Arqueólogos descubren un antiguo palacio asirio desconocido bajo la «tumba de Jonás» arrasada por Daesh

Esculturas asirias que representan una semi-diosa, que rocía «agua de la vida» para proteger a los humanos.

Los arqueólogos que documentan la destrucción de Daesh del santuario de Nabi Yunes en Irak han descubierto de forma inesperada restos de un antiguo palacio asirio desconocido hasta ahora.

El santuario, que se levantaba sobre la supuesta tumba del profeta Jonás, fue dinamitado con explosivos detonados por los yihadistas de Daesh poco después de que ocuparan Mosul en junio de 2014. Tropas iraquíes recuperaron el pasado enero este lugar de peregrinación, reverenciado por musulmanes, cristianos y judíos. Desde entonces se ha podido documentar el extenso daño al patrimonio ocasionado por los yihadistas.

Los arqueólogos locales han descubierto que Daesh excavó profundos túneles bajo el santuario demolido, llegando hasta los restos de un palacio hasta ahora desconocido, según han señalado a The Telegraph.

En uno de esos túneles, la arqueóloga iraquí Layla Salih (izquierda) descubrió una inscripción cuneiforme de mármol del rey Asarhaddon, que cree que se remonta al imperio asirio.

Aunque el nombre del rey no es visible en la losa cuneiforme, las frases de la inscripción serían una descripción de su reinado, en particular de su reconstrucción de Babilonia después de que su padre Sennacherib destruyera la ciudad, señala el diario británico.
El palacio fue construido por Sennacherib, renovado y ampliado por Asarhaddon (681-669 a.C), y renovado de nuevo por Asurbanipal (669-627 a.C.), aunque fue destruido en parte durante el saqueo de Nínive en el año 612 a.C.

En otra parte del túnel descubrieron unas esculturas de piedra de una demi-diosa asiria, que rocía «agua de la vida» a los hombres.

«Nunca he visto algo así en piedra en este tamaño tan grande», señala a The Telegraph la profesora Eleanor Robson (derecha), presidenta del Instituto Británico para el Estudio de Irak. A su juicio, podrían haber decorado estancias femeninas del palacio. «Los objetos no coinciden con descripciones de lo que pensábamos que estaba allá abajo, así que la destrucción de Daesh nos ha llevado realmente a un hallazgo fantástico», añade Robson.

«Hay una gran cantidad de historia allá abajo, no sólo piedras ornamentales. Es una oportunidad para finalmente conocer cómo era un palacio del primer gran imperio del mundo, en su periodo de mayor éxito», añade.
El lugar fue excavado en 1852 y posteriormente revisado por el departamento iraquí de antigüedades en la década de 1950, pero no se llegó hasta el palacio.

La arqueóloga Layla Salih, ex comisaria del museo de Mosul, cree que Daesh pudo haber saqueado cientos de objetos antes de que las fuerzas iraquíes recuperaran el lado este de la ciudad.

«Solo puedo imaginar cuánto descubrió Daesh antes de que llegáramos aquí», dijo al Telegraph por teléfono desde Mosul. «Creemos que tomaron muchos de objetos, tales como cerámica y piezas más pequeñas, para su venta. Pero lo que dejaron será estudiado y añadirá mucho a nuestro conocimiento de la época», añade.

Según la arqueóloga, los túneles no fueron construidos profesionalmente, por lo que podrían colapsar «dentro de semanas», enterrando y destruyendo potencialmente los nuevos hallazgos. Expertos del Instituto Británico para el Estudio de Irak están ofreciendo ayuda a los arqueólogos locales para proteger y documentar el sitio.

Una inscripción cuneiforme del rey Asarhadón se cree que data del imperio asirio en 672 a.C. CRÉDITO: JÉRÉMY ANDRÉ

Los túneles descubiertos son la primera evidencia de que Daesh los emplea en su búsqueda de antigüedades para saquear. Ya en la Conferencia para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural en las Zonas Liberadas de Irak, que concluyó el pasado 24 de febrero en la sede de la Unesco en París, el viceministro de cultura, antigüedades y turismo de Irak, Qais Rasheed, advirtió de que en Mosul y otros lugares los yihadistas.

