El Museo Arqueológico de Cartagena (Murcia) muestra el yacimiento arqueológico de Villa Paturro

El pasado 14 de junio, se inauguró en el Museo Arqueológico Municipal Enrique Escudero de Castro de Cartagena una exposición sobre el yacimiento arqueológico de la villa romana de Portus Magnus (Villa Paturro) situada entre Cartagena y La Unión. Está realizada por alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación de la Universidad Politécnica de Cartagena. En esta actividad colaboran el Ayuntamiento de Cartagena y la Universidad de Murcia. Aquí se expondrán algunas de las propuestas de los alumnos respecto a este yacimiento arqueológico.

Esta exposición muestra las reflexiones hechas por estudiantes de Arquitectura de la UPCT acerca de la puesta en valor del yacimiento, según los directores de este proyecto de excavación e investigación Alicia Fernández Díaz, Lorenzo Suárez Escribano y Gonzalo Castillo Alcántara.

Estas conclusiones son el resultado a un trabajo de cuatro años que pretende la restauración y puesta en valor de Villa Paturro. Este proyecto de excavación e investigación seguirá desarrollándose durante un año y medio más, ya que ha recibido una concesión de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Este trabajo integral y multidisciplinar seguirá analizando los resultados obtenidos de los trabajos de excavación en el yacimiento.

Durante el curso académico 2018-19, los alumnos de Arquitectura de la UPCT han analizado, documentado y propuesto las posibles intervenciones en el yacimiento arqueológico. Además, alumnos de Proyectos I del Grado de Arquitectura han realizado una actuación llamada fuente que se constituyera en hito paisajístico y que invitara a descubrir el lugar, ser punto de encuentro y llamada de atención.

Este mismo grupo de alumnos también ha diseñado un pabellón de entrada que contuviera una pequeña sala con una zona para atención al público, espacio de descanso, punto de encuentro, aseos y almacén.

Por su parte, los alumnos de Proyectos 7 del Grado en Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cartagena tuvieron que diseñar una cubrición que evitara el deterioro de Villa Paturro, ya que se trata de un yacimiento de riqueza patrimonial. Con este sistema, los alumnos pretendían reproducir un recorrido similar al de la época romana y que facilite al mismo tiempo la excavación y conservación que se hace en este yacimiento situado entre los municipios de Cartagena y La Unión.


Fuentes: murcia.com | cartagena.es | 14 de junio de 2019

León quiere desenterrar la vía que acabó con los astures

Recreación del campamento romano de La Carisa. EQUIPO LA CARISA.

Tras aniquilar Lancia, las legiones romanas habrían avanzado hacia el último bastión de los astures, atravesando la hostil Cordillera Cantábrica. La arqueóloga Esperanza Martín (izquierda), que lleva años ‘desenterrando’ La Carisa, quizá el campamento más singular y atípico del Imperio Romano, tiene un nuevo proyecto para este verano. Todo dependerá del presupuesto. Mientras la Vía Carisa en la vertiente asturiana ya fue perfectamente estudiada hace unos años, el itinerario leonés permanece en el olvido. Es, precisamente, el próximo objetivo de la arqueóloga leonesa Esperanza Martín.

En principio, quiere desentrañar esta vía ya utilizada desde la Prehistoria y mejorada en el año 26 antes de Cristo por el general Publio Carisio, cuya misión era romanizar el último territorio de Hispania y, al tiempo, abrir una salida al mar. Un camino de gran valor estratégico-militar. La Vía Carisa leonesa no coincide —pese a la creencia popular— con la carretera que discurre por esta zona.

Martín aclara que mientras la carretera surca el valle, la vía romana se adentra en el monte. Un ramal o brachium de la Vía Carisa conduciría a Llagüezos, donde las excavaciones han permitido sacar a la luz parte de un campamento que en lugar de uno tenía cuatro fosos. Un acantonamiento en el que el año pasado salieron a la luz restos de un barracón petrificado, donde se alojaría parte de la tropa. La arqueóloga presume que, dadas las colosales dimensiones del yacimiento, de unas ocho hectáreas, cabrían varias cohortes; y, por lo tanto, habría más barracones que aún no han sido localizados.

