Descubren en Egipto una necrópolis con las tumbas intactas de un sacerdote y altos funcionarios

Imagen de uno de los ataúdes antropomorfos hallados en la necrópolis egipcia. Ministerio de Antigüedades de Egipto

Un equipo de arqueólogos egipcio ha desenterrado una rica necrópolis del Imperio Nuevo, datada entre los años 1550 y 1070 a.C., en el yacimiento de Al-Ghoreifa, cerca de Tuna el-Yebel (la antigua Hermópolis Magna), situado en el Egipto Medio. La necrópolis está formada por hipogeos (un tipo de tumba excavada en la roca) en cuyo interior se han encontrado diversos sarcófagos antropomorfos de piedra caliza y ataúdes de madera ricamente decorados con motivos religiosos.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mostafa Waziri, ha declarado que esta necrópolis es la primera de estas características en ser descubierta en esta zona de Egipto. De hecho, desde hace varios años se están llevando a cabo aquí diversas excavaciones arqueológicas que han permitido estudiar y documentar enterramientos del Imperio Antiguo y Medio, así como recabar nueva información acerca de las prácticas funerarias que se llevaron a cabo en el pasado en la región.

Mostafa Waziri durante la rueda de prensa en la que presentó los importantes descubrimientos de la necrópolis. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

COMPLETOS AJUARES FUNERARIOS

Según Mostafa Waziri, entre los objetos funerarios más llamativos que se han descubierto en la necrópolis destacan los pertenecientes a un hombre llamado Djehuty, que, según las inscripciones, fue gran sacerdote y guardián de los toros del templo de Amón en Hermópolis Magna. Junto a él ha aparecido la momia de una cantante del templo llamada Nany y las de otros destacados funcionarios y sacerdotes que fueron enterrados en el mismo lugar.

Uno de los ataúdes bellamente decorados que han sido localizados en la necrópolis recién descubierta. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Asimismo, en diversas tumbas de la necrópolis los arqueólogos han localizado algunas estatuas de divinidades de diversos tamaños (entre ellas, una figura del dios cánido de la momificación Anubis) y un total de 25.000 ushebtis, unas pequeñas figurillas funerarias (la mayoría elaboradas en loza) destinadas a servir al difunto en la otra vida.

Imagen de algunos de los miles de ushebtis encontrados en el interior de las sepulturas. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

En el interior de las tumbas se encontraron miles de ushebtis hechos de fayenza para servir al difunto en la otra vida. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Además de todas estas figuras, los arqueólogos también hallaron máscaras funerarias y un papiro en perfecto estado de conservación que contenía un ejemplar del Libro de los muertos con una longitud aproximada de unos cuatro metros. Según han informado los responsables de las excavaciones, el papiro será trasladado en breve al Gran Museo Egipcio de Giza para ser expuesto al público tras su restauración. Por otra parte, Mostafa Waziri también ha destacado la bella decoración de uno de los ataúdes, junto al que se han localizado los vasos canopos de la hija del sacerdote Djehuty, una mujer llamada Tadhi Essah.

Durante un estudio preliminar realizado en el yacimiento, los arqueólogos lograron determinar que una parte de la necrópolis fue reutilizada entre los años 664 y 332 d.C., durante la denominada Antigüedad Tardía. En esta zona de la necrópolis los arqueólogos han exhumado miles de amuletos, ushebtis y ataúdes con momias.

La excavación del yacimiento comenzó en 2017 y actualmente están previstas nuevas expediciones y campañas arqueológicas para terminar de esclarecer la historia y los secretos que se esconden en esta necrópolis de Al-Ghoreifa.

En el interior de la tumba se encontraron los vasos canopos pertenecientes a la hija del sacerdote Djehuty. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | elespanol.com | clarin.com| 25 de octubre de 2023

Recrean en 3D el rostro de ‘Juanita’, la momia de una niña inca sacrificada a los dioses hace 500 años

La Doncella de Hielo de Ampato, de 14 años, reconstruida por el arqueólogo y escultor Oscar Nilsson. La víctima del sacrificio lleva una túnica confeccionada por tejedores tradicionales modernos, un atuendo similar al que lució en su último día en la cima de la montaña. FOTOGRAFÍA DE DAGMARA SOCHA.

Las condiciones insólitas del descubrimiento de Juanita la han convertido en toda una celebridad tanto en su país de origen como en el resto del mundo. Se trata de la momia mejor conservada de las Américas, cuyos restos fueron hallados en 1995 cerca del cráter del Volcán Ampato, al sur de Perú, junto con algunos objetos que indican cómo pudo alcanzar su fatal destino.

