¿Se han desvelado los últimos misterios del Hombre de Neandertal en España?

La última campaña de excavaciones se ha desarrollado durante quince días el pasado verano. Han participado ocho personas. Carlos Mazo.

Físicamente, el Hombre de Neandertal era parecido a nosotros, aunque se distinguía por tener unos arcos superciliares muy protuberantes, lo que le daba un aspecto fiero. Y era muy fuerte. "Un Hombre de Neandertal promedio –asegura el prehistoriador Carlos Mazo–, haría parecer un alfeñique a Arnold Schwarzenegger". Uno de los grandes misterios entre quienes estudian la evolución humana es por qué, después de haber poblado Europa durante más de 300.000 años, el Hombre de Neandertal se extinguió hace 40.000-42.000.

En un momento en el que se estudian los restos encontrados desde Atapuerca a Gibraltar, y en el que los análisis genéticos aportan nueva luz sobre el tema, una cueva de la comarca de Campo de Cariñena podría aportar la pieza que falta en el rompecabezas. Allí, un equipo de la Universidad de Zaragoza dirigido por el profesor Carlos Mazo, trabaja sin prisa y sin pausa desde hace más de una década.

"A unos pocos kilómetros al sur de Aguilón se encuentra el Cerro del Pezón, donde hay varias cuevas –relata–. En tres de ellas se han encontrado vestigios de interés. En una han aparecido restos humanos y cerámicos que corresponden al Bronce Antiguo; en otra se han hallado principalmente restos paleontológicos, de fauna muy variada; y, entre ambas, se encuentra una tercera, que es en la que trabajamos desde hace 13 años".

El nombre con el que se ha bautizado la cueva, de unos 100 metros cuadrados de superficie, es poco evocador: P5. Los trabajos arqueológicos, iniciados en el año 2010, han afectado hasta el momento a la parte superior de un depósito estratigráfico potente, en el que se han identificado varios momentos de ocupación del Hombre de Neandertal.

Carlos Mazo, profesor de la Universidad de Zaragoza y especialista en el hombre de Neandertal. Heraldo.es

En 2016, el equipo de la Universidad de Zaragoza llegó a un nivel que la técnica del radiocarbono fechó en hace 42.000 años, cuando Europa sufrió importantes cambios climáticos en los que algunos científicos han encontrado el motivo por el que el neandertal se extinguió. "Hasta ahora la excavación arqueológica ha afectado a unos 20 metros cuadrados del total –señala Carlos Mazo–. En algunos puntos hemos descendido a más de cuatro metros de profundidad respecto a la cota cero. Estamos interesados en determinar las causas por la que los neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años, algo que explique el vacío poblacional que se da en ese momento histórico. Pensamos que un factor muy importante para explicarlo es el clima, pero aún nos faltan secuencias climáticas de cierta precisión. En los últimos años se ha aportado mucha información en este aspecto pero necesitamos saber más".

Además de Carlos Mazo, en el equipo de trabajo se integran especialistas como Marta Alcolea, Rafael Laborda, Luis M. García-Simón, Cristina López-Tascón, Marina Bretos, Alicia Sanz-Royo, Vanessa Villalba-Mouco, José L. Peña-Monné, María M. Sampietro-Vattuone o Mario Gisbert. Un equipo multidisciplinar porque se trata de tomar los restos que ofrecen las excavaciones e iniciar con ellos estudios sedimentológicos, geoarqueológicos, arqueopetrológicos, traceológicos, zooarqueológicos, arqueobotánicos, arqueométricos y bioantropológicos.

Pero, ¿qué es lo que aparece en la cueva? Sobre todo, instrumentos de sílex. Un sílex de muy buena calidad, cogido seguramente en la plana de Jaulín, en los alrededores de Botorrita. Los investigadores han establecido dos momentos de población de la P5. Uno, más antiguo, en el que la cueva se habitó, y otro en el que fue más refugio provisional de cazadores. "En el primero de esos niveles encontramos abundantes artefactos tallados y varias estructuras de combustión, una de ellas de dos metros de diámetro y 20 centímetros de potencia. Eso nos prueba que la cueva en ese momento funcionó como lugar de habitación relativamente prolongada. En el segundo nivel, por el contrario, la actividad en la cueva es más puntual. Hay evidencias de caza de animales como ciervo, corzo o cabra, pero no de hogares. Esto mismo ocurre en otros puntos al norte de la cordillera Ibérica, que se constituye así como un territorio clave para entender la dinámica de las poblaciones en el Paleolítico Medio al Superior".

Jornada de puertas abiertas durante los trabajos en el yacimiento arqueológico. Heraldo.es

El trabajo en la cueva ofrece datos nuevos cada año. Las condiciones no son fáciles: sus dimensiones impiden que muchas personas trabajen simultáneamente. La excavación, además, es delicada. "Raramente usamos picoleta –subraya–. Casi todo el trabajo se hace con espátulas. Desde el inicio de la excavación hasta 2021 contabilizamos casi 8.000 restos líticos recuperados, todos siglados e inventariados, y unos 6.000 de ellos coordenados en tres ejes, x, y y z".

