Usando la Realidad Aumentada para las momias más antiguas del mundo

El escáner servirá para realizar una reconstrucción facial de un hombre y una mujer de la época. MNHN

No sabemos cuántos ejemplares existen, pero se calculan que podrían ser más de 300. Tampoco sabemos por qué momificaban a sus muertos, solo que el primer ejemplar encontrado data del año 5.000 a. C. y pertenece a un niño de cuatro años de edad al morir. Es la momia más antigua de la que existe registro en el mundo.

La cultura de los Chinchorro, un grupo de pescadores recolectores ubicado en el fascinante paisaje natural de Atacama, el desierto más árido del mundo entre el norte de Chile y el sur de Perú, es una de las más complejas en cuanto a su relación con la muerte. Considerados los primeros tanatólogos de la historia porque trabajaban sobre el cuerpo humano y lo transformaban en auténticas esculturas, contaban con unos conocimientos anatómicos asombrosos para esa época. Todo lo que sabemos de su cosmovisión y creencias se basa en conjeturas e hipótesis y en muy pocas certezas, al no existir ningún registro escrito.

Al contrario que los egipcios, que solo momificaban a las altas jerarquías, los Chinchorro parecían hacerlo de manera más democrática. Cada una de las momias presenta rasgos, materiales y características diferentes, lo que sugiere una tradición familiar.


A mediados de diciembre de 2016, 15 de las 158 Chinchorro de la colección no expuesta del Museo Nacional de Historia Natural de Chile (MNHN) se sometieron a uno de los escáneres más sofisticados del momento para estudiar aspectos hasta ahora inaccesibles y tratar de resolver algunas de esas incógnitas: edad, enfermedades que padecieron y proceso de momificación.

El escáner introducirá a las momias en la realidad aumentada con el objeto de realizar una reconstrucción facial de un hombre y una mujer para mostrar por primera vez cómo lucían los antepasados de los chilenos; y también de una impresión 3D que facilite el trabajo de los científicos y permita la exposición de los cuerpos sin dañar su preservación.

Se pretende así arrojar luz sobre una civilización con una compleja emocionalidad y cosmovisión en torno a la vida y la muerte y cuyo culto mortuorio está lleno de enigmas.

A mediados de diciembre de 2016, 15 de las 158 momias de Chinchorro de la colección no expuesta del Museo Nacional de Historia Natural de Chile (MNHN) se sometieron a uno de los escáneres más sofisticados del momento. / MNHN
¿Demasiados bebés muertos?

Una de las hipótesis del origen de la momificación de esta civilización sería el arsénico que se encuentra de forma natural en el terreno volcánico del valle de Camarones en el norte de Chile, donde se encontraron las primeras momias a comienzos del siglo pasado. Este arsénico endémico del valle sería el responsable de abortos espontáneos, bebés nacidos con poco peso o partos prematuros, es decir, de una alta mortalidad infantil.

Bernardo Arriaza, director del Laboratorio de Bioarqueología del Instituto de Alta In..., al norte de Chile, especula que las momias surgieron como una forma de lidiar con el duelo de tantos bebés perdidos, y que de ahí la tradición podría haberse extendido a los adultos.

Es solo una teoría con la que no todos los estudiosos se muestran de acuerdo, pero la realidad es que las primeras momias encontradas pertenecen en la mayoría de los casos a niños y fetos.
“La tradición comienza gradualmente en Camarones. Las primeras no son muy complejas, se trata de emplasto de barro, palitos y unas fibras vegetales”, explica Bernardo Arriaza (izquierda), el mayor experto en esta cultura. “200 años después, en otro sitio arqueológico llamado Camarones 17, la momificación se vuelve más compleja y 800 años más tarde estamos ya ante trabajo de expertos”, señala.
“La mayoría de la gente conoce cómo fue el proceso de momificación en Egipto: evisceraban el cuerpo a través de incisiones, extraían el cerebro a través de la nariz y disecaban con natrón. Sin embargo, en el caso de los Chinchorro, se trata de un proceso incluso más complejo”, explica a Sinc Verónica Silva (derecha), investigadora del Área de Antropología del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, a cargo del proyecto de los escáneres.