Hasta ahora se suponía que el campamento, un enclave que no fue elegido al azar, porque desde él se tiene una visión de nueve kilómetros a la redonda, solo ocupaba la cumbre del cerro. Sin embargo, las últimas prospecciones con georradar, drones y tecnología Lidar han permitido descubrir que también los romanos ocuparon la falda de la montaña. Esta zona es otro de los objetivos de la próxima campaña, si Esperanza Martín sigue contando con el respaldo económico de la Junta, la Diputación de León y el Ayuntamiento de Villamanín. El año pasado el presupuesto, por encima de los 10.000 euros, permitió contratar a diez personas, además de los voluntarios del Grupo de Investigación Histórica de Laviana, que llevan a cabo cada verano una labor impagable. Los diferentes episodios constructivos en el acantonamiento romano hacen suponer que hubo sucesivas campañas militares.

Fotos de la última campaña de excavaciones llevadas a cabo en la vertiente leonesa del yacimiento de La Carisa. SAMUEL LAHOZ -
Fotos de la última campaña de excavaciones llevadas a cabo en la vertiente leonesa del yacimiento de La Carisa. SAMUEL LAHOZ

El Principado de Asturias fue el primero en financiar el yacimiento, situado a 1.800 metros de altura, así como los ayuntamientos de Lena y Aller. El gobierno de la vecina comunidad autónoma declaraba hace dos años Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de vía histórica, La Carisa y el ramal transmontano de la Ruta de la Plata, así como los yacimientos arqueológicos de Picu L.Lagüezos, Monte Curiel.los y L’Homón de Faro.

Moneda emitida por Publio Carisio durante las guerras cántabras para pagar a las tropas con moneda fiduciaria.

En las últimas campañas el proyecto científico que coordina Jorge Camino ha contado únicamente con presupuesto de las instituciones leonesas, seguramente porque los mejores restos han aparecido en territorio leonés. Martín también ha localizado evidencias medievales y modernas de ocupación en el campamento romano. La Carisa fue ‘reutilizada’ por las tropas franquistas, que aprovecharon la zona romana para levantar un campamento durante la Guerra Civil, del que han aparecido numerosos restos. Esta ocupación ‘desdibujó’ el enclave en el que dos mil años antes los romanos combatieron contra los astures. La aparición de una moneda del siglo 75-90 antes de Cristo demuestra que los romanos llegaron aquí antes de lo que se creía hasta ahora.

Fuente: diariodeleon.es | 11 de junio de 2019

Una gran villa descubierta en Gandía aporta más luz a la colonización romana del litoral entre Valencia y Dénia

Reconstrucción en superficie de los restos de las termas

La construcción de una nueva carretera de acceso al puerto de Gandía (Valencia) por el sur para desviar el tráfico de camiones pesados ha permitido descubrir parte de los restos de una gran villa romana de los siglos I a IV d. C., en la llamada Partida de Rafalcaid, muy cerca de la desembocadura del río Serpis. Y curiosamente, según los expertos, muy probablemente estaría dedicada en parte al tráfico marítimo de mercancías gracias a un embarcadero que podría estar situado en un antiguo estuario del río.

Aunque se intuía su existencia desde los años 80, cuando se realizó una prospección visual y aparecieron algunos restos, han sido la expropiación de campos de naranjos y la construcción de la nueva carretera las que han permitido a los arqueólogos excavar parte de la zona (solo la afectada por las obras) y confirmar que se trata de una villa romana que podría tener grandes dimensiones. “Es solo una estimación, pero suponemos que hemos excavado solo el 10% de la villa, que podría tener unas 65 hectáreas de superficie”, afirma con cautela David López, miembro de la empresa Estrats Treballs d’Arqueologia y director de la excavación.

Restos de la villa romana de Rafalcaid, hallados durante las obras del acceso sur al puerto de Gandía.

