Nacho Ares: 'Solo conocemos una quinta parte de lo que debió de haber en Egipto'

En 1922, Howard Carter protagonizó uno de los más grandes hallazgos de la Historia al abrir la tumba de Tuntankhamón, aunque otro enterramiento, cuya ubicación marcaba un extraño y ansiado jeroglífico, preocupaba sobremanera al arqueólogo. Así arranca ‘La tumba perdida’, nueva novela del leonés Nacho Ares.

e. gancedo | león 29/01/2012
Su rostro nos es familiar por aparecer en programas como Cuarto Milenio y su voz la escuchamos en espacios radiofónicos como Ser Historia —entre otros—, pero es en la escritura donde Nacho Ares (León, 1970) revela con más amplitud y profundidad su pulso como egiptólogo y divulgador, por un lado, y como novelista por otro. Ares dirige la Revista de Arqueología que desde hace casi tres décadas constituye un referente del estudio de la Antigüedad en España, y ahora ahonda en el misterio que siempre ha rodeado al faraón Tutankhamón con La tumba perdida (ed. Grijalbo).
—En esta novela aúnas dos momentos de la historia de Egipto, la época faraónica y el siglo XX, ambos convulsos pero al mismo tiempo muy diferentes. ¿Cuál sería el hilo conductor entre ambos?
—La clave de todo es una lasca de piedra, un ostracon, grabado con misteriosos jeroglíficos que marcan la posición de tumbas desconocidas en el Valle de los Reyes. El ostracon es real y existe: está en los almacenes del Museo de El Cairo. Eso me ha servido para recrear una historia que une pasado y presente.
—El faraón Tutankhamón, Howard Carter, Lord Carnarvon... nos encontramos en este libro a personajes reales junto a hechos imaginarios... ¿qué papeles asignas a la historia y a la ficción en esta nueva novela?
—El ostracon me dio la clave para imaginar una historia que, quizá, haya sido real, no lo sabemos... Todos los personajes, salvo contadas excepciones, así como los lugares, son reales. He tenido la fortuna, en los últimos años, de poder conocerlos in situ, lo que me ha ayudado a presentar descripciones muy reales. Como decía antes, el ostracon y los problemas que tuvo Carter con las autoridades egipcias después del descubrimiento de la tumba son también reales. En muchas ocasiones vemos el hallazgo de la tumba de Tutankhamón como lo que realmente fue, un hito único en la historia de la arqueología, pero la verdad es que estuvo rodeado de infinidad de contratiempos y problemas que en muchas ocasiones han pasado desapercibidos.
—Se ha hablado mucho de la maldición de la tumba y aquí ofreces una posibilidad alternativa y sugerente pero, ¿cuál es tu opinión personal sobre esos extraños sucesos?
—La maldición fue algo real, me refiero a las muertes de las personas que de una forma u otra estuvieron vinculadas con la tumba. Además, cuando la propia ciencia intenta explicar de forma lógica esas muertes lo único que hace es reconocer la maldición. Estas maldiciones son tan antiguas como el hombre. Conservamos textos legados por los antiguos egipcios que nos hablan de ello y amenazan a las personas que se acerquen de manera impía a una tumba con que van a ser devorados por un cocodrilo o aplastados por un hipopótamo. Mi opinión personal es que las muertes existieron. Eso es algo evidente. Lo que no puedo aportar es una teoría que lo explique. Es un misterio más de la cultura faraónica.
—¿Cuál ha sido, a tu juicio, el mayor de los descubrimientos producidos en Egipto? ¿Crees que aún podremos asistir a ‘sorpresas’ similares?
—Solamente conocemos una quinta parte de lo que debió de haber en Egipto. Nos faltan incluso ciudades enteras que sabemos de su existencia por los documentos epigráficos pero que no han aparecido todavía. La tumba de Tutankhamón es la punta del iceberg de la historia de la arqueología, no solo en Egipto sino en todo el planeta. Ahora bien, eso no quita para que en un futuro aparezca un hallazgo similar. No obstante, no creo que su importancia mediática supere a la de Tutankhamón del año 1922, época en la que n había ni Internet, ni radio, ni televisión.
—¿Por qué nos sigue fascinando tanto, siglo tras siglo, el Antiguo Egipto?
—La egiptomanía siempre ha estado presente desde la Antigüedad. Roma y Grecia se vieron fascinadas e imitaron las formas egipcias, al igual que sucedió en el Románico, Gótico, Renacimiento.... hasta nuestros días. Es una cultura singular, nuestro verdadero origen de la cultura moderna. Somos en gran parte Egipto y eso está grabado a fuego en nuestro subconsciente.
—¿Qué te queda por investigar en ese país? ¿Cuál sería tu sueño, tu objetivo, tu meta, como egiptólogo?
—Si desconocemos casi el 80% de lo que hubo, imagínate lo que me queda. Egipto me sorprenderá siempre, pero no solo el Egipto faraónico sino también el medieval y el contemporáneo. Es un paraíso para los sentidos en donde la gente es especialmente hospitalaria. Tenemos que evitar los estereotipos que nos venden en la televisión.
—¿Cómo ves la evolución de la revolución egipcia? ¿Hacia dónde crees que camina?
—Egipto será lo que quieran los propios egipcios. No tenemos que interferir en sus decisiones, nos gusten o no. Lamentablemente no creo que cambie nada. Acabamos de celebrar el primer año de la revolución del 25 de enero y absolutamente todo sigue funcionando como antes, o incluso peor. Hay que tener paciencia y delegar en ellos muchos de los poderes que por desgracia se manejaban desde fuera. Quizá al principio no lo hagan bien, nadie nace sabiendo, pero el paso del tiempo les hará madurar y crecer.

