Egipto descubre la tumba de un supervisor de la momificación de hace cuatro milenios

El enterramiento hallado en Luxor. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES EGIPCIO

Thaw-Irkhet-If fue hace cuatro mil años supervisor de la momificación en el santuario consagrado a la diosa Mut en el inmenso templo de Karnak, en las arenas de la antigua Tebas. La huella de su vida de ultratumba ha resurgido este sábado en una necrópolis de nobles que aún guarda enigmas.
"La misión descubrió la tumba de Thaw-Irkhet-If tras retirar 300 metros cúbicos de escombros", explica Mustafa al Waziri, secretario general del consejo supremo de antigüedades y director de la expedición egipcia que durante cinco meses ha horadado la oquedad en busca del hallazgo, anunciado con los fastos habituales.


Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, habla en el interior de la tumba recién descubierta en la Necrópolis de Assassif.

El enterramiento cavado en la roca -que data del imperio Medio, entre 2050 y 1710 a.C.- se hallaba hasta ahora oculto en el laberinto de la necrópolis de altos funcionarios de la corte faraónica de Asasif, a un tiro de piedra del popular templo de Hatshepsut (1478-1458 a.C.), en la orilla occidental de la actual Luxor, a 600 kilómetros al sur de El Cairo.

Arqueólogos egipcios trabajan en la restauración de la entrada a la tumba recién descubierta.

Los muros de la sepultura aún albergan coloridos pasajes que retratan la vida de su propietario en compañía de otros miembros de su familia. Entre ellos, su esposa Kharousekhmet-Nefret, que fue cantora de Amón Ra. Una mirada indiscreta a la existencia de un funcionario que transitó el santuario de la gran diosa Mut -compañera de Amón y madre del dios lunar Jonsu-, uno de los cuatro recintos que conforman el vasto templo de Karnak.

El culto a Mut -con apariencia de leona- adquirió verdaderamente importancia en el imperio Nuevo. La deidad, integrante del círculo de las diosas peligrosas, fue al mismo tiempo esposa, madre e hija de Amón. Fue, asimismo, el tercer miembro de la tríada tebana, la mujer que trajo de nuevo el "udyat" o tercer ojo. Un personaje del panteón egipcio al que sirvió Thaw-Irkhet-If.

Uno de los sarcófagos descubiertos en la necrópolis de Assassif, en Luxor.


Un técnico examina uno de los sarcófagos de madera negra hallado. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES EGIPCIO.

Dos sarcófagos en buen estado

En las entrañas de la que fue un día su sepultura, reutilizada tiempo después, el equipo ha hallado dos sarcófagos "con sendas momias en buen estado de conservación", indica el ministro de Antigüedades Jaled el Anani, impresionado por su "magnificencia". Los ataúdes, de época tardía, son antropomorfos y fueron tallados en madera negra con detalles formidables como los ojos e incrustaciones en dorado.

El ministro de Antigüedades egipcio Khaled El-Enany comparece frente al templo funerario de la reina Hatshepsut.

Su interior ha arrojado luz, además, sobre la identidad de ambos finados. Uno de ellos es Padiset y el otro alberga los restos de su hija, llamada Nesmutamu, que fue cantora de Amón. La tumba contenía un pequeño tesoro: dos estatuas de madera, cinco coloridas máscaras, un papiro con el capítulo 125 del Libro de los Muertos, esqueletos y una colección de un millar de ushabtis -figurillas funerarias colocadas en las tumbas del Antiguo Egipto con la creencia de que sus espíritus trabajarían para el difunto en la otra vida- en madera, fayenza (cerámica con un acabado vítreo) y arcilla.

Algunos de los 'ushabtis' hallados en Luxor. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES EGIPCIO.

En las inmediaciones de la oquedad, la misión se ha topado con la entrada a otro tumba, la TT28, que pertenecía a un hombre llamado Huri. El ministro ha asistido, además, a la apertura de un sarcófago intacto descubierto a principios de este mes por una expedición gala de la universidad de Estrasburgo y el Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO).