El trabajo, además, no se circunscribe a la cueva P5. En 2020 el equipo descubrió un nuevo yacimiento en el covacho de Folluelas, donde también se ha trabajado desde entonces. "Este verano, por ejemplo, en la P5 hemos estado un equipo de 8 personas durante 15 días". El trabajo se ha extendido luego a Folluelas, donde hasta ahora se han podido documentar varios momentos de ocupación y, sobre todo, su uso funerario y sepulcral durante el final del Calcolítico o inicios de la Edad del Bronce. Varios individuos han sido datados en torno al 2.100 a. de C.

¿Qué acabó con el Hombre de Neandertal? "Ojalá tuviera respuesta a esa pregunta, que es muy discutida entre los científicos. –concluye Mazo–. Seguramente no hubo una causa sino un conjunto de ellas. Su densidad de población era muy baja, al igual que su tasa de reproducción, y con gran endogamia. El clima les afectó seguro, quizá eran especialmente vulnerables a alguna enfermedad... Todo parece indicar que los cambios les afectaron de manera más intensa. Se ha hablado de exclusión competitiva, de que los humanos modernos y los neandertales ‘competían’ por los mismos espacios y recursos. Pero pensamos que aquí, en el entorno de la Ibérica, no llegaron a verse cara a cara. La hibridación (el 2% de nuestros genes son neandertales), se produjo fuera de Europa".

Los directores de las excavaciones pertenecen al grupo de investigación Primeros Pobladores del Valle del Ebro y Patrimonio Arqueológico (P3A), dirigido en su día por Pilar Utrilla, y en la actualidad coordinado por José María Rodanés, y a los Institutos Universitarios de Ciencias Ambientales (IUCA) y de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza. Las excavaciones cuentan con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y con la ayuda del ayuntamiento de la localidad zaragozana de Aguilón.

Fuente: heraldo.es | 26 de diciembre de 2023

Los antiguos escitas usaban piel humana para hacer cuero

Esta aljaba de 2.400 años de antigüedad está hecha en parte de cuero humano, según revela una investigación. (Crédito de la imagen: Marina Daragan).

Los antiguos escitas, guerreros nómadas y pastores que florecieron en las estepas de Europa y Asia, convirtieron la piel humana en cuero, según un nuevo estudio.

El descubrimiento confirma una afirmación hecha por el historiador griego Heródoto de que los escitas (alrededor del 800 a. C. al 300 d. C.) utilizaban piel humana para fabricar cuero.

En su investigación, los investigadores analizaron 45 muestras de cuero de 18 entierros de 14 sitios en el sur de Ucrania, según un estudio, publicado la revista PLOS One. Los restos de cuero fueron excavados en diferentes momentos a lo largo de las últimas décadas.

El mapa muestra los sitios de donde se recuperaron muestras de cuero: 1. Bulhakovo; 2. Ilyinka; 3. Kairi; 4. Kislychevate; 5. Ol'hyne; 6. Orijov; 7. Otradna; 8. Paloma; 9. Tyahinka; 10. Vilna Ucrania; 11. Vodoslavka; 12.Vysunsk; 13. Zelene; 14. Zolota Balka (Mapa: M. Daragan, basado en un DTM STRM Servicios de mapas y datos disponibles del Servicio Geológico de EE. UU.

El equipo descubrió que dos muestras de cuero (ambas provenientes de aljabas o contenedores que contenían flechas) estaban hechas de piel humana. En la construcción de las aljabas también se utilizó cuero de animales, incluidas ovejas, cabras, vacas y caballos. Los carcaj estaban enterrados en kurgans (montículos que albergaban los entierros de gobernantes u otros individuos de alto rango) y datan de hace unos 2.400 años, cuando los escitas prosperaban.

"Teniendo en cuenta que los carcaj eran un elemento importante de la identidad del guerrero escita, es muy probable que terminaran siendo enterrados con sus dueños", dijo a Live Science en un correo electrónico la coautora del estudio Margarita Gleba (izquierda), profesora asistente de arqueología en la Universidad de Padua, Italia.

El equipo analizó el cuero mediante el uso de huellas dactilares de masa peptídica, una técnica que examina proteínas específicas en muestras orgánicas para determinar de qué tipo de animal estaba hecho.

Una selección de los fragmentos de objetos de cuero analizados en este estudio: 1. Ilyinka kurgan 4 entierro 2; 2. Ilyinka kurgan 4 entierro 3; 3. Vodoslavka kurgan 8 entierros 4; 4. Orikhove kurgan 3 entierros 2; 5. Zelene I kurgan 2 entierros 3; 6. Kairy V kurgan 1 entierro 1; 7. Ol'hyne kurgan 2 entierros 1; 8. Bulhakovo kurgan 5 entierros 2; 9. Zolota Balka Kurgan 13 entierro 7 (Imagen: M. Daragan). Las unidades de las barras de escala son cm. Crédito: Plos One (2023).

Sus resultados revelaron que Heródoto (que vivió alrededor del 484 al 425 a. C.) fue preciso en su descripción escrita sobre la reutilización de la piel humana por parte de los escitas. Heródoto escribió que: "un escita raspa la carne humana con una costilla de novillo, luego amasa la piel con las manos y, habiéndola suavizado, la guarda como una toalla y la fija a las bridas del caballo que él mismo monta y enorgullecerse de ello; puesto que el que tiene más cueros cabelludos para toallas de mano es considerado un buen guerrero".