Ahora, 28 años después de su descubrimiento, se ha podido llevar a cabo una realista reconstrucción de su rostro que muestra el aspecto que habría tenido esta momia inca de aproximadamente 500 años de antigüedad.

"Al principio parecía un gran manojo de telas", recuerda el explorador de National Geographic, Johan Reinhard, de la momia hallada en el monte Ampato de Perú en 1995. El compañero de escalada de Reinhard, Miguel Zárate, aparece aquí en el momento del descubrimiento. FOTOGRAFÍA DE J. REINHARD.

UN HALLAZGO EXTRAORDINARIO

“Santuarios de Altura del Sur Andino” fue un largo proyecto de investigación liderado por la Universidad Católica de Santa María que se llevó a cabo entre las décadas de los 70 y los 90, aproximadamente. Estaba enfocado en la exploración de los volcanes de Perú, Chile y Argentina.

Durante su visita al volcán Ampato en 1995, el arqueólogo de montaña Johan Reinhard y el andinista Miguel Zárate hallaron a más de 6000 metros de altura unos restos humanos momificados que se encontraban en muy buen estado de conservación.

Tras un riguroso examen los expertos determinaron que los restos pertenecieron a una niña inca de entre 12 y 15 años de edad que habría sido sacrificada en un ritual aproximadamente 500 años atrás, a la cual denominaron Dama o Doncella de Ampato.

La figura momificada de Juanita vestía una túnica ceremonial y fue encontrada junto a su propio cordón umbilical y una serie de objetos, como cuencos y estatuillas de oro y cerámica, y conchas spondylus.

Una de las mayores expertas en momias de Perú, Sonia Guillén, fotografía a la Doncella de Hielo poco después de su descubrimiento en 1995 en la Universidad Católica de Arequipa, Perú. FOTOGRAFÍA DE STEPHEN ÁLVAREZ, NAT GEO IMAGE COLLECTION.

Sacrificios de niños incas en época prehispánica

Los sacrificios a los dioses eran un acto fundamental del Imperio Inca, época en la cual la niña encontrada en Ampato habría vivido durante sus breves años de existencia.

Se trataba de una ceremonia ancestral que tenía por objetivo recibir la bendición divina, consiguiendo así abundancia, buena fortuna, y mitigando condiciones climáticas adversas. El ritual es conocido como capacocha.

Así, la joven menor de edad pasaba de ser una ofrenda a ser considerada una figura sagrada, una intermediaria entre los incas y los dioses, en un ritual que requería mucho tiempo de preparación. La tradición dictaba que las ofrendas serían educadas en casas de acogida para después emprender su camino de ascenso al volcán junto a una comitiva religiosa, donde sería sacrificada a pocos metros de la cima.

El rostro de la Doncella de Hielo fue reconstruido por Nilsson utilizando una réplica impresa en 3D de su cráneo. El proceso duró 10 semanas. FOTOGRAFÍA DE OSCAR NILSSON.

La momia se conservó perfectamente durante 500 años antes de ser descubierta

Situada a más de 6000 metros por encima del nivel del mar, la cima del volcán Ampato, donde se encuentra su cráter, ha estado usualmente cubierta de nieve y hielo.

Aunque este volcán se encuentra inactivo desde hace mucho tiempo, en la década de los 90 otro volcán próximo, el Sabancaya, volvió a activarse y a expulsar ceniza volcánica que se elevó y transportó miles de kilómetros alrededor. Este fenómeno viajó hasta el Ampato y fundió una parte de su hielo, dejando al descubierto los restos de la momia Juanita, que se habían conservado congelados durante siglos.

Reconstrucción facial

Recientemente un equipo de científicos peruanos y polacos junto con el especialista en reconstrucción facial sueco Oscar Nilsson han utilizado tecnologías 3D, escáneres y tomografía computarizada para reconstruir el rostro de la Dama de Ampato y modelarlo en un busto de silicona que nos permite conocer el aspecto que la niña inca habría tenido.

Este proceso, que ha conllevado más de 400 horas de trabajo, se ha podido realizar gracias a previas mediciones del cráneo, estudios del ADN recuperado de sus restos y referencias de sus características etnológicas, que determinaron que la niña habría tenido la piel morena, los ojos oscuros y unos pómulos pronunciados.

Además, la tomografía computarizada ha permitido aproximarse más a la causa de su muerte: el cráneo presenta signos asociados un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza.

Foto: El descubridor de Juanita, Johan Reinhard, contempla la reproducción facial de la misma.

"Era una persona"

"Era una persona", afirma el reconstructor forense. "Debía saber que su vida acabaría en la cima de la montaña en un par de semanas. Sólo podemos esperar que ella misma creyera en el más allá".

