El origen de esta flecha es un meteorito, y ahora sabemos dónde cayó

Figura a) Descripción general de la punta de flecha de Mörigen. La longitud total es de 39,3 mm. b) Vista lateral de la punta de flecha de Mörigen. La textura en capas es bien visible. Thomas Schüpbach / Journal of Archaeologycal Science.

El Museo de Historia de Berna, en Suiza, expone entre las numerosas reliquias una flecha datada en la Edad del Bronce y fabricada con un material cuyo origen fue un misterio durante cientos de años. El arma fue hallada en unas excavaciones realizadas en el siglo XIX a lo largo del lago Biel, en Mörigen (Suiza), pero no fue hasta 2021 cuando los arqueólogos pudieron confirmar que el metal de la punta pertenecía a los fragmentos de un meteorito.

Encontrar objetos forjados en material meteorítico antes de la Edad del Hierro es poco habitual: hasta ahora, solo se habían detectado 54 en todo el mundo, distribuidos entre Eurasia y África. En Europa central había únicamente dos ejemplos de hallazgos similares: las dos pulseras Czestochowa-Rakowa y el hacha Wietrzno, ambos localizados en Polonia.

Así pues, desde la conclusión extraída hace dos años, los científicos de la Universidad de Berna, en colaboración con expertos del Instituto Paul Scherrer de Suiza, se dedicaron a averiguar de qué meteorito proviene esta pieza en concreto. Y los resultados de la investigación ya han sido publicados en el Journal of Archaeologycal Science.

Secciones tomográficas de rayos X de la punta de flecha de Mörigen. a) muestra cuatro secciones sagitales, b) muestra 10 secciones transversales. Thomas Schüpbach / Journal of Archaeologycal Science.

La respuesta estaba a más de 2.000 kilómetros

Los arqueólogos barajaban diversas opciones con las cuales debían comparar la composición de la flecha. La primera de ellas era el meteorito Twannberg, que habría impactado en la actual Suiza hace 160.000 años, pero, tras someter el mismo a las pruebas de la tecnología de un analizador portátil de fluorescencia de rayos X y a la espectrometría gamma (un proceso que detecta materiales radiactivos emisores de rayos gamma), y comprobar que los materiales no coincidían, esa hipótesis quedó descartada.

Más tarde, los análisis comparativos con los fragmentos del meteorito de Morasko, que dejó cráteres en Póznan, Polonia -a casi 1200 kilómetros de Mörigen-, también quedaron excluidos por contener mayor cantidad de germanio que la punta de la flecha.

Por último, los investigadores tuvieron que ampliar la vista y considerar como una posibilidad el meteorito de Kaalijarv, el cual habría caído sobre la actual Estonia en el 1.500 a.C., a pesar de que Mörigen y Kaalijarv estén separadas por más de 2.000 kilómetros. Y para su sorpresa, la composición de los fragmentos de este meteorito resultó coincidir con la de la flecha, por lo que los arqueólogos han logrado concluir una investigación que llevaba muchos años abierta.

Imágenes de microscopía electrónica de barrido de áreas superficiales típicas de la punta de flecha.

Fragmentos de meteorito, ¿objetos de comercio?

La gran distancia entre el lugar del hallazgo de la flecha de Mörigen y la zona de dispersión del meteorito de Kaalijarv revela, según los arqueólogos, que los fragmentos de hierro meteorítico fueron transportados y comercializados durante el 800 a.C. Probablemente, estas piezas hayan viajado a través de la ya establecida ruta del Ámbar, que conectaba los territorios bañados por el mar Báltico con la Europa central y occidental.

Esta conclusión implica que, en un futuro, e incluso a mayores distancias, puedan encontrarse otros ejemplares de origen estonio en otras colecciones arqueológicas. Con esto, los investigadores sugieren que se realicen análisis al respecto y se repliquen las técnicas no destructivas llevadas a cabo en este estudio, las cuales marcan una tendencia en la metodología de trabajo que puede ayudar de forma significativa a desvelar cómo inventaban y fabricaban objetos nuestros antepasados durante la Edad del Bronce.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 4 de agosto de 2023

El ADN de Luzio, que vivió en São Paulo (Brasil) hace 10.000 años, arroja luz sobre el origen de los pueblos indígenas de América del Sur

Reconstrucción en 3D de Luzio. La investigación analizó datos genómicos de 34 fósiles de Brasil, incluidos esqueletos más grandes y los famosos montículos de conchas y espinas de pescado construidos en la costa, los sambaquis. ANDRÉ STRAUSS.

Cómo los primeros hombres llegaron a las Américas sigue siendo un misterio. La teoría más aceptada es que un pueblo ancestral siberiano cruzó por el estrecho de Bering durante la última glaciación Würm (en algún momento entre hace unos 110.000 años y alrededor del 9.700 a. C.), colonizando de norte a sur todo el continente. Sin embargo, recientes hallazgos señalaban hacia una posible conquista anterior.