Juan Antonio Belmonte: 'Nos falta sólo un poco de suerte para descubrir vida en otros planetas'

El arqueoastrónomo desmitifica la supuesta profecía maya: "si no previeron su colapso, ¿por qué tendrían que predecir el nuestro?" 


<<< El arqueoastrónomo Juan Antonio Belmonte en una imagen de archivo Margarita Sanz de Lara 

¿Quién no ha alzado nunca la vista al cielo para contemplar las estrellas? Esta acción, tan antigua como la Humanidad, es un punto de conexión entre todas las civilizaciones, que introdujeron aspectos de la observación del cosmos en su cultura y sociedad. Y este es el campo de actuación de la arqueoastronomía, una disciplina que une arqueología y astronomía para conocer cómo los seres humanos se han relacionado con el Universo a lo largo de la Historia. Juan Antonio Belmonte, doctor en Astrofísica, vicepresidente de la Sociedad Europea de Astronomía de la Cultura y miembro del Instituto de Astrofísica de Canarias, es actualmente una de las voces más escuchadas internacionalmente en esta materia, y advierte antes de empezar: “Nuestra disciplina se llama arqueoastronomía, no astroarqueología”.

Una entrevista de Silvia Colomé / www.lavanguardia.com
-¿Cuál es la diferencia, aparte de la inversión de los términos?
-La astroarqueología se ha quedado un poco para temas… de gente que relaciona los monumentos antiguos con la visita de extraterrestres. Nosotros hacemos arqueoastronomía, que literalmente sería astronomía antigua.

-Normalmente los astrónomos rehúyen de los mitos. ¿Nada a contracorriente?
-No te creas, no es tan a contracorriente. ¿Qué trataba de explicar la mitología? ¿Qué hacen los cosmólogos? Responden a las preguntas básicas: de dónde venimos, cuándo y cómo se formó el Universo, por qué, aunque esto no lo sabe nadie. Como arqueoastrónomo estudio cómo los seres humanos se han enfrentado al Universo en tiempos pasados. Como astrofísico, estudio cómo los seres humanos nos enfrentamos al Universo hoy en día.

-¿Y hay muchas diferencias?
-Ninguna, salvo el método científico. Antiguamente se acercaban al conocimiento del cosmos con mitos, ideas, creencias… y nosotros lo hacemos con hipótesis que cuando se verifican se convierten en tesis, leyes y teorías.

-Ellos daban alma al cielo y nosotros…
-…nosotros también. La astrofísica es una de las ciencias con más alma que conozco. La prueba la tienes en la cantidad de astrónomos aficionados que hay. Somos de las pocas profesiones que nos llevamos de maravilla con nuestros amateurs, mientras que los arqueólogos y los suyos se llevan a muerte, y los curanderos con los médicos…

-… y los astrónomos con los astrólogos…
-Es que la astrología es otra cosa. Lo único que han hecho ha sido usurparnos el nombre. En realidad deberían llamarse horoscopistas. No hacen nada con las estrellas reales pues trabajan con un supuesto cielo de hace 2000 años y que dejó de existir hace mucho tiempo.

-¿Los astrólogos están anticuados?
-No es que estén anticuados, es que son como una religión. Su corpus de creencia se gestó entre el siglo III a.C y el siglo I d.C. Y con él trabajan hoy en día.

-¿Qué ve cuando mira el cielo?
-Las raíces más profundas del pensamiento humano. La forma de responder a las preguntas de lo que no sabemos. Sólo conocemos el 7% del Universo. No conocemos qué es la materia oscura ni mucho menos la energía oscura. Es como si vivieras en un palacio con 100 habitaciones y sólo conocieras siete. Te gustaría conocer las otras 93. Pues en la antigüedad era exactamente igual, ya sean los antiguos egipcios, los que levantaban megalitos o los mayas.

