Un canto tallado y una lasca, primeros hallazgos de la campaña de este año en Atapuerca (Burgos)

Foto: Juan Luis Arsuaga, Roberto Saiz, delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, Eudald Carbonell y el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, en el yacimiento de Atapuerca. Ricardo Ordóñez.

Los primeros cien excavadores de Atapuerca acaban de llegar a los yacimientos de Trinchera del Ferrocarril y han cantado bingo. En la apertura del yacimiento de Penal, ubicado frente a Gran Dolina al otro lado de la Trinchera, ya han encontrado las primeras evidencias de ocupación humana. Y por la tecnología y el aspecto del yacimiento, todo parece indicar que es la entrada a la cueva de Homo antecessor. Con una antigüedad aproximada de 800.000 años.

«Nos falta ampliar el registro y contrastar todo esto con trabajo científico, pero por su apariencia geológica, por su vegetación, el aspecto es muy similar a lo que abrimos en el nivel 6 en el 92, muy probablemente es la entrada que cruzó 'Homo antecessor'», señaló el codirector de las excavaciones de Atapuerca Eudald Carbonell. En la preparación del yacimiento, que ya cuenta con la infraestructura necesaria para que no sea, como recordaba Juan Luis Arsuaga, «una penalidad bajo el sol y gritando a los compañeros los de Galería, los de Dolina...» trabajar allí como lo fue en el 92, ya cuentan con una cubierta instalada por la Junta de Castilla y León tras la inversión de 320.000 euros.

«Como cada año espero lo inesperado, sacaremos más de lo mismo, que no es poco, pero siempre espero que Atapuerca me sorprenda y siempre pasa», explica el codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ante el inminente inicio de los trabajos de campo.

Penal ha abierto su trabajo de excavación en extensión, que dirige María Martinón-Torres, por todo lo alto. Han recuperado dos piezas de industria vinculadas a lo que ya ha aparecido en los niveles bajos de Gran Dolina. Se trata de un canto tallado con una arista central simétrica que «probablemente sirvió para machacar» y una pequeña lasca de 1,5 centímetros que «se ha reconocido rápidamente», explicó Carbonell.

La tecnificación del equipo también facilita la identificación rápida de estas piezas que bien pueden confundirse con un canto roto. «María lo ha reconocido enseguida, es antropóloga, pero al tener aquí un equipo multidisciplinar de primer nivel te hace que sepas un poco de áreas que no son propiamente tuyas y esto es lo que hace fuerte al equipo», reivindicó.

Roberto Saiz, delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos; Eudald Carbonell, Gonzalo Santonja, Juan Luis Arsuaga, María Martinón-Torres y Aurora Martín. / Fundación Atapuerca.

A las puertas de TD-6

No es baladí la apertura de Penal este año y los primeros hallazgos. Por su posición es el lugar de entrada, desde donde Homo antecessor oteaba sus dominios: el Valle de Río Pico. «Penal se abrió por ser una continuidad geológica, pero también porque nos permite conocer mejor la geología del karst, dado que, este nivel, más alto, se corresponden con 200.000 años en otras áreas, pero en realidad empieza con 800.000 años, pues son las huellas de la inclinación y se puede ver el dominio que esta especie de 'Homo antecessor' tenía del valle», explica Arsuaga. Por ello refuerza ese carácter pedagógico y divulgativo de este nuevo sitio arqueológico, pero también su conexión con Gran Dolina, y ese nivel donde, cada vez que se abre, aparecen restos de una especie única.

El nivel TD-6 se acaricia ya en una parte avanzada de los trabajos en la superficie de la Gran Dolina de unos 40 metros cuadrados. Han pasado 30 años desde que se empezaron a quitar las encinas de este yacimiento para alcanzar el mismo nivel que en Penal se acaba de abrir en tan solo unos días de trabajo. «En Dolina empezamos en el nivel TD-7 pero empezaremos a entrar en materia de grandes descubrimientos el año que viene, los cuales se traducirán en una cosecha de fósiles de 'Homo antecessor'», explica Carbonell. Por pedir, a la Sierra le suplican un cráneo de la especie que, en dos catas, ha podido generar más de un centenar de restos de 11 individuos, la mayoría canibalizados y muchos de ellos inmaduros.

En este mismo yacimiento toca cerrar TD-4. La base de Gran Dolina donde hay evidencias antrópicas, piezas que ha tocado el hombre, de un millón de años pero no huesos humanos. Esta parte antigua es un mundo dominado por grandes vertebrados y herramientas de piedra para procesar esos animales.

Vista general del yacimiento de Penal.

Superficie de trabajo que ha arrancado este año en Atapuerca sobre el yacimiento conocido como Penal, la entrada a Gran Dolina. ECB.

Atapuerca, el Gamonal neandertal

Su presencia neandertal estaba latente y durante gran parte de las últimas 45 campañas de excavación no mostraba la cara. Lo ha hecho en forma de fósiles: una falange y un diente en la zona de la Galería de Estatuas interior, y un parietal en Cueva Fantasma. Lo ha hecho también en forma de material genético: con el rastro genómico dejado en el sedimento de Estatuas interior por oleadas diferentes de ocupación de población neandertal. Y lo ha hecho en forma de industria, herramientas tecnológicas, talleres como el de Valdeprovedo, y un reguero de yacimientos al aire libre.

También se llevarán a cabo trabajos la Galería de las Estatuas exterior, que representa la continuidad en el exterior de la Cueva Mayor del yacimiento de la Galería de las Estatuas interior. En la campaña de 2022 se pudo intervenir de manera más intensa y se obtuvierom resultados muy interesantes que sostienen la existencia de un importante yacimiento de neandertales en ese lugar. Una vez confirmada la importancia del yacimiento, en la campaña de 2023 intensificaron el ritmo de excavación. Así, la presente campaña contará con el concurso de 30 excavadores en cada quincena de julio. Se plantea extender sensiblemente la superficie del yacimiento para delimitarlo y excavar en profundidad para conocer mejor su estratigrafía.

Foto: Yacimiento de Galería de las Estatuas exterior. Ricardo Ordóñez | ICAL.