Ahora, el estudio del mayor número de datos genómicos de Brasil, incluido el ADN de Luzio, el cráneo más antiguo encontrado en Sao Paulo, arrojan nueva luz sobre los orígenes de estos primeros americanos: Luzio, que vivió hace unos 10.000 años, era descendiente de la población ancestral que se asentó en América hace al menos 16.000 años y dio origen a todos los pueblos indígenas actuales, incluidos tupi, guaraníes o cheroquis. Las conclusiones se acaban de publicar en la revista Nature Ecology & Evolution.

Los autores también querían explicar la razón detrás de la desaparición repentina de las comunidades costeras más antiguas, que construyeron los llamados 'sambaquis'. También conocidos como concheros y presentes en otras costas a lo largo del mundo, los sambaquis son enormes montículos de conchas y espinas que fueron utilizados como una suerte de 'basureros' en los que depositaban principalmente las partes duras de los moluscos, con los que principalmente se alimentaban estos pueblos, pero también huesos e incluso cerámica.

«Después de las civilizaciones andinas, los constructores de sambaquis de la costa atlántica fueron el fenómeno humano con mayor densidad demográfica en la América del Sur precolonial», explica André Menezes Strauss (izquierda), arqueólogo del Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (MAE-USP) e investigador principal del estudio. «Fueron los 'reyes de la costa' durante miles y miles de años. Pero, repentinamente, desaparecieron hace unos 2.000 años».

Reconstruyendo la historia a través de los genomas

Los autores analizaron los genomas de 34 muestras de cuatro áreas diferentes de la costa de Brasil. Los fósiles tenían al menos 10.000 años y procedían de los sambaquis y otros yacimientos (en concreto, Cabeçuda, Capelinha, Cubatão, Limão, Jabuticabeira II, Palmeiras Xingu, Pedra do Alexandre y Vau Una). Entre los restos humanos, los del citado Luzio, el esqueleto más antiguo de São Paulo y que fue encontrado en el conchero del río Capelinha, en el valle de Ribeira de Iguape, por un grupo dirigido por Levy Figuti, profesor del MAE-USP.

La morfología de su cráneo es similar a la de Luzia, el fósil humano más antiguo encontrado hasta la fecha en Brasil, datado hace unos 11.400 años. Los investigadores pensaron que podría haber pertenecido a una población biológicamente diferente a la de los indígenas americanos actuales, que se asentaron en lo que ahora es Brasil hace unos 14.000 años. Pero estaban equivocados. «El análisis genético mostró que Luzio era amerindio, como el tupí, el quechua o el cheroqui. Eso no quiere decir que sean todos iguales, pero desde una perspectiva global, todos derivan de una sola ola migratoria que llegó a las Américas hace no más de 16.000 años. Si hubo otra población aquí hace 30.000 años, no dejó descendientes entre estos grupos», señala Strauss.

Iguales en base, pero con diferencias

El ADN de Luzio también reveló que hubo dos migraciones distintas: una hacia el interior y otra a lo largo de la costa. El análisis del material genético reveló comunidades heterogéneas con similitudes culturales, pero con diferencias biológicas significativas, especialmente entre las comunidades costeras del sureste y el sur. «Los estudios de morfología craneal realizados en la década de 2000 ya habían señalado una sutil diferencia entre estas comunidades, y nuestro análisis genético lo confirmó», señala Strauss. «Descubrimos que una de las razones era que estas poblaciones costeras no estaban aisladas, sino que 'intercambiaban genes' con las comunidades del interior. Durante miles de años, este proceso debe haber contribuido a las diferencias regionales entre los sambaquis».

Porque los sambaquis de la costa no eran iguales a los del interior, cerca de los ríos, aunque sí parecidos, probando que existían relaciones y contacto entre ellos. Ahora el ADN antiguo también revela que fue más que una cuestión cultural.

Diversos sambaquis grandes y sobresalientes en el paisaje costero abierto del área de Santa Marta/Camacho, Santa Catarina, sur de Brasil. Arriba, Figueirinha y Cigana; abajo, los montículos gemelos Encantada I y II y Santa Marta I (Fotos: Proyecto Sambaquis y Paisagem, MAE-USP).

¿Por qué desaparecieron los constructores de los sambaquis?

En cuanto a la misteriosa desaparición de esta civilización costera, el análisis de las muestras de ADN reveló claramente que, en contraste con la sustitución neolítica europea, en la que casi se 'evaporaron' poblaciones enteras, lo que sucedió en esta parte del mundo fue un cambio de prácticas, con una disminución en la construcción de los sambaquis y la introducción de la cerámica. Por ejemplo, el material genético encontrado en Galheta IV (estado de Santa Catarina), el sitio más emblemático de la época, no tiene restos de conchas, sino de cerámica, y es similar a los sambaquis clásicos en este aspecto. Es decir: cambiaron los sambaquis de conchas por los de cerámica.