-¿Por qué sabían tanto del cielo?
-Porque no había televisión, ni cine, ni periódicos… ¿Qué podías hacer por la noche después de la caída del Sol y después de cenar, aparte de… El cielo es un magnífico tapiz donde contar cuentos, inventar historias, generar tus mitos.

-Pero no sólo eso. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, cuando la estrella Sothis aparecía, lo interpretaban como la llegada de la inundación del Nilo.
-Claro. Antes te he dicho una cosa que no es del todo cierta, que la diferencia fundamental entre antes y ahora es que utilizamos el método científico, pero en la antigüedad también lo hacían. El uso por parte de los egipcios de Sothis para predecir la inundación es método científico aplicado hace ahora unos 4.500-4.600 años. Los mayas, por ejemplo, podían predecir cuando sembrar el maíz.

-Hablando de los mayas… Menuda la han liado con su famoso calendario.
-No han liado nada, pobrecitos. Ellos desarrollaron su calendario, su cuenta larga con fechas de cinco números.

-¿Los hemos malinterpretado?
Esa cuenta larga se usó durante tres o cuatro siglos en las tierras bajas mayas como la forma estándar de medir el tiempo, hasta que de pronto este sistema se abandonó en el siglo X. Se redescubrió en el siglo XIX-XX y de ahí viene que se dieran cuenta que el final de un ciclo maya importante ocurriría el 21 de diciembre de 2012, pero ya está.

-¿Nada más?
-No dijeron nada sobre si iba a ocurrir algo en esta fecha. Es como si nuestra civilización se extinguiera y alguien la descubre, la estudia y de pronto se da cuenta de que en tal fecha de su tiempo se va a llegar al 1 de enero del año 5000. Y dice: “Uy, qué interesante, eso significaría algo para ellos”, pero no tendrían ni idea. Pues nosotros no tenemos ni idea de lo que significaba para los mayas esa fecha.

-¿Por qué la hemos interpretado como el fin del mundo?
-Porque en el año 2000 no ocurrió nada. Siempre ha habido profetas. Si los mayas no pudieron prevenir su propio colapso, ¿por qué tendrían que ser capaces de predecir el nuestro?

-Se dice que se ve mejor la paja en el ojo ajeno que en el propio…
-No, en este caso te puedo garantizar que no.

-Pero se fijaban mucho en el cielo, y se basaban en ello.
-Incluso hacían guerras. Según los movimientos del planeta Venus, el ejército de una determinada ciudad se podía poner en marcha, atacar a la de al lado y arrasarla. Así lo habrían “visto” en las estrellas.

-¿Qué conocimiento astronómico le ha sorprendido más que tuviera alguna civilización antigua?
-No sabría decirte. Es muy hermoso investigar civilizaciones y de pronto darte cuenta de los conocimientos que poseían. Hay un texto muy curioso de Herodoto que dice que los fenicios habían circunnavegado África, y Herodoto dice que es imposible. Uno de los argumentos que da es que, en el transcurso del viaje, los marineros fenicios informaron que en algún momento habían tenido el Sol a la derecha. Para Herodoto esto era imposible. Cuando doblas el Cabo de Buena Esperanza, en el hemisferio sur, el sol está en el norte.

-Es la prueba entonces de que sí lo hicieron.
-Esa es.

-¿La astronomía nos da certezas históricas?
-Nos da muchas claves. Sirve, por ejemplo, para ayudar a fijar la cronología del antiguo Egipto a través precisamente de las fechas sothiacas, también de las lunares y crear el entramado en el que se estructura toda la historia faraónica. La astronomía es una herramienta muy poderosa.

-¿Y qué dice sobre la orientación de los edificios, como las Pirámides?
-Tienen una orientación astronómica maravillosa. Reflejan en piedra las creencias sobre la otra vida que existía a principios de la dinastía IV. Están perfectamente orientadas al norte, sur, este y oeste de forma que el corredor de acceso a la tumba está dirigido hacia el área de las estrellas imperecederas.

-Hacia la eternidad.
-Sí. Nunca salen ni nunca se ponen, nunca nacen ni nunca mueren. Son eternas. El deseo del faraón era convertirse en una de ellas.  Por otra parte, los templos funerarios estaban adosados a la cara este, mirando hacia el Sol naciente. El otro deseo del faraón era unirse al Sol Ra en su viaje diario alrededor del cielo. Las pirámides, con esta orientación, conseguían que el alma del faraón lograra su objetivo.

