Descubren una cabaña de hace tres mil años en el castro El Cincho (Cantabria)

El castro prerromano de El Cincho, ubicado en la localidad de Yuso (Santillana del Mar, Cantabria) sigue dando sorpresas y hallazgos de interés para la investigación. Los trabajos desarrollados en la cuarta campaña, bajo la dirección de los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos, han sacado a la luz los cimientos de una cabaña datada entre los siglos X al IX antes de Cristo y los vestigios de la muralla principal, fechada entre el siglo II y la primera mitad del siglo I a. de C.

En la campaña estival se exhumó un área de una extremada fertilidad arqueológica. Se ha logrado registrar un volumen elevado de fragmentos de cerámica protohistórica elaborada a mano o residuos vinculados con el laboreo del metal. Se reconoció un nivel de habitación y tránsito en el interior del castro, en el que se ha descubierto los cimientos de una posible cabaña, cuyo suelo base se ha logrado datar entre los siglos X a IX antes de Cristo (Edad del Bronce Final). La investigación se está centrando en la reconstrucción de las formas de vida cotidiana en la Edad del Hierro, por medio de objetos como las denominadas «piedras calientes». Se trata de pequeños cantos de río que se encuentran quemados y con restos de carbonilla. Se trata de las primeras evidencias de la cocina cántabra que permitía calentar líquidos en vasijas ignífugas.


Los vestigios de la muralla principal han seguido siendo objeto de análisis en esta actuación de campo desarrollada en el verano. Los esfuerzos se han dirigido a la fase primaria de la muralla, caracterizada por el modelo de 'muro gálico' y, con un mayor detalle, a la segunda fábrica o refacción del lienzo murario primigenio.

Al estilo romano

Las conclusiones han resultado sorprendentes. La construcción arquitectónica posee semejanzas formales con los modos y maneras de realización de fortificaciones de las legiones romanas. Sin embargo, el hallazgo de materiales indígenas en el interior del muro y, sobremanera, el resultado de una datación absoluta encuadrada entre el siglo II y la primera mitad del siglo I a. de C., inducen a identificar la muralla como una obra de la propia comunidad cántabra que habitó el castro.

Estos datos arqueológicos ofrecidos por el asentamiento de El Cincho despiertan un elevado interés. Principalmente, porque se comprueba que las formas de castramentación cántabras (Hierro II) pueden poseer fórmulas de fortificación a la romana. Se abre una línea de investigación en la que se deberá constatar el grado de influencia o 'aculturación' proveniente de los focos mediterráneos y de la pujante república romana; así como, la importancia de estas en el desenlace la 'Guerras Cántabras'. Es muy posible, sostienen los investigadores, que lo cántabros conocieran de antemano a su contrario, habida cuenta de su larga trayectoria como tropas mercenarias al servicio o en contra de Roma.




El trabajo de campo ahora en fase de estudio y reflexión ha demostrado que la cumbre costera de El Cincho, como consecuencia de su inmejorable situación geográfica, ha servido de habitación a la población desde tiempos milenarios. No sólo, por la identificación de industria lítica del Paleolítico Inferior, sino por el registro de muestras materiales posiblemente enmarcadas en los primeros momentos de la sedentarización en el área central de la región cantábrica (final de Neolítico-Calcolítico). Una habitación y uso de la cima del monte que pervivirá durante milenios al menos hasta el cambio de era, y quizás más allá. Escasos son los lugares en los que se encuentra al aire libre una ocupación tan extensa en el tiempo.

La elevada riqueza cultural de este enclave costero amurallado, desde el que se tiene un amplio control del territorio, abre nuevas perspectivas para el conocimiento de las poblaciones prerromanas en la región, un periodo apenas conocido por la falta de proyectos de investigación con continuidad. Esta campaña en El Cincho ha contado con el patrocinio del Ayuntamiento de Santillana del Mar; el apoyo del CIMA y de la Consejería de Cultura.

Fuente: eldiariomontanes.es | 4 de noviembre de 2017

El Museu de Prehistòria de València cierra el año con una valiosa muestra: L’enigma del Vas. Obra mestra de l’art ibèric

El Museu de Prehistòria de València, dependiente del Área de Cultura de la Diputació, inaugura el próximo 14 de noviembre la exposición L’enigma del Vas. Obra mestra de l’art ibèric. Esta muestra tiene como protagonista una de las piezas más extraordinarias del arte de época ibérica, el conocido como Vaso de los Guerreros de Llíria (abajo). La muestra, de producción propia, cuenta con Helena Bonet y Jaime Vives-Ferrándiz como comisarios.