«Esta información es compatible con un estudio de 2014 que analizó fragmentos de cerámica de los sambaquis y encontró que las ollas en cuestión no se usaban para cocinar vegetales domesticados, sino pescado. Se apropiaron de tecnología del interior para procesar alimentos que ya eran tradicionales allí», señala Strauss. Otros estudios han apuntado a que fue el cambio climático, concretamente la disminución del nivel del mar en el océano Atlántico, con el ocaso de estas civilizaciones antiguas.

Fuentes: abc.es | revistapesquisa.fapesp.br | 31 de julio de 2023

Un análisis de ADN antiguo descubre un cambio de población en la Edad del Bronce Medio en Europa central y oriental

El contexto geográfico y temporal y las afinidades genéticas de los individuos de la Edad del Bronce analizados. A) Mapas que muestren la ubicación de las muestras publicadas en este estudio y el rango geográfico de sus entidades culturales asociadas; el tamaño del marcador corresponde al número de muestras de cada sitio. B) La edad de los genomas recién generados correspondiente al rango temporal de las culturas arqueológicas con las que están asociados. Crédito: Nature Communications (2023).

Una nueva investigación sugiere que las oblaciones que vivieron en el centro-este de Europa hace entre 3.200 y 4.400 años, durante la Edad del Bronce Temprano y Medio, pertenecían a poblaciones patrilocales con ascendencia de cazadores-recolectores europeos que participaban en entierros colectivos parecidos a los encontrados en poblaciones del periodo Neolítico anterior.

"La historia demográfica de Europa central y oriental después del período neolítico sigue estando poco explorada, a pesar de que esta región se encuentra en la confluencia de varias zonas ecológicas y entidades culturales", dijeron los autores, dirigidos por un equipo de la Universidad Adam Mickiewicz, en Polonia, y la Universidad de Uppsala en Suecia, en Nature Communications, señalando que "la región estudiada se vincula a un mosaico de poblaciones genéticamente distintas asociadas con una variedad de entidades culturales".

Investigaciones anteriores han brindado una mirada a la dinámica general de la población en Europa a lo largo del tiempo, señalaron los autores, revelando migraciones de cazadores-recolectores y vínculos con diferentes partes del continente, junto con la expansión de las poblaciones agrícolas del Neolítico y las migraciones posteriores de las poblaciones de pastores que se originaron en la región de la estepa póntico-caspio (Cultura Yamna o Yamnaya).

En un esfuerzo por descifrar las interacciones y dinámicas de población que acompañaron los cambios arqueológicos y culturales en la región durante la Edad del Bronce, desde cambios en los patrones y tecnología de la cerámica hasta la presencia de tradiciones funerarias específicas, investigadores de Polonia, Suecia, el Reino Unido y Estados Unidos realizaron análisis genéticos en docenas de individuos de sitios en el sur y sureste de Polonia, así como en el oeste de Ucrania.

Mapa que muestra la extensión aproximada de la Cultura Yamna (o Yamnaya) entre el 3200 y 2300 a. C.

Comenzaron con muestras de dientes y huesos de 176 individuos de la Edad del Bronce, pero el equipo se centró finalmente en muestras de 91 personas para generar perfiles genéticos que abarcaban unos 15.000 polimorfismos de un solo núcleo (SNP) de todo el genoma.

Si bien las poblaciones de la Edad del Bronce Temprano parecían similares genéticamente a las culturas del Vaso Campaniforme y de la Cerámica Cordada que les precedieron (periodo Calcolítico), según explica el equipo de investigación, sus datos de secuenciación apuntan a un cambio genético evidente durante la Edad del Bronce Medio.

Junto con un retorno a los grandes entierros colectivos que se asemejan a los encontrados durante el periodo Neolítico, por ejemplo, la Edad del Bronce Medio resulta marcada por poblaciones que muestran una afluencia de nuevos ancestros cazadores-recolectores europeos.

"Lo que observamos es una mezcla adicional que da como resultado un aumento de la ascendencia de cazadores-recolectores", dijo en un correo electrónico el coprimer y coautor Maciej Chyleński (izquierda), investigador de biología humana y evolución en la Universidad Adam Mickiewicz.

Esta mezcla de poblaciones involucró a un grupo desconocido que parecía ser ancestral de los agricultores del Neolítico, así como a poblaciones de la Edad del Bronce Temprano con perfiles genéticos que eran más similares a los encontrados en el noreste de Europa que a los grupos de la Edad del Bronce Temprano identificados en Europa central y oriental.

Dado el tipo de ascendencia de la Edad del Bronce Temprano identificado, los investigadores sospechan que "tal mezcla pudo haber ocurrido en un lugar más al norte de Europa del Este, aunque se necesitarán estudios más grandes que abarquen un sitio más amplio de poblaciones para explorar dicha posibilidad", explica Chyleński.

Artefactos similares a estas vasijas de cerámica procedentes de Suecia se encuentran en toda la zona norte, central y oriental de Europa, y dan nombre a la 'Cultura de la Cerámica Cordada'. El ADN antiguo sugiere que los grupos poblacionales al respecto estaban relacionados con la Cultura Yamna o Yamnaya.

