Un análisis de ADN antiguo revela la evidencia más temprana de la última migración humana masiva a Europa Occidental

El asentamiento de la Edad del Cobre de Pietrele, cerca del río Danubio en la actual Rumanía. © Konstantin Scheele, Instituto Arqueológico Alemán, Departamento de Eurasia; publicado en Penske et al. 2023

Los pastores nómadas de animales de la estepa euroasiática se mezclaron con los agricultores de la Edad del Cobre en el sureste de Europa siglos antes de lo que se pensaba.

En un nuevo estudio publicado en Nature, hemos utilizado ADN antiguo para obtener nuevos conocimientos sobre la difusión de la cultura, las tecnologías y la ascendencia genética en un momento crucial de la historia europea.

El registro arqueológico de la humanidad revela grandes cambios en las prácticas y tecnologías culturales. Sin embargo, no siempre está claro cómo estos cambios se movieron entre los diferentes grupos de personas. Puede ocurrir bien sea por una difusión de ideas (como, por ejemplo, a través del comercio) o bien por la migración de personas.

En Europa, ha habido dos grandes migraciones en los últimos 10.000 años.

Primero, hubo una expansión de los primeros grupos agrícolas de Anatolia hace unos 9.000 años. Esto estuvo asociado con la introducción de prácticas agrícolas y ganaderas, un estilo de vida más sedentario (vivienda permanente), el amplio uso de la cerámica y nuevos tipos de herramientas de piedra pulida.

En segundo lugar, la expansión de los pastores procedentes de las estepas pónticas euroasiáticas hace unos 5.000 años. Esto está asociado con la difusión del pastoreo y las tecnologías lecheras, un tipo diferente de ascendencia y posiblemente algunas de las lenguas indoeuropeas.

En nuestra nueva investigación, hemos estudiado la interacción entre los grupos agrícolas y pastores de la estepa desde un nuevo ángulo, mediante el análisis de los genomas de 135 individuos del sureste de Europa y la región noroccidental del Mar Negro que vivieron hace entre 7.000 y 4.000 años.


Descubrimos cambios genéticos significativos previamente desconocidos en las personas que vivieron en estas regiones. También encontramos la presencia de ascendencia esteparia en la zona de contacto en la región noroccidental del Mar Negro hace unos 5.500 años, unos 500 años antes de lo que se suponía anteriormente.

Un entierro en urna característico de un niño de la Edad del Bronce temprano situado en Yunatsite, Bulgaria. A diferencia de las personas con ascendencia esteparia, que fueron enterradas en túmulos funerarios, las personas con ascendencia genética similar a los agricultores de la Edad del Cobre tenían diferentes ritos funerarios. Kamen Boyadziev; publicado en Penske et al. 2023.

La Edad del Cobre en el sureste de Europa

El sudeste de Europa desempeñó un papel importante en la expansión de la agricultura en Europa después de que los primeros agricultores de Anatolia llegaran hace unos 9.000 u 8.000 años. Aproximadamente 1.000 años después, el fácil acceso al cobre, el oro y la sal condujo al desarrollo de muchos asentamientos florecientes en partes de las actuales Bulgaria y Rumania.

Los asentamientos en el Mar Negro y los principales ríos, como el Danubio, prosperaron a través del contacto y el comercio con las áreas circundantes. La similitud en la cultura material visible en el registro arqueológico en una región más amplia indica un período de estabilidad social y política de aproximadamente 500 años, hace entre 6.200 y 6.700 años.

Noventa y cinco de los genomas antiguos que analizamos eran de este período y región, y esta similitud y estabilidad cultural se refleja en la ausencia de diferencias genéticas importantes.

El área alrededor de Odesa era un 'crisol' de culturas y ancestros. Modificado de Penske et al. (2023), proporcionado por el autor.

Una nueva era y un crisol de interacción humana

Después de este período de estabilidad, muchos asentamientos de la Edad del Cobre fueron abandonados abruptamente hace unos 6.000 años. Durante casi los siguientes 1.000 años, tan pocas personas vivieron en el sureste de Europa que a menudo se hace referencia al período como "el milenio oscuro". La razón de esto no se entiende completamente, pero es probable que se deba al agotamiento de los recursos debido a las condiciones climáticas desfavorables.

En cambio, surgieron grandes asentamientos de varios miles de casas más al norte, en zonas de lo que ahora son Moldavia y Ucrania. Ubicados en el extremo occidental de la zona de estepa forestal, estos mega-enclaves estaban asociados con la cultura Cucuteni-Trypillia.

