El físico teórico Sheldon Lee Glashow ha estado esta semana muy pendiente de
los resultados sobre la búsqueda de la partícula Higgs presentados en el
CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas). “La verdad es que me he quedado un poco decepcionado”, dice, “porque los indicios que tienen son más débiles de lo que yo creía”. Enseguida apunta que los científicos del CERN han sido “escrupulosamente honestos, incluso conservadores, sin exageración alguna” al exponer los resultados que tienen hasta ahora, pero se había creado una expectación enorme.
Glashow, Premio Nobel de Física en 1979 (junto con Steven Weinberg y Abdus Salam), ahora profesor de la Universidad de Boston, con 79 años recién cumplidos, un auténtico coloso de la física teórica reconocido internacionalmente, no acaba de explicarse el enorme interés social que esta búsqueda del
bosón de Higgs ha suscitado en todo el mundo. “Tal vez es porque la gente comparte la sensación que yo tengo de que tenemos la obligación de conocer el universo en que vivimos”, apunta.
Explica que los
indicios de Higgs presentados tienen aún una probabilidad de error que es inaceptablemente alta en esta disciplina para que algo sea considerado un descubrimiento. “Yo he visto muchas veces en mi vida, muchas veces, desaparecer señales con 3 sigma [medida del error estadístico del experimento]. Un descubrimiento tiene que tener 5 sigma”, afirma categórico. “Uno de los grupos del CERN asegura que tiene indicios de la partícula de Higgs en un rango, el otro grupo no lo excluye, así que no me impresionó mucho. A algunos de mis colegas les ha impresionado más que a mí, a otros menos. Pero lo interesante es que ahora sabemos que el año que viene, cuando se ponga de nuevo en operación el
LHC, se tomarán muchísimos más datos y será posible determinar si efectivamente está ahí el Higgs o no”.
Glashow estaba el martes pasado en la Universidad de Santiago de Compostela, invitado en el programa Conciencia, y siguió la transmisión en directo desde el CERN de la presentación de los resultados de los detectores
Atlas y
CMS del acelerador LHC. “Había mucha gente y mucha emoción”, dice ya en Madrid, donde asiste esta semana a la conferencia inaugural del
Instituto de Física Teórica (CSIC-Universidad Autónoma de Madrid). Además, mañana impartirá una conferencia en la
Fundación BBVA en la sesion
El acelerador LHC: resultados y perspectivas, junto con Albert de Roeck, investigador del CERN.
A la vista del interés mundial que ha suscitado esta investigación uno puede pensar que la partícula de Higgs es la definitiva, la última que se descubrirá. “Por supuesto que no.., eso espero porque en realidad no lo sabemos”, responde Glashow tajante (pero afable y sonriente en todo momento). “Los físicos que trabajan en supersimetrías esperan encontrar todo un nuevo grupo de partículas que podrían ser descubiertas en el LHC, especialmente cuando funcione a mayor energía aún, tal y como está planeado. Otros han anticipado que tal vez sea posible hallar la partícula de la materia oscura del universo….. También se piensa en nuevos niveles complejos de estructuras, porque la partícula de Higgs
per se no soluciona todos los problemas de la física. Así que necesitamos más, es clave pero no suficiente”.
Glashow no descarta que la famosa partícula pueda incluso no existir, aunque él da más de un 50% de probabilidad a que sí, pero reconoce que casi preferiría que no apareciese “porque entonces sabríamos que tiene que haber cosas nuevas, otras estructuras que podrían aparecer en el LHC”.
Lo que tiene claro es que el gran acelerador del CERN está funcionando “maravillosamente” y está previsto aumentar su energía en los próximos años. “Estamos muy orgullosos”, manifiesta. No se trata de una máquina científica exclusivamente europea, ya que participan en ella, además de los países miembros, instituciones de otros muchos, incluido, con una importante contribución, Estados Unidos. “Igual que los europeos contribuyen en el telescopio
Hubble, nosotros participamos en el LHC, son relaciones de reciprocidad”, dice Glashow. Señala que centenares de científicos estadounidenses de numerosas instituciones y universidades (incluida la suya) forman parte de los experimentos del LHC. “Pero hubiera preferido haber podido operar a la vez un acelerador equivalente en EE UU”, indica, aunque sin nombrar el ambicioso SSC, que se comenzó a construir en Estados Unidos y que el Congreso canceló en la década de los noventa.
Si se encuentra la partícula de Higgs, ¿seguirá siendo interesante el LHC? “Sí, incluso más", asevera Glashow, "porque sabríamos que está ahí, pero no entenderíamos, por ejemplo, por qué esa partícula no puede tener una masa enorme…. Hay algo más allá de nuestra comprensión actual de la física y el Higgs sería solo un primer escalón para avanzar; sería el último escalón del Modelo Estándar de física de partículas y el primer escalón de la física de más allá del Modelo Estándar”. Desde luego, dice este gran científico, si se descubre todo el mundo estará emocionadísimo. “Llevamos buscando esta partícula 40 años, en la historia de la física no ha habido nunca una búsqueda tan larga de una partícula”. No duda de que si aparece, Peter Higgs, el físico británico que propuso su existencia, “estará muy arriba en la lista de candidatos al Premio Nobel”.