"Muchos escitas incluso hacen prendas para usar con estos cueros cabelludos, cosiéndolos como abrigos de piel. Muchos también quitan la piel, las uñas y todo, de las manos derechas de sus enemigos muertos, y hacen cubiertas para sus aljabas", continúa su descripción Heródoto.

Representaciones de guerreros escitas vistiendo prendas de cuero con mangas decoradas: 1–2. Cuenco de plata adornado de Haimanova Mohyla, cámara norte; 3–4. Cono dorado de Perederiyiva Mohyla, Ucrania (Imagen: Museo de Tesoros Históricos de Ucrania, Kiev).

"Nuestros resultados parecen confirmar la espeluznante afirmación de Heródoto", escribe el equipo de investigación en el artículo de la revista.

Barry Cunliffe (izquierda), profesor emérito de arqueología europea en la Universidad de Oxford, y que no participó en la investigación, se pregunta si podría haber otras razones, además de las mencionadas por Heródoto, que pudieran ayudar a explicar por qué los escitas utilizaban cuero humano.

"Me pregunto si lo que hay detrás de esto es que al poseer alguna parte de lo que estás cazando, ya sea humano o animal, obtienes poder adicional sobre ellos. Quizá había la creencia de que tus flechas eran guiadas hacia tu presa al ser guardadas en el carcaj con su piel piel", dice Cunliffe a Live Science. "Heródoto también dice que los escitas decoraban sus caballos con las cabezas de sus enemigos. ¿Podría ser que las cabezas no sólo mostraran tu valor sino que te guiaban hacia tu presa?"

Los escitas no fueron el único pueblo a lo largo de la historia que utilizó cuero humano. Por ejemplo, encuadernar libros con cuero humano es una práctica que se ha prolongado desde la antigüedad hasta nuestros días. En 2020, una investigación de Live Science sobre la venta de restos humanos reveló una edición de 1917 del libro "Enfermedades de la piel", del Dr. Richard Sutton, que un vendedor en Facebook afirmó haber encuadernado con piel humana. El vendedor, que vendió el libro por 6.500 dólares, afirmó que habían obtenido la piel humana de una "muestra médica retirada".

Una investigación revela que un hombre nacido miles de kilómetros al este viajó a Cambridgeshire hace 2.000 años

El entierro excavado del hombre denominado 'Offord Cluny 203645'. Crédito: MOLA Headland Industry.

Científicos del Instituto Francis Crick, la Universidad de Durham y MOLA Headland Infrastructure han descubierto que un hombre que vivió entre los años 126 y el 228 d.C., durante el período romano, no provenía originalmente de una granja rural cerca de donde fue enterrado, sino probablemente a miles de kilómetros de distancia, posiblemente fuera del Imperio Romano.

Sus restos fueron encontrados en 2017 durante las excavaciones realizadas por MOLA Headland Infrastructure cerca del pueblo de Offord Cluny, en Cambridgeshire, como parte del Plan de mejora de las autopistas nacionales A14 de Cambridge a Huntingdon.

En una investigación publicada hoy en Current Biology, los investigadores revelan que este hombre tenía ascendencia relacionada con personas del Cáucaso y con individuos sármatas. Los sármatas, pueblos nómadas de habla iraní, eran jinetes de renombre que vivían principalmente en un área alrededor de lo que hoy es el sur de Rusia y Ucrania.

El hombre, conocido como Offord Cluny 203645, fue enterrado solo, sin posesiones personales, en una zanja de la vía, por lo que este análisis ha permitido a los arqueólogos desvelar su vida.

Los arqueólogos excavan el entierro de Offord Cluny 203645. Crédito: Infraestructura de cabecera de MOLA.

El análisis de ADN destaca una ascendencia única

El análisis de ADN se realizó como parte de un proyecto de Wellcome Trust sobre genomas antiguos en Gran Bretaña dirigido por Pontus Skoglund, jefe del Laboratorio de Genómica Antigua del Instituto Francis Crick.

Marina Soares de Silva, becaria postdoctoral en el Laboratorio de Genómica Antigua del Instituto Francis Crick, dijo: "Hemos comenzado extrayendo y secuenciando ADN antiguo (ADNa) del hueso del oído interno del individuo, ya que es en esa zona donde se conserva mejor. Esto es no es como probar el ADN de alguien que está vivo, ya que el ADN está muy fragmentado y dañado. Sin embargo, hemos podido secuenciar una cantidad suficiente de su ADN con buena calidad y lo hemos comprado con muestras de personas que vivieron en diferentes épocas y lugares del mundo en el pasado".

“Lo primero que vimos fue que genéticamente era muy diferente a los otros individuos romano-británicos estudiados hasta ahora. De hecho, nuestro análisis mostró que tenía ancestros comunes con individuos previamente estudiados procedentes del Cáucaso y los grupos sármatas".

Como las pruebas de ADN por sí solas no podían confirmar que el hombre hubiera nacido fuera de Gran Bretaña, ya que podrían haber sido sus padres quienes se trasladaron, el equipo recurrió a otros tipos de análisis.

Marina Soares de Silva en el Laboratorio de Genómica Antigua del Instituto Francis Crick preparando ADN antiguo para su secuenciación. Crédito: Stephen Potvin, Instituto Francis Crick

Las pistas de los dientes muestran un cambio en la dieta y la ubicación

Investigadores del Departamento de Arqueología de la Universidad de Durham analizaron los isótopos (formas de los elementos carbono, nitrógeno, estroncio y oxígeno) de los dientes del hombre, a fin de ver el entorno en el que creció y cómo cambió su dieta a lo largo de su vida.

