El pescado de la Bahía de Cádiz ya se procesaba hace 5.000 años

Uno de los yacimientos analizados por los investigadores de la UCA.

Investigadores de la Universidad de Cádiz, junto a expertos del CSIC de Barcelona y de los Museos de Vejer y de Arqueología y Etnografía de Setúbal (Portugal), han identificado actividades de procesado de pescado en los restos arqueológicos portugueses de Vale Marim I (Mesolítico) y Vale Pincel I (Neolítico) y en los yacimientos neolíticos de la costa atlántica de Cádiz de La Esparragosa (Chiclana de la Frontera) y Set Parralejos (Vejer de la Frontera).

Los dos asentamientos gaditanos se sitúan en plena campiña litoral, muy próximos a la actual línea de costa y presentan una cronología de finales del Neolítico (hace 5.000 años). Este tipo de yacimientos se conocen como campos de silos y son grandes superficies con numerosas estructuras de almacenamiento excavadas en el nivel geológico y que reciben el nombre de silos.

«En el yacimiento de La Esparragosa se han documentado hasta 57 filos de cuchillos de sílex, en los que se observa un micropulido de uso muy desarrollado que ocupa prácticamente la totalidad de la superficie de los instrumentos por ambas caras. La experimentación ha demostrado que se emplearon como cuchillos para el fileteado de pescado», como explica Ignacio Clemente (izquierda), investigador del CSIC y primer firmante del artículo que ha sido publicado en la revista Quaternary International, donde se explica este trabajo. «En el caso del yacimiento de Set Parralejos, el 33% de las herramientas en sílex que presentan huellas de uso están asociadas a la limpieza y procesado de pescados», como matiza Niccolò Mazzucco, investigador del CSIC de Barcelona.

Este estudio es de gran interés, ya que es la primera vez que se documentan este tipo de actividades en yacimientos neolíticos de la península Ibérica, como indican los investigadores entre los que se encuentra José Ramos Muñoz, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, quien asegura que «planteamos como posibilidad el fileteado de pescado para que, tras su salazón, ahumado o secado, fueran almacenados en los silos».
«Poco a poco vamos conociendo la importancia que el medio marino siguió teniendo para las sociedades neolíticas en la costa atlántica gaditana. A estos resultados debemos añadir la elevada cantidad de restos de pescado y moluscos documentados en otros yacimientos neolíticos de la Bahía de Cádiz como El Retamar (Puerto Real) y Campo de Hockey (San Fernando). Pese a la aparición en época neolítica de la agricultura y la ganadería, en zonas de gran riqueza marina como la costa atlántica de Cádiz, las actividades pesqueras y mariscadoras siguieron desempeñando un papel fundamental en la economía de estas comunidades», como afirma Eduardo Vijande (derecha), profesor de Prehistoria de la UCA.

Con objeto de conocer de manera más exacta el peso que tuvieron los recursos marinos en la dieta de estos pobladores prehistóricos, se han comenzado análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno de varios individuos cuyos resultados se publicarán en los próximos meses.

Para Juan Jesús Cantillo (izquierda), director del Museo de Vejer de la Frontera y especialista en malacofauna, la importancia del medio marino para estas sociedades fue tal que no solamente emplearon sus recursos con fines alimenticios, sino que también utilizaron las conchas de los moluscos como adornos o con fines rituales. De hecho, «el caso más llamativo es el del enterramiento documentado en La Esparragosa, donde tenemos un individuo femenino en posición flexionada que fue cubierto por 477 ejemplares (abiertos y cerrados) de 'Ruditapes decussatus' (almeja fina) que relacionamos con algún tipo de consumo vinculado a prácticas rituales funerarias», como indica Cantillo.

Parte de estos análisis se han desarrollado gracias al proyecto del Plan Nacional I+D HAR2017-87324-P, dirigido por el profesor José Ramos Muñoz.