«Hace entre 80.000 y 50.000 años Atapuerca era un barrio neandertal, era el Gamonal de los neandertales porque estaban por todas partes», apunta Eudald Carbonell. «No utilizan las cavidades de Trinchera, las tradicionales que hemos excavado, porque se las encuentran llenas y no las pueden usar, ocupan el nivel superior de la sierra», añade Arsuaga.

Foto: Excavación en la zona sur del yacimiento de cueva Fantasma.

Entre estos últimos otra de las novedades es el yacimiento al aire libre Castrillo Base Aymerich, CBS, que se encargarán de excavar este año. El hallazgo de esta concentración de restos fue casual. Esperando la llegada del helicóptero que trasladaba al entonces Príncipe Felipe, que iba a visitar los yacimientos de Atapuerca, Carbonell se dió cuenta de unos rellenos fértiles. Era el campo de fútbol de la base militar que hoy empiezan a excavar. «El nombre, CBS, es en honor al apoyo que siempre nos dio Aymerich, con él estaba cuando lo descubrimos», relata Eudald.

Junto a este campamento neandertal se volverá a atacar las dos áreas más ambiciosas del barrio neandertal de Atapuerca. Cueva Fantasma, donde se trabaja en niveles de entre 100.000 y 50.000 años. Es el Pleistoceno superior, el último interglaciar. En Fantasma ya están «a pleno rendimiento y se trabaja donde apareció la chalota craneal de neandertal donde afinaremos un poco más las dataciones». El otro distrito neandertal que se quiere atacar con fuerza es Estatuas. En el exterior un total de 30 personas perfilarán un yacimiento para el que ya se pide protección y estructura para posteriores trabajos. En Estatuas Interior se sigue trabajando con el cuidado y la pulcritud que una excavación quirúrgica como la de las bolsas de sedimento que ofrecen rastro genético sin la presencia de un fósil. Aquí, además, se han localizado dos restos humanos.

Parte de un rostro recuperado en el yacimiento Elefante el año pasado. Se le llamó Pink en honor al mítico álbum 'El lado oscuro de la luna' de Pink Floyd. SANTI OTERO.

Tras el rastro de Pink

En el yacimiento de Elefante, el registro más antiguo, trabajan en la datación. Especialmente la difícil cuesta del nivel siete donde apareció el año pasado parte de la cara del primer europeo. Un equipo de tres personas y una estructura que rodea esa pequeña pendiente cargada de sedimentos servirá para rastrear la posibilidad de encontrar más restos. «Esto ya son palabras mayores, es un descubrimiento excepcional, la cara abarca entre 1,5 y 1,4 millones de años y la expectativa es ver si hay más fósiles, un fragmento de cráneo y, si el individuo cayó, poder encontrar restos postcraneales», señala Eudald.

José María Bermúdez de Castro se concentra en el nivel 7 de Elefante, donde se recuperó la cara Pink el año pasado. «Esperamos poder completarlo con más restos y trabajaremos intensamente en esa zona a pesar de la dificultad», explica. Y por pedir dientes o mandíbula que suelen ser las partes que mejor fosilizan. «La cara que es lo que peor se conserva nos pilló de sorpresa, así que si completamos con dientes, mandíbula o parte del cráneo podremos conocer a esta especie mucho mejor».

Para revisar esa cuesta del nivel 7 de Elefante, especialmente difícil de excavar por situarse en una pendiente, contarán con tres personas dedicadas a ese espacio. Una zona donde la excavación es con arnés y cuerdas de escalada. «Tenemos más cuadrículas que cavar al lado del lugar donde aparecieron los restos de la cara y vamos a concentrarnos en esa zona para mejorar la reconstrucción del homínido», añade Bermúdez de Castro.

Los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca: Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga.

También los yacimientos modernos tiene información concreta. La última publicación del equipo del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos habla del rastro genético de los primeros agricultores y ganaderos del norte de África. Allí la colonización y el cambio de paradigma no vino de Oriente Próximo, llegó desde la península ibérica. «Portalón nos está dando muchos artículo en revistas como 'Nature' y 'Science', es el rastro de la revolución neolítica y un equipo de ADN de la Universidad de Burgos ha dado con la respuesta a esta pregunta, sobre cómo llegó la agricultura a África», señaló Arsuaga. Esta época se estudia también en el yacimiento Mirador.

Es imponente el registro de ocupación sistemática de la Sierra de Atapuerca por grupos de homínidos desde hace 1,5 millones de años, 840.000 años, 400.000 años, 50.000 años y durante la gran revolución del Neolítico. Un equipo de 100 personas, que acabarán siendo 300 al finalizar la campaña, ya que los investigadores trabajan sobre el campo por quincenas, tratarán de ampliar ese completo registro de la evolución humana en Europa en un solo rincón, Atapuerca, hasta finales de julio.

Fuentes: elcorreodeburgos.com | elcorreodeburgos.com | burgosconecta.es | 20 de junio de 2023

Descubren una milenaria ciudad maya en México con grandes edificios piramidales de hasta 15 metros

Imagen Lidar de la ciudad maya descubierta en la reserva de Balamkú. INAH.

Sesenta kilómetros selva adentro de la reserva ecológica Balamkú, en Campeche, al sur de México, un equipo de arqueólogos ha descubierto una milenaria ciudad maya a la que han bautizado como 'Ocomtún' («columna de piedra», en maya yucateco), por las numerosas columnas cilíndricas de piedra que han encontrado dispersas en el antiguo asentamiento.

El núcleo monumental de esta urbe, que se cree que fue un centro importante en la región de las Tierras Bajas Centrales mayas durante el periodo Clásico (250-1000 d.C.), cubre más de 50 hectáreas y cuenta con grandes edificios, varios con estructuras piramidales de más de 15 metros de altura, según señala el arqueólogo esloveno Ivan Ṡprajc (izquierda) en un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Los arqueólogos sospechan que las numerosas columnas cilíndricas halladas debieron ser parte de las entradas a los aposentos superiores de los edificios.

El sureste del centro urbano estaba conformado por tres plazas dominadas por imponentes edificios y rodeadas por varios grupos de patio. Según destaca Ṡprajc, "entre las dos plazas mayores se extiende un conjunto compuesto por diversas estructuras bajas y alargadas, dispuestas casi en círculos concéntricos; también se incluye un juego de pelota".