Janet Montgomery (izquierda), profesora de la Universidad de Durham, dijo: "Este es un estudio apasionante que combina muy eficazmente el ADN y la evidencia isotópica. Los isótopos nos dicen que él, y no sus antepasados, hizo el viaje a Gran Bretaña. Hasta la edad de 5 o 6 años, vivió en un lugar árido en el este de Europa continental. Su dieta a esta edad contenía una gran cantidad de cultivos de tipo C4, como el mijo y el sorgo, que no son nativos de Europa. A medida que creció, emigró al oeste, y estas plantas desaparecieron de su dieta. Hemos especulado durante varios años de dónde podrían haber venido las pocas personas que encontramos en la Gran Bretaña romana con dietas C4 y ahora tenemos una respuesta".

Gráficamente abstracto

Hasta los 5 o 6 años, Offord Cluny 203645 comía plantas comúnmente disponibles en lugares áridos fuera de Europa occidental o del norte (Sarmatia en azul). Un cambio en la dieta alrededor de los 6 años, y nuevamente después de los 9, sugiere que se mudó al sudeste o centro de Europa (el Imperio Romano en rojo) cuando era niño, antes de llegar a Gran Bretaña y morir entre los 18 y los 25 años.
Crédito: Joe Brock, Instituto Francis Crick

Un viaje extraordinario por el Imperio Romano

En 175 d.C., el emperador Marco Aurelio derrotó a un ejército sármata en la frontera noreste del Imperio Romano e incorporó su caballería a sus legiones. Según el historiador Dion Casio (c. 163-235 d.C.), Marco Aurelio envió alrededor de 5.500 de estos sármatas a unirse a las legiones romanas en Gran Bretaña.

El radiocarbono analizado por el equipo de investigación dató el entierro de Offord Cluny entre el 126 y el 228 d.C., por lo que el despliegue de la caballería sármata podría ser una posible explicación de su llegada a Gran Bretaña, si bien esto no significaría necesariamente que él mismo habría sido un soldado, especialmente teniendo en cuenta que era un niño cuando emigró.

Alex Smith (izquierda), gerente posterior a la excavación de MOLA Headland Infrastructure, dijo: “El análisis isotópico muestra que este individuo era claramente joven en el momento en que comenzó su viaje a través del Imperio Romano. Esto se relaciona con evidencias de entierros anteriores en Gran Bretaña que sugieren que familias enteras pueden haberse unido a los 5.500 miembros de la caballería sármata enviada a Gran Bretaña por Marco Aurelio".

"¿Este joven creció hasta convertirse en parte de esta unidad de caballería? No podemos decirlo, porque no tenemos ningún hallazgo u objeto de su tumba que lo conecte con el ejército romano o con los sármatas. Generalmente, tenemos pruebas muy limitadas de los sármatas estacionados en Gran Bretaña. Sabemos que probablemente estaban en el Muro de Adriano y en Catterick, en North Yorkshire, pero es posible que estuvieran divididos por todo el país. Si este joven era parte de la caballería, entonces tal vez murió camino de un enclave militar”.

Durante la época romana, los viajes de larga distancia eran comunes. La gente se mudaba de un extremo del imperio al otro debido a la migración económica, la guerra, la esclavitud y para participar en el gobierno del imperio.

Una posible explicación para la llegada de este hombre joven a Gran Bretaña podría ser el despliegue de soldados sármatas después de una derrota romana. Imagen: El ejército romano derrota a los sármatas, representado en la columna de Trajano en Roma ('Los relieves de la columna de Trajano', de Conrad Cichorius, Berlín, 1896).

Tom Booth, científico investigador principal del Laboratorio de Genómica Antigua de Crick, dijo: “Los efectos de estos movimientos generalmente se observan en ciudades o ubicaciones militares. Anteriormente se ha argumentado que la vida rural no se vio afectada en gran medida por el dominio romano, pero esto demuestra una clara influencia en las zonas rurales".

Cualesquiera que sean las razones del extraordinario viaje de este joven, su entierro pone de relieve cómo todo el Imperio Romano estaba profundamente conectado, desde el Cáucaso hasta la zona rural de Cambridgeshire.

Fuente: crick.ac.uk | 19 de diciembre de 2023

Los primeros pobladores de alta montaña en los inicios del Neolítico ya realizaban actividades ganaderas más allá de la trashumancia

(A) Arriba: Imagen de la vertiente sur de la Sierra de Tucas (Huesca, España). La flecha indica la cueva de Coro Trasito. Abajo: Entrada a la cueva Coro Trasito. (B) Vista en planta de la cueva de Coro Trasito, que muestra la ubicación del pozo de prueba de 2011 y 2013 y el área de la excavación ampliada. Las isocotas indican cada 20 cm.

Un hallazgo arqueológico en el Pirineo de Huesca ha identificado por primera vez estrategias de gestión ganadera y prácticas de alimentación animal que demuestran cómo las primeras sociedades en las zonas de alta montaña, en los inicios del Neolítico, ya desarrollaban actividades ganaderas y agrícolas complejas, y no se limitaban a la trashumancia de ovejas y cabras.

