Descubren antigua y extraordinaria iglesia sumergida en un lago de Turquía


Sumergida en el lago Iznik, en Turquía, un arqueólogo identificó las ruinas de la antigua iglesia que buscó durante años.

“Cuando vi por primera vez las imágenes del lago, me sorprendió mucho ver una estructura de iglesia tan clara“, dijo Mustafa Sahin, jefe de arqueología de la Universidad de Bursa Uludağ, según cita Live Science el 5 de septiembre.

El arqueólogo buscaba los vestigios desde el año 2006, y con las fotografías las fotografías aéreas que le habían mostrado unos topógrafos en 2014 identificó su objetivo, sumergido 3 metros en el agua, y a unos 50 metros de la orilla del lago, hasta el cual llega la ciudad de Iznik.

La iglesia sumergida

La planta de la iglesia sumergida.

La construcción fue destruida en el año 740 d.C. por un terremoto, y se hundió luego en el lecho que la ocultó durante 1.274 años. Los especialistas creen que se trata de la basílica erigida en el año 390, cuando la ciudad se conocía como Nicea, y era parte del Imperio Romano.
Posiblemente fue dedicada a San Neófito, ejecutado por los romanos en el año 303 d.C., siendo emperador Diocleciano.

Representación del Concilio de Nicea, en el año 325 d.C.

Por su parte el emperador Constantino convocó en Nicea el primer concilio de líderes de la iglesia, en el año 325, para promoverla por todo su imperio.

Los vestigios se encuentran a solo 50 metros de la ciudad.

Los hallazgos

Desde el 2015 los arqueólogos han excavado alrededor del área sumergida, encontrando varias tumbas humanas, en las cuales también habían monedas de la época.
Dado que algunas de las monedas y los fragmentos de una antigua lámpara, hallados en el lugar, aluden a una estructura más antigua surge la posibilidad de que bajo la iglesia se halle otro templo.“¿Podría este templo estar debajo de los restos de la basílica?“, se cuestionó el jefe del equipo de arqueología que investiga el caso.
Monedas halladas en el templo sumergido de Iznik.

El templo anterior

Sahin sostiene que la basílica se debe haber edificado sobre las ruinas de un templo anterior dedicado a Apolo, dios grecorromano del Sol, que se asociaba a Jesús en los primeros tiempos del cristianismo.
La suposición se basa en registros romanos que cuentan que el emperador Commodus construyó un templo en honor al dios Apolo en Nicea, fuera de sus fortificaciones, durante su reinado entre los años 180 y 192 d. C.

El museo futuro

Las autoridades locales, lideradas por el alcalde de la ciudad de Bursa, Alinur Aktas, gestionan la creación del primer museo arqueológico subacuático de Turquía, procurando que el tesoro de Iznik no se disperse.

De aprobarse los planos, la construcción se empezaría este año y para el 2019 estaría abriendo sus puertas al público.

Fuente: bles.com | 7 de septiembre de 2018

Tres pequeños colgantes con una cruz cristiana pueden reescribir la historia de los vikingos

Un equipo de arqueólogos ha encontrado tres colgantes de plomo con la cruz cristiana que datan del año 800 d.C. El hallazgo ha tenido lugar en un asentamiento vikingo de Riba (Dinamarca), lo que hace pensar que los primeros cristianos se hicieron un hueco en la sociedad danesa varias generaciones antes de lo que se pensaba, publica Danish Radio.

"Esto es algo nuevo en la historia del cristianismo en Dinamarca. Estamos acostumbrados a pensar que fue Harald Bluetooth el que cristianizó a los daneses hacia el año 960 d.C., pero esto demuestra ahora que los habitantes de Riba llevaban amuletos cristianos 150 años antes", explica Soren Sindbek (izquierda), profesor de la Universidad de Aarhus, hecho que calificó de "sensacional".

Los tres amuletos que el equipo de arqueólogos ha encontrado están decorados con cruces en forma de equis, también conocidas como cruces de San Andrés y presentes, por ejemplo, en la bandera de Escocia y en el emblema de la Armada rusa.

