Halladas colosales estatuas de 3,6 m. junto a los colosos de Memnon de la XVIII Dinastía

Un equipo de arqueólogos europeos y egipcios anunciaron el sábado que hicieron una serie de descubrimientos que cambiarán la percepción del célebre sitio de los colosos de Memnon, en Luxor, en el sur de Egipto. Coincidiendo con la visita a la antigua Tebas del ministro de Cultura egipcio, Faruk Hosni, los arqueólogos informaron del hallazgo de una estatua gigante de 3,62 metros de la la reina Tiya, la esposa del faraón de la XVIII Dinastía Amenofis III, que gobernó del 1417 a 1379 antes de Cristo, más dos esfinges representando a la pareja real y diez estatuas en granito negro de Sejmet, la divinidad con cabeza de león.
Los dos colosos reales de 15 metros descubiertos en precedentes excavaciones serán expuestos el año que viene a 100 metros de los dos colosos que dominan el lugar y que son una de las estampas más conocidas de Egipto. "Con la instalación de los dos nuevos colosos y la exposición de todos los descubrimientos, la percepción que tenemos del lugar cambiará totalmente. Se convertirá en uno de los museos al aire libre más importantes de la época faraónica", dijo a AFP Hurig Suruzian, directora del equipo arqueológico.
El lugar donde se levantaba el templo de Amenofis III fue sacudido por un terremoto al principio de nuestra era, ocultando sus tesoros a los arqueólogos.
Fuente: AFP, Luxor, Egipto. 23 de marzo de 2008

El Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto concede permiso a un grupo de la UJA para que investiguen una tumba en Asuán

Es una de las más grandes de la necrópolis y se desconoce el nombre del propietario original, aunque se supone que perteneció a un gobernador de la región de Asuán. Universidad de Jaén.

El Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto ha concedido un permiso para que un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén, dirigidos por el profesor Alejandro Jiménez Serrano, del Área de Historia Antigua, realice diversos trabajos de investigación en una tumba de un noble en la necrópolis de Oubbet el-Hawa, en Asuán (Egipto) a finales del mes de junio.

Dicho equipo está liderado por investigadores y colaboradores de la Universidad de Jaén, y también forman parte del mismo otros especialistas de la Universidad de Granada y la Universidad Autónoma de Madrid. En total, el equipo multidisciplinar lo forman esta campaña ocho personas, entre las que hay tres egiptólogos, un arqueólogo, un topógrafo, un arquitecto, un geólogo y una conservadora.

Los objetivos de esta primera campaña se centrarán en la realización de un plano topográfico de la zona, la limpieza del acceso de la tumba, la creación de un acceso seguro para que en los próximos años se pueda documentar y estudiar la gran cantidad de objetos (sarcófagos de piedra, cerámica, vendas, etc.) que hay en el interior y finalmente en el estudio del estado de conservación de la tumba.

Dicha tumba fue construida probablemente para un noble y su familia en el periodo del Reino Medio (1800 a.C.) y seguramente fue reutilizada posteriormente. Es una de las más grandes de la necrópolis y se desconoce el nombre del propietario original, aunque se supone que perteneció a un gobernador de la región de Asuán.

El coste de la misión va a ser asumido por la Universidad de Jaén y la empresa Guillermo García Muñoz S.L., y cuenta con la colaboración de Industrias El Ángel, IGEA y Somuvisa.

Médicos estudian al faraón andrógino Ajenatón

Ajenatón no era el más varonil de los faraones, aunque engendró por lo menos media docena de hijas. Por cierto tenía formas femeninas y cráneo alargado.

Esas son las conclusiones de un médico de la Universidad de Yale que analizó las imágenes del faraón para una conferencia anual que debatió el viernes en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland la muerte de figuras prominentes de la historia.

Las formas femeninas de Ajenatón se debieron a una mutación genética que hicieron que su organismo convirtiera más hormonas masculinas en femeninas que las necesarias, cree el Dr. Irwin Braverman. Y su cabeza era alargada debido a una afección en la que los huesos del cráneo se fusionan a temprana edad.

El faraón tenía "una apariencia andrógina. Tenía una psiquis femenina, caderas anchas y pechos, pero era varón, fértil y tuvo seis hijas", dijo Braverman.

Braverman, que estudia la salud de sus sujetos en base a retratos, enseña una clase en la facultad de medicina de Yale que usa pinturas del Centro de Arte Británico, de la universidad, para enseñar a desarrollar la capacidad de observación a los estudiantes de primer año. Para su estudio sobre Ajenatón usó estatuas y grabados.

