¿Cómo era el tiempo durante la época neandertal en Cantabria?

Recreación de un entorno neandertal.


Investigadores de la Universidad de Cantabria (UC) y del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), liderados por Ana B. Marín-Arroyo han llevado a cabo una nueva metodología de análisis para reconstruir las condiciones paleoclimáticas y paleoambientales en el momento de la extinción de los neandertales en la Región Cantábrica.
El método consiste en medir los valores de isótopos estables de carbono, nitrógeno y azufre presentes en el colágeno óseo de ciervos y caballos, animales que fueron consumidos en la dieta por neandertales y Homo sapiens, ha informado la UC en un comunicado.

Los resultados obtenidos, a partir de esta novedosa técnica, han permitido reconstruir las condiciones ambientales locales entre hace unos 50.000 y 25.000 años. Así, los valores de carbono reflejan un cambio climático hacia una vegetación más abierta, con poca presencia de árboles, indicando periodos fríos y secos, justo después de la desaparición de los neandertales.
Además, según explica Marín-Arroyo, "los valores de nitrógeno y azufren señalan que los animales eran cazados en áreas isotópicamente diferentes, sugiriendo la existencia de territorios de caza amplios en los que se explotan distintos tipos de paisajes".

Igualmente, su estudio piloto señala que, si bien las fluctuaciones climáticas continentales afectaron a la zona de estudio, lo hicieron de forma atenuada, probablemente debido a la particular orografía de la región.

Según la investigadora, futuros estudios permitirán conocer con mayor detalle las fluctuaciones climáticas en esta región y cómo afectaron a las estrategias de subsistencia adoptadas por las últimas poblaciones neandertales y así poder entender cuáles fueron las causas de su declive.

MOTIVOS DE LA EXTINCIÓN

Tras más de 200.000 años de existencia en Eurasia, los neandertales se extinguieron hace unos 42.000 años, según apuntan todos los estudios al respecto, que mantienen las hipótesis de que dicha extinción podría haber sido producida por la llegada de nuestra especie (Homo sapiens) al continente europeo hace 47.000 años y la inestabilidad climática en ese periodo.

Los datos climáticos obtenidos a partir de los sondeos de las masas de hielos de Groenlandia indican que en Europa se produjeron fuertes y rápidos contrastes de temperatura. Sin embargo, aún no se sabe cómo esas oscilaciones afectaron a escala local.

De ahí que sea tan relevante conocer esos cambios a escala local, explican los investigadores, puesto que son los que afectaron a los ecosistemas de los que obtenían sus recursos las comunidades neandertales.

Por ello, investigaciones como las desarrolladas por los científicos de la UC y el IIIPC para reconstruir las condiciones paleoclimáticas y paleoambientales durante la transición entre el Paleolítico Medio y Superior, momento en que los neandertales se extinguen y son reemplazados por nuestra especie, son tan importantes.

Y, precisamente, según dicen, uno de los lugares privilegiados para estudiar este hecho, "tan relevante" para la evolución humana, es la Región Cantábrica donde existen multitud de evidencias arqueológicas de ocupaciones de los últimos grupos de neandertales y primeros Homo sapiens europeos.

Fuente: cadenaser.com | 4 de octubre de 2018

Hallan en Montemayor (Córdoba) los restos de un impresionante carro íbero de gran valor histórico

Momento en el que se descubrió el carro íbero en Montemayor

El hallazgo arqueológico en Montemayor (Córdoba) es espectacular. Lo dice Javier Moralejo quien dirige el proyecto que coordina la Universidad Autónoma de Madrid y el departamento de Prehistoria y Arqueología de esta universidad dirigido por Fernando Quesada y que cuenta con fondos del ayuntamiento de esta localidad, un municipio de menos de 4.000 habitantes a unos 40 kilómetros de la capital cordobesa. “Es uno de esos sueños que un arqueólogo quiere ver cumplir en su vida”.

El proyecto, que empezó el pasado 24 de septiembre su fase de trabajo de campo por lo que podría deparar nuevas sorpresas, pretende documentar los enfrentamientos bélicos entre las tropas de Julio César y las de los hijos de Pompeyo en la segunda mitad del siglo I antes de Cristo. Allí se libraron “según los textos clásicos, algunas de las más enconadas batallas y asedios de la Guerra Civil romana”. Pero el carro, es la hipótesis con la que trabajan, es previo, de la cultura íbera.

