El Pico de la Mora (Peñafiel, Valladolid) conoció un asentamiento de época Campaniforme defendido por una muralla

Desarrollo de los trabajos arqueológicos. FOTO: UBU

La campaña de excavaciones de 2016 en el Pico de la Mora, situado en las proximidades de la localidad vallisoletana de Peñafiel, ha concluido recientemente con hallazgos interesantes. La mayor novedad ha sido la constatación de que el lugar, que estuvo ocupado en época Campaniforme (entre el 2500 y el 2000 antes de Cristo), se encontró protegido por una construcción de carácter defensivo la cual probablemente fuera erigida en aquellos momentos.

Hasta la fecha la posible muralla se conocía a partir de algunas prospecciones superficiales y varios fotogramas aéreos pero, durante diez días de este último mes de agosto, un grupo de siete investigadores ha llevado a cabo unos trabajos arqueológicos en uno de los puntos (sector septentrional) y ello ha permitido reconocer algunos rasgos de su estructura constructiva. En concreto, se ha averiguado que esta muralla era de unos 100 metros de longitud y 2'5 metros de anchura y que debió contar con un tosco paramento, tanto al interior como al exterior. En algunos puntos del recorrido se reconocen una serie de grandes bloques de caliza de entre medio y un metro de anchura, situados en la base de la estructura, que aparecen alineados y que sirvieron para soportar los empujes del relleno.

Éste, integrado fundamentalmente por un cúmulo de cantos de caliza de tamaño pequeño o medio mezclado con tierra, contiene también algunos interesantes materiales arqueológicos. A falta de dataciones absolutas, que se realizarán en breve a partir de los “carbones” que han sido recuperados entre el relleno, tales artefactos han permitido la adscripción al “horizonte Campaniforme” de esta obra. Diversas cerámicas lisas y algunos útiles líticos, como una pequeña lámina de sílex, son fácilmente paralelizables con los que aparecen en yacimientos campaniformes cercanos (por ejemplo: Pico del Castro, en Quintanilla de Arriba, Valladolid).

Foto aérea de Pico del Castro. FOTO: UBU

Estos trabajos han sido efectuados por un grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Historia, Patrimonio y Comunicación de la Universidad de Burgos (UBU), José Antonio Rodríguez Marcos, y por la Universidad de Valladolid (UVa), en concreto por Rodrigo Villalobos García (quien ha dirigido los trabajos de campo), y han sido financiados por la Junta de Castilla y León.

Otros hallazgos

Otros de los resultados alcanzados son la constatación de que el lugar conoció una actividad propia de un pequeño hábitat hace unos 4.500 años. Esto queda probado por algunos hallazgos que se han recogido, dispersos por la superficie y laderas del alto, y en una cata que se ha abierto en el interior del recinto. En este sentido cabe señalar la presencia de un diente de hoz con pátina de haber segado cereal, algún objeto de barro relacionado con el hilado (fusayola), un buen número de núcleos de sílex y restos de talla del mismo material, y, sobre todo, un conjunto de cerámicas, la mayor parte de las cuales aparecen sin decoración y que vienen a sumarse a otras también lisas y a las pocas decoradas con motivos campaniformes que se habían recuperado en años anteriores sobre la superficie del área ocupada por el yacimiento.

Detalle del bloque que constituye el paramento y del relleno de la muralla prehistórica. FOTO: UBU

Las diferentes pruebas recogidas y muestras y observaciones realizadas en el Pico de la Mora configuran un conjunto ciertamente homogéneo desde el punto de vista de su atribución cronológica y ponen en evidencia que el lugar, en efecto, dio cobijo a un pequeño pero interesante asentamiento que fue habitado, en exclusiva, a finales del periodo Calcolítico de la Meseta Norte Española, durante el desarrollo de la denominada “etapa del Vaso Campaniforme”. En ese momento los moradores del lugar erigieron una muralla que protegía el acceso al poblado; la cual constituye la más antigua construcción que, de esta clase, se conoce en todo el sector central de la Meseta castellanoleonesa.

