La Unesco declara la Menorca Talayótica Patrimonio Mundial de la Humanidad

La UNESCO declara a la Menorca Talayótica Patrimonio Mundial de la Humanidad: así son estos yacimientos prehistóricos (EFE/David Arquimbau).

España acaba de alcanzar un nuevo Patrimonio Mundial, llegando así los 50 bienes declarados. Se trata de los monumentos prehistóricos talayóticos de Menorca y su paisaje que conforman un conjunto arqueológico que posee “una autenticidad y un valor excepcional” y que ha sido “testigo único de una civilización pasada, presente en la isla y en su paisaje desde hace 4.000 años”, según la agencia de la ONU.

El comité de la Unesco ha inscrito la candidatura en el listado oficial de Patrimonio Mundial durante la celebración de su asamblea anual que este año tiene lugar en Riad, capital de Arabia Saudí. Al declararse sin debate por parte de los 21 miembros que forman el comité, su filiación se ha realizado rápidamente.

José Manuel Rodríguez Uribes, embajador de España ante la Unesco, afirmó que "esta inscripción es un honor" y expresó "la enorme felicidad de que esta maravillosa isla española, que es reserva de la biosfera, sea patrimonio de la humanidad desde hoy". Por su parte, Marga Prohens, presidenta del Gobierno balear, dijo que "es un día histórico y que se encargará de “gestionar el patrimonio, a explicarlo, a protegerlo para que llegue a las nuevas generaciones”.

Foto: Puerta de entrada al poblado.

Un 5% de la superficie de la isla

Esta es la segunda vez que se presentaba esta candidatura a la Unesco. En 2017 fue rechazada cuando el Icomos, el organismo consultivo de la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco sobre bienes culturales, informó negativamente sobre ella. En aquella ocasión, y además de los 32 yacimientos con monumentos líticos planteados, recomendó que se hiciera referencia al paisaje, a los estudios sobre la cerámica y a los objetos de metal propios de la cultura talayótica menorquina y que se acotara el marco cronológico.

La candidatura actual consta de 25 yacimientos arqueológicos representativos de la Cultura Talayótica de Menorca (1600 a.C.-123 a.C.) y los que mejor ilustran la Prehistoria y Protohistoria de la isla. De hecho, esta cultura erigió numerosas construcciones ciclópeas en casi cualquier punto de esta isla mediterránea. En esta ocasión, Icomos solo ha recomendado cambiar el nombre al yacimiento.

El proyecto comprende 9 áreas territoriales (el 5% de la superficie de la isla) e integra un total de 280 yacimientos arqueológicos y los restos prehistóricos más significativos de esta cultura. Entre la variedad de construcciones se encuentran hipogeos, talayots, taulas, recintos de taula, navetas y casas circulares e hipóstilas.

Fuente: elconfidencial.com | 18 de septiembre de 2023

Los misterios de la cultura talayótica, la sociedad prehistórica de Menorca atrapada entre cielo y mar

Poblado costanero del coll de Cala Morell. Menorca Talayótica.

Menorca cayó en las redes de la expansionista República romana hacia 123 a.C. La justificación oficial de la intervención militar sobre las Islas Baleares que ofrecieron las fuentes clásicas fue la presencia de piratas, que utilizaban el archipiélago como base para atacar a las embarcaciones. Aunque seguramente influyeron otros motivos —estrategia comercial, punto de control en el Mediterráneo o el interés por los honderos baleáricos, hábiles luchadores como mercenarios al servicio de los ejércitos cartagineses desde al menos el siglo V a.C.—, la conquista liderada por el cónsul Quinto Cecilio Metelo acabó con más de mil años de cultura talayótica, una civilización prehistórica insular excepcional y única.

A finales del II milenio a.C., coincidiendo con la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro, las comunidades humanas que habitaban Menorca experimentaron una serie de cambios profundos. La isla había sido habitada por primera vez en el III milenio a.C. por grupos basados en la agricultura itinerante o el pasto de los rebaños y que construyeron dólmenes o sepulcros megalíticos por todo el territorio. En los siglos siguientes empezaron a desarrollarse los primeros asentamientos estables a través de una serie de estructuras en forma de herradura alargada, las llamadas navetas de habitación o naviformes, que formaban pequeñas agrupaciones de cabañas.

Fueron estas el primer ejemplo de construcciones ciclópeas —realizadas con grandes bloques de piedra, generalmente formando hileras horizontales y sin argamasa, que aparecen en origen hacia 2500 a.C.—, características de un paisaje en el que también sobresalen los talayots, las monumentales casas circulares y los misteriosos recintos de taula. Porque Menorca reúne una extraordinaria diversidad y densidad de yacimientos prehistóricos, la mayor registrada en una isla a nivel mundial: más de 1.500 inventariados hasta hoy. Nueve de estas áreas acaban de ser incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Son Catlar, el poblado talayótico más grande. Menorca Talayótica.

Hacia el año 1100 a.C., los poblados menorquines adquirieron mayores dimensiones —se ubicaron en lugares elevados y alejados de la costa— y empezaron a articularse en torno a construcciones monumentales de carácter público en forma de torre: los talayots, la estructura más representativa del periodo inicial de la cultura talayótica. Se trata de una gran torre troncocónica construida con piedras del entorno, de tipos y formas variadas, y más grandes que los de la isla vecina de Mallorca.

¿Cuál era su función? Los investigadores esgrimen diversas teorías, pero siguen siendo un misterio: centros comunitarios de distribución de productos alimenticios en un contexto social de carácter igualitario; elementos de prestigio y poder de las clases dominantes en una sociedad fuertemente estratificada o en proceso de jerarquización; edificios de carácter militar y de control del territorio; o, en una vertiente más simbólica, elementos de cohesión social, ya que su construcción requiere de un esfuerzo comunitario y de una organización del trabajo.

Uno de los mejor estudiados es el del poblado de Sant Agustí, conocido también como Ses Bigues de Mata, en el que destaca su gran cámara circular interior que presenta una cubierta de losas planas sustentadas sobre dos columnas polilíticas, así como la excepcional presencia de vigas de madera de acebuche.