Tres de las ruedas de carro en proceso de consolidacion. / CADENA SER

El municipio de Montemayor se identifica “sin lugar a dudas” con la ciudad de Vlía, fiel a la causa cesariana, pero parece que el carro que se ha encontrado no corresponde a esta etapa concreta: “Con toda la cautela y siendo una hipótesis aún, podría ser de la fase inicial de la cultura Ibérica, probablemente de finales del siglo V o principios del siglo IV antes de Cristo”. De hecho, probablemente se ubique en la tumba de una persona de muy alto rango de la Cultura Ibérica (ss. VI-I a.C.).
Las ruedas, las cuatro y de hierro, se han encontrado “casi enteras (llantas, forro de la pina y de los radios, bocines, todo en lámina de hierro forjado y remachado) en un estado de conservación excepcional”. El carro, desmontado, parece haber sido cuidadosamente colocado, capa por capa, junto con restos muy fragmentados de huesos calcinados y cenizas, y el conjunto fue cubierto con cantos rodados del propio nivel geológico del cerro. Es probable que esta tumba o depósito de ofrenda forme parte de una de las necrópolis de la antigua ciudad ibérica, muchas de ellas saqueadas y destruidas por expolio durante años, según informan los investigadores.

Proyectiles de artillería romana / CADENA SER


Proyectiles de honda en plomo. / CADENA SER


Restos del yugo en bronce, timon y atalaje del carro iberico / CADENA SER

El hallazgo “no es nada frecuente, es espectacular” y para calibrar su importancia podría compararse –por ser un tipo de carro similar- con “las ruedas de la Cámara de Toya (Jaén) o de las necrópolis de Baza y del Mirador de Rolando (Granada), fechadas en torno al s. IV a.C., aunque las ruedas de Montemayor están mucho más completas y parecen de factura más compleja”.

Otros elementos relacionados con el carro también se han hallado, lo que permitirá entender mejor su importancia. El hallazgo se ha realizado con detectores de metales, a tan solo medio metro de profundidad, aunque al ser un lugar donde se ubicaba una cantera se intuye que “el terreno se había desmontado por lo menos en un metro por lo que la profundidad original del hallazgo sería de metro y medio”. Es “relativamente poco”, reconoce Moralejo, que en una entrevista en Hoy por Hoy Córdoba, habla también de la emoción del equipo al descubrir este elemento.

“Siempre tratamos de enfriar los ánimos, la paciencia es la mejor consejera de nuestra profesión, pero la emoción ha sido muy destacable para el equipo”. El proyecto está siendo un éxito por la cantidad de material de las legiones romanas recuperadas en la franja norte de Montemayor, lugar “objeto de numerosos saqueos por parte de excavadores furtivos cuyas depredaciones han dañado seriamente el patrimonio histórico local”.



Además del carro, ya se han localizado con precisión varias docenas de proyectiles de honda (glandes) en plomo, proyectiles de artillería romanos en forma de pesados virotes de hierro, puntas de flecha, clavos de botas militares romanas (caligae), monedas romanas e indígenas de la zona y otros cientos de objetos, lo que no sólo puede considerarse prometedor, sino un verdadero éxito que aporta datos nuevos a las campañas de César en Andalucía y ayuda a confirmar la identidad del municipio de Vlia.

Fuente: cadenaser.com | 5 de octubre de 2018

El misterioso sacerdote egipcio de Cádiz que crea interrogantes a los científicos

Sacerdote de Cádiz, expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (Álvaro Anula Pulido)

Conservado en el Museo Arqueológico Nacional, esta figurilla podría demostrar el contacto peninsular con la civilización egipcia

En uno de los transitados pasillos de la primera planta del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, una pequeña estatua observa detenidamente a todos los turistas y visitantes que pasan de largo. Se trata del sacerdote de Cádiz, que desde su hieratismo busca a alguien que quiera adentrarse en su historia.