Para Reinhard, ver por fin el rostro de la chica que bajó de la montaña a cuestas hace décadas cerró el círculo de la historia de la Doncella de Hielo. "La devuelve a la vida", dice. La reconstrucción se centra tanto en su cultura y su vida cotidiana como en su espectacular muerte.

Pero Nilsson nunca olvidó la forma en que murió la Doncella de Hielo, incluso cuando la resucitó con su reconstrucción. Más que nada, dice, quería captar la sensación de estar congelada, un guiño no sólo a su futuro gélido y momificado, sino a una chica que se tambaleaba al borde de la eternidad, aunque todavía muy viva.

"Sabía que debía sonreír, expresar orgullo", dice. "Orgullosa de haber sido elegida. Pero todavía muy, muy asustada".

Fuentes: tvyumuri.cu | nationalgeographic.es | 26 de octubre de 2023

¿Quiénes fueron los primeros humanos modernos que se asentaron en Europa?

Mapa actual de Europa con la ubicación del sitio Buran Kaya III y la cueva Emine-Bair-Khosar en la península de Crimea (el mapa fue diseñado por S. Puaud utilizando recursos de acceso abierto de la NASA en http://eoimages.gsfc.nasa.gov/images.

Antes de que los humanos modernos se establecieran permanentemente en Europa, otras poblaciones humanas, durante unos 60.000 años, abandonaron África para trasladarse a Europa sin establecerse a largo plazo. No en vano, hace unos 40.000 años, una importante crisis climática unida a una supererupción del volcán de los Campos Flégreos, cerca de la actual ciudad de Nápoles, precipitó el declive de las antiguas poblaciones europeas, evidenciado por la ausencia de artefactos asociados con los neandertales en las capas estratigráficas más recientes posteriores a este evento.

Para determinar quiénes fueron los primeros humanos modernos que se establecieron de modo permanente en Europa, un equipo dirigido por científicos del CNRS ha analizado los genomas de dos fragmentos de cráneo procedentes del yacimiento de Buran Kaya III, en Crimea (Ucrania), que datan entre 37.000 y 36.000 años atrás.

Fotografías de los fragmentos de cráneo tomadas con binoculares. A. Fragmento de cráneo BuKa3-A (36.840 – 35.680 cal BP), excavado usando máscara y guantes. B. Fragmento de cráneo BuKa3-B (36.840 – 35.680 cal BP), recuperado del río Borulcha mediante tamizado sin precauciones. C. BuKa3-C (37.415 - 36.245 cal BP) excavado usando máscara, guantes y un traje de cuerpo entero. Fotos © E.-M. Geigl.

Al compararlos con los datos de los bancos de ADN humano (el ADN del tercer fragmento que se había recuperado del sedimento mediante tamizado en el río Borulcha estaba mal conservado y no era susceptible de análisis) se puso de relieve la proximidad genética de estos individuos y de los europeos actuales, pero también de los antiguos, en particular los asociados a la cultura Gravetiense, conocida por la producción de estatuillas femeninas denominadas "Venus" (como la Venus de Dolní Věstonice, en Chequia, la Venus de Willendorf (derecha), en Austria, o la "Dama de Brassempouy”, en Francia), cuyo auge en Europa se sitúa hace entre hace 31.000 y 23.000 años. Es este un yacimiento clave para comprender la llegada y dispersión de los humanos anatómicos modernos (AMH) en Europa, así como sus posibles interacciones biológicas y/o culturales con los neandertales y la transición entre el Paleolítico medio y superior temprano.

Además, las fechas de estos genomas (entre 37.000 y 36.000 años atrás) son importantes porque corresponden al período que siguió a los principales cambios climáticos y la crisis del ecosistema causada por el período frío estadial Heinrich 4 y el período de erupción volcánica que coincidió con el recambio de la población humana en Europa.

Entre los hallazgos arqueológicos se hallaron restos de ocre, herramientas para golpear, cuchillos de pedernal y raspadores. (Foto: Instituto de Arqueología de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania/ Universidad Metropolitana de Tokio).

Las herramientas líticas encontradas en el yacimiento de Buran Kaya III también se parecen a algunos de los conjuntos gravetienses (aunque quienes las elaboraron vivieron entre 6.000 y 5.000 años antes) como buriles, raspadores de extremos y microlitos con respaldo en las capas que también preservaron los fragmentos del cráneo.

