Unos estudiantes de instituto descubren un asentamiento judío de 2.000 años de antigüedad en Israel

La directora de la excavación, Sarah Hirshberg, en uno de los baños rituales descubiertos. (Assaf Peretz, cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel)

Un grupo estudiantes de un Instituto de Jerusalén eligieron una manera original de reducir sus gastos de viaje de fin de curso a Polonia. Hasta 240 jóvenes se fueron a trabajar durante una semana en las excavaciones arqueológicas de Ramat Bet Shemesh, un asentamiento a unos 30 kilómetros al oeste de la capital de Israel, lejos de ordenadores, móviles, tablets y consolas.
Una vez allí, los estudiantes han participado en el hallazgo de un asentamiento judío de unos 2.000 años de antigüedad, un extenso complejo de baños rituales y refugios escondidos en el subsuelo que se ha encontrado en un espacio en el que está previsto construir un nuevo barrio residencial.

Vista aérea del asentamiento judío de 2000 años de antigüedad cerca de Beit Shemesh. (Emil Aladjem, cortesía del AuthorIT de Antigüedades de Israel)

En este asentamiento, cuyo nombre antiguo se desconoce, se han encontrado hasta ahora ocho baños rituales, cisternas y refugios. Aunque las casas no han sobrevivido, sus piedras se utilizaron para construir edificios en períodos posteriores, según informa la Israel Antiquities Authority.
“La importancia extraordinaria del asentamiento reside en su variedad de baños rituales privados, que fueron incorporados a los edificios residenciales. Cada hogar tenía su propio baño ritual y una cisterna. Algunos son simples y otros son más complejos e incluyen un otzar, o cuenca de recogida, en la que el agua de lluvia se drenaría“, explica la dirección de la excavación.
El complejo subterráneo, correspondiente al período Bar Kokhba proporcionó tarros de cerámica y utensilios de cocina que probablemente fueron utilizados por los rebeldes. (Autoridad de Antigüedades de Israel).

Debajo de las viviendas y las instalaciones excavadas en la roca ha aparecido un sinuoso laberinto de refugios escondidos conectados con sofisticados y elaborados complejos que data del siglo II después de Cristo, durante la Rebelión de Bar Kojba. En algunos de estos espacios, los rebeldes de la última de las grandes guerras judeo-romanas rompieron una cisterna para proporcionar a los que se escondían acceso al agua.

Los baños rituales descubiertos. (Assaf Peretz, cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel).

El acto de bañarse tiene largas raíces en el judaísmo, muy preocupado en mantener una estricta adhesión a la limpieza corporal, tal y como se ordena en la Biblia. Esa ‘purificación’ también se conoce en hebreo como tvila, o “inmersión”. Durante el período Hasmoneo (siglo II aC) se puso un mayor énfasis en la pureza y se compiló un detallado código de leyes religiosas para implementar los mandamientos bíblicos en la vida cotidiana.

Fue durante este período que comenzaron a utilizarse instalaciones especiales de agua, o baños rituales, para la inmersión. El baño tiene que ser cortado en la roca madre o conectado al suelo, debe sellarse para que su agua no se filtre y sólo se debe usar agua de lluvia o agua de manantial.


Fuente: lavanguardia.com | Fotos: breakingisraelnews.com | 20 de abril de 2017

Bajo el techo del faraón Tutmosis III

Fragmento del cartonaje de un alto funcionario de la casa real del Tercer periodo intermedio (de la Dinastía XXII) hallado en la misión arqueológica del templo de Tutmosis III en Luxor,  que dirige la egiptóloga Myriam Seco.

La arqueóloga Myriam Seco presenta en Barcelona los nuevos hallazgos de la misión arqueológica que dirige en el templo de rey egipcio en Luxor

El cartonaje, decorado con vivos azules, rojos, verdes y amarillos, solo tiene un milímetro de grosor. Está muy bien conservado, pero es tan frágil que con solo tocarlo con el dedo podría romperse. En su interior, separada de la superficie por un vacío de unos cinco centímetros, descansa la momia de quien en los siglos XI o X antes de Cristo ostentó el preciado título de Sirviente de la Casa Real. “No sabemos cuál era exactamente su función pero era un alto funcionario llamado Amon Renef. Los rayos X han revelado que conservaba la dentadura completa y probablemente era una persona joven, con todos los huesos en su sitio”, relata la arqueóloga Myriam Seco (Sevilla, 1967), recién llegada al Museo Egipci de Barcelona, donde el lunes impartía un seminario sobre los últimos hallazgos de la misión arqueológica del Templo funerario del faraón Tutmosis III, conocido como el Napoléon egipcio, que dirige tenazmente en Luxor desde el 2008.

