Los restos hallados en un solar de Palencia son de una antigua casa romana y pinturas murales del siglo III

Los restos que se han encontrado a la altura del número 4 de la calle Gil de Fuentes de la capital palentina podrían corresponder a una antigua casa romana y pinturas murales del siglo III, además de los cuerpos de dos individuos previsiblemente de la misma época.

Hace algo más de una semana, en las obras que la constructora Palencia Promueve está llevando a cabo en ese lugar para levantar un edificio de planta baja, más tres alturas y ático, se encontraban unos restos antiguos tras excavar el 10 por ciento obligatorio como refleja el Plan General de Ordenación Urbana de la capital, tal y como ha explicado a Europa Press el arqueólogo de la empresa Antequam Arqueología y Medio Ambiente, Luis Villanueva, que está efectuando las catas.

Desde entonces, hasta cinco arqueólogos y restauradores están excavando en el solar para sacar a la luz lo que existe bajo la tierra, aunque "los primeros hallazgos han sido un muro de una casa romana del siglo III totalmente expoliado, una pintura mural del interior de la misma y los restos de dos individuos, probablemente relacionados con la casa y que habrían sido enterrados en los alrededores de la misma por diversas razones".

En un primer vistazo la casa no se reconoce porque está cortada por elementos modernos, ya que la ciudad ha ido creciendo y el tiempo avanzando y está afectada por elementos bajo medievales y modernos ha manifestado el arqueólogo, aunque hay una porción limpia.
Además, en la antigüedad se tendía a aprovechar todo el material de las casas, por lo que todo lo que estuviera bien conservado se habría trasladado a otro lugar, bien fueran tejas o paredes, lo que ha hecho que a día de hoy "no se conversen todos los elementos de la misma".

De hecho, la pintura del muro se ha caído sobre el suelo de la casa, ha explicado Luis Villanueva, quien ha precisado que existen zanjas, hoyos y agujeros de la época bajo medieval que "han alterado toda la estratigrafia".

"Igual que los restos del siglo III han acabado con los del siglo I porque están por debajo, ellos mismos están muy alteradas por los elementos bajo medievales" ha reiterado.
Villanueva cree que al haberse encontrado diferentes elementos se tendrá que excavar hasta un 50 por ciento. Después será la Comisión de Patrimonio de la Junta quien decida si los restos son importantes y dónde deben guardarse.

Fuente: 20minutos.es | 10 de julio de 2019

Nuevos estudios sitúan el origen de la torre de Hércules un siglo antes de lo que se creía

Torre de Hércules en La Coruña

La construcción de la Torre de Hércules no se llevó a cabo en los siglos I o II de nuestra era, sino en el I antes de Cristo, según el historiador Antonio Rodríguez Colmenero, quien presentó ayer 'El faro romano de Brigantium Flavium, Torre de Hércules de A Coruña', libro en el que recoge cinco años de investigaciones sobre este monumento. El investigador estima que se levantó durante el mandato del emperador Augusto y que no fue solo una señal marítima, sino que tuvo también funciones militares, para lo que albergó un destacamento de soldados de la legión Gemina X
"La Torre de Hércules es única en todo el Imperio Romano, ya que hay otros faros que se conservan pero no pueden hacerle sombra", manifestó ayer el historiador Antonio Rodríguez Colmenero sobre el faro coruñés durante la presentación en la Autoridad Portuaria del libro publicado por este organismo que recoge las investigaciones sobre el mismo realizadas durante los últimos cinco años, en las que aporta importantes descubrimientos sobre su construcción, su diseño original y el sistema de iluminación empleado. En su opinión, "la Torre es un referente en la arqueología romana y La Coruña tiene la obligación de promoverla, difundirla y promoverla porque tiene mucho que presumir de ella".