Sindbek explica en Danish Radio que este tipo de cruz era muy común en aquellos años. Sobre todo en los territorios que hoy en día ocupan Francia y Alemania, ya cristianizados en aquel entonces. "Sin embargo, se cree que el pueblo danés todavía adoraba a los dioses de la mitología nórdica", puntualiza. De ahí que el hallazgo pueda acabar reescribiendo la historia de los daneses.
Los amuletos se encontraron en lo que entonces era una forja. El equipo de arqueólogos incluso ha encontrado los moldes con los que se hicieron los colgantes de plomo, lo que sugiere que los daneses producían tales amuletos cristianos en grandes cantidades y, por tanto, el cristianismo ya contaba con un gran número de seguidores.

"Esto es una señal de que los cristianos estuvieron aquí, en Riba, y que quizás incluso dirigieron una misión cristiana por lo menos una generación antes de lo que pensamos. Este hallazgo es anterior al misionero San Óscar, también conocido como Ansgar o apóstol del Norte, cuya misión, como sabemos, comenzó en la década de 820 d.C.", explica Sindbek.

¿Por qué los amuletos son de plomo y no de oro o de algún metal precioso? Sobre todo, teniendo en cuenta que estos son muy comunes en la joyería vikinga. "Que sean de plomo está relacionado con la simbología cristiana. El día del juicio final, uno no podía llevar bisutería ostentosa que pudiese denotar riqueza o vanidad", explica el profesor.

Los amuletos son aún más antiguos que el crucifijo vikingo descubierto casi por casualidad en abril de 2016 por un aficionado con un detector de metales (derecha). La cruz de oro macizo que muestra a Jesús con los brazos abiertos pueden ser el crucifijo más antiguo que se ha encontrado en Dinamarca.

Durante los últimos 14 años, el equipo de arqueólogos de la Universidad de Aarhus se ha aliado con investigadores del Museo del Suroeste de Jutlandia para repasar la historia antigua de Riba, antaño la capital vikinga de lo que hoy es Dinamarca.

Fuente: mundo.sputniknews.com | 22 de septiembre de 2018

Ardales: reválida neandertal

Pedro Cantalejo (a la derecha), junto a otros arqueólogos, en plena investigación sobre las pinturas rupestres de la Cueva de Ardales. / JAVIER FLORES


El contenido de la investigación publicada el pasado mes de febrero en la revista Science proponía nada menos que un cambio de paradigma en la historiografía del arte en Europa desde su raíz. Una nueva datación realizada en una serie de cuevas prehistóricas de España y Francia retrasaba hasta hace 65.000 años el nacimiento del arte rupestre y atribuía la autoría de las muestras analizadas a los neandertales que precedieron al Homo sapiens en el continente. Es decir, por una parte se retrasaba la aparición de las pinturas analizadas hasta 20.000 años en el tiempo y, por otra, se otorgaba al neandertal, extinguido hace 30.000, un protagonismo de primer orden en lo relativo a la creación artística, la abstracción y el pensamiento simbólico.

Las tres cuevas españolas incluidas en la investigación fueron las de Maltravieso (Cáceres), La Pasiega (Cantabria) y la malagueña de Ardales, convertidas en objeto de estudio por un equipo multidisciplinar de expertos asociados a instituciones científicas como el Instituto Max Planck (Alemania), el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, las universidades británicas de Southampton y de Durham, además de la de Lisboa y las españolas de Alcalá, Barcelona, Isabel I (Burgos) y Cádiz.

La cuestión es que el método empleado, el Uranio-Torio, establece sus dataciones a partir de la desintegración radiactiva del uranio presente en las costras de calcita asociada a las pinturas y permite situar el origen registros inorgánicos de hasta 120.000 años de antigüedad frente a, por ejemplo, los 50.000 a los que puede remontarse el Carbono 14 (aplicable sólo a restos orgánicos); al mismo tiempo, sin embargo, la metodología despierta aún suspicacias entre algunos expertos que la consideran fiable únicamente en determinadas condiciones, por lo que, apenas publicarse aquella investigación, no faltaron críticos que, cuanto menos, pedían prudencia.