Cartonaje de un alto funcionario de la casa real del Tercer periodo intermedio (de la Dinastía XXII) hallado en la misión arqueológica del templo de Tutmosis III en Luxor,  que dirige la egiptóloga Myriam Seco.

El hallazgo de este cartonaje, “de una calidad y un colorido increíble”, ha sido premiado como uno de los 10 descubrimientos del 2016 en Egipto por la revista ‘Luxor Times’. “Estaba en un nicho muy pequeño y estrecho y para no romperlo tardamos ocho días en poder sacarlo con garantías –cuenta Seco-. Lo resguardaba un sarcófago antropomórfico que estaba totalmente comido por las termitas, solo quedaban la cara y los pies. Sobre él había una guirnalda de flores”.

La egiptóloga Myriam Seco, en el Museu Egipci de Barcelona. DANNY CAMINAL

AMULETOS PROTECTORES


La radiografía reveló que la momia de Amon Renef no tenía amuletos en su interior. “Seguramente porque el cartonaje está decorado con muchas divinidades protectoras, como Isis y Neftis, la cobra del disco solar, los cuatro hijos de Horus, una cabeza de carnero y otra de halcón y Anubis”, continúa la arqueóloga, mientras señala una pieza expuesta en el Egipci, de la misma época, el Tercer periodo intermedio, y con trazos similares, aunque con colores mucho menos vivos y sin el cuerpo de la noble dama que lo ocupó en su día.

Cartonaje expuesto en el Museu Egipci de Barcelona, de la misma época y similar al hallado por Myriam Seco y su equipo en la misión del templo de Tutmosis III.

La tumba de este relevante sirviente real lleva a Seco a pensar que puede haber otras alrededor, pues el proyecto del templo de Tutmosis III, patrocinado por la Fundación Botín, Cajason, Cemex y Santander-Universidades, no para de dar sorpresas datadas a lo largo de “1.000 años de historia”. En septiembre iniciará la décima campaña con un equipo de más de 30 especialistas -egiptólogos, topógrafos, fotógrafos, dibujantes…-, la mayoría españoles, y 150 ayudantes egipcios y calcula que dentro de unos siete años el macrocomplejo podrá por fin visitarse como un museo al aire libre.

Tutmosis III, el Napoléon egipcio que reinó tras su madrastra, Hatshepsut

Tutmosis III (1490/68-1436 a. C.) era hijo de Tutmosis II y de una esposa secundaria. La esposa oficial de Tutmosis II era Hatshepsut, que a la vez era su hermanastra (ambos eran hijos de Tutmosis I pero de distintas mujeres). Hatshepsut, al morir prematuramente el faraón y llegar Tutmosis III al trono siendo solo un niño, se convirtió en reina corregente de su hijastro y sobrino, Tutmosis III, ejerciendo durante años todo el poder como mujer faraón.

A Tutmosis III, faraón de la XVIII dinastía, no se le llama en vano “Napoleón egipcio” pues fue un faraón conquistador, que no perdió ninguna batalla. Tras la muerte de Hatshepsut tuvo un próspero reinado ya en solitario durante el cual Egipto alcanzó la máxima extensión de sus fronteras (desde el río Éufrates, al norte de Siria, hasta la cuarta catarata del Nilo, el actual Sudán) y con el botín de sus victorias militares enriqueció el país, ganándose el respeto del pueblo. Su tumba se encuentra en el Valle de los Reyes.

Cuando en el 2008 la arqueóloga sevillana inició el proyecto, los muros del templo estaban completamente cubiertos de arena y a su alrededor descubrieron lo que debió ser como el “basurero”, con toneladas de restos de cerámica de ofrendas -vasijas, ostracas, fragmentos de estelas...-. Ahora, en el perímetro del templo (de 100 metros de fachada por 160 de fondo) del próspero Tutmosis III, hijastro de la reina Hatshepsut, han hallado un complejo religioso posterior, de un sacerdote, Jonsu, que veneraba aún al faraón conquistador en la época de Ramsés II.

NECRÓPOLIS

Otra de las sorpresas de estos años ha sido el hallazgo, debajo del templo, de una necrópolis del Imperio Medio (2000 - 1800 a.C.), a finales de la dinastía XII, con 20 tumbas hoy ya excavadas. En ellas, recuerda Seco, aún fascinada, el descubrimiento de un ajuar de lujosas joyas de una mujer joven que pertenecía a la realeza. “El techo se había hundido y había aplastado su sarcófago así que cuando los ladrones llegaron no pudieron saquearla y nos ha llegado hasta hoy. Era una tumba de alto ‘standing’ con un colgante en forma de concha, un amuleto cilíndrico, dos tobilleras y dos pulseras de oro de nudo de rizo", (iguales a la que la arqueóloga luce en la muñeca y que se hizo reproducir en plata). Ahora están expuestas en el Museo de Luxor.