Aquí, durante un período llamado Eneolítico que abarca desde hace 5.200 a 6.500 años, la región alrededor de la actual Odesa se convirtió en un "crisol" de interacción humana. Numerosas influencias culturales aparecen en el registro arqueológico, incluidas las culturas menguantes de la Edad del Cobre y la cultura Cucuteni-Trypillia.

Curiosamente, el estilo resultante de la cerámica y otros artefactos en los mega-enclaves mostró influencias de dos grupos adicionales. Primero, de grupos cercanos que podrían rastrearse hasta la región esteparia al este de Odesa. En segundo lugar, de la lejana cultura Maykop del norte del Cáucaso, una cadena montañosa al este del Mar Negro.

Los grupos esteparios practicaban una forma de vida diferente, denominada pastoreo nómada. Donde los granjeros vivían y trabajaban en el mismo terreno, los pastores nómadas seguían moviéndose para encontrar pastos frescos para sus grandes rebaños de animales.

Además de este estilo de vida tan diferente, también tenían un perfil genético distinto llamado "ascendencia esteparia".

Joyas, armas, herramientas y cerámica características del crisol de culturas de la actual Odesa. La cerámica combina aspectos de numerosas culturas de la zona. I. Manzura (2020), "Historia tallada por la daga: la sociedad de la cultura Usatovo en el cuarto milenio antes de Cristo".

Un descubrimiento sorprendente

Al analizar los genomas de 18 individuos antiguos de la región de Odesa de este período, pudimos ver evidencia genética de las muchas influencias culturales observadas por los arqueólogos.

Además de la ascendencia de la Edad del Cobre observada anteriormente, detectamos nuevas contribuciones genéticas de individuos de las regiones de estepa forestal y el norte del Cáucaso. Esta nueva ascendencia y su aparición en Europa occidental se asociaron únicamente con la expansión de un grupo posterior conocido como cultura Yamnaya.

Esta fue una gran sorpresa. No esperábamos ver signos de esta ascendencia hasta al menos 500 años después, cuando llegaron los Yamnaya.

Estos hallazgos muestran que no solo hubo un intercambio cultural entre los diferentes grupos. También debió haber habido interacciones biológicas de muchas personas genéticamente distintas que se unieron en esta zona de contacto hace entre 6.500 y 5.400 años.

Debido a este “crisol”, el Eneolítico se caracterizó por una serie de innovaciones. Tecnologías como las ruedas, el transporte de vagones y la mejora de la metalurgia se extendieron rápidamente por Europa occidental y Asia central.

Mapa que representa las dos hipótesis principales de la expansión de las lenguas indoeuropeas (flechas blancas)

Un mosaico de abolengos

También analizamos 21 individuos de la Edad del Bronce Temprano, hace aproximadamente 5.300-4.000 años. En ocho de estos individuos observamos la esperada expansión hacia el oeste de los pastores esteparios, esta vez asociados con la cultura Yamnaya.

Esta migración final trajo consigo la última parte del acervo genético moderno de Europa occidental, que probablemente surgió del período anterior de contacto e intercambio que hemos identificado. Sin embargo, los 13 individuos restantes conservaron la firma genética de la Edad del Cobre anterior. Estos hallazgos indican que hubo una coexistencia de estos pueblos genéticamente distintos.

Nuestro estudio de los datos genéticos a lo largo del tiempo revela una imagen muy dinámica de la prehistoria humana en el sureste de Europa. A medida que se disponga de más datos de ADN antiguo, también lo estarán más capítulos de esta historia.

Autores:

  1. Mathematics Lecturer and Ancient DNA Researcher, University of Adelaide

  2. PhD Student, Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology

Fuente: theconversation | 19 de julio de 2023

Los humanos antiguos cazaban animales lanzando un palo como un bumerán

Palo arrojadizo de madera hallado en Schöningen, Alemania

Un arma de caza de 300.000 años de antigüedad ha arrojado una nueva luz sobre los primeros humanos como maestros en la elaboración de armas de madera, según un nuevo estudio.

Un análisis de última generación sobre un palo arrojadizo de madera de dos puntas, encontrado en Schöningen, Alemania, hace tres décadas, muestra que fue raspado, lijado y conformado antes de ser utilizado para matar animales. La investigación indica que las técnicas para trabajar la madera de los primeros humanos estaban más desarrolladas y sofisticadas de lo que se creía anteriormente.

