El Museo Arqueológico de Alcoy (Alicante) acoge una muestra de restos óseos humanos que permiten conocer las enfermedades que se sufría en la antigüedad

La muestra está compuesta por catorce paneles explicativos y restos óseos encontrados en Alcoy (Alicante) que escriben la historia de las patologías más comunes en la Prehistoria. Tumores, heridas de arma, lesiones o tradiciones son algunos de los aspectos más reflejados en los huesos estudiados y expuestos a todos los visitantes.

Lo huesos, los antepasados y las enfermedades más comunes de la Prehistoria son el eje principal de la exposición «Cuidar, Guarir, Morir. La malaltia llegida en els ossos». Un paseo por el pasado que pone de manifiesto que algunas de las patologías más sufridas en la actualidad ya lo eran muchos siglos atrás. La muestra, compuesta por varios restos óseos y catorce paneles explicativos, ilustra al visitante las enfermedades que acechaban a las tribus, así como algunas tradiciones que dejaban huella en el cuerpo humano.

El director del museo Arqueológico de Alcoy, Joan Josep Segura, indicaba que la exposición nacía el pasado mes de noviembre tras el congreso de Paleopatología que se realizó en el Museo de la Universidad de Alicante. Un encuentro en el que expertos de ámbito nacional e internacional presentaron una larga lista de conclusiones sobre todas las enfermedades analizadas en los restos óseos.

Durante el congreso, los museos de Elche, Alcoy, Novelda, Crevillente, Villena y otros de la provincia prestaron restos óseos para que los expertos pudieran ilustrar sus conclusiones y así realizar a su vez esta interesante exposición que ha iniciado su andadura en Alcoy y que visitará otros museos de la provincia.

Amplio abanico de patología

Además de la información escrita, lo más interesante se refleja en los restos encontrados en «El Puig» o «El Castellar». En los cráneos hallados se pueden ver tanto afecciones por tradiciones que reportaban malformaciones en el cráneo o muestras de heridas de espada. También se ha podido observar en los análisis que eran comunes las malformaciones craneales por tumores, una patología que todavía acecha al ser humano actual.

Otro de los aspectos reflejados en las muestras halladas son los indicios de canibalismo, restos con señales de haber sido mordidos para el sustento o por venganza. Se han hallado también cantidad de afecciones en las articulaciones y lesiones que demuestran que han sido muy frecuentes en el humano desde la prehistoria.


El director agradeció la dedicación de Mª Paz de Miguel Ibáñez en el montaje de la exposición así como por su dedicación durante más de treinta años al análisis de todos los restos extraídos en las excavaciones realizadas en la ciudad de Alcoy.

Para finalizar, Segura, invitó a todos los ciudadanos y visitantes a disfrutar de esta exposición que estará abierta hasta el 25 de febrero y que es completamente gratuita en el horario del museo.

Fuente: diarioinformacion.com | 25 de diciembre de 2017

Vilafranca (Castellón) desvela dos nuevos hitos para el arte rupestre levantino con 7.000 años de antigüedad

Jabalí de La Ferranda retocado. INÉS DOMINGO

Se llaman L’Abric de la Volta Espessa y l’Abric de la Ferranda. Apenas los separan 20 minutos de camino a pie por el margen del río Monlleó, en el término de Vilafranca (Castellón) y vuelven a situar a la provincia en la élite del arte rupestre mundial. Son los dos yacimientos de este arte prehistórico más importantes que han salido a la luz en la Comunidad Valenciana en los últimos 30 años. Descubiertos en noviembre de 2013 y marzo de 2016, respectivamente, no ha sido hasta hoy cuando se ha desvelado el nombre y la ubicación exacta de ambos abrigos de arte rupestre levantino –declarados BIC desde 1985 y Patrimonio Mundial desde 1998- con pinturas de 7.000 años de antigüedad.

Por cuestiones de seguridad “se había mantenido en secreto su localización. Había mucha expectación a nivel científico, pero hasta que no estuvieran protegidos no podíamos dar nombres. Y ahora lo están”, explica Inés Domingo (izquierda), arqueóloga del ICREA / Universitat de Barcelona y codirectora del proyecto. Ella, junto al otro pilar de la investigación, el también arqueólogo Dídac Román (derecha), han presentado en Castellón los trabajos de cierre de sendos yacimientos, que permiten dar a conocer al público y a la órbita científica internacional los hallazgos. Los dos proyectos han sido promovidos por el ayuntamiento de Vilafranca y financiados por el Ministerio de Cultura.