Se ha podido demostrar que el lugar de Buran Kaya III constituyó un campamento estacional y de carnicería. Posteriormente, el sitio fue abandonado durante unos 20.000 años. Además, las excavaciones llevadas a cabo también revelaron las capacidades artísticas de la población que habitaba esta zona, quienes produjeron adornos corporales como conchas de moluscos perforadas, dientes de zorro y ciervo, así como colgantes pulidos y una hoja grabada de marfil del colmillo de mamut.

Adornos corporales realizados en marfil de mamut. A. Colgantes recuperados de la capa 6-1, capa donde se había conservado uno de los fragmentos de cráneo analizados. B. Fragmentos reacondicionados de una hoja de marfil grabada interpretada como brazalete. Fotos © L. Crépin.

Por tanto, los individuos aquí estudiados contribuyeron genética y tecnológicamente a la población que dio origen a esta civilización. Publicado en Nature Ecology & Evolution el 23 de octubre, este trabajo documenta la primera llegada de los antepasados ​​de los europeos.

A: El equipo de excavación tomando medidas de precaución especiales para evitar la contaminación de los huesos con ADN propio de los arqueólogos: Masayoshy Yamada, Alexandr Yanevich, Pavlo Wasiliev. B: Muestreo de fragmentos de cráneo humano en Buran Kaya III con precauciones especiales (guantes, máscara y protección para todo el cuerpo) realizado por Laurent Crépin. Foto © A. Yanevich.

Fuentes: cners.fr. | ecoevocommunity.nature.com | 23 de octubre de 2023

Reconstruyen el cráneo de nuestro primer pariente, un gran simio de 12 millones de años hallado en Cataluña

De izquierda a derecha: cráneo de ‘Pierolapithecus catalaunicus’ tal como se recuperó del yacimiento, después del proceso de preparación y, por ultimo, el modelo virtual 3D. / PNAS.

El 4 de diciembre de 2002 aparecieron los primeros restos de un primate fósil en el Vertedero de Can Mata, en Els Hostalets de Pierola (Barcelona), a raíz de unas obras relacionadas con la ampliación de la instalación. En días y campañas posteriores de excavación se recuperaron hasta 83 restos de un individuo adulto que, después de meses de estudio, acabó permitiendo describir un nuevo género y especie: Pierolapithecus catalaunicus. La investigación fue publicada en 2004 en la revista Science y tuvo una gran repercusión internacional. El ejemplar se bautizó con el nombre popular de 'Pau'.

Desde entonces, los restos de Pau han dado lugar a muchas otras publicaciones que lo han consolidado como una especie clave para estudiar la evolución de los hominoideos, el grupo de simios que incluye a los seres humanos y nuestros parientes actuales más cercanos, los antropomorfos (gibones, orangutanes, gorilas y chimpancés).

Con el fin de recuperar el aspecto original de su cráneo antes del proceso de fosilización, un equipo de investigación del Museo Americano de Historia Natural (AMNH, el Brooklyn College y el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) ha reconstruido el cráneo, bien conservado pero dañado, de esta especie de gran simio que vivió hace unos 12 millones de años.

El Pierolapithecus catalaunicus, puede ser crucial para comprender la evolución de los grandes simios y los humanos. Los investigadores describen sus recientes hallazgos en la revista PNAS.

El equipo ha realizado un escaneo de tomografía computarizada para obtener un modelo 3D que ha permitido corregir esta deformación virtualmente.

Pierolapithecus catalaunicus (réplica, Museo del Instituto de Paleontología Miquel Crusafont, en Sabadell).

Tronco erecto

Uno de los aspectos más destacados es su diseño corporal ortógrado (con el tronco erecto), una característica que precedió a las adaptaciones suspensoras de los homínidos. El Pierolapithecus catalaunicus podía trepar verticalmente por los troncos y probablemente desplazarse de forma cuadrúpeda por encima de las ramas, pero no se podría suspender de ellas tal y como hacen otros antropomorfos, como los orangutanes o los gibones.

“El objetivo de esta investigación no pretendía sólo saber cuál era la morfología real de la cara del 'Pierolapithecus' sino comprender mejor las afinidades de sus rasgos faciales y reconstruir la historia evolutiva de la cara de los homínidos utilizando aproximaciones morfométricas comparativas de última generación”, explica Sergio Almécija (izquierda), investigador del AMNH y asociado al ICP.

Los resultados apoyan la hipótesis de que Pierolapithecus catalaunicus es un homínido basal, tal y como se concluyó en la descripción original. “La forma de la cara es diferente a la de los orangutanes, gorilas y chimpancés actuales, pero pensamos que su tamaño y morfología corporal es bastante parecida al del último ancestro común de los grandes antropomorfos y los humanos”, comenta Almécija, que también es el autor senior que lidera el estudio.