Con base en estos y otros resultados, los autores sugirieron que "los cazadores-recolectores y los agricultores permanecieron genéticamente distintos en algunas regiones, a pesar de una afluencia anterior de ascendencia esteparia".

"Los resultados presentados aquí indican que las personas de la Edad del Bronce Temprano en Europa central y oriental... probablemente eran descendientes directos de poblaciones precedentes asociadas con la Cultura de la Cerámica Cordada", informan los autores.

Por el contrario, explicaron que "los datos genéticos y arqueológicos disponibles sugieren que los sitios de la Edad del Bronce Medio perfilados en Europa centro-oriental estuvieron dominados por linajes patrilocales de aparente origen cazador-recolector, los cuales practicaban costumbres funerarias de enterramientos colectivos que, si bien mostraban algunos elementos asociados con los pastores de las estepas, eran más análogas a las practicadas en las culturas del Neolítico medio y tardío, anteriores a la llegada de los pastores esteparios a Europa Central".

Fuentes: genomaweb.com | phys.org | 1 de agosto de 2023

El hallazgo de un collar del periodo Neolítico en la tumba de un niño revela una cultura funeraria compleja

Reconstrucción física final del collar, hoy expuesto en el nuevo Museo de Petra, Jordania.

Un solo accesorio, un collar adornado hallado en la tumba de un niño de la antigua Jordania, brinda nuevos conocimientos sobre la complejidad social de la cultura neolítica, según un estudio publicado en la revista PLOS ONE por Hala Alarashi, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España, y la Université Côte d'Azur, Francia junto con otros colegas.

Los adornos corporales son símbolos poderosos que comunican valores culturales e identidades personales, por lo que son de gran valor en el estudio de las culturas antiguas. En este estudio, Alarashi y sus colegas analizan los materiales que adornaban el cuerpo de un niño de ocho años enterrado en una tumba de la aldea neolítica de Ba'ja, en Jordania, que data de entre 7400 y 6800 a.C.

Los materiales en cuestión comprenden más de 2.500 piedras y conchas de colores, dos excepcionales cuentas de ámbar, las más antiguas conocidas hasta ahora en el Levante, junto con un gran colgante de piedra y un anillo de nácar delicadamente grabado.

Diversidad de elementos que componen el conjunto ornamental del CG7: A) Cuentas planas, B) Cuentas cilíndricas tubulares. CD) Cuentas de disco. E) Cuentas de conchas tubulares. F) Anillo de nácar multiperforado y grabado visto por ambas caras. G e I) Cuentas de piedra subesféricas compactas. H) Colgante doble perforado visto por ambas caras. Fotos: AE, GH: H. Alarashi, F: A. Burkhardt, Parque Nacional Ba'ja

Al analizar la composición, la artesanía y la disposición espacial de estos artículos, los autores concluyen que pertenecían a un solo collar compuesto de varias filas, el cual, desde entonces, se había desmoronado. Como parte de este estudio, los investigadores crearon una reconstrucción física del collar original que ahora se exhibe en el Museo de Petra, en el sur de Jordania.

El collar de varias filas es uno de los ornamentos neolíticos más antiguos e impresionantes que ha sido hallado, y proporciona nuevos conocimientos sobre las prácticas funerarias de la época que afectaban a individuos de un estatus social aparentemente alto. La confección del collar parece haber implicado un trabajo minucioso, así como la importación de ciertos materiales exóticos de otras regiones.

El estudio de este collar revela dinámicas sociales complejas entre los miembros de la comunidad de Ba'ja, incluidos artesanos, comerciantes y autoridades de alto nivel que habrían encargado tales piezas, lo que sin duda merece una mayor investigación de esta cultura neolítica.

Ejemplos de cuentas de concha Tridacna de la tumba CG7 que muestran tres patrones de líneas de crecimiento. AB) Longitudinales. C) Oblicua. DG) Horizontales. Fotos: H. Alarashi, Parque Nacional Ba'ja.

Ejemplos de cuentas planas y tubulares de calcita de CG7. AC) Ejemplos de cuentas planas bitruncadas con sección lenticular. DF) Ejemplos de cuentas tubulares de calcita de tipo cilíndrico. F) Desgaste de uso observado por erosión de la estría de perforación, adelgazamiento y fractura de las paredes de las perforaciones por fricción e inserción del extremo del cordón vecino en la perforación. Fotos: H. Alarashi, Parque Nacional Ba'ja

Los autores concluyen: "La recuperación de tal ornamento de la vida y su atribución a un niño pequeño muerto destaca el importante estatus social de este individuo. Más allá de las funciones simbólicas relacionadas con la identidad, se cree que el collar jugó un papel clave en la realización de los rituales de inhumación, entendidos como un evento público que reunía a familias, parientes, y gente de otros pueblos. En este sentido, el collar no es visto solo como perteneciente completamente al ámbito de la muerte, sino también al mundo de los vivos, materializando una memoria colectiva y momentos compartidos de emociones y cohesión social".