Fuente: lavozdigital.es | 14 de febrero de 2020

Hallan en Australia alimentos de hace 65.000 años

Los primeros alimentos vegetales de Australia, ingeridos por los primeros pobladores de la isla continente hace 65.000 años, han sido descubiertos en el estado denominado Territorios del Norte. Conservados como trozos de carbón, los restos de esta comida se recuperaron en antiguos hogares de cocina en el sitio arqueológico de Madjedbebe, en el norte de Australia.

La arqueobotánica de la Universidad de Queensland, Anna Flori (izquierda), dijo que un equipo de arqueólogos y propietarios tradicionales del lugar identificaron 10 alimentos vegetales, incluidos varios tipos de frutas y nueces, raíces y tubérculos y tallos de palma.

"Al trabajar con la compañía Elders y los coautores del trabajo de investigación, May Nango y Djaykuk, de la Corporación Aborigen Gundjeihmi, el equipo también pudo explicar cómo se usaron las plantas en Madjedbebe", dijo Florin.

“Muchos de estos alimentos vegetales requieren ser procesados para que sean comestibles, y esta evidencia se complementó con la tecnología de piedra de molienda, la cual fue utilizada durante la ocupación temprana del lugar”.


El paraje de roca arenisca de Madjedbebe donde fueron hallados los restos de alimentos. UNIVERSIDAD DE QUEENSLAND.

“Los primeros australianos tenían un gran conocimiento botánico, y este saber fue el que les permitió adaptarse y prosperar en este nuevo entorno. Pudieron garantizarse el acceso a carbohidratos, grasas e incluso proteínas, mediante la aplicación de este conocimiento, así como con la innovación tecnológica y la mano de obra en la recolección y procesamiento de los alimentos vegetales australianos”, explicó Florin.

Análisis de loseEndocarpios y mesocarpios de los frutos hallados.


El director de las excavaciones, el profesor Chris Clarkson (derecha), de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Queensland, dijo: "Estoy sorprendido y encantado por la cantidad de evidencias arqueobotánicas recuperadas en el sitio".

“El enclave de Madjedbebe continúa proporcionando ideas sorprendentes sobre el complejo y dinámico estilo de vida de los primeros aborígenes australianos”, agregó Clarkson.

La capa de ocupación más antigua en Madjedbebe también se encontraron evidencias de hachas de piedra con bordes pulidos, la tecnología de piedras afiladas más antigua fuera de África, la conformación temprana de puntas de lanza de piedra, muchos kilogramos de ocre molido y el primer uso registrado de pigmentos reflectantes en el mundo.

El estudio ha sido publicado en Nature Communications.



Fuente: The University of Queensland | 17 de febrero de 2019

Hallan en la cueva de Shanidar (Irak) el esqueleto parcial de un neandertal de hace más de 70.000 años

El cráneo del neandertal hallado se encontró aplastado por miles de años de sedimentos y caída de rocas, en la cueva de Shanidar, en el Kurdistán iraquí.

Un equipo de investigadores ha descubierto en la Cueva de Shanidar -en las estribaciones del kurdistán iraquí- un esqueleto parcial de neandertal que será clave para investigar las prácticas mortuorias de esta especie humana extinguida hace unos 40.000 años.

El esqueleto -el primero que aparece en más de veinte años- ha sido descubierto en uno de los yacimientos más importantes de la arqueología del último siglo, la Cueva de Shanidar, excavada por primera vez en la década de 1950 por el arqueólogo Ralph Solecki.

De aquella excavación salieron a la luz los restos parciales de nueve hombres, mujeres y niños neandertales. Unos estaban agrupados y otros tenían restos de polen antiguo alrededor, detalles que para Solecki eran una prueba de que estos humanos enterraban a sus muertos y utilizaban flores en sus ritos funerarios.

La hipótesis del "entierro con flores" no solo capturó la imaginación popular sino que provocó el replanteamiento de esta especie -hasta entonces considerada "no inteligente"- y abrió un debate que se ha extendido durante décadas y que ha dividido a la comunidad científica entre los que creen que los neandertales practicaban rituales de muerte y los que no les creen capaces de tal sofisticación cultural.