Una calzada conecta esta zona con la parte noroeste, donde se ubica la construcción más voluminosa del sitio: una acrópolis de planta rectangular, cuyos lados miden 80 metros y su altura es de unos 10 metros, y en su parte norte hay una pirámide que se eleva 25 metros sobre el terreno natural.

Restos arqueológicos hallados en la zona. IVAN SPRAJC.

Piedra de una fachada, izquierda, y columna de piedra de la antigua ciudad maya descubierta en el estado de Campeche, México. Ivan Ṡprajc.

Un área inexplorada

La ciudad fue localizada durante la primera temporada de campo del proyecto 'Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Centrales mayas', aprobado por el Consejo de Arqueología del INAH, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, y coordinado por el experto del Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes.

La iniciativa busca explorar una extensa área de 3.000 kilómetros cuadrados deshabitados, cubierta por la selva y prácticamente desconocida para la arqueología, en la parte central del estado de Campeche, colindando al sur con la carretera Escárcega-Chetumal, al oriente con el sector norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul y al norte con la región de los Chenes.

Durante mayo y mediados de junio de 2023, el equipo se enfocó en el extremo norte de esa zona que pertenece al municipio de Calakmul, en la reserva de Balamkú. En marzo de 2023, el National Center for Airborne Laser Mapping, de la Universidad de Houston, Estados Unidos, había escaneado esa superficie con Lidar (sensores de detección que utilizan láser aerotransportado) y las imágenes aéreas del terreno revelaron la presencia de vestigios arqueológicos.

Roca tallada descubierta en la milenaria ciudad maya en Campeche, México.Ivan Ṡprajc.

Ivan Ṡprajc comenta que "en los datos LiDAR se reconocieron numerosas concentraciones de estructuras prehispánicas que después se confirmaron en las inspecciones en campo", con peculiaridades que contrastan con lo conocido de otras partes del área maya. Cerca de Ocomtún se ubican los sitios de la región de los Chenes, a más de 30 kilómetros al noreste; Nadzcaan, 36 kilómetros al sureste, y Chactún, a 50 kilómetros al sureste, reportado hace una década por este mismo proyecto.

"La mayor sorpresa resultó ser el sitio ubicado en una 'península' de terreno elevado, rodeada por extensos humedales", destaca Ṡprajc, "en cuyo núcleo monumental hallaron grandes edificios con estructuras piramidales de más de 15 metros de altura". El arqueólogo indica que los tipos de cerámica más comunes que recogieron en superficie y en algunos pozos de sondeo son del periodo Clásico Tardío (600-800 d.C.). "No obstante, los análisis de muestras de este material nos ofrecerán datos más fiables sobre las secuencias de ocupación", detalla.

Ocomtún sufrió alteraciones años después, en el periodo Clásico Terminal (800-1000 d.C.), como se deduce de construcciones con elementos extraídos de edificios aledaños, "reflejo de cambios ideológicos y poblacionales en tiempos de crisis que, finalmente, para el siglo X, condujeron al colapso de la compleja organización sociopolítica y el drástico decremento demográfico en las Tierras Bajas Centrales mayas".

Una escalinata cubierta. INAH

Restos de la ciudad que los arqueólogos han denominado Ocomtún. IVAN ṠPRAJC.

El proyecto, en el que participan el especialista en epigrafía maya, Octavio Esparza Olguín, el geodesta Aleš Marsetič, el maestro Atasta Flores Esquivel, los arqueólogos Quintín Hernández Gómez y Vitan Vujanović, así como varios trabajadores de comunidades cercanas, también exploró estructuras en el área que se extiende hasta el río La Rigueña, de características parecidas a Ocomtún: con escalinatas, columnas monolíticas y ausencia de monumentos con inscripciones.

Los investigadores hallaron varios conjuntos de uso desconocido, parecidos al localizado en el complejo sureste de Ocomtún, que en algunos casos incluyen el juego de pelota, y en otros, altares centrales. "Es posible que se trate de mercados o espacios destinados a rituales comunitarios, pero solo investigaciones futuras arrojarán luz sobre las funciones de estos conjuntos, los cuales representan una peculiaridad regional", señalan en la nota del INAH.

Fuentes: abc.es | telemundo.com | 22 de junio de 2023

Hallan en Moià (Barcelona) dos fragmentos de cráneo y dientes de neandertales y comprueban que se practicó el canibalismo

Restos de dientes y fragmentos craneales de neandertales hallados en Moià, Barcelona, por el IPHES.

La campaña de excavación en las Cuevas del Toll y Teixoneres (Moià, Barcelona) ha permitido recuperar dos fragmentos de cráneo de un neandertal juvenil de más de 52.000 años de antigüedad. Lo ha dado a conocer este viernes el equipo investigador del IPHES, que trabaja en el yacimiento. Se trata del cuarto individuo identificado en las Cuevas del Toll de Moià desde que se descubrió el primer resto del diente de un niño en 2016.

Además, los estudios realizados hasta ahora han permitido identificar marcas de corte en la superficie de algunos de estos huesos, lo que se ha interpretado como el resultado de actividades relacionadas con el canibalismo. Este año el yacimiento cumple 20 años y, según la codirectora de los trabajos, Anna Rufà Bonache, "todavía tiene mucho potencial".

Presentación de los hallazgos a la prensa.

Historia neandertales

Desde principios de mes trabajan una veintena de investigadores y arqueólogos en la Cueva de Teixoneres. El codirector del yacimiento, Jordi Rosell Ardèvol, remarca que este espacio concentra una secuencia estratigráfica de unos 6 metros de altura. "Guarda toda la historia de los neandertales desde los 250.000 años hasta su desaparición hace más de 35.000 años", afirma, poniendo en valor este emplazamiento.

El descubrimiento de dos fragmentos de cráneo de un individuo joven, casi adulto, situado sobre un hogar ha sido un 'regalo' para este 20º aniversario, según han coincidido muchos de ellos. Apareció por sorpresa la semana pasada mientras hacían un corte estratigráfico y, aunque lo vieron bastante claro desde un principio, requirieron la confirmación de su paleoantropólogo de referencia, Carlos Lorenzo Merino. "Subió enseguida y, al verlo, dijo que era de libro", recuerda, con emoción, Rosell.