Ante la previsión de las obras del Ministerio de Fomento para abrir el nuevo acceso sur al puerto, el ayuntamiento de Gandía alertó de la posibilidad de toparse con restos arqueológicos en esa zona. Las excavaciones, que finalizaron en enero de este año, dieron sus frutos: se encontraron los muros de unas termas o baños pertenecientes a la parte residencial, restos de unas estancias industriales “que pueden interpretarse como de almacenamiento y viviendas de esclavos o trabajadores de la villa, con un pequeño horno doméstico”, dice López, y otros habitáculos en torno a un patio, peor conservados, con estructuras posiblemente ligadas a un lagar para la obtención de vino o aceite.

Los restos situados bajo el trazado de la carretera han sido cubiertos de nuevo tras su documentación, y los hallados al margen, como las termas, han sido soterrados también pero reconstruidos en superficie en un pequeño parque por el Ministerio de Fomento para que los visitantes (se puede acceder por el carril bici anejo a la carretera) puedan hacerse una idea del descubrimiento.


Entre los restos hallados destacan un balsamario de bronce (recipiente para almacenar sustancias aromáticas), varias placas de mármol con relieves florales, un fragmento de mosaico, otro de una estatua de mármol, más de medio centenar de monedas de bronce, amuletos y “un ingente volumen de material cerámico que ahora es objeto de estudio.

El 90% de la villa que quedaría por descubrir podría aportar muchos más objetos y, sobre todo, mucha más información sobre la romanización de este tramo de la costa valenciana situada entre Valencia y Denia. “La intención del ayuntamiento era localizar el resto de la villa con un georadar y con el tiempo excavar la zona”, señala López. El problema es que las parcelas de naranjos bajo las que se encontrarían los restos son de propiedad privada.

Joan Negre, el arqueólogo municipal de Gandía, va más allá y apunta otra posibilidad: que la villa de Rafalcaid “pudiese tener alguna relación con el tráfico marítimo por su cercanía a la desembocadura del Serpis, donde pudo haber un pequeño embarcadero”. El puerto de referencia en época romana era Denia, y el de Gandía pudo haber sido un punto auxiliar a aquél. “Podría ser que la parte rústica de la villa estuviera dedicada, en parte, a las mercancías que llegaran o salieran del embarcadero del río, y que eso generara unas rentas que serían invertidas en la parte residencial”.

Excavación de la villa de Rafalcaid en Gandía

Un camino romano hasta Dénia

La Vía Augusta, la calzada romana que unía los Pirineos con Cádiz, no pasaba por la comarca de la Safor, sino que en Valencia se adentraba hacia el interior hasta Cartagena en un trayecto que reproduce actualmente la autovía A-7. Pero había numerosas vías menores, y una de ellas comunicaba Gandía con Oliva en paralelo a la costa, en lo que se conoce indistintamente [JNP1] como Camí del Comte, Assagador o Camí Vell de Piles, según señala Negre en su libro Calçades, camins i carreres. Breu història sobre l'origen de la xarxa viària de les Comarques Centrals Valencianes. Las estancias industriales de la villa de Rafalcaid son paralelas a este camino. “Ambas márgenes del Serpis en la llanura de la Safor, así como las cercanías de este camino, están bajo vigilancia arqueológica, y cualquier obra pública o privada debe ser controlada”, advierte el arqueólogo municipal.


De hecho, toda esa zona está plagada de yacimientos neolíticos, como el de La Vital, y romanos como la villa dels Rajolars, de unas 6 hectáreas, o el desaparecido sepulcro de Baebia Quieta de Daimús, una espectacular torre funeraria de la que se tiene noticias por algunas crónicas y por un grabado descriptivo realizado por el viajero francés Alexandre de Laborde a principios del siglo XIX. Al parecer, la costa de la Safor estuvo densamente poblada desde tiempos prehistóricos. Las transformaciones agrarias de los últimos siglos han podido hacer desaparecer muchos restos, pero bajo los actuales naranjales pueden quedar otros muchos, como han demostrado los trabajos en Rafalcaid.