Reproducción del neandertal 'Shanidar 4' con flores hallado en 1960. Imagen: JohnConnell.

Medio siglo después, un equipo de investigadores ha regresado a la vieja zanja de Solecki para recoger nuevas muestras de sedimento, y ha descubierto los huesos aplastados del cráneo y del torso de un nuevo neandertal: 'Shanidar Z'.

Los primeros análisis sugieren que tiene más de 70.000 años de antigüedad y, aunque el sexo está por determinar, "los dientes indican que se trata de un adulto de mediana a avanzada edad".

Vista de la entrada a la cueva de Shanidar, en las estribaciones de las montañas Baradost en el noreste del Kurdistán iraquí.

El descubrimiento, publicado hoy en la revista Antiquity, ha sido realizado por científicos de las universidades John Moores de Cambridge, Birkbeck y Liverpool, con la colaboración de la Dirección General de Antigüedades del Kurdistán y la Dirección de Antigüedades de la provincia de Soran.
El hallazgo ayudará a avanzar en la comprensión de esta especie humana porque "hace sesenta o incluso cien años, las técnicas arqueológicas eran más limitadas, pero con las tecnologías modernas y el ADN antiguo se podrán desvelar muchas preguntas que nos hemos hecho hasta ahora", explica Emma Pomeroy (izquierda), del Departamento de Arqueología de Cambridge y autora principal del artículo en un comunicado.

La nueva excavación en la Cueva Shanidar comenzó en 2014, de la mano de Graeme Barker (derecha), del Instituto McDonald de Arqueología de Cambridge, pero solo dos días después la amenaza del ISIS obligó a paralizar el proyecto hasta el año siguiente.

"Pensamos que con suerte podríamos encontrar los lugares en los que se encontraron los restos neandertales en los años 50, para intentar datar los sedimentos circundantes. En ningún caso esperábamos encontrar nuevos huesos de neandertal", recuerda Barker.

Pero en 2016, en una de las partes más profundas de la zanja, una costilla emergió de la pared, seguida de una vértebra lumbar y de los huesos de una mano derecha apretada. Tras excavar cuidadosamente los sedimentos de la zona, el equipo extrajo el esqueleto.

Restos del tórax del neandertal hallado.


Restos de costillas y del brazo izquierdo.

En 2018 apareció un cráneo completo, aplanado por miles de años de sedimento, y en 2019 los huesos de la parte superior del cuerpo casi hasta la cintura, con la mano izquierda colocada bajo la cabeza como si fuera un pequeño cojín. Una piedra prominente cerca de la cabeza podría, según los investigadores, haber sido utilizada como algún tipo de marcador.

"Los huesos son desgarradoramente delicados", dice Pomeroy. Barker describe su consistencia como una galleta húmeda, y la tierra tuvo que ser raspada lenta y meticulosamente, a veces usando palitos de kebab de bambú. "Emma tiene muy buen ojo para saber dónde es probable que se encuentren las diversas protuberancias de hueso", dice Barker. "Le tomó semanas de intensa concentración trabajar en lo que es prácticamente una sauna en términos de calor y humedad".


La pose del esqueleto es bastante diferente del denominado 'entierro con flores', el cual se halló en posición fetal, justo al lado y posiblemente superpuesto a 'Shanidar Z', quien tiene cerca de la cabeza una piedra prominente a modo de marcador.


El trabajo minucioso de excavar in situ es arriesgado ya que los hueso son muy frágiles. Una alternativa es recuperarlo en bloque, es decir, recubrir toda la zona con yeso y extraerla al por mayor, y luego excavarla por completo en el laboratorio.

"Consideramos sacarlo en bloque, pero podía ser bastante brutal", dice Pomeroy. "Fundamentalmente, se corre el riesgo de destruir pruebas preciosas que pueden determinar si los neandertales fueron enterrados en un pozo excavado a propósito, en una tumba, o no".
En la década de 1950, Solecki optó por la excavación en bloque del 'entierro con flores', y Pomeroy cree que fue esta extracción la que dejó este último hallazgo de un neandertal cortado por la cintura. “En sus notas describen huesos que salen del bloque. Solecki numeraba a los individuos, y creemos que tenemos la mitad superior de Shanidar 6, pero hasta que podamos confirmar esto, lo llamamos 'Shanidar Z'”.