El contenido de ambos yacimientos los hace únicos. La Ferranda contiene una batida de caza, casi exclusiva en el arte levantino, de una manada completa de jabalíes. Solo hay otro ejemplo, de los más de 1.000 yacimientos que salpican la costa mediterránea, y es el de una batida de caza de ciervos en la Cova dels Cavalls, en el parque castellonense de la Valltorta, de la que este 2017 se ha conmemorado el centenario de su descubrimiento. “Han tenido que pasar cien años entre uno y otro”, apostilla Inés Domingo.

Pinturas encontradas en Vilafranca. INÉS DOMINGO

Por su parte, La Volta Espessa (cuyo nombre se debe al meandro del río donde se levanta el abrigo) reúne doce figuras que incluyen a todas las especies mayoritarias del arte levantino: toros, un ciervo, una cabra y caballos, “y además dos escenas de caza y figuras humanas muy singulares, porque están en posiciones que no son comunes, sin paralelos”, indica la arqueóloga.
Escuchar el relato de Inés Domingo supone un viaje en el tiempo. La descripción que da de los abrigos pincela el modo de vida de la especie humana prehistórica. No obstante, la experta asegura que todavía quedan cabos sueltos.

"Los dos conjuntos hablan de caza, pero lo que seguimos sin saber, y a ello vamos a dedicar ahora nuestros esfuerzos, es si los autores de las pinturas son los últimos cazadores recolectores o los primeros agricultores de la península Ibérica”. Ello ayudaría a “entender por fin” si las figuras representadas están marcando un territorio para defenderse de la llegada de poblaciones foráneas, que serían los agricultores procedentes del Próximo Oriente; o si por el contrario son los primeros agricultores y, por lo tanto, lo que hacen con las pinturas es explorar el nuevo territorio, marcando con este arte zonas de caza o de celebración de ceremonias.

Arquero de La Volta Espessa. INÉS DOMINGO

Para que la balanza se incline hacia una u otra opción, faltan dataciones absolutas. Asegura que no se puede poner fecha a los pigmentos con carbono 14 porque no se conserva materia orgánica. “Hay que esperar a otros métodos de datación; estamos probando con series de uranio-torio para ver si obtenemos dataciones mínimas, pero no tenemos aún resultados”.

A la espera de dar este paso, lo que sí tiene claro el equipo que ha trabajado en sendos abrigos es que "suponen el descubrimiento de arte rupestre levantino más destacado en la Comunidad Valenciana de las últimas tres décadas, por lo menos. Lo son por la cantidad de figuras y escenas representadas, y por la calidad de conservación”, añade Inés Domingo. También porque el hallazgo de "ambos yacimientos llenan un vacío geográfico en esta zona interior, pues se pensaba que sólo estaban los conjuntos de Remigia (en el parque castellonense de la Gassulla-Valltorta) y del Bajo Aragón (Teruel), y estos yacimientos conectan ambos territorios y demuestran que hay un hilo entre los dos, por las similitudes estilísticas”.

Una de las pinturas rupestres halladas en Vilafranca (Castellón)

"La Volta Espessa y La Ferranda enriquecen la oferta cultural en una zona interior cada vez más condenada a la despoblación, y aportan elementos nuevos para atraer un turismo sostenible”, señala la arqueóloga. Para materializar este tipo de visitas, hay que facilitar los accesos. Ambos enclaves están en una zona muy remota, a una hora en coche de Vilafranca y a la que sólo se puede acceder en todoterreno por pistas forestales. El ayuntamiento del municipio está estudiando qué protocolo seguir para que los abrigos puedan visitarse.

Junto a la vertiente turística, la científica prosigue su camino. Ahora le toca el turno a los especialistas en geomorfología para hacer el análisis de los pigmentos, al tiempo que otro equipo internacional asumirá las dataciones. Mientras, y con el interés planetario posado ya en la provincia de la mano de ambos yacimientos, el arte rupestre levantino, patrimonio mundial por la Unesco, clama seguir escalando posiciones. “No lo estamos poniendo a la altura que merece”, concluye Inés Domingo.

Cierre de Volta Espessa.