¿Quién vivió en Machu Picchu? El análisis de ADN muestra una diversidad sorprendente en el antiguo palacio inca

Vista de sur a norte. A la izquierda se ve el sector Hanan de la ciudad (con la estructura piramidal de la colina del Intihuatana) y a la derecha el sector Oriente, separadas por la plaza principal. Al fondo el Cerro Huayna Picchu. La imagen está tomada desde lo alto del sector agrícola, al sur del complejo.

De pie en la cima de las montañas en las tierras altas del sur de Perú se encuentra la maravilla del siglo XV del imperio Inca, Machu Picchu. Hoy, la ciudadela es una atracción turística mundial y un ícono de la historia latinoamericana precolonial, pero alguna vez fue el palacio real de un emperador.

Nuestro equipo internacional de investigadores ha descubierto la increíble diversidad genética escondida dentro de los restos antiguos de aquellos que una vez llamaron hogar a Machu Picchu. Detallamos nuestros hallazgos en un estudio publicado en Science Advances.

Los desconcertantes restos de un sitio real

El imperio Inca una vez gobernó un vasto territorio de 2 millones de kilómetros cuadrados a través de la impresionante cordillera de los Andes, en América del Sur. Fue formado en 1438 por el primer gobernante, Pachacútec Inca Yupanqui, y alcanzó su apogeo en 1533, antes de la colonización española. En el corazón del imperio estaba la ciudad capital de Cuzco, y cerca estaba el majestuoso palacio de Pachacútec, Machu Picchu.

Machu Picchu era visitado por la familia real y los invitados durante la estación seca de mayo a octubre como un lugar para festejar, bailar, cantar y cazar. Aunque estos incas de élite eran enterrados en Cuzco después de su muerte, el palacio se mantenía durante todo el año por unos cientos de sirvientes que vivían en el lugar. Estos sirvientes fueron enterrados en cementerios fuera de los muros del palacio.

Después de la colonización española, el conocimiento de Machu Picchu se perdió en el mundo occidental, solo para ser redescubierto por aventureros a principios del siglo XX.

El osteólogo Eaton con un retén de trabajadores excavando y extrayendo huesos en la cueva funeraria nº 11 de Machu Picchu (1912). Foto con flash por Hiram Bingham.

En 1912, la Expedición Científica Peruana de Yale documentó un asombroso recuento de 174 personas enterradas en el lugar. Estos entierros a menudo eran tumbas poco profundas o estaban ocultas bajo grandes rocas o salientes rocosos naturales.

Si bien muchos carecían de ajuar funerario, se descubrieron artefactos de cerámica enterrados junto a algunas personas. Estos entierros reflejan una imagen vívida de la diversidad cultural existente, con estilos de las regiones costeras y del norte de Perú, así como de las tierras altas de Bolivia cerca del lago Titicaca.

Esta fue la primera pista de que Machu Picchu atraía a personas de todos los rincones del Imperio Inca. Sugería que los sirvientes que vivían en Machu Picchu provenían de una variedad de lugares, y que traían cerámica de sus países de origen.

Sin embargo, los artefactos también podrían haber terminado en toda la zona a través del comercio. Para saber de dónde procedían estas personas, no había más remedio que analizar su ADN.

Se secuenció ADN antiguo de los restos de 68 individuos enterrados en Machu Picchu y Cuzco. The Australian Centre for Ancient DNA/The University of Adelaide , Proporcionado por el autor.

Nuevos hallazgos de ADN antiguo

Se llevó a cabo la secuenciación del ADN antiguo proveniente de los restos de 68 individuos, 34 enterrados en Machu Picchu y 34 enterrados en Cuzco. Mediante el uso de la datación por carbono, fechamos los restos y encontramos que algunas de estas personas fueron enterradas antes del surgimiento de Pachacútec y el Imperio Inca.

Luego comparamos su ADN con el de los pueblos indígenas que viven en los Andes en la actualidad (investigaciones anteriores han encontrado que estas líneas genéticas han continuado sin alteraciones durante los últimos 2000 años), así como con ancestros de regiones más distantes de América del Sur.

Vale la pena señalar que estos "ancestros" se basan en el ADN y no necesariamente se superponen con las identidades culturales de las personas, aunque a veces lo harían.

¿Eran las personas enterradas en Machu Picchu genéticamente similares a las que habían vivido en la zona desde antes del reinado de Pachacuti? ¿O estaban relacionados con ancestros de regiones más distantes?

Si esto último fuera cierto, podríamos asumir con seguridad que ellos (o sus padres) habían venido a Machu Picchu desde tierras lejanas.

Mapas de procedencia de los grupos e individuos analizados en este estudio.
(A) Mapa de América del Sur que muestra la distribución geográfica de los grupos de ascendencia genética descritos, la ubicación de los genomas de referencia publicados de los individuos modernos (círculos) y antiguos (triángulos) que constituyen estos grupos y de los sitios arqueológicos del que derivan los individuos de este estudio (ver también recuadro). (B) Mapa que muestra la ubicación de las cuevas funerarias en Machu Picchu destacándose las cuevas muestreadas en este estudio.