-¿Hay algún monumento que se le haya resistido?
-Hay un grupo de tres dólmenes espectaculares en la Bretaña francesa en lo alto de una montaña y cada uno mira en una dirección totalmente disparatada del cielo. No hemos dado con la clave que explique el yacimiento. Los famosos alineamientos megalíticos de Carnac se piensa que tienen que ser astronómicos, pero nadie ha ofrecido una explicación convincente.

-¿Qué verían en común la mayoría de civilizaciones antiguas en el cielo?
-Todos los pueblos del planeta se han hecho las mismas preguntas. Y hay una cuestión muy importante: el miedo a la muerte. Los cielos dan esperanza. El Sol muere cada noche pero resucita cada mañana. La Luna sigue sus ciclos de 29 días: nace, crece, se desvanece, muere y vuelve a resurgir. Las estrellas cada noche aparecen y siguen unas pautas que sirven para marcar las estaciones. Esa capacidad de los cielos tan tremenda de renovación hizo que desde muy temprano se les asociara la idea de inmortalidad y de sobrevivir a la muerte.

-Y los dioses están en el cielo.
-Por supuesto.

-¿El cosmos nos influye?
-En todos los sitios influye. Por ejemplo, hay una serie de estrellas, las Pléyades, que salen en todas las mitologías porque son visibles en todas las partes del mundo habitadas por humanos. Sólo no lo son desde la Antártida y como que ahí sólo hay pingüinos… Marcaban la cosecha en el Mediterráneo, o la llegada de la estación de las lluvias en Mesoamérica… Es lo que se conoce como un fenómeno de convergencia. Ante necesidades similares, los seres humanos adoptan soluciones similares.

-¿Aunque las civilizaciones estén separadas en el espacio y en el tiempo?
-Aunque no tengan nada que ver las unas con las otras. Por ejemplo, el año de 365 días sólo se ha descubierto en dos sitios a lo largo de la historia y de manera independiente: por los egipcios y los mayas. Y no hay ninguna relación entre ellos.

-Ambos tienen pirámides.
-Es que si tú quieres construir una montaña, ¿cómo lo haces? Si quieres un sitio para acercarte al cielo, ¿cómo lo construyes? Con pirámides. Lo más fácil es una pirámide escalonada. Así empezaron los egipcios y los mayas nunca pasaron de ahí. Hay pirámides generalmente en civilizaciones asociadas a los ríos y en zonas donde no hay montañas: el valle del Nilo, Mesopotamia, las tierras bajas mayas, los valles chinos…

-Otro punto en común es el diluvio universal…
-Eso ya es otra cuestión distinta. Es un tema que he trabajado pero no es mi terreno. Esto son arenas movedizas.

-Se queda con la astrofísica.
-A pesar de ser una ciencia no rentable desde el punto de vista económico, según dicen algunos, ¿por qué es una ciencia que apoyan casi todas las civilizaciones?

-¿Por qué?
-Porque responde a las preguntas básicas: quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos y una de las más importantes últimamente: ¿estamos solos en el Universo? Estas preguntas que nos hacemos ahora, urbanitas del siglo XXI, se las hacían los que construían dólmenes hace 7000 años.

-¿Me las puede responder rápidamente?
-No.

-Como mínimo la última. ¿Estamos solos?
-No, creo que no estamos solos. Ya hemos descubierto planetas parecidos a la Tierra. En mi tiempo de vida, descubriremos vida en otros planetas, estoy casi seguro.

-¿Inteligente?
-Eso ya es otra cuestión. Pero vida, sí. Ya tenemos los experimentos, sólo nos falta un poco de suerte para descubrir vida en otros planetas, como la que tuvimos en el año 95 cuando se descubrió el primer planeta fuera del sistema solar, y ya llevamos 700.

-¿Alguna vez nos han visitado extraterrestres?
-No.

-¿Podrían haber visitado alguna civilización antigua?
-No. Un astroarqueólogo te diría que sí, pero no. Los viajes interestelares son muy complicados.

-Para nosotros.
-No. Por las leyes de la física.

Secuencian el genoma completo del homínido de Denísova


El investigador del Instituto Max Planck, Johannes Krause, en el laboratorio analizando las muestras del homínido de Denísova. Foto: Spiegel Online

Vía: ALT1040 | J. J. Velasco | 7 de febrero de 2012

En marzo de 2010, un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) anunció el hallazgo de los restos de una nueva especie de homínido desconocido hasta la fecha. El descubrimiento, efectuado en unas cuevas de Siberia (las cuevas Denísova en los montes Altai), puso sobre la mesa la existencia de una especie en áreas en las que también vivían neandertales y Homo sapiens (hace entre un millón y 40.000 años).
Casi 2 años después del hallazgo, el equipo científico dirigido por Svante Pääbo (izquierda) ha anunciado que, a partir de un trozo de hueso de un dedo, han sido capaces de secuenciar el genoma completo de este homínido al que se llamó Homínido de Denísova.