La más importante de las novedades que revela Colmenero es que la Torre es más antigua de lo que hasta ahora se pensaba, ya que se databa en el siglo I e incluso principios del II después de Cristo, cuando, en su opinión, su construcción pudo iniciarse entre los años 13 y 5 antes de Cristo. El investigador considera que el faro forma parte de una serie que se extendía por el Cantábrico a lo largo de una ruta que llegaba hasta Germania y que se levantó en homenaje al emperador Augusto.

También interpreta que la mención que hace el geógrafo griego Ptolomeo a la costa gallega en la que menciona "tres claros" se refiere al faro coruñés porque el prisma con espejos existente en su linterna hacía que a lo lejos se vieran tres luces para diferenciarlas de otras posibles que hubiera en la costa. Para apoyar su tesis, relaciona el río Mearou que el autor heleno menciona en su obra con el Mero, que además ubica en las mismas coordenadas que Brigantium Flavium , nombre que los romanos dieron a la población que levantaron en la actual La Coruña.

Foto: El profesor Antonio Rodríguez Colmenero (izquierda) en la presentación de su libro junto al presidente de la Autoridad Portuaria de La Coruña, Enrique Losada Rodríguez, y Ana Goy, de la Universidad de Santiago.

Colmenero explica además que fuese un arquitecto lusitano -Cayo Sevio Lupo- el elegido para dirigir la obra por la razón de que Brigantium Flavium pertenecía entonces a la provincia de Lusitania, que años más tarde pasó a la Citerior. El historiador señala además que el faro se construyó mediante una rampa y no con el uso de armazones que a su entender habrían sido derribados por el viento y que en su parte superior contaba con una cúpula que protegía la linterna. La alimentación del fuego que divisaban los navegantes se efectuaba con aceite y no con leña o paja como se apuntaba hasta ahora, para lo que se usaba un depósito del que sobresalía una mecha.

Colmenero relaciona además el diseño idéntico de las tres primeras plantas de la Torre con su uso militar, ya que piensa que alojaron a 40 soldados de la legión Gemina X, que se encargarían de garantizar el cobro de los derechos aduaneros a los barcos que recalasen en el puerto coruñés, así como de proteger la ciudad, para lo que se apoya en las inscripciones halladas en los sillares del faro, a su juicio realizadas por los legionarios y que hacen referencia a esa unidad militar, destacada en esta parte de Hispania en aquellos años. Según sus estudios, el faro comunicaría también este asentamiento con el campamento romano de Sobrado dos Monxes.

Representación del diseño original de la Torre de Hércules y de su acceso, según la investigación de Colmenero

Excavaciones

El investigador defendió que continúen las excavaciones en la Torre..., ya que las últimas realizadas le permitieron conocer las dimensiones de la rampa de acceso al edificio y apuntó que lo ideal sería que las acabase el mismo equipo y que para él sería un placer participar en esos trabajos. "La Torre de Hércules es excepcional desde todos los puntos de vista, tanto desde el civil como el militar", destacó sobre el faro coruñés Colmenero, quien recordó que fue incluida en el patrimonio de la humanidad de la Unesco antes de que se conocieran estos importantes datos sobre su antigüedad y construcción.

Durante la presentación, Ana Goy, directora del Centro de Estudios de la Ciudad de la Universidad de Santiago, puso de relieve que la publicación de esta obra se produce durante la celebración del décimo aniversario del ingreso de la Torre en el patrimonio mundial. El libro de Colmenero está editado en colaboración con esa entidad universitaria, que según Goy "ofrece a las administraciones una investigación de calidad, de manera que el patrimonio pueda ser conocido por la sociedad con el rigor necesario".

Fuente: laopinioncoruna.es | 4 de julio de 2019

Identifican la ubicación exacta de la necrópolis ibérica de Los Collados (Córdoba)

Foto: Poblado ibérico del Cerro de la Cruz, en Córdoba

A finales del siglo XIX, el mundo vivía una fiebre arqueológica. La provincia de Córdoba no se quedó al margen y justo el mismo año en el que se fundó el Museo Arqueológico Nacional (en 1867) se produjo en un cerro de Almedinilla el que probablemente es uno de los grandes hallazgos del momento: un antiguo poblado ibero y una necrópolis con más de 250 tumbas de las que salieron ajuares y al menos 44 armas únicas (las famosísimas falcatas), muchas de las cuales están repartidas por museos de medio mundo.