El último ha sido el director del Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón, quien acaba de publicar un artículo también en Science en el que sostiene que cuando la técnica se aplica, como es el caso, en muestras pequeñas o costras muy finas de granitos de calcita "es muy difícil tener fiabilidad en la muestra" por varios motivos. Ontañón, en declaraciones recogidas ayer por Efe, sostiene que, por lo tanto, es más que probable que las pinturas no sean tan antiguas. Sin embargo, curiosamente, donde sí hay un mayor grado de fiabilidad es en Ardales. Y esto podría contribuir a que la cueva malagueña cobrara una mayor singularidad como cuna real del arte.

En su análisis, Ontañón revisa los factores de corrección aplicados por el físico del Instituto Max Planck, D. L. Hoffmann, y concluye que hay una elevada probabilidad de que las pinturas no sean tan antiguas como se estableció, "casi con total seguridad en La Pasiega y muy probablemente en Maltravieso".

Sin embargo, en el caso de Ardales, "la fiabilidad de las fechas es mucho mayor". Pero quien termina de disipar las dudas es el director del yacimiento de la Cueva de Ardales, Pedro Cantalejo (izquierda), quien reveló ayer a Málaga Hoy que las pinturas han sido sometidas a una nueva datación con la misma técnica y que los datos arrojados son exactamente los mismos: "Hemos repetido las mediciones y, según los resultados, los primeros eventos relacionados con el arte rupestre en la cueva tuvieron lugar hace entre 63.000 y 64.000 años, por lo que sin más remedio son de origen neandertal. El segundo evento se remonta a hace 45.000 años, el tercero a 36.000, el cuarto a 25.000 y a partir de aquí se suceden otros en una línea que termina hace 14.000 años".

De esta forma, el descubrimiento presentado en febrero queda confirmado punto por punto.
"Hablamos de un sistema de medición que podría datar elementos en un abanico de entre 40.000 y hasta 250.000 años. ¿Cuál es el problema? Parece que no hay ninguno". Según Cantalejo, si la investigación de la Cueva de Ardales ofrece mayor fiabilidad es, de hecho, "porque quienes hicieron las mediciones aquí fueron directamente los técnicos del Instituto Max Planck, la mayor autoridad mundial en este tipo de investigaciones científicas".

Y recuerda que el artículo publicado ahora en Science "no es en sí una investigación, sino una valoración. La única manera de refutar los datos obtenidos en la primera medición sería hacer otra en los mismos términos que arrojara datos distintos. Pues bien, la hemos hecho y resulta que son los mismos".

Para Cantalejo, no hay duda: "El origen del arte europeo está aquí. Cerca de África, no en el norte". Mal que les pese a algunos.

Fuente: granadahoy.com | 22 de septiembre de 2018

Hallan en la playa de La Isla de Mazarrón (Murcia) unas 500 piezas de ánforas y platos fenicios

La alcaldesa observa una de las piezas. / AYUNTAMIENTO

Casi una veintena de estudiantes del curso de Arqueología Subacuática de la Universidad de Murcia (UMU), que por cuarto año consecutivo lleva realizando prospecciones en el entorno de la Isla de Adentro, han hallado cerca de 500 fragmentos de ánforas, platos y cuencos de finales del siglo VII y principios del VI a.C. Los alumnos que componen el equipo de investigación son de distintos puntos de España, aunque también se encuentran estudiantes de Italia, Inglaterra, Francia, Polonia y Argelia.
La alcaldesa, Alicia Jiménez, comprobó esta semana la buena marcha de las prospecciones llevadas a cabo en un curso, que comenzó el pasado día 9 y que finalizará mañana. «Los estudiantes han encontrado incluso restos de un huevo de avestruz», explica la regidora. Jiménez destaca «la doble función que cumple este curso a través de la docencia y la investigación que aportan las prospecciones. Mediante ellas, se aprecia la riqueza que muestra Mazarrón y su proyección como punto de referencia en la arqueología fenicia».