Una ceremonia mágica que ha desvelado la momia bien preservada y envuelta en lino de una mujer llamada Thuya. De momento, el único dato es que la difunta vivió durante la dinastía XVIII (1549 - 1292 a.C). Junto a los otros individuos rescatados este sábado, se someterá a una riguroso examen. Un radiografía en busca de achaques y secretos con cuatro milenios de antigüedad.

Fuente: elmundo.es | huffingtonpost.es | 24 de noviembre de 2018

Analizan con drones la superficie de Las Médulas, a fin de estudiar el sistema de extracción de oro de los romanos

Detalle del paisaje de Las Médulas, León.

Investigadores de cuatro universidades españolas (Cantabria, Salamanca, Castilla-La Mancha y Complutense de Madrid), han combinado la tecnología láser con los drones para estudiar la zona en donde fue extraído el oro en la época del imperio romano en el noroeste de España. Este área corresponde a la zona de Las Médulas de León, en donde se concentra el mayor complejo de minas de oro de toda Europa.

Bajo la vegetación y los cultivos del valle del Eria, en León, se esconde un entramado minero creado por los romanos hace dos mil años para extraer oro, además de complejas obras hidráulicas, como la desviación de ríos, para llevar el agua hasta las explotaciones del preciado mineral.

El paraje leonés de Las Médulas está considerado la mayor mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano, pero la búsqueda de este metal precioso se extendió también a decenas de kilómetros al sureste, hasta el valle del río Eria.

Gracias a un sistema láser denominado Light Detection and Ranging (LiDAR), acoplado en un avión, se han detectado las antiguas labores mineras en esta zona y el complejo sistema hidráulico que los romanos usaban en el siglo I a. C. para extraer el oro, incluyendo canales, embalses y el desvío de dos ríos.

El estudio ha sido publicado en la revista Minerals y es uno de los mayores realizados con la técnica de los drones sobre la minería aurífera de esa zona. La superficie escaneada corresponde a una extensión de cerca de 40 estadios de fútbol y se han analizado siete escenarios o elementos principales asociados a la extracción del oro, como canales, estanques y murias (montones de cantos) en la sierra leonesa del Teleno.


Con estos modelos 3D se ha aportado información adicional sobre los elementos mineros analizados en el complejo hidráulico romano, así como en los estanques en donde se almacenaba el agua que después se suministraba por los canales hacia las principales minas.

“Gracias a los drones tenemos un modelo digital del terreno para obtener buenas medidas del mismo”, destacan los autores. “Por ejemplo, podemos analizar las pendientes de los canales, algo que hasta ahora no se había podido realizar de forma precisa debido a la ausencia de un modelo fiel de la representación de la superficie terrestre” ha comentado uno de los investigadores.
Con este trabajo, los investigadores también han proporcionado una herramienta de alto valor educativo y de divulgación, además de sus importantes implicaciones para preservar el patrimonio minero, en peligro de desaparición debido al paso del tiempo e interferencia con las actividades humanas en la zona. La metodología también ha facilitado la labor de los geólogos a la hora de proporcionar a la administración nuevos medios que pongan en valor los restos de minería aurífera en toda la provincia de León.

Además, los modelos proporcionan réplicas exactas a escala de los distintos elementos y pueden ser de gran utilidad en centros de interpretación para mostrar al público cómo los romanos desarrollaban las labores mineras hace 2000 años.


Fuente: periodistas-es.com | 25 de noviembre de 2018

El pasado remoto de Cova Eirós (Lugo) se revisa desde Oxford

Un laboratorio de la Universidad de Oxford analiza muestras de fósiles desenterradas en las excavaciones realizadas el pasado verano en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós -en Triacastela, Lugo- con el fin de determinar con la mayor exactitud posible la antigüedad de las últimas poblaciones neandertales de la gruta.

Estos análisis se realizan con un método conocido como ultrafiltración, que en los últimos años ha permitido afinar considerablemente las dataciones de los yacimientos prehistóricos. Eso es lo que pretenden los responsables del proyecto en el que se encuadran las excavaciones de Cova Eirós-coordinado por la Universidade de Santiago-, ya que el nivel arqueológico en el que se centra actualmente la investigación corresponde a una época para que resulta muy complicado obtener fechas más o menos precisas.