Un proyecto científico con perspectiva de futuro

La breve campaña que se ha realizado en Pico de la Mora ha abierto importantes expectativas a futuras campañas arqueológicas a desarrollar en este enclave. Los investigadores prevén completar la reconstrucción de las características de la muralla que cerró el hábitat Campaniforme y reconocer las principales características del espacio habitado que se instaló sobre el Pico de la Mora. Ambos extremos tienen indudable interés por el escaso conocimiento que, sobre ambos aspectos, tiene la arqueología en la actualidad.

Fuente: dicyt.com | 1 de septiembre de 2016

Arqueólogos descubren una fábrica de jarras de piedra de más de 2.000 años de antigüedad en Galilea (Israel)

En una cueva de piedra caliza a mitad de camino entre Nazaret y el pueblo bíblico de Caná, los arqueólogos desenterraron recientemente un taller del siglo I d.C. que producía vasos de piedra similares a aquellos que contenían el agua que Jesús transformó en vino.

Varios cuencos y copas de piedra en diversas fases de ejecución fueron encontrados en las entrañas de la cueva, sugiriendo que la cueva puede haber sido el hogar de una activa fábrica de productos de piedra. El sitio, conocido hoy en día como Einot Amitai, es el primer sitio de fabricación de gres de su tipo encontrado en la Galilea de la Época del Segundo Templo, dijeron los investigadores.

Aunque evidencias de producción de vasos de piedra caliza han sido descubiertas en otros sitios en Galilea, solamente en Einot Amitai los arqueólogos han hallado una cantera y un taller donde eran realizados.


La cueva fue encontrada en el 2001 cuando los residentes del pueblo cercano estaban nivelando una parcela de tierra y emergió la caverna. Un estudio limitado del sitio indicó que podía haber estado involucrada en la producción de productos de piedra caliza, pero los arqueólogos solo lanzaron una excavación más completa este agosto.

Los vasos de piedra caliza se volvieron populares en Judea a mediados del siglo II a.C., y permanecieron en uso durante el período Romano. Los arqueólogos de la Universidad de Ariel y de la Universidad de Malta quienes llevaron a cabo la excavación buscaron determinar si la producción de vasos de piedra continuó en la Galilea después de la Segunda Revuelta Judía contra Roma en el 135 d.C.

Fragmentos de cuencos, platos y copas hechas de piedra han sido encontrados en asentamientos judíos a través de Judea, pero muy pocos aparecieron en contextos no judíos del período, sugiriendo una posible motivación religiosa para su uso, dijo Yonatan Adler (izquierda) de la Universidad de Ariel, un experto en la antigua ley ritual judía quien dirigió la excavación.

Durante los siglos I a.C. y I d.C., varias corrientes del judaísmo llegaron a estar obsesionadas con la noción de la pureza ritual. A diferencia de la cerámica, la piedra no podía absorber la impureza ritual, haciéndola un material ideal para utensilios de cocina.

“Algunos recipientes desempeñaron un papel integral en las vidas religiosas diarias de los judíos durante este período”, argumentó Adler. Quizás debido a que la piedra no estaba entre los materiales mencionados en los códigos de pureza de Levíticos fue considerada una excepción. De cualquier manera, “Fue una clase de 'Edad de Piedra' judía”, dijo en una declaración publicada por la universidad.


Otros eruditos argumentan que la popularidad de los recipientes de piedra durante el período estaba limitada a "un deseo de reforzar su propia identidad", eligiendo productos locales simples por sobre los lujosos productos importados, escribió en el 2015 Zeev Weiss, de la Universidad Hebrea.


Las tinajas de piedra se mencionan en el Nuevo Testamento, cuando el Libro de Juan relata que en la boda en Caná “Estaban ahí seis jarras de agua hechas de piedra para los ritos judíos de purificación, cada una conteniendo veinte o treinta galones”.

Todos sabemos lo que Jesús hizo con el agua. Pero lo que Adler sugiere es que “es ciertamente posible -quizás incluso probable- que grandes contenedores de piedra del tipo mencionado en la historia de la Boda de Caná pueden haber sido producidos localmente en la Galilea en una cueva similar a la que nosotros estamos ahora excavando”. El pueblo moderno de Kafr Kanna, a solo una milla al norte de la cueva, está identificado con la Caná bíblica, después de todo.