Una escultura alrededor del esqueleto

Lo primero que se extraía era la piel. Después se evisceraba el cuerpo, se sacaba toda la musculatura y se dejaba solo el esqueleto, en torno al cual se reconstruía el cuerpo de formas muy variadas. Hay desde algunos ejemplares hechos con arcilla hasta otros completamente rellenos con vegetales, plantas y fibras que cubren longitudinalmente el esqueleto, otorgando volumen al conjunto.

“La verdad es que no podríamos hablar de un solo tipo, porque cada cuerpo es diferente al otro. Eso es también lo sorprendente en Chinchorro: que no existía como en Egipto la figura del momificador, no había un manual que te dijera cómo taxidermizar el cuerpo”, señala Silva. “Tenemos tantas momias como hay ejemplares”, apunta.

Una vez finalizado el cuerpo, volvían a poner la piel del muerto, que a su vez podía tener distintas cubiertas de arcilla o fibras de algodón. A veces se pintaban de rojo o negro, otras no. No hay patrones ni reglas.
“El proceso de momificación es muy íntimo, y es la propia familia la que va poniendo sus propias aportes tecnológicos y artísticos al elaborar los cuerpos, que son transformados en auténticas esculturas, en obras de arte”, señala Silva.

Aunque sí hay categorías. Hay momias negras y rojas, además de momias con vendajes –las más similares a las egipcias– y con pátina o capa de barro, según la clasificación de Arriaza.
Para Arriaza las momias negras serían las más antiguas, “caracterizadas por una gran abundancia de arcilla. Colocaban la piel y una peluca, y los pintan de negro de la cabeza a los pies. Por dentro son grises, por fuera son negras”, explica.

Rojas, negras, con barro y vendas

Silva discrepa. “Aunque se supone que pertenecen a distintos períodos, si tú vas a un cementerio te vas a encontrar momias tanto rojas como negras en el mismo estrato, lo que muestra que la separación no es tan categórica”.

Momia de la cultura Chinchorro. Imagen: Pablo Trincado

La gran diferencia sería el proceso de vaciado del esqueleto, que en el caso de las rojas era más similar al egipcio. “En vez de sacar la piel y descarnar el cuerpo para dejar solo el esqueleto, hacían incisiones y a través de ellas iban sacando todo el tejido blando, dejando la piel por fuera. Este proceso es muy complejo, porque significa que a través de las incisiones tienes que cortar los músculos y extraerlos”, explica la antropóloga. “Y de ahí el rellenado, un trabajo meticuloso que podía llevar semanas enteras”, señala.

En cualquier caso todos los expertos destacan el conocimiento anatómico que poseía esta cultura antigua. “Me asombra que en todos estos cuerpos que han sido modificados y transformados siempre encontramos todos los huesos en su posición anatómica correcta, no hay mezcla de un individuo con otro. El preparador fúnebre sabe lo que está haciendo, dónde van los huesos, cómo articularlos, cómo amarrarlos, cómo cortar y cómo cercenar. Es experto”, explica Arriaza.

Algo que también se observa en su uso del color. “Para sociedades tan antiguas, es sorprendente que haya un conocimiento de cómo moler y obtener esos pigmentos y materias primas, puesto que algunas se encontraban a 5.000 metros de altura”, señala Marcela Sepúlveda (izquierda), del Laboratorio de Análisis e Investigaciones Arqueométricas del IAI de la Universidad de Tarapacá.

“Más interesante es que si uno empieza a desglosar los tipos de momias, generalmente parece que el color pasa a ser un elemento distintivo de ciertos individuos, y no de todos”, explica Sepúlveda.

Aunque en un principio se pensó que los Chinchorro momificaban a todos sus miembros y eran mucho más democráticos que los egipcios, ahora existen dudas sobre esto, puesto que también se han encontrado cuerpos preservados por las condiciones favorables del desierto pero no momificados. Y también algunos con menos preparación que otras momias más complejas.

Viviendo con muertos

En cualquier caso, parece claro que los Chinchorro tenían una relación muy distinta a la nuestra con sus muertos. “Lo que se ha estudiado es que los cuerpos continúan en el grupo familiar un tiempo. Es como un tótem: la momia permanece en la casa acompañando a su familia, no se sabe por cuánto tiempo, y en algún momento deciden enterrar a varias juntas”, señala Silva.
“Se ha descubierto que hay repintado en las pinturas, lo que nos habla de un culto a los muertos que aún observamos en poblaciones en norte de Chile, con una tradición muy diferente a la occidental”, apunta la antropóloga.