La estatuilla de pequeño tamaño, hecha de bronce y oro,  fue hallada en 1928 mientras se construía el edificio de Telefónica en Cádiz. Rápidamente fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional, ya que se pensaba que era la representación de un sacerdote fenicio que demostraba la existencua de un templo dedicado a Melkart en Cádiz. Sin embargo, todo se fue por los suelos cuando los arqueólogos se dieron cuenta que en realidad era una estatuilla del dios egipcio Ptah, creando una verdadera revolución entre la comunidad científica española.

Ptah es el dios de aquellos que trabajan el metal, material muy relacionado con Cádiz en la Antigüedad. Es aquí donde los estudiosos no se ponen de acuerdo: algunos defienden que es una copia propia de comerciante como eran los fenicios; otros, como el historiador Javier Jiménez Ávila, que defiende de forma revolucionaria los contactos orientalizantes entre la Península Ibérica y la civilización egipcia.

Vía: Columna Cero

Ledumahadi: el nuevo dinosaurio gigante del Jurásico encontrado en Sudáfrica

Reconstrucción artística de Ledumahadi mafube. Crédito: Viktor Radermacher

Se llama ‘trueno gigante al amanecer’ en el idioma sesotho. Ledumahadi mafube, la nueva especie de sauropodomorfo gigante sudafricano, es un pariente del brontosaurio de hace 200 millones de años. El fósil cuenta una historia fascinante no solo de su vida, sino también de la geografía de su lugar de residencia y la evolución de los saurópodos.

En la provincia de Free State de Sudáfrica han hallado un nuevo espécimen de dinosaurio denominado Ledumahadi mafube. Se trata de un pariente cercano del afamado brontosaurio, que caminó a cuatro patas, anticipando el estilo de locomoción perfeccionado por este.

Su nombre proviene de uno de los 11 idiomas oficiales de Sudáfrica, el sesotho. Significa ‘trueno gigante al amanecer’.

Este dinosaurio, que se alimentaba de plantas, se remonta mucho más atrás que sus parientes en el pasado prehistórico del primer Jurásico.

“Nos muestra que incluso hace 200 millones de años, estos animales ya se habían convertido en los vertebrados más grandes que alguna vez caminaron sobre la Tierra”, dice Jonah Choiniere de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica, institución que lidera la investigación, publicada en la revista Current Biology.

Choiniere explica que vio por primera vez el espécimen después de que su estudiante y primer autor del trabajo, Blair McPhee, le mostrase los huesos en 2012, poco después de que Choiniere se mudara a Sudáfrica.

“¡Blair me dijo lo importante que creía que era y hasta me mostró que algunos de sus huesos sobresalían aún de las rocas en el campo!”, recuerda. Juntos, ellos y un equipo de científicos comenzaron a excavar el esqueleto durante un período de años.

Ledumahadi era el doble de grande que un gran elefante africano

Era obvio que Ledumahadi era bastante grande. Los investigadores estiman que era el animal terrestre de mayor tamaño que existía en la Tierra cuando vivía. El espécimen descubierto representaba un adulto de unos 14 años de edad. Lo más probable es que pesara alrededor de 12 toneladas y que tuviera una altura de 4 metros desde la cadera.

“Su nombre refleja el gran tamaño del animal, así como el hecho de que su linaje apareció en los orígenes de los dinosaurios saurópodos. Honra la herencia reciente y antigua del sur de África”, apunta Choiniere.

“Lo primero que me llamó la atención de este animal es la increíble robustez de los huesos de las extremidades”, dice McPhee. “Era de un tamaño similar al de los gigantescos dinosaurios saurópodos, pero mientras que las extremidades de esos animales son bastante esbeltos, los de Ledumahadi son increíblemente gruesos. Para mí, esto indicaba que el camino hacia el gigantismo en los sauropodomorfos no era nada sencillo, y que la forma en que estos animales resolvieron problemas habituales de la vida, como comer y moverse, fue mucho más dinámica dentro del grupo de lo que se pensaba anteriormente”, añade.

La evolución cuadrúpeda de los dinosaurios

Conocer la biología de estos animales extintos es extremadamente difícil. Para determinar si caminó a dos patas como sus antepasados o cuatro, los investigadores tuvieron que desarrollar un método que usa las medidas de los animales actuales. El método consistió en calcular el grosor de las extremidades de Ledumahadi para inferir su peso y la cantidad de extremidades que ese peso tenía que haber soportado.