Los alumnos cumplen a lo largo de estos días varios objetivos: la formación en buceo técnico aplicado a la arqueología, los estudios de arqueología subacuática en los que se enseñan técnicas de prospección, sondeos, dibujo subacuático y fotogrametría, y la prospección del entorno de la isla de Adentro, en la playa de La Isla. El objetivo es comprender la importancia de este punto en la época fenicia.

Los alumnos fueron coordinados por los arqueólogos Juan Pinedo, José Lajara, María Martínez, Helena Jiménez y José Javier Martínez, así como por los instructores de buceo técnico Jesús Cremades y José Manuel Babarro.
«El curso, que cada año es un éxito, se lanza a nivel nacional e internacional, ya que hay muy poca oferta sobre arqueología subacuática. Además, Mazarrón es un lugar que reúne grandes características para esta formación, dado que son numerosos los restos fenicios que se han encontrado a lo largo de los años en La Isla», puntualiza la alcaldesa.

Más descubrimientos

«Participan unas veinte personas, que realizan excavaciones subacuáticas. Los alumnos aprenden diversas técnicas para llevar a cabo este tipo de tareas. Y lo mejor es que cada año se descubren más restos arqueológicos de la época fenicia en la playa de La Isla», añade Jiménez. Una vez halladas esas piezas, apuntan desde el Consistorio, se tratan. Las más valiosas se exponen al público en la Factoría Romana de Salazones.

Este proyecto se lleva a cabo cada año gracias a la colaboración del Club de Buceo del Sureste Bachisub y es desarrollado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, la Fundación Cajamurcia, el Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía de la Universidad de Murcia (CEPOAT), la Federación de Actividades Subacuáticas de la Región, ArqueoMar, Nido Robotics, Casco Antiguo, la Universidad Politécnica de Cartagena y el Club de Regatas.

Fuente: laverdad.es | 22 de septiembre de 2018

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El proyecto Mazarrón Fenicio, único en el mundo, rescata del fondo del mar las huellas de esta civilización


Arqueólogos submarinos durante una prospección. CEPOAT

Los despertadores suenan a las seis y media de la mañana. Tras el desayuno en el comedor, los alumnos de la Escuela de Arqueología Subacuática del CEPOAT(Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía) se dirigen al Centro de Buceo del Sureste donde recogen y preparan los equipos de inmersión. Ya es de día sobre el Puerto de Mazarrón cuando el barco navega hacia la Isla de Adentro, a unos 300 metros de la costa. El objetivo: rescatar del fondo marino nuevos testimonios del pasado fenicio de este lugar. Tesoros que llevan más de 2.500 años olvidados bajo la arena y en los que está escrita nuestra historia.

Desde que se inició el proyecto hace cuatro años, los estudiantes han extraído más de 500 fragmentos de cerámica fenicia, tanto de mesa como de almacenamiento, datados entre los siglos VI y VIII a.C.

Vasija fenicia hallada en el fondo marino. CEPOAT

En este tiempo, además de españoles han pasado por aquí estudiantes de Francia, Inglaterra, Argelia, Polonia, Chile o Malasia. Una cincuentena en total.
“Vienen atraídos por la oportunidad de conocer la época fenicia”, explica Juan Pinedo, arqueólogo submarino con treinta años de experiencia y director de la investigación de la Isla de Adentro: “Este es uno de los pocos puntos del Mediterráneo donde se puede trabajar con la arqueología subacuática de esta civilización”.

Un hallazgo extraordinario

El fondo marino de Mazarrón es un lugar privilegiado para la arqueología subacuática: rico en restos árabes, romanos y, lo que lo hace más especial, fenicios, viene siendo prospectado y sondeado desde hace décadas. Con todo, los investigadores no descartan nuevos hallazgos que arrojen luz sobre la presencia de los fenicios, los grandes comerciantes y marinos del Mediterráneo, en estas costas.
“Al principio de todo salíamos a buscar con una Zodiac y un compresor, no había nada todavía”, recuerda Juan Pinedo.

En 1988, un temporal impidió al equipo de arqueólogos del que Juan era miembro ir a bucear a su zona habitual de trabajo, en el litoral de Mazarrón, así que “para aprovechar el día” decidieron buscar en la Playa de la Isla, donde estaban alojados.