El estudio, publicado en Frontiers in Environmental Archaeology, integra, por primera vez, el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno con análisis arqueozoológicos. La investigación, coordinada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), con participación del CSIC, la Universidad de Évora y el Gobierno de Aragón, ha documentado también cómo la importancia económica del cerdo en la zona de Huesca se remonta al Neolítico.

La investigación sobre las estrategias de gestión y aprovechamiento de los recursos animales en las zonas de alta montaña durante el Neolítico antiguo, hace entre 6.500 y 7.500 años, ha estado condicionada por la presunción de que las ocupaciones humanas en estas zonas tenían un carácter principalmente estacional y que las prácticas económicas se centraban sobre todo en el aprovechamiento de los recursos silvestres. En lo referente a la ganadería, tradicionalmente se ha destacado el papel de la trashumancia de ovejas y cabras en las zonas altas, otorgando un papel marginal a las actividades ganaderas y subrayando principalmente el mantenimiento temporal de los rebaños de estos animales.

Labores de excavación en el yacimiento de Coro Trasito. Heraldo.es

Investigadoras de Laboratorio de Arqueozoología y del Grupo de Arqueología de Alta Montaña de la UAB, de la Universidad de Évora (Laboratório HERCULES), de la Institución Milá i Fontanals-CSIC y de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón han caracterizado, por primera vez, las prácticas ganaderas y las estrategias de alimentación de los rebaños de animales domésticos en zonas de alta montaña durante el Neolítico antiguo, concretamente en el yacimiento arqueológico de Coro Trasito (Sobrarbe, Aragón). Estas investigaciones han proporcionado nuevos elementos para el estudio de la complejidad de los procesos de neolitización en el Pirineo central.

El estudio desarrollado por el equipo de investigación se ha centrado en evaluar la ecología animal, las estrategias de gestión ganadera y las prácticas de alimentación animal implementadas por las primeras sociedades asentadas en zonas de alta montaña (a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar). Para ello, el equipo ha integrado por primera vez en contextos de alta montaña los análisis de isótopos estables de carbono y de nitrógeno en colágeno óseo —el estudio de estos dos isótopos puede utilizarse para conocer la dieta y la posición en la cadena trófica de los animales— con los análisis arqueozoológicos de los restos de animales de la época. Gracias a esta integración se ha conseguido documentar estrategias de gestión y alimentación diferentes entre rebaños.

Los resultados obtenidos han demostrado que los rebaños de aquellos primeros pobladores eran pequeños y estaban formados por unos pocos individuos de cada especie, vacas, cabras, ovejas y cerdos (Bos taurus, Capra hircus, Ovis aries y Sus domesticus), y destinados al aprovechamiento de la carne y de la leche. Además, han documentado el aumento de la importancia económica del cerdo (Sus domesticus) durante el Neolítico.

Se han recuperado materiales en varios niveles arqueológicos. Heraldo.es

La presencia en algunos de los casos estudiados de diferentes modos de gestión alimentaria de los rebaños, con el acceso a diferentes pastos y la posible aportación de forraje, principalmente de productos agrícolas sobrantes, muestran cómo las prácticas ganaderas desarrolladas en el asentamiento de Coro Trasito estaban consolidadas a inicios del Neolítico y relacionadas con las prácticas agrícolas. El estudio también muestra que los rebaños estaban adaptados a las condiciones ambientales de la cueva.

Los resultados de los análisis arqueozoológicos, isotópicos y arqueológicos han demostrado que los pobladores de Coro Trasito aprovecharon principalmente los recursos domésticos. Además, la presencia de actividades de transformación relacionadas con productos lácteos y grasas y la existencia de estructuras de almacenamiento dentro de la cueva indican la complejidad de los procesos de neolitización en el Pirineo central y cómo estas zonas se integraron rápidamente en un sistema económico más amplio y complejo.

Fuente: Universidad Autónoma de Barcelona | 21 de diciembre de 2023

Las primeras ciudades de Europa dependían de fertilizantes y proteínas vegetales, según muestra un análisis de isótopos

Foto: Recreación de la vida del megaenclave de Maidanetske. © Susanne Beyer, Universidad de Kiel

La nutrición en los megaenclaves de Trypillia (Ucrania) es actualmente el foco de atención del Centro de Investigación Colaborativa (CRC) 1266 de la Universidad de Kiel (CAU). En la estepa forestal al noroeste del Mar Negro (hoy territorio de la República de Moldavia y Ucrania) surgieron hace unos 6.000 años grandes asentamientos llevados a cabo por las sociedades en Trypillia, con superficies de hasta 320 hectáreas.

Con alrededor de 15.000 habitantes, eran en aquel momento los asentamientos más grandes del mundo. Los expertos consideran que eran las ciudades más antiguas de Europa, incluso más antiguas que las urbanizaciones realizadas en Mesopotamia. El suministro de alimentos para sostener estos megaenclaves ya había planteado muchas preguntas a los investigadores, sobre todo porque se sabe que antiguamente el abastecimiento de muchos pequeños núcleos neolíticos se caracterizaban por la agricultura de subsistencia.

Un estudio publicado recientemente por los científicos del CRC 1266 de la Universidad de Kiel en la prestigiosa revista científica PNAS ofrece ahora respuestas sobre el particular. "El abastecimiento de los habitantes de estas grandes zonas poblacionales se basó en una gestión extremadamente sofisticada de los alimentos y los pastos", afirma el doctor Frank Schlütz, paleoecólogo de la Universidad de Kiel.

