavía conservamos un modelo básico compartido con los chimpancés comunes.

En los grupos de Pan troglodytes destaca el macho alfa sobre los machos beta. Es el jefe y responsable de la mayoría de las acciones del grupo. Su marcado carácter autoritario le lleva a copular de manera activa con las hembras. Sin embargo, no tiene la exclusividad como sucede con los gorilas. La promiscuidad forma parte del comportamiento sexual de esta especie. Puesto que los machos de los grupos de Pan troglodytes están emparentados, no suelen aparecer disputas por cuestiones de sexo. En este aspecto, los humanos de las sociedades actuales desarrolladas hemos cambiado de manera ostensible, aunque no sabemos en qué medida han podido influir los aspectos culturales.

Una evidencia muy clara sobre el modelo sexual de los chimpancés comunes reside en el tamaño de sus testículos y, por tanto, en la cantidad de esperma que producen. Si los espermatozoides de los machos de Pan troglodytes han de competir para llegar a los óvulos de las hembras receptivas, unos testículos de buen tamaño parecen muy oportunos. Los testículos de Pan troglodytes son cuatro veces más grandes que los de los gorilas, cuyos machos dominantes (hasta 200 kilogramos de peso) tienen asegurada la paternidad, y duplican el volumen de nuestros testículos. Esta es otra señal inequívoca de que nosotros competimos en menor medida por dejar descendientes para la siguiente generación. Algo ha cambiado en estos últimos siete millones de años.

Si, como se asume de manera general, los chimpancés han cambiado muy poco en un ambiente siempre muy constante, nuestros ancestros del Plioceno pudieron tener un modelo sexual muy similar al de los chimpancés. Los cambios en la sexualidad humana han podido suceder en tiempos relativamente recientes y la mayoría relacionados con la cultura. Queda, no obstante, un detalle de interés. Los chimpancés son cuadrúpedos y todos nuestros ancestros han sido bípedos. Este cambio en la locomoción ha implicado cambios anatómicos sustanciales, que han interesado en gran medida a la pelvis y a la disposición de los órganos internos que albergan el tórax y el abdomen.

Aunque no podamos hacer ese viaje en el tiempo, lo cierto es que los australopitecos, los habilinos y todas las especies de nuestra genealogía tuvieron la posibilidad de copular frente a frente, seguramente adoptando con mucha frecuencia la llamada “postura del misionero”. Las implicaciones sociales y de relación personal entre machos y hembras en estas circunstancias dan mucho juego a la reflexión.

Fuente: quo.es | 19 de octubre de 2017

La escritura más antigua de Iberia puede estar en la estela de Montoro

En el Museo Arqueológico de Montoro (Córdoba) se conserva una estela de piedra con extraños caracteres. Ahora un equipo de científicos españoles y británicos ha comprobado que sus grafemas son compatibles con las escrituras ibéricas más antiguas conocidas y con otras de origen oriental. Se trata de una inscripción monumental que podría ser la más antigua de la península ibérica.

Un grupo de expertos de las universidades de Sevilla, Granada, Cardiff y Southampton y del CSIC ha establecido que los signos descubiertos en la estela de Montoro (Córdoba) podrían ser la escritura más antigua conocida en Iberia. Estos signos son compatibles con las escrituras ibéricas más antiguas conocidas, como la levantina, la tartésica, y la meridional, pero también con otras orientales, como la fenicia, la protosinaítica, la protocananea y la sudarábiga.

El estudio concluye, sin embargo, que los signos presentes en la estela no tienen sentido en su conjunto dentro de ninguno de estos ‘alfabetos’ tempranos. Por tanto, los investigadores aseguran que el autor o autores de la monumental estela de Montoro utilizaron signos que no tienen coherencia como sistema de escritura en sí, sino que parecen haber sido usados de una manera peculiarmente selectiva. “Esto constituye en sí mismo una situación extraordinaria, pues sería como si hoy día encontrásemos una inscripción con signos de los alfabetos latino, cirílico y chino combinados”, explica el profesor de la Universidad de Sevilla (US) Leonardo García Sanjuán.