Fuente: elpais.com| 25 de diciembre de 2017

Las pirámides de Guiza siguen seduciendo 4.500 años después

Las pirámides de Guiza, en Egipto - ABC

El revuelo desatado por el anuncio del supuesto descubrimiento de una cámara en el interior de la Gran Pirámide de Guiza, desmentido por las autoridades egipcias, constata el extraordinario interés que despiertan los secretos del antiguo Egipto

El revuelo desatado por el anuncio del supuesto descubrimiento de una cámara en el interior de la Gran Pirámide de Guiza, desmentido por las autoridades egipcias, ha vuelto a constatar el extraordinario interés que despiertan los secretos del antiguo Egipto y la incesante labor por desvelarlos.

La revista Nature publicó el pasado 2 de noviembre un estudio del proyecto ScanPyramids -que desde 2015 analiza las pirámides con una técnica innovadora- que revelaba la existencia de un «gran hueco» -de más de 8 metros de alto, entre 1 y 2 metros de ancho y 30 metros de largo- en la Pirámide de Keops, conocida como Gran Pirámide. El equipo de científicos -integrado por franceses, egipcios y japoneses- aseguró que ese era el primer descubrimiento en el interior de esta pirámide desde el S.XIX y constituía un «gran avance» para entender su estructura.

Los expertos descubrieron el hueco mediante una radiografía con rayos cósmicos conocidos como «muon» (que se activan cuando partículas subatómicas procedentes del espacio exterior entran en contacto con la atmósfera terrestre), una técnica no invasiva que se está empleando en diferentes ámbitos, sobre todo en la arqueología. Los «muon» presentan diferentes trayectorias cuando penetran en la piedra o atraviesan el aire, lo que permite diferenciar las estructuras sólidas de las cavidades, como la detectada en la Gran Pirámide, ubicada por encima de su principal galería.

La función de la cámara


El equipo de ScanPyramids admitió que, de momento, se desconoce la función de la cámara o hueco, pero destacó en el artículo de Nature que esta era la primera vez que se descubría una estructura en el interior de una pirámide desde el exterior, gracias a la física de partículas. Sin embargo, el Ministerio de Antigüedades egipcio -que colabora con ScanPyramids y le autoriza para analizar el monumento más preciado del país- acusó al equipo investigador de haberse precipitado y de haber usado «términos propagandísticos» en su anuncio, que tomó por sorpresa a las autoridades egipcias.

El Departamento señaló en un comunicado que ya se conocía la existencia de «numerosos huecos» dentro de las tres pirámides de Guiza, por lo que no se podía hablar de hallazgo o descubrimiento. El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, Mustafa Waziri, explicó que «existen muchos huecos, porque no podemos calificarlos de cámaras, pero no sabemos» cuántos ni dónde están localizados, ni para qué servían.

Además, otros dos equipos, uno estadounidense y uno japonés, van a realizar nuevos análisis para corroborar los resultados obtenidos por ScanPyramids, según Waziri. Sin embargo, el arqueólogo consideró que el escaneado de las pirámides «no va a ofrecer la verdadera historia» que se encuentra detrás de estas enigmáticas construcciones.
Monumentos funerarios

La Gran Pirámide -construida en honor a Khufu, segundo faraón de la IV Dinastía que reinó de 2550 a. C. a 2527 a. C. y a quien Herodoto llamó Keops-, junto a las vecinas pirámides de Kefrén y Micerino, son los monumentos funerarios más destacados del Reino Antiguo, levantadas para enterrar y recordar a los reyes a los que deben su nombre.

Su método de construcción sigue siendo un misterio a día de hoy, al igual que muchas otras incógnitas que aún rodean a los antiguos egipcios y que «algún día conoceremos», en opinión de Waziri. «Las pirámides son conocidas por todo el mundo porque son la construcción más compleja, más famosa y más importante de la historia», destaca el secretario.

Además de la pasión por parte de los amantes de la egiptología, los expertos que hagan algún descubrimiento destacado «saben que su nombre estará en la historia para siempre», añade Waziri, explicando de esta forma el gran interés que tienen arqueólogos de todo el mundo en Egipto.

Prueba de ello es la polémica que el británico Nicholas Reeves protagonizó en 2015 tras formular una hipótesis según la cual detrás de la pared norte de la tumba del famoso faraón Tutankamón, en Luxor, habría una cámara en la que estaría enterrada la reina Nefertiti, lo que también generó una expectación desmesurada hasta que las autoridades egipcias lo negaron tras varios exámenes.