Los hallazgos, publicados hoy en PLOS ONE, también sugieren que la creación de armas ligeras puede haber permitido la caza en grupo de animales medianos y pequeños. El uso de palos arrojadizos como ayuda para la captura de los mismos podría haber involucrado a toda la comunidad, incluidos los niños.

La Dra. Annemieke Milks (izquierda), del Departamento de Arqueología de la Universidad de Reading, dirigió la investigación. Ella dijo: "Los hallazgos de herramientas de madera han revolucionado nuestra comprensión de los comportamientos humanos primitivos. De modo sorprendente, estos primeros humanos han demostrado tener capacidad de planificar, con mucha anticipación, como trabajar las propiedades de la madera, con habilidades tan sofisticadas como las que todavía podemos usar hoy en día".

"Estos palos arrojadizos livianos pueden haber sido más fáciles de lanzar que las lanzas más pesadas, lo que indica que tenían un potencial para que toda la comunidad participara. Tales herramientas podrían haber sido utilizadas por los niños mientras aprendían a lanzar y cazar".

Fotografía de excavación del palo de dos puntas.

El coautor Dirk Leder (derecha), dijo: "Los humanos de Schöningen usaron una rama de abeto para hacer esta herramienta aerodinámica y ergonómica. Su diseño involucró varios pasos, incluido cortar y quitar la corteza, tallarla en una forma aerodinámica, raspar la superficie, acondicionar la madera para evitar que se agrietara y deformara, y, finalmente, lijarla para que fuera más fácil de manipular".

Arma de alto impacto

Encontrado en 1994, el palo tiene 77 cm de largo y es una de las varias herramientas diferentes descubiertas en Schöningen, entre las que se incluyen lanzas arrojadizas, lanzas punzantes y un segundo palo arrojadizo de tamaño similar.

Foto: Dos lanzas encontradas encontradas en Schöningen, Alemania (se muestra cada una en dos perspectivas diferentes).

El palo arrojadizo de doble punta, analizado con un nivel de detalle excepcionalmente alto para este nuevo estudio, probablemente fue utilizado por los primeros humanos para cazar animales de tamaño mediano como el corzo, y posiblemente presas pequeñas y rápidas, incluidas la liebre y las aves que, por lo demás, eran difíciles de atrapar.

Los palos arrojadizos habrían sido lanzados de forma rotativa, similar a un bumerán, en lugar de por encima de la cabeza como una jabalina moderna y pueden haber permitido a los primeros humanos lanzarlos hasta 30 metros. Aunque son livianos, las altas velocidades a las que se pueden lanzar tales armas podrían provocar impactos mortales de alta energía.

Ilustración de humanos antiguos cazando animales con un palo arrojadizo. Benoît Clarys, Universität Tübingen

La superficie fina, las puntas cuidadosamente formadas y el pulido para su manejo, sugieren que se trata de una pieza de equipo personal que se usaba repetidamente, en lugar de ser una herramienta hecha rápidamente y que se descartó por descuido.

El investigador principal, Thomas Terberger (izquierda), de la Universidad de Göttingen, dijo: "El análisis sistemático de los hallazgos de madera en el yacimiento de Schöningen, financiado por la Fundación Alemana de Investigación, nos proporciona nuevos conocimientos valiosos, y pronto se podrá esperar más información interesante sobre estas primeras armas de madera".

El palo hallado y bien conservado se exhibe ahora en el Forschungsmuseum de Schöningen.

Fuentes: phys.org | newscientist.com | 19 de julio de 2023

La última campaña de excavaciones en Atapuerca descubre nuevos restos de 'Homo antecessor' después de casi 30 años

Los codirectores de Atapuerca presentan los hallazgos de la campaña de 2023 y auguran un "festival arqueológico y paleontológico" a partir de 2024. - Foto: Alberto Rodrigo.

Los codirectores de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga, prevén un "festival de fósiles humanos" a partir de 2024 en el nivel TD6 de Gran Dolina, tras el hallazgo de dos restos de Homo antecessor: un fragmento parietal y una falange del pie, que certifica la llegada a este ansiado nivel. "Prometimos que en poco tiempo llegaríamos y este año por fin se ha empezado a tocar TD6", tal y como confirmó Bermúdez de Castro durante la presentación de los resultados de la campaña de excavaciones de este 2023.