Fuente: eldiario.es | 14 de junio de 2019

La villa romana de Camarzana de Tera (Zamora) abre sus puertas a las visitas en horario matinal

La villa romana de Camarzana de Tera (Zamora) abre sus puertas al público durante las mañanas de toda la semana a excepción de la jornada de los lunes en que permanece cerrada. La contratación de una guía turística permite dejar atrás las visitas a la demanda durante, al menos, en lo que resta de año. No obstante, desde el Ayuntamiento se seguirá prestando el servicio a la demanda para las visitas en grupo fuera del horario establecido, como las excursiones durante las tardes.

El recinto arqueológico de la villa romana de Orpheus dispone desde ahora de un horario para las visitas desde las 12,00 horas a las 14,00 horas de los martes a los viernes. Durante los sábados, domingos y festivos en horario de las 11,00 horas a las 14,00 horas. Los lunes permanece cerrado.
El visitante que se acerca hasta el recinto arqueológico de esta villa tardo romana de Orpheus en Camarzana de Tera podrá contemplar la riqueza de los restos musivos, de los mosaicos que reflejan la importancia de sus moradores con la distribución de las dependencias de la domus. La Junta de Castilla y León, a través de Patrimonio Cultural, como propietaria del enclave arqueológico, ha suscrito un convenio con el Ayuntamiento de Camarzana para la apertura del recinto a las visitas, de una de las joyas arqueológicas más importantes de Castilla y León.





Fuente: interbenavente.es | 14 de junio de 2019

La exposición ‘Vltra Tumba’ muestra el epígrafe funerario de Junia Rufina en Baelo Claudia (Cádiz)

La delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, acompañada del comisario de la Exposición y director del Proyecto, Fernando Prados Martínez, y del arqueólogo Iván García, ha inaugurado la exposición ‘Vltra Tuimba, Luz y sombra en las necrópolis de Baelo’, donde se van a mostrar los resultados científicos del Proyecto General de investigación ‘Muerte y Ritual Funerario en Baelo Claudia’, un estudio arqueológico y documental de la necrópolis oriental (2012-2017).

Según ha indicado la Junta en una nota, este proyecto ha sido dirigido por la Universidad de Alicante. Asimismo, ha señalado que la exposición que ha abierto sus puertas este viernes en la sede del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, en Tarifa (Cádiz), permanecerá abierta hasta diciembre de este año.

Está compuesta por paneles informativos explicando el proceso de excavación y los resultados obtenidos durante los seis años de duración del Proyecto. Igualmente, está acompañada de materiales arqueológicos documentados durante el proceso de excavación, entre los que se expone el sensacional hallazgo del epígrafe funerario de ‘Junia Rufina’, cuyas características lo convierten en un hallazgo único en la península Ibérica.


La losa aparecida en junio en la que se ve el nombre de Junia Rufina. MUSEO DE BAELO

El descubrimiento más reseñable es sin duda la inscripción monumental, realizada con letras de bronce, que se emplaza en el arquitrabe o dintel que formó parte de la portada del mausoleo. Se trata de un hallazgo excepcional y único en España, dado que las letras de metal eran sistemáticamente fundidas tras el abandono y expolio de los edificios de los que formaban parte, y por este motivo se trata de una pieza extraordinaria.

El carácter excepcional del hallazgo viene a ofrecer nuevas potencialidades de cara a la puesta en valor del espacio funerario de Baelo. El epígrafe puede ser un magnífico recurso expositivo y pasar a formar parte de una futura anastilosis (reconstrucción) que podrá ser incorporada al discurso museográfico del yacimiento (mediante copias) y del museo (con los originales). Ello contribuirá notablemente a incrementar la riqueza patrimonial del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia y se podrá renovar la exposición permanente del mismo.

La escultura que representa a Junia Rufina, expuesta en el Museo de Baelo.