Y tanto que lo aprovecharon, al poco empezaron a encontrar restos de cerámica que identificaron como fenicia. Con el tiempo, se documentarían más de 8.000 piezas, incluida una rara punta de lanza de la Edad del Bronce. Pero lo mejor estaba por llegar: Un año después, en 1989, aparecieron la quilla y cuatro cuadernas de una embarcación fenicia de cabotaje del siglo VII a.C: La primera descubierta en el Mediterráneo.

Colgante fenicio de oro en forma de punta de flecha hallado en 2017. CEPOAT

Durante milenios, había permanecido oculta bajo el agua y la tierra, pero la construcción del nuevo puerto deportivo había cambiado las corrientes de la playa y éstas, poco a poco, se fueron llevando la arena hasta desvelar el pecio.

Éste, bautizado como Mazarrón I, estaba a dos metros y medio de profundidad y a unos cincuenta de la orilla. Una capa de posidonia muerta lo había sellado herméticamente, evitando que los siglos lo destruyeran.

Punta de flecha

Los alumnos del curso de Prospección y Estudio de Arqueología Subacuática se sumergen en las aguas poco profundas con sus bombonas y neoprenos con la expectativa de desenterrar algún tesoro. Bucean por una zona donde los campos de posidonia se alternan con la arena. Una colorida y viva fauna marina los envuelve mientras trabajan.

La actual excavación se encuentra a unos 400 metros de donde fueron hallados los pecios. “El objetivo del curso”, explica Juan, “es ver si en este entorno fuera de la Playa de la Isla hubo también actividad fenicia”.

La gran cantidad de restos cerámicos que están apareciendo en esta campaña parece indicar que sí. Se trata principalmente de ánforas, platos, cuencos. No se descartan hallazgos mayores en el futuro.

Alumnos del curso de Prospección y Estudio de Arqueología Subacuática. PEDRO CAÑAMERO

En la campaña anterior, los predecesores de estos mismos estudiantes sacaron a la luz el famoso colgante de oro con forma de punta de flecha: “Una pieza que tuvo que pertenecer a un miembro de la aristocracia”, explica José Javier Martínez García, investigador del CEPOAT.

El hecho de que los fenicios enterrasen a sus muertos con sus objetos de valor puede apuntar a la posibilidad de que hubiese una necrópolis cerca. “Y si hubo necrópolis, hubo asentamiento”, afirma José Javier.

Aunque esto es sólo hipótesis, sería un descubrimiento revelador el que los fenicios no sólo viniesen a estas tierras a comerciar, sino que, además, se hubiesen establecido en ellas.

Otro sorprendente descubrimiento

En 1994, se produjo un descubrimiento aún más impresionante que el Mazarrón I: Un pecio (al que bautizaron como Mazarrón II) de ocho metros de eslora que se convirtió de inmediato en el barco antiguo más completo hallado hasta esa fecha. Se conserva incluso el ancla.
Tanto Mazarrón I como Mazarrón II son embarcaciones lagunares para pequeñas distancias. No podrían atravesar el Mediterráneo. Este sí sería el caso del pecio fenicio Bajo la Campana, de quince metros de eslora, que naufragó con su precioso cargamento de colmillos de elefante, plomo, cobre, estaño, obsidiana del Báltico y hasta una cama de bronce frente al Mar Menor.
Este tesoro, cuya extracción codirigió Juan, estaba destinado a ser pago de impuestos, pero terminó durmiendo casi tres milenios bajo el mar. Ahora puede contemplarse en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (ARQUA).
También Mazarrón I está en el museo. Mazarrón II permanece bajo un sarcófago protector metálico en el lugar donde fue hallado.

Paraíso de arqueólogos submarinos

Durante toda la mañana suena la motobomba de succión instalada en el barco. Enfrente, se alza la Isla de Adentro, con su minúscula playa. Hoy habitada sólo por las gaviotas, también allí han aparecido numerosos restos de cerámica fenicia.
Los buzos concentran su atención en el tercer estrato del suelo marino, que se corresponde con la época en que los fenicios surcaron estas aguas. Aplican las mangas de succión con la esperanza de que surja algún objeto.