El estudio apoya la posibilidad de que los hilobátidos, el grupo que incluye los gibones y los siamangs y que son de menor tamaño que los homínidos actuales, deriven secundariamente de un ancestro más grande.

Una vez corregida la deformación mediante métodos virtuales, el rostro del Pierolapithecus se muestra más alto, con las órbitas y la apertura nasal más verticalizadas.

“Más de 20 años después de su hallazgo, el 'Pierolapithecus' nos sigue proporcionando información relevante sobre nuestros orígenes y estoy seguro de que todavía nos reserva muchas sorpresas", comenta David M. Alba (derecha), director del ICP y que participó en la excavación del fósil. “Pero me ha costado un poco acostumbrarme a la nueva cara de Pau, es como si un amigo de toda la vida se hiciera una operación de estética”, bromea el investigador.

Un tesoro evolutivo en un vertedero

Pau era un macho adulto que vivió hace unos 12 millones de años (durante el Mioceno Medio), en lo que actualmente es el Vertedero de Can Mata y es una muestra más del extraordinario registro fósil de primates del Mioceno de la cuenca del Vallès-Penedès, que en el pasado ya ha proporcionado otros especímenes relevantes para estudiar la evolución de los hominoideos como Jordi (Hispanopithecus laietanus) o Lluc (Anoiapithecus brevirostris).

Antigua recreación del aspecto en vida de un ejemplar de Pierolapithecus catalaunicus. Por transparencia se observa el cráneo original : / Meike Köhler / © ICP.

Por lo que sabemos a partir del registro fósil, los hominoideos experimentaron una primera radiación evolutiva en África durante el Mioceno inferior (hace unos 16 millones de años), alcanzando un primer pico de diversidad hace unos 20 millones de años.

A partir de principios del Mioceno medio, algunos miembros de este grupo migraron hacia Eurasia, donde dieron lugar a una segunda radiación que alcanzó su máximo auge durante el Mioceno superior (hace unos 8 millones de años). Hacia finales del Mioceno, el linaje humano se originó en África y progresivamente se expandió por todo el globo terráqueo.

Los antropomorfos, en cambio, fueron quedando más restringidos a causa de cambios ambientales, hasta llegar a su distribución actual en el África tropical y el sudeste asiático.

Fuente: agenciasinc.es | 17 de octubre de 2023

Una familia gallega encuentra dos torques de oro, de la Edad del Hierro, mientras araba el campo

Los dos torques de oro hallados recientemente en la comarca gallega de Betanzos. EFE.
El pasado mes de mayo, una familia de la localidad coruñesa de Betanzos encontró de forma casual mientras araba un campo de su propiedad una pieza metálica que, en un primer momento, no dieron importancia; pero que tras limpiarla con agua constataron que se trataba de un gran tesoro: un torques de oro macizo de unos 400 gramos. Cinco meses más tarde, la misma familia vuelve a desenterrar una pieza similar y en las mismas circunstancias.

Tras los dos asombrosos descubrimientos, la familia entregó las piezas a los responsables de Patrimonio de la Xunta de Galicia, quienes depositaron las joyas en la caja de seguridad del Museo Arqueológico del Castillo de San Antón, en La Coruña, el centro de referencia para los hallazgos localizados en esta comarca. Allí serán estudiados por los especialistas del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC mediante análisis de la composición química del metal y observación microscópica.

El experto Xosé-Lois Armada presenta y comenta las características de los torques hallados en el Museo Arqueológico del Castillo de San Antón, La Coruña.

Según las primeras hipótesis, estas piezas que se utilizaban a modo de collar, podrían proceder de la Edad de Hierro (siglos IX-II a.C.) y pertenecer al tipo ártabro, una tipología –de la que solo se conocen 24 ejemplares– que se caracteriza por sus remates en periña y tener una decoración tripartita con una zona central lisa y los otros dos elaborados con alambres enrollados.

La primera pieza localizada tiene unas dimensiones de 147x143 mm y 11 mm de diámetro y un peso de 390,3 gramos. Como cualidad singular, subrayan los investigadores, la unión del aro con los remates muestra una pericia técnica inferior a la del resto de piezas, lo que sugiere que se trata de una reparación antigua. Además, los primeros resultados de su estudio apuntan al uso de un oro con un porcentaje muy alto de pureza. «Tiene la composición más alta en oro de todo los torques de tipo ártabro que conocemos hasta ahora», ha asegurado el investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, Xosé-Lois Armada (izquierda).