A partir de 10 miligramos del hueso de un dedo del homínido (izquierda debajo) hallado del que se pudo extraer ADN, el equipo ha sido capaz de desarrollar una técnica que le ha permitido secuenciar el genoma del homínido de Denísova mucho más rápido y con mayor precisión.
De hecho, este no es el primer proyecto de secuenciación del genoma de este homínido que aborda este equipo científico puesto que, en el año 2010, fueron capaces de obtener la secuencia del 60% del genoma del homínido de Denísova que, aunque les permitía establecer relaciones entre los neandertales y los Homo sapiens, no ofrecía la resolución suficiente como para poder estudiar la evolución experimentada en partes concretas del genoma.

Para que su esfuerzo vaya más allá de un artículo científico, el equipo ha decidido publicar el trabajo en la red para que toda la comunidad científica pueda utilizar su trabajocomo base de futuras investigaciones.
Creemos que a muchos investigadores estos datos les podrán ser de utilidad en su investigación. […] Aunque presentaremos un documento con estas investigaciones, queremos que sea algo que esté a libre disposición de todo el mundo desde ahora mismo.
¿Y ahora qué?
Según el equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, la publicación del genoma del homínido de Denísova abre la puerta a que biólogos y antropólogos puedan estudiar los cambios genéticos que provocaron que, por ejemplo, los homínidos salieran de África y se distribuyesen por todo el mundo hace unos 100.000 años además de posibilitar un estudio en mayor profundidad de la propia historia de los homínidos de Denísova y los neandertales.

El hallazgo, de por sí, es bastante interesante pero el hecho de que hayan publicado su investigación en la red y ésta esté disponible para todo el que quiera acceder es un hecho muy significativo que pocas veces, desgraciadamente, podemos ver.



PHYSORG también se hace eco de la noticia:


"El genoma es de muy alta calidad", dijo Matthias Meyer, quien desarrolló las técnicas que hicieron posible esta proeza. "Cubrimos todas las secuencias de ADN no repetitivas en el genoma Denísovan tantas veces que tiene menos errores que la mayoría de los genomas de los humanos actuales que han sido determinados hasta la fecha".

Los nativos americanos del sur pudieron mezclarse con los indígenas de la Isla de Pascua


Los famosos moáis de Isla de Pascua fueron erigidos por los polinesios, pero ¿los nativos de América del Sur jugaron algún papel en la isla? Crédito: P. Drozd / Creative Commons

Vía: Science | Andrew Lawier| 6 de febrero de 2012 (Traducción: G.C.C.)

Las islas dispersas del vasto Océano Pacífico fueron colonizadas por los marinos que partieron de las costas orientales e islas de Asia y viajaron miles de kilómetros en botes o lanchas. Mientras tanto, la América del Sur pre-colombina fue poblada por gentes que cruzaron un puente de tierra, ahora desaparecido, mucho más al norte. ¿Estos dos grupos se encontraron alguna vez en el Nuevo Mundo? Hay una buena posibilidad de que así fuera, según un nuevo estudio, el cual ha descubierto evidencias de que los isleños de Pascua pudieron haber llegado a América del Sur y mezclarse con los nativos americanos que ya estaban allí.

El inmunólogo de Universidad de Oslo, Erik Thorsby (foto a la izquierda), comenzó primero a analizar la población de la Isla de Pascua en 1971 para ver si él y sus colegas podían detectar rastros de una primera contribución de los nativos americanos a los polinesios. Él cree que sus recientes hallazgos pueden demostrar que los nativos americanos pudieron haber acompañado a los polinesios desde la costa de América del Sur a la Isla de Pascua antes de la llegada de los europeos.

La isla, también llamada Rapa Nui, es un lugar remoto y rocoso a 3700 kilómetros al oeste de la costa de América del Sur. Hubo gentes de la isla que fueron forzosamente deportadas al Perú en la década de 1860 y esclavizadas. Por tanto, la evidencia de mezcla de genes americanos y nativos de la Polinesia pueden derivarse de este momento. Pero Thorsby tuvo la posibilidad de utilizar muestras de sangre de los isleños, recopiladas desde la década de 1970, para examinar en su ADN determinados marcadores genéticos.

Como se esperaba, la mayoría de los marcadores señalaron genes comunes con otros polinesios. Sin embargo, los antígenos leucocitarios -un grupo de genes que codifican proteínas esenciales para el sistema inmunológico humano- hallados en las muestras mostraron que unos pocos individuos tenían un tipo, o alelo, que se encuentra sólo entre los nativos americanos.