Según explica Arturo de Lombera (izquierda), codirector de las excavaciones, en la última campaña se terminó de explorar el llamado nivel arqueológico 3, al que se asigna una edad aproximada de entre 40.000 y 45.000 años.

«El problema es que los 40.000 años marcan habitualmente el límite de las dataciones por carbono 14», señala. Hasta hace algún tiempo -añade- no era posible averiguar con este método la edad de los restos orgánicos que tienen más de cuarenta milenios. Pero el sistema de ultrafiltración permite retroceder más en el tiempo y obtener fechas que superan incluso los 50.000 años. Con este método, desarrollado en Oxford por un equipo dirigido por el arqueólogo Thomas Higham, se han podido revisar y mejorar las dataciones de diversos yacimientos neandertales, como el de la cueva asturiana de El Sidrón, al que ahora se asigna una antigüedad de 49.000 años.

Época de transición

Los investigadores del yacimiento de Triacastela confían que este método permita precisar también la antigüedad real del nivel 3, que se considera de especial interés por corresponder teóricamente a la época en la que los neandertales de la península Ibérica empezaron a ser reemplazados por el Homo sapiens. «Para reconstruir lo que sucedió en el noroeste de la península en ese período de transición entre las dos especies necesitamos datar los materiales hallados en Cova Eirós con la mayor precisión que sea posible y esperamos que eso pueda hacerse con el método de la ultrafiltración», apunta De Lombera.


Para llevar a cabo estas nuevas dataciones se utilizan algunos de los numerosos fósiles de animales desenterrados en la cueva en la última campaña, entre los que se encuentran algunos especialmente bien conservados. Si se consigue precisar la antigüedad de estos restos biológicos se podrá saber cuándo fueron fabricadas las herramientas líticas de tecnología neandertal que aparecieron en el mismo nivel arqueológico.

Los resultados de los análisis que se efectúan actualmente en el laboratorio de Oxford tardarán un tiempo en conocerse. «A veces hay que esperar hasta un año», señala Arturo de Lombera. «Pero esperamos que este sistema de datación, más fiable que los que se utilizaban anteriormente, nos permita tener una visión más exacta de los neandertales de Cova Eirós», agrega.

Un método que ha cambiado la visión del Paleolítico

El sistema de ultrafiltración permite reducir la contaminación biológica de los fósiles que se emplean para realizar dataciones por carbono 14, que a menudo «rejuvenece» estos restos y los hace parecer más recientes de lo que en realidad son. Esta técnica, según indica Arturo de Lombera, se ha ido generalizando en los últimos ocho años en la investigación del Paleolítico.
En el 2014, la revista Nature publicó un estudio realizado con el método de la ultrafiltración sobre fósiles procedentes de unos cuarenta lugares repartidos por toda Europa. En la investigación se corrigieron las fechas que se habían asignado anteriormente a estos yacimientos, con lo que ahora se considera más probable que los primeros Homo sapiens que colonizaron el continente conviviesen con los neandertales durante un largo período de tiempo, de unos 5.000 años.

Origen de las materias primas

Entre las investigaciones que realizan actualmente con los materiales arqueológicos recuperados en Cova Eirós figura una sobre el origen de las materias primas utilizadas por los antiguos habitantes de la cueva para fabricar herramientas de piedra. Los investigadores ya descubrieron que algunas piezas de cuarcita halladas en el yacimiento fueron extraídas de cantos rodados recogidos en un radio de unos cinco kilómetros en torno a la gruta. Ahora se intenta descubrir la procedencia de otros materiales que según todos los indicios llegaron de más lejos. Los cauces de los ríos Sarria y Navia son algunos de los lugares en los que se cree que los neandertales pudieron obtener estos minerales.