A pesar de sus similitudes, las terminaciones de la segunda pieza son ligeramente distintas, presentando una de ellas una forma más almendrada, con dimensiones de 161x38 mm, 18 mm de diámetro y 365 gramos de peso. A diferencia del ejemplar anterior, los investigadores pudieron detectar la presencia de un mental menos noble su interior a través de ligeras rozaduras y zonas de abrasión.

La Xunta de Galicia está a la espera de conocer los resultados definitivos del estudio del CSIC para conocer qué actuaciones llevar a cabo desde la perspectiva técnica e histórica de estas singulares y excepcionales piezas, aunque el Concello de Betanzos (La Coruña) ya ha solicitado que sean destinados al Museo de As Mariñas.

Un hallazgo con premio

Según ordena la legislación autonómica, los hallazgos realizados de forma «casual», «por azar» o «como consecuencia de remociones de tierras, demoliciones y obras de cualquier tipo» deben comunicarse en el acto a la consejería competente en esa materia. Además, la normativa prevé un premio en metálico por cada hallazgo, que debe repartirse entre el propietario del terreno y la persona que haga el descubrimiento. El premio es equivalente «a la mitad del valor que en tasación se le atribuya al objeto encontrado». El responsable de esa tasación es el Consejo Superior de Valoración de Bienes Culturales, aunque los futuros recompensados pueden presentar una tasación propia que debe efectuar un especialista en la materia.

Fuentes: eldebate.com | laopinioncoruna.es | 24 de octubre de 2023

La necrópolis de Cañaveral (Huelva), donde se hallaron varias estelas, era una vía de paso estratégica en la península ibérica

Leonardo García Sanjuan, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Sevilla y uno de los responsables del Grupo de Investigación Atlas, / CLARA CARRASCO (Cañaveral de León).

Tras encontrarse de manera azarosa la primera estela diademada en el camino rural de las Capellanías (Cañaveral de León, en Huelva) el pasado 2018, los arqueólogos comenzaron la campaña de excavaciones en el entorno, descubriendo un gran complejo funerario excepcional por su gran significación histórico y, además, por su singularidad geográfica.

Leonardo García Sanjuan, catedrático de prehistoria de la Universidad de Sevilla y uno de los responsables del Grupo de Investigación Atlas de la US, cuenta a Huelva Información cómo en el yacimiento lo que parecen pavimentos del camino, no lo son en realidad. "Son tumbas prehistóricas que están a ras del suelo". Un hito que descubrieron después de un arduo trabajo.

Una de las tumbas encontradas en el yacimiento de las Capellanías en Cañaveral de León / CLARA CARRASCO (Cañaveral de León).

Actualmente acaban de dar por finalizada la campaña (aunque no porque se haya excavado todo el terreno, ni mucho menos). "Hemos estado trabajando casi cuatro semanas en septiembre, cuando encontramos la tercera estela diademada. Fue el mismo tiempo que estuvimos excavando el pasado año", explica Leonardo. El equipo ha estado formado por unas 17 personas en la zona. "Se ha excavado solo una pequeña parte del yacimiento, pero se ha parado porque es un trabajo extensivo, agotador y todos los arqueólogos tenemos que compaginar estas labores con el trabajo en las universidades".

Y no es para menos. Tras explorar el terreno llegaba la recompensa. "Nos llevamos una sorpresa mayúscula al encontrar debajo del camino, así como a ambos lados, una serie de tumbas". Del estudio se extraen muchas conclusiones. Lo primero que es importante y que llama mucho la atención es la asociación entre las tres estelas encontradas y estas tumbas, monumentos prehistóricos. "Hablamos de una necrópolis con unas tumbas que se pueden considerar monumentales".

La tercera estela (diademada) localizada en la excavación de Cañaveral de León (Huelva).

Las estelas eran esculturas que protegían a los caminantes

En primer lugar, el arqueólogo aclara que una estela es una escultura prehistórica (dentro de los cánones estéticos específicos de la época) caracterizada por ser esquemática, en las que las cosas se representan de una manera muy sutil. Una piedra de 1,20 metros aproximadamente, que pesa 140 kg y que en la parte frontal tiene grabados una serie de motivos. Durante aproximadamente 100 años se ha estado debatiendo sobre si estas esculturas eran monumentos marcadores de tumbas, es decir, monumentos funerarios. Pero no había pruebas, porque de las más de 300 estelas de este tipo que se conocen en la península ibérica, en España y Portugal, el 99% habían sido encontradas por casualidad.

"Halladas en una excavación científica, sujetas a sistemas de observación técnicos, como lo que hemos estado realizando nosotros, solo se han encontrado dos. Las dos últimas de Cañaveral de León. De ahí la importancia que estos hallazgos tienen, porque ahora ya tenemos claro que, efectivamente, estos monumentos se asocian a tumbas y esto quiere decir que tienen un sentido funerario. Son monumentos que conmemoran a personas enterradas aquí".