Imagen de cómo era en los inicios de los trabajos arqueológicos, en el 2008, la misión de Myriam Seco, en el templo funerario de Tutmosis III, en Luxor.

También ha aparecido otra necrópolis, de la más desconocida dinastía XI (2150 a 1990 a.C), con tumbas sencillas de gente humilde que no habían sido saqueadas, y tumbas de la época tardía (siglos VIII-VII a.C) con 120 momias en distintos estados de conservación.

ÁRBOLES SAGRADOS

Sobre Tutmosis III, el objetivo inicial del proyecto, apunta que, aunque la información sobre su vida aparece de momento muy fragmentada, sí puede hablar de una querencia por los jardines y los árboles. En el patio, cuenta, "había un jardín con ocho agujeros de 9,5 metros de fondo por 2,5 de ancho que llegaban hasta la capa freática y donde plantaban árboles en tierra fértil del Nilo". En concreto, las raíces y hojas halladas en su interior eran perseas, “árboles sagrados”, que también colocaron ante los pilonos de la entrada del templo, en lugar de las habituales estatuas monumentales.

Volviendo al presente, Seco, que vive buena parte del año en El Cairo, sigue muy preocupada por el hecho de que el terrorismo y la convulsa situación política haya “arruinado el sector turístico”. “Egipto necesita que el turismo regrese. Actualmente hay mucho turismo chino, pero los europeos siguen, en general, sin elegir como destino los países árabes. No creo que haya una situación de inseguridad especial en Egipto -opina-. Tal como está el mundo, el peligro terrorista está presente en cualquier sitio”.

Vía: El Periódico

Un misterioso pilar tallado en Göbekli Tepe (Turquía) podría hablar del impacto de un cometa que cambió en curso de la historia

El pilar del buitre de Göbekli Tepe - Martin B. Sweatman / Dimitrios Tsikritsis

El evento catastrófico provocó una pequeña edad de hielo que duró mil años y que pudo influir en la aparición de la agricultura. Los científicos creen que la piedra, situada en el yacimiento de Göbekli Tepe, en Turquía, es un monumento que recuerda los hechos.

Científicos de la Universidad de Edimburgo (Escocia) creen haber descifrado unos misteriosos símbolos esculpidos en unos pilares de piedra del yacimiento arqueológico de Göbekli Tepe, en Turquía. Y sus conclusiones son asombrosas. Según los investigadores, los relieves son la prueba de un evento catastrófico que pudo cambiar el curso de la Historia de la humanidad. La teoría es la siguiente: Hace 11.000 años, un enjambre de fragmentos de cometa impactó contra la Tierra, lo que provocó una mini edad de hielo conocida como Dryas Reciente, que duró más de mil años. Muchas especies de grandes animales, entre ellas el mamut lanudo, desaparecieron, y es posible que también causara importantes pérdidas humanas e incluso influyera en la aparición de la agricultura. La investigación aparece publicada en Mediterranean Archaeology and Archaeometry.

Los investigadores creen que estos símbolos, especialmente los de un pilar conocido como la piedra del buitre, que muestra animales tallados, están relacionados con las constelaciones. A su juicio, los animales tallados son símbolos astronómicos. Utilizando un software para emparejar sus posiciones de acuerdo a los patrones de las estrellas, los científicos fecharon el acontecimiento catastrófico en el año 10.950 antes de Cristo, el momento exacto en el que comienza el Dryas Reciente, según los datos de núcleos de hielo de Groenlandia.

El hallazgo respalda la teoría, muy controvertida, de que un impacto cósmico pudo ser la causa de la caída repentina de la temperatura. El gas tóxico envenenó el aire y nubló el cielo, lo que hizo que los grados cayeran en picado. Esto, además de influir en la fauna y la flora de la época, pudo provocar que diferentes grupos humanos se unieran para cultivar cosechas, lo que llevó al desarrollo de la agricultura.

Un observatorio de meteoritos

Según los investigadores, las tallas parecen haber sido importantes para la gente de Göbekli Tepe durante milenios, lo que sugiere que el evento y el clima frío que siguió al impacto probablemente afectaron de forma muy grave a sus vidas.

Los investigadores creen que las imágenes fueron concebidas para documentar el evento cataclísmico, y que una talla adicional que muestra a un hombre sin cabeza podía indicar un desastre humano y una extensa pérdida de vidas.