Por ahora las excavaciones de la cueva solamente han producido jarros y cuencos pequeños de piedra, nada del tamaño mencionado en el Libro de Juan.

“Fragmentos de tinajas grandes no han sido desenterrados”, dijo cautelosamente el Dr. Dennis Mizzi (izquierda), de la Universidad de Malta, en una declaración.
Los arqueólogos planean excavaciones adicionales el próximo verano.

Fuente: :diariojudio.com | 31 de agosto de 2016
(Traducción por el Consulado General H. de Guayaquil)

Descubren una espada de bronce muy bien conservada en Dinamarca


Los arqueólogos aficionados daneses, Ernst Christiansen y Lis Therkildsen, aprovechan todas las oportunidades para encontrar cualquier artefacto antiguo. Recientemente la pareja se fue de paseo nocturno con un detector de metales.

De acuerdo con la revista 'National Geographic', al oír la señal del detector, que registró un objeto a una profundidad de unos 30 centímetros, la pareja decidió no extraerlo por sí misma y contactaron a representantes del Museo Vestsjaelland y al día siguiente regresaron al lugar del descubrimiento junto a ellos.




La precaución de los arqueólogos aficionados, por su parte, estaba justificada, ya que bajo la tierra yacía un objeto muy raro: una espada de bronce de 82 centímetros de longitud, 67 de los cuales correspondían a la hoja.

Los especialistas clasificaron el arma en el período IV de la Edad de Bronce escandinava (1100-900 a.C). La espada, perfectamente conservada, no solo no ha perdido su filo, sino que también mantiene sus adornos en la empuñadura.
El hallazgo único se sumará a las piezas exhibidas en el citado museo.

Fuente: RT Actualidad, 1 de septiembre de 2016

Arqueólogos recuperan los listones de madera con piezas de metal de una de las barcas solares de Keops

Foto: El equipo egipcio-japonés desentierra las 1.200 piezas que componen la segunda barca solar y localiza por primera vez elementos metálicos en su esqueleto.

El rompecabezas de la segunda barca solar de Keops, conservada durante 4.500 años bajo las arenas de la meseta de Giza, sigue deparando sorpresas. Unos listones de madera reforzados con elementos metálicos, desconocidos hasta ahora, han emergido este miércoles de las profundidades de la oquedad en la que un ejército de expertos japoneses y egipcios trata de rescatar la nao que acompañó al faraón en su viaje hacia el más allá.

"Las piezas de madera que estamos recuperando hoy son únicas", declara a EL MUNDO el ministro de Antigüedades egipcio Jaled el Anani (izquierda), mientras un batallón enfundado en batas blancas y ayudado por un sistema de poleas desempolva parte del tesoro, envuelto en gasas. "Se trata de un listón de ocho metros de largo que contiene partes metálicas que no existían en el primer barco solar. Creemos que fueron incluidas para evitar que la embarcación resultara dañada durante la navegación", ha explicado el egiptólogo.

Tras milenios de reposo, la misión de reconstruir la nave, compuesta de piezas de cedro libanés y acacia egipcia, arrancó en junio de 2011 en busca del esplendor que luce el primer barco solar, hallado en 1954 a unos metros de la que ahora se trata de recuperar y que desde 1982 cautiva a los turistas con sus 43 metros de eslora y 1.224 piezas en un museo levantado frente a la pirámide.

La existencia de una segunda nao no era un enigma. Ya había constancia de ella en 1954, pero la egiptología no volvió a surcar las arenas cercanas a la pirámide de Keops hasta 1987. A primeros de aquel año los nipones auscultaron su perímetro a través de ondas electromagnéticas. Y hallaron el vacío horadado en la tierra que bajo 41 bloques de 16 toneladas de piedra caliza guardaba el puzzle del segundo barco.


El primer barco solar, expuesto a los turistas desde 1982. FRANCISCO CARRIÓN


Foto: Vista lateral de la cabina del barco de Keops. ¿Fue construida exclusivamente para el funeral de Keops, o su uso en la vida cotidiana? Una pista: ¡no hay ventanas en la cabina!