Junto a todos estos restos -que están siendo escaneados por TC-, los investigadores llevan a cabo el análisis de algunas muestras halladas en la zona, tales como conchas, huesos de ratones y caracoles antiguos, así como rastros de polen y carbón vegetal, elementos que podrían ofrecer nueva información sobre aspectos cotidianos de los neandertales como la cocina o sobre el famoso "entierro con flores".
Imagen de TC de sección transversal que muestra la parte petrosa del oído temporal e interno (dentro del cuadro rojo) del cráneo de 'Shanidar Z'.

Las exploraciones iniciales han revelado que la parte petrosa del hueso temporal del neandertal ahora hallado todavía está intacta. Este es el hueso más denso en el cuerpo humano, y podría retener ADN que se puede extraer para aprender más sobre el mismo y si la gente de la región se había cruzado con otros homínidos contemporáneos.

"La nueva excavación sugiere que algunos de los restos de los neandertales hallados fueron colocados en un canal en el piso de la cueva creado por el agua, que luego fue excavado intencionalmente para profundizarlo", dice Barker. "Hay fuertes evidencias de que 'Shanidar Z' fue enterrado deliberadamente, y si los neandertales utilizaban la cueva de Shanidar para enterrar repetidamente a sus muertos, su comportamiento sugeriría una complejidad cultural de alto orden", concluye.


Fuentes: lavanguardia.com| sciencealert.com | University of Cambridge | 18 de febrero de 2010

Hallan en el Foro de Roma un hipogeo con un sarcófago y un altar vinculados al culto de Rómulo

El sarcófago de toba y la estructura circular (posiblemente un altar) descubiertos en una zona subterránea del Foro Romano, en el entorno donde se hallaba el 'Comitium'.

Aproximadamente un año después del inicio de los estudios sobre la documentación producida por el arqueólogo Giacomo Boni a principios de la década de 1900, se pudo plantear la hipótesis de la presencia en el Foro Romano, a pocos metros de la Lapis Níger (Piedra Negra) y el Comitium (Asamblea), de un santuario dedicado a fundador de la ciudad de Roma: Rómulo.

Vista del Foro Romano con el Lapis Niger en primer término / Foto: Cortyn – Shutterstock

Las investigaciones arqueológicas planificadas por el 'Parque Arqueológico del Coliseo' dieron como resultado un descubrimiento excepcional: un entorno subterráneo con un sarcófago de aproximadamente 1,40 metros ha resurgido en la zona del Comitium asociado con un elemento circular, probablemente un altar. El sarcófago fue realizado con la toba procedente del Capitolio y, por lo tanto, debe remontarse al siglo VI a.C.

Entrada a la escalera debajo de la Curia, donde los arqueólogos han hallado el hipogeo. Foto: Parco Colosseo

El contexto subterráneo está ubicado debajo de la escalera que conduce a la Curia, construida en la década de 1930 por Alfonso Bartoli, se conserva evidentemente por su propio significado simbólico, dada la Curia suprayacente, y coincide con lo que las fuentes dicen ser el punto post rostra (detrás de los Rostra republicanos), donde se encuentra el lugar de entierro de Rómulo (según la lectura de un pasaje de Varrón comentando la obra de Horacio, Epodos, XVI). Los expertos señalan que no es casualidad que en eje con el entorno subterráneo se encuentre Lapis Níger, la piedra negra indicada como un lugar fatal, dado que está relacionada con la muerte de Rómulo.

Otra vista del Foro Romano con el 'Lapis Niger' en primer término y la Curia al fondo.

La excavación y las perspectivas de valorización de este monumento del culto a Rómulo y de la historia de Roma y sus orígenes serán ilustradas por el director del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo y por el equipo de arqueólogos y arquitectos dedicados a la investigación el próximo viernes 21 de febrero.