El equipo también demostró que muchos parientes anteriores a los saurópodos se ponían a cuatro patas y que esta postura corporal evolucionó más de una vez. Además, apareció antes de lo que los científicos pensaban.

“Muchos dinosaurios gigantes caminaron sobre cuatro patas pero tuvieron ancestros que lo hacían sobre dos. Los científicos quieren saber más sobre ese cambio evolutivo, pero sorprendentemente, a nadie se le ocurrió un método simple para contar cómo caminaba cada dinosaurio, hasta ahora”, asegura Roger Benson, de la Universidad de Oxford (Reino Unido).

Al analizar el tejido óseo del fósil, Jennifer Botha-Brink, del Museo Nacional Sudafricano en Bloemfontein estableció la edad del animal: “Podemos observar a través de su microestructura ósea fosilizada que el animal creció rápidamente hasta la edad adulta. Los anillos de crecimiento depositados anualmente en la periferia muestran que la tasa de crecimiento había disminuido sustancialmente en el momento de su muerte”. Esto indica que el animal había llegado a la época adulta.

Una Especie En Época De Transición

Con el estudio de los tejidos óseos se demostró también que Ledumahadi representa una etapa de transición entre estos dos grupos principales de dinosaurios.

“La evolución de los saurópodos no es tan sencilla como pensábamos. De hecho, parece que los sauropodomorfos evolucionaron posturas de cuatro patas al menos dos veces antes de que pudieran caminar con las extremidades erectas, lo que indudablemente los ayudó a ser tan exitosos en un sentido evolutivo”, declara Choiniere.

En términos más generales, los resultados muestran que millones de años antes de que el tiranosaurio o el velociraptor aparecieran en el hemisferio norte, “había un próspero ecosistema de dinosaurios aquí en Sudáfrica, en el fondo del mundo, con gigantes de 12 toneladas como Ledumahadi, diminutos carnívoros como el Megapnosaurus, los primeros mamíferos, algunas de las primeras tortugas y muchos otros”, concluye.

Vía Sinc

Dos estudios de dientes fósiles muestran las profundas raíces de los neandertales en Europa

Espesor del esmalte en el 'Homo antecessor' en comparación con el del neandertal y el hombre moderno. La variación del grosor topográfico está representada por una escala de pseudo color que va desde más delgado (azul oscuro) al más grueso (rojo). NEA = neandertal (Krapina D165) y MH = humano moderno de origen europeo (o = oclusal, l = lingual). Martín-Francés et al. 2018.

Un equipo internacional de investigadores ha dado a conocer hoy en la revista PLOS One sendos estudios (aquí y aquí) de dientes fósiles que aportan, de forma independiente, evidencia sólida a favor de las raíces profundas de los neandertales en Europa.

En uno de ellos se ha descubierto que, hace cerca de un millón de años, el Homo antecessor presenta una serie de características en cuanto a la distribución de los tejidos dentales que se consideran típicas de los neandertales. El segundo trabajo avala que, en torno a hace 450.000 años, existe una dentición plenamente neandertal tanto en la distribución de los tejidos como en la morfología, lo que ratificaría la idea de que los neandertales son un linaje de origen antiguo que se separó de la genealogía sapiens bastante antes del medio millón de años.

Así lo explica a DiCYT María Martinón Torres (izquierda), directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y coautora de ambos estudios, quien detalla que, hasta el momento, la población de los homininos de la Sima de los Huesos (Atapuerca), de hace unos 430.000 años, representaba la población más antigua con rasgos claramente neandertales. Algunos miembros de la comunidad científica encontraban este hallazgo sorprendente, pues opinaban que la Sima de los Huesos era "demasiado antigua" para presentar rasgos tan neandertales.

Ahora, el estudio de un conjunto de siete dientes hallados en dos yacimientos italianos contemporáneos a la Sima de los Huesos (Fontana Ranuccio -en el centro de Italia- y Visogliano -en el noreste del país italiano-), confirma que las características propiamente neandertales de la dentición tienen una antigüedad de, al menos, 450.000 años.