A finales de la década de 1980 una expedición del National Geographic consiguió penetrar en el foso con una minúscula cámara. Varias expediciones posteriores confirmaron la localización, pero el proyecto definitivo no arrancó hasta 2009. Dos años más tarde, durante la apertura de la fosa, la misión encontró un cartucho con el nombre del segundo rey de la IV dinastía, que reinó entre 2609 y 2584 a.C., y un jeroglífico sin cartucho perteneciente a uno de sus hijos, Kefrén, que emuló a su progenitor al edificar la pirámide contigua. Desde entonces, el proyecto ha levantado acta de los daños causados en la madera por la entrada de aire y agua mezclada con cemento durante las obras de construcción del museo cercano.


Foto: Descubiertos en 1954, completamente desmanteladas al sur de la pirámide de Keops, ambos barcos estaban en dos fosas rectangulares. La primera fue expuesta cerca de las pirámides mientras que una misión arqueológica japonesa de la Universidad de Waseda se encarga de recuperar y restaurar los restos de la segunda.

Ésta sí navegó y ahora volverá a ver la luz

"Estoy muy feliz por el hallazgo que hoy presentamos. Hemos descubierto que el segundo barco, a diferencia del primero, sí se utilizó para navegar", señala a este diario Sakuji Yoshimura (derecha), profesor de la Universidad nipona de Wesade y director de la expedición, en el laboratorio levantado junto a la hendidura y aislado para luchar contra la humedad y el calor del desierto.

El medio centenar de expertos a su cargo aún tiene una larga singladura que recorrer. "Nuestro plan es concluir la restauración de la piezas en tres años y dedicar otros cinco al proceso de ensamblaje. Necesitamos ocho años en total", ha esbozado el ingeniero nipón. Para el primer barco, el arqueólogo egipcio Ahmed Youssef empleó 13 años y sólo logró recomponerla tras el cuarto intento.

"El proyecto tiene un coste superior a los 10 millones de dólares. De las 1.200 piezas que componen el barco se han recuperado 704 piezas, que han sido restauradas, documentadas y trasladadas al Gran Museo Egipcio", indicó el ministro de Antigüedades.

Una vez restaurada, la embarcación será expuesta en las salas del nuevo museo que se construye actualmente en las proximidades de las pirámides de Giza y cuya inauguración parcial está prevista para mediados del próximo año.




Detalle de una de las piezas de madera. FRANCISCO CARRIÓN

La misión, que ha sorteado los últimos cinco años de turbulencias políticas en la tierra de los faraones, desvela el fascinante esqueleto de una de las cinco naos que acompañaron la vida de ultratumba del rey Jufu, bautizado como Keops por el griego Heródoto y descrito como un cruel tirano que sojuzgó a su familia y su pueblo para erigir una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Recomponer las piezas también podría arrojar luz sobre la utilidad de estos barcos. La teoría del ex ministro de Antigüedades, Zahi Hawass, es que "no se trata de un bote funerario usado para trasladar el cuerpo del faraón desde la capital hasta su enterramiento sino de un símbolo en honor al dios solar Ra". Con las dos naves encontradas, el difunto rey navegaría durante el día (una barca denominada mandyet) y al caer la noche (mesketet).

En cambio, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Amin, consideró en 2013 que podría haber sido usado durante la vida terrenal de Keops o como un símbolo de poder y ostentación. "Del mismo modo que hoy un monarca posee 5 coches o yates", dijo.



Ver vídeo en este enlace.

Fuente: EL MUNDO.es | 31 de agosto de 2016

Concluye la campaña de excavaciones en el yacimiento de la sima de la Cueva del Ángel (Córdoba)

Trabajos de arqueología en el interior de la Cueva del Ángel en Lucena, Córdoba - J. M. G.

Ha concluido la campaña de excavaciones en la Cueva y la Sima del Ángel, en la que han venido trabajando a lo largo de los últimos 30 días más de 40 investigadores procedentes de distintas universidades y países del mundo. La campaña ha venido marcada por el retraso en el inicio de las prospecciones sobre el terreno, debido a la tardanza con la que se recibió la autorización de la Consejería de Cultura de la Junta, solicitada en el pasado mes de mayo, lo que obligó al equipo dirigido por Cecilio Barroso a dedicar el primero de los dos meses de trabajo programados a tareas de estudio y catalogación de materiales de anteriores campañas en el complejo educativo de Los Santos.