«Debemos detener el tráfico de antigüedades iraquíes y cortar de raíz los ingresos monetarios de Daesh», añadió por su parte el ministro de Educación de Irak, Mohammad Iqbal Omar.
Según los datos aportados Qais Rasheed, los yihadistan han causado importantes daños a sitios arqueológicos de importancia mundial, destruyendo hasta el 70% de Nínive y el 80% de Nimrud. Los daños, según la Unesco, son aún más graves de lo que se temía.

Fuente: ABC.es| 28 de febrero de 2017

El puente romano de Alcántara (Cáceres) se asienta sobre los restos de otra construcción más antigua

El puente romano de Alcántara, en Cáceres, construido en tiempos del emperador Trajano, en el siglo II d. C., se erigió sobre los restos de otro puente más antiguo, según un estudio publicado en la revista «Arqueología de la Arquitectura».

La investigación, en la que han participado científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), confirma la importancia estratégica de este lugar, y la necesidad de grandes infraestructuras públicas.

«El puente de Alcántara está considerado uno de los símbolos de la 'romanización' de Hispania y una de las obras maestras de la arquitectura de todo el mundo romano», explica el investigador del Instituto de Arqueología-Mérida, Antonio Pizzo (izquierda).

El hallazgo se ha producido en una de las pilas del puente, situada en la margen izquierda del río, donde «se ha evidenciado la presencia de parte de un puente anterior que permanece visible y que fue reutilizado en la estructura de época de Trajano», señala.

Hipótesis

«Se trata de una evidencia que confirma la idea de que el puente de Alcántara actual es un segundo proyecto y que hubo un intento de construir un puente en época anterior», añade.
Este dato abre dos hipótesis. La primera apunta a que se trataría de un puente construido anteriormente que se derrumbó por alguna crecida del río, algo posible pero poco probable, ya que los restos de material se podrían haber reutilizado en la fábrica actual, sostiene el investigador.
«La segunda hipótesis, y la más probable, sugiere que los restos hallados pertenecerían a un proyecto fallido que empezó ejecutándose y se suspendió por causas que desconocemos y que podrían relacionarse con la utilización de un modelo arquitectónico poco adecuado para las circunstancias geográficas del entorno».

Para el estudio se ha reconstruido la historia del puente desde su edificación hasta la actualidad, y se han planteado diversas hipótesis sobre las restauraciones sufridas, aunque algunas se perdieron en la gran reforma del puente, a mitad del siglo XIX. Actualmente, el puente de Alcántara aspira a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

«Los resultados de la investigación podrían ser parte importante de esta propuesta, ya que atribuyen a esta zona de la península una importancia estratégica en una época anterior a la construcción del puente conservado en la actualidad», indica el investigador.

Vía: ABC

La dieta de los primeros europeos

Dientes de Homo antecesssor

El pasado 20 de diciembre se publicó el estudio del contenido del sarro de los dientes de la mandíbula ATE9-1 (Homo sp.) del yacimiento de la cueva Sima del Elefante de la sierra de Atapuerca, conservado durante 1.200.000 años. Ese estudio reveló la presencia de restos de ciertos alimentos, que rara vez pueden detectarse en el registro arqueológico. La ingesta de vegetales o de insectos por nuestros ancestros es sencillo de imaginar, pero muy difícil de probar con datos.

Un nuevo estudio de los dientes de esta mandíbula, así como de los dientes de Homo antecessor del vecino yacimiento de Gran Dolina (840.000 años), ha ofrecido información diferente y muy interesante sobre la dieta y el modo de vida de los primeros humanos del Pleistoceno Inferior de Europa. El estudio se ha publicado esta semana en la revista Scientific Reports, liderado por Alejandro Pérez-Pérez, de la Universidad de Barcelona y miembro del Equipo Investigador de Atapuerca (EIA) durante un cierto tiempo, así como por Marina Lozano, investigadora del IPHES (Tarragona) y miembro del EIA desde hace más de 20 años.