Posición del sol y las estrellas en el solsticio de verano 10950BC- Martin Sweatman, Stellarium

Además, el simbolismo en los pilares demuestra que los cambios a largo plazo en el eje de rotación de la Tierra ya fueron registrados en este momento usando una forma temprana de escritura, y que Göbekli Tepe, considerado el lugar de culto religioso más antiguo del mundo, era un observatorio de meteoritos y cometas.

El hallazgo también apoya una teoría de que nuestro planeta experimenta periodos en los que los impactos de cometas son más probables, debido a que la órbita terrestre intercepta anillos orbitantes de fragmentos de cometas en el espacio.

«Parece que Göbekli Tepe fue, entre otras cosas, un observatorio para vigilar el cielo nocturno. Uno de sus pilares parece haber servido como un monumento a este evento devastador, probablemente el peor día en la historia desde el final de la edad de hielo», señala Martin Sweatman, de la Escuela de Ingeniería de la universidad.

Vía: ABC

¿Fue real el duelo bíblico entre David y Goliat?

David y Goliat. Cuadro del pintor francés Guillaume Courtois, siglo XVII

Hallazgos arqueológicos relativamente recientes, como una inscripción que habla de la "Casa de David" o, más impactante aún, un cementerio filisteo, del pueblo al que pertenecía el célebre gigante, pueden ayudar a dar un marco de interpretación a la "biografía" bíblica de ese Rey hebreo, condensada en los libros de Samuel del Antiguo Testamento.
Frente a la Biblia, conviene evitar dos posiciones extremas: la de quienes pretenden interpretarla al pie de la letra -y llegan por ejemplo al extremo de querer probar científicamente que un hombre puede sobrevivir tres días en el estómago de una ballena, como Jonás- y la de los escépticos absolutos que consideran que todo es fábula y que la Biblia no puede ser tomada como fuente.
En el caso de David, hay que tener en cuenta que se trata de acontecimientos que datan de los siglos XI y X antes de Cristo (habría vivido aproximadamente del 1040 al 966 a.C.), pero el relato fue sistematizado y "editado" varios siglos después, en tiempos del rey Josías (648-609 a.C.). Se trata entonces de una tradición oral, lo que no implica que sea falsa, pero sí puede tener muchos componentes de leyenda o mito, superpuestos a lo realmente acontecido. Esto no implica que la Biblia misma no pueda ser considerada "fuente", siempre que se tengan en cuenta estos contextos.
La versión de Leonardo Alenza. David se dispone a decapitar al gigante Goliat

David es uno de los grandes héroes bíblicos y su triunfo sobre Goliat tiene muchas enseñanzas y sentidos que incluso exceden al cristianismo.
El trasfondo de la historia es el enfrentamiento de Israel, cuyo rey era Saúl, con los filisteos, un pueblo venido del mar, y asentado en la costa cananea.
De una de las ciudades filisteas, Gat, era originario Goliat, un gigante al que la Biblia atribuye una estatura de casi 3 metros (seis codos y un palmo) y que durante 40 días se lo pasó haciendo alarde frente al ejército israelita, desafiándolo a elegir a su mejor hombre para pelear contra él. Si Goliat era vencido, los filisteos serían esclavos de Israel. Y viceversa.
Nadie se animaba a recoger el desafío, hasta que apareció David, un pastorcillo muy joven, adolescente, provisto únicamente con una honda y cinco piedras lisas. Aunque, claro, David no era cualquier pastor; nadie lo sabía, pero poco antes había sido ungido secretamente por el profeta Samuel -que actuaba por órdenes directas de Dios- como futuro rey de Israel.
David enfrentó a Goliat con una honda, el arma usada por los pastores para ahuyentar a las fieras que amenazaban sus rebaños
A Goliat el desafío de este muchachito la causó mucha gracia. Hasta que David interrumpió sus carcajadas desmayándolo de un hondazo que le dio en plena frente. Una vez caído el gigante, lo decapitó con su propia espada. Una escena que no ha cesado de inspirar a los artistas, como puede verse en las ilustraciones que acompañan esta nota, que han mostrado una rara predilección por el momento de la decapitación. Una de las excepciones es esta maravillosa escultura de Bernini (siglo XVII) que representa muy bien el momento previo, el movimiento de David preparando el lanzamiento.
David, de Bernini (Galería Borghese, Roma)