Este martes, el Ayuntamiento de Almedinilla ha informado oficialmente de que por fin ha sido “descubierta la famosa necrópolis ibérica de Los Collados”. El lugar, arrasado por los expoliadores prácticamente desde que se descubrió, permanecía oculto desde finales del siglo XIX. Ahora, con la financiacion del Ayuntamiento de Almedinilla y el Ecomuseo del río Caicena/Museo Histórico de Almedinilla, y con los permisos pertinentes de la Junta de Andalucía, un equipo formado por Manuel Abelleira, Nacho Muñiz, Andrés María Adroher Auroux, Andrés Roldán Díaz y Francisco J. Matas (y sus compañeros de la asociacion de detectoristas) han dado con la necrópolis de Los Collados.

Foto: Restos en el poblado íbero del Cerro de la Cruz donde se encuentra la necrópolis.

Este lugar fue excavado por Luis Maraver (uno de los fundadores de la Real Academia de Córdoba) y Alfaro a finales del siglo XIX. De hecho, se considera que éste es el yacimiento arqueológico decano en la provincia de Córdoba. Todo lo que se encontró fue a parar al Museo Arqueológico Provincial, aún pendiente de crearse en aquellos años. Después, pasaron por la necrópolis Pierre Paris y Arthur Engel, “padres de la Arqueología Ibera”, con mayúsculas, como destaca el Ayuntamiento.

Y tras ellos, nadie más. Los franceses no documentaron el lugar exacto en el que estaba la necrópolis, imprescindible para entender a la población ibera previa ya a la romanización de la provincia. Ahora, una vez localizado el yacimiento se inicia un nuevo periodo de investigación. Las técnicas de excavación de finales del siglo XIX fueron muy rudimentarias comparadas con las de la actualidad, y es probable que de un posterior estudio a lo ya exhumado se produzcan nuevos descubrimientos.

Detalle del hallazgo en una imagen distribuida por el Ayuntamiento de Almedinilla.

Los Collados se localiza en las inmediaciones del Cerro de la Cruz, uno de los más interesantes poblados de época ibérica de la provincia de Córdoba que han podido estudiarse científicamente, según refleja el estudio de la Junta de Andalucía publicado en su catálogo de patrimonio. Los 650 metros cuadrados de superficie excavada lo convierten en uno de los escasos ejemplos de asentamientos de baja época excavados de manera intensiva en toda Andalucía, a lo que debe añadirse su buen estado de conservación.

Foto: Falcata hallada en la necrópolis de Los Collados. - CÓRDOBA

Los principales hallazgos (muchos repartidos por museos de medio mundo) de Los Collados son las falcatas (las poderosas armas que fascinaron a los romanos tras la conquista de Hispania) con nielados de plata, cuchillos, soliferro y peines, datados en los siglos V y IV a. C. De igual modo, es de destacar la cerámica ática del siglo IV antes de Cristo: kylix, cráteras y cerámicas de figuras rojas; así como la cerámica ibérica: vasos y cráteras. La necrópolis está formada por una gran concentración de tumbas, con urnas cinerarias.

Los resultados de las últimas excavaciones, lideradas por el catedrático de la Universidad de Córdoba, Desiderio Vaquerizo, que dirigió las primeras en el poblado en 1985-87-89. Después, en cuatro campañas de 2005 a 2009 dirigidas por Ignacio Muñiz (Arqueólogo Municipal de Almedinilla), E. Kavanag y F. Quesada (Universidad Autónoma de Madrid), se confirmó la destrucción violenta del poblado en el contexto de la romanización (Viriato y las Guerras Lusitanas) con niveles de incendio y restos humanos con evidencias de muerte violenta.