Anna Rufà dando explicaciones sobre los hallazgos realizados.

Uno de los retos de este yacimiento es la gran concentración de restos -entre huesos de animales, homínidos y herramientas- que, además, están "muy fragmentados", según detalla la codirectora e investigadora Anna Rufà. Esto se explica porque los neandertales, que ocupaban temporalmente esta cueva, y se movían por una zona cercana, procesaban a los animales cazados, los quemaban -durante estos años de investigación han descubierto hogares y también herramientas de diferentes materiales- y los rompían al máximo para acceder a la médula y aprovechar los nutrientes. Para paliar este problema, el equipo está utilizando técnicas biomoleculares muy especializadas para identificar las muestras óseas y poder realizar estudios de ADN, tanto mitocondrial como nuclear. Se espera que con los resultados de estos estudios se aumente el número de restos humanos identificados.

Algunos de los restos humanos recuperados en el nivel IIIb de la Cueva de las Teixoneres, incluyendo los fragmentos de occipital recuperados durante la campaña de este año. Foto: Maria D. Guillén /IPHES-CERCA (piezas dentales); Leandro Zilio / CONICET (fragmentos occipital y clavícula); Ruth Blasco / IPHES-CERCA (imágenes con microscopio y edición de la lámina).

Evidencias de canibalismo

Este es el cuarto individuo identificado en la cueva de las Teixoneres y prevén que no será el último. En 2016 apareció el diente de un niño de 6 años, el primer resto de homínido. Un año después también identificaron otro diente de un joven de 11 años y el de un adulto senil. Todos los restos tienen una cronología superior a los 52.000 años y estaban dispersos y mezclados con huesos y dientes de otros animales en la entrada de la cueva.

Trabajos de excavación en el nivel IIIb de la Cueva de las Teixoneres de Moià donde han aparecido los restos humanos neandertales. Foto: Florent Rivals /ICREA /IPHES-CERCA.

Una de las dudas que existen es si estos humanos identificados tienen algún grado de parentesco y por qué presentan marcas de canibalismo. Según Rosell, aparecieron marcas de corte en huesos como una clavícula. "Ya podemos decir con seguridad que fueron procesados y comidos por sus congéneres", afirma. Y apunta que, de confirmarse que eran familia, podría ser un fenómeno de tratamiento de la muerte dentro del propio grupo. "En aquella época la mortalidad era muy elevada, sobre todo la infantil, y una forma de reverenciar su cuerpo muerto era su consumo". Este hallazgo de canibalismo entre neandertales es el primero en Cataluña, mientras que también se ha descubierto en otros puntos de la península ibérica, como el de Atapuerca que es más antiguo, y en el sur de Francia.

Foto de grupo de los arqueólogos del IPHES.

20 años de investigación

Este año se cumplen dos décadas de excavaciones del IPHES en las Cuevas del Toll. Para celebrarlo, el equipo de investigación y el ayuntamiento de Moià han organizado una jornada de puertas abiertas este sábado y el domingo en el mismo parque y con charlas de los investigadores. Aunque todavía no hay nada definido ni concretado, cree que en un futuro esta localidad debería tener un espacio donde poner en valor los restos y, al mismo tiempo, acercar el conocimiento científico para que "esté al servicio de la gente". Por eso, cree que habría que sumar esfuerzos con las administraciones y también el sector privado.

Fuentes: elperiodico.com | IPHES | 23 de junio de 2023

El hueso fósil de una pierna desvela el caso de canibalismo más antiguo, hace 1,45 millones de años

Vista completa de la tibia (KNM-ER 741) y área ampliada que muestra marcas de corte perpendiculares al eje longitudinal de la muestra. Escala = 4 cm.

La paleoantropóloga estadounidense Briana Pobiner es experta en estudiar la dieta de homínidos extintos. Un día estaba buscando rastros de mordeduras de animales en una tibia fósil de hace 1,45 millones de años cuando se dio cuenta de algo extraño. El hueso, hallado en los años 70 en Kenia y almacenado en el Museo Nacional de ese país, tenía en uno de sus extremos varias marcas rectas y paralelas que no podían haber sido hechas por los dientes de ningún animal. Hoy, Pobiner y otros colegas sostienen que este puede ser el caso de canibalismo humano más antiguo conocido.

Cuando Pobiner encontró los cortes hizo un molde con una pasta como la que usan los dentistas para reproducir las dentaduras de sus pacientes y se lo envió a Michael Pante, de la Universidad Estatal de Colorado. No le dio ninguna pista de qué podían ser las marcas. Pante las estudió y las comparó con casi 900 hendiduras en huesos hechas en experimentos de descarnamiento y descuartizamiento. El veredicto de los investigadores es que esas marcas las tuvo que hacer un homínido blandiendo una herramienta de piedra afilada, probablemente para cortar la carne y comérsela, según explican hoy lunes en un estudio en Scientific Reports.

Fotografías en primer plano de tres especímenes de animales fósiles de la misma área y horizonte temporal que la tibia de homínido fósil estudiada por el equipo de investigación. Estos fósiles muestran marcas de corte similares a las encontradas en la tibia del homínido estudiada. Las fotos muestran (a) una mandíbula de antílope, (b) un radio de antílope (hueso de la parte inferior de la pata delantera) y (c) una escápula de mamífero grande (omóplato). BRIANA POBINER.

“Tanto los humanos modernos como nuestros antepasados han practicado el canibalismo y este hallazgo nos muestra cómo de antigua es esta práctica”, explica a este diario Pobiner (izquierda), investigadora de la Institución Smithsonian, en Estados Unidos.

"Estas marcas de corte -asegura, además, Pobinae- se parecen mucho a lo que he visto en fósiles de animales que se procesaban para el consumo. Parece más probable que la carne de esta pierna se comiera, y que se comiera con fines nutricionales, y no para un ritual".