Fuente: ABC

Los osos pardos ibéricos no descienden de los huidos del norte en la Edad de Hielo

Tras la última glaciación en Europa Occidental, el sur de Europa pudo ser un refugio para algunas especies de osos llegados del norte, según una hipótesis científica ampliamente aceptada. Sin embargo, estudios recientes han matizado esta idea. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de A Coruña ha reconstruido la dinámica de las poblaciones de úrsidos en la península ibérica.

“Hemos investigado el ADN de las mitocondrias [las ‘fábricas’ de energía celular] de un importante número de muestras de osos actuales, holocenos y pleistocenos, en el contexto europeo, y hemos visto que la teoría de los refugios glaciares, comúnmente aceptada, no funciona para esta especie”, explica a Sinc Aurora Grandal Danglade (izquierda), investigadora de la Universidad de A Coruña y coautora del estudio que publica la revista Historical Biology.

En su trabajo recogieron datos sobre la cronología y el genoma mitocondrial de osos pardos (Ursus arctos) de Europa occidental, añadiendo nuevas secuencias de los actuales del Cantábrico.
“Mediante el estudio de osos actuales, se había visto que los osos pardos del sur de Escandinavia eran del mismo linaje que los ibéricos actuales. Esto dio pie a formular la hipótesis de que la Península habría servido como refugio glaciar a los osos pardos, que al finalizar el último máximo glacial, habrían recolonizado el oeste de Europa desde aquí”, explica Ana García Vázquez, coautora de la investigación.

En el norte de la península ibérica existían tres linajes maternos durante el Pleistoceno: uno más numeroso y otros dos de los que solo se conservan restos de un único individuo de cada grupo. La coexistencia de tres linajes distintos de osos es algo que ocurre, por ejemplo, en Rusia en la actualidad. Sin embargo, en la Península solo existe uno, lo que significa que los otros dos linajes llegaron de zonas muy distantes y no tuvieron continuidad en el tiempo.

Fósil de oso pardo (Ursus arctos) / Ana García Vázquez

Esto implica que el linaje pleistoceno se perdió, y los osos holocenos, después del último máximo glacial, entraron en la península desde alguna zona no identificada –probablemente Francia– y lo hicieron 5.000 años después de haber recolonizado las islas británicas.

“Sería necesario obtener más secuencias mitocondriales de osos de otras regiones de Europa occidental para aclarar si la presencia de estos linajes maternos es casual o, por el contrario, no se encontraron otros representantes debido a la escasez de datos”, puntualiza la científica.

El retraso en la recolonización de la península ibérica podría deberse a las características orográficas de los Pirineos y a la abundante presencia de seres humanos en la entrada natural de la Península. Sin embargo, como no hay continuidad de ninguno de los linajes pleistocenos en el Holoceno, Grandal y su equipo proponen la existencia de un refugio críptico en la Europa continental del Atlántico, “desde donde los osos se expandieron a medida que el hielo retrocedió”, concluye.

Fuente: SINC | 26 de diciembre de 2017

Descubren una extensa red de fortificaciones militares de hace 4.000 años en Siria

Vista, hacia el este, del grosor del muro norte de Qal'at al-Rahiyya. Foto: M.-O. Rousset mission Marges arides

Hace unos 4.000-3.500 años, durante la Edad del Bronce, se levantó un extenso sistema de fortificaciones en una región situada al este de Hama (Siria), de unos 7.000 km². Esta estructura, excepcional en cuanto a su extensión, fue erigida con el fin de proteger las zonas urbanas y sus territorios circundantes.
Las fortificaciones fueron construidas con grandes bloques de basalto en bruto que formaban muros de varios metros de anchura y altura. El sistema defensivo incluía fortalezas, fortines, torres y recintos que corrían a lo largo de las regiones montañosas que dominan las estepas del centro de Siria. Los sitios fortificados estaban ubicados de tal forma que se pudiera establecer un contacto visual entre los mismos, por ejemplo con señales de luz o de humo.

Vista hacia el noroeste que muestra la rampa de acceso situada en Qal'at al-Rahiyya. Foto: M.-O. Rousset mission Marges arides.

Esta extensa red de fortificaciones militares ha sido descubierta por primera vez en el territorio sirio tras el análisis de imágenes aéreas y satelitales por parte de unos investigadores franceses del Laboratoire Archéorient (Environnements et sociétés de l’Orient ancien-CNRS/Université Lumière Lyon 2) y de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, según informó ayer el CNRS de Francia.