El equipo, encabezado por Clément Zan Visoglianoolli (derecha), de la Universidad Toulouse III Paul Sabatier (Francia), ha utilizado la microtomografía computarizada (microCT), una técnica basada en rayos X que permite la visualización, reconstrucción y análisis 2D y 3D, de las estructuras internas dentales como la cavidad pulpar o la dentina, el tejido que está por debajo del esmalte. Se trata de un método no destructivo que aporta a los investigadores información adicional, por ejemplo, sobre las variaciones en la forma y el grosor de los tejidos de los dientes y cómo se distribuyen, y son útiles para determinar a qué especie perteneció un fósil (taxonomía) y cuál es su relación con otros homininos (filogenia).

“Tanto en la forma como en la distribución de los tejidos dentales, estos dientes presentan características típicas de los neandertales y otras poblaciones del Pleistoceno Medio, como la de la Sima de los Huesos, y son claramente diferentes de los humanos modernos”, subraya Martinón Torres, quien añade que esto indica que la separación entre el linaje neandertal y el de los humanos modernos “tuvo que ser necesariamente anterior a la antigüedad de estos yacimientos”.

Pero no todas las poblaciones de esta cronología presentan el mismo grado de similitud con los neandertales, advierten los investigadores. El análisis de los homininos hallados en Arago (Francia), con una antigüedad similar a la de Sima de los Huesos, Fontana Ranuccio y Visogliano, revela que su dentición era más primitiva. Y otras poblaciones de cronologías similares, como Ceprano (Italia) o Mala Balanica (Serbia) no presentan ningún rasgo neandertal. “Todo ello apunta a la posibilidad de que durante el Pleistoceno Medio, Europa estuviese habitada por al menos dos genealogías diferentes, una que está relacionada con los neandertales, y otra más primitiva, quizá una superviviente tardía de los primeros habitantes de Europa”, sugiere la directora del CENIEH.

Representación basada en microtomografía de las muestras de dientes de Fontana Ranuccio (FR1R y FR2) y Visogliano (Vis. 1-Vis. 6). El esmalte está en azul, la dentina en amarillo.

Primeras características neandertales

El segundo trabajo, cuya primera autora es Laura Martín Francés (izquierda), de la Universidad de Burdeos (Francia), analiza el grosor y la distribución de los tejidos dentales de los molares de la especie Homo antecessor, hallada en el yacimiento de Gran Dolina (Atapuerca). Con unos 860.000 años de antigüedad, esta colección representa a los habitantes más antiguos del continente europeo y se propuso en el año 1997 como el mejor candidato a último ancestro común de humanos modernos y neandertales.

El estudio concluye que Homo antecessor presenta características primitivas, en línea con su antigüedad, así como un esmalte dental relativamente grueso, como la mayoría de los homininos excepto los neandertales. Sin embargo, y es el principal hallazgo del trabajo, “en algunos rasgos relacionados con la forma en que se distribuye el esmalte en la corona, ‘Homo antecessor’ presenta rasgos que se consideran típicos y exclusivos de los neandertales”, lo que muestra que algunas de las características típicas neandertales “se originaron hace ya cerca del millón de años”, precisa Martinón Torres.

Fuente: dicyt.com | 3 de octubre de 2018

Los hallazgos en dos cuevas de Málaga que “cambiarían los manuales de Prehistoria”

Investigadores del Instituto Max Planck tomando muestras (Cueva de Ardales)

Las sociedades neandertales, dentro de la etapa prehistórica de hace más de 40.000 años, habitaban en el centro de Europa, Oriente Medio y Asia. En España, los hallazgos se concentran en el norte –entre ellos Asturias, País Vasco, los Pirineos y los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca-, pero no son los únicos que cuentan con descubrimientos de estas poblaciones.

La Cueva de Ardales y la Sima de las Palomas, situadas en los municipios de Ardales y Teba (Málaga), a 16 kilómetros entre ellas, se encuentran en proceso de excavaciones en sus niveles más profundos. Durante 36 años, los investigadores han hallado figuras realizadas por los Homo sapiens –entre 40.000 y 11.000 años de antigüedad- y, en niveles inferiores estos últimos años, elementos artísticos que corresponden con poblaciones más antiguas.