En el trabajo, publicado en la revista Antiquity, los expertos señalan dos posibles explicaciones para esta extraña combinación de motivos. Por un lado, se piensa que en algún momento indeterminado al comienzo de los contactos con los navegantes orientales de sociedades literarias que frecuentaron el sur de España, algunos sujetos de las poblaciones locales del valle del Guadalquivir, que eran ágrafas (no usaban la escritura), fascinados por el poder de la escritura, hicieran un monumento gráfico donde representaron signos que no podían leer pero que ellos asociaban a sociedades tecnológicamente más desarrolladas, distantes y exóticas. Esta hipótesis tendría mayor verosimilitud si la estela se datase en la fase inicial de la Edad del Hierro, cuestión que no ha podido ser establecida con certeza.

Por otro lado, si la estela correspondiese a una fase más avanzada de la Edad del Hierro se baraja la posibilidad de que quienes grabaron la estela de Montoro sí conociesen y entendiesen el significado de los signos que estaban reproduciendo, pero que, deliberadamente, los usasen de forma no gramaticalmente significativa. En esta segunda hipótesis los signos habrían sido utilizados no como parte de unas ‘frases’ comprensibles, sino como códigos que designaban alguna realidad. La estela de Montoro podría haber designado grupos humanos (clanes, tribus, ciudades), unidades militares o algún otro tipo de colectivo o realidad social.

Los orígenes de la escritura en la península ibérica
“En uno u otro caso, lo que sí podemos afirmar es que la estela de Montoro ofrece nuevas evidencias para entender los orígenes de la escritura en la península ibérica, sugiriendo que las pautas de incorporación y uso iniciales de esta compleja tecnología en un territorio poblado de sociedades ágrafas fueron complejas”, comenta el profesor García Sanjuán.

Las prospecciones geofísicas mediante magnetometría llevadas a cabo en el lugar donde se halló la estela sugieren la existencia de un edificio o recinto de planta rectangular y grandes dimensiones. El siguiente paso sería tratar de aclarar qué uso tenía esta construcción y así fechar la estela con más precisión, mediante dataciones radiocarbónicas.

Las estelas (piedras de gran tamaño grabadas o pintadas con diversos motivos gráficos) constituyeron, en la Prehistoria reciente, la Protohistoria y la Antigüedad, elementos conmemorativos y monumentales análogos a las estatuas.

La de Montoro tiene unas dimensiones de 1,5 m de alto, 0,85 m de anchura máxima y 0,31 m de espesor máximo. Apareció en las cercanías de la finca conocida como Torre Villaverde, en superficie y fuera de contexto arqueológico de ningún tipo. Actualmente se conserva en el museo arqueológico de la localidad cordobesa.

Geológicamente se talló en un bloque de roca subarcosa de origen sedimentario detrítico disponible en las proximidades de Montoro. Su estado de conservación es bastante bueno y llama poderosamente la atención la ausencia de líquenes y evidencias de desgaste por agua en la superficie del anverso y los laterales.

Preservada en un edificio o bajo tierra
Esto ha llevado al equipo investigador a deducir que la pieza pudo haber estado originalmente protegida en un edificio, a salvo de la acción de los elementos, o bien que estuvo poco tiempo en uso antes de quedar enterrada, o ambos. Además, cabe pensar que el lugar del hallazgo probablemente no estaba lejos de su instalación original, pues no hay evidencias de desgaste por rodamiento ni por reutilización.

En la estela se han identificado 31 motivos gráficos grabados. Algunos de estos motivos son muy someros y por tanto difíciles de apreciar con el ojo desnudo, por lo que su reproducción digital ha sido de gran importancia. Según el análisis gráfico y epigráfico combinado realizado por Marta Díaz-Guardamino y Juan Pablo Vita Barra, del Grupo de Investigación ATLAS de la US y del CSIC, respectivamente, 21 de estos motivos gráficos podrían ser posibles signos de escritura, aunque de éstos sólo 13 son susceptibles de ser interpretados como grafemas.
El grupo ATLAS se encuentra actualmente desarrollando una línea de investigación de estelas de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, incluyendo algunas nuevas como las halladas en Almadén de la Plata y Mirasiviene (Sevilla) y la revisión de estelas ya conocidas como las de Almargen (Málaga) y Setefilla (Sevilla).

Referencia bibliográfica:
García Sanjuán, Leonardo; Díaz-Guardamino, Marta; Wheatley, David W.; Barra, Juan Pablo Vita; Rodríguez, José Antonio Lozano; Rogerio Candelera, Miguel A.; Erbez, Ángel Justo; Barker, Dominic S.; Strutt, Kristian D.; Casado Ariza, Manuel. "The epigraphicstela of Montoro (Córdoba): The earliest monumental script in Iberia?". Antiquity 91 (358): 916-932, agosto de 2017.