Ajenatón (o Ajnatén), conocido por introducir una forma revolucionaria de monoteísmo en el antiguo Egipto, reinó a mediados de los 1300 a.C. Estaba casado con Nefertiti, y el famoso Tutankamón puede haber sido su hijo o hermanastro.

El egiptólogo y arqueólogo Donald Redford concuerda con la suposición de Braverman de que Ajenatón presentaba el síndrome de Marfan, un trastorno genético caracterizado por rasgos alargados, incluyendo los dedos y el rostro.

Las visitas a clínicas que tratan a pacientes de ese trastorno han afianzado esa convicción, "pero esto es muy subjetivo, debo admitirlo", dijo Redford, profesor de estudios clásicos y mediterráneos antiguos en la Universidad Estatal Penn.

Otros han conjeturado que Ajenatón y su descendencia presentaban el síndrome de Froehlich, que causa distribución de grasa femenina pero también esterilidad. Esto no concuerda con Ajenatón debido a sus hijas, recordó Braverman.

También se ha sugerido el síndrome de Klinefelter, un trastorno genético que causa ginecomastia, o hipertrofia de los pechos en los varones, aunque Braverman dijo que sospecha de la genecomastia familiar, un estado hereditario que conduce a la superproducción de estrógeno.

El médico de Yale dijo que esto se puede comprobar si los egiptólogos confirman qué momia es la de Ajenatón y si las autoridades egipcias aceptan un análisis de ADN. Braverman espera precisamente eso.

"Confío en que después de tener la conferencia y plantear todo esto, quizás los egiptólogos que trabajan en eso todo el tiempo se interesen en averiguarlo", agregó.

En conferencias anteriores se ha estudiado la muerte de Edgar Allan Poe, Alejandro Magno, Wolfgang Amadeus Mozart, Florence Nightingale y otros.

Vía: BALTIMORE, EE. UU. (AP), 2 de Mayo de 2008

La exposición 'Tesoros Sumergidos de Egipto' descubre estatuas de dioses, esfinges, estelas y joyas rescatadas del mar

Por primera vez, unas 500 piezas –sólo una parte infinitesimal de los descubrimientos arqueológicos submarinos hallados desde 1996 por Franck Goddio y su equipo en la bahía de Abukir y en el puerto de Alejandría- serán visitadas por el público español. Entre ellas está la estatua más alta de Hapi, dios de la crecida del Nilo –símbolo de fertilidad y abundancia- hasta ahora descubierta en Egipto.

