El hombre no habría aparecido en África, sino en Eurasia, según un nuevo estudio

El Homo Sapiens es una especie de primate perteneciente a la familia de los homínidos. Se consideran Homo sapiens de forma indiscutible a los que poseen tanto las características anatómica de las poblaciones humanas actuales como lo que se define como «comportamiento moderno».

Un reciente artículo publicado por el profesor Úlfur Árnason (izquierda) neurólogo de la Universidad de Lund, en Suecia, sitúa al último antepasado común del Homo sapiens sapiens y de los Neandertales en algún lugar de Eurasia. Árnason argumenta que los antepasados ​​de las poblaciones africanas KhoeSan y Mbuti formaron el primer éxodo de Homo sapiens sapiens desde Asia hasta África y Europa.

Hasta el día de hoy o comúnmente se sostiene que los miembros originales de la especie Homo sapiens vivieron en alguna parte en África y que el Homo sapiens sapiens evolucionó en dicho continente.

La gran parte de los científicos creen que únicamente la datación exacta de la aparición de nuestra subespecie sigue sin resolverse. Sin embargo, el valiente profesor Árnason dice que no hay que ir tan rápido. Su investigación sugiere que el origen de la subespecie Homo sapiens sapiens es un asunto eurasiático.

La investigación científica sostiene que los Neandertales y los humanos modernos se separaron, genéticamente, en algún momento hace más de 500.000 años. Árnason argumenta que esta datación, junto con lo que se conoce sobre el espacio geográfico ocupado por los Neandertales, sitúa a la primera de nuestras propias subespecies en algún lugar de Eurasia.

"La presencia exclusiva de los Neandertales en Europa y Asia, y su ausencia en África, restringe su origen a Eurasia. En consecuencia, el origen de su grupo hermano Homo sapiens sapiens, debe situarse en el mismo continente, es decir, en Eurasia (hipótesis de Askur/Embla, Árnason, 2016), de acuerdo con el LCA (Last Common Ancestor / último antepasado común), que entiende que el LCA de dos grupos hermanos no pueden separarse ni en el tiempo ni en el espacio".

Podemos resumir la primera parte del argumento en el hecho de que no se sabe cuándo los Neandertales han estado en África, sugiriéndose que su emergencia ocurrió en Eurasia. Ahora bien, si los Neandertales emergieron en Eurasia entonces el grupo ancestral del que divergieron, esto es, los Homo Sapiens arcaicos, también deberían haber vivido allí. Es un argumento lógico y con mérito considerable. En este sentido, hay que tener en cuenta que el Homo erectus, el mejor candidato para el antepasado inmediato del Homo sapiens, ya se había extendido a través de gran parte del planeta hace 1,8 millones de años.

Hay evidencias notorias y crecientes que apuntan a que los primeros seres humanos ancestrales de ambas subespecies ya estaban presentes en Eurasia antes de la división que dio origen a Neandertales, Denisovanos y Sapiens (Homo sapiens sapiens), y que los seres humanos casi idénticos a los de las poblaciones vivientes habían surgido en el Este de Asia mucho antes de que aparecieran en el registro fósil africano. Los fósiles de seres humanos aparentemente modernos han sido anunciados por arqueólogos que trabajan en varias excavaciones chinas, con dataciones asociadas que van desde 80.000 a 178.000 años de antigüedad.

El profesor Árnason señala que los datos que emanan del estudio de 2016, The Simons Genome Diversity Project, considerado como una encuesta genética de referencia, sugieren que hace 200.000 años las poblaciones de humanos modernos ya estaban divergiendo en nuevos grupos genéticos. Esta increíble realización apoya un modelo en el que africanos y no africanos comenzaron a separarse, en términos genéticos, cerca de la datación asociada con los primeros fósiles aceptados como humanos modernos (los fósiles de Omo, Etiopía, de 195.000 años de antigüedad).