“Hay un color, una plástica, una emoción, un deseo de representar a estos individuos como si aún estuvieran en vida. Muchos de ellos tienen los ojos y la boca abiertos. No se trata de un individuo para ser olvidado, sino para transcender. Son parte de la comunidad, como seres vivos”, explica Arriaza.

¿Sabremos alguna vez lo que realmente significaban sus muertos para los Chinchorro? Nuestra última esperanza está en las nuevas tecnologías que ayuden a desentrañar, poco a poco, estos misterios.


Candidatas a Patrimonio de la Humanidad

Chile quiere que los sitios arqueológicos de las momias de Chinchorro sean reconocidos como patrimonio Mundial de la Humanidad. Eso aportaría una resonancia global para estos yacimientos arqueológicos y también los fondos necesarios para preservarlos en su hábitat natural, el desierto, donde se pretende construir un gran museo arqueológico al aire libre.
Muchas de las momias se encuentran en museos, pero su conservación sigue siendo un motivo de preocupación. Un estudio preliminar sobre el proceso bioquímico de degradación desatado por bacterias indica que se ha acelerado la descomposición de alguna de las momias, posiblemente por la humedad, la luminosidad y la temperatura.

En el desierto más seco del mundo, se observan cambios ambientales y climáticos, como señalan los habitantes de la zona. Pero Sepúlveda es muy cuidadosa y se niega a culpar al cambio climático, ya que “no existen estudios específicos en esta zona”.

“Este proceso afecta a algunos de los cuerpos, no a todos. Se observa solo en las que presentan vestigios de piel”, concluye tajante.

Fuente: SINC | 15 de abril de 2017

El traductor que convirtió Sefarad en España

Judíos conversos descendientes de sefardíes en Bello (Colombia). THE WASHINGTON POST/GETTY

¿Quién no conoce el nombre de España en hebreo: Sefarad? Remite a un pasado multicultural que cada vez genera mayor interés, como prueban las visitas a la Red de Juderías y la próxima apertura de un museo judío en Cuéllar (Segovia), posiblemente el próximo mes, y de otro en Lucena (Córdoba) antes de 2018. Hoy, la palabra da nombre a millones de judíos, los sefardíes, descendientes de los expulsados en 1492 y que estos días optan a la nacionalidad española.

Lo más probable, sin embargo, es que originalmente Sefarad no fuese España. Es decir, que la identificación entre ambas palabras provenga de un simple error, licencia o reinterpretación en una prestigiosa traducción bíblica efectuada hace dos milenios, según coinciden la mayoría de investigadores sobre el tema. Con el paso de los siglos, el cambio ha acabado convertido en una realidad sin vuelta atrás.

Sefarad es lo que los lingüistas llaman un hápax legómenon, una palabra que solo aparece una vez en una lengua, autor o texto. En este caso, en la Biblia. Lo hace en Abdías, una profecía sobre un castigo divino que conforma el libro más breve del Antiguo Testamento. Está escrito en hebreo en torno al siglo VI antes de Cristo y contiene la frase: "La multitud de los deportados de Israel ocupará Canaán hasta Sarepta y los deportados de Jerusalén que están en Sefarad ocuparán las ciudades del Neguev". La única pista, pues, es que un grupo de judíos había sido expulsado en el período neobabilónico a un lugar llamado Sefarad, cuya ubicación no especifica. "Era una práctica habitual en los reinos orientales tras una victoria militar: deportar, no a toda la población, pero sí a las élites", recuerda José Ramón Ayaso (izquierda), profesor de Historia de Israel y del Pueblo Judío en la Universidad de Granada.

Siglos después, en el I de nuestra era y por motivos sobre los que los investigadores no se ponen de acuerdo, la palabra Sefarad (ספרד, en hebreo) fue traducida como Aspamia -uno de los nombres que los judíos daban entonces a la península Ibérica- en el Targum Jonathan, la traducción al arameo de una parte del Antiguo Testamento.