Con unos 2000 años de antigüedad, rivaliza con las colosales esculturas de granito rosa de un rey y una reina, con más de cinco metros de altura, cada una. Entre los testimonios de la riqueza de esta civilización de entramados culturales hallamos también: una cabeza del dios Serapis, con reminiscencias de Zeus y de Osiris; estatuas de Osiris, joyería y monedas de oro; cerámica, en parte intacta; una esfinge con los rasgos de Nectanebo; y – hLos hallazgos representan una hazaña arqueológica “equiparable al descubrimiento de Pompeya” según Gereon Sievernich, director del Martin- Gropius-Bau de Berlín, donde la exposición fue presentada entre mayo y septiembre. Decenas de miles de horas de exploración y buceo fueron necesarias para descubrir los antiguos yacimientos sumergidos de Alejandría, Heraclion y Canopo, perdidos bajo el mar como consecuencia de los desastres naturales. “Fuimos explorando electrónicamente tanto en el yacimiento del Portus Magnus, en Alejandría, como en la bahía de Abukir” explica Franck Goddio, fundador y presidente del Institut Européen d’Archéologie Sous-Marine (IEASM). Usando sofisticada tecnología geofísica, que incluye un magnetómetro nuclear de resonancia magnética diseñado por la Commissariat à l’Énergie Atomique (CEA), el equipo de Franck Goddio ha logrado restaurar “una realidad topográfica e incluso física” para estas legendarias ciudades, hasta ahora sumergidas. Ahora sabemos que el antiguo puerto de Alejandría ocupaba unas 600 hectáreas; que la ciudad de Heraclion, descubierta a 7 kilómetros de la actual costa, tenía más de un kilómetro cuadrado de área; y que la parte Este sumergida de Canopo ocupaba 25 hectáreas. Otro misterio ha sido también resuelto: Heraclion (en griego) y Tonis (en egipcio) fueron, de hecho, la misma y única ciudad. Esto ha sido revelado por las inscripciones jeroglíficas de una estela de granito negro, hallada intacta en el yacimiento de Heraclion. “El área del puerto de Alejandría muestra la inteligencia, la destreza en ingeniería y el sentido artístico de la gente de la época,” añade el arqueólogo submarino Goddio. Rememorando 1500 años de la historia del antiguo Egipto, desde el 700 a.C. hasta el 800 d.C., la exposición abarca los periodos de las últimas dinastías faraónicas, de las Épocas Ptolemaica, Romana, Bizantina e inicios de la Islámica. Comenzó el 16 de abril en el Antiguo Matadero de Legazpi, de Madrid. Los restos descubiertos por un equipo de casi 50 personas entre arqueólogos, expertos, ingenieros electrónicos y buzos, fueron restaurados y conservados en Alejandría, antes de ser transportados por mar y aire – algunas piezas a bordo de un Airbus Beluga – a Europa. Cuando regresen a su tierra natal, Franck Goddio confía “en que se puedan agrupar en un único lugar, y ser exhibidos al público egipcio”. En la segunda mitad del siglo VII una mezcla de fenómenos naturales produjo que los lugares arqueológicos en cuestión se sumergieran. Durante siglos estos lugares eternos han reposado en el fondo del océano a orillas de Alejandría y en la bahía de Abukir. Los tesoros sumergidos permanecieron en el fondo del mar, cubiertos por sedimentos llevados por el Nilo y protegidos por los revestimientos que éstos formaron sobre ellos. En 1992 el Instituto Europeo de Arqueología Submarina (IEASM) comenzó a realizar excavaciones submarinas bajo la supervisión de Franck Goddio, conjuntamente con el Consejo Superior de Antigüedades de Egipto. Los hallazgos fueron increíblemente prolíficos y de un valor superior a lo imaginable. Las cerca de quinientas piezas que componen la exposición Tesoros Sumergidos de Egipto son sólo una mínima parte del total, pero aún así, se revelan aquí quince siglos de historia, que nos invitan a un viaje asombroso y nos sumergen en una parte del antiguo Egipto que estuvo en contacto con el mundo mediterráneo de los griegos, romanos y bizantinos, antes de la conquista árabe final. Esta extraordinaria colección, nunca vista anteriormente, es ahora propiedad del Estado egipcio. Un acuerdo firmado por las autoridades de Egipto y el IEASM ha permitido que, durante un periodo de dos años, estas piezas puedan viajar y mostrarse en exposiciones; primero en Berlín y Bonn, durante algunos meses en París, en la nave del Grand Palais y ahora en Madrid, en el antiguo Matadero de Legazpi.
FICHA TÉCNICA
Exposición “Tesoros Sumergidos de Egipto” 16 abril- 28 de septiembre de 2008 Antiguo Matadero de Legazpi Madrid Paseo de la Chopera, 10- Entrada por la Casa del Reloj Metro Legapzi (Línea 3) Horario de apertura: De lunes a domingo de 10 de la mañana a 10 de la noche. Información: http://www.tesoros-sumergidos-egipto.es/ asta ahora única en su género- un naos con un calendario egipcio inscrito.
Nota: la Exposición estará hasta el 28 de septiembre de 2008.

La exposición 'Tesoros Sumergidos de Egipto' descubre estatuas de dioses, esfinges, estelas y joyas rescatadas del mar

Por primera vez, unas 500 piezas –sólo una parte infinitesimal de los descubrimientos arqueológicos submarinos hallados desde 1996 por Franck Goddio y su equipo en la bahía de Abukir y en el puerto de Alejandría- serán visitadas por el público español. Entre ellas está la estatua más alta de Hapi, dios de la crecida del Nilo –símbolo de fertilidad y abundancia- hasta ahora descubierta en Egipto.

