Herodes pudo no haber terminado el Muro de las Lamentaciones

Han aparecido varias monedas acuñadas por el procurador romano de Judea, Valerius Gratus, en el año 17/18 a.C.

Fechado en torno al año 37 a.C, el Muro de las Lamentaciones es el lugar más representativo y sagrado del judaísmo. Durante siglos, las creencias han apuntado a la figura del rey Herodes como creador. Pero esa creencia podría verse trastocada por un reciente hallazgo. Un equipo de arqueólogos israelíes asegura haber encontrado varias monedas antiguas acuñadas 20 años después de la muerte del rey -en el año 4 a.C.-.
Este hallazgo podría demostrar que la estructura fue terminada por sus sucesores. Los arqueólogos han descubierto monedas en el interior de una pila de rituales judíos, lo que desafía la suposición de que todas las paredes del Segundo Templo Judío fueron construídas por Herodes.

«La construcción de los muros del Monte del Templo y el de Arco de Robinson fue un gran proyecto que duró décadas y no se completó durante la vida de Herodes», según informa la Autoridad Israelí de Antigüedades (AAI) en declaraciones a «Reuters».

Esas monedas de bronce fueron acuñadas por el procurador romano de Judea, Valerius Gratus, en el año 17/18 a.C. y encontrada durante las excavaciones realizadas bajo el Muro de las Lamentaciones en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Pese a todo, el organismo ha reconocido que tenían constancia de un relato perteneciente al historiador judío Flavio Josefo, quien aseguraba que el muro fue terminado por su bisnieto.

Arqueólogos desvelan los Misterios de Stonehenge


Stonehenge en Amesbury, Gran Bretaña. Foto: EPA/ROY KILCULLEN.

Vía: The Independet | David Claves | 26 de noviembre de 2011 (Traducción: G.C.C.)
Nuevos y extraordinarios descubrimientos están arrojando nueva luz sobre por qué el más famoso lugar de la antigua Gran Bretaña, Stonehenge, fue construido y cuándo.

La investigación actual sugiere ahora que Stonehenge podía ya haber sido un importante enclave sagrado por lo menos 500 años antes de que la primera prieda del círculo fuera construida, y que la sacralidad de su ubicación puede haber determinado el diseño de los aspectos claves del paisaje sagrado circundante.

Es más, la nueva investigación -que se está llevando a cabo por arqueólogos de la Universidad de Birmingham, Bradford y Viena- aumenta enormemente la evidencia que vincula a Stonehenge con las creencias religiosas solares prehistóricas. Aumenta la probabilidad de que el sitio estuviera original y principalmente asociado con el culto al sol.

Las investigaciones también han permitido a los arqueólogos reconstruir supuestamente el recorrido completo de una posible procesión religiosa, u otro evento ritual, que se sospecha pudo haber tenido lugar cada año al norte de Stonehenge.

Esa supuesta "procesión" prehistórica religiosa (o, más concretamente, la evidencia que sugiere su ruta) tiene implicaciones para comprender la función religiosa de Stonehenge, e indica que la importancia del lugar que ahora ocupa Stonehenge surgió antes de lo que ya había sido supuesto.



A la izquierda, el arqueólogo Eamonn Baldwin, de la Universidad de Birmingham. En el centro, el arqueólogo geofísico, Dr. Chris Gaffney, de la Universidad de Bradford, y a la derecha, el profesor Wolfgang Neubauer, director del Instituto Ludwig Boltzmann para la Prospección Arqueológica y Arqueología Virtual de Viena. Foto: Artdaily / Rafael G. Satter , Associated Escritor Prensa
La nueva evidencia crucial arqueológica fue descubierta durante los trabajos llevados a cabo en torno a Stonehenge, en los cuales los arqueólogos han 'radiografiado' el suelo utilizando un radar de análisis del terreno y otras técnicas de investigación geofísicas. A medida que el equipo arqueológico de Birmingham y Viena estaban utilizando estos sistemas de alta tecnología para cartografiar el interior de un gran recinto prehistórico (el llamado "Cursus") cerca de Stonehenge, descubrieron dos grandes pozos, uno hacia el extremo este del recinto, y el otro más cerca de su extremo occidental.