El fósil analizado no se ha podido atribuir a una especie concreta con total seguridad. Puede que fuera de un Homo habilis, un homínido capaz de fabricar herramientas; un antec, el primer homínido con un cuerpo muy parecido al nuestro y que hace dos millones de años salió de África y pobló Eurasia. Los restos también podrían ser de un paranthropus, un homínido más primitivo característico por sus potentes mandíbulas.

También resulta imposible saber si el canibalismo sucedió entre dos miembros de la misma especie y sería, por tanto, un caso propiamente de canibalismo, o por homínidos distintos, lo que lo convertiría en un caso de caza o carroñeo. A pesar de estas incertidumbres, los científicos creen que lo más plausible es que se trate de canibalismo; el más antiguo del que hay constancia. En el estudio, los especialistas argumentan que es muy poco probable que las marcas se pudieran haber hecho después del hallazgo, por ejemplo al manipularlo en el museo, pues las hendiduras mostrarían un color distinto.

Nueve marcas identificadas como marcas de corte (números de marca 1–4 y 7–11) y dos identificadas como marcas de dientes (números de marca 5 y 6) en base a la comparación con 898 modificaciones conocidas de la superficie ósea mediante un análisis discriminante cuadrático de las mediciones micromorfológicas recopiladas en el estudio. Escala = 1 cm.

Hasta ahora, el caso más antiguo de homínidos comiéndose a otros de su misma especie es el de 10 individuos, la mayoría niños y adolescentes, que fueron asesinados, descuartizados, descarnados y devorados por sus congéneres hace unos 900.000 años en la sierra de Atapuerca, en Burgos. En este caso las pruebas de canibalismo son mucho más claras, explica Palmira Saladié (derecha), del Instituto de Catalán de Paleoecología Humana. “Los huesos muestran muchas marcas de corte así como roturas de los huesos largos para consumir la médula y el cráneo para llegar al cerebro”, detalla.

Los investigadores de este yacimiento creen que estos infanticidios son el resultado de la guerra entre grupos opuestos que se disputaban la caza y los recursos de la rica sierra burgalesa. Se atacaba a los individuos más débiles, los mataban y se los comían, pero no por hambre, pues en el yacimiento, junto a los fósiles humanos, se encontraron también huesos de animales. Para los paleoantropólogos esta es la diferencia entre el canibalismo “dietético”, por hambre, y el “ritual o de guerra”, explica Saladié. “Estos comportamientos son muy parecidos a los que se observan actualmente entre grupos opuestos de chimpancés”, añade. Los investigadores de EE UU creen que en el caso del fósil vuelto a analizar de Kenia el canibalismo fue solo por alimentación.

A lo largo de la evolución humana, el canibalismo fue sucediendo de forma puntual y diversificándose. Existe por ejemplo un canibalismo por estima, cuando los miembros de un clan devoran los restos de un ser querido para que no se pudran y como gesto de respeto. También existe la vertiente opuesta, cuando se devora al enemigo para infringirle una humillación total: transformarle en heces. En Atapuerca se han hallado abundantes rastros de un ritual común antes y después de la revolución neolítica, hace unos 8.000 años, en el que el cráneo humano se usaba como una copa.

Modelo 3D de las marcas 7 y 8 identificadas como marcas de corte por el modelo discriminante cuadrático.

Para la paleoantropóloga, los hallazgos de Kenia son probablemente genuinos y representan un caso de canibalismo, aunque para demostrarlo serán necesarios más restos. “Siempre nos pareció raro que no hubiese signos de canibalismo entre los homínidos de África, cuando hay tantas evidencias posteriores, desde el 'Homo antecessor' de Atapuerca hasta los 'Homo sapiens' pasando por los neandertales”, señala. “Resulta difícil probar que es canibalismo con un solo hueso, pero es lo más probable”, añade Saladié.

El hueso de Kenia tiene unas segundas marcas que hacen su historia más interesante: tiene mordeduras de un felino. “Las marcas de mordeduras sugieren un acceso inicial por un león que consumió la masa muscular principal y los homínidos posteriormente carroñearon los pequeños restos de carne que quedaban en el extremo de la tibia, pero no la fracturaron para consumir la médula; es fascinante” resalta Antonio Rodríguez-Hidalgo (izquierda), investigador en Atapuerca.

Un primer plano de la marca 5 y el modelo tridimensional procesado en comparación con una marca de diente de león moderna.

El fósil presenta un enigma más. El hueso lo encontró en 1970 la célebre paleoantropóloga Mary Leaky en el yacimiento de Koobi Fora. Tres años después, su colega estadounidense Anna Behrensmeyer analizó el hueso. “Me intriga cómo Behrensmeyer interpretó estas marcas cuando analizó el resto en 1973, ya que es una de las principales figuras de la tafonomía [la parte de la paleontología que estudia los procesos de fosilización] a nivel mundial”, señala Rodríguez-Hidalgo. “Aunque describió todas las modificaciones que vemos en las fotografías, no identificó estas pequeñas marcas transversales que ahora se reclaman como cortes intencionados para consumir la carne”, explica el paleoantropólogo.

El caso de Kenia se suma a otros dos restos humanos más recientes hallados en África y que presentan rastros no concluyentes de canibalismo: los cráneos de Bodo (Etiopía) y Sterkfontein (Suráfrica). Pero para Hernández en ninguno de los casos hay aún pruebas concluyentes. “Este caso no es incontestable, pero creo que en algún momento saldrán más restos, ya que el canibalismo parece consustancial a la evolución humana, y, al fin y al cabo, los yacimientos más antiguos están en África. De momento, Atapuerca sigue siendo la evidencia sólida de canibalismo más antiguo en la historia humana”, concluye.

Fuentes: elpais.com | abc.es | 26 de junio de 2023

Un estudio sugiere que la guerra fue responsable de los ciclos de auge y caída de las sociedades neolíticas

Pintura rupestre del Holoceno Medio que representa un conflicto violento entre arqueros en la Cueva del Roure, Castellón, España. Crédito: Eduardo Hernández Pacheco. Vía Wikimedia Commons

Un nuevo estudio del organismo Complexity Science Hub concluye que la desintegración social y los conflictos violentos desempeñaron un papel crucial en la configuración de la dinámica demográfica de las primeras sociedades agrícolas en la Europa neolítica.