Acompañados por el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, los tres codirectores expusieron ante los medios de comunicación los hallazgos más destacados de esta campaña de excavaciones, que se inició el pasado 17 de junio y ha reunido a más de 300 investigadores en los yacimientos de Sima del Elefante, Galería, Gran Dolina, Penal, Cueva Fantasma, todos ellos ubicados en la Trinchera del Ferrocarril; Cueva del Mirador, Portalón; en los yacimientos de Cueva Mayor: Portalón, Sima de los Huesos, Cíclopes y Galería de las Estatuas.

En referencia al yacimiento de Gran Dolina, Bermúdez de Castro explicó que este año se ha excavado en la unidad TD7, con una antigüedad de 800.000 años, y tras elevar este nivel, aparece el techo de la esperada unidad TD6. "Está preparado para que en 2024 podamos volver a excavar este nivel", afirmó el codirector, que se mostró convencido de que, "durante los próximos cinco o seis años se recuperarán 300 o 350 restos humanos, mil piezas de restos líticos y cientos de restos de animales procesados. Va a ser un festival arqueológico y paleontológico", añadió.

Detalle del parietal (izquierda) y la falange de pie de Homo antecessor MARÍA D. GUILLÉN / IPHES-CERCA.

En relación al fragmento de parietal hallado esta campaña, Bermúdez explicó que se identificará en los próximos años y "probablemente aparezcan otros que puedan recomponer un cráneo más grande". Explicaron además que, para 2024, treinta años después del descubrimiento de Homo antecessor, se iniciará una "nueva fase de campañas excepcionales".

Con respecto al yacimiento del Penal, los codirectores explicaron que este año han confirmado que estos niveles están "correlacionados" con el paquete TD6, TD5 y TD4 donde apareció Homo antecessor. "A lo mejor algún año pueden aparecer restos de 'Homo antecessor' en este yacimiento", dijo Bermúdez de Castro.

Bermúdez manifestó así su alegría de poder retirarse en la próxima campaña de excavaciones con "todos los yacimientos produciendo cosas increíbles". En este punto, Eudald Carbonell habló sobre el yacimiento de Sima del Elefante, donde el año pasado se recuperaron los restos de la cara del homínido de 1,4 millones de años de antigüedad, denominado 'Pink'. Explicaron así que durante este año se han excavado parte de los sedimentos del nivel TD7 donde se ha recuperado un canto del río de cuarzo tallado, lo que implica que a poca distancia de los restos del homínido se ha localizado una de las herramientas que posiblemente utilizó este individuo o su grupo.

Un primer plano del fósil 'Pink' hallado en la Sima del Elefante (Atapuerca). Ricardo Ordóñez / ICAL.

"Hemos encontrado la caja de herramientas de Pink", celebró Carbonell, que indicó que el próximo año continuarán trabajando en esta zona del yacimiento, y es posible que aparezcan nuevas evidencias de las actividades de los homínidos en la sierra hace más de un millón de años. Asimismo, indicó que en la jornada de ayer apareció una pequeña lasca de sílex, que forman parte de estas herramientas que utilizaron.

A preguntas de los medios acerca de si se ha terminado de excavar en la zona de Sima del Elefante donde apareció 'Pink' o queda por excavar, Carbonell indicó que su "intuición de arqueólogo" le dice que también "podremos acabar encontrando impacto humano más antiguo que Pink. Queda todo por excavar, con gran probabilidad el año que viene es probable que sigamos encontrando restos de Pink, y entraremos en la secuencia principal", auguró.

Con respecto a los yacimientos de Cueva Mayor, Juan Luis Arsuaga explicó que el yacimiento de El Portalón "ha aportado mucha información y conocimiento" y afirmó que, tal y como le aseguró el responsable de este yacimiento, "la campaña de este año ha sido magnífica".

Se ha avanzado en un área de actividad centrada en la realización de decenas de fuegos/hogares para, por ejemplo, el procesado de comida o el tratamiento térmico del sílex a la hora de tallarlo. Además, se han encontrado útiles en hueso como punzones y agujas, algunos elementos de adorno como cuentas de conchas marinas, además de abundantes fragmentos de cerámicas, algunas finamente decoradas y herramientas en piedra como pequeñas láminas de sílex, percutores, molinos, o hachas pulidas.

En esta campaña se ha profundizado la cata de la gran Sala de los Cíclopes donde se habían encontrado restos de oso en años anteriores. La Sala de los Cíclopes está en el camino de la Sima de los Huesos y los osos y humanos tuvieron que atravesarla para llegar a la Sima, donde se acumularon sus cuerpos. En la Sima de los Huesos se excavaron los niveles superiores que contienen solo huesos de osos con el objetivo de preparar la excavación del año 2024 en los niveles con fósiles humanos.