Talayot de San Agustí. Menorca Talayótica.

Rituales y viviendas

Otro de los principales enigmas de la prehistoria menorquina es dónde vivían los grupos de agricultores y ganaderos que construyeron los talayots. Sí se conoce mejor el mundo de los muertos: inhumaban a los suyos en barrancos, depresiones, acantilados y calas alejadas de los asentamientos. Y fueron abandonando las navetas de enterramiento —la más representativa es la des Tudons— para usar hipogeos, donde además de los restos humanos depositaban armas y ornamentos suntuoso como ajuar, o cuevas naturales.

Estos últimos espacios, como la Cova des Pas, cerca de la localidad actual de Ferreries, al suroeste de la isla, eran tumbas colectivas en las que se practicaron rituales solo documentados en Menorca: de la disposición de los cuerpos en posición fetal, atados y envueltos en una piel de animal, a ceremonias específicas realizadas con el pelo de los difuntos, que se teñía de rojo, se cortaban algunos mechones y se metían dentro unos contenedores cilíndricos de cuero o madera. En el mencionado yacimiento, los fallecidos estaban envueltos con sudarios de piel de animal y fueron trasladados en parihuelas, una especie de camilla de madera compuesta de dos varas gruesas y unas tablas atravesadas.

Imagen aérea de la Naveta des Tudons. Menorca Talayótica.

En torno a mediados del I milenio a.C., la sociedad talayótica volvió a registrar cambios importantes: al aumento de la jerarquización se sumó la influencia de las potencias coloniales —fenicios, púnicos, romanos— Los talayots, convertidos en elementos simbólicos del pasado e hitos en el territorio, dejaron paso a un tipo de edificio inexistente hasta entonces, el recinto de taula, una especie de santuario para celebrar rituales y festividades en las que no faltaba el consumo de vino y la carne. Lo más representativo de estos sitios es un pilar vertical situado en el centro del recinto sobre el que se apoya otra piedra colocada en posición horizontal, como una gran T. En el yacimiento de Torralba d'en Salort se encuentra el mejor conservado y espectacular de la isla.

Este período se caracterizó también por la introducción de la metalurgia del hierro y, sobre todo, por la construcción de murallas en las inmediaciones de ciertos poblados, como en Son Catlar, el más extenso de Menorca y donde también se identifican las monumentales casas circulares, otra de las construcciones ciclópeas de esta cultura. Erigidas con muros de piedra de doble paramento, con una única puerta de acceso, patio central a cielo abierto y diferentes espacios domésticos a su alrededor con cubierta de materiales perecederos, reunían los elementos necesarios para el desarrollo de la actividad cotidiana de una unidad familiar.

Recinto en taula de Torralba d'en Salort. Menorca Talayótica.

Pero una serie de estudios recientes han arrojado luz sobre las taulas de una manera completamente nueva. Algunos investigadores sugieren que estas estructuras podrían ser representaciones simbólicas de puertas, conectando el mundo terrenal con el divino. Otro trabajo centrado en la construcción de So Na Caçana ha desvelado un fenómeno arqueoastronómico que involucraría la entrada de rayos de sol en un lugar específico del recinto durante el solsticio de invierno. Este hecho apuntaría a una conexión profunda con la divinidad solar en la mente de los antiguos menorquines, es decir, sería uno de los principales dioses de su patenón. La cultura talayótica, una sociedad atrapada entre el cielo y el mar.

Fuente: elespanol.com | 19 de septiembre de 2023

Nuevos hallazgos paleolíticos de hasta 35.000 años de antigüedad en el Abrigo de la Malia en Tamajón (Guadalajara)

Excavaciones en el Abrigo de la Malia en Tamajón- AYUNTAMIENTO DE TAMAJÓN

Un equipo científico multidisciplinar, coordinado desde el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) y dirigido por los profesores Adrián Pablos y Nohemi Sala ha continuado, en 2023, las excavaciones arqueológicas en el paraje conocido como Abrigo de La Malia de Tamajón (Guadalajara).

Con esta nueva campaña, que se ha llevado a cabo a comienzos de septiembre, los investigadores continúan el estudio arqueológico emprendido en los años 90 en el área de la Cueva de los Torrejones y las posteriores y exitosas excavaciones practicadas en los años 2017 y 2018 en ese mismo escenario sobre las que hay ya mucha literatura científica. «Tamajón, en general, es un lugar que atesora una gran potencial arqueológico», valora Adrián Pablos (izquierda), según ha informado el ayuntamiento de la localidad en una nota de prensa.

El Abrigo de La Malia fue descubierto en el año 2017, mientras se intervenía en la Cueva de los Torrejones. «Comenzamos a trabajar en este lugar porque, ya en superficie, encontramos herramientas líticas correspondientes al Paleolítico medio, que podían ser de la época neandertal», ha señalado Nohemí Sala (derecha).

Cuando comenzó la excavación, los científicos encontraron, para su sorpresa, niveles de ocupación humana de nuestra especie, Homo sapiens, y no de neandertales (Homo neanderthalensis) como presuponían. Los hallazgos fueron de gran relevancia científica, puesto que se trata de algunos de los más antiguos vestigios de presencia humana en la meseta de la península ibérica. Las excavaciones del año 2022 en La Malia quedaron muy cerca del nivel correspondiente a los primeros milenios del Paleolítico superior. «En 2023 lo hemos encontrando en toda la superficie del Abrigo», sigue Pablos.

Hueso del tobillo (navicular) de un 'Homo sapiens' datado en 5.000 años de antigüedad, y del cual se ha obtenido información genética de ADN mitocondrial / A.PABLOS.

Los hallazgos más espectaculares de la presente campaña son nuevas herramientas líticas que están permitiendo a los expertos conocer cómo eran las poblaciones de la región en el Paleolítico Superior. Además, también se han descubierto restos de animales que permiten reconstruir la estrategia de subsistencia de estos pobladores. «Sabemos que los restos de huesos de caballos, ciervos, bóvidos tipo bisonte, conejos o corzos indican, por las marcas que quedan en los huesos, que los animales llegaron a este abrigo para ser consumidos como alimento», explica Sala.