Luego de la proeza, el rey Saúl, que hasta entonces disfrutaba de escuchar a David tocar la lira en el palacio -era neurasténico y la música calmaba sus nervios-, empezó a sentir celos del joven, a quien la Biblia describe como "rubio, de hermosos ojos, prudente y (de) muy bella presencia". Y menos mal que no sabía que estaba destinado a sucederlo… El hijo de Saúl, Jonathan, en cambio, estaba muy fascinado con David. Los dos jóvenes se habían vuelto amigos inseparables. Una hija de Saúl, Mical, estaba enamorada de él. Se convertiría luego en su primera esposa. Definitivamente al rey no le sentaba bien la cercanía de este joven tan carismático. Un día, irritado, le tira un lanzazo. David lo esquiva pero se ve obligado a huir.
El rey Saúl trata de matar a David (Guercino, siglo XVII)

Pero tras la muerte de Saúl, David se convertirá en rey, como estaba escrito. Entonces elegirá una ciudad neutra para facilitar la unidad de todas las tribus israelitas. Esa ciudad es Jebus, a la que convertirá en capital del reino unificado y que pasará a llamarse Ciudad de David y, más tarde, Jerusalén.
"Una prueba histórica de la existencia de una dinastía fundada por David es la Estela de Tel Dan -explicó a Infobae el historiador Sergio Prudencstein, especialista en Medio Oriente- en la cual hay una expresión, 'Casa de David', la misma que aparece unas 24 veces en el texto masorético [versión hebrea de la Biblia], en referencia a la dinastía que gobernó en el reino de Judá desde el siglo IX hasta la caída de Jerusalén a manos de los ejércitos caldeos [Nabucodonosor], alrededor de los años 586/7 a. C.)".
La importancia de este hallazgo, que data del año 1993, es que hasta ese momento no se contaba con ninguna evidencia arqueológica del reino de David, explica Prudencstein. Lo que se encontró en Tel Dan, norte de Galilea, es un fragmento de basalto negro con parte de una inscripción conmemorativa. Las trece líneas que se leen parcialmente están escritas en arameo.
La Estela de Tel Dan que menciona la “Casa de David”

Aparecen las palabras "casa", "David" e "Israel". Sería entonces la primera mención en un texto arqueológico de la existencia de una dinastía real davídica. El fragmento data del siglo IX a C y se trata de una inscripción externa a Israel, de un rey enemigo que los menciona.
La posible reconstrucción del texto es, en la 7a línea: "rey de Israel mató". Y en la 8a: "Casa de David y yo dejé sus ciudades en ruinas".
Sergio Prudencstein explica que otras huellas de la presencia de ese reino hebreo son los desechos encontrados en excavaciones en la zona donde estaba la Ciudad de David, en los alrededores de Jerusalén, y que muestran que quienes allí vivían no comían cerdo -un rasgo que los diferencia de los otros pueblos-; en cambio, sí se encuentran restos óseos de otros animales. Las excavaciones en Ashdod, Ekron, Ascalón, Gat y Gaza -las cinco ciudades filisteas- han mostrado las diferencias entre los filisteos y los israelitas y demás pueblos cananeos.
Los amigos David y Jonathan pasean con la cabeza de Goliat (por Cima da Conegliano, siglo XVI)

Ahora bien, ¿qué hay del célebre y desparejo duelo? Al respecto, el único testimonio es el relato bíblico y ya vimos cuáles son sus condicionantes.
"Hay que enmarcarlo en la continua lucha de los israelitas contra los filisteos, un pueblo que los incomodaba. También Sansón -otro personaje bíblico- se enfrenta a los filisteos. Estos son una fuerza de oposición a la existencia de Israel en Canaán", explica Prudencstein.
El reino filisteo era una pentápolis: cinco ciudades separadas que nunca pudieron unir su poder. "No sabemos cómo se llamaban ellos a sí mismos -aclara Prudencstein-. La palabra 'filisteo' posiblemente tenga origen egipcio, 'peleset'. De ella derivará luego 'Palestina', el nombre que los romanos darán a esa zona para molestar a los hebreos".
Cabe aclarar que los palestinos actuales no son descendientes de estos filisteos. En el 604 a.C. Nabucodonosor arrasó sus ciudades y los pocos sobrevivientes fueron llevados a Babilonia.
David y Goliat, por Tiziano

Todas las ciudades filisteas fueron excavadas, incluso Gat, la de Goliat, explica el historiador. Así se hallaron elementos que la Biblia nombra como la "puerta de Goliat", ubicada en la ciudad del gigante y con las mismas características que describe la Biblia.
También se encontró -dice- la huella de la destrucción de los altares de los filisteos -por idólatras- por parte de los reyes bíblicos, lo que confirma las oleadas iconoclastas que cada tanto lanzaban los israelitas. "Esto implica una interacción entre el reino de Israel y los filisteos", concluye.