Hace algunos años el investigador Pierre-François Puech puso de moda un método revolucionario para determinar si la dieta de nuestros antepasados era esencialmente carnívora o vegetariana. Su método se basaba en observar bajo microscopios tradicionales y electrónicos la densidad, longitud y dirección de las marcas que los alimentos dejan en el esmalte de las caras vestibulares (externas) de los premolares y molares, cuando estos no están limpios y se consumen crudos. Durante algún tiempo se debatió sobre los resultados de Puech y algunos investigadores, como el propio Alejandro Pérez-Pérez siguieron y mejoraron el método del investigador francés. Alejandro reunió una impresionante cantidad de datos sobre los patrones de desgaste, número de estrías, inclinación, longitud, etc., de la gran mayoría de fósiles de África y Eurasia. Quizá la relación entre el patrón de las marcas y el consumo preferente de carne o vegetales no estaba tan claro. Al fin y al cabo siempre hemos sido omnívoros. Pero sus estudios revelaron diferencias significativas entre especies y poblaciones, que podían tener relación, ente otros factores, con la consistencia de los alimentos ingeridos.


Microdesgaste dental. Fuente: PLOS ONE

Gracias a esa base de datos tan completa, la información de los humanos de Gran Dolina y de la Sima del Elefante-TE9 ha podido ser comparada con la mayoría de las especies del género Homo. Aunque la mandíbula de la Sima de Elefante puede que no pertenezca a la especie Homo antecessor, el patrón de estrías y otras marcas dejadas por los alimentos en sus dientes son prácticamente idénticas a los de esta especie. Ese patrón, además, se diferencia muy claramente del observado en Homo ergaster, Homo heidelbergensis y Homo neanderthalensis. Los resultados me parecen sorprendentes, porque todas esas especies fueron omnívoras. La carne procedía de diferentes especies, pero este dato no es relevante. El tipo de alimentos de origen vegetal y su consistencia pudo ser el factor determinante de estas diferencias.

No podemos olvidar, por ejemplo, que los neandertales y sus ancestros del Pleistoceno Medio pudieron mejorar la calidad y de sus alimentos gracias al uso del fuego. El uso de hogueras para tostar o asar los alimentos no solo facilitaba si digestibilidad, sino que contribuía a su limpieza y un menor tiempo de masticación. Aunque se nos antoje una idea extraña para los consumidores del siglo XXI, la comida de nuestros antepasados no se limpiaba y contendría partículas minerales susceptibles de arañar el esmalte. Si añadimos que las plantas también contienen una serie de partículas minerales, conocidos como fitolitos, tenemos un escenario muy favorable para que los dientes de los humanos del Pleistoceno Inferior de Europa se gastaran con enorme rapidez y su esmalte quedase marcado con un patrón muy denso de estrías y pequeñas roturas de la capa de esmalte.

Los resultados de este último trabajo sobre los humanos de Atapuerca no son capaces de discernir sobre el menú de los primeros europeos, pero nos hablan de las dificultades para sobrevivir en un ambiente marcado por la estacionalidad del hemisferio norte y la carencia del dominio del fuego. A pesar de esas dificultades, los humanos de entonces siempre estuvieron bien alimentados, como demuestra la perfecta formación del esmalte de los dientes durante el crecimiento. La densidad de las poblaciones casi siempre estuvo acorde con el alimento disponible.

Información adicional en http://www.historiayarqueologia.com/2017/02/descubren-nuevas-evidencias-sobre-la.html

Fuente: quo.es | 28 de febrero de 2017

Los grandes carnívoros no causaron la extinción de los neandertales

Escena que representa el ataque de un oso a un Neandertal. Ilustración científica de Yolanda González.