Es difícil entender por qué dos poblaciones de la misma región habrían simplemente dejado de mezclarse durante decenas de miles de años. Normalmente tales rupturas limpias sólo se observan después de eventos de migración. Árnason también señala que la divergencia más profunda sólo se observa cuando se contrastan los genomas del pueblo Khoesan y los no africanos.

"El estudio de Mallick et al. (2016) muestra que la población ancestral de Homo sapiens sapiens había comenzado a desarrollar subestructuras genéticas hace unos 200.000 años, una antigüedad que es compatible con las estimaciones comúnmente aceptadas de la divergencia basal de los Homo sapiens sapiens existentes. Por otra parte, el análisis demostró que la divergencia basal entre los Homo sapiens sapiens existentes se reduce entre los no africanos (tal como se representa en un genoma francés) y los africanos (representados por los pueblos KhoeSan y Mbuti)".

El Simons Genome Project presentó, además, evidencias de otras divergencias del Homo sapiens sapiens que involucraban a los Yoruba, una población de África occidental habitualmente postulada como descendientes vivos de la población responsable de fundar todos los linajes no africanos.

Figura 2. Filogenias de fuera de África, a la izquierda, y fuera de Eurasia, a la derecha. Crédito de la imagen: Úlfur Árnason

Dos modelos competidores pueden extrapolarse a partir de los datos disponibles, como se muestra en los árboles de filogenias 'a' y 'b' mostrados en el cuadro de arriba.

El árbol 'a' representa a los primeros Homo sapiens emergentes en África con las tres subespecies conocidas, Neandertales, Denisovanos y Homo sapiens, surgiendo consecuentemente en el continente en algún momento antes de hace 500.000 años. Neandertales y Denisovanos emigraron de África inmediatamente después de que divergieran de los sapiens, no dejando restos fósiles y ninguna firma genética.

Cientos de miles de años después de que otros humanos dejaran África, los antepasados ​​de los Khoisan y Mbuti se alejaron de los antepasados ​​de los Yoruba, hace cerca de 200.000 años. Estas poblaciones africanas permanecieron separadas en el mismo continente hasta que miembros de la población ancestral de los Yoruba emigraron fuera del continente y colonizaron el planeta hace 70.000 años.

El modelo de árbol 'b' sostiene que los antepasados ​​arcaicos del Homo sapiens habían alcanzado Eurasia antes de la divergencia de Neandertales, Denisovanos y Homo sapiens. Neandertales y Denisovanos consecuentemente permanecieron en Eurasia y nunca se encontraron con humanos de origen africano.

Alrededor de 200.000 años atrás, un grupo de Homo sapiens sapiens se separó de la población eurasiática y emigró a África, convirtiéndose en los antepasados ​​de los KhoeSan y los Mbuti. Cerca de 70.000 años atrás un segundo evento migratorio llevó a los antepasados ​​de los Yoruba a África.

Fig. 3. Una visión simplificada de las migraciones de la población Homo sapiens sapiens. El área sombreada significa un área asiática (eurasiática) indefinida a partir de la cual se dispersaron los Homo sapiens sapiens. Los trazos rojos muestran las rutas potenciales de las poblaciones KhoeSan, Mbuti y Yoruba, fuera del rango de Homo sapiens neanderthalensis. KhoeSan y Mbuti pudieron haber divergido antes de su migración hacia África. Las líneas rojas unidas por flechas entre Mbuti y Yoruba marcan un posible intercambio genético. Los trazos en verde representan el origen asiático común de los australianos indígenas, papúes-nuevos guineanos y los andamaneses (Mallick et al., 2016). El enclave de Altai muestra la localización de la contribución genética de Homo sapiens sapiens en los Homo sapiens neanderthalensis (Kuhlwilm et al., 2016,) y la cueva de Daoxian represneta la localización de los hallazgos paleontológicos de Homo sapiens sapiens descritos por Liu et al. (2015). Crédito de la imagen: Úlfur Árnason.