El científico especializado en asuntos complejos, Peter Turchin, y su equipo en CSH, han trabajado trabajado como parte de una colaboración internacional e interdisciplinaria para aportar una interpretación significativa a un rompecabezas de larga duración en arqueología.

Los historiadores han tratado durante mucho tiempo de comprender por qué las poblaciones de agricultores del Neolítico atravesaron ciclos de auge y caída, incluidos los "colapsos", es decir, cuando se abandonaron regiones enteras. Según una explicación común, las fluctuaciones climáticas suelen ser el principal impulsor, pero las pruebas empíricas no respaldan completamente esta afirmación. En un nuevo artículo, publicado en el último número de Scientific Reports, Turchin y su equipo parecen haber encontrado nueva información.

"Nuestro estudio muestra que los brotes periódicos de guerra, y no las fluctuaciones climáticas, pueden explicar los patrones de auge y caída observados en los datos", argumenta Turchin (izquierda), líder de proyecto en Complexity Science Hub (CSH).

El equipo probó las dos teorías rivales que intentaban explicar estas dinámicas (cambio climático y conflicto social) en simulaciones por computadora y comparó los resultados con los datos históricos.

"Esta es la primera vez que se aplica un modelo basado en agentes a esta escala para este período de la historia, antes de la formación del Estado y antes de la constitución de un Imperio. El modelo cubre la mayor parte del continente europeo y funciona con unidades pequeñas, tales como aldeas independientes. Las simulaciones anteriores para este período se realizaron dividiendo el área en algunas regiones grandes, pero queríamos examinar las interacciones a nivel de aldea”, explica el científico del CSH Dániel Kondor (derecha), quien es el primer autor del estudio.

Cambio de corazón

Turchin ha estado aplicando modelos matemáticos de integración y desintegración social para analizar el auge y la caída de sociedades complejas, como los imperios agrarios en la Historia o los estados-nación modernos. Admite que no estaba convencido de que esas ideas también se pudieran aplicar a la Prehistoria, como el periodo Neolítico europeo, donde la mayoría de las veces la gente vivía en comunidades agrícolas a pequeña escala sin profundas desigualdades sociales y una organización política limitada a los asentamientos locales.

"Confieso que hasta hace poco pensaba que tales sociedades eran bastante resistentes y no susceptibles a la desintegración social y el colapso. No hay un Estado o nobles contra los que rebelarse y, en cualquier caso, ¿Qué hay para 'colapsar'?", dice Turchin.

Sin embargo, Turchin comenta que ahora tiene una opinión diferente. Evidencias crecientes sugieren que las sociedades de agricultores neolíticos "simples" también colapsaron. "De hecho, tales casos son mucho más profundos que el colapso social y político de sociedades más recientes, porque la arqueología indica que regiones sustanciales quedaron despobladas".

Representaciones arqueológicas de la dinámica demográfica en Europa occidental y central durante el Holoceno medio. (a) Recuentos de asentamientos asociados con la cultura Pfyn. (b) El número de sitios ocupados en el centro de Alemania (Hesse). (c) Densidad de población estimada en la región del bajo Rin. Reconstrucción de la densidad de población en el centro-norte de Suiza. Las líneas discontinuas en los paneles (c) y (d) representan el rango de incertidumbre dado por los autores en las publicaciones originales. Crédito: Informes científicos (2023).

Simulaciones por computadora

En el estudio, los investigadores se centraron en el período que va desde la primera evidencia de la agricultura en Europa hasta el comienzo de la Edad del Bronce, entre el 7000 a.C. y el 3000 a.C. La simulación comienza con cada pequeña unidad del mapa vacía u ocupada por un pueblo de granjeros independientes.Posteriormente combina dos componentes: a) cambio de población en cada unidad basado en la variabilidad climática durante el período de tiempo considerado; b) interacciones que incluyen poblaciones en cada unidad que se dividen, migran o entran en conflicto entre sí.

Los patrones creados por las simulaciones por computadora se comparan luego con datos del mundo real. El equipo utilizó una base de datos de dataciones mediante radiocarbono. "Los datos arqueológicos sobre asentamientos y las dataciones por carbono-14 indican ciclos de auge y caída. Dado que los datos de los asentamientos se limitan a unas pocas regiones y períodos, confiamos en los datos de carbono-14 en las predicciones de nuestro modelo", explica Kondor.

Según los hallazgos del estudio, la variación climática no es capaz de explicar la dinámica de auge y caída durante el período de tiempo considerado. En contraste, las simulaciones que tomaron en cuenta el conflicto social produjeron patrones similares a los observados en las dataciones mediante radiocarbono.

"Por supuesto, no podemos probar que este sea el único mecanismo detrás de la disminución de la población durante el período de tiempo considerado. Podría haber otros mecanismos, pero demostramos que los ciclos de población que producen conflictos internos son consistentes con los datos del mundo real". argumenta Kondor.

En el gráfico superior, las poblaciones simuladas bajo variaciones climáticas y sin conflicto entre grupos (en rojo) se comparan con las distribuciones de población de los datos de radiocarbono observados (en gris). No hay coincidencia entre los dos parámetros analizados. El gráfico inferior muestra poblaciones simuladas bajo conflicto intergrupal y variación climática (en rojo), en comparación con la distribución de la población a partir de datos de radiocarbono observados (en gris). Aquí sí hay una buena coincidencia entre los dos parámetros.

Tiempos intensos

El estudio supone un panorama social complejo en el período de tiempo estimado. Tal noción es consistente con los resultados de una intensa investigación arqueológica llevada a cabo en Europa durante el siglo pasado. "Dicho período temporal fue mucho más dinámico de lo que los no especialistas podrían pensar", agrega Kondor.

"Dado que no vemos una organización política consistente a gran escala durante ese tiempo, sería fácil imaginar que las cosas fueron estáticas, de modo que las personas se asentaron en una aldea y vivieron allí durante tres o cuatro mil años sin que sucediera gran cosa en ese transcurso. Pero eso no parece ser el caso. Lamentablemente, esto también significa que ese período de tiempo considerado fue más violento de lo que se pensaba anteriormente".