“Es más fácil excavar aquí que en tierra porque no hay construcciones, tan sólo estratigrafía”, comenta Pinedo desde la embarcación.
Previamente, han dividido el área de estudio en parcelas con hilo amarillo para organizar la búsqueda: “Si no, bajo el agua te pierdes, te desorientas”.

Durante los dos primeros años se llevó a cabo la prospección, consistente en la localización de formas, sin excavar. El año pasado se inició la fase de sondeo, que prosigue este verano. El proyecto Mazarrón Fenicio lo organiza la UMU en colaboración con la Concejalía de Patrimonio Histórico de Mazarrón.

“Este es un lugar ideal para aprender arqueología submarina”, explica Juan. “Hay poca profundidad, el fondo es arenoso y se está al abrigo de las corrientes”.

Una floreciente civilización de comerciantes

Con “fenicios” se referían los griegos del siglo IX al VII a.C. a las ciudades-estado que florecieron en la costa de las actuales Siria y Líbano: Tiro, Sidón, Biblos…

Isla de Adentro, bajo cuyas aguas se encuentran los restos fenicios. PEDRO CAÑAMERO

Pueblo por excelencia de navegantes y comerciantes, nunca se caracterizaron por un afán conquistador. Se dedicaron antes a la fundación de enclaves que sirviesen de base a sus negocios (la lujosísima púrpura, por ejemplo) que a la fundación de colonias. Su red comercial abarcaba todo el Mediterráneo y hasta la fachada atlántica del actual Marruecos. Desembarcaron en Inglaterra y se beneficiaron de rutas que llegaban a los mares Negro y Rojo y los golfos Pérsico y de Arabia.

Así fue hasta que perdieron definitivamente su independencia en el 332 a.C., cuando Tiro fue tomada por Alejandro Magno. A la Península Ibérica vinieron atraídos por las minas, principalmente el oro, el plomo y la plata. “Ya entonces Mazarrón y Águilas eran territorio minero”, relata Pinedo.
Los fenicios ofrecían a los autóctonos objetos manufacturados, a menudo procedentes de Egipto, a cambio de los codiciados metales. El trueque era el procedimiento. Con estas materias primas, los fenicios pagaban impuestos a los grandes imperios del norte de África, egipcios y asirios primordialmente, quienes, a cambio de estos elevados tributos, les permitían establecerse en sus territorios.

“Los cartagineses, los romanos… todos vinieron aquí por las minas”, relata Juan.
De toda aquella afanosa actividad que duró siglos hoy nos queda como único testimonio el cargamento de litargirio para la minería de plata de Mazarrón II. Estos restos bastan, sin embargo, para reconstruir el pasado: “Un barco hundido es un día fosilizado en la historia”, concluye el arqueólogo submarino.

Otro paisaje

A las 13.00 los alumnos vuelven a la embarcación comentando las anécdotas del día. Hoy no ha habido mucha suerte, pero en otras jornadas los hallazgos van a ser cuantiosos. Por la tarde asistirán a una sesión teórica.

El barco regresa a puerto. El paisaje de apartamentos al que se acercan no tiene nada que ver con el que contemplaron los fenicios en el siglo VII a.C. Entonces, lo que hoy es tierra eran islotes y una laguna salada. Allí se movían barcos de cabotaje, construidos con una técnica mixta que sumaba la experiencia fenicia a la de la población autóctona.

Sin duda, en próximos años sabremos más sobre cómo fue aquel mundo, hoy perdido.

Fuente: eldiario.es | 22 de septiembre de 2018

Nueva campaña de excavación en Tamajón (Guadalajara)

Desde el 31 de agosto hasta el 7 de septiembre se ha desarrollado la II campaña de excavación en los yacimientos del karst de Tamajón, (Guadalajara), que dirigen Nohemí Sala y Adrián Pablos, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
Los trabajos de excavación se han desarrollado principalmente en un yacimiento, desconocido hasta ahora, denominado Abrigo de la Malia. En este abrigo calizo se han recuperado restos óseos de animales y herramientas líticas propias del periodo Paleolítico superior, cultura asociada a las primeras poblaciones de Homo sapiens.