Foto: Estatua de Maimónides en Córdoba, España.

Ahí empezó todo. "El Targum Jonathan era como el texto canónico y lo utilizaba la diáspora judía", señala Ricardo Muñoz Solla, profesor de hebraismo hispánico en la Universidad de Salamanca. El uso entre los judíos de la palabra Sefarad para definir a la península Ibérica comenzó a aparecer en escritos de la famosa edad de oro del judaísmo andalusí, en la Edad Media. Cuando estaba en el extranjero, el filósofo cordobés Maimónides firmaba sus cartas con la coletilla "el sefardí".

No obstante, el "uso masivo del término como elemento identitario" no se produjo hasta la expulsión de los judíos en el siglo XV, explica la novelista y especialista en estudios sefardíes del CSIC, Paloma Díaz-Mas (izquierda). "Sefarad es un término polisémico que va evolucionando con el tiempo, adaptándose a realidades políticas y geográficas cambiantes. Según el momento, se ha empleado como equivalente hebraico de Al Andalus (e Hispania) o bien de toda la península y, más modernamente, de España", precisa Javier Castaño, investigador de historia judía en el CSIC y director de la revista Sefarad entre 2006 y 2015.

El lugar más lejano de Jerusalén

¿Qué llevó al traductor a identificar Sefarad con España? Díaz-Mas cree que no se trata de un error, sino de una adaptación voluntaria como las que experimentaron otros términos de la Biblia. "Usa la palabra para reflejar el extremo del mundo conocido, el lugar más lejano de Jerusalén. Y eso era entonces la península Ibérica", señala. Una idea en la que abunda Ayaso: "Es absolutamente imposible que Sefarad fuese España porque en el siglo VI antes de Cristo los imperios de la zona no deportaban más lejos del Mediterráneo Oriental o de Próximo Oriente. Lo que pasa es que, cuando ya existe el Imperio Romano, el traductor piensa: ¿dónde sería lo más lejos para mandar a un deportado? Pues lo que se creía en aquella época: la península Ibérica".

En 2014, Mariona Vernet (derecha), investigadora Ramón y Cajal de la Universidad de Barcelona, publicó un artículo académico en el Journal of Semitic Studies de la Universidad de Oxford en el que sugiere que el traductor asoció la palabra Sefarad con las Hespérides, las ninfas de la mitología griega que habitaban un jardín en algún lugar al oeste y que el geógrafo Estrabón ubicó en Tartessos, en el sur de la península Ibérica. Aunque el término Hespérides no aparece en la literatura en hebreo de la época, sí lo hace en textos en griego de autores judíos, por lo que no es raro pensar que conociesen la palabra Hespérides y les viniese a la cabeza al traducir Sefarad al arameo. "Las dos palabras tienen las mismas consonantes. Al traductor, con su bagaje de época alejandrina, la palabra debió de remitirle rapidamente, no tanto al concepto mitológico de las ninfas, como a la idea del extremo más occidental", explica hoy Vernet por teléfono.

Entonces, ¿dónde estaba en realidad la Sefarad bíblica? Hay básicamente cuatro hipótesis, pero la que genera mayor consenso académico es que se trataba de Sardis, una desaparecida ciudad en la actual Turquía. Sardis era la capital de Lidia, un imperio que existió en Asia Menor en el primer milenio antes de Cristo. En unas excavaciones allí se encontró una inscripción con el nombre de la ciudad en arameo: s-p-r-d, las mismas cuatro consonantes que en el texto bíblico en hebreo. En las lenguas semíticas, como el hebreo o el arameo, no se suelen escribir las vocales. Además, se han encontrado allí restos de una gran sinagoga del siglo II, lo que podría indicar la llegada de judíos a la zona siglos antes. Otras hipótesis sitúan Sefarad en lo que hoy es Libia o en el extinto imperio asiático de Media.

Interior de la antigua sinagoga de Santa María la Blanca, en Toledo, el pasado febrero. ÁLVARO GARCÍA

Pero a lo mejor Sefarad sí que era España. Lo defendió hace medio siglo el investigador estadounidense David Neiman (izquierda), . Su tesis era que los tirrenos, uno de los denominados "pueblos del mar", lograron llegar a la península Ibérica gracias al control que ejercían sobre el oeste del Mediterráneo desde sus bases en Italia, Cerdeña y Córcega. Allí, cerca de la actual Tarragona, establecieron un lugar mencionado por Estrabón como "Tierra de Esparta".