Un estudio internacional, en el que han participado la Universidad de Burgos yel Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), los ha tachado de la lista. Los grandes carnívoros que convivieron con las poblaciones de Neandertales en Europa Occidental no fueron culpables de su extinción. Al menos así se infiere de un estudio internacional en el que se han analizado los restos Neandertales localizados en Valdegoba, Huérmeces (Burgos) y en yacimientos de la península ibérica como Cueva Moros (Aragón), Cova Negra (Valencia) o restos localizados en Guadalajara. A todos ellos se han sumado piezas fósiles de la especie localizados en varios yacimientos de Alemania, Bélgica y Grecia. En total más de 50 ejemplares con dos características comunes: eran de la especie Neandertal y tenían marcas de corte, es decir, habían sido procesados por carnívoros.

Pero, en función del estudio y análisis tafonómico y forense de estas piezas, se ha constatado que «ha predominado más bien un carroñeo de los individuos por parte de los animales carnívoros en vez que haber fallecido por un ataque producido por animales», señala el profesor de la Universidad de Burgos y participante del estudio, Carlos Díez (izquierda),

En concreto las piezas de los Neandertales burgaleses que se han analizado son la mandíbula de una chica joven, un metapodo del quinto metatarsiano y la falange de una mano. Estos tres restos presentan marcas de carnívoros, pero fueron carroñeados por los animales una vez habían fallecido. A esto hay que añadir que «lo más frecuente es que los grupos de Neandertales mataran a los carnívoros, tenían estrategias para ello», puntualizó Díez.

Restos de neandertales encontrados en Cova Negra (Valencia) con marcas de carnívoros - IPHES

El análisis tafonómico y forense de esas piezas forma parte del artículo que ha publicado la revista científica norteamericana ‘International Journal of Osteoarchaeology’ en la que también ha participado la científico del Cenieh, Ruth Blasco. Este proceso que se ha dado en los Neandertales de Valdegoba, carroñeados después de morir por los carnívoros, se da en casi toda la muestra del medio centenar de individuos analizados. Hay una excepción. En Cova Negra, Valencia, es probable que fueran grandes carnívoros como los leopardos los que mataran a un homínido allí recuperado.

La población de Neandertales desaparecieron hace 40.000 años y poco se sabe por qué. Las investigaciones desarrolladas tratan de dar respuestas o eliminar hipótesis como parece que sucede con la culpabilidad de los carnívoros. «La teorías son múltiples y los estudios sobre la mortalidad se alejan cada vez más de cuestiones como los carnívoros o el canibalismo, que aparece de forma poco frecuente. Tampoco se asocia a una matanza de 'Homo sapiens' y lo más probable es que tuviera que ver con una baja natalidad sobre la que hay que indagar», señala Díez. A su juicio «algo pasa para que cada vez nazcan menos y se lanza la pregunta sobre la escasez o falta de acceso a los recursos o la endogamia, pero no hemos encontrado malformaciones».

Una incógnita que la paleontología tratará de resolver con el tiempo. Mientras, en Valdegoba la puerta sigue cerrada. «El yacimiento lo excavamos en los 90, queda algo, muy poco, pero decidimos esperar hasta tener nuevos métodos de trabajo», señala Díez, que trabajó en la zona con el Grupo Edelweiss y descubrió en sus prospecciones del subsuelo burgalés las primeras piezas.


Es el único yacimiento con fósiles de Neandertales de Castilla y León. En el descubrimiento y posterior excavación se localizaron 14 restos, entre ellos una mandíbula, un cuarto metatarso de un joven, un quinto metatarso y la primera falange de un dedo de un adulto, y un total de diez coronas de dientes de leche. Los últimos estudios de datación los etiquetan con una antigüedad de 70.000 años.
Junto a ellos también materiales que hablan de su forma de vida. Cazaban rebecos corzos, ciervos y caballos por la zona. Respecto a sus herramientas se han publicado hallazgos sueltos, pero Carlos Díez y Marcos Terradillos trabajan en compilar los datos e investigaciones sobre la tecnología de los únicos fósiles de Neandertales que han aparecido en Castilla y León.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 1 de marzo de 2017