En próximas campañas, el equipo científico espera culminar la excavación de estas unidades paleolíticas y, con ello, comprender mejor las condiciones climáticas que había en aquel periodo. «En este yacimiento esperamos corroborar lo que ya llevamos unos años atisbando, también aquí, en La Malia, la presencia de 'Homo sapiens', confirmar si las ocupaciones fueron ocupaciones largas o cortas y comprobar si hay algún evento transicional entre los últimos neandertales y los primeros humanos de nuestra especie», afirma Adrián Pablos. Pero quizá también «no descartamos encontrar, por debajo de estas, otras unidades correspondientes a los neandertales», aventura Sala.

Foto: Herramientas líticas halladas en en el Abrigo de La Malia de Tamajón.

Con ello se culminaría la datación de diferentes momentos de la Prehistoria en la meseta, una región en la que no se cuenta con tanta información como en otras zonas de la Península. «Hay un registro muy importante de este periodo en la Cornisa Cantábrica, en el Mediterráneo e incluso en la costa portuguesa, pero había un vacío existencial, una vez que se extinguen los neandertales, en el centro de la Meseta. Esto quizá se deba a que haya habido una menor tradición investigadora, a que no hay tantas cuevas, a que no encontramos los sitios donde habitaban o a todo ello junto».

«Por eso resultan tan importantes los hallazgos de Tamajón, puesto que en estas cronologías y lugares la comunidad científica no contaba con la presencia de 'Homo sapiens'», señala el investigador del de la Universidad Complutense de Madrid.

Foto: Nohemí Sala explicando el trabajo arqueológico realizado a visitantes del yacimiento durante la jornada de puertas abiertas.

Nohemi Sala y Adrián Pablos son unos firmes convencidos del valor que tiene mostrar a la población local y, en genera, a interesados en la materia, los hallazgos habidos en cada campaña. Así, en los días finales de la excavación convocaron una jornada de puertas abiertas, en el mismo Abrigo de La Malia, para explicar a público interesado qué es lo que allí se hace.

Cerca de un centenar de personas pudieron ver una demostración de talla en la que dos expertos mostraron cómo los antepasados del Paleolítico Superior elaboraban sus herramientas de piedra tallando sílex, cuarcita o cuarzo, y lo hicieron con los mismos utensilios que ellos usaban. Además, también mostraron y enseñaron a utilizar azagayas, venablos y otras armas de caza.

Foto: Muestra de cómo se talla una herramienta lítica.

«Esta excavación es un proyecto de investigación científica. Catalogamos los hallazgos y escribimos en revistas sobre ellos, pero nuestro trabajo está financiado con dinero público y por eso consideramos nuestro deber explicar a la gente lo qué estamos haciendo y por qué venimos a estos yacimientos, una iniciativa que, afortunadamente, tiene continuidad en el CIPAT (Centro de Interpretación Paleontológica y Arqueológica de Tamajón) que expone o interpreta algunas de las piezas que estamos encontrando», afirma Pablos.

«Desde el Ayuntamiento hemos creído siempre en los científicos. Confiamos en ellos y nos ponemos a su disposición. Les hemos apoyado en todo aquello que ha estado en nuestra mano: la disponibilidad de los terrenos, aportación de los materiales, custodia de los hallazgos y una pequeña ayuda económica. Le damos mucha importancia a su trabajo, puesto que nos hace visibles ante la comunidad científica, pero también, y sobre todo, porque los descubrimientos trascienden y nos convierten en foco del turismo cultural. Estamos muy ilusionados con las excavaciones tanto paleontológicas como arqueológicas», ha manifestado por su parte Eugenio Esteban, alcalde de Tamajón.

Además de los conocidos yacimientos arqueológicos, en el Abrigo de La Malia y en Peña Capón, y el paleontológico en Sacedoncillo, «hay otro yacimiento más, en este caso de la Edad del Hierro, para el que solicitamos también la colaboración institucional, asegurando de antemano, la aportación del Ayuntamiento de Tamajón», termina el alcalde.

Fuente: abc.es | 18 de septiembre de 2023

Las mujeres íberas de Alarcos (Ciudad real) fueron jefas y guerreras

Los restos encontrados en la excepcional crátera griega del siglo IV a.C. que se exhibe en ‘Atempora’, son de mujer, aparecieron al lado de un extraño enterramiento con una veintena de cabezas cortadas.

La necrópolis ibérica mejor conservada del yacimiento de Alarcos (Ciudad Real) está en las faldas del cerro, en un terreno de media hectárea en Poblete cedido para uso público de la finca Villadiego el año pasado, cuyos hallazgos están cambiando la perspectiva del papel de la mujer en el mundo antiguo prerromano.

Que las mujeres eran importantes en la cultura ibérica, la primera sociedad compleja de la Península, es conocido; ahí están la Dama de Elche, la Dama de Baza, o los cientos de exvotos femeninos encontrados en tumbas y santuarios. ¿Eran guerreras, sacerdotisas, jefas? Las fuentes no lo aclaran, pero los avances tecnológicos en el estudio de huesos y ADN antiguo están aportando datos sorprendentes, incluso para investigadores experimentados en el mundo ibérico como los profesores Rosario García Huerta y Javier Morales, de la Universidad de Castilla-La Mancha, codirectores de las campañas ibéricas sistemáticas en Alarcos desde 1997, junto a David Rodríguez y Pedro Miguel.

La ‘crátera de las cabezas’

El hallazgo que hace replantearse ideas preconcebidas sobre las íberas se puede contemplar en el Museo de Ciudad Real-Convento de la Merced (hasta el 24 de septiembre formando parte de la exposición ‘Atempora’). Se trata de una excepcional pieza de cerámica griega, una crátera (vasija donde se mezclaba el vino con agua) fechada en el IV a.C. y “excepcional en todos los aspectos, porque hay muy pocas en la Península”, apostilla el profesor Morales. La vasija apareció en la campaña arqueológica del año pasado en esta tercera necrópolis íbera de Alarcos, en Poblete.