Esparta, argumenta Neiman, bien podría ser una evolución de Sfarda. "Los judíos que se instalaron en España en tiempos del Imperio Romano estaban familiarizados con el país, especialmente con sus puertos (...) Por alguna razón, aún desconocida, emplearon el nombre de una localidad en particular para designar a todo el país. No es un proceso excepcional: Asia recibe su nombre de una pequeña región de Anatolia y Grecia el suyo del asentamiento de Magna Graecia en Italia", defendía el investigador.

Pese a que no hay pruebas de presencia judía en la península Ibérica hasta época romana, la idea de que la Sefarad mencionada en el Antiguo Testamento se correspondía con España fue promovida por los propios judíos de la zona. Primero, como signo de distinción y para independizarse de Babilonia, otro gran centro de pensamiento hebreo de la época. "Insistían en la idea de que procedían de Jerusalén, de la casa del rey David, y por tanto de estratos más altos, con una mayor cultura", explica Ayaso. Luego, en los tiempos de persecución previos a la expulsión, para tratar de salvar la vida. El argumento era que, dado que sus descendientes ya residían en la península Ibérica antes del nacimiento de Jesús, no podían ser culpados de que éste fuese condenado a morir en la cruz, acusación colectiva que persiguió a los judíos hasta el Concilio Va..., recuerda Muñoz Solla.

Vía: El País

Descubren un asentamiento de 14.000 años de antigüedad en Canadá

Isla Triquet, Canadá

Las antiguas historias sobre el pueblo indígena Heiltsuk dicen que sus ancestros se refugiaron en una misteriosa línea costera en Canadá durante la última glaciación. Ahora, gracias al reciente descubrimiento de un asentamiento de 14.000 años, la ciencia es capaz de reafirmar este relato.
El descubrimiento ocurrió el año pasado en la Costa Central de British Columbia, en la isla Triquet, informa IFLS. Arqueólogos del Instituto Hakai, de la Universidad de Victoria y de First Nations encontraron restos de carbón, herramientas, anzuelos y arpones, e incluso un instrumento usado para encender fuego (abajo).



Basándose en los análisis del carbón encontrado, se estima que el pueblo Heiltsuk se estableció ahí alrededor de 13.613 a 14.086 años atrás. Esto lo convierte en uno de los asentamientos humanos más antiguos de América del Norte; es decir que existió antes de la invención de la rueda, mucho antes que la pirámide de Giza y muchísimo antes que la extinción de la megafauna de la glaciaciones.
También hay evidencias que sugieren que el nivel del mar alrededor de la isla Triquet permaneció notablemente estable 15.000 años, durante el fin de la última glaciación, lo cual confirma que el área actuó como un refugio, tal como lo han relatado lasgentes de la Nación Heiltsuk.


El hallazgo también ayuda a entender cómo los primeros norteamericanos migraron a través de British Columbia. Una de las teorías dice que los humanos llegaron desde Asia y atravesaron por un puente de tierra que conecta a Rusia con Alaska.

El descubrimiento de la isla Triquet sustenta la idea de que, después de atravesar este paso, las personas primero llegaron a la costa en botes. Antes los arqueólogos habían sugerido que los humanos habrían viajado por tierra hasta este punto. Aunque también pudieron viajar caminando más tarde, este descubrimiento muestra que probablemente la ruta costera tuvo lugar mucho antes que la ruta interior.

Ahora, con este conocimiento, los grupos indígenas de First Nations sienten que ahora tienen más credibilidad y validez al lidiar por sus derechos sobre la tierra.
“Cuando entramos en negociaciones, lo que tenemos para argumentar es nuestra historia oral“, cuenta a CBC News William Housty (derecha), miembro de la Nación Heiltsuk.

“Ahora no solo tenemos nuestra historia oral; tenemos información arqueológica. No es solo una cuestión arbitraria que cualquiera podría inventar… Tenemos una historia sustentada por la ciencia occidental y la arqueología”, concluye Housty.