Cuando modelaron en su sistema informático las relaciones entre estos pozos del "Cursus" recién descubiertos y Stonehenge, se dieron cuenta de que, mirando desde el llamado "Talón de piedra" de Stonehenge, los pozos estaban alineados con la salida y puesta del sol en el día más largo de la año, en el solsticio de verano. Las posibilidades de que las dos alineaciones fueran una coincidencia son extremadamente bajas.



Los arqueólogos comenzaron entonces a especular sobre qué tipo de actividad ritual o ceremonial podría haber sido llevada a cabo entre los dos pozos. En muchas áreas del mundo, las antiguas ceremonias religiosas, y otras, a veces inplicaban procesiones ceremoniales alrededor de los perímetros de los monumentos. Por lo tanto, los arqueólogos pensaron que era posible que los celebrantes prehistóricos podrían haber deambulado entre los dos pozos para procesionar alrededor del perímetro del "Cursus".

Inicialmente esto era una pura especulación, pero luego se dieron cuenta de que había potencialmente una forma de intentar poner a prueba la idea. En el día del solsticio de verano hay de hecho tres alineaciones principales, no sólo la salida y puesta del sol, sino también al mediodía (el punto más alto que el sol alcanza en su ciclo anual). Al mediodía la alineación clave debe estar hacia el sur.

Una manera de probar la teoria de la 'procesión' (o por lo menos su ruta) consistía para los arqueólogos en demostrar que, en el punto medio de esa ruta, había de hecho una relación especial con Stonehenge (al igual que en los dos pozos había una relación entre el inicio y el punto final de la ruta). El "momento eureka" se produjo cuando los cálculos del ordenador revelaron que el punto medio (el punto del mediodía) de la ruta se alineaba directamente con el centro de Stonehenge, el cual estaba precisamente hacia el sur.



Foto: Interpretación posible a la luz de la información del post: la chincheta amarilla señala la ubicación (aproximadamente) de uno de los hoyos encontrados, en concreto el de la zona este del "Cursus". La línea morada indica la alineación del hoyo con el círculo megalítico de Stonhenge en el solsticio de verano (otra línea morada saldría hacia la izquierda, con similar inclinación, desde el círculo de Stonehenge hacia la zona oeste del "Cursus", donde se halla el otro hoyo o fosa). La línea verde vertical señala la alineación del punto medio del "Cursus" con el círculo de Stonehenge al mediodía del solsticio de verano.
Esta toma de conciencia de que el sol se cierne sobre el sitio de Stonehenge en su punto más alto del año parece haber sido de gran importancia para los hombres prehistóricos. En sí mismo tiene un potencial significado, ya que sugiere que la asociación del lugar con la veneración del sol era tal vez incluso mayor de lo que se creía.

Pero el descubrimiento de las fosas o pozos del "Cursus", el descubrimiento de las alineaciones solares, y la supuesta 'procesión' de la ruta, revelan también algo más, algo que podría posiblemente cambiar la cronología aceptada del paisaje de Stonehenge.

Durante décadas, la arqueología moderna ha sostenido que Stonehenge llegó relativamente tarde a la zona, y que el otro gran monumento en el paisaje -el "Cursus"- lo precedió en 500 años.ç

Sin embargo, la implicación de las nuevas evidencias es que, en cierto sentido, la historia pudo haber sido al revés, es decir, que el sitio de Stonehenge estaba consagrado antes de que el "Cursus" fuera construido, dice el arqueólogo de Birmingham, el Dr. Henry Chapman (foto a la izquierda), quien ha estado modelando las alineaciones computarizadas en las reconstrucciones del paisaje de Stonehenge.


El argumento para esto es simple, pero convincente. Porque la alineación 'sur' del mediodía en el punto medio de la ruta de 'procesión' no podría ocurrir si el propio "Cursus" tenía diferentes dimensiones. El diseño que ese monumento ostenta ha sido concebido específicamente para lograr la alineación del punto medio con el centro de Stonehenge.

Es más, si esto es así, la posición del "Talón de piedra" de Stonehenge tenía que haber sido de importancia ritual antes de que las fosas del Cursus fueron excavadas (debido a que sus alineaciones son percibidas especialmente desde el "Talón de Piedra").