"El apoyo a una divergencia africana entre Homo sapiens neanderthalensis (Hsn) y Homo sapiens sapiens (Hss) es hipotético, considerando la ausencia de hallazgos paleontológicos o arqueológicos de Hsn en África. Los problemas genético-moleculares relacionados con la hipótesis 'Out of Africa' (OOAH, Fuera de África) son de naturaleza similar, ya que estos resultados han sido interpretados de acuerdo con la preconcepción de una divergencia basal de Hss en África, una suposición que automáticamente sigue la colocación hipotética de la divergencia Hsn / Hss en ese continente".


Tabla 1: Las estimaciones (Mallick et al., 2016) muestran los momentos en que el 25%, 50% y 75% de los linajes de cada par de poblaciones se agruparon en una población ancestral común. En el contexto de la filogenia OOEH (Out of Africa) mostrada en la Fig. 2b, las estimaciones son consistentes con una dispersión temprana de los KhoeSan / Mbuti hacia África seguida por una migración correspondiente de los antepasados ​​de Yoruba. Las cifras relacionadas con los KhoeSan/Yoruba y Mbuti/Yoruba sugieren el intercambio genético (probablemente en Asia) entre Yoruba y Mbuti a una escala que excedió la de los Yoruba y KhoeSan. Crédito de la imagen: Úlfur Árnason

La información en la Tabla 1 sugiere fuertemente que hubo una reducción significativa, en el período inicial, de cruzamientos entre no africanos y KhoeSan en comparación con la de los no africanos y los antepasados ​​de los Mbuti. El mismo patrón de divergencia se puede ver en los datos estimados de cruzamientos entre Yoruba/KhoeSan y Yoruba/Mbuti. Cuando colocamos esta información en el contexto correcto, ello sugiere que los antepasados ​​de KhoeSan y Mbuti se separaron mucho antes de la datación estimada, 131.000 años atrás, 50% de la marca de coalescencia. La disparidad entre las dataciones estimadas para el KhoeSan y Mbuti puede indicar dos rutas de migración separadas tomadas desde Asia hacia África en tiempos algo diferentes.

"Las estimaciones de la Tabla 1 muestran consistencia entre las estimaciones más profundas (datación estimada con el 75% de coalescencia) relacionadas con la divergencia entre los no africanos (francés) y los KhoeSan (173.000 años atrás), y los no africanos y los Mbuti (171.000 años atrás). Este acuerdo se ha borrado en la próxima marca (50% de coalescencia), ya que muestra una estimación no africana / KhoeSan de 131.000 años atrás y una estimación no africana / Mbuti de 112.000 años atrás".

Para ilustrar mejor las dos rutas que favorecieron el éxodo hacia África, el mapa (Fig. 3) muestra a los KhoeSan tomando una ruta meridional a través de los estrechos de Bab el Mandeb, y a los Mbuti y Yoruba tomando la ruta del Sinaí. Los KhoeSan y Mbuti pudieron haber tomado la misma o diferentes rutas hacia África, pero esto no se conoce.

Los fósiles de los primeros seres humanos modernos hallados en China se ajustan fácilmente con la hipótesis de 'Fuera de Eurasia y Hacia África', explicada por la existencia de una presencia continua de Homo sapiens sapiens en Asia sin necesidad de una población hipotética procedente de África que más tarde se extinguió. Este modelo 'Fuera de Eurasia' también incluye fácilmente las pruebas de que los Neandertales y los Homo sapiens se cruzaron hace más de 220.000 años en Europa, y hace 130.000 años en Siberia, un aspecto actualmente problemático para la teoría 'Fuera de África" (Out of Africa).

Fuente: ancientnews.net | 16 de septiembre de 2017

Arqueólogos descubren en Guatemala el sepulcro más antiguo de un gobernante maya

Foto: Palacio de la acrópolis en la ciudad Maya de El Perú-Waka en el norte de Guatemala. (Mapa de Damien Marken).

Un grupo de arqueólogos descubrió en la ciudad maya de El Perú-Waka (norte de Guatemala), la tumba más antigua hasta el momento de un gobernante maya.