Fuentes: elciudadono.cl | smithsonianmag.com | 12 de abril de 2017

Inaugurada una muestra sobre el poblado perromano 'El Cincho', que podría ser "el primer castro visitable" de Cantabria

Se ha inaugurado una exposición sobre el poblado prerromano 'El Cincho', localizado en Santillana del Mar, y que podría convertirse en el futuro en el "primer castro visitable" de Cantabria.

Así lo ha expresado la vicepresidenta regional, Eva Díaz Tezanos, durante la inauguración de la muestra, acto en el que ha expresado que dicha apertura al público sería "un paso más del futuro prometedor" de este yacimiento, localizado en el barrio de Yuso.

La también consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social, ha inaugurado 'El Cincho, donde habitaron los cántabros', junto con el titular de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz. La vicepresidenta ha destacado la importancia de poner toda la investigación científica y arqueológica, así como el patrimonio cultural de Cantabria, a disposición de todos los ciudadanos. Además, ha defendido la importancia del potenciar el patrimonio cultural por su contribución a la dinamización económica.

La Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, a través del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), ha promovido la realización de esta muestra que tiene como sede las Casas del Águila y La Parra, situadas en el centro de la villa de Santillana del Mar, y que permanecerá abierta al público hasta el mes de junio.

La vicepresidenta ha destacado que se trata de la primera que se realiza en torno a este yacimiento y ha manifestado que las primeras excavaciones están demostrando "la enorme relevancia y el gran potencial de este espacio que ayuda a desvelar una valiosa información de lo más importante de nuestra Historia".

La exposición, diseñada con un propósito divulgativo y dirigida a un amplio espectro de público, se ha planteado como "un viaje por el tiempo". Así, ofrece un itinerario para conocer las distintas culturas que se han documentado en el monte de El Cincho, desde los remotos vestigios del Paleolítico Antiguo dejados por el hombre de Neandertal, a la fase de construcción y consolidación de un poblado fortificado en la Edad del Hierro, con sus imponentes murallas y sistemas defensivos, para finalizar con el proceso de romanización, en el que se constata un descenso en la localización del hábitat hacia el fondo de valle.


Según la vicepresidenta, esta exposición se podría considerar como uno de los "elementos más valiosos del patrimonio cultural de nuestra Comunidad Autónoma" y permite admirar la riqueza de este yacimiento, además de facilitar información relevante sobre el subsuelo y las condiciones medioambientales y naturales de quienes habitaron allí en ese momento.
El alcalde, Isidoro Rábago, ha expresado su deseo para que la exposición sea "un aliciente más" para que la gente acuda a visitar este municipio. En el acto han estado presente el regidor, otros miembros de la Corporación; los responsables de la excavación, Lino Mantecón y Javier Marcos; además de la directora del Museo Altamira, Pilar Fatas y el director del MUPAC, Roberto Ontañón.

EXPOSICIÓN

Desde el descubrimiento, hace tres años, de este castro por los arqueólogos Lino Mantecón Callejo y Javier Marcos Martínez, se han llevado a cabo tres campañas de excavación arqueológica dirigidas por estos dos investigadores. Ahora, en la exposición, se presentan algunos de los valiosos objetos de cultura material recuperados en el curso de la intervención, para mostrar la información científica que aproxima a la reconstrucción de los modos de vida en aquellos tiempos en que vivió el pueblo indígena de la Edad del Hierro que dio nombre a la actual denominación de nuestra Comunidad Autónoma.


La Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha realizado un esfuerzo por acercar este periodo a la ciudadanía, y en especial a los más jóvenes que, a través del oppidum ("castro de castros") de El Cincho, podrán sumergirse en el ancestral mundo de los cántabros. La exposición es fruto del trabajo de un equipo multidisciplinar en el que hay que destacar un nutrido elenco de colaboradores institucionales y particulares que han aportado materiales arqueológicos y diversos recursos museográficos que han hecho posible la muestra. En ella se fusionan la didáctica y el entretenimiento mediante la exhibición de diferentes vestigios encontrados en la zona de Santillana del Mar junto con paneles explicativos y diversos elementos pensados para el conocimiento, la educación e incluso para los sentidos, como escenografías, maquetas, olores y trajes de la época. El asentamiento fortificado y su hábitat castreño fue descubierto en 2014. El yacimiento se localiza en un altozano costero, emplazado a menos de un kilómetro del casco histórico de la villa de Santillana del Mar. El lugar destaca por su extraordinario control visual del territorio. El topónimo del monte hace alusión al cinturón amurallado que circunvala su cumbre.