El vaso fue hallado en 1934 durante las excavaciones que el Servicio de Investigación Prehistórica desarrollaba en el poblado ibérico del Tossal de Sant Miquel y ha sido custodiado desde entonces en las salas del museo. Ahora se presenta esta joya en todo su esplendor, tras su reciente restauración, junto a otras piezas de yacimientos ibéricos valencianos. Acompañan al citado vaso documentos, fotografías y dibujos de archivo del museo que se mostrarán por vez primera al gran público.

Esta obra de arte es, sobre todo, un objeto del pasado que permite narrar la historia de la gente a través de cuestiones elementales que guían la investigación arqueológica: ¿Dónde se halló? ¿Para qué se utilizó? ¿Quiénes lo encargaron? ¿Cómo y quién lo hizo? ¿Qué motivó su destrucción? La exposición aborda estas preguntas y plantea los enigmas que encierra el vaso, desde el significado de su impresionante friso decorado hasta su lugar de hallazgo, un pozo ritual de un edificio sagrado.
L’enigma del Vas coincide con la celebración, este año, del noventa aniversario de la fundación del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museu de Prehistòria, que data de 1927. A lo largo de todos esos años, la continuidad de diferentes proyectos de investigación y difusión patrimonial han convertido al Museu de Prehistòria en un referente de la arqueología peninsular y, en particular, del estudio de la cultura ibérica. Una labor que, además, ha contribuido a enfatizar a la cultura ibérica entre los episodios destacados del pasado en tierras valencianas.

La exposición es, pues, una ocasión inmejorable para admirar y conocer, de primera mano, este icono de la cultura valenciana y descubrir el legado de los iberos como parte de nuestro pasado.

Fuente: valenciaextra.com | 4 de noviembre de 2017

La Guardia Civil recupera del expolio una lámina ibera con la escritura más antigua de España en Jaén

La lámina ibera escrita tiene una antigüedad correspondiente al siglo III a.C. - ABC

La Guardia Civil ha recuperado en una operación contra el expolio arqueológico desarrollada en Jaén una lámina de plomo que data del siglo III antes de Cristo, cuyo valor excepcional radica en los signos que contiene. Los expertos aseguran que es la zona cero de la escritura original autóctona de la Península Ibérica. Frente a su importancia palidece la del resto de piezas, 748, recuperadas por el servicio de protección de la naturaleza del instituto armado, entre las que destaca una placa romana fechada en el siglo II d.C, la escultura de un fauno y un decadracma griego del siglo V a.C. en excelente estado de conservación.

La operación, denominada Alfaíbero, se ha saldado con la detención de 6 personas en Jaén, La Guardia, Andújar y Mancha Real, a las que, además de las piezas, se les ha requisado material para llevar a cabo el expolio. Dado que en la provincia hay 2.500 yacimientos arqueológicos, la Guardia Civil ignora aún el lugar del que fue robada la lámina con la inscripción ibérica, si bien confía en que dé sus frutos el estudio que llevará cabo en este sentido el Instituto Andaluz de Arqueología Ibérica, órgano que en principio ha validado la importancia de la pieza, de la que sólo hay entre 30 ó 40 en el mundo. Es la única, sin embargo, que fue escrita con caracteres iberos hace 24 siglos.


El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, en su análisis de la operación ha reiterado que el valor de la lámina de plomo es incalculable desde el punto de vista arqueológico, histórico y cultural, al tiempo que ha agradecido a la Guardia Civil el trabajo desarrollado, que se ha prolongado durante años, según ha asegurado el teniente coronel Luis Ortega, jefe de la comandancia, quien ha explicado los pormenores que han llevado a la desarticulación de una banda organizada, especializada en expolios y con un modus operandi profesional.


En la operación se han recuperado gran cantidad de monedas, así como anillos, vasijas y 3 láminas iberas, entre las que destaca la que dio origen a la investigación. Tras constatar su valor, la Guardia Civil hizo un seguimiento de un sospechoso que se desplazaba con detectores de metales para cometer expolios en yacimientos catalogados de la provincia de Jaén, y después se reunía con otros grupos de personas. Entre todos formaban una red dedicada a la comercialización de las piezas. Las vendían en páginas especializadas de las redes sociales, a coleccionistas e incluso a otros expoliadores que después las revendían.