El cementerio de Goliat
Pero sin dudas el hallazgo más importante en relación a los filisteos es un cementerio en la ciudad de Ascalón, que podrá brindar mucha información acerca de este pueblo desaparecido hace 2.600 años. Textos egipcios, hebreos y asirios hablan de ellos, pero es la primera vez que "hablarán" por sí mismos. O, mejor dicho, a través de sus muertos.
El equipo de arqueólogos que realiza las excavaciones en el cementerio filisteo de Ascalón

El descubrimiento data de 2013 pero fue informado al público recién en 2016, cuando el equipo de arqueólogos que trabaja en el sitio ya había desenterrado más de 200 individuos de sus diferentes tumbas.
La primera conclusión que hace a nuestra historia es que no apareció entre ellos ningún "Goliat". Sherry Fox, una arqueóloga del equipo que dirigió Daniel Master, profesor del Wheaton College de Harvard, dice que los filisteos tenían "una talla normal".
Sus prácticas funerarias eran distintas del resto de los pueblos de la zona: sepultaban a sus muertos en tumbas individuales, con algunas pertenencias y, como puede verse en la foto, en ciertos casos colocaban una pequeña vasija conteniendo perfume cerca de la nariz del muerto. Podían llegar a enterrar a varios individuos unos sobre otros en la misma tumba, separados por estratos.
Tumba filistea

Se cree que este pueblo, comerciante y navegante, pudo haber venido de Creta y pertenecer a la civilización minoica. Se habría desplazado hacia Oriente por la presión de la expansión griega. Intentaron invadir Egipto -allí los bautizaron como "pueblos del mar"– pero fueron repelidos por los faraones Merneptah y Ramsés II. Se volcaron entonces hacia Canaán.
Junto a la nariz del muerto, una pequeña vasija con perfume

Aunque esta versión de su origen requiere todavía de una mayor confirmación, lo evidente es que eran considerados extranjeros en tierra semita, donde ocupaban una angosta banda costera que iba de la actual Gaza hasta Tel Aviv. Vivieron allí entre los años 1200 y 600 antes de Cristo.
Hablaban una lengua indoeuropea, consumían cerdo y no practicaban la circuncisión. La Biblia los menciona varias veces y da de ellos una visión muy negativa, al punto que filisteo pasó a ser sinónimo de persona vulgar e ignorante. Es evidente que la historia de David tiene una finalidad propagandística y fundacional para Israel y eso explica la estigmatización del filisteo.
La vasija de perfume que los filisteos colocaban junto a la nariz del muerto

Si no había gigantes entre los filisteos, ¿qué representa Goliat?
"Puede ser un mito relacionado con los dólmenes y menhires que posiblemente los antiguos asociaban con gigantes, responde Sergio Prudencstein. Es muy probable que tenga origen en esas construcciones del megalítico. Gigantes hay en todas las culturas de la región, en toda Mesopotamia hay historias de gigantes y la propia Biblia tiene varios pasajes sobre su existencia. Por ejemplo, los espías que Josué envía a Jericó, hablan de gigantes. Seguramente porque vieron dólmenes y menhires y deducen que los deben haber construido gigantes".
Pero además, "vencer al gigante es vencer a todo lo grande; el mensaje bíblico es que con ayuda de Dios todos lo podemos hacer: David es casi un niño, es pequeño, Goliat es un gigante". Y agrega: "Con ayuda de Dios, él ya había podido matar un oso y un león".
David decapitando a Goliat. La cruda versión de Caravaggio

Otra posible explicación es que la diferencia de talla simbolice la proporción en la cual se encontraban los israelitas respecto a los otros pueblos de la región en la cual pugnaban por consolidar un reino que, en opinión de muchos especialistas, era aún muy pequeño y vulnerable en esos tiempos.
"Lo interesante de David -agrega en otro orden Prudencstein- es que, a diferencia de Salomón y otros personajes perfectos, es una persona llena de defectos, lo que hace mucho más interesante su biografía. Era un hombre de carne y hueso que cometía errores terribles. Especialmente cuando manda a la guerra y ubica como carne de cañón al esposo de su amante Betsabé para poder quedarse con ella".
Betsabé tomando su baño. Detrás, en segundo plano, David la mira desde su balcón

Más adelante, estos errores le serán cobrados, y bien caros. El hijo que concibe con Betsabé muere a poco de nacer. Su hijo menor, Absalón, dueño de una llamativa y muy larga melena roja, se subleva contra su padre. David no tiene más remedio que enfrentarlo. Mientras huye al galope, Absalón enreda sus cabellos en las ramas de un roble, y Joab, el comandante de tropas de David, lo mata de tres flechazos.
Absalón, el hijo rebelde de David, huyendo de los soldados de su padre, queda atrapado por los cabellos en las ramas de un árbol