La fortificación de Rubba.Foto: B. Geyer mission Marges arides.

Esta red regional probablemente fue construida para defender el territorio, para vigilar y proteger los corredores de transporte y, sobre todo, para proteger las tierras más atractivas. "El acceso a las observaciones aéreas y satelitales, desde 1960 hasta la actualidad, ha hecho posible reconstruir la red más allá de los límites de la zona que se estaba explorando. Así se ha podido detectar una red que se extiende de norte a sur y a lo largo de unos 150 kilómetros", concluye el comunicado del CNRS.

Fuente: National Geographic | 22 de diciembre de 2017

Kozarnika (Bulgaria)

Entrada de la cueva de Kozarnika (Bulgaria). Fuente: Wikipedia.

Hace algunos años tuve la oportunidad de visitar el yacimiento localizado en la cueva de Kozarnika, situada al noroeste de Bulgaria, no lejos de la frontera con Serbia. La ocasión surgió con motivo de dos conferencias en el Instituto Cervantes de Sofía, que nos permitió contactar con los dos únicos equipos de arqueólogos que trabajaban en sendos yacimientos de ese país. Como suele ocurrir entre vecinos muy próximos, los miembros de los dos equipos no tenían una relación fluida. Así que no quedó más remedio que quedar con ellos en días diferentes.

El arqueólogo Nikolay Sirakov lideraba las excavaciones en la cueva de Kozarnika junto con un colega francés. Sus medios eran muy limitados, en un país donde una gran parte de la población había tenido que emigrar. Durante nuestro viaje por carretera (algo más de 200 kilómetros) desde la capital y la pequeña aldea cercana a la cueva fue imposible encontrar un solo lugar para detenernos a tomar un café. Es más, atravesamos una ciudad fantasma, totalmente abandonada tras la desmembración de la Unión Soviética y que en su día fue un lugar próspero dedicado a la minería. Al menos disfrutamos de un paisaje espectacular de montes y bosques vírgenes.


En un valle idílico se abría la entrada, alta y estrecha, de la cueva de Kozarnika. Sirakov nos relató que tiempo atrás había sido utilizada para guardar material bélico. Pero la cueva fue abandonada por los militares y pudieron iniciarse excavaciones. Varios sondeos de pocos metros cuadrados habían permitido llegar hasta los niveles más profundos, que habían proporcionado varias herramientas de piedra de manufactura muy arcaica. Su datación se ha fijado entre 1,4 y 1,6 millones de años por lo que esas esas herramientas representan la evidencia más antigua conocida de la primera ocupación del continente europeo desde la península de Anatolia a través del Bósforo. Si los humanos ya estaban en la República de Georgia, a las puertas de Europa, hace al menos 1,8 millones de años, la ocupación del continente tuvo que suceder muy poco después de esa fecha. Será fascinante conocer algún día el aspecto de aquellos primeros europeos.

Hace más de diez años de aquel viaje y Sirakov ha conseguido algunos logros junto al equipo francés con el que colabora. Se han realizado sondeos escalonados para obtener datos de épocas distintas. En uno de los sondeos, datado entre 128.000±13.000 y 183.000±14.000 años mediante el método de luminiscencia (OSL) se localizó en 2013 un húmero infantil junto a una abundante industria musteriense. Su estudio se publicado en la revista Journal of Human Evolution, en un trabajo liderado por la paleoantropóloga francesa Anne-Marie Tillier. La edad del individuo al que perteneció este húmero, que apenas mide 69 milímetros, se ha estimado entre tres y seis meses después del nacimiento. A pesar de ello, este fósil muestra ya algunos de los caracteres diagnósticos de los neandertales. No es una sorpresa que los neandertales ocuparan el noreste de la península balcánica, pero resulta interesante encontrar restos de la especie en una zona muy poco explorada por falta de recursos.


Radio infantil recuperado en la cueva de Kozarnika. Fuente: Journal of Human Evolution

Esta región fue lugar de paso de todas las poblaciones que colonizaron Europa, y la cueva de Kozarnika se encuentra en el lugar oportuno. Quizá tengamos ocasión de escuchar con más frecuencia este nombre por futuros hallazgos, y cabe desear que se lleve a cabo una exploración arqueológica intensa de todo este territorio, que tiene muchas claves para conocer la naturaleza de las diferentes entradas de grupos humanos en Europa occidental.

Fuente: quo.es | 19 de diciembre de 2017