Explicó así que durante esta campaña han encontrado un resto craneal humano, aunque afirmó que "el próximo año encontraremos más con toda seguridad". Estos restos, según afirmó Arsuaga, "servirán para reconstruir cráneos y también los esqueletos de otros restos humanos, que luego se mostrarán en el Museo de la Evolución Humana".

En relación a la Galería de las Estatuas Exterior, los codirectores explicaron que se ha excavado el nivel superior de cierre de la boca de la cueva, que contiene ocupaciones neandertales. Allí se han encontrado numerosas lascas, restos de talla y núcleos de sílex que indican que en ese lugar se confeccionaban utensilios. También han aparecido restos de herbívoros consumidos por los neandertales.

Por su parte, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, puso en valor la importancia de Atapuerca y reiteró el "apoyo incondicional" de la Junta de Castilla y León con el proyecto Atapuerca. "Si estuviese en otro lugar del mundo, Atapuerca no tendría el reconocimiento que hoy tiene. Ostenta el liderazgo de los yacimientos arqueológicos de prehistoria y evolución humana", afirmó. Asimismo, indicó que la Consejería de Cultura es consciente de lo que significa Atapuerca, y por ello, "no alterarán jamás la gestión de un modelo que funciona".

Fuentes: diariodeburgos.es | abc.es | 21 de julio de 2023

Los arqueólogos vuelven al Cerro del Villar, donde Málaga guarda 'el Atapuerca de la cultura fenicia'

Reconstrucción de la vía central de mercado que recorría la isla de norte a sur y que muestra una ciudad ordenada de calles rectas y grandes casas. SUR.

Los arqueólogos regresan al lugar del crimen, a la parcela de 9 hectáreas bajo la que se esconde la superciudad fenicia a partir de la cual creció la Málaga que hoy conocemos. Y lo hacen casi diez meses después de que recogiesen sus bártulos, sus herramientas de trabajo para empezar una labor de análisis de todo lo hallado en un sector que había permanecido baldío, sin explotación alguna durante dos décadas.

El equipo dirigido por el profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Málaga, José Suárez Padilla, volverá al tajo y lo hará para profundizar aún más en el redescubrimiento del punto exacto en el que, según los especialistas, se localiza el kilómetro cero de la capital de la Costa del Sol.

Recreación de la isla fenicia del Cerro del Villar. SUR.

Eso es Cerro del Villar, un solar en apariencia yermo, que pasa desapercibido para los miles de coches que transitan a diario por la autovía, pero que guarda en su interior un tesoro arqueológico de tal valor que algunos hablan del "Atapuerca del mundo fenicio".

La reactivación de las labores de excavación estaba prevista en el marco del proyecto interdisciplinar e internacional liderado por investigadores de la UMA, que cuenta con la subvención directa del Ayuntamiento y la autorización correspondiente de la Junta de Andalucía. Pendientes del desarrollo de esta nueva actuación, lo que parece evidente es que la primera fase fue todo un éxito. No sólo porque se levantó el velo que pesaba sobre este rico yacimiento, sino por los resultados de las excavaciones.

Imagen de cómo pudo ser el Cerro del Villar en sus orígenes.

Imagen de los resultados de la prospección geomagnética.

Los trabajos realizados en septiembre del año pasado dejaron a la vista muros de grandes dimensiones a diferentes alturas y niveles, organizados de forma descendiente, hacia los límites de la isla, en el antiguo delta del Guadalhorce. Elementos que, a juicio de los expertos, evidencian un posible entramado urbano aterrazado.

"No nos esperábamos que las primeras estructuras fenicias estuvieran tan accesibles y superficiales, a sólo 40 o 50 centímetros del nivel del suelo", expuso hace casi un año José Suárez. Bien es cierto que los análisis previos de prospecciones geoarqueológicas, geofísicas y geomagnéticas realizados por la UMA mostraban este yacimiento como uno de los sitios fenicios arcaicos mejor conservados del extremo occidental del Mediterráneo.

Esta labor inicial hacía presumir la aparición de muchas estructuras fenicias. Sin embargo, José Suárez admitía que lo encontrado ha superado las expectativas. "Todo es un descubrimiento", confesaba. Y ello a pesar de que del conjunto apenas ha sido objeto de estudio un espacio de 350 metros cuadrados.