Crátera de cerámica griega del siglo IV a.C. con los restos cremados de lo que ahora se ha sabido que era una mujer / J. Jurado.

En la crátera estaban los restos de una mujer de 40 años

"La crátera, sometida a una minuciosa restauración, no solo ha aportado una pieza bellísima y valiosísima al museo, sino información relevante: los restos cremados de una persona que se presupone muy significada y que son de una mujer de unos 40 años. Junto a ella también apareció armamento, y al lado de su tumba, un hoyo simple en el suelo, otro extraño enterramiento con entre quince y veinte cabezas cortadas de jóvenes, todavía en estudio”, como si fueran una ofrenda, explica la profesora García Huerta.

“En los yacimientos íberos no hemos encontrado sacrificios humanos, por eso es tan singular. En algunos hay cráneos con clavos para colgarlos en la pared, la cabeza de algún enemigo, pero son cosas excepcionales, de ahí lo singular del hallazgo", añade García Huerta.

Rosario García Huerta, investigadora principal del parque arqueológico de Alarcos y codirectora de las excavaciones en el sector Íbero / Carlos Díaz-Pinto.

“Cuando no se hacían estudios de huesos como ahora se asociaba la aparición de un arma a un hombre; que tengamos esta crátera con elementos de armas en el enterramiento de una mujer nos hace replantearnos el pasado y romper mitos, que nos hacen vislumbrar, aplicando la perspectiva de género, que las mujeres en el mundo ibérico tuvieron más protagonismo”, añade Morales.

Los íberos cremaban a sus muertos pero no podían desintegrar los huesos y otras partes del cuerpo que aparecen en las urnas funerarias. Hace cuarenta años ese material biológico se desechaba, ahora los análisis permiten determinar el sexo, la edad y hasta enfermedades. “Muchas veces nos encontramos con huesos de un tamaño considerable, restos de dientes, caderas, etc., que con esas técnicas de análisis nos permiten determinar no todos, pero sí un elevado porcentaje de los restos, hasta saber si eran hombres, mujeres, niños o ancianos”, afirma el profesor Morales.

Javier Morales, codirector de las excavaciones sistemáticas en el sector ibérico de Alarcos / Carlos Díaz-Pinto.

El misterio de las cabezas cortadas continúa un año después

El misterio de las cabezas con el que se topó el equipo de excavación del año pasado continúa un año después, previo paso por el laboratorio. El sexo de la persona enterrada es lo único claro, de las cabezas no se sabe con certeza que sean contemporáneas a la crátera. El enterramiento de los cráneos es del siglo III a.C. y la crátera del IV a.C. La zona ha estado sin tocar 2.400 años, es posible que los enterramientos se hicieran a la vez, aunque lo hicieron en una vasija valiosa que poseía el poblado de años atrás.

La crátera griega se dató con precisión debido al motivo decorativo y la firma del autor, que los investigadores describen como ‘el pintor del tirso blanco’. Un tirso es una vara adornada con hojas de hiedra y parra, rematada con una piña en la punta, que solía llevar como cetro la figura de Baco y se usaba en las fiestas dedicadas a este dios. Hay otras cerámicas griegas del siglo IV a.C. con esos motivos, y con la figura central de la princesa Ariadna (la que ayudó a Teseo a derrotar al Minotauro de Creta, con un ovillo de hilo para salir del laberinto).

Esta cerámica griega terminó en el poblado ibérico de Alarcos a causa del comercio. Las cabezas, por los primeros indicios antropológicos, parece que fueron cercenadas con las personas vivas (se descarta en principio que fuera post mortem,). “Por ahora hemos hecho un estudio genérico de esta necrópolis, pero preparamos otro más en profundidad”.

Campaña 2023 en la tercera necrópolis ibérica de Alarcos, en Poblete / Carlos Díaz-Pinto.

La necrópolis ibérica mejor conservada de Alarcos

La profesora García Huerta, investigadora principal de las excavaciones en Alarcos, tanto en la zona medieval como en la íbera, cuenta que esta tercera necrópolis es la más grande y la mejor conservada del yacimiento. Sus enigmas se irán desgranando poco a poco. “Tenemos trabajo para muchos años y eso significa mucha información”.

Los inicios no han podido ser mejores. A finales de 2020 se hizo el primer sondeo, que siguió en 2021 y la primera campaña de excavación, con estudiantes, el año pasado. Se abrieron calles y aparecieron las primeras tumbas ‘simples’ (enterramientos en un hoyo en el suelo).

Campaña 2023 en la necrópolis III del Alarcos ibérico, a finales de agosto / Carlos Díaz-Pinto.

Cinco enterramientos tumulares

La segunda campaña, entre el 21 de agosto y el 1 de septiembre de este 2023, ha permitido ampliar las excavaciones de tumbas, “llevamos ya un centenar”, comenta García Huerta, y excavar con detenimiento cinco enterramientos tumulares, de entrada más importantes que las de hoyo. En ellas se han centrado los esfuerzos de un equipo en el que han participado doce alumnos de la UCLM durante quince días muy duros.

El grupo se ha centrado en excavar tumbas de mucho más empaque, de tipo tumular (equivalentes a nuestros panteones), en las que esperan encontrar más ajuar funerario con sus difuntos. Pero no ha habido manera de llegar a ellos. Es más, las únicas urnas funerarias han aparecido en enterramientos de hoyo simple, lo que es una contrariedad pero que entra en los planes.

Restos cerámicos en la necrópolis ibérica III de Alarcos / Carlos Díaz-Pinto.

Tumbas saqueadas en la Antigüedad

“No tenemos claro por qué no han aparecido urnas, es probable que sean túmulos que fueron destruidos y saqueados desde antiguo, incluso en la propia época ibérica en varias generaciones posteriores a su construcción”, relata el profesor Morales.