El anuncio lo hizo el vicedirector de investigación y profesor de antropología de la Universidad de Washington en St. Louis, David Freidel (izquierda).

"El maya clásico veneraba a sus gobernantes como divinos y los trataba como almas vivientes después de la muerte. La tumba de este rey ayudó a hacer del palacio real de la acropolis un lugar sagrado, un lugar de majestad, en los comienzos de la historia de la dinastía Waka. Es como los antiguos reyes sajones de Inglaterra, enterrados en el 'Old Minster', la iglesia original debajo de la catedral de Winchester". dijo David Freidel.

La tumba descubierta por los arqueólogos del Proyecto Arqueológico Waka, compuesto por especialistas guatemaltecos y estadounidenses, data de los años 300-350 d.C. De esa forma, este es el sepulcro clásico más antiguo encontrado hasta el momento en la región de Petén, en el norte de Guatemala.

La tumba número 80 durante las excavaciones arqueológicas. Los restos óseos del gobernante maya aparecen junto a varios recipientes cerámicos a modo de ofrendas. FOTO: JUAN CARLOS PÉREZ, CORTESÍA DEL PROYECTO ARQUEOLÓGICO EL PERÚ-WAKA Y DEL MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTES DE GUATEMALA.

'Waka' fue una de las dinastías mayas más antiguas que se estableció en el segundo siglo d.C. Los restos del gobernante hallados en el mausoleo, supuestamente pertenecieron a Te' Chan Ahk, un conocido rey Waka que gobernó durante el siglo IV d.C.
Los arqueólogos identificaron que el mausoleo pertenecía a un miembro de la realeza por la presencia de una máscara de jade, que representa al gobernante como el dios del maíz. Los reyes mayas eran retratados regularmente imitando al dios del maíz.

Foto: Máscara de jade pintada de rojo con cinabrio. Imita el rostro del difunto y su frente protuberante recuerda al dios maya del maíz.

También, se encontraron en el sepulcro 22 vasos de cerámica, conchas de Spondylus, adornos de jade y un colgante de concha tallado en forma de un cocodrilo. Los restos de Te' Chan Ahk y algunos adornos como la máscara fueron pintados con un tinte rojo brillante.

De acuerdo con los científicos, es posible que desde el 600 d.C. los miembros de la comunidad hayan entrado para venerar los restos y es posible que los huesos fueran pintados precisamente en esa ocasión.

Fuentes: hispantv.com | Washington University in St Louis | 17 de septiembre de 2017

El Cabildo de Tenerife presenta en Madrid 'Athanatos'

El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, ha acudido a Madrid a la presentación 'Athanatos. Inmortal. Muerte e inmortalidad en poblaciones del pasado', una exposición internacional que explica las distintas prácticas funerarias llevadas a cabo por diferentes poblaciones en el pasado.

El acto, celebrado en el Gabinete de Historia Natural, ha contado también con la presencia de la consejera insular de Museos, Amaya Conde; el naturalista, Luis Miguel Domínguez, y el director del Museo Arqueológico de Tenerife y el Instituto Canario de Bioantropología, Conrado Rodríguez.
"Este proyecto no es algo puntual, sino que forma parte del programa Tenerife 2030, que busca colocar a Tenerife como isla de referencia a nivel mundial", ha explicado Alonso. En la misma línea ha hablado Conde, quien ha defendido que este trabajo "no solo mira al pasado de la isla sino también a su futuro".

PRINCIPALES OBJETIVOS

La exposición, que abrirá sus puertas del 4 de diciembre de 2017 al 4 de junio de 2018 en el Museo de la Naturaleza y el Hombre (Santa Cruz de Tenerife), centrará su atención en dos puntos: las prácticas funerarias, jamás plasmadas a nivel expositivo, y el proceso biológico de la muerte, es decir, los fenómenos que ocurren en el cuerpo cuando fallan las funciones vitales.