Fuente: 20minutos | 12 de abril de 2017

El ‘brexit’ geológico que separó Reino Unido de Europa

Ilustración que simula como sería el paisaje durante el periodo en el que existían las cataratas en el estrecho de Dover. La representación esta hecha con la perspectiva de Francia hacia Reino Unido. / Chase Stone (Imperial College de Londres)

Hace unos 460.000 años la Tierra estaba en el punto álgido de una glaciación. Esto hizo que más de la mitad de Reino Unido y Escandinavia estuvieran cubiertos por un glaciar enorme que se extendía a través de la parte sur del Mar del Norte y que retenía una gran masa de agua que, una vez fundido al final de la glaciación, se fue a los océanos. En esta época, además, el nivel del mar estaba mucho más bajo que el actual y el clima también era más seco.

“La parte sur del Mar del Norte y el canal de la Mancha no estaban bajo el mar, eran tierra firme. Asimismo, el norte de Francia y el sur de Inglaterra estaban unidos por un muro de caliza que se extendía desde Calais a Dover, a través de lo que hoy se conoce como el estrecho de Dover. Reino Unido no era una isla, sino una península, algo parecido a como es hoy Finlandia”, dice a Sinc el científico español David García Moreno (izquierda), investigador de la Universidad de Gante (Bélgica) y coautor del estudio que publica la revista Nature Communications.

En ese contexto, el agua proveniente de los ríos europeos que desembocan en el Mar del Norte quedaba bloqueada en el sur y el este por el continente, en el norte por el glaciar y en el oeste por la cresta de caliza que unía Inglaterra y Francia. “Esto hizo que en ese período se formara un lago enorme y el muro de caliza que unía Francia e Inglaterra actuaba como una presa. Es decir, el excedente de agua se desbordaba por allí, formando grandes cataratas”, explica el geólogo.
Esta hipótesis, conocida desde hace años, no se había probado hasta ahora. Para demostrarla, García Moreno y el resto del equipo científico tomaron nuevos datos de sísmica de reflexión y batimetría en el estrecho de Dover, con el objetivo de estudiar unos gigantescos valles submarinos, conocidos como las Fosses Dangeard, que están enterrados en el fondo oceánico.

Estas oquedades tienen varios kilómetros de diámetro y alrededor de 100 metros de profundidad y fueron perforados en roca sólida. “El análisis de nuestros datos ha revelado que esos agujeros son en realidad piscinas naturales formadas al pie de grandes cascadas, demostrando así la teoría”, enfatiza el científico.

La grava suelta y la arena que llenaba estas piscinas provocaron que cuando los ingenieros estaban trazando la ruta del túnel del canal de la Mancha tuvieran que moverla para evitar estos valles. En 1985, un geólogo marino llamado Alec Smith, del Bedford College de Londres, propuso por primera vez que estos agujeros fueron creados por antiguas cascadas, pero la falta de evidencias supuso que sus afirmaciones fueran en gran medida olvidadas. Ahora, los autores de este estudio confirman que estaba en lo cierto.

Vista 3-D en perspectiva de batimetría del estrecho de Dover / Imperial College de Londres

Inundaciones catastróficas para el primer brexit de la historia

El muro que unía Francia con Inglaterra cedió en algún momento durante esa glaciación, rompiéndose, lo que dio lugar a una inundación catastrófica del canal de la Mancha. En ese momento, grandes volúmenes de agua escaparon por la brecha abierta arrasando y arrastrando todo lo que encontraron por delante.

“A este tipo de inundación catastrófica se la conoce como 'megafloodç', algo parecido a lo que pasaría si una presa se rompe. Ese fue el inicio de la abertura del estrecho de Dover, en otras palabras, el primer 'brexit' de la historia”, subraya el experto. Si no hubiera sido por ese evento, quizás Reino Unido estaría todavía físicamente unido al continente sobresaliendo hacia el mar de manera similar a Dinamarca.