Los análisis y estudios que se llevarán a cabo, a partir de ahora, arrojarán luz sobre el poblamiento del interior de la Península Ibérica por los primeros representantes de nuestra especie, conocidos como cromañones, de los que se tiene muy poca información en esta región.

Estos prometedores resultados, animan a los investigadores a plantear nuevas campañas de excavación en la zona para obtener más información sobre este periodo.

Colaboraciones
Esta Campaña se enmarca en un proyecto de investigación y excavación titulado "Estudio del Paleolítico Medio, del Paleolítico Superior y el Calcolítico en los yacimientos del karst de Tamajón (Guadalajara), co-financiado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha y por el CENIEH.

Además ha contado con la colaboración de investigadores y estudiantes de diferentes instituciones (UAH, UPV-EHU, Centro mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos, UCM e IPHES), grupo espeleológico Abismo, ayuntamiento de Tamajón y entidades locales.

Fuente: cenieh.es | 14 de septiembre de 2018

VI Campaña de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Ambrona (Soria)

Yacimiento paleolítico de Ambrona

Durante este verano se ha desarrollado la VI Campaña de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Ambrona (Soria), liderada por Joaquín Panera y Susana Rubio-Jara, del Centro Nacional de Investigación sobre la evolución Humana (CENIEH), con la participación de Manuel Santonja, en la que se han continuado los trabajos de excavación de niveles fechados en unos 350.000 años, que contienen uno de los conjuntos de herramientas de Paleolítico Medio más antiguos de Europa.
En esta campaña, que cuenta con financiación de la Junta de Castilla y León, también se ha abordado la excavación de los niveles más antiguos del yacimiento, que podrían haberse depositado hace 500.000 años, en los que se ha hallado utensilios del Paleolítico Inferior, en concreto achelenses, junto a vertebras, costillas y molares de elefante, Elephas (Palaeoloxodon) antiquus, entre los que destacan molares de individuos infantiles y el fragmento de una punta de defensa.


Restos de Elephas (Palaeoloxodon) antiquus y de industria lítica Achelense en los niveles más antiguos de Ambrona (ca. 400.000 años).

Estos extremos distales de marfil se han hallado en muy pocos yacimientos del Pleistoceno Medio en Europa. Sin embargo, en Ambrona se han identificado varias docenas de ellas. Lo que permitió a principios del siglo XX al Marqués de Cerralbo y posteriormente a C. Howell y L. Freeman plantear que los “cazadores achelenses” fracturaron y acondicionaban puntas de defensas de elefantes para enmangar a un astil de madera, produciendo utensilios de hueso en serie, lo que se consideraba una innovación del Paleolítico Superior.

Otros investigadores plantearon que son elementos naturales que se producen en las luchas entre elefantes, o al buscar agua o alimentos. “Aunque en análisis recientes no se han hallado evidencias de su modificación antrópica, podría haber otros restos óseos transformados por humanos, lo que vuelve a proporcionar a Ambrona un papel protagonista en un debate clave respecto al comportamiento de los grupos humanos anteriores a nuestra especie”, señala Susana Rubio.

Yacimiento de Torralba

Además este año se ha retomado la excavación en Torralba, un yacimiento a sólo 2,5 kilómetros de Ambrona, con industria de tipo Achelense de unos 250.000 años de antigüedad. El hecho de que los niveles de Ambrona con utensilios de Paleolítico Medio se depositaran hace unos 350.000 años, permite plantear que en estos dos yacimientos hubo una alternancia entre industrias achelenses, de origen africano, e industrias Paleolítico Medio, desarrolladas en Europa, que no se ha documentado en otras zonas.

“Por tanto, durante la segunda mitad del Pleistoceno Medio pudieron haber coexistido en Europa distintos grupos humanos, unos procedentes de África y otros propios de Europa, con distintas tecnologías y comportamientos”, señala Joaquín Panera.

Fuente: dicyt.com | 21 de septiembre de 2018