Descubren una curiosa y pequeña “Venus” romana en La Alcudia (Alicante)

Una estatuilla que representa una mujer desnuda con un manto sobre el hombro izquierdo, hecha en hueso y de 8,5 centímetros de altura, ha aparecido en La Alcudia, dentro de la excavación Proyecto Domus - La Alcudia. Vivir en Ilici, cuyos trabajos comenzaron hace unos días en Elche.
La figurilla romana parece simbolizar a una divinidad femenina y, a falta de los pies y la cabeza, que los tiene amputados, se calcula debería haber tenido unos 12 centímetros de altura. Con este hallazgo se ven recompensados los trabajos iniciados hace poco más de una semana por el equipo investigador.

El descubrimiento representa una mujer desnuda con un manto sobre el hombro izquierdo, próxima a la iconografía de Venus. Este tipo de figuras debieron formar parte de los ajuares domésticos de las domus romanas del sector, apareciendo en lararios, que son altares pequeños que se construían en las casas romanas para rendir culto a las divinidades lares, o como pertenencias personales de los propietarios de las residencias aristocráticas.


No obstante, como es frecuente en el yacimiento, este y otros hallazgos significativos forman parte de los niveles de ocupación de la última fase histórica detectada en La Alcudia, representada -por el momento- en nuestra excavación por las fosas de expolio y los vertederos correspondientes a los siglos VII-VIII, asociadas a los primeros niveles de uso y a las primeras estructuras, previsiblemente anteriores pero habitadas y remodeladas en esta época.

Los trabajos en el sector noreste del yacimiento están poniendo en evidencia lo que sugerían los trabajos recientes de la Fundación en otros sectores, esto es, que las fases tardías de la ciudad son de una gran potencia y contienen materiales de variada cronología, mezclados con los materiales propios de las fases de expolio, uso y frecuentación tardoantiguas y altomedievales.

Domus - La Alcudia. Vivir en Ilici es un proyecto del Instituto de Arqueología y patrimonio histórico de la UA-INAPH, financiado por el Programa Propio para el Fomento de la I+D+I en la Universidad de Alicante 2016.

Fuente: Universidad de Alicante | 1 de marzo de 2017

Una «diosa» para iniciar la aventura

La primera de las tres excavaciones que ha planificado realizar la Universidad de Alicante en el yacimiento de La Alcudia ya está en marcha y entre los objetos que por ahora se han encontrado destaca por su belleza una estatuilla de hueso romana, probablemente una representación de una diosa de época Alto Imperial. Este proyecto, denominado Domus, trata de radiografiar las diferentes etapas que acontecieron en la antigua Ilici.

El equipo de arqueólogos del proyecto Domus, que se encuentra desde la semana pasada excavando en el yacimiento ilicitano de La Alcudia, vivió ayer uno de esos momentos de alegría que experimentan los arqueólogos cuando dan con algo bello y genuino. En el área que han acotado y en la que trabajan desde hace una semana, uno de sus componentes dio con una pequeña estatuilla de hueso, seguramente de época Alto Romana y que podría representar a una diosa, algo muy típico en aquella época.


La coordinadora de este proyecto, Sonia Gutiérrez, explicó que «todavía no sabemos el valor que puede tener esta pieza, pero siempre es grato encontrar algo así». La también catedrática de Arqueología de la UA y directora científica de la Fundación La Alcudia manifestó, a pie de excavación, que está bastante satisfecha con los resultados que están obteniendo en tan solo una semana. De momento, han conseguido documentar huellas arqueológicas del periodo más tardío de la historia de la ciudad. «Es decir, lo primero con lo que nos estamos encontrado son elementos de época visigoda y materiales quizá de primera fase islámica. Estaríamos hablando de los siglos VII y VIII después de Cristo. Entre otras cosas, hemos hallado parte de un muro de esas etapas, que podría formar parte de una casa que quizá fue el resultado de una transformación de otra de época romana. A juzgar por las prospecciones geofísicas y por las domus que flanquean esta zona, es probable que pudiera existir otra construcción de esas características e incluso una calle», indica la especialista.