Yacimiento de las CapellaníasC / CLARA CARRASCO (Cañaveral de León).

La segunda razón por la que estas estelas son importantes es porque se han encontrado tres juntas, prácticamente en 25 metros y además asociadas a un camino. "Los caminos son unos elementos del paisaje muy especiales. En la cultura romana se ponían esculturas para proteger a los caminantes. Estas estelas se ha pensado que podrían tener esta significación, que funcionaban como marcadores de camino, pero además en una vía de gran relevancia. Este es un camino que aunque parezca rural, se encuentra formando parte de una ruta importantísima, que conecta el Bajo Valle del Guadalquivir (Sevilla) con el noroeste. Y esa era la principal ruta de comunicación en la península ibérica antes de que apareciera Madrid en el mapa. Queda así demostrado que este era un camino fundamental de larga distancia, de Sevilla a Santiago de Compostela".

Se presume que en el Yacimiento de las Capellanías puede haber más de 30 tumbas en total, de las cuales se han excavado nueve. Unas tumbas agrupadas en túmulos funerarios (tres encontrados hasta el momento), así como otros 'mini túmulos', que no son más que "pequeñas agrupaciones de piedras para conmemorar una tumba".

Yacimiento de las Capellanías, en Cañaveral de León / CLARA CARRASCO (Cañaveral de León).

"De las nueve tumbas que hemos excavado, vemos que hay entre tres o cuatro morfologías diferentes entre ellas". Dentro de estas tumbas han aparecido cinco urnas (dos de ellas de enormes dimensiones) con huesos dentro, además de otros huesos que estaban sueltos. Se piensa que esas sociedades practicaban la cremación. Las urnas, cuenta el experto, se encuentran ahora en la Universidad de Sevilla porque tienen que terminar de estudiarlas, restaurarlas y consolidarlas antes de entregarlas al Museo de Huelva.

Tras los hallazgos, el siguiente paso es hacer el estudio post excavación, algo que conllevará meses, si no años. La comunidad científica irá poco a poco confirmando evidencias hasta certificar lo que será un antes y un después de las Capellanías. De momento, este yacimiento de valor incalculable será tapado hasta una nueva campaña de excavación, para evitar su desgaste por el temporal o los animales que habitan próximos a la zona.

Yacimiento de las Capellanías, en Cañaveral de León / CLARA CARRASCO (Cañaveral de León).

Fuente: huelvainformacion.es | 22 de octubre de 2023

La llegada de los agricultores de Oriente Medio a Europa ‘diluyó’ el ADN neandertal

Reconstrucciones de un humano moderno (~30.000 años AP, izquierda) descubierto en Les-Eyzie, Francia, y un neandertal (~50.000 años AP, derecha) descubierto en La Ferrassie, Francia. Los neandertales y los humanos modernos coexistieron y se cruzaron, lo que llevó a niveles de introgresión de ADN ligeramente más altos en los asiáticos orientales que en los europeos. Los autores del estudio al respecto sugieren que la historia de las expansiones del área de distribución de los humanos modernos, y no solo la selección natural, ha influido profundamente en esta distribución espacial de la introgresión arcaica. Crédito: Claudio S. Quilodrán.

Hace alrededor de 50.000 a 70.000 años el hombre moderno llevó a cabo su principal ola de expansión fuera de África, es la teoría denominada Out of Africa. Al llegar a Europa, en esta región se toparon con los neandertales, los cuales llevaban cientos de miles de años viviendo en la parte occidental del continente euroasiático. Este cruce propició que se reprodujeran con las sociedades humanas cazadoras recolectoras, pero finalmente el Homo sapiens se impuso y los neandertales se extinguieron.

No obstante, esta desaparición no fue repentina pues, al coexistir durante milenios ambas especies, el ADN neandertal se integró en el genoma de los Homo sapiens.

Como consecuencia, en la actualidad existe una presencia de aproximadamente un 2 % de ADN de origen neandertal en la población euroasiática. Sin embargo, este porcentaje varía ligeramente según las regiones, ya que es algo más abundante en los genomas de las poblaciones asiáticas que en las europeas (tienen alrededor del 8 % al 24 % más).

Para entender esta historia común entre las dos especies, una investigación liderada por la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha estudiado la distribución de la porción de ADN heredado de los neandertales en los genomas de los humanos modernos, a lo largo de los últimos 40.000 años.

Con este objetivo, utilizaron una base de datos facilitada por la Facultad de Medicina de Harvard que incluye más de 4.000 genomas de individuos que han vivido en Eurasia en ese período. Estos análisis estadísticos revelaron sutiles variaciones en el tiempo y en el espacio geográfico.