Hasta ahora, se desconocía a ciencia cierta la cronología de estos elementos. Sin embargo, las nuevas tecnologías de los últimos años permiten datarlos de forma más concreta y esclarecer las poblaciones que vivían resguardadas en las cuevas del sur de Andalucía, convirtiéndolas en recintos culturales. A la espera de los resultados en los próximos meses, muchas de estas formas artísticas ya han sido datadas a poblaciones previas a los sapiens: los neandertales.

“Tenemos algo que es muy importante: las cronologías de las excavaciones y las del arte coinciden, y es la primera vez que esto ocurre en una cueva”, asegura Pedro Cantalejo (izquierda), director del Patrimonio y de la Cueva de Ardales. “Son sincrónicas, no solo las cuevas sirvieron como refugio, sino que se convirtieron en recintos culturales. No es un arte bonito de imágenes representadas, sino que es un arte de manchas, de puntuaciones, de triángulos…”, añade.

El director afirma que en la Cueva de Ardales encontraron nuevos elementos que debían ser cronológicamente anteriores, pero que no habían podido datarlos hasta ahora “sin tener disponibles nuevas herramientas tecnológicas, que te dicen cosas que antes no podían”, y que podrían influir en las formas de entender la Prehistoria en los últimos años. “Tenemos más de mil dibujos de época prehistórica –destaca-, de caballos, de ciervos…, donde en niveles inferiores había manchas y símbolos de más de 40.000 años, pero hasta ahora no teníamos herramientas ni laboratorios para fechar estas pinturas más antiguas”.


Elemento hallado en un techo (Universidad de Cádiz)

Polémica sobre las dataciones tras un artículo

Un artículo de una revista científica concluía que los nuevos elementos hallados no estaban bien datados y que no son tan antiguos –65-63.000 años- como se pensaba, dando a entender que fueron hechos por poblaciones más recientes de Homo sapiens.

Tras la publicación, Cantalejo comenta a La Vanguardia que el artículo “no es un trabajo científico, sino una reflexión” que dice que las pinturas neandertales no lo son, pero que se trata de una opinión al no tener un “segundo análisis que contraponer”, necesario para cualquier estudio científico. “Otra cosa distinta es que en este territorio hubiese primeras poblaciones de Homo sapiens hace 65.000 años, pero creemos que era una zona totalmente integrada en los neandertales”.

Por su parte, José Ramos Muñoz (izquierda), catedrático de Prehistoria en la Universidad de Cádiz y codirector de los trabajos, secunda que el debate se ha generado porque "las dataciones rompen el paradigma del arte rupestre”, y por ello el artículo considera que eran de “hombres más modernos, de entorno a 40.000 años”.

“La opinión de la revista científica es un intento de atacar, y eso ha pasado siempre, como en Atapuerca”, afirma Cantalejo. El director comenta que “lo tenían previsto”, por lo que la institución de Max Planck –un centro arqueológico internacional puntero en este tipo de descubrimientos de genética humana- había hecho un contranálisis y volvió a datar los eventos que se produjeron entre 65.000 y 45.000 años, “ratificando esas fechas”.
Respecto a la polémica generada, Cantalejo asegura que tienen “datos científicos presentados y publicados que no han cuadrado a muchas personas. Somos la periferia, a mil kilómetros de donde se ‘cuece’ el Paleolítico –norte de España-, y nuestros análisis contienen unos datos que obstruyen algunas investigaciones”, determina.

El catedrático de Prehistoria José Ramos Muñoz comenta que tienen “mucha seguridad, por el prestigio del equipo, y por la homogeneidad de los elementos que se dan”. “Esto plantea otras preguntas, como si realmente esto es arte, aunque como mínimo son manifestaciones gráficas humanas que muestran capacidades cognitivas: son puntos, rayas, manchas… muy definidas”, añade.
Ejemplo análisis de datación de uranio-thorio en una muestra (Universidad de Cádiz).

Resume que hay dos series de pinturas: unas datadas de 63.000 a -65.000 años y otra serie más joven pero bastante homogénea de 45.000 a 48.000 años. “Todo esto cambiaría los manuales de Prehistoria universales”, revela.