Esos dos hechos, tomados en conjunto, implican, por lo tanto, que el lugar que más tarde ocuparon las piedras de Stonehenge era ya sagrado antes de que se iniciara la construcción del "Cursus". A menos que la alineación del mediodía sea una pura coincidencia (lo que es poco probable), ello implicaría que el estado sagrado del sitio de Stonehenge es, por lo menos, 500 años más antiguo de lo que se pensaba anteriormente, un hecho que plantea una intrigante posibilidad.

Hace 45 años los arqueólogos encontraron un enclave ritual Mesolítico, datado en el 8000 a.C., en lo que hoy es parque de estacionamiento de coches de Stonehenge. La diferencia de cinco mil años entre este enclave sagrado Mesolítico y Stonehenge mismo significaba que la mayoría de los arqueólogos creían que la continuidad "sagrada" del espacio entre los dos enclaves era intrínsecamente improbable. Pero, con los nuevos descubrimientos, el intervalo de tiempo se ha reducido potencialmente. De hecho, no se sabe por cuánto tiempo el sitio de Stonehenge estuvo consagrado antes de la construcción del "Cursus". Por lo tanto, las tradiciones a muy largo plazo de la sacralidad geográfica, en relación a los monumentos antiguos mejor conocidos en Gran Bretaña y el mundo, pueden tener que ser consideradas ahora.

La supervisión del área de Stonehenge por la Universidad de Birmingham -la más grande de su tipo jamás realizada en cualquier parte del mundo- tomará otros dos años más para completarse, dice el profesor Vince Gaffney (foto a la izquierda) director del proyecto.

Virtualmente cada metro cuadrado de una zona de cinco millas cuadradas alrededor del más famoso monumento prehistórico del mundo será examinado geofísicamente a una profundidad de hasta dos metros, dice.

Es esperable que decenas, posiblemente cientos, de espacios desconocidos se descubran como resultado de la operación.

Los descubrimientos en curso en el sagrado paisaje prehistórico de Stonehenge -realizados por los arqueólogos de Birmingham y colegas del Instituto Ludwig Boltzmann de la Universidad de Viena- se espera que transformen la comprensión de los investigadores sobre los orígenes del famoso monumento, su historia y significado.

Una estalagmita permite datar el Arte Parietal de La Garma en 30.000 años



La estalagmita analizada es la que cruza sobre el trazo del lomo de la cabra situada la parte superior.
Nuevos sistemas de datación doblan la antigüedad de algunas pinturas de esta cavidad, que hasta ahora se las fechaba en el periodo de las de Altamira
Teodoro San José / El Diario Montañés

Los artistas rupestres que mostraron su inspiración sobre las paredes de la cueva de La Garma (Omoño, Ribamontán al Mar) frecuentaron aquella cavidad muchos miles de años antes de lo que venía señalándose en los libros de Historia. Se aceptaba que las pinturas eran coetáneas a las de Altamira, realizadas algo así como hace unos 15.000 años, pero las últimas investigaciones científicas han doblado la antigüedad. Ahora se tiene la certeza de que algunas imágenes de La Garma datan de hace entre 25.000 y 30.000 años. Y si se sabe es gracias a una minúscula estalagmita. O también estalactita, pues no crece en el suelo o en el techo, sino que surge sobre la pared.

Resulta curioso, pero ha sido lo que en términos científicos se conoce como una concreción calcárea la que ha permitido retroceder el reloj y el calendario para situar en el tiempo a los autores de aquellas pinturas. Los investigadores se percataron de que en el lienzo de una de las paredes de La Garma, donde aparecen un uro y dos cabras, un depósito de cal atravesaba uno de los trazos, lo que les permitió analizar la referida estalagmita mediante el empleo de técnicas de datación. Manejaron la termoluminiscencia (basado en calor y luz a base de haces de iones) y, especialmente, la técnica denominada de series de uranio, un complejo método que compara las cantidades de uranio y torio presentes en la muestra.