Con unos 2000 años de antigüedad, rivaliza con las colosales esculturas de granito rosa de un rey y una reina, con más de cinco metros de altura, cada una. Entre los testimonios de la riqueza de esta civilización de entramados culturales hallamos también: una cabeza del dios Serapis, con reminiscencias de Zeus y de Osiris; estatuas de Osiris, joyería y monedas de oro; cerámica, en parte intacta; una esfinge con los rasgos de Nectanebo; y – hLos hallazgos representan una hazaña arqueológica “equiparable al descubrimiento de Pompeya” según Gereon Sievernich, director del Martin- Gropius-Bau de Berlín, donde la exposición fue presentada entre mayo y septiembre. Decenas de miles de horas de exploración y buceo fueron necesarias para descubrir los antiguos yacimientos sumergidos de Alejandría, Heraclion y Canopo, perdidos bajo el mar como consecuencia de los desastres naturales. “Fuimos explorando electrónicamente tanto en el yacimiento del Portus Magnus, en Alejandría, como en la bahía de Abukir” explica Franck Goddio, fundador y presidente del Institut Européen d’Archéologie Sous-Marine (IEASM). Usando sofisticada tecnología geofísica, que incluye un magnetómetro nuclear de resonancia magnética diseñado por la Commissariat à l’Énergie Atomique (CEA), el equipo de Franck Goddio ha logrado restaurar “una realidad topográfica e incluso física” para estas legendarias ciudades, hasta ahora sumergidas. Ahora sabemos que el antiguo puerto de Alejandría ocupaba unas 600 hectáreas; que la ciudad de Heraclion, descubierta a 7 kilómetros de la actual costa, tenía más de un kilómetro cuadrado de área; y que la parte Este sumergida de Canopo ocupaba 25 hectáreas. Otro misterio ha sido también resuelto: Heraclion (en griego) y Tonis (en egipcio) fueron, de hecho, la misma y única ciudad. Esto ha sido revelado por las inscripciones jeroglíficas de una estela de granito negro, hallada intacta en el yacimiento de Heraclion. “El área del puerto de Alejandría muestra la inteligencia, la destreza en ingeniería y el sentido artístico de la gente de la época,” añade el arqueólogo submarino Goddio. Rememorando 1500 años de la historia del antiguo Egipto, desde el 700 a.C. hasta el 800 d.C., la exposición abarca los periodos de las últimas dinastías faraónicas, de las Épocas Ptolemaica, Romana, Bizantina e inicios de la Islámica. Comenzó el 16 de abril en el Antiguo Matadero de Legazpi, de Madrid. Los restos descubiertos por un equipo de casi 50 personas entre arqueólogos, expertos, ingenieros electrónicos y buzos, fueron restaurados y conservados en Alejandría, antes de ser transportados por mar y aire – algunas piezas a bordo de un Airbus Beluga – a Europa. Cuando regresen a su tierra natal, Franck Goddio confía “en que se puedan agrupar en un único lugar, y ser exhibidos al público egipcio”. En la segunda mitad del siglo VII una mezcla de fenómenos naturales produjo que los lugares arqueológicos en cuestión se sumergieran. Durante siglos estos lugares eternos han reposado en el fondo del océano a orillas de Alejandría y en la bahía de Abukir. Los tesoros sumergidos permanecieron en el fondo del mar, cubiertos por sedimentos llevados por el Nilo y protegidos por los revestimientos que éstos formaron sobre ellos. En 1992 el Instituto Europeo de Arqueología Submarina (IEASM) comenzó a realizar excavaciones submarinas bajo la supervisión de Franck Goddio, conjuntamente con el Consejo Superior de Antigüedades de Egipto. Los hallazgos fueron increíblemente prolíficos y de un valor superior a lo imaginable. Las cerca de quinientas piezas que componen la exposición Tesoros Sumergidos de Egipto son sólo una mínima parte del total, pero aún así, se revelan aquí quince siglos de historia, que nos invitan a un viaje asombroso y nos sumergen en una parte del antiguo Egipto que estuvo en contacto con el mundo mediterráneo de los griegos, romanos y bizantinos, antes de la conquista árabe final. Esta extraordinaria colección, nunca vista anteriormente, es ahora propiedad del Estado egipcio. Un acuerdo firmado por las autoridades de Egipto y el IEASM ha permitido que, durante un periodo de dos años, estas piezas puedan viajar y mostrarse en exposiciones; primero en Berlín y Bonn, durante algunos meses en París, en la nave del Grand Palais y ahora en Madrid, en el antiguo Matadero de Legazpi.
FICHA TÉCNICA
Exposición “Tesoros Sumergidos de Egipto” 16 abril- 28 de septiembre de 2008 Antiguo Matadero de Legazpi Madrid Paseo de la Chopera, 10- Entrada por la Casa del Reloj Metro Legapzi (Línea 3) Horario de apertura: De lunes a domingo de 10 de la mañana a 10 de la noche. Información: http://www.tesoros-sumergidos-egipto.es/ asta ahora única en su género- un naos con un calendario egipcio inscrito.
Nota: la Exposición estará hasta el 28 de septiembre de 2008.