Los alelos en cuestión se hallaron en dos haplotipos diferentes -un conjunto de alelos heredados por un individuo a partir de un solo padre- en individuos no relacionados. Esta y otras pruebas genéticas circunstanciales sugieren que los alelos son antiguos y fueron introducidos siglos antes de que los isleños de Pascua fueran enviados al Perú por los europeos, informa Thorsby en Philosophical Transactions of the Royal Society B.

"Los resultados de nuestros estudios sugieren que los polinesios visitaron América del Sur entre los años 1400 a 1500 pudiendo haber tomado a algunos indios americanos con ellos a su regreso a la Isla de Pascua", dijo Thorsby en un correo electrónico desde dicha isla, donde está llevando a cabo más investigaciones. Esta conclusión es, no obstante, "especulativa", agregó.

Los investigadores han visto algunos otros indicios de contacto entre los polinesios y las gentes del Nuevo Mundo. Algunas plantas, como la papa dulce, se originó en la cordillera de los Andes, pero al parecer se extendió por todo el Océano Pacífico antes de la llegada de Colón. Los investigadores han observado indicios de similitudes lingüísticas y artísticas entre la región de América del Sur occidental y la cultura polinesia. Sin embargo, la evidencia arqueológica definitiva no existe. Encontrar una prueba genética de que los nativos americanos y polinesios se mezclaron antes de la llegada de Colón al Nuevo Mundo en 1492 demostraría que los polinesios tenían la capacidad para llegar a América del Sur.

No obstante, la afirmación de Thorsby está siendo recibida con un cortés escepticismo por parte de un investigador familiarizado con el pasado de la isla de Pascua. "Es bueno ver este tipo de investigación, pero una respuesta definitiva no es realmente posible, dada la falta de control cronológico", dice el arqueólogo Terry Hunt (foto a la izquierda), de la Universidad de Hawai, Manoa, quien ha trabajado a fondo en la isla.

Él aduce que los datos Thorsby no impiden la posibilidad de que la mezcla entre estos grupos se produjera más tarde, después de que llegaran los europeos. "No puede descartarse que los genes de los nativos americanos llegaran a Rapa Nui con el contacto europeo". Argumenta que lo que se necesita para probar la teoría son esqueletos anteriores a la llegada de los europeos en 1722. Pero, hasta ahora, la mayoría de los pocos restos existentes parecen ser posteriores. "Las probabilidades no son muy grandes" de encontrar antiguos huesos humanos que puedan proporcionar ADN, añade.

Thorsby reconoce que son necesarios más estudios de ADN sobre material antiguo, pero mantiene la esperanza de que pueda hacerse con el caso.

Nuevos estudios sobre la desaparición de los Neandertales


Vía: Arizona State University News| 7 de febrero de 2012 (Traducción: G.C.C.)

Cuando la Edad del Hielo se deslizó sobre ellos hace miles de años, los neandertales y los antepasados de los humanos modernos ampliaron sus margenes territoriales en Asia y Europa para adaptarse a los cambios del entorno.

En el proceso, se encontraron entre sí.
A pesar de que muchos antropólogos creen que los ancestros de los humanos modernos eliminaron a los neandertales, es más probable que estos últimos se hayan integrado dentro del patrimonio genético humano miles de años atrás, durante la era del Pleistoceno Superior, cuando las fuerzas culturales y climáticas juntaron a los dos grupos, afirma C. Michael Barton (izquierda) profesor en el Centro de Dinámica y Complejidad social y en la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social.

"La historia tradicional en los libros de texto no se ajusta bien con lo que sabemos acerca de los cazadores-recolectores. En su mayor parte, no me gusta llevarlos lejos de casa. Es peligroso", dijo Barton.
Barton y Julien Riel-Salvatore (izquierda), de la Universidad de Colorado, en Denver, presentaron una nueva investigación en la revista Advances in Complex Systems, en la que muestran que la desaparición de los neandertales se debió a una combinación de influencias, incluyendo los cambios culturales. El documento, titulado "Agentes de cambio: un modelo de evolución biocultural en el Pleistoceno Superior de Eurasia occidental", aparece online en el mes de enero. Se basa en un trabajo publicado el año pasado en la revista Human Ecologyy en recientes estudios genéticos que muestran la contribución neandertal al genoma de los humanos modernos.

"Saber cómo se transmite el conocimiento del trabajo de una cultura es tan importante como la información biológica para la evolución humana", dijo Barton. "Hay una percepción de que la evolución biológica determina la cultura durante la época del Pleistoceno, y que las influencias culturales predominan después (incluso hoy). La realidad es que las dos fuerzas han estado trabajando juntas y ellas fueron tan importantes hace 50.000 años como lo son hoy".