Más optimista, la profesora García Huerta se refiere al potencial de la necrópolis. “Tenemos material entre el siglo I a.C. hasta el IV a.C. en media hectárea en la que hemos localizado cien tumbas, pero solo conocemos la parte más superficial, la última de utilización. La superficie es tan grande que no sabemos si esta necrópolis se empezó a usar en el siglo IV a.C. o antes”. La profesora Huerta no descarta encontrar enterramientos del siglo V o VI a.C., en un cerro en el que la primera presencia humana data de hace tres milenios (hubo población desde finales de la Edad del Bronce hasta el siglo XVI).

Campaña 2023 en la necrópolis III del Alarcos ibérico, a finales de agosto / Carlos Díaz-Pinto.

Las necrópolis, claves en la investigación arqueológica

“Las tumbas nos dan mucha información sobre la mentalidad y la ideología de las civilizaciones”, resume la investigadora principal de Alarcos, que explica que en una necrópolis, como esta de Poblete, que no se ha tocado en milenios, los efectos arqueológicos están mejor conservados, “aquí si la tumba no está violada encuentras materiales completos. Las tumbas nos dan mucha información sobre la mentalidad y la ideología, como el tipo de ajuar o el mismo enterramiento, que nos indican diferencias sociales”.

Los íberos quemaban a sus muertos en una pira y luego recogían esos restos, los depositaban en urnas funerarias y los inhumaban en tumbas simples, de hoyo, y en estructuras más complejas, tumulares, amontonamientos de dos por dos, delimitados por piedras más grandes.

"Otras tumbas están delimitadas por muros más anchos y dejan en medio una cámara funeraria, incluso en túmulos escalonados, en relación al papel de esa persona en la sociedad”. Este verano se han excavado cinco tumbas tumulares, una de ellas enorme, pero no han aparecido los enterramientos. “Tampoco sabemos si todo el mundo tenía derecho a enterrarse en la necrópolis, ni el tamaño real, eso será objeto de otras campañas”, indican.

Foto: Falcatas halladas en Alarcos, las temidas espadas íberas. UNIVERSIDAD DE CASTILA-LA MANCHA.

En los ajuares hallados en esta necrópolis el equipo de la UCLM ha encontrado lo habitual: "armamento de hierro, que sale en un estado lamentable, desechos, pero no porque se quemaran, sino porque el hierro se oxida. Algunas armas se quemaban, pero otras se ponían encima, pero es igual, salen muy deterioradas. El terreno también lo machaca todo”, explica la investigadora que reconoce que identificar objetos que no son cerámicas cuesta.

Aunque no ha habido hallazgos destacables en la campaña 2023, que tendrá continuidad estos meses en el laboratorio, han aparecido adornos, pendientes, fíbulas, cuentas de collar, recipientes cerámicos de ofrendas, fusayolas (contrapesos que se colocaban en los husos de hilar) y anillos de bronce.

Foto: Cerro de Alarcos. A la izquierda, ubicación del yacimiento íbero. UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA.

La musealización de la tercera necrópolis ibérica

Pero este año la actividad en la falda del cerro de Alarcos (a la derecha por la carretera principal de acceso al yacimiento) no termina con el verano. La nueva necrópolis de Alarcos será objeto de una primera intervención para musealizarla este otoño.

Lo primero es colocar un vallado de protección de todo el entorno, para evitar el pillaje. El segundo paso es la instalación de una plataforma para contemplar el conjunto, con algunas tumbas musealizadas y paneles explicativos.

La intención, con supervisión arqueológica de los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha más el arqueólogo que coordine la obra (de la empresa pública Tragsa), es rehabilitar algunos de los túmulos y alguna tumba. Ese proyecto del Gobierno de Castilla-La Mancha, que gestiona el parque arqueológico de Alarcos, está presupuestado en 150.000 euros, cuenta con fondos europeos para su desarrollo e implica adecuar el terreno que rodea a la necrópolis instalando un sistema de drenajes para para evitar la entrada de agua de escorrentía.

Miguel Ángel Rodríguez Rabadán e Isabel Serio trabajan en el perfilado de los huesos aparecidos en la nueva necrópolis.

La implicación del Ayuntamiento de Poblete

Para los arqueólogos del sector ibérico es un gran paso que no impide seguir excavando en futuras temporadas. "La campaña de excavaciones arqueológicas 2023 ha contado con fondos del Ayuntamiento de Poblete, algo muy destacable teniendo en cuenta las pequeñas dimensiones de esta localidad. Su esfuerzo ha sido grande lo que demuestra su sensibilidad”, enfatiza García Huerta, profesora de Historia especializada en Prehistoria en la Facultad de Letras de Ciudad Real. La subvención principal la ha aportado la Junta dentro de la campaña anual de subvenciones a investigaciones arqueológicas, además del soporte de la Universidad de Castilla-La Mancha.

A ayuntamientos como el de Ciudad Real le ha costado más implicarse, pero también han participado en esta campaña. El año pasado fue la primera vez que aportaron financiación a la investigación arqueológica en Alarcos, según la profesora.

Las excavaciones arqueológicas en Alarcos, contando la parte medieval e íbera, han implicado este año a veinticinco personas. En el caso del sector medieval bajo la dirección de Antonio de Juan y Diego Lucendo. En la zona ibérica, además de los cuatro codirectores, ha colaborado Miguel Ángel Rodríguez Rabadán, el becario que hace su tesis con el equipo.

Tres necrópolis ibéricas en Alarcos

Hasta la fecha el yacimiento de Alarcos ha sido prolijo en necrópolis ibéricas. Una muy pequeña con seis tumbas en la ladera del cerro, que se amortizó por el crecimiento del poblado. Una segunda en una zona llana cerca del cauce del Guadiana de la que se conservan veinticinco tumbas, las conocidas como de ‘los príncipes ibéricos de Alarcos’, que aportaron mucha información; y esta última necrópolis, a los pies del cerro, es decir, del poblado, que reúne todas las condiciones para convertirse en un museo al aire libre que muestre el esplendor de la cultura ibérica en Alarcos, origen de Ciudad Real, eclipsada por la famosa batalla de 1195 y el devenir del lugar en la Edad Media.