“Si me pregunta si el descubrimiento de estas partículas tiene aplicación directa, le diré que no”, señala Glashow. “La última que ha tenido utilidad es el positrón, descubierta en 1932 y aplicada en los escáneres por PET. Se han descubierto muchas después, algunas hace 60 años, y no tienen utilidad todavía”. Pero sobre las tecnologías que se desarrollan en esta disciplina científica, en los aceleradores y detectores, no tiene ninguna duda: “No sé las cifras concretas, pero el CERN tiene calculado el gran efecto económico que tienen las tecnologías que desarrollan, que suponen unos beneficios económicos enormes para los países miembros”.
Los físicos se acercan a la partícula de Higgs
Los científicos ven indicios de la existencia del elemento clave para explicar el origen de la masa, pero aún no son definitivos.- El acelerador LHC necesitará meses para confirmar el hallazgo
La expectación no podía ser mayor sobre un posible hallazgo científico de esos que no van a curar una enfermedad mañana mismo ni van a solucionar el problema energético, pero que suponen conocimiento profundo sobre cómo es la naturaleza, cómo funciona el cosmos. El anuncio de los últimos datos del
gran acelerador LHC sobre la búsqueda del Higgs, la
partícula clave que falta por descubrir para explicar el origen de la masa, en el gran acelerador LHC, se había teñido del color de gran acontecimiento científico. Pero es un poco pronto para cantar victoria, advirtieron los científicos ayer. "Les recuerdo que estos son resultados preliminares", advirtió Rolf Heuer, director del
Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra, a un auditorio lleno hasta la bandera para escuchar, de primera mano, los datos de los dos grandes detectores,
Atlas y
CMS.Los científicos han acotado un rango de masa que puede tener la famosa partícula de Higgs (afinando hasta unos 125 gigaelectronvoltios, GeV), pero el margen de error estadístico de sus resultados, aunque muy pequeño en la vida cotidiana, es incómodamente alto todavía en esta ciencia ultraprecisa. "Se han observado indicios incitantes en ambos experimentos, aunque no son suficientemente fuertes aún para afirmar que es un hallazgo", señaló el propio CERN.
Hubo aplausos al finalizar las presentaciones, sin ambiente de hallazgo definitivo, pero con mucho interés y emoción, porque si aún no se puede decir que el Higgs esté firmemente agarrado, los científicos creen que lo están rozando con la punta de los dedos. "Es interesante, desde luego, pero no concluyente", comentó Belén Gavela, catedrática de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en la conferencia inaugural del Instituto de Física Teórica (CSIC-UAM) que ayer retransmitió en directo la presentación de resultados desde el CERN. Otro de los asistentes a la reunión de Madrid, el premio Nobel de Física David Gross, se mostró mucho más entusiasmado con el anuncio, que considera "más o menos descubrimiento", según comentó a EL PAÍS.
La opinión general es que muy mala suerte habría que tener para que los datos de ayer no se confirmasen en los próximos meses, pero dentro del propio CERN corre una cierta preocupación por lo apresurado de la presentación, ya que se podría haber esperado un poco para tener más datos, más seguridad, y evitar cualquier riesgo de error en el anuncio del descubrimiento, por minúsculo que sea. Lo cierto es que los rumores disparados en las últimas semanas forzaron la situación creando altas expectativas y ayer fueron los propios científicos los que pusieron las cosas en su sitio.
"Han visto la sombra del oso pero aún no lo han cazado", dice Álvaro de Rújula
Lo que los físicos del LHC hacen es analizar los efectos de billones de colisiones de partículas que se producen en el acelerador. El Higgs, cuya existencia está predicha teóricamente, no se ve directamente en esas colisiones porque, de producirse, se desintegra inmediatamente en otras partículas más ligeras. Los científicos buscan en esos procesos de desintegración captados por los detectores la firma del Higgs. Pero como solo se da muy de vez en cuando, tiene que analizar ingentes cantidades de colisiones. Los análisis permiten estimar la masa de la partícula.
"Hemos restringido la región de masa más probable del Higgs a entre 116 y 130 Gev", explicó ayer Fabiola Gianotti, portavoz de Atlas. Es más, en las últimas semanas, dijo, se han observado indicios más concretos en torno a 125 GeV. "Puede ser algo o pueden ser fluctuaciones, no podemos concluir nada aún". Con idéntica prudencia se explicó el portavoz de CMS, Guido Tonelli: "No podemos excluir la presencia del Higgs entre 115 y 127 GeV", dijo, apuntando hacia 124 GeV. Pero la probabilidad de error es aún alta para los físicos de partículas.