Camino a una vida de servidumbre

De todas las muestras de ADN que analizamos, encontramos que 17 individuos tenían ascendencia de una de las fuentes distantes analizadas (coloreadas en el mapa de arriba). Estos incluían todas las regiones de la costa y sierra peruana, así como las regiones amazónicas de Perú, Ecuador y Colombia.

Solo siete de los individuos enterrados tenían ascendencia que podría vincularse con la vasta sierra sur de Perú, donde residen Machu Picchu y Cuzco. Sin embargo, no podemos confirmar que fueran locales de Machu Picchu.

Los 13 individuos restantes tenían ascendencia mixta, incluso de lugares tan lejanos como Brasil y Paraguay. Podrían haber sido descendientes de personas de diferentes tierras que se conocieron en Machu Picchu, o podrían estar vinculados a ascendencias sudamericanas aún desconocidas.

En cuanto a las relaciones familiares cercanas, solo descubrimos un par: una madre y una hija.

Sorprendentemente, todos los individuos fueron enterrados juntos en los principales cementerios, independientemente de su ascendencia. Esto podría implicar que se les consideraba iguales en estatus, lo que a su vez sugeriría que nacieron en otro lugar y llegaron a Machu Picchu de forma independiente, entablando relaciones ocasionales y teniendo hijos.

Es probable que estas personas fueran de una clase de "mujeres elegidas", llamadas acllacona, y una clase similar de hombres llamados yanacona. Los individuos de estos grupos fueron seleccionados de sus hogares a una edad temprana y asignados permanentemente al servicio estatal, aristocrático o religioso. Después de llegar a Machu Picchu, habrían pasado el resto de sus vidas sirviendo a la hacienda real.

Aunque no sabemos cuánta coerción (si es que hubo alguna) estuvo involucrada en el proceso de estas personas que llegaron a Machu Picchu, los análisis de los huesos sugieren que vivieron vidas cómodas. Muchos vivieron hasta la vejez y no mostraban signos de desnutrición, enfermedad o lesiones por la guerra o el trabajo pesado.

Tumba Real en Machu Picchu

Un punto de acceso a la diversidad

Es importante destacar que los restos humanos que encontramos, y que son anteriores al Imperio Inca, no exhibían altos niveles de diversidad. Esto sugiere que, de hecho, fue el establecimiento del Imperio Inca lo que llevó a personas de todas partes a trasladarse a Machu Picchu.

Además, nuestro examen de individuos de Cuzco mostró menos diversidad que en Machu Picchu, pero más que en otros sitios regionales. Esto probablemente se deba a que la extensa zona montañosa tenía una larga historia de interacciones entre diferentes pueblos antes del surgimiento del Imperio Inca.

Nuestros hallazgos pintan una imagen cautivadora de Machu Picchu como un verdadero punto de acceso de diversidad dentro del reino imperial inca, distinguiéndolo como un centro culturalmente rico dentro del paisaje antiguo.

  1. Estudiante de Doctorado en Antropología Genética, Universidad de Adelaide

Fuentes: theconversation.com | 26 de julio de 2023

El misterioso guerrero de las Islas Sorlingas (Inglaterra) al que enterraron con una espada… y un espejo

La espada y el espejo encontrados en esta tumba prehistórica de la isla de Bryher. Historic England

Un espejo y una espada la convirtieron en una tumba única en Europa occidental. Los arqueólogos la encontraron en 1999 en la isla de Bryher, que forma parte del archipiélago de las Islas Sorlingas, en el sur de Inglaterra. Desde entonces, un misterio. ¿Quién era ese guerrero con tanto apreció por lo marcial como por lo estético?

Un equipo internacional dirigido por los arqueólogos de Historic England, un organismo público del Reino Unido, ha vuelto a analizar este entierro prehistórico de la Edad del Hierro para revelar finalmente un secreto que ha estado bien guardado durante 2.000 años.

Científicos analizaron el esmalte dental para determinar el sexo.

Un ajuar funerario desconcertante

El ajuar funerario de esta sepultura desconcertó a los investigadores porque es muy inusual. Generalmente, en otros entierros del mismo período se encuentran espadas junto a los esqueletos de hombres y espejos con las mujeres. Sin embargo, esta única tumba contenía tanto los objetos como los restos de una sola persona.

Los intentos de establecer el sexo por métodos tradicionales, como el análisis de ADN, fracasaron debido a la desintegración de sus huesos por el paso del tiempo. Y el debate continuó durante años hasta que avances científicos recientes han permitido descubrir que el guerrero de las Sorlingas era una mujer. Según explican los expertos en un un artículo publicado en la revista The Journal of Archaeological Science Reports, una sofisticada técnica de análisis dental desarrollada en la Universidad de California ha sido clave en este hallazgo.