Algunas piezas fueron encontraban en el campo por personas ajenas a la organización mientras llevaban a cabo labores agrícolas, quienes, al desconocer su relevancia, le pedían a un experto de la organización que las evaluara. Si el hallazgo no tenía valor, se lo devolvían, pero, en caso contrario, le decían que había sido aprehendido por la Guardia Civil. Si, a pesar de eso, el agricultor no creía la explicación y exigía la devolución de la pieza, la organización realizaba una falsificación de la misma o le entregaba otras similares indicándole que eran más valiosas que la original.

Fuente: ABC.es | 3 de noviembre de 2017

El caballo de Troya era un barco de origen fenicio, según una nueva teoría

Fotograma de película ‘Troya’, protagonizada por Brad Pitt (LV)

“Mis ojos jamás pudieron dar con un hombre que tuviera el corazón de Odiseo, de ánimo paciente, ¡Qué no hizo y sufrió aquel fuerte varón en el caballo de pulimentada madera, cuyo interior ocupábamos los mejores argivos para llevar a los troyanos la carnicería y la muerte! Viniste tú en persona -pues debió de moverte algún numen que anhelaba dar gloria a los troyanos- y te seguía Deífobo, semejante a los dioses. Tres veces anduviste alrededor de la hueca emboscada tocándola y llamando por su nombre a los más valientes y, al hacerlo, remedabas la voz de las esposas de cada uno de los argivos”.

Esta es la primera mención sobre el caballo de Troya que hace Homero en la Odisea, escrita alrededor del siglo VIII antes de Cristo. Mientras en el palacio de Menelao (legendario rey de Esparta) se celebraba un banquete de bodas aparece Telémaco, hijo de Odiseo y Penélope. Poco después llega Helena, que había sido raptada por Paris y originó la guerra de Troya. Es el propio Menelao el que cuenta el pasaje.

La leyenda del caballo de Troya aparece en la Odisea de Homero

El cerco de la ciudad de Troya, según cuenta la leyenda, duró 10 años. Hasta que los generales de los ejércitos aqueos (surgidos de la unión de todos los griegos) idearon una estratagema: introducir un caballo (hippos, en griego) de madera con soldados escondidos en su interior mientras el resto de la armada fingía partir. Los troyanos se fueron a celebrar la supuesta victoria y, de noche, los griegos salieron de su escondite, abrieron las puertas de la muralla y se lanzaron a saquear la plaza sin piedad.

Detalle del Vaso de Mikonos (Museo Arqueológico de Mikonos, Grecia), del siglo VII a. C. Se trata de una de las más antiguas representaciones del caballo de Troya.

Durante siglos se interpretó este suceso mitológico como una gran demostración del ingenio humano, una trampa que finiquitó de un plumazo una guerra enquistada. Pero, ¿qué pasaría si todo lo que creímos saber a partir de este episodio no fuera cierto? ¿Y si la leyenda no dice realmente lo que siempre se ha interpretado?
El profesor Francesco Tiboni (izquierda) de la Universidad Aix Marsella, ha puesto en duda que el caballo de Troya fuera realmente un caballo. En un artículo publicado en la revista Archaeologia Maritima Mediterranea, Tiboni considera que el caballo de madera construido por el soldado Epeo “fue en realidad uno de los barcos que los antiguos griegos solían llamar Hippoi”.

“(El caballo) no es un recipiente sagrado, sino un mercante con una cabeza de caballo en el mascarón de proa comúnmente utilizado por los marineros fenicios y levantinos para comerciar y pagar tributos a reyes extranjeros reyes. Un barco conocido por los autores griegos de la era clásica y posiblemente también por Homero”, apunta.
El profesor Francesco Tiboni pone en duda que el caballo de Troya fuera realmente un caballo
No es este profesor universitario el primero que plantea una revisión del mito, el geógrafo e historiados Pausanias (siglo II a.C.) ya planteó dudas en su libro Descripción de Grecia. El trabajo de Epeo era una invención para hacer una brecha en la pared de Troya“, escribió para, más adelante, añadir que “la leyenda dice que era un caballo”.

Pausanias no fue el único autor antiguo que negó el mito del caballo de Troya. A esa teoría se apuntaron el dramaturgo Eurípides (Las Troyanas), el poeta épico egipcio Trifiodoro (La toma de Ilión) o Quintus Smyrnaeus (su Posthomerica continúa la narración de la guerra de Troya).
“A pesar de su importancia cultural, las evidencias arqueológicas de este episodio, tanto textuales como iconográficas, son extremadamente pobres en la antigua Grecia. Solo aumentan durante las épocas romana y moderna, posiblemente debido al papel jugado por la Eneida de Virgilio”, explica Francesco Tiboni.