Fuente: lanzadigital.com | 17 de septiembre de 2023

El Museo de Lérida muestra la historia de los últimos 30 años de excavaciones en los yacimientos romanos de Iesso, Aeso e Ilerda

Foto: Imagen de la exposición 'Romans a Ponent. Ilerda, Iesso, Aeso’. Museo de Lérida

El Museo de Lérida inaugura este jueves la exposición temporal 'Romans a Ponent. Ilerda, Iesso, Aeso' (hasta el 14/01/2024). Se trata de una muestra que pretende resumir y recoger los hallazgos más destacados de los últimos 30 años de excavaciones en estos enclaves referenciales del Imperio Romano en la demarcación de Lérida.

La exposición cuenta con 152 piezas que provienen de 18 instituciones distintas que van desde el Museo de Arles, el de Toulouse, Zaragoza, el Nacional Arqueológico de Tarragona, el Museo de Arqueología de Cataluña o el Museo Nacional. El director del Museo de Lérida Josep Giralt, ha destacado que "han hecho falta tres años y medio para poder recopilar todo este material que hasta la fecha nunca había tenido tanta presencia".

La alcaldesa de Isona, Jeannine Abella (segunda por la izquierda), durante la inauguración de la muestra

Buena parte de las piezas que pueden verse en la muestra que estará en la sala de exposiciones temporales del Museo de Lérida provienen del Archivo Arqueológico de Lérida y de los museos de Guissona e Isona.

En este sentido, Xavier Payà, del Archivo Arqueológico de Lérida y comisario de la exposición, ha destacado la colección epigráfica que se ha reunido por primera vez, con 6 pedestales, un altar funerario y una lápida, que permitirá transportar al visitante a la vida de aquellas personas que caminaron y vivieron en nuestras ciudades hace 2.100 años. Payà ha añadido que la exposición ha permitido recuperar algunas piezas por primera vez; piezas inéditas, de la propia Ilerda, como columnas o el molino pompeyano hallado en la avenida Francesc Macià, "que las teníamos en el más puro olvido".

Asimismo, Payà ha destacado que "la exposición quiere ser un 'homenaje' sobre el origen de la vida de las personas, tal y como lo tenemos ahora. Recordó que con la conquista de los romanos se implementó un sistema organizativo de territorio con ciudades conectadas por vías. Esto permitió que la población que vivía dispersa se alojara en las ciudades que estaban regidas por unas leyes y protegidas por un ejército. Éste fue, "el germen de nuestra vida actual", apuntó.

Por su parte, Josep Giralt, del Instituto de Estudios Catalanes y también comisario de la exposición, ha puesto en valor el hecho de que en Guissona, se ha conservado de manera permanente durante los últimos 2.000 años una capa freática de agua que ha permitido encontrar elementos de madera en los diferentes pozos que había en la antigua Iesso. En la exposición hay uno de los hallazgos recientes más destacados de este yacimiento, un cubo de madera que salió de un pozo en 2017.

Otro de los hechos destacados de esta exposición es que se ha realizado una restitución virtual de cómo eran las ciudades de Ilerda, Iesso y Aeso en la época romana a partir de los elementos excavados en los yacimientos. Josep Giralt ha apuntado que "en las imágenes hay fuerza imaginación e interpretación, pero permiten dar una idea de cómo serían estas tres ciudades hace 21 siglos". Además, permiten unificar las tres ciudades que convivieron en una misma época predominante y encabezando la vida social, económica y cultural de ese tiempo en la demarcación de Lérida.

Fuentes: ccma.cat | pallarsdigital.cat | 14 de septiembre de 2023

Las relaciones económicas en el México precolombino muestran que los gobernantes aztecas eran explotadores despiadados

Distribución de los ingresos en el Imperio Azteca en comparación con los estados americanos modernos. D1, primer decil (10% más pobre); D10, décimo decil (10% más rico). Los datos de México y Estados Unidos provienen de la base de datos sobre desigualdad de ingresos mundial. Una prueba de Kolmogorov-Smirnov confirma que la distribución reportada del Imperio Azteca es estadísticamente diferente de las del México moderno (D = 0,55, P = 0,004) y Estados Unidos (D = 0,65, P = 0,000).

Los conquistadores españoles no trajeron ellos mismos la desigualdad a las tierras aztecas que invadieron; simplemente construyeron sobre la estructura socioeconómica que ya existía, adaptándola según podían, a sus planes. Este es el tema de un artículo de Guido Alfani, del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Bocconi University, y Alfonso Carballo de NEOMA Business School en Francia. Su artículo, "Ingresos y desigualdad en el Imperio Azteca en vísperas de la conquista española", acaba de publicarse en Nature Human Behavior .

La distribución de la riqueza en el México actual es, como en otros países latinoamericanos, bastante desigual. Alfani y Carballo partieron de este hecho bien conocido y comenzaron a investigar si la situación era diferente antes de que el dominio español reemplazara al llamado Imperio Azteca. Este sistema de gobierno se originó a partir de una alianza de tres ciudades-estado que, con el tiempo, llegaron a gobernar una serie de provincias que debían pagar tributos, incluso con sangre. Su agricultura estaba bastante avanzada en términos de rendimiento, pero requería mucha mano de obra, ya que se desconocía la rueda y no se empleaban animales.

Las principales distinciones sociales en el Imperio Azteca eran entre la nobleza, los plebeyos y los esclavos. La élite dominaba a los plebeyos manteniendo el control exclusivo sobre los recursos. Los impuestos establecidos para cada provincia eran variables, dependiendo de cómo la provincia había pasado a formar parte del Imperio Azteca. Aquellas provincias que habían resistido militarmente al Imperio Azteca estaban sujetas a tasas impositivas imperiales más altas una vez conquistadas.