Fuente: lavozdegalicia.es | 26 de noviembre de 2018

Un cazatesoros descubre con un detector de metales restos de un carro celta funerario en Gales

Esta decoración de bronce y esmalte habría sido usada por los caballos del carro. Foto por Mike Smith

El galés Mike Smith lleva treinta años realizando prospecciones con un detector de metales al sur de Pembrokeshire, en Gales, Reino Unido. Siempre las llevaba a cabo en la misma zona, pero la gran cantidad de agua caída en febrero, anegó ese terreno y este cazador de tesoros tuvo que buscarse otro.
Al poco tiempo, Smith encontraba lo que en un primer momento pensó que era un broche medieval. Para contrastar sus primeras impresiones, envió varias imágenes por correo electrónico a un especialista que le contó que la pieza pertenecía a un arnés de caballo celta del año 600 antes de Cristo.

Anilla que habría guiado las riendas del carro (Imagen: Mike Smith).

En excavaciones posteriores se fueron encontrando otras piezas como varias bridas de bronce. Tras estos hallazgos, el Museo Arqueológico Dyfed de Gales comenzó una investigación en la que se halló la parte superior de dos ruedas de un carro. «Suelen aparecer echas polvo. Pero estas estaban intactas. Podrían haber tenido sostenido al jefe o incluso la reina», narra Smith a la BBC.

Representación artística de un carro celta de la Edad del Hierro.


Cadenas de la brida de un caballo. Foto pot Mike Smith.

El diente de un poni encontrado al lado de los citados fragmentos de brida ayudó a confirmar el descubrimiento. En total, fueron hallados 35 trozos de bronce esmaltado. «Y debajo del carro hay todavía la anomalía metálica de tres metros. Podrían ser armas o un tesoro».

Este ritual de enterramiento de hace 2.500 años estaba reservado para los altos mandos, que eran enterrados con sus carros, caballos, aperos y hasta sus armas. A pesar de que han sido documentados por toda Europa, en el Reino Unido se circunscribían en la zona noreste de Inglaterra.

Un accesorio de brida con decoración celta encontrado en el campo (Imagen: Mike Smith)

Por ello, este descubrimiento puede ser el primero de su categoría encontrado en Gales, y puede enlazar con esta cultura antigua de ritos de funerarios compartidos. De hecho, el radar mostró también un patrón de zanjas y muros enterrados, lo que indica que allí podría haber un gran asentamiento celta de la Edad de Hierro desconocido hasta el momento y que, posiblemente, sea mayor que Castell Henllys, un importante yacimiento arqueológico en Pembrokeshire, de acuerdo con Western Telegraph.

Las excavaciones preliminares revelaron la parte superior de un par de ruedas de carro celta. Foto por Mike Smith.

Se ha dado protección legal al enclave, cuya localización exacta permanece en secreto, y el Museo Arqueológico ha anunciado que se va a llevar a cabo una excavación más extensa el año que viene.

El Fondo Arqueológico Dyfed y el Museo Nacional de Gales fueron traídos para ayudar al Sr. Smith (centro de la imagen) con la excavación. Foto por Mike Smith.

Fuentes: abc.es | dailymail.co.uk | walesonline.co.uk | 23 de noviembre de 2018

El clima, no los ancestros humanos, culpable de las antiguas extinciones de mamíferos en África

Ilustración: los 'Hippopotamus gorgops' eran más grandes que los hipopótamos modernos, alcanzando longitudes de 4,3 m.

Existe una teoría, ampliamente extendida, de que antes de que el Homo sapiens hiciera su flamante aparición en África, hace unos 300.000 años, nuestros ancestros fabricantes de herramientas ya habían hecho un daño considerable en la fauna que explotaban para sobrevivir. Su intervención podía explicar la extraña desaparición de grandes mamíferos en el continente madre en los últimos millones de años. De esta forma, el género Homo parecía unido a la devastación prácticamente desde que fue capaz de lanzar o tallar una piedra.

Sin embargo, una nueva investigación publicada en la revista Science exculpa a otros homínidos que no seamos nosotros de cualquier exterminio. Según los investigadores de las universidades estadounidenses de Utah, Massachusetts Amherst, Chicago y California en Santa Cruz, no fueron esos «buenos salvajes», si no un cambio climático a largo plazo lo que provocó las extinciones al expandirse los pastizales por la caída de los niveles de dióxido de carbono (CO 2) en la atmósfera.