Su conclusión es que, analizando el episodio desde el punto de vista naval, "la arqueología sí permite dar una respuesta a la duda de Pausanias”. Los hippoi fenicios eran embarcaciones ligeras, rápidas y maniobrables que se propulsaban gracias a las velas y los remos. Sus mástiles eran fácilmente desmontables.

Foto: Barcos fenicios 'Hippoi' (detalle de un bajorrelieve del palacio de Khorsabad, antigua Dur Sharrukin, la 'Fortaleza de Sargón', capital del imperio asirio en el momento de Sargón II, 722-705 aC). (París, Louvre).

Los hippoi fenicios eran embarcaciones ligeras, rápidas y maniobrables

Los hippoi fueron ampliamente usados en el periodo precolonial (desde finales del segundo milenio a.C. hasta el siglo VIII antes de Cristo), cuando los marineros fenicios tenían como misión principal descubrir nuevos emplazamientos costeros. Estos barcos permitían huir con facilidad si las cosas se ponían feas durante alguna exploración.

Su calado era reducido, lo que facilitaba navegar ríos y acceder a zonas de poco fondo. Los tartesios utilizaron estas embarcaciones con asiduidad y hay indicios de varios viajes a la zona de Cádiz o a lo largo de las costas atlánticas. El propio Homero reconoce en su obra que el barco de Ulises sería una variante del hippoi.
“Examinando las evidencias textuales, iconográficas y arqueológicas consideramos -dice Tiboni- que estos hippos (barcos) se convirtieron en caballos después del período homérico. El barco fenicio rompiendo la pared de Troya pudo convertirse en un caballo como consecuencia de una posible malentendido que, en tiempos posteriores, ha sido ampliamente aceptado por los eruditos. El significado original de la palabra hippos, de hecho, se perdió en la traducción”.

Fuente: lavanguardia.com | 3 de noviembre de 2017

Un petroglifo palmero puede ser el primer mapa rupestre de Canarias

Es la interpretación que hacen los expertos de una estación rupestre localizada en el antiguo cantón de Tijarafe

El grabado está tallado sobre toba volcánica. Es un conjunto de cazoletas y canalillos que los expertos interpretan como un mapa rupestre de la antigua Benahore. Sería el primero conocido en Canarias y uno de los pocos ejemplos censados en la prehistoria mundial.


El petroglifo está localizado en el antiguo cantón de Tijarafe que era la zona más poblada del mundo aborigen.  Su forma se asemeja a un triángulo con con cuatro canales concéntricos. En su interior destacan varios oquedades que se atribuyen a hitos geográficos de la isla como la Caldera de Taburiente o el volcán de San Antonio. En exterior varias cazoletas y un soliforme, también con cuatro canales concéntricos, que coincide con la posición de la salida del sol.

Desde el sitio donde se encuentra el grabado es posible ver a simple vista la mitad oeste de la isla y para verla entera sólo hay que subirse a los puntos más altos de la cumbre.


Los científicos le dan un uso religioso. Dicen que es un ejemplo típico de magia simpática utilizado para rogar a su dios que mande lluvia a una isla donde el agua es fundamental para la supervivencia de ganado y personas.

Un grabado singular que se suma la particularidad de los grabados palmeros. En La Palma hay censadas más de 400 estaciones de petroglifos con una tipología muy diferente a los del resto del archipiélago.

Confirman dos nuevas cavidades ocultas en la Gran Pirámide de Jhufu (Keops) en Egipto

Cada minuto, cientos de partículas elementales atraviesan nuestros cerebros sin causarnos daño. Son muones que se producen cuando los rayos cósmicos chocan contra los átomos en las capas exteriores de la atmósfera y que llueven sobre la Tierra por millones.