Resultados de la primera fase

Dentro las tareas, los integrantes del equipo, pertenecientes a áreas de conocimiento del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras, han sido recuperadas piezas de cerámica fenicia, griega y etrusca del siglo VI a. C., posibles contenedores de salazones y vino, y se han delimitado los primeros caminos, así como muros de más de medio metro de ancho que podrían identificarse como habitaciones, en las que se ve claramente cómo las partes más altas del asentamiento se comunican con las más bajas.

También se han documentado restos de hace unos 2.700 años, que atestiguan las actividades cotidianas realizadas en este asentamiento. Entre ellos destaca un trozo de ánfora de vino procedente de Oriente Próximo, del siglo VII a. C.; la parte de un horno doméstico para la elaboración de tortas de pan, o enseres relacionados con las prácticas pesqueras, tales como pesas de red de plomo y restos de comida, en concreto moluscos marinos.

Salvo un pequeño punto de los terrenos, en los que fue localizada una pileta romana, todo el Cerro del Villar es terreno esencialmente fenicio. "Tras los fenicios fue una zona que se destinó a la agricultura y se abandonó; eso es lo que nos permite acceder a niveles fenicios muy antiguos como en pocos sitios", explicaba a EL ESPAÑOL de Málaga José Suárez en octubre del año pasado.

Imagen de archivo de los trabajos arqueológicos realizados en el Cerro del Villar.

Sirva de comparativa que los restos fenicios descubiertos durante la construcción del Museo Picasso fueron localizados a unos 5 metros de profundidad. "Y es justamente la cercanía a la superficie lo que hace del Cerro del Villar un yacimiento con una potencialidad excepcional para poder conocer cómo se organizaba un asentamiento fenicio arcaico. Ello nos permite ver cómo se organizan las casas, si hay edificios públicos, si hay espacios productivos como talleres", insistía José Suárez.

Los datos confirman que era una ciudad fenicia en toda regla que pudo dar cabida a más de un millar de personas. "Hablamos de un asentamiento de muchas hectáreas densamente ocupadas; había familias de comerciantes, pero también artesanos y población indígena que se incorpora", describe José Suárez poniendo el acento en que "nos hemos topado con estructuras y restos arqueológicos por todas partes".

Aspecto final del yacimiento, ubicado en el Paraje Natural de la desembocadura del río Guadalhorce.

"Pero más allá de los muros, los arqueólogos han podido perfilar cómo era el día a día de los habitantes, cuáles eran sus actividades cotidianas, qué tipo de leña usaban, qué tradiciones culinarias tenían o cómo hacían las tortas de pan". Una de las conclusiones más atractivas es que "eran fenicios muy malagueños: pescaban y consumían recursos marinos, los cuales tenían mucho peso en su dieta; hemos encontrado pequeñas pesas de plomo que usaban para las redes de pesca".

De hecho, por los hallazgos, puede concluirse también que esta población disfrutaba de auténticas mariscadas. "Hay un vertido con restos de coquinas, de almejas, de búsanos… Nos parecía muy fresco y hablamos de unos 2.700 años de antigüedad", concluye José Suárez.

Fuente: elespanol.com | 20 de julio de 2023

Descubren un colgante del Paleolítico Superior en el yacimiento Aizkoltxo de Mendaro (Guipúzcoa)

Colgante con grabados de 13.000 años e imagen de la cueva de Aizkoltxo.

Un grupo de investigadores e historiadores de la UPV/EHU y de Munibe Arkeologia Taldea, con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid, ha descubierto un adorno-colgante grabado del periodo Magdaleniense (Paleolítico Superior) en el yacimiento de Aizkoltxo, situado en Mendaro (Guipúzcoa).

Los adornos-colgantes eran uno de los ornamentos más utilizados por los cazadores recolectores durante el Magdaleniense, según se indica en el artículo publicado recientemente. El encontrado en Aizkoltxo "está grabado cuidadosamente con representaciones tanto figurativas –una cierva y dos zoomorfos marinos– como no figurativas –aspas y trazos simples– en una lámina de una costilla de un animal" de tamaño medio, que podría ser “un sarrio o un ciervo”.

El hallazgo ha sido datado en el Magdaleniense Final (alrededor del 11.000 antes de Cristo, dentro del Paleolítico Superior), un momento en el que "el lugar fue muy frecuentado a juzgar por la abundancia de industria lítica, ósea y restos faunísticos localizados” en este yacimiento de Mendaro. La importancia de este objeto no radica en su singularidad, sino en las similitudes que presenta con otros en la región cantábrica (Valle y El Pendo) y el sur de Francia (Lortet, La Vache, Arancou y Chaffaud). Esto se debe tanto al soporte –una costilla–, como a la decoración. Los animales marinos apuntan a afinidades en el código simbólico de esta cronología, indicando lazos entre los diferentes grupos que vivieron en Europa occidental entre hace 16.500 y 13.000 años.