Foto: Cecilio Barroso (segundo por la derecha) junto con otros investigadores y miembros de la fundación Cueva y Sima del Ángel y el edil de Cultura, Manuel Lara (derecha) - J. M.

El otro aspecto a destacar es la dureza de las condiciones de trabajo en las que ha debido desenvolverse el grupo de investigadores, tanto en la«covacha» exterior como posteriormente, en el interior de la cavidad. Barroso señala al respecto que «de cara al próximo año será necesario utilizar medios mecánicos para poder proseguir, así como la redacción de un estudio previo que garantice la estabilidad de la estructura». Respecto a la sima, el director del equipo indica que «prácticamente se ha trabajado como en una mina».

Cecilio Barroso indica que «garantizar la seguridad de los miembros del equipo ha sido una prioridad en todo momento». A la zona de excavación se accede con un equipo de espeleología. A ello se ha sumado este año el uso de mascarillas por el equipo de excavación para evitar cualquier posible contaminación de los restos extraídos, en los que se pretende seguir buscando ADN.

Solo ha sido posible alcanzar dos de los cuatro metros de profundidad a los que se pretendía llegar, pero son dos metros de estratigrafía cargada de historia. No han cesado de aparecer restos óseos humanos y de pequeños animales y restos cerámicos con más de 5.000 años de antigüedad, que nos sitúan entre el Calcolítico y el Neolítico, correspondientes a la última fase de presencia humana en la cueva, lejos aún de etapas más tempranas en la evolución humana que el equipo está seguro de que se encuentran aún bajo la tierra del interior de la sima y que nos acercarían a los primeros preneandertales.

Fuente: ABC.es | 25 de agosto de 2016
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Un relato de medio millón de años

Fuente: eldiariodecordoba.es | 7 de agosto de 2016

En la falda de la Sierra de Aras, a las plantas de María Santísima de Araceli y en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas, se sitúa uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos descubiertos en toda Europa. Con una antigüedad que supera los 500.000 años, la cueva y sima del Ángel es reconocida hoy en día por la comunidad internacional como un auténtico tesoro de nuestros antepasados que sitúa a Lucena en el centro de la investigación prehistórica y la asemeja, incluso, al reconocido yacimiento de Atapuerca.

Fue en 1995 cuando el doctor en Prehistoria, Cecilio Barroso (izquierda) descubrió el yacimiento movido por la Asociación Torre del Moral que, tras los hallazgos producidos en los 60 y 70 del pasado siglo gracias a un particular que descubrió huesos y piedra trabajada en la zona, decidieron buscar esta cueva hasta que finalmente la hallaron.

El yacimiento lo comprenden una zona al aire libre, donde se han encontrado restos que van desde los 220.000 a los 400.000 años de antigüedad; una covacha, donde se han hallado restos humanos del Pleistoceno que podrían superar el medio millón de años, y la sima del Ángel que, con cien metros de profundidad, conecta directamente con la covacha y donde los antiguos hombres de deshacían de sus cadáveres. Precisamente en esta zona, en 2008, el Ayuntamiento de Lucena creó un túnel para hacerla accesible a los visitantes y facilitar las tareas de investigación.



En 2013, se hallaron en la sima 500 restos humanos y, gracias a las últimas investigaciones, se ha descubierto ADN humano de Homo sapiens sapiens de hace 7.000 años, conservado en excelentes condiciones por la temperatura constante a la que se ha mantenido este enclave cuyo microclima especial ha permitido que las proteínas no se destruyan. Cecilio Barroso explicó a El Día que se han enviado dos muestras dentales a la Universidad de Harvard, así como seis muestras a la Universidad de Ferrara, y en seis de ellas "tenemos presencia de ADN antiguo".