Y lo aplicaron a la estalagmita y a la roca que sirve de lienzo. No a la pintura. «Se analizó lo que estaba por encima y por debajo del trazo», explica Pablo Arias, catedrático de Prehistoria y uno de los directores de las excavaciones en aquella cavidad. «Un método indirecto», dice, «y aunque el del Carbono 14 hubiera sido más preciso, no se puede emplear para su datación dado que las pinturas que utilizaron aquellos artistas no tiene elementos orgánicos». Se trata de mezcla de óxido de hierro disuelto en agua y, en algún caso, calcita. Pero ningún resto biológico.
La Garma tiene inventariadas más de medio millar de pinturas y grabados paleolíticos, sobre todo de animales, desde bisontes o caballos a uros o toros salvajes y ciervos, aunque también aparece el hombre, manos y signos primitivos. Pertenecen a distintos autores y periodos, si bien el reloj cronológico de los investigadores se había parado al fijar una antigüedad estimada de unos 15.000 años, la misma que para los artistas que pintaron Altamira.

«Había cierto despiste en cuanto a su datación, pero el Magdaleniense era el límite aceptado para las pinturas de La Garma», indica Arias. «Ahora la medición geofísica es más precisa y se demuestra que pertenecen al estilo Gravetiense». Vamos, que se realizaron unos 150 siglos antes. Más o menos.

De modo que aquellos artistas rupestres que dieron rienda suelta a sus creencias o a sus inquietudes artísticas y pintaron aquel conjunto con un uro y dos cabras sobre un panel de roca dentro de La Garma lo hicieron hace unos 30.000 años.

«Esa datación y esos grabados, su expresión gráfica, dicen más del pensamiento individual y de la complejidad social y de pensamiento de las comunidades de entonces», a la que hasta ahora se la consideraba más primitiva. «Ayuda a dar otra imagen de cómo pensaban y se organizaban en esas sociedades», sostiene Arias.

Una Misión en busca de vida en Marte

La NASA ha lanzado su fantástico rover «Curiosity», que inicia un viaje sin retorno de 570 millones de kilómetros

Marte puede parecer un lugar inhóspito para la vida. Su superficie es en extremo hostil, prácticamente desprotegida de las radiaciones solares por una atmósfera demasiado delgada; su suelo es un infierno de productos químicos y el agua líquida, esencial para la existencia de cualquier criatura, hierve o se congela rápidamente. Sin embargo, este paisaje desolador pudo ser mucho más amable en el pasado, quizá tanto como para albergar vida e incluso para que algún tipo de organismo haya logrado sobrevivir hasta hoy.
Esclarecer este punto será el objetivo de la Mars Science Laboratory (MSL), la nueva misión de la NASA a Marte que se ha lanzado hoy desde Cabo Cañaveral (Florida), a bordo de un cohete Atlas V, después de un aplazamiento de 24 horas para sustituir una batería. La nave, que contiene el sofisticado rover «Curiosity», el mayor vehículo que jamás haya pisado el planeta rojo, realizará un asombroso viaje sin retorno de 570 millones de kilómetros y casi nueve meses hasta llegar a Marte en agosto de 2012.
El «Curiosity» es la auténtica joya de la misión. Potente y robusto, del tamaño de un utilitario y 900 kilos de peso, posee una tecnología muy superior a la de sus predecesores, el «Spirit» y el «Opportunity» —que llegaron a Marte en 2004 en busca de agua—, y un sistema «antitrampas» de arena que mejora la suspensión de sus seis ruedas capaces de recorrer los terrenos más abruptos y avanzar a 90 metros/hora. Lleva a bordo equipos españoles: una antena y una estación meteorológica aportada por el Centro de Astrobiología, que proporcionarán datos vitales. La compleja estación pesa poco más de un kilo y consume en un día la energía de una bombilla de 20 vatios en una hora. Su mayor dificultad serán las «oscilaciones de temperatura diarias de cien grados, lo que puede provocar un estrés mecánico y térmico muy fuerte y romper los materiales», explica José Moreno, director técnico de Crisa, fabricante del ingenio.
El destino del laboratorio con ruedas será el cráter Gale, una depresión escogida cuidadosamente por un centenar de científicos entre decenas de lugares posibles por su prometedor potencial biológico. Los investigadores creen que este cráter pudo haber estado cubierto de agua en el pasado. El rover buscará indicios de carbono, un componente esencial para todas las formas de vida que conocemos, con la esperanza de encontrar trazas biológicas del pasado o de algún microorganismo que pueda subsistir. Para ello, desplegará un arsenal de diez instrumentos científicos, como cámaras de alta definición, un láser para llegar al interior de las rocas o un brazo articulado de dos metros para recoger fragmentos y después analizarlos en el rover. «Es la máquina que cualquier científico especialista hubiera soñado», dicen los responsables del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA que participan en el proyecto.