El principal obstáculo para evaluar los niveles de ingresos del México prehispánico reside, por supuesto, en la escasez de datos relevantes: los archivos aztecas fueron destruidos en gran medida por las tropas españolas y, hoy en día, sobrevive poca información utilizable. Por tanto, los autores estimaron los ingresos per cápita en el Imperio Azteca explotando la variación en la densidad de población mediante la utilización de datos arqueológicos. Estiman que el ingreso per cápita promedio en vísperas de la conquista española era, aproximadamente, 690 dólares estadounidenses, lo que es significativamente más bajo que el existente en la España contemporánea. Este promedio oculta, además, importantes diferencias entre las ciudades y las zonas rurales.

Alfani y Carballo estimaron que antes de la conquista el 1% más rico ganaba el 41,8% de los ingresos totales; esta cifra crece hasta el 50,8% si se considera el 5% más rico. Como la proporción del ingreso del 50% más pobre era solo del 23,3%, esto genera una distribución de los ingresos muy sesgada, incluso peor que la actual. La clase dominante imperial, la clase dominante provincial y los nobles no gobernantes representaban menos del 2% de la población total, pero concentraban el 46,6% de los ingresos totales.

Los mexicas, como se llamaban a sí mismos, o aztecas, como se les ha denominado por Aztlán, su lugar de origen según el mito, construyeron entre 1325 y 1521 un poderoso imperio desde su capital, Tenochtitlán. Foto: Kenneth Garrett.

Esto es extremadamente importante porque ayuda a explicar cómo un pequeño ejército español de sólo unos pocos cientos de hombres, pudo invadir rápidamente el Imperio Azteca. La recaudación de impuestos altamente centralizada causó tal resentimiento en vastas regiones del Imperio Azteca que sus poblaciones, cuyos niveles de vida estaban sólo ligeramente por encima de la subsistencia, de hecho tomaron las armas al lado de los españoles.

"Las instituciones rapaces que caracterizaron al Imperio Azteca allanaron el terreno para la posterior explotación colonial", dice Guido Alfani. "Como sostenemos, no se puede considerar que los niveles relativamente altos de desigualdad de ingresos que llegaron a caracterizar a América Latina hayan sido la única consecuencia de las condiciones iniciales impuestas por los españoles. Tampoco podrían provenir simplemente de las actitudes e instituciones depredadoras de la élite colonial. En cambio, la colonización exacerbó aún más las condiciones altamente extractivas que habían surgido antes de la conquista y aseguró su continuación durante los siglos posteriores".

Fuente: Bocconi University | 13 de noviembre de 2023

Hallazgo de oro del siglo en Noruega: descubren un tesoro del siglo VI

Foto: Erlend Bore posa con el tesoro de oro hallado poco después de haberlo encontrado en el suelo con un detector de metales en la isla de Rennesøy, en Stavanger.

Noruega celebra estos días «el descubrimiento de oro del siglo en el país» por el hallazgo de un tesoro del siglo VI: nueve medallones con símbolos de raros caballos y perlas de oro que una vez formaron un lujoso collar, así como tres anillos del mismo metal. La feliz noticia la ha dado a conocer en un comunicado la Universidad de Stavanger, una ciudad al suroeste del país donde se encontraron las joyas en agosto.

«Al principio pensé que eran monedas de chocolate o del capitán Sabeltann», un famoso personaje imaginario noruego, dijo Erlend Bore, el noruego de 52 años que descubrió el singular alijo de oro en una propiedad de un granjero. Según relatan medios noruegos, las recomendaciones de su médico y su fisioterapeuta llevaron a Bore a comprar un detector de metales para motivarse a salir a pasear y su aparato comenzó a sonar en una colina.

La colección de joyas incluye colgantes, anillos y perlas de oro. (Crédito de la imagen: Ereland Bore).

La Universidad de Stavanger elogia en un comunicado el comportamiento de Erlend, que marcó la ubicación, detuvo la búsqueda e inmediatamente se puso en contacto con el consejo del condado cuando hizo el descubrimiento para que acudieran los servicios arqueológicos.

Las joyas desenterradas se remontan a alrededor del año 500 d.C., un periodo de crisis, degradación del clima y migraciones en Noruega. «Dada la ubicación del descubrimiento y las enseñanzas extraídas de otros hallazgos equivalentes, se trata sin duda de objetos preciosos ocultos o de una ofrenda a los dioses en un momento dramático», afirma el profesor Håkon Reiersen.

Para el director del museo arqueológico de la universidad de Stavanger, Ole Madsen. «es el descubrimiento de oro del siglo en Noruega».

Las joyas fueron confeccionadas por especialistas calificados y usadas por los más poderosos. «Encontrar tanto oro de un solo hallazgo es extremadamente raro», indicó Reiersen. En Noruega no se había realizado ningún descubrimiento comparable desde el siglo XIX y también es muy inusual en el contexto escandinavo, según señala el profesor de la Universidad de Stavanger.

El hallazgo también es único por el motivo de los medallones que formaban el llamativo collar: un caballo de la mitología nórdica en una forma hasta ahora desconocida.

El profesor Sigmund Oehrl, del Museo Arqueológico de Stavanger, explica que «se solía representar al dios Odín curando al caballo enfermo de su hijo Balder, un mito que fue visto durante el período migratorio como un símbolo de renovación y resurrección y daría al portador de la joya protección y buena salud. Sin embargo, en los medallones descubiertos sólo se ve al caballo herido, con la lengua colgante y las patas retorcidas, símbolo de la enfermedad y la angustia, pero también de la esperanza de la curación y la nueva vida», según Oehrl.

Según lo previsto por la ley noruega, Erlend Bore y el propietario del terreno deberán recibir una recompensa por su hallazgo, cuyo importe aún no ha sido decidido. El objetivo es exhibir el hallazgo en el Museo Arqueológico de Stavanger.

Fuentes: abc.es | rpp.pe | 8 de septiembre de 2023

Dos excepcionales torques de oro de la Edad del Hierro, hallados por casualidad en Peñamellera Baja (Asturias)

Collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico Museo Arqueológico de Asturias.