Foto: El Dr. Frank Schlütz (derecha), de la Universidad de Gotinga, examina con un taladro núcleos de diferentes capas de tierra.

Guisantes: la fuente de proteínas de la agricultura temprana

Casi todo el mundo conoce las historias del personaje cómico Popeye, el marinero que, supuestamente, debía su fuerza a su gran amor por las espinacas. Como sabemos hoy, la ciencia ha sobreestimado durante mucho tiempo el valor de esta verdura. Por el contrario, los guisantes son muy beneficiosos para la nutrición humana debido a su alto contenido en proteínas, si bien, hasta ahora, la ciencia ha subestimado mucho su importancia.

Incluso los primeros agricultores de Trypillia, que vivieron hace casi 7.000 años en lo que hoy es Ucrania y Moldavia, valoraban una dieta compuesta principalmente de cereales y guisantes, lo que les permitía prescindir en gran medida de la carne. Así lo demuestra el reciente estudio de la Universidad de Kiel, realizado bajo la dirección del arqueólogo profesor Johannes Müller (izquierda), junto con investigadores de Ucrania y Moldavia, en el marco de las últimas investigaciones sobre las sociedades de Trypillia.

Agricultura temprana y megasitios

Estas sociedades, basadas en la agricultura y la ganadería, se formaron alrededor del 4.800 a.C. en la estepa forestal al norte del Mar Negro. A partir del año 4.150 a.C., las gentes de la zona de Trypillia crearon enormes asentamientos planificados. Con superficies de hasta 320 hectáreas, tenían el tamaño de unos cientos de campos de fútbol y se dispusieron de forma extremadamente planificada. Se calcula que en ellas convivían hasta 15.000 personas.

Estos megaenclaves tenían un diseño claramente estructurado, con barrios cómodamente gestionables, incluidas casas de reuniones, en las que las personas que se reunían estaban integradas e involucradas en los procesos de toma de decisiones sociales. El apogeo de las sociedades de Trypillia, con sus gigantescos asentamientos, en comparación con todas las demás sociedades de la época, y siendo consideradas las primeras ciudades de Europa, duró unos 500 años. Sólo colapsaron cuando las poblaciones quedaron aisladas de las estructuras de comunicación y los procesos de toma de decisiones se centralizaron.

El megaasentamiento de Trypillia Maidanetske en Ucrania central abarcaba cerca de 200 hectáreas. Incluso sin intervención terrestre, los resultados arqueomagnéticos de un estudio geofísico muestran a los arqueólogos las numerosas calles, edificios públicos, plazas y miles de casas quemadas. Estos últimos estaban ubicados en una disposición concéntrica muy específica a lo largo de una carretera principal circundante alrededor de un área central no desarrollada. Esta distribución espacial tenía como objetivo garantizar a la población el mayor acceso equitativo posible a la infraestructura comunitaria. Crédito: Instituto de Arqueología Prehistórica y Protohistórica, Universidad de Kiel

Los análisis de isótopos de carbono y nitrógeno proporcionan respuestas

Debido al tamaño de estos asentamientos, la vida cotidiana en ellos era comparable a la de otras ciudades agrícolas, dado que sus pobladores eran en gran parte agricultores. Pero, ¿cómo pudieron grupos tan grandes de personas asegurar su suministro de alimentos con una tecnología simplemente neolítica? "Para responder a esta pregunta, en los últimos diez años hemos determinado la composición isotópica de carbono y nitrógeno de cientos de muestras analizadas", afirma Johannes Müller.

"Prmero se midieron principalmente los huesos de los animales y de humanos que fueron excavados. Luego complementamos estos datos, específicamente, con mediciones de isótopos en guisantes y granos de cereales carbonizados a partir de las muestras de suelo obtenidade varios asentamientos de Trypillia", informa la profesora arqueobotánica Wiebke Kirleis (izquierda).

Los isótopos pueden utilizarse para saber cómo se criaban los animales domésticos hace miles de años, es decir, si los cultivos eran fertilizados y qué papel desempeñaban las plantas y los animales en la nutrición humana.

Científicos en arqueología, arqueobotánica, investigación de ADN, geofísica, arqueozoología, geoarqueología y etnoarqueología pudieron utilizar los resultados de la excavación para identificar los megaenclaves de Trypillia como un concepto distinto de la ciudad primitiva respecto de sociedades analfabetas, la cual se volvió atractiva para muchos habitantes a través de una economía de subsistencia sostenible, procesos democráticos en la toma de decisiones y realismo artístico. Si bien el atractivo de estos asentamientos durante varias generaciones dio como resultado un crisol de inmigrantes de regiones vecinas, estos meganeclaves desaparecieron alrededor del 3600 a. C., probablemente debido a problemas de gestión política interna.

Dieta casi exclusivamente vegetariana

“Hemos concluido que una gran proporción del ganado vacuno y ovino se mantenía en pastos cercados. Además, la gente utilizaba el estiércol de los animales producidos allí para abonar el terreno de forma intensiva, sobre todo los guisantes”, afirma Frank Schlütz.