Un aterrizaje delicado

Debido a las especiales características del rover, que es demasiado pesado, se utilizará por primera vez una original técnica de aterrizaje. Un módulo auxiliar de descenso con un cohete descolgará suavemente el vehículo sujeto con correas. Deberá ser muy certero, ya que la zona prevista para el descenso apenas mide 20 kilómetros de largo por 15 de ancho.
La misión durará un año marciano, casi dos años terrestres, pero todo está validado para funcionar tres veces más, así que es posible, como sus viejos compañeros, que el «Curiosity» envíe datos desde Marte durante mucho más tiempo del previsto.

Vía: www.abc.es

Homenaje a Fernando Jiménez del Oso

Reportaje dedicado al desaparecido divulgador de misterios F. Jiménez del Oso. Con J.J. Benítez y Javier Sierra. Emitido el 12 de octubre 2008 en Canal Andalucía, presentado por Paco Lobatón.
www.historiayciencia.es

Los homínidos de Atapuerca podrían ser una especie “hermana” de los neandertales


Algunos ejemplares de los dientes encontrados en la Sima de los Huesos de Atapuerca. Imagen: CENIEH

Vía: CENIEH/SINC|


El Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) ha publicado un estudio detallado de los más de 500 dientes fósiles hallados en la Sima de los Huesos de la Sierra de Atapuerca. Este estudio revela que los homínidos hallados en este yacimiento burgalés podrían representar una especie "hermana" de los neandertales, aunque diferente a éstos.
El artículo "Morphological description and comparison of the dental remains from Atapuerca-Sima de los Huesos site (Spain)", liderado por los investigadores del CENIEH, María Martinón-Torres y José María Bermúdez de Castro, publicado en la revista Journal of Human Evolution, afirma que, a pesar de su antigüedad, en torno al medio millón de años, la morfología de los dientes de la Sima de los Huesos es completamente neandertal, incluso, como afirma María Martinón Torres “más neandertal”, que la de algunas poblaciones clásicas de Homo neanderthalensis del Pleistoceno Superior.


Foto: El director del Centro Nacional de Investigación Humana y codirector de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, y la investigadora María Martinón-Torres, durante la presentación, en abril de 2011, de dos artículos que cuestionan que la mandíbula de la Sima del Elefante encontrada en 2007 no sea de Homo antecesor. EFE/Santi Otero


Según José María Bermúdez de Castro, hasta ahora, la idea generalizada de la comunidad científica es que las poblaciones que habitaron Europa durante el Pleistoceno Medio, generalmente asignadas a la especie Homo heidelbergensis, eran antecesoras directas de Homo neanderthalensis, y que debido a las duras condiciones glaciares de Europa en este periodo, estos homínidos habrían evolucionado en aislamiento, acumulando de forma progresiva características típicamente neandertales a través de frecuentes cuellos de botella y extinciones locales.

En este esquema, acuñado técnicamente como “proceso de acreción”, las poblaciones más antiguas serían menos neandertales que las poblaciones más recientes. Sin embargo, el hecho de que una población tan antigua como la de la Sima de los Huesos presente morfologías tan neandertales obliga a considerar otros escenarios evolutivos. “Podría ser que la población de la Sima de los Huesos represente la madre de todos los neandertales y que por un cuello de botella, a partir de este grupo, y no de otras poblaciones del Pleistoceno Medio, haya surgido la especie H. neanderthalensis”, señala Martinón Torres.

Varios linajes humanos
El trabajo señala asimismo que otra posibilidad es que los homínidos de la Sima de los Huesos estén relacionados con los neandertales, pero representen en realidad un linaje diferente. Las condiciones de aislamiento climático habrían favorecido procesos como la deriva genética, provocando que los homínidos de Atapuerca hubiesen evolucionado hacia otro linaje cuya variabilidad morfológica no encaja con la de los demás especímenes del Pleistoceno Europeo.

Según el estudio, en el que también han participado los investigadores Aida Gómez Robles, Leyre Prado Simón y Juan Luis Arsuaga, cabe la posibilidad de que durante el Pleistoceno Medio en Europa, hubieran coexistido varios linajes humanos diferentes, lo que obligaría a redefinir la especie de H. heidelbergensis.