Fuente: SINC, 19 de octubre de 2017

Descubren 400 "puertas" misteriosas en un campo de volcanes de Arabia Saudita

Las “puertas” fueron encontradas gracias a los satélites

Los petroglifos más famosos del mundo se encuentran en Nazca, Perú. Creaciones como el Colibrí o el Extraterrestre son imágenes icónicas y reconocibles para los amantes de los viajes y, principalmente, de los misterios, aunque los investigadores pudieron develar cómo y para qué el pueblo que habitó en el Perú talló estos dibujos en la piedra.

Los arqueólogos e historiadores tendrán ahora un nuevo desafío, ya que se acaban de descubrir, gracias a imágenes satelitales, casi 400 misteriosas estructuras en la región de Harrat Khaybar, Arabia Saudita.

Se encuentran en la región de Harrat Khaybar, Arabia Saudita

Los investigadores las denominaron "puertas" debido a sus formas que simulan una entrada y descansan, en general, sobre las laderas de una cúpula volcánica que alguna vez arrojó lava basáltica. La más pequeña de estas formaciones se extiende por 13 metros, mientras que la más larga llega a los 518 metros de largo.

Hasta ahora, los científicos pudieron diferenciar dos tipos de "puertas": las que poseen múltiples paredes de piedra que forman un diseño rectangular, y las llamadas puertas de tipo "I", que solo poseen un muro de piedra con montones de piedras en cada extremo.

También develaron que hallaron otros tipos de estructuras de piedra, como las "cometas", que se utilizaron para cazar animales y las "ruedas", todas denominadas por su forma.

Las puertas "están construidas en piedra, las paredes son más o menos escasas", escribió David Kennedy, profesor de la Universidad de Australia Occidental, en un documento que se publicará en la edición de noviembre de la revista Arqueología Arábiga y Epigrafía. Y agregó: "Parecen ser las estructuras artificiales más antiguas del paisaje y no se puede discernir ninguna explicación obvia de su propósito".

"Las puertas se encuentran casi exclusivamente en campos de lava sombríos e inhóspitos con escasa agua o vegetación, lugares aparentemente entre los más inhóspitos para nuestra especie", escribió Kennedy. Sin embargo, los arqueólogos explicaron que hace miles de años el paisaje de la zona era mucho más hospitalario para vivir.

Además, los investigadores aseguraron que las figuras de las "cometas" y las "ruedas" son posteriores, ya que estas estructuras de piedra se construyeron sobre las "puertas". Los restos de flujos de lava también se encuentran a veces en la parte superior de las puertas, lo que indica que estas también son más antiguas que algunos de los flujos, dijo Kennedy.

Imagen sátelital de la NASA del campo de volcanes


El vulcanólogo Víctor E. Camp fue uno de los precursores de la investigación. Durante la década de 1980, descubrió -junto a John Roobol- una de las "puertas" en una cúpula de lava y otras estructuras de piedra, en un área del Harrat Khaybar.

Las cúpulas de lava ya no están activas, dijo Camp, y agregó que en el pasado, la lava basáltica cubría algunas de las estructuras de piedra, incluidas las puertas. "Vemos varias áreas donde la lava más joven carece de tales estructuras (de piedra), aunque otras están rodeadas por varias estructuras", comentó Camp a Live Science.

De acuerdo al especialista, algunas de las puertas alrededor de la cúpula de lava fueron construidas hace unos 7.000 años. Aunque esto todavía no está confirmado, ya que el trabajo de campo comenzará en los próximos meses.

Fuente: infobae.com | 17 de octubre de 2017

El Museo de Salamanca incorpora a su exposición un togado romano hallado en una excavación de la calle Libreros

La talla apareció dividida en dos piezas en una obra de la citada calle y, tras los trabajos de limpieza, forma parte de la exposición permanente del museo provincial. Además, su hallazgo significa un cambio en los estudios sobre la municipalidad de Salamanca en el mundo romano ya que representa un personaje vestido con traje oficial y data de la primera época del imperio.
El Museo de Salamanca, dependiente de la Consejería de Cultura y Turismo e la Junta de Castilla y León, ha presentado este jueves la talla de un togado romano que fue hallada durante un control arqueológico realizado en un solar de la calle Libreros durante el año 2015, mientras se procedía a ejecutar una obra de construcción.