Un equipo internacional de científicos ha usado ese flujo constante de partículas con la misma carga que los electrones pero unas 200 veces más pesadas para hacer una especie de radiografía al interior de la Gran Pirámide de Keops, en Guiza (Egipto). Esto ha permitido descubrir un "gran espacio vacío" que había permanecido oculto tras los espesos muros de la edificación.
Construida por orden del faraón Keops que reinó entre el 2509 y el 2483 antes de Cristo la pirámide se eleva hasta los 139 metros de altura y fue durante más de tres milenios el edificio más alto del planeta. Aún hoy no hay consenso sobre cómo se levantó, ni se sabe si hay estancias por descubrir en su interior. Los turistas acceden a ella por un túnel excavado a ras de suelo en el año 820 en tiempos del califa Al Mamún que permite acceder a sus tres cámaras: la subterránea, la de la reina y la del rey, estas dos últimas conectadas por la Gran Galería, un pasaje de 46 metros de largo y casi nueve metros de alto. Desde el siglo XIX no se ha descubierto ninguna nueva estancia, aunque hay indicios arquitectónicos de que podría haber más, especialmente unos grandes sillares en forma de cuña en la cara norte que podrían ser el techado de un pasillo o una gran sala.

En 2015 arrancó un proyecto de investigación impulsado por el Gobierno egipcio para explorar el interior del monumento con técnicas no invasivas. Tres equipos de físicos de Japón y Francia instalaron tantos otros detectores de muones en la pirámide, dos de ellos dentro y uno fuera. La piedra absorbe parte de los muones que caen del cielo, con lo que su concentración es mayor allí donde hay menor densidad, especialmente en los espacios vacíos. Los tres sistemas de detección identificaron correctamente las tres cámaras y las galerías conocidas, pero también mostraron una concentración de muones a 21 metros sobre el suelo concentrados en un “gran vacío” de más de 30 metros de largo y con un volumen, altura y anchura similar a la Gran Galería. Los resultados de los tres detectores, instalados por físicos de la Universidad de Nagoya y el laboratorio KEK, en Japón, y la Comisión de Energías Alternativas y Energía Atómica de Francia, son parte de un proyecto conocido como ScanPyramids y se han publicado hoy en la revista científica Nature.

La nueva estructura descubierta es aún un misterio. “Hay que considerar muchas hipótesis arquitectónicas. El gran vacío puede estar compuesto por una o varias estancias contiguas y estar inclinado o plano”, explican los autores del trabajo.

Los investigadores han seguido la estela de Luis Álvarez, un físico estadounidense de abuelo español. En 1970, este científico, ganador del Nobel de Física en 1968, fue el primero en usar la tomografía de muones para explorar el interior de otra pirámide egipcia, la de Kefrén, y demostrar que no había ninguna estancia por descubrir en su interior. Desde entonces, los muones llegados del espacio han permitido analizar también el interior de volcanes, las entrañas de la central nuclear de Fukushima, yacimientos arqueológicos en Roma y Nápoles y el interior de la pirámide del Sol en México.

Mehdi Tayoubi, codirector del proyecto, explica que sería muy difícil "llegar hasta el gran vacío sin hacer grandes agujeros en los muros de la pirámide", algo que no contemplan por el momento. En 2016 su equipo encontró otro espacio vacío de menor tamaño en el muro norte, justo al otro lado de los sillares en forma de cuña. El próximo objetivo es explorar ese corredor con pequeños robots y seguir radiografiando la pirámide con más detectores de muones. Tayoubi es muy cuidadoso de no hacer suposiciones sobre el contenido de los dos espacios descubiertos, que podrían o no estar conectadas. Este proyecto, dice, incluye científicos de muchas disciplinas, geógrafos, físicos, especialistas en robótica e inteligencia artificial, pero deja fuera a los egiptólogos adrede. "Si queremos entender mejor este monumento, necesitamos una mirada fresca", resalta.

"Los muones atmosféricos son partículas cargadas muy penetrantes que de desplazan en línea recta", explica el físico Arturo Menchaca-Rocha, de la Universidad Autónoma de México. "Su flujo natural está atenuado por la materia, de forma que tiene una relación de uno a uno con la cantidad de materia atravesada. En los espacios vacíos, lo que aparece es un exceso de muones en esa dirección que te ayudan a localizar y saber la forma del vacío", resalta este físico. Menchaca-Rocha usó esta misma técnica para escanear la pirámide del Sol, en México. Al igual que Álvarez no encontró nada en su interior, una decepción que no deja de ser todo un éxito científico para este tipo de técnica de imagen basada en la física de partículas, señala. El investigador, que no ha participado en el estudio, añade que los tres instrumentos usados están bien diseñados y han estado recogiendo muones durante el suficiente tiempo, lo que confirma en su opinión la existencia de la nueva cámara. Lo que por ahora es un misterio es si tiene "importancia arqueológica o es solo un pasillo abandonado", añade.


Fuente: Nuño Domínguez | El País, 2 de noviembre de 2017