"Muchos estudios de casos al respecto han demostrado que las primeras sociedades agrícolas experimentaron dinámicas cíclicas sociopolíticas desde la integración hasta la desintegración. Estos ciclos sociales corren más o menos paralelos a los ciclos de población, con considerables brotes de conflictos violentos durante los períodos de desintegración", explica el arqueólogo Detlef Gronenborn (izquierda) del Centro Leibniz de Arqueología en Mainz, Alemania, y uno de los coautores del estudio.

“Con este estudio suprarregional, pudimos demostrar que lo anteriormente expuesto se puede aplicar a una región mucho más amplia y a un período de tiempo mucho más largo. La desintegración y la guerra parecen ser un patrón general de comportamiento”, evalúa Gronenborn.

"Además, el estudio indica que los humanos y sus interacciones, ya sean amistosas o violentas, forman un sistema complejo, independientemente de su organización política o económica. No importa si no quieres organizarte en un Estado, todavía estás afectados por tus vecinos y tus vecinos también", añade Kondor.

Fuente: Complexity Science Hub | 19 de junio de 2023

Descubren grabados realizados por neandertales en una cueva francesa hace más de 57.000 años

Ejemplos de los grabados hechos por neandertales en La Roche-Cotard. El 'panel circular' (calcos en forma de ojiva) a la izquierda, y el 'panel ondulado' (dos calcos contiguos formando líneas sinuosas) a la derecha. Foto: Jean-Claude Marquet

En la cueva de Gorham, en Gibraltar, un individuo neandertal, o un grupo de ellos, grabaron hace más de 40.000 años trece profundas rayas entrecruzadas sobre una sección elevada del suelo de piedra, configurando una tosca retícula que ha sido bautizada como el hashtag. Los experimentos para averiguar su finalidad indican que se necesitaron entre doscientas y trescientas incisiones efectuadas en una secuencia determinada. Es decir, parece que fue un conjunto ordenado, una pequeña prueba de que esta especie habría desarrollado un cierto pensamiento simbólico.

Este es un debate candente entre los investigadores. Sin abandonar la península ibérica, en los últimos años se han documentado más hallazgos que conducen hacia una respuesta afirmativa. En la cueva de Los Aviones (Cartagena), en niveles relacionados con la presencia de neandertales, han parecido conchas de ostras decoradas con pigmentos (derecha); en la cueva de Ardales (Málaga) se han hallado algunas de las muestras de arte no figurativo más antiguas de la historia, datadas hace 65.500 años, muy tempranas para la mano del Homo sapiens; y en otros yacimientos como la cueva de La Pasiega (Cantabria) o en la cueva de Maltravieso (Cáceres) también hay vestigios de pinturas parietales de más de 54.000 años de antigüedad.

Pero existe un sitio en Francia que proporciona otra evidencia, y parece que más clara, de que los neandertales dejaban marcas en las paredes y las pintaban. La cueva de La Roche-Cotard, cerca del pueblo de Langeais, próximo a Tours, se descubrió en 1846 por unos trabajadores ferroviarios que excavaban un paredón rocoso. Su interior fue excavado en 1912 y solo se encontraron utensilios líticos del Paleolítico medio —artefactos musterienses, atribuidos exclusivamente a los neandertales en Europa occidental— y fauna datada entre hace 50.000 y 40.000 años, aproximadamente en el momento en que la cavidad quedó sellada por el depósito de sedimentos.

A y B. Ubicación geográfica y geológica de La Roche-Cotard. C. Mapa de los principales yacimientos musterienses del centro-oeste de Francia.

El estudio del yacimiento, dividido en cuatro grandes espacios, lo retomó un equipo de investigadores galos en 2008, y, desde entonces, se han descubierto pequeñas manchas de pigmento rojo en las paredes y huellas de dedos en depósitos limosos. Estas últimas marcas antrópicas, identificadas en ocho paneles que se encuentran en la llamada cámara del pilar, son los grabados más antiguos hechos por un neandertal, según un estudio científico publicado este miércoles en la revista PLoS ONE.

"Quince años después de la reanudación de las excavaciones en el yacimiento de La Roche-Cotard, los grabados han sido datados en hace más de 57.000 años y, gracias a la estratigrafía, probablemente tienen unos 75.000 años de antigüedad, lo que convierte a este sitio en la cueva decorada más antigua de Francia, si no de Europa", destacan los investigadores, liderados por Jean-Claude Marquet, de la Universidad de Tours.

Las marcas no figurativas —líneas, puntos, paneles circulares o triángulos— halladas en la cavidad, ubicada en la región del Centro-Valle del Loira, son para el equipo galo "ejemplos inequívocos de diseño abstracto realizado por neandertales, los vestigios de una actividad intencional y meticulosa". Se trata, en concreto, de huellas de dedos (finger-flutings, según el término en inglés) que solo pudieron ser concebidas por la mano humana. El estudio científico proporciona una descripción detallada de los trazos, demuestra su origen antrópico y que fueron realizados por los primos lejanos de los humanos modernos (Homo neanderthalensis).

Los investigadores Trine Freiesleben y Jean-Claude Marquet, analizando los grabados. Kristina Thomsen.

"Estas marcas fueron producidas de forma meticulosa en superficies escogidas y a menudo aprovechando la forma de los muros de la cueva", destacan los autores, que también han creado modelos en 3D de los grabados para compararlos con otras marcas humanas conocidas y con los resultados de un experimento realizado por el equipo. "Las creaciones gráficas identificadas en las paredes de La Roche-Cotard demuestran un proceso creativo deliberado, visible en la disposición espacial de las marcas grabadas en las paredes de la cueva", añaden.

Panel Lineal. Los límites de las estrías de los dedos se muestran en negro. Cuando los bordes están bien cortados, la línea es más gruesa. Cuando la línea no es claramente legible, está discontinua. Las huellas de animales están en azul. Esta leyenda también se aplica a todos los demás paneles.

Panel ondulado. El estudio del detalle (O. Spaey y G. Alain) da la numeración de las huellas. Las flechas indican la dirección del paso del dedo.