"En las ciencias duras, las cuestiones estadísticas se toman muy en serio", explica el físico Álvaro de Rújula. "Se dice que hay indicaciones (evidencias en inglés, que no es lo que suena en castellano) cuando estadísticamente la probabilidad de colarse es del 0,7% (3 sigmas en la jerga habitual). Descubrimiento se reserva para una probabilidad de 57 millonésimas (5 sigmas)". Los datos presentados ayer rondan los 2,5 a 3 sigmas. Para Gross, "en todo descubrimiento los primeros indicios suelen ser inciertos" y expresa su confianza: "Es muy probable que el Higgs esté ahí, estos tíos [los miles de científicos de Atlas y de CMS] son muy sólidos".
Esto de encontrar las cosas por probabilidad puede parecer raro. Si uno captura un nuevo pájaro y lo puede meter en una jaula para estudiarlo, está claro que lo ha descubierto. Pero si lo que busca es un tipo de ave poco corriente que solo pasa volando muy de vez en cuando, en medio de miles de diferentes pájaros todos cruzando el cielo rapidísimo, y el científico solo puede ver alguno durante un instante en vuelo, tendrá que hacer muchísimas fotos de las aves. En algunas pocas puede aparecer uno de la rara especie que busca, si es que existe. Así, para afirmar que lo ha descubierto, tendrá que observar numerosos
sospechosos de la nueva especie y recurrir a la estadística antes de cantar victoria. Los físicos han visto ya algunos posibles pájaros de la nueva especie, la partícula de Higgs, pero no suficientes aún para estar seguros.
"Es, más o menos, un descubrimiento", considera el Nobel David Gross
El descubrimiento sería muy importante porque la partícula de Higgs demostraría que los físicos han avanzado un nivel más profundo en la compresión de cómo está hecho y cómo funciona el universo en su nivel básico. Es un gran paso en aquella búsqueda científica que ha ido desvelando que las cosas están hechas de átomos, que los átomos están hechos de electrones y núcleos, y que los núcleos están hechos de partículas, a su vez formadas por otras más elementales.
Pero con el Higgs ni termina la investigación ni los físicos han comprendido todo. "El descubrimiento del bosón de Higgs significaría completar el
esqueleto esencial del modelo estándar de física de partículas", comenta Enrique Álvarez, catedrático de la UAM. "En cierto sentido implica el cierre de una etapa y el comienzo de otra ya, que sabemos que el modelo estándar no es incompleto al menos por dos razones: las masas de los neutrinos y la existencia de materia oscura". También para Gross es a la vez un final y un principio. "Es el inicio del fin de la búsqueda del Higgs y el inicio de su estudio profundo, porque ahora hay que investigar en detalle sus características".
Ahora los expertos tienen los datos al día de los dos grandes experimentos (Atlas y CMS) y constatan que, seguramente, se están acercando mucho al trofeo. Tardarán todavía en confirmarlo y, si tienen que poner fecha para un resultado definitivo, apuntan a mediados o finales de 2012.
"Las indicaciones de la existencia del bosón de Higgs sugieren dos cosas", comenta De Rújula. "La primera es que hay una institución europea -el CERN- que, muy a pesar de la
pérfida Albión, funciona estupendamente desde hace décadas. La segunda es que los españoles contribuimos al CERN, en proporción a nuestro PIB, algo menos de un euro y medio por cabeza por año. Dos buenas lecciones para políticos de toda nacionalidad y despilfarradora índole". En cuanto a los nuevos datos presentados ayer por Atlas y CMS, dice que "han visto la sombra del oso, pero no puede decirse que lo hayan ya cazado".
España en el LHC
- España, que es miembro del Laboratorio Europeo de Físicade Partículas (CERN) desde 1983, aporta un 8,9% del presupuesto de dicho organismo (unos 1.000 millones de francos suizoseste año).
- La contribución de cada uno de los 20 países miembros del CERN se determina en proporción a su PIB. España es el quinto país, tras Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. Además de la aportación al presupuesto del laboratorio, varias universidadese instituciones españolas hacen diferentes aportaciones específicas a los experimentos del gran acelerador LHC.
- En la plantilla del CERN hay unos 100 investigadores españoles, según datos del Centro Nacional de Física de Partículas, a los que se suma otro centenar de investigadores asociados y estudiantes, así como 342 usuarios externos que colaboran directamenteen los experimentos. En total, suman unos 550.
- El Instituto de Física Corpuscular (IFIC), en Valencia, el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, el Instituto de Física de Altas Energías (Barcelona), la Universidad Autónoma de Madrid, el Ciemat, el Instituto de Física de Cantabria, la Universidad de Cantabria, la de Oviedo, la de Santiago de Compostela, la de Barcelona y la Universidad Ramón Llul, así como el Instituto Gallego de Física de Altas Energías, son institucionescientíficas que han participado en el desarrollo yconstrucción de los experimentos del LHC.
- Unas 35 empresas españolas, tanto de ingeniería civil, de ingeniería mecánica, de tecnologías de vacío y de baja temperatura y de servicios han participado en la construcción del LHC.
Vía:
http://www.elpais.com/