Dios castiga también a David, dice la Biblia, prohibiéndole construir el templo. Lo hará su hijo, Salomón. Los errores del padre los corrige el hijo, dice Prudencstein.
La honda, esa arma temible
Los ejércitos mediterráneos de la Antigüedad tenían batallones completos de honderos. Las hondas más antiguas se han hallado en la tumba de Tutankamón que murió hacia el 1325 a.C. Eran de lino entretejido. Las de la Guerra de Troya fueron descriptas como trenzadas con lana.
En la región y en la época de David, era un arma muy común. La usaban especialmente los pastores para ahuyentar a los predadores de sus rebaños. Eran de cuero. Y los proyectiles, piedras lisas de las que, por la erosión del agua, se encuentran en los lechos de los ríos.
Detalle de los relieves de la columna de Trajano: honderos del ejército romano

Otro elemento característico del personaje David es la lira, cuyos creadores fueron los beduinos. Esto se explica porque es un instrumento fácilmente transportable. Se la sostenía en el brazo con el codo doblado. No fue una creación siria, ni egipcia, ni caldea. En Mesopotamia y en Egipto se tocaba el arpa. La lira de David es un rasgo histórico concordante ya que los israelitas eran nómadas.
David toca la lira para calmar los nervios del Rey Saúl (Ernst Josephson, 1878)

Posdata: Sea histórico o no en todos sus detalles, el relato del duelo entre David y Goliat deja al menos dos valiosas enseñanzas.
Más vale cerebro que músculo.
No hay enemigo pequeño.

Fuente: infobae.com | 22 de abril de 2017

Confirmada la presencia de neandertales hace 45.000 años en Segovia

Las últimas investigaciones realizadas en el yacimiento del Abrigo del Molino (Segovia), que se excava desde el año 2013, han puesto de manifiesto la existencia de ocupaciones neandertales en fechas situadas entre 41.000 y 45.000 años de antigüedad.
 
Se trata del yacimiento con los restos más modernos de un asentamiento neandertal en el centro de la Península Ibérica y una de las evidencias "más importantes" que constatan el proceso de desaparición de norte a sur de los grupos neandertales en Europa, según ha indicado el director de las excavaciones en el Abrigo del Molino (Segovia), David Álvarez Alonso (izquierda), a través de un comunicado remitido a Europa Press.
Según sus investigaciones, el Abrigo del Molino habría sido ocupado por neandertales, cuando esta especie ya se había retirado del norte peninsular, empezando así su proceso de desaparición en el sur de Europa.
Por otra parte, la importancia del Abrigo del Molino también radica en que sus dataciones sitúan la presencia de neandertales en el interior peninsular, cuando los primeros Homo sapiens habían empezado a asentarse en la zona norte, según se desprende de algunos datos existentes en yacimientos como la cueva de El Castillo (Puente Viesgo, Cantabria).

Congreso europeo

Al hilo de estos estudios, Álvarez ha señalado que esta semana tendrá lugar el congreso European Geosciences Union General Assembly, en Viena (Austria), el más importante de esta disciplina en Europa.
En la rueda de prensa previa al congreso, que se celebrará en Viena el próximo miércoles, 3 de mayo, se presentará a la opinión pública internacional una selección de los mejores trabajos llevados a cabo en Europa sobre Ciencias de la Tierra en sentido amplio, destacando el estudio presentado por el equipo multidisciplinar germano-español sobre las dataciones precisas del yacimiento arqueológico musteriense del Abrigo del Molino, situado a las afueras de Segovia capital.
El estudio sobre el yacimiento segoviano galardonado lleva por título 'Dating the last Neanderthals in Central Iberia - New evidence from Abrigo del Molino, Segovia, Spain'; y ha sido realizado por un equipo multidisciplinar --arqueólogos, geógrafos y geólogos-- españoles y alemanes.
El Abrigo del Molino se está situando no sólo como uno de los yacimientos peninsulares "más importantes" para explicar el proceso de desaparición de los neandertales, sino también, a nivel europeo representa uno de los enclaves que "más interés" ha despertado en los últimos años, como así lo refleja su presencia destacada en el EGU General Assembly.
Estas investigaciones sirven, ha agregado Álvarez, para "profundizar en el debate sobre la posible coexistencia en la Península Ibérica de Nendertales y Sapiens, así como también representa uno de los enclaves más destacados en la actualidad para analizar el proceso de desaparición de los neandertales".
Fuente: lainformacion.com | 24 de abril de 2017

El ADN permite confirmar hipótesis arqueológicas

Cada vez más los hechos están demostrando que la ciencia es una sola. Por ejemplo: en 2003 se descifró el genoma humano, y de golpe todas las disciplinas científicas se han visto revolucionadas. De hecho, las consideradas “blandas”, como la arqueología y la antropología, empiezan a construir certezas gracias a estudios de ADN: diferentes pruebas genéticas han ido confirmando la hipótesis de que el hombre americano... era asiático.