A lo largo de la investigación los científicos hallaron evidencias de que al menos otra de estas inundaciones catastróficas inundó el Canal de la Mancha, ayudando así a formar el estrecho de Dover como se conoce actualmente.

Según apunta García Moreno, “Los datos batimétricos muestran que el suelo marino está lleno de pequeñas cascadas, incisiones alargadas y otros rasgos geomorfológicos típicos de terrenos erosionados por 'megafloods'. Algunos de estos están grabados en el sedimento que rellena las Fosses Dangeard, demostrando así que el segundo 'megaflood' ocurrió mucho después del primero”.

La edad de este segundo fenómeno es incierta. Reconstrucciones paleogeográficas indican que el Mar del Norte y el Canal de la Mancha también estuvieron emergidos durante las dos siguientes glaciaciones. Por tanto, una ocurrió hace entre 350.000 y 130.000 años y la última tuvo lugar hace entre 110.000 y 10.000 años.

“La segunda 'megaflood' tuvo lugar probablemente durante el máximo glacial de una de esas dos glaciaciones. La edad exacta del primer y segundo evento está todavía por demostrar. En las siguientes etapas del estudio intentaremos perforar el sedimento que rellena las Fosses Dangeard, para resolver este enigma”, destaca.

Vista nocturna de centroeuropa y Reino Unido / NASA

Diez años de estudios

El equipo de investigación ha tardado diez años en revelar estas evidencias, pero al unir todas las piezas del rompecabezas geológico está ahora más seguro de lo que pudo haber causado el megaflood del canal de la Mancha hace miles de años.

"La ruptura de este puente terrestre entre Dover y Calais fue sin duda uno de los acontecimientos más importantes de la historia británica, ayudando a dar forma a la identidad actual de nuestra nación como isla. Cuando finalizó la era del hielo y el nivel del mar subió, inundando el suelo del valle para siempre, el Reino Unido perdió su conexión física con el continente. Sin esta dramática brecha seguiría siendo parte de Europa continental. Este es el 'brexit' 1.0, uno que nadie votó", asevera Sanjeev Gupta (derecha), coautor del trabajo en el departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College de Londres.

El siguiente paso de la investigación será tomar muestras de los sedimentos de las piscinas de inmersión, para analizarlos y determinar el momento de la erosión y relleno de estos gigantescos agujeros.

Crear un calendario con las fechas de tales eventos les permitiría aprender más sobre la evolución distintiva de Reino Unido, en comparación con la Europa continental. Sin embargo, este es el verdadero desafío para el equipo, ya que obtener muestras de sedimentos en el estrecho de Dover significa lidiar con enormes cambios en las mareas y atravesar la ruta marítima más activa del mundo.

¿Podría volver a ocurrir?

Un grupo de ingenieros encontró por primera vez pruebas de la piscina de inmersión cuando estaban llevando a cabo estudios geológicos del fondo marino del estrecho de Dover en los años 60. Nadie sabía lo que las causaba entonces.

Este Estrecho se sigue abriendo por acción de las olas y las mareas, que van poco a poco erosionando los acantilados a ambos lados. Otros episodios como los anteriores descritos no podrían darse porque ya no existe la barrera que unía Gran Bretaña con Europa continental.

“Sin embargo, en el caso de que entraramos en otro periodo glacial dentro de miles o cientos de miles o millones de años, esta zona podría emerger de nuevo y otros lagos podrían formarse y quizás, quien sabe, producir nuevos 'megafloods' en el canal de la Mancha”, concluye García Moreno.

Fuente: SINC | 4 de abril de 2017

Introducción a las salas de Protohistoria del Museo Arqueológico Nacional

Ya puedes ver en nuestro canal de YouTube el vídeo correspondiente al prólogo del área de Protohistoria (salas 10-17).

Esta área expositiva abarca desde el 850 al 19 a.C. Durante este periodo, la Península Ibérica se configura en dos grandes áreas: la ibérica, en contacto con griegos y púnicos, herederos de los antiguos fenicios; y la cética, en contacto con el mundo centroeuropeo, trayendo consigo importantes innovaciones tecnológicas, culturales y sociales que caracterizan la transición a la llamada Edad del Hierro.