Son dos collares rígidos, que se denominan torques y tienen forma de letra C, realizados en oro que, por su calidad técnica y el detalle de los motivos decorativos, constituyen un extraordinario hallazgo de interés histórico y arqueológico. Los torques aúreos son una de las joyas más representativas de la orfebrería de la Edad del Hierro que, en la península ibérica, se data aproximadamente entre los siglos IX y II antes de Cristo. Las dos joyas fueron encontradas en Cavandi, en Peñamellera Baja, y también el hallazgo tiene algo de extraordinario puesto que una de las piezas fue encontrada por casualidad.

Según explican en la Viceconsejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte, el 29 de agosto, la dirección del Museo Arqueológico de Asturias recibió comunicación, a través del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias Cabal, de la aparición de un torques áureo en las proximidades de Panes. El descubrimiento había sido realizado por el trabajador de la empresa de aguas contratada por el Ayuntamiento de Peñamellera Baja, Sergio Narciandi, mientras rastreaba la traída para el pueblo de Cavandi.

Ese mismo día por la tarde, personal del museo visitó la zona en compañía del descubridor y de Pablo Arias. Durante la prospección superficial del lugar exacto donde se había producido el hallazgo se encontraron cuatro fragmentos pertenecientes a un segundo torques. Las piezas fueron recuperadas en superficie, sobre los materiales procedentes de un corrimiento de tierras producido sobre una ladera con pronunciada pendiente.

La Dirección General de Patrimonio Cultural y el Museo Arqueológico promovieron una intervención urgente que permitió recuperar, hasta completarlo, las partes restantes del segundo torques. El hallazgo es excepcional por dos razones. Una por el descubrimiento en sí, con dos piezas de una extraordinaria calidad y maestría de los artesanos que las confeccionaron, que además abren una importantísima ventana hasta ahora cerrada al estudio y conocimiento del tipo de joya más representativa de la orfebrería de la Edad del Hierro.

Y por otro, por el comportamiento ejemplar de la persona que identificó la primera de las piezas y dio aviso a las autoridades competentes, tal como determina la Ley de Patrimonio Cultural. Su artículo 67 establece que, en el caso de objetos descubiertos por azar, quien los halle deberá comunicarlo a la consejería competente en materia de patrimonio cultural en el plazo de 48 horas, sin que se pueda dar conocimiento público antes de haber informado a dicha Administración. Los restos y objetos de interés descubiertos fortuitamente tienen la consideración de bienes de dominio público y su depósito se realizará obligatoriamente en el Museo Arqueológico de Asturias.

Características de las dos joyas

La primera pieza, la que localizó el trabajador de la empresa de aguas, es un collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico, caracterizados por varillas con remates en doble escocia y decoraciones que desarrollan motivos ornamentales geométricos.

En este caso, se reproduce una distribución ornamental muy similar a la del conocido como Torques de Langreo (derecha), hoy depositado en el Museo Instituto Valencia de Don Juan, en Madrid. Un aro cuyo tramo central es recorrido por seis falsos cordones con decoración incisa que flanquean sendas espirales interpuestas entre los tramos distales decorados con revestimiento de alambre. Remata en sendos cabezales de doble escocia.

La segunda pieza, que se localizó fragmentada en seis partes, ha podido ser remontada provisionalmente en el Museo Arqueológico, y se ha comprobado que está completa. Se trata de un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematada en cabezales de sección en doble escocia. La decoración mantiene una distribución clásica con motivos sogueados en los discos, tramo central liso y acanaladuras en su desarrollo lateral.

El primer torques puede considerarse, por la calidad de sus dimensiones, acabado y factura técnica, una obra singular en el conjunto de la orfebrería propia del noroeste peninsular durante la Edad del Hierro. Las dos piezas componen un conjunto excepcional como primer caso de collares rígidos áureos de los que se dispone de referencia precisa del lugar y circunstancias del descubrimiento

El segundo de los torques hallado. Un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematado en cabezales de sección en doble escocia Museo Arqueológico de Asturias.

El contexto cultural

La fabricación de objetos de oro en la historia de Asturias está documentada desde comienzos de la Edad del Bronce, hace unos 4.500 años. El anillo recuperado en el dolmen La Mata’l Casare, Pola de Lena, (derecha) o los discos de aire irlandés, de procedencia incierta, son las primeras piezas en la orfebrería prehistórica.

«En épocas posteriores, fundamentalmente durante la Edad del Hierro, el repertorio de joyas se amplía, pero su estudio se ha visto limitado por la carencia endémica de referencias relativas al origen y circunstancias en que se produjeron los descubrimientos. En su mayor parte constituyen un inventario no demasiado extenso en el que, por desgracia, los hallazgos carecen de todo contexto que permita determinar una fecha más o menos precisa para la fabricación de los objetos o el momento de su depósito», explican desde Cultura.

Los elementos recuperados son piezas relacionadas con la manipulación y transformación de metales preciosos y alguna joya menuda, sin torques, que son el objeto más característico en la orfebrería de la Edad del Hierro, no sólo de Asturias sino de toda la Europa atlántica.

Por todo ello, el hallazgo de los torques de Cavandi es extraordinario. Por primera vez, y con absoluta precisión, señalan el espacio geográfico de procedencia, facilitando un estudio pormenorizado del espacio en el que fueron depositados y el conocimiento de las circunstancias históricas en las que se produjo. «Ambas piezas son fruto de un experto trabajo artesanal, resuelto con aplicación de elaboradas técnicas de orfebrería y conforme a patrones estéticos que, aunque reconocidos en otras joyas coetáneas, se combinan aquí de forma magistral para ofrecer un resultado sorprendente», remarcan en Cultura.

El estudio de estas dos joyas se integrará en una línea de investigación avanzada sobre la orfebrería antigua en Asturias y permitirá contrastar algunas de las hipótesis hasta ahora planteadas a la luz de nueva información arqueométrica y avanzar en la resolución de cuestiones relativas a la antigüedad, pervivencia y progresiva transformación de la orfebrería local tras su incorporación al mundo romano.

Fuentes: lavozdeasturias.es | elpais.com | 9 de septiembre de 2023