En el adorno-colgante se observan al menos dos figuras. Una es “la cierva que se sitúa en el extremo derecho de la pieza y que habría sido el elemento central del conjunto, y que en esa época se solía figurar de manera naturalista, aunque limitada a la cabeza y el cuello”.

Además, "hay otras dos representaciones del mismo animal, ambas de un entorno marino pero de difícil interpretación”. Los investigadores consideran que "podrían ser representaciones de focas o de peces”.

"Se utilizaron recursos técnicos y estilísticos comunes en la época: grabado ancho y profundo combinado con otros tipos de grabado para la ejecución de los detalles, o la manera de grabar el hocico y el ojo de la cierva”, se lee en la publicación al respecto: “Es una pieza tradicional desde el punto de vista del soporte y de su decoración, en la que no se observan correcciones o errores, por lo que probablemente fue elaborada por un grabador o una grabadora con experiencia”.

El estudio ha sido realizado por Blanca Ochoa, Daniel Ruiz González, Erik Arévalo Muñoz, Javier Alberdi Urdalleta, Juan Mari Arruabarrena Astiazaran y José Antonio Mujika Alustiza.

Fuente: noticiasdeguipuzkoa.es | 17 de julio de 2023

Sacan a la luz en La Cabañeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza) el foro romano más antiguo de la península ibérica

Yacimiento romano-republicano de La Cabañeta, en El Burgo de Ebro.Universidad de Zaragoza

Las excavaciones arqueológicas en el importante yacimiento romano-republicano de La Cabañeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza) finalizan esta semana. Se trata de los restos de una ciudad fundada por los romanos en el último tercio del siglo II a.C., cuyo nombre antiguo se desconoce por el momento, y los trabajos han dejado a la luz un enorme foro romano, el más antiguo hallado en la península ibérica, según indican los autores del hallazgo en un comunicado remitido por la Universidad de Zaragoza.

Los trabajos se retomaron este mes de julio, tras casi una década de interrupción, bajo la dirección del investigador del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza, Borja Díaz Ariño, y del arqueólogo Alberto Mayayo Catalán.

Según explican, esta ciudad tuvo una vida efímera, ya que seguramente fue destruida de manera violenta durante las Guerras Sertorianas, en la década de los 70 del siglo I a.C. “Este dramático acontecimiento ha contribuido a convertirla en uno de los yacimientos clave para el conocimiento de la presencia romana en el interior de la península ibérica en la fase inmediatamente posterior a la derrota de los celtíberos en Numancia”, señala Borja Díaz (izquierda).

La excavación de este año se ha ocupado de la parte central del yacimiento, donde se han localizado los restos de una enorme plaza enmarcada por un pórtico doble cubierto con tejas de cuidada factura al que se abren una serie de habitaciones (tabernae), tal vez destinadas a actividades de carácter comercial. “Se trata de un hallazgo de excepcional importancia, no solo por sus dimensiones y complejidad arquitectónica, sino por tratarse de la plaza forense más antigua encontrada en el interior de la península ibérica hasta la fecha, cuyo descubrimiento contribuirá a transformar de manera radical nuestro conocimiento de la fase inicial de difusión de los modelos arquitectónicos romanos en Hispania”, explica Borja Díaz.

Yacimiento romano de La Cabañeta, en El Burgo de Ebro. Universidad de Zaragoza.

Los trabajos sistemáticos en el yacimiento, catalogado como Bien de Interés Cultural, se iniciaron a comienzos de los 2000 gracias al empeño del arqueólogo Antonio Ferreruela Gonzalvo y del profesor de la Universidad de Valladolid José Antonio Mínguez Morales.

Según las mismas fuentes, las distintas campañas de excavación dirigidas por Ferreruela y Mínguez permitieron sacar a la luz los restos de un interesante edificio de almacenes, probablemente utilizado como sede de una asociación de mercaderes itálicos, según se infiere de la inscripción que presidía una de sus habitaciones, así como unos baños públicos acompañados de una gran palestra, que se cuentan entre los conjuntos termales romanos de época republicana mejor conservados de todo el Mediterráneo occidental.

Yacimiento romano de La Cabañeta, en El Burgo de Ebro. Universidad de Zaragoza.