El arquero Iqer y la curiosidad de la I+D

La I+D es un proceso que se retroalimenta: cuanto más se invierte en él, más resultados se obtienen. De hecho, se trata de una premisa estratégica que ha de aceptarse también a nivel corporativo, asimilando sus cuatro componentes básicos: meticulosidad, perspectiva, curiosidad y paciencia.

POR JOSÉ MIGUEL PARRA, EGIPTÓLOGO
MIEMBRO DEL EQUIPO DEL PROYECTO DJEHUTY
CONFERENCIANTE DE THINKING HEADS JOSEMIGUEL.PARRAORTIZ@THINKINGHEADS.COM

El ejemplo perfecto, mil veces repetido, es el de Alexander Fleming, descubridor de la penicilina. Mientras estudiaba unos cultivos bacterianos comprobó que el crecimiento de algunas de sus cepas quedaba interrumpido sin que a primera vista hubiera motivos aparentes. Un investigador más apresurado o menos cuidadoso se habría limitado a sospechar alguna contaminación y a tirar a la basura las placas inservibles. Él sin embargo, decidió averiguar qué inhibía el crecimiento de las bacterias, comprobando que sólo sucedía cuando los cultivos se habían contaminado con el hongo Penicillium. El resto es historia...

Este tipo de comportamiento investigador no se aplica sólo a las ciencias, sino también a las humanidades y las empresas. Como en el caso de Fleming, los resultados pueden ser espectaculares, aunque no necesariamente salven millones de vidas. Este año he tenido la suerte de participar en un descubrimiento que satisfacía todas las premisas de una investigación bien hecha: el hallazgo de un arquero egipcio de 4.000 años de antigüedad. Éste tuvo lugar en la orilla occidental de Luxor, donde el equipo de egiptólogos españoles dirigidos por José Manuel Galán (CSIC), excava, restaura y publica las tumbas de Djehuty y Hery.

Decididos a conocer por completo la tumba de Djehuty, nos centramos en la excavación total del patio que la precede, un elemento arquitectónico que prácticamente nunca antes había sido estudiado in extenso; es decir, nos "salimos de la caja" para poder ver las cosas en perspectiva. A nivel empresarial sería el equivalente a realizar un estudio desde una vertiente nueva, no probada; porque cuando un problema se observa desde otro punto de vista se aprecian aspectos que conducen a su solución. En nuestro caso, comprobamos que una mitad del patio estaba excavada en la roca y la otra era un relleno que eliminaba la pendiente de la ladera donde está excavada la tumba. En el relleno encontramos una mesa de ofrendas de cerámica. Era un objeto que cabría esperar, si bien, estaba situado en una posición extraña. Si a Fleming fueron las bacterias muertas, a nosotros fue este sencillo objeto el que nos picó la curiosidad; gracias a la cual apenas un metro detrás encontramos un hueco por el que entrevimos lo que parecía otro ataúd.

Se trata de un enterramiento intacto, incluido el cuerpo momificado de su dueño, Iqer, como nos contaron las inscripciones que se llamaba. Toda una mina de información que nos exigió gran meticulosidad al excavarla. Las cinco flechas, los tres bastones de mando y los dos arcos del ajuar funerario confirmaron nuestra primera impresión: Iqer había sido un personaje relevante de la XI dinastía. No obstante, nos queda la duda de si estábamos ante un guerrero o sencillamente ante alguien que siguió la moda de enterrarse con armas, nacida de las no lejanas batallas que condujeron a la reunificación del país.

Se trata de un trabajo a largo plazo, como lo son todos los I+D, ya se trate de arqueología o del mundo empresarial, pero muy remunerador. Por eso, con paciencia, el año que viene radiografiaremos el cuerpo y comprobaremos si los brazos de Iqer presentan las típicas malformaciones de los arqueros. Según sea la respuesta se plantearán nuevas hipótesis y el ciclo de la investigación comenzará de nuevo.

En definitiva, Iqer se presenta como una aplicación de los cuatro ingredientes de la innovación: meticulosidad, paciencia, perspectiva y sobre todo, curiosidad. Elementos que, aplicados a cualquier tipo de investigación suelen obtener siempre magníficos resultados.

Vía: Las Provincias, 20.04.08