Los investigadores utilizaron los datos arqueológicos para rastrear los cambios culturales y socio-ecológicos en el comportamiento humano en el oeste de Eurasia durante los últimos 120.000 años. Cuando los neandertales y los primeros seres humanos modernos cambiaron los patrones de uso de la tierra durante la última Edad del Hielo, los modelos del ordenador revelaron que las dos poblaciones comenzaron a interactuar y a emparejarse, lo que llevó a la "extinción" de uno de los grupos debido a la hibridación, un fenómeno bien conocido en biología de la conservación. Los neandertales estaban limitados al oeste de Eurasia, y, por lo general, es la población más pequeña la que se convierte en "extinta" de este modo. Sin embargo, sucesivas poblaciones híbridas llevarían todavía los genes del grupo regional que desapareció, según los investigadores.

Para hacer frente a la posibilidad de que los dos grupos no se hubieran visto unos a otros como compañeros potenciales, los investigadores también examinaron los posibles impactos de las barreras sociales de apareamiento en sus modelos informáticos. Se encontró que, a menos que los tabúes sociales fueran casi el cien por cien eficaces, no habría de hecho ninguna diferencia en los resultados a lo largo del tiempo para formar un patrimonio genético mixto, advierte Barton.

"Este es uno de los primeros intentos que aborda explícitamente el impacto de varios grados de evitación social en la posible hibridación entre los dos grupos", agregó Riel-Salvatore.

"Aparte del hecho de que desaparecieron, no hay evidencia de que los neandertales fueran menos hábiles como cazadores-recolectores del Pleistoceno tardío que cualquier otro ancestro humano viviendo en ese momento. Parece que ellos fueron tan capaces como cualquier otra persona", dijo Barton.
Barton y Riel Salvatore estudiaron los artefactos de piedra que fueron dejados por estos antiguos homínidos para rastrear los patrones de movimiento entre los cazadores-recolectores a través de Eurasia occidental durante la época del Pleistoceno.

"La tecnología de piedra es completamente diferente a la clase de tecnología que tenemos hoy en día", dijo Barton. "Pero nos puede decir cosas importantes acerca del uso de la tierra, cómo la gente se organizaba y cómo se movían para acceder a los recursos de subsistencia".

Estas herramientas proporcionan una visión de la vida de los neandertales y la secuenciación de los genes cuenta la historia de su legado.

"La reciente secuenciación del ADN neandertal indica que sus genes constituyen del 1 al 4 por ciento del genoma de las poblaciones modernas, especialmente aquellos de descendencia europea", dijo Riel-Salvatore. "A pesar de que desaparecieron, como una forma distintiva de la humanidad, ellos viven en nuestros genes. Lo que hacemos en este estudio es proponer un modelo de cómo pudo haber sucedido esto, y demostrar que las decisiones relativas al comportamiento fueron probablemente instrumentales en este proceso".

Los investigadores sugieren que es el momento de estudiar la variación y la diversidad entre los individuos, en lugar de clasificarlos en tipos o especies.

"El legado de los neandertales sigue vivo en nuestro genoma biológico y, posiblemente, en nuestro conocimiento cultural", agregó Barton. "Puede que haya habido posiblemente otras poblaciones como los neandertales que fueron integradas dentro de la especie humana global en el Pleistoceno tardío. Nosotros somos el resultado".





Las primeras obras de arte de la Humanidad en Nerja realizadas por neandertales


Fotografía facilitada por la Fundación Cueva de Nerja de pinturas rupestres de esta cueva que representan a focas y que podrían tener una antigüedad de al menos 42.000 años, lo que las situaría como la primera obra de arte de la humanidad, que además no habría sido realizada por sapiens, sino por neandertales, según varios expertos.


Seis pinturas rupestres de la Cueva de Nerja (Málaga) que representan a varias focas podrían tener una antigüedad de al menos 42.000 años, lo que las situaría como la primera obra de arte de la humanidad, que además no habría sido realizada por sapiens, sino por neandertales, según varios expertos.

Fuente: EFE, Málaga | La Opinión de Málaga.es, 7 de febrero de 2012
El profesor de la Universidad de Córdoba José Luis Sanchidrián, que dirige un proyecto de conservación de esta cueva, ha explicado hoy a Efe que la datación hace más de 42.000 años de restos orgánicos hallados junto a las pinturas existentes en la galería alta indica que estos elementos podrían constituir la representación artística más antigua del mundo.



Pero lo que sería aún más revolucionario es que todos los datos científicos actuales apuntan a que esas pinturas fueron llevadas a cabo por el Homo Neanderthalensis, "lo que supone un bombazo académico", según Sanchidrián, ya que hasta ahora todo lo relacionado con el sentido estético se atribuía al Homo Sapiens Sapiens.
A raíz del análisis de los sedimentos de la cueva, se mandaron a datar a Miami (Estados Unidos) restos de carbones aparecidos a diez centímetros de las pinturas, unas pruebas que han arrojado una antigüedad de 43.500 y 42.300 años.
Esos carbones estarían relacionados con la iluminación de las pinturas, bien para realizarlas o bien para verlas, lo que supondría que pueden ser incluso más antiguas, y esa fecha "corresponde a neandertales, por lo que se nos abre una expectativa increíble", ha apuntado el experto.