Durante esta semana, el actual equipo de excavación continúa con el trabajo de catalogación, limpieza y estudio de los materiales recuperados, labores que se están realizando gracias a la colaboración de estudiantes del Grado en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, así como de voluntarios de la Asociación de Amigos de La Cabañeta, y han contado con la financiación del Ayuntamiento de El Burgo de Ebro, de la Diputación General de Aragón y del Grupo de Investigación Hiberus, perteneciente al Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH).

Hallan los restos de un altar monumental en el santuario del siglo VI a.C. de Ampurias (Gerona)

Imagen del altar recientemente descubierto en el yacimiento de Empúries, en la provincia de Girona. MAC.

Entre los diversos pueblos de la antigua Grecia que colonizaron el Mediterráneo, uno de los más activos fueron los foceos, procedentes de Focea, en Asia Menor, en la actual Turquía, una ciudad fundada por colonos atenienses. Según el historiador y geógrafo griego Heródoto, "los foceos fueron los primeros de entre los griegos que utilizaron grandes naves, y descubrieron el Adriático, Tirrenia, Iberia y Tartessos".

Y al parecer así fue. Procedentes de la colonia de Massalia (Marsella), fundada por ellos, los griegos foceos se instalaron en la costa de Gerona, concretamente en Ampurias (Empúries), en el año 575 a.C., convirtiendo aquel asentamiento en la colonia occidental más floreciente de toda la península ibérica.

Los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo durante años en este importante yacimiento han demostrado que los foceos no fueron los únicos habitantes del lugar, ya que anteriormente se había establecido allí un poblado indígena que, según revelan los estudios, se remontaría a la Edad del Bronce Final (siglo IX a.C.). A lo largo del siglo VII a.C., aquel floreciente asentamiento estableció una serie de fructíferas relaciones comerciales con griegos, fenicios y etruscos, relaciones que facilitarían notablemente la colonización.

Vista de la excavación del santuario situado en el sector portuario de la ciudad griega. A la derecha, en primer término, los restos del altar. MAC.

Un descubrimiento único en la península ibérica

Las excavaciones arqueológicas que tradicionalmente se han realizado en este yacimiento de la costa catalana han proporcionado valiosa información sobre las relaciones entre las poblaciones autóctonas y los colonos griegos. La última campaña de excavaciones de este verano ha seguido en esta línea y los arqueólogos del Museo de Arqueología de Cataluña-Ampurias (MAC-Empúries), en colaboración con el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid (DAI), han realizado un importante descubrimiento: un altar monumental del siglo VI a.C., el único que se conoce hasta la fecha en la península ibérica, y que podrá ayudar a los investigadores a saber más sobre los rituales que se llevaban a cabo en la colonia griega.

Este tipo de altar, denominado por los antiguos griegos como eschára, se encuentra en buen estado de conservación y estuvo dedicado posiblemente a Deméter, diosa griega de la agricultura y la fertilidad, a la que también se dedicó un santuario en el mismo lugar. Los trabajos arqueológicos han permitido asimismo ampliar y completar los datos que se tenían sobre el templo, que estaba ubicado entre el recinto urbano y el área portuaria de la ciudad.

Trabajos de excavación en torno al altar descubierto.

Ofrendas y ceremonias

Además de cenizas, los arqueólogos también han encontrado junto al altar restos de cerdos, corderos y cabritos muy jóvenes, que habrían sido sacrificados en honor de la diosa para solicitar una buena cosecha. Al mismo tiempo, han aparecido fragmentos de recipientes que contuvieron diversos líquidos y que habrían sido empleados en la liturgia. Ahora solo queda esperar los resultados de los análisis y estudios de los hallazgos para establecer qué tipo de productos podían haber contenido y también para conocer mejor la función del altar.

Los datos arqueológicos confirman que este santuario empezó a utilizarse a finales del siglo VI a.C., de forma paralela a la configuración de la Neápolis (ciudad nueva), y que tras diversas reformas y ampliaciones perduró hasta su abandono, que, según los investigadores, muy posiblemente tuvo lugar a finales del siglo I d.C.

"Ahora hemos cambiado de lugar y excavamos en un área del siglo IV a.C., un poco anterior, en busca de las primeras etapas de Ampurias", ha explicado Pere Castanyer (izquierda), investigador principal del proyecto. Paralelamente a estos trabajos se ha documentado un convento de monjes servitas (Orden de los siervos de María) construido entre los siglos XVII y XVIII sobre las ruinas de la antigua ciudad griega.


Fuentes: nationalgeographic.com.es | elconfidencial.com | 18 de julio de 2023