Detalle de la espada encontrada en un entierro de la Edad del Hierro de 2000 años de antigüedad en Bryher, Islas Sorlingas, frente a la costa de Cornualles. © Archivo histórico de Inglaterra

El esmalte dental es la sustancia más dura y duradera del cuerpo humano. Contiene, además una proteína con enlaces al cromosoma X o Y, lo que significa que puede usarse para determinar el sexo de una persona. “Esto es útil porque la proteína sobrevive bastante bien en comparación con el ADN”, admite el profesor Glendon Parker (izquierda), experto en Toxicología Ambiental.

Así fue como los investigadores británicos se concentraron en extraer trazas de proteínas de pequeñas piezas del esmalte dental que habían sobrevivido. “Esto nos permitió calcular, con una probabilidad del 96 por ciento, que el individuo era una mujer”, explica Parker en un comunicado. “Dado el estado de degradación de los huesos, es notable obtener un resultado tan sólido. Te hace preguntarte qué se podría descubrir al volver a visitar otros entierros gravemente degradados", añade.

El espejo de bronce encontrado en en entierro junto con la espada.

Además de contar con nuevos detalles sobre esta persona, la investigación dirigida por Historic England arroja luz sobre el papel de las mujeres en la Gran Bretaña de la Edad del Hierro, una época en la que la violencia entre comunidades era un hecho cotidiano. “Es probable que la principal forma de guerra hace 2.000 años fueran los ataques sorpresa realizados por un grupo contra asentamientos enemigos”, afirman los autores del estudio.

Tanto el espejo como las armas encontradas en la tumba, por ejemplo, están todos asociados con la guerra. Durante la Edad del Hierro, los espejos tenían una variedad de usos prácticos y simbólicos. Podían usarse para señalizar, para comunicarse e incluso para coordinar ataques. También tenían funciones rituales, como una herramienta para entrar en contacto con el mundo sobrenatural y asegurar el éxito de una incursión o 'limpiar' a los guerreros a su regreso.

Un granjero encontró los objetos funerarios en una cámara con paredes de piedra en la isla de Bryher, en el archipiélago de las Islas Sorlingas. Historic England.

“Nuestros hallazgos ofrecen una oportunidad emocionante para reinterpretar este importante entierro. Proporcionan evidencia del papel principal de una mujer en la guerra en la prehistoria de las Islas Sorlingas”, admite las doctora Sarah Stark (derecha), bióloga que analizó el esqueleto humano en Historic England.

Stark considera que "aunque nunca se podrá saber completamente el simbolismo de los objetos encontrados en las tumbas, la combinación de una espada y un espejo sugiere que esta mujer tenía un alto estatus dentro de su comunidad y pudo haber desempeñado un papel dominante en la guerra local, organizando o liderando ataques contra grupos rivales”.

Las islas Sorlingas se sitúan al sur de Inglaterra, cerca de la costa de Cornualles. Historic England.

Esto sugiere que la participación femenina en las incursiones y otros tipos de violencia era más común en la sociedad de la Edad del Hierro de lo que se pensaba anteriormente, y podría haber sentado las bases a partir de las que luego surgirían líderes como Boudicca, una reina guerrera que acaudilló varias tribus británicas contra la ocupación romana durante el reinado del emperador Nerón.

Fuentes: lavanguardia.com | bbc.com | 28 de julio de 2023

Los últimos hallazgos en Orce (Granada) confirman sus yacimientos como el 'Silicon Valley' de la prehistoria

Juanma Jiménez Arenas sostiene uno de los utensilios descubiertos en Barranco León / JOSÉ VELASCO / PHOTOGRAPHERSSPORTS.

La aparición de restos animales muy significativos, tanto como el cráneo de un caballo de una especie desconocida hasta ahora, y materiales de una importante industria lítica, con hasta 60 piezas, confirman los yacimientos paleontológicos de Orce como el Silicon Valley de la prehistoria europea. Un eslogan ya utilizado en campañas anteriores y que se ha consolidado después de la última campaña de excavaciones, que se ha desarrollado durante veinte días, llevada a cambo en los enclaves de Venta Micena, Barranco León y Fuente Nueva 3, en el municipio orcense. Los resultados preliminares han sido presentados en la sede la Junta en Granada, que contribuirá durante cuatro años a excavar, investigar y conservar estos yacimientos a razón de un presupuesto de 75.000 euros anuales.

"Han aparecido cuestiones muy relevantes que colocan a Orce en el mapa europeo de presencia de homínidos", ha avanzado el delegado de Cultura de la Junta en la provincia, Fernando Egea, que ha destacado que "el ente autonómico está volcado con este proyecto en el que han trabajado más de 50 personas y otros 40 profesionales y técnicos en arqueología en los tres yacimientos. Volvemos a subrayar la presencia humana en Europa más antigua, de más de 1,4 millones de años" ha resumido Egea, quien también ha destacado la "presencia animal importante, con ciervos gigantes, rinocerontes, cabras y caballos, esto último lo más relevante".

El delegado de Cultura se refería así a lo que posteriormente el investigador responsable del proyecto, el profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, Juanma Fernández Arenas, destacó como "elementos patrimoniales de primer orden que son un hito en la investigación y en cómo caracterizamos a nuestros antepasados".