Además, 'Athanatos' cuenta con piezas procedentes de instituciones internacionales que estudian los ritos funerarios existentes en el mundo, como son el Museo de antropología y etnografía de la Universidad de Turín (Italia) y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Colombia).

En España destaca la colaboración del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada y el Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria.

Según Alonso, la inauguración de la exposición coincidirá expresamente con el 25º aniversario del Proyecto 'CRONOS: Bioantropología de las Momias Guanches' como conmemoración a uno de los "primeros estudios clave" sobre el tema.

"CRONOS dio un mayor conocimiento a la población local y conectó a investigadores de todo el mundo creando la primera comunidad internacional al respecto. Lo que hace 'Athanatos' es recoger lo producido en CRONOS", ha asegurado Alonso.

Fuente: madridpress.com| 18 de septiembre de 2017

Sale a la luz un gran panel con 30 pinturas rupestres del Neolítico en Navarrés (Valencia)

El equipo arqueológico que trabaja desde hace una semana en la recuperación del Abrigo del Garrofero de Navarrés (Valencia) contempla sacar a la luz un extenso panel que, a primera vista, contiene más de 30 pinturas rupestres del Neolítico, con una antigüedad que puede alcanzar los 6.500 años. El ayuntamiento de la localidad ha obtenido una ayuda de 18.104 euros de la Consellería de Cultura para la limpieza, consolidación y documentación de este yacimiento de arte rupestre levantino declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.

El abrigo se protegió con un verjado de seguridad a través de un programa pionero promovido por la diputación entre finales de los 70 y principios de los 80 Trini Martínez, responsable del equipo de arqueólogos que dirige el proyecto, Arquivolta Patrimoni i Societat, subraya que, pese a la riqueza y el gran valor patrimonial del hallazgo, la cavidad nunca se había estudiado hasta ahora ni, mucho menos, había sido objeto de intervención alguna, circunstancia que mantenía al Abrigo del Garrofero instalado en el terreno del olvido, alejado del conocimiento general de la población y de los circuitos rupestres, como buena parte de los tesoros aún inexplorados que alberga el Macizo del Caroig.

El yacimiento se encuentra en el popular paraje del Río Grande, muy próximo al Abrigo del Voro de Quesa, de características similares pero mucho más conocido. Martínez subraya que, dentro del arte rupestre levantino, las 30 figuras que, en una primera inspección ocular, se observan en el Garrofero -pueden ser más- representan «un conjunto muy amplio», teniendo en cuenta que lo habitual es encontrar entre 5 y 15 en una misma cavidad. Entre las pinturas destaca una escena de caza de una cabra montesa en el centro de la superficie rocosa.

Figura femenina (Abrigo del Garrofero - Navarrés - Valencia)
La restauradora Laura Ballester, experta en arte rupestre, ha convertido el yacimiento de Navarrés en su centro de trabajo. La primera fase de la intervención se centra en limpiar, restaurar y consolidar los paneles decorados, retirando la capa de polvo en la parte más deteriorada, eliminando las inconcreciones que dificultan la visibilización de los trazos y actuando en caso de que haya algún riesgo de desprendimiento.

A continuación, Arquivolta planea documentar los hallazgos y plasmar las conclusiones en un estudio hasta ahora inédito, además de practicar un escaneado en tres dimensiones del abrigo, aplicando técnicas fotogramétricas que permitirán acercar el conocimiento del yacimiento -en una zona de difícil acceso- al público general. Así, cualquier usuario desde casa podrá visitar online el Abrigo del Garrofero a través de la web del Ayuntamiento de Navarrés y escrutar cada una de las pinturas en 3D.