Fuente: cordopolis.es | 10 de julio de 2019

Un molar apunta a que hubo hibridación entre denisovanos y 'Homo sapiens' en Asia

El molar de un denisovano de hace 160.000 años de edad presenta un raro rasgo dental (tres raíces) que se encuentra principalmente en los asiáticos modernos. Este rasgo puede haber sido adquirido a través del entrecruzamiento entre 'Homo sapiens' y humanos arcaicos. Foto: Christine Lee

El análisis de un fósil molar humano arcaico de hace 160.000 años, y descubierto en China, ofrece la primera evidencia morfológica de mestizaje entre humanos arcaicos y Homo sapiens en Asia.
El estudio, que aparece en la revista PNAS, se centra en un molar inferior de tres raíces, un rasgo raro que se encuentra principalmente en los asiáticos modernos, y que se creía había evolucionado después de que el Homo sapiens se dispersara fuera de África. La nueva investigación apunta a un camino evolutivo diferente.

"La presencia de esta característica en el fósil sugiere, a la vez, que es más antigua de lo que se creía anteriormente y que algunos grupos asiáticos modernos obtuvieron este rasgo mediante hibridación con un grupo hermano de los neandertales, los denisovanos", explica Shara E. Bailey (izquierda), profesora de antropología en la Universidad de Nueva York y autora principal del artículo.

En un estudio previo, publicado en Nature, Bailey y sus colegas concluyeron que los denisovanos ocupaban la meseta tibetana mucho antes de que el Homo sapiens llegara a la región. Ese trabajo, junto con el nuevo análisis de PNAS, se centró en una mandíbula inferior del homínido encontrada en 1980 en la meseta tibetana, en la cueva de Karst Baishiya, en Xiahe, China.

El estudio PNAS, que también incluyó a la antropóloga de la Universidad de Nueva York, Susan Antón y Jean-Jacques Hublin, director del Departamento de Evolución Humana del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leizpig, se centró en el molar, con el objetivo de comprender la relación entre los humanos arcaicos que ocuparon Asia hace más de 160.000 años y los asiáticos modernos.

Foto: Vista de la reconstrucción virtual de la mandíbula Xiahe después de la extracción digital de la corteza de carbonato adherida. La mandíbula está tan bien conservada que permite una reconstrucción virtual de los dos lados de la misma. La parte reconstruida está en gris. Crédito de la imagen: Jean-Jacques Hublin, MPI-EVA, Leipzig.

"Desde hace tiempo, ha habido consideraciones de que en Asia hubo continuidad entre humanos arcaicos y modernos debido a algunos rasgos compartidos", observa Bailey. "Pero muchos de esos rasgos o bien son primitivos o no son exclusivos de los asiáticos. Sin embargo, el rasgo molar inferior de tres raíces es exclusivo de los grupos asiáticos. Su presencia en un humano arcaico (un denisovano) de hace 160.000 años en Asia sugiere que semejante característica se transfirió al 'Homo sapiens' en esta zona geográfica a través del entrecruzamiento con tales humanos arcaicos".

Fuentes: sciencedaily.com | eurekalert.org | 8 de julio de 2019

Encuentran dos barcos funerarios vikingos en Suecia

Los navíos, uno de los cuales se encuentra intacto, se descubrieron el pasado otoño en la parroquia sueca de Gamla Uppsala, y ahora se ha hecho público el resultado de su excavación

En la parroquia de Gamla Uppsala, cerca de la ciudad sueca de Uppsala –un lugar rico en descubrimientos arqueológicos y frecuentemente mencionado en las leyendas nórdicas–, el pasado otoño, un grupo de arqueólogos suecos hizo un hallazgo sensacional mientras excavaba el sótano de una iglesia y un pozo datados en el siglo XVI: dos barcos funerarios vikingos, uno de los cuales se encontraba intacto. El descubrimiento acaba de hacerse público ahora, una vez finalizada la excavación y el estudio de estas sepulturas.