Por lo tanto, los guisantes y los cereales constituyeron los pilares principales de una dieta humana que no sólo era nutritiva, sino que, gracias a los guisantes, también era equilibrada en términos de aminoácidos esenciales. Por otra parte, las vainas de los guisantes resultantes probablemente se utilizaban para alimentar al ganado junto con los pastos Gracias a esta estrecha relación entre la producción agrícola y la ganadería, los habitantes de los megaenclaves pudieron alimentarse de forma suficiente y saludable. Además se eliminó en gran medida la producción de carne, ya que requería mucha mano de obra y recursos.

Las razones del declive de tales asentamientos fueron de carácter social, como revela el arqueólogo Dr. Robert Hofmann (izquierda): “Como sabemos por estudios anteriores, las tensiones sociales surgieron como resultado de una creciente desigualdad social. La gente dio la espalda a los grandes asentamientos y decidió vivir nuevamente en enclaves más pequeños”. Alrededor del 3000 a.C., las sociedades de Trypillia desaparecieron de la escena.

Fuente: Universidad de Kiel | 18 de diciembre de 2023

La población nativa de América procede de una única ola migratoria asiática

Puente terreste de Beringia que habría propiciado la migración hacia las Américas.

Durante más de 50 años, los antropólogos dentales han analizado la variación en la forma de los dientes humanos para estudiar los patrones de migración que siguieron las personas a medida que poblaron el mundo. El último gran evento migratorio continental tuvo lugar hace unos 16.000 años, cuando los humanos se trasladaron por primera vez a América del Norte y del Sur. ¿De dónde vinieron exactamente estas personas? ¿Como llegaron ahi? ¿Hubo múltiples oleadas de migración?

Leslea Hlusko (izquierda), investigadora miembro del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), y que lidera el proyecto europeo Tied2Teeth, pertenece al equipo internacional que ha publicado un artículo en American Journal of Biological Anthropology que intenta responder estas preguntas utilizando nuevos enfoques para el estudio de la variación dental humana.

La investigadora del CENIEH, junto con el autor principal del artículo, Richard Scott (derecha, Universidad de Nevada), y el resto del equipo, utilizaron un programa diseñado para ser usado en análisis forenses y poder identificar la ascendencia poblacional de víctimas humanas no identificadas (rASUDAS2) y con el cual han logrado predecir la ascendencia de 1.418 individuos antiguos de seis regiones geográficas de Asia y América.

Porcentaje de individuos con la mayor asignación a uno de los siete grupos biogeográficos según más de 12 rasgos de corona y raíz dentaria. Los grupos de nativos americanos se ordenan del mayor al menor porcentaje de asignación al grupo ancestral del Ártico americano.

De este modo, han logrado descubrir que los individuos nativos americanos tienen un grado similar de afinidad con el este de Asia y están clasificados como asiáticos del este entre el 10% y el 15%. Este resultado sugiere que todos los nativos americanos derivan de una población que se separó de las poblaciones del este de Asia al mismo tiempo, un resultado que se hace eco de estudios previos basados ​​en otros datos. Se cree que esta población vivió en la región de Beringia durante 5.000 a 10.000 años antes de migrar hacia a América, durante la última Edad del Hielo, y experimentó una intensa selección ambiental.

Porcentaje de asignación ancestral del Ártico en 21 muestras de nativos americanos trazadas en función de la distancia del punto medio desde el Círculo Polar Ártico. Relación inversa (-0,703 es significativa en el nivel 0,01.

El equipo de investigación también descubrió que los nativos americanos tienen afinidad con las poblaciones del Ártico, pero esta similitud disminuye cuanto más lejos vive la persona del Ártico. Este patrón sugiere que la población del Ártico emigró a dicha zona más tarde, y que la similitud en la forma de los dientes es el resultado delmestizaje de las poblaciones, que disminuiría al aumentar la distancia geográfica.

Uno de los objetivos del proyecto Tied2Teeth es precisamente crear una base de datos de variaciones dentales que permita realizar análisis aún más amplios y variados que los realizados en este estudio. Como explica Hlusko, "Nuestro estudio muestra el poder del análisis de la variación dental a nivel individual, y esto es sólo una vista previa de lo que está por venir".

Fuente: cenieh.es | 14 de diciembre de 2023

Descubren la silla de montar más antigua en Mongolia: El invento que revolucionó la Edad Media

Silla de montar del siglo IV d.C. descubierta en Mongolia.

Un pequeño grupo de personas que practicaba un oficio tan antiguo como las mismas pirámides fue sorprendido in fraganti. Cubiertos de polvo en las profundidades de una recóndita cueva de Urd Ulaan Unet, en las alturas del macizo de Altái, en Mongolia, fueron descubiertos por la policía mientras saqueaban una antigua tumba. Junto al resto de artefactos funerarios, se encontraba una excepcional silla de montar elaborada con hasta seis piezas de madera de abedul.

Ahora, un reciente estudio ha desvelado que esta silla puede cambiar la historia. Gracias a un análisis por radiocarbono, un equipo de investigadores de Mongolia, en colaboración con la Universidad de Colorado, ha conseguido datar la pieza en algún momento del siglo IV d.C. En ese momento, el Imperio Romano de Occidente moría aplastado por el peso de los pueblos bárbaros que, llenos de pánico, huían de los hunos, un misterioso pueblo emergido de las estepas de Asia Central.