Esta figura pasa a formar parte de la exposición permanente del Museo, según ha indicado su director, Alberto Bescós, que ha hecho además hincapié en el valor que los trabajos efectuados por el equipo de arqueología ha dotado a la pieza, que ya luce unida y limpia en una de sus salas. “El nuevo hallazgo ha llevado dos años de trabajo y ha dado lugar a la elaboración de diferentes estudios científicos y documentos para cuestionar lo que se entendía sobre el mundo romano en Salamanca”, ha manifestado.


Asimismo, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Bienvenido Mena, se ha mostrado muy satisfecho por el hallazgo. “Supone para los salmantinos el orgullo de lucir una talla de gran importancia, por eso quiero agradecer el trabajo a todos los que lo han hecho posible”, ha indicado el delegado. Según los datos que ha ofrecido, la talla mise 1,42 metros y pesa 375 kilos, aunque se cree que completa habría superado los dos metros de altura.

El togado representa un personaje vestido con el traje tradicional romano, eso añade un elemento decisivo para cambiar la percepción que se tenía de la municipalización de Salamanca, según ha revelado Bienvenido Mena, ya que se cree que data del Siglo I, es decir, en la primera época del Imperio Romano. “Una vez más, esa incorporación al Museo de Salamanca demuestra que en la Junta estamos comprometidos con la cultura, el arte y la historia y creemos que es una gran oportunidad para volver al museo”, ha animado el delegado.


El descubrimiento fue constatado por el arqueólogo Manuel Jiménez, que ha explicado parte de la cronología del hallazgo, a la espera de la mesa redonda que tendrá lugar en el Museo a partir de las 19:30 horas de este jueves. “Fue un cúmulo de casualidades. Era una actuación, en principio, de poca envergadura pero al encontrar la primera pieza hubo que excavar más en profundidad hasta que se halló la segunda pieza”, ha explicado.

Sobre las implicaciones que tiene para la comprensión académica del mundo romano en Salamanca ha intervenido el catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Salamanca, Manuel Salinas, quien ha explicado que al tratarse de un personaje con vestimenta oficial, cambia las ideas prexistentes. “Estas imágenes eran la representación del poder político de Roma, al datar de principio del Imperio se puede considerar que la zona de Salamanca pudo acceder a la municipalización antes de lo que se pensaba”, ha valorado.

Fuente: salamanca24horas.com | 19 de octubre de 2017

Aprueban hacer visitables los restos romanos bajo el Museo Carmen Thyssen de Málaga

Imagen del proyecto.

El consejo de Urbanismo ha aprobado destinar 420.019 euros a la construcción de un sistema de pasarelas para hacer visitables los restos arqueológicos romanos encontrados en el sótano del Museo Carmen Thyssen y que fueron descubiertos durante las obras de restauración del Palacio de Villalón.
Estos trabajos, con un plazo de ejecución de ocho meses, permitirán crear de un recorrido accesible para ver el yacimiento, que se inicia en una plataforma de recepción y concluye en una segunda plataforma de carácter expositivo. Ambas plataformas se conectan por una pasarela cuyo recorrido permite una contemplación directa de los restos.

En aquellas zonas donde existen elementos que impiden aproximarse a los restos se plantea un techo suspendido de acero inoxidable pulido cuyo efecto de espejo permitirá a los visitantes tener una visión cenital complementaria desde la propia pasarela.

El proyecto ha sido redactado por el arquitecto Rafael Pozo García-Baquero a instancia del Servicio de Conservación y Arqueología de la GMU y se enmarca dentro de las actuaciones que se están llevando a cabo para poner en valor y posibilitar la visita al yacimiento arqueológico situado en la planta sótano del museo.

El sótano del Palacio de Villalón, sede del actual museo Carmen Thyssen, contiene una villa romana orginal del siglo II con estancias consagradas a la vida doméstica e industrial. El espacio cuenta con 14 habitaciones distribuidas en torno a un patio, además de un ninfeo ornado con figuras de peces en diversos colores. La dificultad con el yacimiento, que en el siglo VII se transformó en una necróplis, estriba en combatir el nivel fréatico.

Fuente: laopiniondemalaga.es | 18 de octubre de 2017