Este tipo de enterramientos no es muy habitual, ya que posiblemente estaba reservado a las élites. De hecho, en toda Suecia sólo se han descubierto diez tumbas de este tipo, que se datan en torno a los años 550 a 800, durante el período Vendel, o entre los años 800 a 1050, en plena época vikinga. Estas prácticas funerarias implicaban la cremación del cadáver, aunque, curiosamente, en estos dos entierros de Uppsala los fallecidos fueron enterrados sin cremar.

El barco intacto contenía la tumba de un hombre que fue enterrado en la popa. Foto: Arkeologerna, Shm.


Junto a este cadáver se encontró un rico ajuar funerario compuesto por armas como una espada, una lanza y un escudo, además de un peine. Foto: Arkeologerna, Shm

Un entierro noble

El barco intacto contenía la tumba de un hombre que fue enterrado en la popa. Junto a él se colocó un rico ajuar funerario compuesto por armas como una espada, una lanza y un escudo, además de un peine profusamente decorado. En el otro extremo de la embarcación se dispusieron los cuerpos de un perro y de un caballo que portaba herrajes de hierro y otros accesorios de bella factura. Posiblemente ambos animales pertenecieron al difunto y fueron sacrificados para acompañar a su amo en su viaje al más allá. El otro barco, de mayor tamaño (unos siete metros) se encuentra bastante dañado, posiblemente debido a la construcción del sótano en el siglo XVI. Asimismo, los arqueólogos han podido recuperar restos de madera de ambas embarcaciones y algunos clavos de hierro que fueron usados en su construcción.

En toda Suecia sólo se han descubierto 10 tumbas de este tipo, datadas durante el período Vendel, o en plena época vikinga. Foto: Arkeologerna, Shm.

El arqueólogo Anton Seiler, de los Museos Históricos Nacionales de Suecia, ha insistido en la importancia de este hallazgo, que es muy poco habitual ya que el último bote funerario excavado en la región de Uppsala se descubrió hace cincuenta años. Así, el descubrimiento de estos barcos, sobre todo del que se encuentra íntegro, representa una oportunidad única para estudiar los rituales funerarios asociados a este tipo de entierros vikingos con las más modernas técnicas científicas, lo que, según Seiler, puede proporcionar resultados sorprendentes y completamente novedosos.

Parte de los objetos hallados en la excavación de los navíos de Uppsala se expondrá este verano en el Museo de Gamla Uppsala y en el Museo Sueco de Historia de Estocolmo.

Fuente: nationalgeographic.com | 9 de julio de 2019

El arroz evitó que la población del Japón desapareciera hace 2.300 años

Cultivo de arroz. pixabay.com

Los residentes de la península de Corea se mudaron a las islas japonesas alrededor del año 300 a.C., y trajeron consigo el arroz a este territorio. Según un reciente estudio publicado en Scientific Reports, este acontecimiento ayudó a los japoneses antiguos, que eran principalmente cazadores-recolectores, a recuperar su población y comenzar una nueva época en su historia.

Las culturas antiguas de Japón


Vasija del período Jomon Incipiente (10.000-8.000 a. C.), la vasija más antigua del mundo, Museo Nacional de Tokio.


Se cree que los humanos poblaron el archipiélago japonés hace unos 35.000 años, durante la Edad de Hielo. En ese momento, el nivel del océano era más bajo y las islas estaban conectadas con el continente asiático por istmos. Hace unos 14.500 años, los antiguos habitantes del archipiélago ya tenían una vida cotidiana establecida y aprendieron a hacer productos cerámicos. Se dedicaban a la caza, la recolección y la pesca, y probablemente a la agricultura con base a la tala o quema de entornos boscosos. El período entre 14.500 años y 300 años a.C. recibió el nombre Jomon que significa "cerámica con marcas de cuerda" (derecha).