Cuando la policía de la provincia de Hovd se puso en contacto con el Museo Nacional de Mongolia para comunicar su intervención, Jamsranjav Bayarsaikhan, uno de sus trabajadores y arqueólogo en el Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia, no se lo pensó. Poco después comenzaron a excavar en aquella tumba saqueada descubriendo los huesos de un hombre que fue enterrado vestido con pieles de oveja y tejón y los restos de un caballo. La tumba rápidamente pasó a ser conocida como la "cueva del ecuestre".

Ubicaciones de los sitios y cronología sugerida para el surgimiento y dispersión de la silla de montar y posiblemente del estribo en el este de Asia durante los siglos IV-V d.C.

Mongolia

La historia normalmente considera que los estribos y sillas de montar que conquistaron el mundo nacieron en algún momento entre los siglos V y VI d.C. en la actual China. Sin embargo, el descubrimiento de la cueva de Urd Ulaan Unet trastoca estos datos.

"Esta no es la única evidencia que sugiere que Mongolia fue uno de los primeros sitios donde se adoptó esta nueva tecnología e incluso que pudiera ser el lugar donde se desarrolló", afirma William Timothy Treal Taylor (izquierda), miembro del departamento de Antropología de la Universidad de Colorado y uno de los múltiples autores de un artículo publicado en la revista Antiquity y resultado de la colaboración de investigadores de más de diez nacionalidades, incluyendo a la española Paula López-Calle, de la Universidad Complutense de Madrid.

En cuanto a la silla, fabricada con materiales locales, aún contenía restos de pintura roja con detalles en negro. También se conservaban los restos de una correa de cuero que pudo sujetar los estribos, descubrimiento que se suma al de otros estribos de hierro en otro yacimiento mongol del mismo periodo en de Khukh Nuur. Hasta este momento, los humanos usaban una especie de cojín para mantenerse cómodos montando a caballo. Las sillas de montar rígidas y resistentes junto con el uso de estribos abrieron el camino a toda una serie de nuevas habilidades ecuestres antes impensables.

"Las culturas de la estepa de Mongolia estaban estrechamente vinculadas a innovaciones clave en la equitación, un avance que tuvo un gran impacto".

Pero la domesticación fue dura para los caballos. El caballo encontrado en el entierro de Urd Ulaan Uneet tenía daños en los dientes relacionados con mordeduras y cambios en los huesos nasales similares a las lesiones encontradas en otros entierros de caballos en Asia Central y Oriental. Además, "el caballo Urd Ulaan Uneet tenía marcas curadas en las orejas que podrían haber sido utilizadas para mostrar a quién pertenecía el caballo durante su vida", afirma Taylor.

Reconstrucción de la silla de montar descubierta. Paula López-Calle. Universidad de Cambridge.

Revolución medieval

Este salto tecnológico marcó la Edad Media. "Fue un momento decisivo en la historia del desarrollo tecnológico", resume Taylor. Desde hace milenios, los pueblos pastores de Mongolia se desplazaron en el infinito océano de hierba que puebla sus vastas llanuras a lomos de sus monturas, a las que su resistencia y pequeño tamaño permitía sobrevivir a las gélidas temperaturas invernales. Este modo de vida unido a los caballos ocasionó un tremendo impacto en el desarrollo cultural de estos pueblos.

"Las innovaciones de esta cultura produjeron un efecto dominó", señala el investigador. Siglos después de que esta silla fuese fabricada, semejante artilugio se extendió por toda Asia y el mundo islámico. Desde la caída de Roma, el uso de la caballería se volvió un factor decisivo en el campo de batalla que, adaptada por el resto de reinos e imperios, marcó el compás de las guerras y batallas en la época de los caballeros.

Este avance en la tecnología ecuestre revolucionó el mundo y dejó un gran impacto en decenas de culturas de la antigüedad, marcando una nueva era caracterizada en muchas ocasiones por la brutalidad de los choques de caballería. Nuevos elementos fueron introducidos de manera paulatina en el resto del mundo conocido y facilitó la brutal expansión de las hordas de Gengis Khan y sus sucesores que, en el siglo XIII y desde Asia Central, se extendieron hasta China en el Extremo Oriente y hasta Serbia en Europa.

Restos de caballo y freno de Urd Ulaan Uneet. (Crédito de la imagen: W. Taylor y J. Bayarsaikhan)

La ferocidad de sus guerreros, sumado a su gran habilidad en el manejo de caballería, hizo temblar al mundo. Entre judíos, cristianos y musulmanes, los más temerosos de estas tribus centroasiáticas llegaron a asimilarlas al extraño y apocalíptico reino de Gog y Magog mencionado en las Sagradas Escrituras.

El papel que Mongolia ha desempañado en la historia siempre ha pasado desapercibido. Según Taylor, esto es debido principalmente a la propia geografía del país. Su densidad de población es de las más bajas del mundo, lo que sumado a sus dificultades geográficas hace muy complicado encontrar y analizar cualquier yacimiento arqueológico.

Bayarsaikhan (izquierda),por su lado, reclama una mayor atención a la arqueología mongola para poder descubrir y contar la historia de esta cultura tan unida a las sillas de montar.

"Mongolia es uno de los pocos países que ha conservado sus antiguas costumbres y tradiciones en torno al caballo pero, el conocimiento científico sobre el origen de esta cultura continua siendo muy incompleto", lamenta el arqueólogo.

Fuentes: elespanol.comlivescience.com | 13 de diciembre de 2023