«A pesar de décadas de literatura que afirma que los primeros homínidos impactaron en las faunas africanas antiguas, ha habido pocos intentos de probar este escenario o de explorar alternativas», dice el responsable del estudio, Tyler Faith (izquierda), curador de arqueología en el Museo de Historia Natural de Utah y profesor de la Universidad de Utah. «Creemos que nuestro estudio ofrece un argumento convincente en contra de estas opiniones sobre nuestros antepasados», subraya.


El equipo analizó más de 100 sitios en el este de África- J.T.F.

Los investigadores compilaron un registro de siete millones de años de extinciones de herbívoros en África oriental, centrándose en las especies más grandes, los llamados «megaherbívoros» (especies de casi 1.000 kilos). Aunque en la actualidad existen solo cinco megaherbívoros (elefante, rinoceronte blanco, rinoceronte negro, hipopótamo y jirafa) en África -y en la actualidad sí tenemos una gran parte de culpa- hubo una diversidad mucho mayor en el pasado. Por ejemplo, nuestra antepasada Lucy, la famosa Australopithecus afarensis, de tres millones de años, compartió su paisaje arbolado con tres especies de jirafas, dos de rinocerontes, una de hipopótamo y cuatro de elefantes en Hadar, Etiopía.

Antes del Homo erectus

Cuándo y por qué desaparecieron estas especies ha sido durante mucho tiempo un misterio para los arqueólogos y paleontólogos. «Nuestros análisis muestran que hay una disminución constante y a largo plazo de la diversidad de megaherbívoros que comenzó hace unos 4,6 millones de años. Este proceso de extinción se inicia más de un millón de años antes de la evidencia más temprana de ancestros humanos que fabrican herramientas o matan animales y mucho antes de la aparición de cualquier especie de homínido capaz de cazarlos de manera realista, como el Homo erectus», dice Faith.

Un diente fósil de un hipopótamo ('Hippopotamus amphibius') (izquierda) y un diente fósil de un rinoceronte blanco (Ceratotherium simum) (derecha), dos de los pocos megaherbívoros supervivientes, del Pleistoceno tardío en Kenia occidental. Crédito: Tyler Faith

Faith y su equipo cuantificaron los cambios a largo plazo en los megaherbívoros del este de África utilizando datos de más de 100 conjuntos de fósiles que abarcan los últimos siete millones de años. El equipo también examinó registros independientes de tendencias climáticas y ambientales y sus efectos, específicamente CO 2 atmosférico global, registros de isótopos de carbono estables de la estructura de la vegetación e isótopos de carbono estables de los dientes de herbívoros fósiles de África oriental, entre otros.

Ilustración: la extinta jirafa 'Sivatherium maurusium' desaparece del registro fósil hace unos 700.000 años.

28 linajes extinguidos

Su análisis revela que durante los últimos siete millones de años se produjeron importantes extinciones de megaherbívoros: 28 linajes se extinguieron, lo que llevó a las comunidades actuales que carecen de animales grandes. Estos resultados resaltan la gran diversidad de las antiguas comunidades de megaherbívoros. Además, muchas de ellas tenían muchas más especies de estos grandes animales de las que existen en la actualidad en toda África.

Un análisis más detallado mostró que la aparición de la megafauna comenzó hace aproximadamente 4,6 millones de años, y que la tasa de disminución de la diversidad no cambió tras la aparición del Homo erectus, un ancestro humano a menudo culpado de las extinciones. Más bien, el equipo de Faith sostiene que el clima tuvo la culpa.


Quijada fosilizada de un gato dientes de sable de Sudáfrica. La desaparición de herbívoros masivos también pudo haber afectado a los carnívoros que se alimentaban de ellos.

Adiós a los árboles

Al parecer, el factor clave fue la expansión de los pastizales, «que probablemente esté relacionado con una caída global del CO 2 atmosférico en los últimos cinco millones de años», dice John Rowan (izquierda), de la Universidad de Massachusetts, en Amherst. «Los niveles bajos de CO 2 favorecen a los pastos tropicales sobre los árboles, y como consecuencia las sabanas se volvieron menos leñosas y más abiertas a través del tiempo. Sabemos que muchos de los megaherbívoros extintos se alimentan de la vegetación leñosa, por lo que parecen desaparecer junto a su fuente de alimento», concluye.