“Al analizar paleogenomas de hombres modernos hasta el presente, observamos que existe una parte de ADN neandertal que aumenta al distanciarse desde la fuente de expansión Out of Africa.

Sin embargo, esta expansión no explica la relativa mayor ascendencia neandertal observada hoy en el este de Asia, comparado con el oeste de Europa. Es en una segunda expansión, la de los primeros agricultores provenientes del Medio Oriente (Anatolia), que se encontraban más cerca de la expansión original y, por tanto, tenían relativamente menor ADN neandertal, la que disminuyó los niveles de esta ascendencia en Europa”, declara a SINC Claudio Quilodran (izquierda) de la UNIGE y coautor principal de la investigación. El trabajo se publica en la revista Science Advances.

La transición al Neolítico, es decir, con el paso del estilo de vida cazador-recolector al estilo agrícola proveniente de los habitantes de Anatolia (península occidental de Turquía) y de la zona del Egeo hace entre 10.000 y 5.000 años, es lo que propicia la disminución de la proporción de ADN de origen neandertal en los genomas de las poblaciones europeas.

Estos primeros agricultores portaban una proporción de ADN de origen neandertal inferior a la de los habitantes de Europa en la misma época. Al mezclarse, los genomas de los agricultores de Anatolia ‘diluyeron’ un poco más el ADN neandertal.

Variación espacial en el nivel de ascendencia neandertal. Los niveles de ascendencia de los cazadores-recolectores y agricultores europeos se proyectaron utilizando el mejor modelo de Europa ( n = 1517). Los puntos grises representan la distribución de las muestras de ADN.

Cómo explicar las diferencias entre Europa y Asia

Una hipótesis para explicarlo es que la selección natural no habría tenido el mismo efecto sobre los genes de origen neandertal en las poblaciones asiáticas y europeas. Pero en la UNIGE se trabaja en otra hipótesis basada en simulaciones computacionales -con base en un estudio previo- que apunta a que tales diferencias podrían explicarse por los flujos migratorios: cuando una población migrante se hibrida con una población local, en su zona de cohabitación, la proporción de ADN de la población local tiende a aumentar con la distancia desde el punto de partida de la población migrante, en este caso África, punto de origen del Homo sapiens, es decir, cuanto más se aleja uno de África, punto de origen del Homo sapiens, mayor es la proporción de ADN procedente del neandertal, población localizada principalmente en Europa.

“Precisamente, lo interesante de nuestro estudio es que proponemos esta nueva hipótesis (flujos migratorios) para entender estas pequeñas diferencias que observamos hoy en día. Esto se explica porque los individuos que viven al borde de la ola de expansión demográfica son menos numerosos que en el centro de la expansión, lo que hace que tengan una mayor probabilidad de aumentar el ADN neandertal, por reproducción con ellos o aleatoriamente, ya que la población es pequeña”, explica Quilodran.

Variación temporal en el nivel de ascendencia neandertal en diferentes poblaciones culturales. HG, cazadores-recolectores; FA, agricultores del Neolítico; OT, otros ejemplos antiguos. (A) Nivel de ascendencia en Europa y (B) Nivel de ascendencia en Asia. Las líneas continuas y punteadas representan los valores estimados y los intervalos de confianza del 95%, respectivamente. Los puntos de colores representan la distribución de muestras de ADN antiguas utilizadas en el mejor análisis de la antigua Eurasia.

Los resultados de la investigación indican que en el periodo posterior a la dispersión del Homo sapiens desde África, los genomas de los cazadores-recolectores paleolíticos que vivían en Europa contenían una proporción ligeramente mayor de ADN de origen neandertal, si se compara con los genomas de los que vivían en Asia.

Este resultado es contrario a la situación actual, pero concuerda con los datos paleontológicos, ya que la presencia de neandertales se registró principalmente en Eurasia occidental —no se han descubierto huesos de neandertales más al este que en la región de Altai, en Siberia—.

“Empezamos a disponer de datos suficientes para describir, cada vez con mayor precisión, el porcentaje de ADN de origen neandertal en el genoma de los 'Homo sapiens' en determinados periodos de la prehistoria. Por tanto, nuestro trabajo puede servir de referencia para que futuros estudios detecten más fácilmente perfiles genéticos que se desvían de la media y que, por tanto, podrían revelar un efecto ventajoso o desventajoso'', concluye Mathias Currat (izquierda), profesor titular del Departamento de Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y autor también del estudio.

Fuente: agenciasinc.es | 18 de octubre de 2023