La oportunidad prácticamente única a escala nacional de poder plantear un nuevo acceso al circuito de visitas al yacimiento a partir de uno de sus ejes principales, el mismo que se usó hace 2000 años, supondría un “incuestionable valor añadido”, ha señalado la Junta, que ha añadido que esto mejoraría sustancialmente la calidad informativa/didáctica de las visitas, convirtiéndola en una “experiencia única, al nivel de las que se pueden realizar en Pompeya, Ostia y otras célebres ciudades romanas”.

Fuente: elfunerariodigital | 14 de junio de 2019

Análisis de ADN confirma que uva francesa es la misma de que consumía el Imperio Romano

Mondeuse blanche, la vid del viñedo de Saboya . Wikimedia Commons

Algunas uvas que se cultivan hoy en Francia están relacionadas genéticamente con ciertas variedades de la vid de época medieval o incluso romana. Según el artículo publicado en Nature Plants, los científicos lo descubrieron cuando analizaron el ADN de semillas de uva encontradas en asentamientos antiguos y medievales. En particular, resultó que una variedad romana que se cultivó en el siglo I d.C. era casi similar genéticamente a la vid moderna llamada Savagnin, que se utiliza ahora para producir vino blanco. Significa que esa uva ha existido en su forma moderna durante al menos 900 años.

Se cree que las uvas fueron domesticadas hace seis u ocho mil años en el territorio de países modernos como Georgia, Irán o Turquía. Desde allí el cultivo fue trasladado a Oriente Medio, y luego las uvas se extendieron en Egipto y Grecia. En la península de los Apeninos, la elaboración del vino comenzó a desarrollarse en los siglos IX-VII a.C., y en la colonia griega Massalia, hoy la ciudad de Marsella en el sur de Francia, en el siglo VI a.C.

Sin embargo, solo en el umbral de nuestra época, la producción de vino en el sur de Francia llegó a adquirir proporciones considerables. En aquel tiempo, los romanos trajeron allí sus nuevas tecnologías, comenzaron a usar la propagación vegetativa y cultivar las uvas. Aunque los investigadores no puedan comparar las antiguas variedades de la vid con las modernas, algunos opinan que las romanas todavía se cultivan en Europa. Después de la caída del Imperio Romano, la vinificación en Francia no desapareció, y en la Edad Media en las fuentes escritas surgieron nombres nuevos de vides. Sin embargo, hasta la fecha no se sabía si los enólogos franceses cultivaban las mismas uvas desde hace varios siglos o las nuevas variedades simplemente recibieron los nombres antiguos.

Las relaciones genéticos entre las uvas antiguas, medievales y modernas cultivadas en Francia. Las variedades romanas son de color naranja, las medievales de azul, y las modernas de blanco.
J.Ramos-Madrigal et al. / Nature Plants, 2019

Comparando el genoma de las uvas

Investigadores de ocho países, liderados por Nathan Wales de la Universidad de York, Reino Unido, analizaron el genoma de la uva Vitis vinifera. Se tomaron 28 semillas encontradas en diferentes partes de Francia, las cuales datan del año 510 a.C. hasta los 1200 d.C. En cuanto a los genomas de referencia, los autores utilizaron 783 variedades de la vid que se utiliza en la producción del vino (Vitis vinifera), 112 especies de la vid silvestre (Vitis vinifera sylvestris) y 11 tipos más.
Resultó que todas las variedades de uva, incluso las más antiguas, pertenecen a la variedad Vitis vinifera. Al mismo tiempo, el genoma de las vides medievales era casi idéntico al de las modernas. Por ejemplo, el genoma de un hueso que se data 1100 d.C. es similar al genoma de la variedad moderna Savagnin. Este tipo de uva ahora se cultiva en Francia y Alemania y se utiliza para producir el vino blanco.

Esto significa que el Savagnin se ha cultivado en su forma actual por lo menos 900 años. El genoma de otra vid moderna, Mondeuse Blanche, era casi similar al genoma del hueso, encontrado en el este de Francia, en el pueblo medieval. Esta semilla probablemente tenga más de 1000 años de edad.

Fuente: nma1.org | 12 de junio de 2019