La pérdida de herbívoros masivos también puede explicar otras extinciones atribuidas a los antiguos homínidos. Algunos científicos han sugerido que la competencia con especies cada vez más carnívoras de Homo llevó a la desaparición de numerosos carnívoros en los últimos millones de años. Los investigadores proponen una alternativa: «Algunos de esos carnívoros africanos, como los gatos dientes de sable, podían haberse especializado en presas muy grandes, tal vez en elefantes juveniles. Podría ser que algunos de estos carnívoros desaparecieran con su presa»», dice Paul Koch (derecha), de la Universidad de California.

La disminución de la diversidad de megaherbívoros africanos (curva gris) en los últimos 7 millones de años se debió a la caída del dióxido de carbono en la atmósfera y la expansión de los pastizales, no a los impactos de los antiguos homínidos. El inicio de la disminución del megaherbivore hace alrededor de 4,6 millones de años ocurre mucho antes de la aparición de especies de homininos portadores de herramientas capaces de cazar presas grandes.

En un artículo que acompaña al estudio en la revista Science, René Bobe y Susana Carvalho, de la Universidad de Oxford, critican los resultados diciendo que el papel de los homínidos todavía debe ser tenido en cuenta, dadas las limitaciones de los datos arqueológicos y paleontológicos actuales.
Sin embargo, Faith cree que «debemos centrar nuestra atención en la única especie que se sabe que es capaz de causar impactos en los ecosistemas: nosotros, Homo sapiens, durante los últimos 300.000 años». Eso nos convierte en los exterminadores por excelencia, algo que nos debería haber reflexionar de cara al futuro.

Ver vídeo en este enlace.

Fuentes: abc.es |bbc.com | eurekalert.org |

Localizan más de 700 herramientas de sílex en un yacimiento de La Guinardera, en Sant Martí de Tous (Barcelona)

Excavación en La Guinardera hace unos días - Autor: Bruno Gómez / IPHES


Hace un tiempo, Josep Vallverdú y Bruno Gómez , arqueólogos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social ( IPHES ), con la ayuda de varios vecinos de Sant Martí de Tous (Barcelona), como en Vicenç Guinart, efectuaron prospecciones en este municipio intentando localizar afloramientos de sílex que explicaran el origen de las herramientas de piedra encontradas en el yacimiento musteriense del Abric Romaní (Capellades, Barcelona), ubicado a 16 kilómetros de distancia, e identificaron lo que parecían varios talleres de sílex. Estos talleres eran canteras de piedra donde las comunidades prehistóricas iban a recoger esta materia prima para luego confeccionar sus herramientas.

En dichocontexto, y con la voluntad de hacer una arqueología del territorio, se ha efectuado la primera campaña de excavación en La Guinardera, codirigida por Bruno Gómez y Josep Vallverdú, con el objetivo de conocer qué papel tuvieron las canteras de sílex con otros campamentos como áreas de caza y residenciales en los territorios paleolíticos.

Excavación en el taller de piedras de fusil de La Guinardera - Autor: Bruno Gómez / IPHES


La excavación de los dos talleres de sílex de La Guinardera y La Guinardera norte ha proporcionado más de 700 artefactos líticos que nos muestran la utilización de esta materia prima para confeccionar herramientas desde el Paleolítico inferior y medio (achelensey musteriense) hasta la prehistoria reciente y épocas históricas como la elaboración de piedras de fusil. Estos datos preliminares serán contrastadas con las analíticas e investigaciones pertinentes mediante el estudio tecnológico del material lítico y estratigráfico de los yacimientos excavados.

"Estos hallazgos vienen a confirmar el municipio de Sant Martí de Tous como un enclave único para todas aquellas comunidades que hacían del sílex su materia prima dentro de su cultura material", afirman los codirectores de la excavación.

Fuente: IPHES | 23 de noviembre de 2018