Foto: Labores de extracción del cráneo de un caballo de gran tamaño en el yacimiento de Fuente Nueva 3. SUSANA GIRÓN/ PROYECTORCE.

El investigador puso de relieve los descubrimientos por cada yacimiento, pero destacó el "premio gordo" de esta última campaña, que ha recaído en el de Fuente Nueva 3. Los investigadores han sacado a la luz los restos de un cráneo de un caballo de mayor tamaño que los descubiertos hasta ahora, de una especie ya catalogada como equus altidens, y que se cree que pertenecen a una nueva especie, denominada equus suessenbornensis. "Es el primer cráneo de esta especie de caballo que se conoce. Es un periodo emocionante. Estamos contactando con especialistas en caballos para que no solo tengamos mejores artículos, sino que podamos compartirlos con la sociedad", relata el investigador del proyecto.

También en Fuente Nueva 3, se han encontrado por primera vez figuras y tallas esferoides, "que hablan de planificación de nuestros antepasados e incluso de cómo ellos experimentan", y que indica "continuidad en esta tradición cultural que arraiga y se extienden durante 200.000 años en el tiempo y en esta zona". Se trata de una piedras con forma poliédrica gracias a los cortes y tallas realizados por los homínidos que habitaban la zona, y que se utilizaban para el procesado de vegetales, de ahí su importancia, dado que revela que estos antepasados desarrollaban su cerebro en orden a fabricar utensilios para cortar carne, de tamaño más pequeño, así como también vegetales, lo que habla de su dieta y de su relación con el entorno.

"El Silicon Valley se traslada a Fuente Nueva 3", resume Juanma Fernández Arenas, en referencia a que es la primera vez que en este yacimiento aparece una piedra esferoide y que ya había sido hallada en Barranco León. En este punto, señala que "la labor ha sido importantísima, con un grado de detalle excepcional en los hallazgos, con fósiles -cerca de las defensas del mamut- de más de 20 individuos animales, también mamuts. Aquí está el bestiario, todo el conjunto de fauna de aquella época. Igualmente se ha hallado una mandíbula juvenil de un rinoceronte extinto".

Yacimiento paleontológico de Fuente Nieva 3.

Más descubrimientos

En el más conocido de todos, Venta Micena, el trabajo se ha centrado en una de las esquinas por su especial valor y riqueza en la aparición, sobre todo de restos animales, y que podría albergar algún resto de homínido. "Es de las más ricas del continente", añade Arenas, quien resaltó el trabajo de restauración y conservación porque los restos "están muy imbricados en el al terreno y es muy complejo de excavar".

"En Venta Micena se han hallado cuernos y un cráneo de cabra, algo que puede parecer banal, pero que es importante porque sabemos muy poco de los animales del pasado y nos informan de condiciones de clima y hábitat de nuestros antepasados". También destacan el hueso del talón de un ciervo que servirá para saber la movilidad de una especie cuyos ejemplares podían medir más de cuatro metros.

En cuanto a los hallazgos en el yacimiento del Barranco León, los paleontólogos y arqueólogos han profundizado un poco más en la zona más rica del enclave y se espera que en la campaña del próximo verano haya resultados más importantes. "Tenemos la evidencia humana más antigua del continente. Esto lo tiene Orce. Aquí hay una industria lítica espectacular", ha resaltado Juanma Arenas, quien se ha detenido en una pequeña piedra ya tallada y que tiene una segunda manufactura. "Esto demuestra la capacidad cognitiva compleja de nuestros antepasados y su capacidad de transmitir su información", explica.

Utensilios y piedra esferoide tallada descubiertas en Orce / JOSÉ VELASCO / PHOTOGRAPHERSSPORTS.

Satisfacción

El delegado del Gobierno ha manifestado que la Junta de Andalucía apoya y financia los trabajos que se llevan a cabo cada verano en el yacimiento de Orce, porque consideran que sus yacimientos están entre los más importantes de España por los materiales aparecidos y aquellos otros que aún están por excavar. A este respecto, Fernando Egea ha precisado que desde la institución autonómica siempre están dispuestos a colaborar con la Universidad y con la localidad para que se desarrollen los proyectos de investigación que arrojen datos sobre cómo era la vida de los homínidos y de los animales en el Paleolítico.

Jiménez Arenas, durante la presentación de los resultados. Foto: IndeGranada.

Por su parte, Margarita Sánchez ha manifestado que la campaña 2023 debe considerarse un éxito, tanto por los hallazgos como por las actividades de divulgación llevadas a cabo por los equipos de investigación. Tanto la industria lítica tallada como los fósiles de animales extintos recuperados son de una calidad y cantidad sobresalientes. "A falta del estudio, que discurrirá durante los próximos meses, hay elementos dignos de ocupar un lugar preferente en cualquier museo de Prehistoria y Paleontología", ha afirmado, así como ha destacado la importancia de la transferencia de conocimiento de la investigación a la universidad y a la sociedad.

Fuente: granadahoy.com | 27 de julio de 2023