Ruta senderista

El proyecto va un paso más allá, con la posterior creación de una ruta senderista homologada que conectará el yacimiento con la localidad y otros elementos del patrimonio navarresino, como son las casas-cuevas que se enmarcan en pleno corazón del Macizo del Caroig. «La idea es conjugar el patrimonio cultural con la práctica deportiva y que la visita del abrigo sea una motivación extra», observa Martínez. Fórmulas diversas de poner en valor el territorio que se retroalimentan entre sí.
En 2015, Navarrés ya intervino en el Abrigo del Garrofero renovando el cierre del yacimiento y actualizando los sistemas de protección de las pinturas con una ayuda del Ministerio de Cultura. La actuación que ahora se ha iniciado se extenderá previsiblemente hasta el 15 de noviembre. Una vez completada, se habrá recuperado uno de los numerosos tesoros arqueológicos que esconde el Caroig todavía «vírgenes».

Fuente: levante-emv.com | 16 de septiembre de 2016

Tras las huellas de los pastores que poblaron el Pirineo hace más de 7.000 años

Cueva de Coro Trasito COMARCA DE SOBRARBE / SOBRARBE


¿Quiénes fueron los primeros pastores aragoneses? ¿Cómo vivieron? Para responder estas y otras preguntas ha finalizado ya la campaña de excavación arqueológica en la Cueva de Coro Trasito, en la localidad sobrarbense de Tella-Sin, tras tres semanas de intensos trabajos e interesantes hallazgos para propiciar el acercamiento del patrimonio geológico y arqueológico a los aragoneses. En una nueva apertura de excavación se ha recuperado, al menos, un enterramiento de un niño y de un bebé de pocos meses de vida, en muy buen estado de conservación y que, por su contexto arqueológico y a falta de su datación absoluta, se podrían atribuir al Neolítico antiguo.

Además, se espera que este hallazgo permita en el futuro poder realizar estudios de ADN que puedan establecer comparaciones y comprobar la existencia de relaciones genéticas entre esos primeros agricultores y ganaderos con la población actual de Sobrarbe. Se trataba de una nueva edición del programa ‘Excava con el Geoparque Mundial Unesco Sobrarbe-Pirineos’. Como en años anteriores, se ofrecía la oportunidad de acercar a los ciudadanos el patrimonio geológico y arqueológico de Sobrarbe, así como las técnicas y metodología utilizadas por los investigadores en un yacimiento real.
Seis voluntarios, con peticiones llegadas de toda España y tras un sorteo entre las 19 inscripciones previas, participaron activamente en la excavación del Coro Trasito, próxima al pueblo de Tella-Sin, para seguir avanzando en el conocimiento de esta cueva, utilizada desde el Neolítico por grupos humanos que basaban su medio de vida en el pastoralismo y la agricultura.

Hace 70 siglos ya se almacenaban animales y grano

Nacho Clemente (izquierda), científico titular del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha sido uno de los arqueólogos que ha participado en los sucesivos trabajos en una cueva que aporta información relevante sobre cómo se organizaban las sociedades de hace 70 siglos. “Hemos conocido mejor cómo estructuraban el espacio, que dedicaban en parte al almacenamiento de animales y silos de grano”, comenta.

Esta labor les ha llevado a excavar una zona nueva en la que no se había entrado hasta la fecha y que se dedicaba a realizar enterramientos y para cuestiones de carácter simbólico. “Hay más restos humanos sin conexión con dos niños bien conservados. Individualmente, tenemos que realizar las dataciones y los resultados llegarán dentro de unos meses. Por las cerámicas y otros objetos arqueológicos puede ser de hace 6.500 o 7.000 años”, continúa Clemente.

Lo que los estudiosos de la Prehistoria en Aragón dan por seguro es que se produjo una oleada de población en el Pirineo con la que se instalaron allí estos pastores primigenios de manera fija, lo que se deduce entre otros factores de la cantidad de grano y cereal recuperado, también guisantes, que evidencian una dedicación importante a la agricultura. Coro Trasito se puede considerar ya un espacio de referencia tras la destrucción de la cueva de Chaves en 2009, que ofrecía un patrimonio del Neolítico de una riqueza extraordinaria. Los hielos no permitieron un asentamiento temprano en el Paleolítico Superior, por lo que es complicado dictaminar el origen y el momento de los primeros ‘aragoneses’.