En esos primeros niveles sobre los que están trabajando les están apareciendo fosas repletas de basura que estiman que se hicieron en etapa visigoda con el objetivo de expoliar materiales. «Lo bueno de esos desperdicios es que se convierten en oro para nosotros porque no solo contienen restos del periodo en el que se cavaron, sino vestigios de otras más antiguas, como la pequeña figura de la diosa romana», argumenta Gutiérrez. De dicha basura han extraído también pedazos de cerámicas romanas e ibéricas, teselas de mosaicos, fragmentos de estucos romanos, pequeños bronces, además de monedas del siglo IV después de Cristo. Todos estos fragmentos se están limpiando y documentado. Especialistas ligados al equipo están también desarrollando imágenes tridimensionales de este primer nivel estratigráfico a través de sistemas de fotogrametría y de un escáner láser, con el que se pueden conseguir resultados que después se utilicen para reconstrucciones virtuales.

En este proyecto de investigación, uno de los cuatro que ha financiado el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Alicante sobre La Alcudia, participan numerosos estudiantes de su grado de Historia y del máster de Arqueología. Otro equipo capitaneado por el profesor de Historia Antigua de la Universidad de Alicante (UA), Jaime Molina, desembarca en este mismo yacimiento el próximo lunes para estudiar las termas orientales. El que lidera el catedrático José Uroz, y que trabajará sobre el área en el que se halló la Dama, arranca en abril.

La UA contrata a un peón

Una de las cuestiones que han tenido varios meses frenadas las excavaciones en La Alcudia financiadas por la UA ha sido el convenio con el Ayuntamiento de Elche para que les aportara cinco peones municipales. Al parecer, por una confusión que se produjo entre ambas partes. «El próximo pleno lo aprobaremos y, de momento, la Universidad ha contratado por sus propios medios a un peón para que los proyectos se pusieran en marcha la semana pasada. Es una medida totalmente temporal», dijo la edil de Cultura, Patricia Macià.

Fuente: diariodeinformacion.com | 23 de febrero de 2017

Dos ricas ‘domus’ junto a la autovía revelan la opulencia y extensión de la ‘Baetulo’ romana

Excavación arqueológica junto a la C-31, en Badalona (Javier Torres)

Comenzó como un trámite protocolario antes de iniciar las obras de una parte del lateral de la C-31 de Badalona, y se ha convertido, por sorpresa, en una de las excavaciones arqueológicas más importantes de Cataluña en los últimos años. Una exploración que todavía dura, que terminará este marzo y que, por el momento, ha hecho que arqueólogos e historiadores se replanteen las hipótesis vigentes sobre la ciudad romana de Baetulo, semilla de la Badalona actual.

El subsuelo badalonés aún tiene cosas que ofrecer sobre la cultura romana y el pasado de la zona, 2.000 años después. Declarado Bien Cultural de Interés Nacional, el actual barrio de Dalt la Vila y sus alrededores esconden las ruinas de lo que antaño fuera Baetulo. Y, hasta ahora, las teorías limitaban el tamaño de la villa romana a la barrera que hoy supone la autopista.

Más grande

La excavación tuvo que llevarse a cabo porque un pequeño tramo de las obras entraban dentro de la zona declarada como bien cultural. Y los estudios sobre el terreno han demostrado que Baetulo era más grande y rica de lo previsto: al otro lado de la C-31 se han hallado islas de casas, dos domus -las viviendas de las élites romanas- y un tramo del cardo maximus -una de las dos grandes vías que estructuraban los núcleos de población-. Aunque requeriría excavar más, ahora se vislumbra que la superficie urbanizada podría continuar todavía unos metros más en dirección a la Serralada de Marina.

También deja claro que Baetulo era más próspera, que no era un suburbio. Hasta ahora, se creía que el pasado romano de Badalona era humilde y sencillo, sin grandes alardes a excepción de alguna finca prominente. No obstante, al menos dos casas de ciudadanos de alto poder adquisitivo han podido ser encontradas.