Tras este descubrimiento, se abre ahora una nueva línea de investigación junto al Instituto Biomédico Maimónides de Córdoba, además de varias universidades, para estudiar enfermedades genéticas o el sistema inmunológico, un proyecto "de enorme relevancia mundial". En estos 21 años de trabajo, en los que como apuntó Barroso "las vicisitudes han sido muchas" -desde el bloqueo por parte de la Administración en las excavaciones que en esta edición han comenzado incluso con un mes de retraso hasta "la incredulidad de expertos sobre la existencia de restos en este yacimiento"-, este museo vivo de la Prehistoria ha sido excavado hasta en seis ocasiones, mientras que en los restantes años se ha procedido a la investigación hallando más de 100.000 restos paleontológicos, líticos y humanos del Neolítico, Calcolítico y Paleolítico, muchos de los cuales aún se encuentran sin analizar a tratarse de un proceso lento y minucioso.


Tomografía de un fémur pre-neandertal encontrado en la Cueva del Ángel

Entre las conclusiones alcanzadas, se sabe ahora que "nuestros antepasados trabajaban la piel y por tanto no iban desnudos, que tenían un acceso restringido a la caza por la forma en que consumían y fracturaban los huesos hasta el extremo, debido a que no les era posible comer todos los días, o que tenían una dieta vegetal, gracias a los huesos de aceituna y acebuche encontrados o los cereales de trigo salvaje y semillas de guisante recolectadas en la zona", detalla Barroso.

También entre los hallazgos, destacan las cenizas de un hogar de hace 300.000 años de 2,60 metros, cuando el más alto encontrado hasta la fecha tenía sólo 30 centímetros. "Esto hace que esta cueva sea única en el mundo y que este yacimiento sea nombrado a buen seguro, en un futuro, Patrimonio de la Humanidad porque no existe nada parecido", asegura.

Investigadores y alumnos del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, del Instituto de Paleontología Humana de París, de diversos laboratorios de Niza, de la Universidad de Oxford, de Londres, el Instituto Tecnológico de Milán o de universidades de Italia, Texas, Australia, Inglaterra, Alemania, Filipinas, Hispanoamérica, Mexico, Argentina, Chile, Venezuela, el Norte de África y España han pasado por la ciudad lucentina para analizar esta cueva. En la actualidad, parte de los restos encontrados se pueden contemplar en el Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena ubicado en el Castillo del Moral, donde existe una exposición permanente, o en el Centro de Interpretación de la Ciudad situado en el palacio de los Condes de Santa Ana.


Foto: Herramientas líticas halladas en la Cueva del Ángel

Por delante quedan las excavaciones que durante todo agosto continuarán a manos de un grupo de 80 alumnos, con la posibilidad de realizar otras actuaciones en épocas festivas como Navidad o Semana Santa, y las intervenciones pendientes a realizar por parte de la Administración para hacer más accesible la cueva. Las únicas ayudas públicas con las que cuenta este proyecto, cuyo centro de estudios se ubica en la antigua estación de tren de Lucena, con una capacidad ya superada, es la ayuda anual del Consistorio lucentino de 30.000 euros, al margen de determinadas subvenciones específicas y de inversión privada.

Para el director de Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana que se encarga, "esto es más que recolectar las piezas encontradas, catalogarlas y ponerlas en una vitrina". "La arqueología -reflexiona- es el medio que nosotros utilizamos para estudiar el hombre como parte de la naturaleza. El hombre es un animal más que tiene que sobrevivir y reproducirse, y la naturaleza es la que incide en su carácter y en su adaptación". Desde la Fundación reclaman la necesidad de "mayor apoyo económico" e insisten en que los restos encontrados "no pueden ser despojados de Lucena", en relación a la posible salida hacia Córdoba para su inventariado sin un protocolo de actuación que obligue a devolverlos a la ciudad.

Evolución del habla humana: ¿la clave está en los grandes simios?

Un orangután llamado Rocky (arriba en la foto) podría proporcionar algunas de las claves que nos permitirían entender cómo evolucionó el habla en los seres humanos, desde la época en la que predominaban los grandes simios ancestrales, según una nueva investigación publicada en la revista Scientific Reports.