Seis años de excavaciones con éxito

En 2011 se llevó a cabo un primer sondeo en la Cueva de Coro Trasito que permitió recuperar materiales de varios niveles arqueológicos de la Edad del Bronce al Neolítico. Dos años después se realizó un nuevo trabajo en el que se profundizaron seis unidades estratigráficas más. Las sucesivas campañas arqueológicas de 2014, 2015 y 2016 brindaron unos datos imprescindibles para conocer la economía y modos de vida de los primeros pobladores neolíticos del Pirineo central. Un buen número de silos y otras estructuras excavadas facilitan inferir sistemas de almacenamiento y una organización social del espacio muy interesante.

Los análisis del polen, semillas y carbones, así como el estudio de los restos de fauna, la industria lítica y la producción cerámica hacen pensar asimismo a los investigadores que la cueva pudo ser ocupada por esas comunidades humanas durante buena parte del año. El último momento de ocupación documentado hasta el momento es de la época del Bronce Final (alrededor del 1.500 antes de Cristo). Este nivel se asienta y corta directamente el último momento del Neolítico Antiguo y la ocupación del Neolítico Antiguo se extiende desde el 5.300 hasta el 4.600 antes de nuestra Era. En estas cuevas ya convivían animales y personas.

Trabajos arqueológicos en la cueva de Coro Trasito COMARCA DE SOBRARBE / TELLA-SIN (HUESCA)

Visitas guiadas a Coro Trasito

La última edición del programa ‘Excava’ ha contado con la colaboración de las instituciones. La cueva de Coro Trasito forma parte del programa de visitas guiadas que organiza el municipio de Tella-Sin. El precio para los adultos es de 10 euros y los niños de 6 a 12 años pagan 5 euros. Estas se pueden reservar a través del número de teléfono 608 104 525. El punto de encuentro es el Museo del Oso de Tella. Después, la aproximación se realiza en coche por un tramo por pista de tierra en buen estado por el que puede subir cualquier turismo desde el dolmen de Tella hasta la cueva del Oso y la de Coro Trasito, a 1.600 metros de altitud, que se encuentran prácticamente unidas.

Otro de los puntos clave del Alto Aragón en este tipo de investigaciones se halla en el yacimiento de la cueva de Els Trocs, en la localidad pirenaica de Bisaurri. Entre otros descubrimientos se ha constatado un uso funerario de la gruta en la época Calcolítica, entre los años 3.000 y 2.500 antes de Cristo. Los arqueólogos desenterraron asimismo un fragmento del parietal izquierdo de un cráneo humano con una huella evidente de un flechazo que le atravesó la cabeza. En su interior muestra una incisión punzante y un levantamiento óseo sin desprendimiento exterior que muestra la herida aguda sufrida.

Desde que se iniciaron estos trabajos en 2009, el equipo dirigido por el profesor de la Universidad de Valladolid Manuel Rojo ya ha exhumado más de 20.000 restos de fauna, sobre todo de oveja y cabra, lo que ha dado pie a los científicos a plantear que este tipo de actividad económica tan específica, la trashumancia, se realizaba ya desde hace 7.300 años.

Fuente: eldiario.es | 16 de septiembre de 2017

El legado de Dubois

Diferentes vistas del segundo molar superior permanente del yacimiento de Lida Ajer. Fuente: Nature.

Hace 130 años, el médico militar Eugène Dubois encontró un yacimiento de fósiles en una cueva de la isla de Sumatra. Buscaba el mítico “eslabón perdido” que, según sus convicciones, encontraría algo más tarde en la vecina isla de Java. En Sumatra, Dubois consiguió reclutar a varias decenas de trabajadores convictos y contó con la ayuda de dos ingenieros en aquella lejana y compleja región del sureste de Asia. Los resultados no fueron los deseados y la expedición, que duró tres años, fracasó en parte por el fallecimiento de uno de los ingenieros. Aun así, Dubois consiguió recuperar materiales del yacimiento de la cueva de Lida Ajer.