Construidas al final del siglo I aC, cuentan con decoraciones murales, pavimentos, mosaicos y una de ellas, incluso, con termas privadas. “Hemos tenido mucha suerte con los resultados de la excavación, que nos permitirán conocer mejor la ciudad y replantearnos las hipótesis que barajábamos hasta ahora”, explica una de las arqueólogas del Museo de Badalona, Clara Forn.
Tres elegantes mosaicos

Inicialmente los responsables de la excavación informaron del hallazgo de un imponente mosaico en la primera domus excavada. Una obra de reminiscencias italianas, probablemente importada desde la península de la bota por la familia que habitaba la casa. La creación dataría del reinado del emperador Augusto, fundador de Barcino, época de mayor esplendor de Baetulo.

Mosaico encontrado en las excavaciones de Badalona (Museo de Badalona)

Pero las semanas posteriores trajeron más sorpresas. En el último de los cuatro sectores que plantea la excavación se ha encontrado una segunda domus con al menos 10 habitaciones, en una de las cuales afloraron más decoraciones. Se trata de otros dos mosaicos, uno con dos peces encarados y otro con una gran flor de seis puntas y motivos geométricos a su alrededor. Además, los arqueólogos han detectado pinturas murales en las paredes y estucados.

Mosaico geométrico con motivos florales encontrado en Badalona (Museo de Badalona)

La intención es que los tres mosaicos puedan ser extraídos y trasladados al Museo de Badalona, donde serán conservados y expuestos. “Normalmente no se separan elementos como estos del conjunto arqueológico, pero hablamos de un sector que difícilmente volverá a ser excavado a medio o largo plazo”, asume Clara Forn. También se harán catas en las pinturas, aunque en principio se descarta trasladarlas.

Una villa ligada a la producción vinícola

Otra aportación destacada de la excavación versa sobre la actividad económica del núcleo romano. Si bien ya se conocía que Baetulo embotellaba vino y lo distribuía para abastecer a las tropas del imperio, los hallazgos relacionados con la viña dejan claro que la villa también era un importante punto de producción. Así, durante siglos Badalona estuvo rodeada de un paisaje muy ligado a su cultivo y explotación. Como también reveló la villa romana sepultada por el AVE en la Sagrera, una de las principales fuentes de ingresos de las familias más pudientes eran los viñedos.

Consolidar los restos y tapar la excavación

La excavación concluirá el mes de marzo, a falta de toparse con alguna otra sorpresa de mayor calibre. “Cuánto más excavamos, más interrogantes se abren”, admite Forn. No obstante, el plazo de finalización es muy claro. De hecho, mientras se sigue explorando el último sector, ya se han empezado las obras de consolidación de las áreas ya documentadas.

La última etapa de la intervención arqueológica será fortalecer los restos más débiles para posteriormente taparlos con tejidos geotextiles y verter sobre ellos grava y arena hasta cubrirlos totalmente. A día de hoy cerca de una veintena de arqueólogos trabajan en la excavación, un número muy grande, apunta Forn, dado que la estructura del terreno y el modelo de trabajo lo permiten.

La construcción del lateral, en abril

Antes de abril, la empresa encargada de la excavación debe abandonar el terreno y entregarlo apto para iniciar la construcción del lateral. Las obras quedarán en manos de Dragados, el grupo que consiguió la adjudicación por casi tres millones de euros. Una vez iniciadas, las obras del vial deberían durar algo menos de un año.

La cantidad de personal implicado ha ido en aumento, precisamente, para poder dar abasto con todos los hallazgos sin incumplir los plazos de tiempo. Una vez acabe el trabajo de campo, explica la arqueóloga del museo, comenzará un estudio que se podría prolongar dos años y que analizará exhaustivamente los hallazgos para documentarlos y reescribir la historia de Baetulo.

Fuente: lavanguardia.com | 1 de marzo de 2017 | CLARA FORN, arqueóloga del Museo de Badalona