“Hemos excavado y se confirma todo: sale ocre en los niveles de Paleolítico Medio. Se han tomado nuevas muestras de datación y tecnología lítica –piedras y herramientas-, que son raederas y lascas llevallois -técnica típica del Paleolítico Medio- y nuevas evidencias de ocre, que confirman una presencia de neandertales muy destacada”, enumera el catedrático y codirector a este medio.
El equipo de investigación también trabaja con África Pitarch (izquierda), geóloga y experta en ocres, donde Ramos cuenta que han analizado los mismos puntos que en los estudios de uranio-thorio –técnica utilizada en dataciones absolutas- para tomar muestras del oxido de hierro, la materia prima con la que pintaban estas poblaciones, en los niveles de 65.000 a 63.000 años.

Pero lo interesante para el catedrático y codirector, es que "en los niveles arqueológicos de aproximadamente 58.000 años hay también ocre, y hemos tomado muestras en estas semanas de los dos registros: el ocre como mineral y el de las pinturas. Pensamos que, en el análisis de contrastación, esta va a ser la prueba irrefutable”, revela.

El proyecto inicial comenzó hace 36 años, pero para excavar con normalidad en diversos elementos –de entre 80.000 y 40.000 años- decidieron contactar con el museo de Neanderthal (Mettman, Alemania) al tratarse del principal grupo de investigadores especialistas del Paleolítico Medio.
En el último proyecto que han iniciado en 2011, Ramos cuenta a este medio que en la denominada zona 3 de la Cueva de Ardales residen elementos de un contexto musteriense –perteneciente al Paleolítico Medio- donde se muestra “la tecnología y modos de vida de los neandertales, que confirmarían arqueológicamente su presencia en Ardales”.


Imagen de una de las raederas encontradas (Cueva de Ardales)

“La arqueología no tiene nada que ver con la antropología –aclara el director de la cueva-. El problema es que (las personas) hemos creado una barrera en la mente entre las especies cronológicas: nadie sabe a ciencia cierta, en ese territorio cronológico entre 50.000 y 40.000 años, de verdad de quién estamos hablando –entre neandertales y sapiens-”.

En el proyecto hispano-alemán, los expertos tomaron muestras en el año 2017 y se han vuelto a tomar este año en la Cueva de Ardales. Ahora están “esperando los resultados, afirma Ramos. “El problema también era económico, ya que analizar este tipo de muestras es muy caro. En este sentido, el museo de Neanderthal ha empezado una nueva línea mundial sobre ocupaciones previas a los 'Homo sapiens' y firmaron en 2014 un convenio con el Instituto Max Planck para las tareas de datación cronológica en conexión con la arqueología”, desvela Cantalejo.

Zona de excavación de sedimentos (Cueva de Ardales).

Un posible paso en el Estrecho de Gibraltar

El equipo está liderado por la Universidad de Cádiz y el museo de Neanderthal, con Dirck Hoffman -físico de Max Planck especializado en el estudio con uranio-thorio- y la codirección del catedrático José Ramos y del director del museo de Neanderthal y profesor de la Universidad de Colonia, Gerd Christian Weniger, en los trabajos.

También cuenta con miembros como Marcos García –profesor de la Univesidad Isabel I de Burgos- y Pedro Cantalejo, quien afirma que también colaboran 14 universidades y cuatro países que “seguiremos investigando” en líneas de estudios de las ciencias del Cuaternario.

Galería con Arte Figurativo descubierta en 1918 por Henri Breuil (Cueva de Ardales).

Los investigadores también trabajan en el norte de África, entre Tánger y Tetuán, donde Ramos comenta que existen grandes similitudes con las tecnologías del sur de Europa: “Por ello planteamos la hipótesis de un posible paso en el Estrecho de Gibraltar. De hecho las dataciones son muy curiosas, siempre en el norte de África son más antiguas que en Iberia. Van a venir grandes cambios en los estudios prehistóricos”, incide.

Con respecto a las Cueva de Ardales y la Sima de las Palomas, Ramos adelanta que “la investigación sigue y estamos en excavación todavía”, puntualizando que están en el cuarto año del proyecto de la Junta de Andalucía y ahora se encaminarán a la “elaboración de la memoria y de nuevas publicaciones en revistas internacionales”. Como arqueólogos, el catedrático resalta que “sometemos todo a contrastación”, y piensan que los resultados de los datos podrán quedar validados en pocos meses.

Fuente: lavanguardia.com| 3 de septiembre de 2018