Y recientes investigaciones de un grupo liderado por el arqueólogo tucumano Jorge Martínez apuntalan esa teoría. Martínez es investigador del ISES Conicet y profesor de la carrera de Arqueología de la UNT, y el yacimiento en el que se hizo el hallazgo está en Antofagasta de la Sierra, en la puna catamarqueña.

Empezar por el principio
Los “experimentos” de la naturaleza demoran miles de años y, a diferencia de lo que pasa en laboratorios, las variables son muchísimas y están fuera del control humano; es más: en la mayoría de los casos los humanos somos una variable. Eso parece haber ocurrido con la última glaciación. Hace unos 20.000 años se congelaron los mares, por lo que se comprimieron y bajó su nivel; en consecuencia, apareció tierra que estaba sumergida, formando un puente entre Asia y Alaska. Por allí, grupos de cazadores-recolectores dejaron lo que es ahora Siberia y se establecieron en esas tierras, que ofrecían condiciones más amigables: había vegetación, que les brindaba leña, y mamíferos para cazar y alimentarse, informa Scott Elias, de la Royal Holloway University, de Londres en una nota que publica BBC Mundo.

“Pero los motivos que impulsan a un grupo humano a explorar nuevos territorios no sólo se relacionan con la búsqueda de recursos animales para cazar; también tiene que ver con sus creencias y su mundo simbólico. El hambre de búsqueda siempre movió a los humanos; búsquedas terrenales (literalmente) y también sobrenaturales. Ya se delimitaban, hace tantas decenas de miles de años, espacios sagrados y espacios prohibidos, cuestiones de creencias... Sólo por hambre nadie abandona un lugar seguro y se lanza a la aventura”, reflexiona Martínez.


¿El mismo tronco?
Los humanos llegaron al estrecho y por “un tiempo” no tuvieron más remedio que quedarse: el camino hacia América del Norte estaba cerrado por el hielo. Elias y sus colegas calculan que la zona estuvo poblada durante unos 10.000 años. ¿Qué pasó en ese lapso?

Aquí empiezan a resultar claves los estudios de ADN: una investigación a cargo de Ramus Nielsen, de la Universidad de California, confirmó que cerca del 80% de los nativos americanos actuales descienden de aborígenes que vivieron en América del Norte hace unos 13.000 años y reafirmó una hipótesis que ya tenía ocho años: debido al aislamiento, terminaron diferenciándose genéticamente de sus ancestros siberianos.

“El proceso de Beringia hizo que esos humanos se diferenciaran de los asiáticos y se convirtieran en nativos americanos”, dice Connie Mulligan, de la Universidad de Florida, EEUU, que participó de aquel análisis inicial. Pero no es todo: cuando se estudió la variación genética se descubrió ese patrón excepcional en todos los nativos americanos modernos analizados, y, en cambio, muy rara vez en los asiáticos.

“Con ese patrón original ocurrió algo muy interesante: se mantuvo en los esquimales, que se quedaron en la zona cercana al polo. En cambio, en el resto de este inmenso continente sin Homo sapiens se subdividió en cuatro grandes grupos; y el estudio de ADN permite rastrear las ascendencias, nuestra herencia genética", explica Martínez.
En Antofagasta de la Sierra encontramos restos humanos de unos 8.400 años de antigüedad; pudo establecerse una conexión paleogenética con grupos pertenecientes a dos sitios arqueológicos de alrededor de 10.000 años de antigüedad de la costa nor-pacífica de América: uno en Alaska y otro en Montana (EEUU).

Otra investigación puede dar pistas de qué ocurrió con el 20% “diferente”: estableció que grupos de la región amazónica tienen un “misterioso” flujo genético ártico. “Esto parece indicar que no hubo una población fundadora homogénea. (…) Tal vez hubo varios pulsos migratorios”, propone Pontus Skoglund, de la Universidad Harvard en Boston, EEUU. Dicho de otro modo: hacia y desde Beringia los diferentes grupos humanos ni entraron ni salieron juntos. Y su ADN también se fue modificando por separado.

Una cosa es segura: llegar a América fue, decididamente, un viaje de ida.

Fuente: lagaceta.com. ar | 25 de abril de 2017