Una vieja discusión

Rocky es un gorila de ocho años a quién se le indujo a imitar sonidos, mediante la aplicación de un entretenimiento infantil del tipo “haz lo que yo hago”. En el transcurso de la investigación, el animal fue capaz de seguir el ritmo del juego, de imitar el tono de los sonidos emitidos por los científicos y de realizar llamadas similares. El procedimiento fue dirigido por el Dr. Adriano Lameira (izquierda), de la Universidad de Durham en el Reino Unido, y demuestra que los orangutanes podrían tener la capacidad de controlar sus propias voces y de decidir qué sonidos emitir, por lo que las conclusiones de este estudio podrían ser un gran aporte a la discusión sobre si el lenguaje hablado se deriva de los primeros ancestros humanos.
Anteriormente se pensaba que los grandes simios, los cuales genéticamente son nuestros parientes más cercanos, eran incapaces de aprender a producir nuevos sonidos, y, dado que éste se considera un comportamiento “aprendido”, parecía imposible que se hubiese originado a partir de ellos.

Imitación espontánea

Rocky vive en el Zoológico de Indianápolis, Indiana, EEUU, prácticamente desde que nació, y el estudio fue llevado a cabo en 2012, entre los meses de abril y mayo. En el transcurso del mismo se tomaron todas las medidas posibles para que la investigación no modificara la rutina diaria del animal y sus costumbres. Como parte de la experiencia, un investigador hizo sonidos al azar con variaciones en el tono de su voz comprobando que Rocky a su vez los imitaba. Cada una de las sesiones fue grabada con equipos de muy alta precisión.

Más tarde el equipo de científicos comparó los sonidos obtenidos con la mayor base de datos que se tiene de las “llamadas” de los orangutanes, la cual se compone de más de 12.000 horas de grabaciones realizadas a unos 120 orangutanes de 15 poblaciones, incluyendo algunas silvestres y otras en cautiverio. Gracias a ello fueron capaces de concluir que los sonidos emitidos por Rocky en sus sesiones de “imitación” eran diferentes en comparación con los sonidos que figuraban en la base de datos, mostrando que él era capaz de aprender nuevos sonidos y controlar la acción de su voz en un contexto "conversacional".

Rocky fue estrella de televisión y cine antes de retirarse al zoológico de Indianápolis

Conclusiones muy importantes

El Dr. Lameira, que se unió al Departamento de Antropología de la Universidad de Durham en 2015, explicó que está claro que entre los sistemas de comunicación más básicos que empleaban los grandes simios ancestrales, y el tipo de habla que usamos los seres humanos, hay una conexión innegable, pero no se conocen las etapas del proceso.

"Siempre se ha supuesto que cuando los grandes simios emitían determinados sonidos, éstos eran impulsados ​​por algún tipo de excitación puntual sobre la que no tenían ningún control, por lo que se creía eran incapaces de aprender nuevos sonidos, pero nuestra investigación demuestra que los orangutanes pueden 'potencialmente' controlar sus voces” explicó el científico.

Y agregó que: "Esto indica que el dominio de la vocalización que poseen los seres humanos podría derivar de la de un antepasado común, que fuera capaz de controlar su voz de manera similar a como lo ha hecho Rocky en el transcurso del experimento”.

Según las conclusiones del Dr. Lameira: “Este estudio abre la posibilidad para nosotros de aprender más acerca de las capacidades vocales de los primeros homínidos que vivieron antes de que se produjera la división entre los linajes de los orangutanes y los humanos, y lograr comprender cómo fue que el sistema vocal evolucionó hacia el habla, en toda regla, en nuestro caso".

En la investigación también participó la Fundación Pongo de los Países Bajos, el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, la Universidad John Moores de la ciudad de Liverpool del Reino Unido, la Universidad de Ámsterdam (Holanda), el Zoológico de Indianápolis de los EEUU, las Universidades George Mason y la de Indiana de EEUU.

Antecedentes

El Dr. Lameira ya había participado en varios estudios previos, algunos de los cuales habían estado bajo su dirección y apoyados por la Universidad de Ámsterdam, a la cual pertenecía anteriormente.
El último de dichos estudios fue publicado en enero de 2015. En él se informó que un orangután hembra llamada Tilda, y que habita en el Zoo de Colonia, Alemania, fue capaz de emitir sonidos comparables a las consonantes y las vocales, y de manera similar a como lo hacen los humanos, es decir, al mismo ritmo y tono que el habla humana.

Fuente: econoticias.com | 1 de septiembre de 2016