"Los carbones están al lado de las focas, que no tienen parangón en el arte paleolítico, y sabemos que los neandertales comían focas", ha precisado Sanchidrián, que ha insistido en la necesidad de datar un pequeño velo o película formada sobre las pinturas para conocer su fecha exacta.
Sin embargo, actualmente los trabajos están paralizados por la falta de recursos económicos y la ausencia de un gerente al cargo de la Fundación Cueva de Nerja. Para el conservador de la cueva y coordinador del proyecto multidisciplinar, Antonio Garrido, era fundamental intentan datar los restos orgánicos existentes junto a las pinturas, y de coincidir las fechas "se abrirían muchísimos interrogantes".


También está sobre la mesa la posibilidad de que las pinturas fuesen obra de sapiens, pero para Sanchidrián, eso es "mucho más hipotético", ya que no existen pruebas de que nuestra especie irrumpiera en la Península Ibérica de sur a norte, "ni tampoco existen muestras similares de arte en el norte de África".
Cabe la posibilidad de estar ante la primera obra de arte de la humanidad y además, de que no esté hecha por sapiens, y eso sería un "cambio radical", puesto que hasta ahora, la Historia del Arte dice que "el arte es consustancial a nosotros, a los sapiens, porque somos los que pensamos", ha añadido.
Los investigadores consideran que esta gruta, uno de los últimos puntos del Sur de Europa en el que se refugiaron los neandertales, esconde la clave de la desaparición de esta especie.
EEUU sitúa las pinturas rupestres de Nerja como las más antiguas


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Los últimos análisis remontan las figuras situadas en las Galerías Altas de la Cueva nerjeña a hace más de 40.000 años.
Fuente: Fran Extremera | La Opinión de Málaga.es, 31 de enero de 2012

Foto: El cáprido de la Sala de las Columnas de Hércules que sirve de logotipo de la Cueva nerjeña. F.E.


La Fundación Cueva de Nerja, a través del conservador del monumento, Antonio Garrido, confirmó ayer que unas recientes pruebas de datación desarrolladas en Estados Unidos catalogan las pinturas rupestres nerjeñas como las más antiguas de todas.
Hasta ahora se situaban las figuras enclavadas en las Galerías Altas de esta cavidad en el periodo comprendido entre los 12.000 y 20.000 años. Los nuevos análisis certifican, sin embargo, que los pobladores que nos cedieron este legado prehistórico vivieron incluso más allá de hace 40.000 años.

Una consecuencia directa de la investigación que impulsó en 2008 el profesor titular de la Universidad de Córdoba José Luis Sanchidrián es que las imágenes de animales como aves, caballos, ciervos y focas que están acompañados por diversos signos, como puntos o líneas, podrían ser claves para avanzar en el enigma de la desaparición del Neandertal sobre la Tierra. Y es que la Cueva, además, se incluyó en el catálogo de enclaves donde investigar en dicho misterio, justo cuando hace un par de campañas se halló una singular herramienta propia del denominado Homo Neanderthalensis.


La gruta nerjeña puede presumir desde su apertura de albergar esas pinturas rupestres, localizadas por el mareño Francisco Navas Montesinos –uno de los descubridores de la Cueva– durante un permiso mientras cumplía con el servicio militar obligatorio. Sin embargo, la primera datación radiocarbónica efectuada sobre un fragmento de carbón, empleado para pintar un ciervo en las Galerías Altas, había retrasado su elaboración a hace 20.000 años, tal y como se recoge en la publicación oficial de la Cueva que en 2007 recopilaron las investigadoras Cristina Liñán Yolanda del Rosal y María Dolores Simón.


El conservador de la gruta, Antonio Garrido, ha explicado que la nueva datación será «muy importante» para poder arrojar algo más de luz acerca de la coexistencia en una misma cavidad de nuestros antecesores, el Homo Sapiens Sapiens, y los neandertales. Desde el punto de vista científico, el monumento malagueño más visitado, con cerca de medio millón de personas al año que se adentran en su interior, pasaría a ser un destino fundamental para conocer las primeras pinturas rupestres conocidas.


De hecho, cabe la posibilidad de que la Fundación planteara una futura recreación de las pinturas en el Centro de Interpretación de la Cueva, de forma que, al igual que en Altamira, se evite el deterioro de tan preciado tesoro.