Cerámica del periodo Yayoi (300 a. C. al 250)

Alrededor del 300 a.C., una nueva cultura, denominada Yayoi, apareció en las islas japonesas. La misma se caracterizó por la construcción de asentamientos protegidos, procesamiento de metales y el cultivo de arroz. Se supone que algunos de sus elementos culturales fueron traídos por los inmigrantes de la enínsula de Corea. Inicialmente aparecieron en sur de Japón y luego se asentaron en el resto de las islas del archipiélago.
Cómo los humanos de Jomon recuperaron su población
Los científicos creen que a finales del período Jomon la población de las islas japonesas disminuyó visiblemente, dado que los arqueólogos han encontrado menos asentamientos que pertenecían al final d este periodo, justo antes de la aparición de la cultura Yayoi. Esto se debió al hecho de que en aquel momento el clima en las islas japonesas se volvió más frío y el nivel del mar se redujo en 1-3 metros. En estas circunstancias, la gente de Jomon tuvo dificultades para conseguir alimento debido a que la población de las islas se redujo. Sin embargo, también es probable que los arqueólogos simplemente no hayan encontrado una parte de los asentamientos del fin del periodo Jomon.

Modelo demográfico de la aparición de japoneses modernos. Y.Watanabe et al. / Scientific Reports, 2019

Investigadores de la Universidad de Tokio decidieron probar la hipótesis de la disminución de población mediante métodos genéticos. Un estudio anterior mostraba que los humanos de esa época eran genéticamente diferentes de las personas modernas de Asia oriental. Solo japoneses actuales que viven en las cuatro islas más grandes del archipiélago, y un grupo étnico indígena de Hokkaidō llamado Ainu, han heredado el genoma de los individuos del periodo Jomon.

Los autores del artículo intentaron estimar el cambio en la población durante el período de Jomon a través del análisis de las secuencias del cromosoma 'Y' en 345 hombres japoneses y compararlo con los cromosomas 'Y' de los coreanos modernos y otros residentes del este de Asia. De este modo se podía determinar la secuencia del cromosoma 'Y' en la gente de Jomon y observar su evolución. Los resultados del análisis mostraron que hay siete grupos de genomas. Uno de ellos, el cual se encontró solo en los japoneses y en los Ainu, se identificó como el cromosoma 'Y' de la cultura Jomon. Luego, los científicos construyeron una simulación de la población y calcularon la cantidad de hombres de Jomon durante varios milenios.

Cambio en el número de hombres en la población de cultura Jomon. Las líneas rojas indican el comienzo del período de Jomon y el período de Yayoi, hace 14.5 mil años a.C. y hace 2.3 mil años a.C., respectivamente. Y.Watanabe et al. / Scientific Reports, 2019

Los cálculos mostraron que la cantidad de hombres Jomon realmente disminuyó de forma considerable antes de la aparición de la cultura Yayoi en las islas japonesas. Pero después de su aparición, la población de Jomon se recuperó inesperadamente.
Según los autores del trabajo, esto sucedió gracias a los inmigrantes de la Península de Corea, los cuales ya cultivaban arroz y enseñaron a los antiguos japoneses la forma de hacerlo. De esta manera, ayudaron a la gente de Jomon a encontrar nuevas fuentes de alimento y probablemente influyeron en el crecimiento poblacional de su gente.

El año pasado, los científicos analizaron el ADN antiguo extraído de esqueletos de hace 8.000 años encontrados en el sudeste asiático. Su estudio halló que las poblaciones actuales del sudeste asiático derivan de ancestros de al menos cuatro poblaciones antiguas. En total, 26 secuencias del genoma humano antiguo se compararon con muestras modernas de ADN de personas que viven hoy en el sudeste asiático.

Yana Berman
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Fuente: nmas1.org | 6 de julio de 2019