La colección de restos recuperados incluía dientes de orangután, junto con los de otros mamíferos difíciles de identificar, además de un incisivo y un molar superior humanos. Pero la posible antigüedad del yacimiento era demasiado reciente como para satisfacer la hipótesis de Dubois. Había que encontrar una forma humana de aspecto intermedio entre el de nuestra especie y el de los simios antropoideos. Los dientes humanos de Lida Ajer eran muy similares a los nuestros y no aportaban nada interesante para Dubois. Aquel hallazgo pasó inadvertido y se ha hablado muy poco de él en la literatura científica. Apenas se citan los restos fósiles de las especies encontradas en un par de artículos científicos, que sitúan el yacimiento en el Pleistoceno Tardío, sin más precisión.


Por fortuna, un equipo liderado por K.E. Westaway, de la universidad de Sidney, ha conseguido nueva información sobre la antigüedad de los diferentes niveles del yacimiento paleontológico de Lida Ajer, donde no se han encontrado herramientas u otras evidencias de actividad humana. Además de revisar la morfología de los fósiles, las investigaciones se han centrado en realizar dataciones fiables de la brecha fosilífera. Se utilizaron los métodos de las series de uranio para las neoformaciones calcáreas de la cueva (espeleotemas) y el ESR para el esmalte en el esmalte de los dientes. Los resultados han sido publicados en la revista Nature durante la tercera semana de agosto ¿Qué interés puede tener esta revista tan prestigiosa en publicar la antigüedad de un yacimiento excavado hace 130 años y con registro fósil muy pobre?

Como bien observó Dubois hace más de un siglo, los dos dientes humanos pertenecieron a individuos de nuestra propia especie. El segundo molar superior es pequeño y ya había reducido el tamaño de ciertas cúspides. El incisivo superior tiene la raíz muy corta y su morfología es muy similar a la de las poblaciones recientes del este de Eurasia. Pero la antigüedad obtenida sitúa estos dientes en el rango de 73.000 y 63.000 años. De nuevo, los datos confirman que nuestra especie partió de África mucho antes de lo que se suponía hace tan solo una década. El sureste de Asia fue ocupado por nuestra especie hace unos 100.000 años, según han mostrado yacimientos como los de Zhiren o Daoxian (China). Las fechas que se van obteniendo en las diferentes islas del archipiélago de Indonesia también “envejecen” la presencia de Homo sapiens en el sureste de Asia.

Además, se vuelve a constatar la enorme resistencia de los neandertales ante los intentos de salida de África de las poblaciones de nuestra especie por el Corredor Levantino. Hace al menos 120.000 años pudimos pasar hacia Eurasia por el estrecho de Bab el-Mandeb, en el llamado “cuerno de África”. Ocupamos sin aparente dificultad todo el sur de Asia, cruzando a continuación brazos de mar hacia el continente australiano en un relativamente breve lapso de tiempo. Sin embargo, el paso por el norte fue detenido en el Corredor Levantino a las puertas de Eurasia. Hace solo 40.000 años pudimos pisar por primera vez tierras europeas, tras haber coexistido e hibridado con los neandertales, que impidieron nuestro avance nada menos que durante 80.000 años.

Nos preguntamos si en el sur de Asia las poblaciones de Homo erectus fueron más permisivas y hospitalarias. Tal vez no estaban allí para impedir nuestro viaje, o quizá habían reducido su densidad demográfica. La posibilidad de mestizaje entre Homo sapiens y Homo erectus fue propuesta a raíz de la publicación de los restos del yacimiento de Zhiren, en el sur de China. Pero sin datos genéticos esa evidencia del registro fósil es poco consistente. Faltan yacimientos por explorar para responder al nuevo enigma que nos plantea el estudio de la evolución de nuestra especie.

Fuente: quo.es | 14 de septiembre de 2017