"Sabemos que enterraban a sus muertos, hemos descubierto producciones de ornamentos, grabados sobre objetos y ahora en las paredes. También frecuentaron las cuevas hace más de 170.000 años en Bruniquel, en la Dordoña francesa, donde desarrollaron estructuras que todavía hoy son objeto de investigación (un par de círculos formados con estalactitas donde podrían haberse practicado ritos)", dice el investigador. "Es una gama de prácticas que van más allá de las necesidades de subsistencia y que dan testimonio de algunas de las facetas del universo espiritual de los neandertales".

“Probablemente, haya otras huellas neandertales en cuevas conocidas por sus obras del Paleolítico superior, y quizá no sepamos atribuirlas a los neandertales porque necesitaríamos una manera de datarlas”. Menciona, por ejemplo, la cueva de Pech Merle, en el departamento francés de Lot, “donde hay trazados dactilares muy largos que se han denominado espaguetis y que parecen tener un color ligeramente diferente al de los trazos del Paleolítico superior, pero ¿cómo demostrar que esta diferencia de color corresponde a una diferencia de antigüedad?”

Panel circular. El estudio del detalle (O. Spaey y G. Alain) da la numeración de las huellas. Las flechas indican la dirección de los trazos. La alteración de la parte central inferior es muy fuerte. La imagen que encabeza el post muestra el panel ondulado y el panel circular juntos.

Panel triangular. El estudio del detalle (M. Calligaro) da la numeración de las huellas. La zona verde corresponde a la superficie de rotura de un cilindro natural de pedernal en su lugar natural.

Panel punteado. El estudio del detalle (O. Spaey y G. Alain) da la numeración de las huellas. Las marcas de animales están en azul. Las huellas 13 a 15 y 27 a 35 son huellas antrópicas modernas realizadas con herramienta de metal.

Según ha desvelado la datación mediante la técnica de luminiscencia ópticamente estimulada, la cueva quedó sellada hace unos 57.000 años, varios milenios antes de que el Homo sapiens se extendiese por la región. Esta evidencia, sumada a la presencia exclusiva de herramientas de piedra musterienses, empujan a los investigadores a concluir que las huellas de dedos debieron haber sido realizadas por los neandertales.

No obstante, existe una gran incógnita que no ha podido ser resuelta: la finalidad de los símbolos no figurativos. ¿Por qué un grupo de neandertales decidió imprimir sus dedos en la pared de esta cueva francesa? Si bien tienen una antigüedad similar a otros ejemplos de arte rupestre relacionados con la actividad de los humanos modernos en otros rincones del mundo y "son claramente intencionales", los investigadores reconocen que "no es posible determinar si representan pensamiento simbólico".

"Son muy difíciles de descifrar porque los dibujos no son figurativos, y, aunque lo fueran, para algunos prehistoriadores, los dibujos del Paleolítico superior tienen un significado que nunca conoceremos, como decía Michel Lorblanchet, concluye Marquet.

En cualquier caso, se trata de otra prueba más de que el comportamiento y las actividades de los neandertales eran tan complejos y diversos como los de nuestros primeros antepasados.

Fuentes: elespanol.com | eldiario.es | 21 de junio de 2023

Descubren cerca de Tiel (Holanda) un recinto religioso, de hace 4.000 años, al que denominan 'El Stonehenge de los Países Bajos'

Arqueólogos holandeses han anunciado el hallazgo de un enclave religioso, de hace unos 4.000 años de antigüedad, al que denominan "El Stonehenge de los Países Bajos", el cual incluye un túmulo funerario que servía como calendario solar.

El túmulo, que contenía los restos de unos 60 hombres, mujeres y niños, tenía varios aberturas por las que entra el sol directamente en los días más largos y más cortos del año.

"¡Qué espectacular descubrimiento arqueológico! Los arqueólogos han encontrado un santuario religioso de 4.000 años de antigüedad en un sitio industrial", dijo la ciudad de Tiel en su página de Facebook. "Esta es la primera vez que se descubre un lugar como este en los Países Bajos", agregó en un comunicado.

Las excavaciones alrededor del llamado "santuario al aire libre" comenzaron en 2017 en el pequeño pueblo a unos 50 kilómetros al sureste de Utrecht, y los resultados se hicieron públicos el miércoles.

Al estudiar una diferencia en la composición y el color de la arcilla, los científicos ubicaron tres túmulos en las excavaciones, a pocos kilómetros de las orillas del río Waal.

El montículo principal tiene unos 20 metros de diámetro con sus aberturas alineadas para que entren los rayos del sol y servir como calendario solar.

"La gente usó este calendario para determinar momentos importantes, incluidos los días festivos y de cosecha", dijeron los arqueólogos.

"Este túmulo colina recuerda a Stonehenge, el conocido y misterioso monumento prehistórico de Gran Bretaña, donde también ocurre este fenómeno", agregó NOS, la emisora ​​​​nacional holandesa.

Los científicos también descubrieron otros dos montículos más pequeños. Los tres túmulos hallados se utilizaron como lugares de enterramiento durante unos 800 años, adujeron los arqueólogos.

Cuenta de Mesopotamia

Al mismo tiempo hicieron otro descubrimiento fascinante: una sola cuenta de vidrio dentro de una tumba, la cual, después del análisis, se demostró que era originaria de Mesopotamia, el actual Irak.

"Esta cuenta viajó una distancia de unos 5.000 kilómetros, hace cuatro milenios", dijo el investigador principal Cristian van der Linde.

La cuenta de vidrio hallada proviene de la zona entre el Tigris y el Éufrates. La fotografiada muestra dos ángulos diferentes de la misma. SERVAAS NEYENS

"El vidrio no se fabricaba aquí, por lo que la cuenta debe haber sido un artículo espectacular para la gente, dado que en aquel entonces era un material desconocido", agregó Stijn Arnoldussen, profesor de la Universidad de Groningen. Esta cuenta mesopotámica pudo haber existido durante mucho tiempo antes de terminar finalmente en el área alrededor de Tiel, llamada Betuwe en holandés.

"Ya se estaban intercambiando cosas en aquellos tiempos. La cuenta pudo haber estado sobre la Tierra durante cientos de años antes de llegar a Tiel, pero, por supuesto, no tuvo por qué ser así, exactamente", dijo Arnoldussen.

Fuentes: phys.org | nationalgeographic.nl | 21 de junio de 2023