Fuente: lanotiziagiornale.it | abc.es | 17 de febrero de 2020

Algunos africanos occidentales pueden tener genes de un antiguo 'homínido fantasma'

Los africanos occidentales modernos, como estas personas Mende de Sierra Leona, tienen una herencia genética pequeña, pero útil, de una población de homínidos previamente desconocida y ahora extinta, según sugiere un nuevo estudio. GEORG BERG / ALAMY FOTO DE STOCK.

Una población antigua, similar a la humana, aún sin descubrir en fósiles, dejó un legado genético en los africanos occidentales actuales, según sugiere un nuevo estudio.

Estos parientes extintos del Homo sapiens transmitieron genes a los antepasados ​​africanos de los modernos Yoruba (Nigeria) y Mende (Sierra Leona) a partir de hace unos 24.000 años o más tarde, dicen los genetistas de UCLA, Arun Durvasula (izquierda) y Sriram Sankararaman (derecha). El ADN surperviviente de esos antiguos homínidos es lo suficientemente diferente del de los neandertales y los denisovanos como para sugerir que era un homínido completamente distinto.

Los genomas de los grupos Yoruba y Mende contienen del 2 al 19 por ciento del material genético de esta misteriosa 'población fantasma', informan los científicos en Science Advances. Algunos segmentos del ADN transmitido por esta misteriosa especie Homo influyen y mejoran las funciones de supervivencia, incluida la supresión tumoral y la regulación hormonal. Esos genes probablemente se diseminaron muy rápido entre los africanos occidentales modernos, sospechan los investigadores.

Durvasula y Sankararaman encontraron que el ADN de los chinos Han, en Beijing, y los residentes de Utah con ascendencia del norte y oeste de Europa, también mostraron signos de ascendencia de la antigua 'población fantasma'. Pero el ADN de esos dos grupos no se estudió tan de cerca como el de los pueblos Yoruba y Mende.


El trabajo de investigación se suma a la evidencia reciente de que el mestizaje de personas antiguas con varias especies Homo jugó un papel más importante en la evolución de los africanos modernos de lo que generalmente se ha supuesto. Por ejemplo, después de abandonar África hace unos 60.000 a 80.000 años, los grupos de Homo sapiens se cruzaron con los neandertales europeos antes de llevar el ADN neandertal a África a partir de hace aproximadamente 20.000 años, según concluyó la investigación de otro equipo al respecto. Ese estudio encontró que el ADN neandertal representa, en promedio, alrededor del 0,5 por ciento de los genomas individuales de los africanos, mucho más de lo que se había informado en estudios anteriores. La mayoría de las personas actuales fuera de África tienen aproximadamente el triple de ADN neandertal que los africanos.
"El ADN del 'homínido fantasma' y el ADN neandertal parecen haber incursionado por separado entre los Homo sapiens africanos aproximadamente al mismo tiempo", dice el genetista Iain Mathieson (derecha), de la Facultad de Medicina Perelman en la Universidad de Pensilvania, el cual no participó en el nuevo estudio.

Aunque los antiguos humanos que regresaban a África ya habrían podido aparearse anteriormente con miembros de la antigua 'población fantasma', "lo más probable es que la hibridación sucediera en su vuelta a África", dice Sankararaman. Esa posibilidad está respaldada por el hecho de que varios fósiles africanos de Homo sapiens, algunos de los cuales datan de hace unos 13.000 años, muestran rasgos de especies Homo mucho más antiguas, incluidos los neandertales, recuerda Mathieson.

"Es difícil saber con precisión cómo se desarrollaron estos intercambios genéticos, dado que los investigadores carecen de fósiles de esta antigua 'población de fantasma' para extraer ejemplos de su ADN", dice el genetista Pontus Skoglund (izquierda), del Instituto Francis Crick, en Londres. "Sin embargo, el nuevo estudio es un buen caso sobre la transmisión de ADN de una población de homínidos no conocida a los antepasados ​​de los africanos occidentales en la actualidad", agrega.

Durvasula y Sankararaman compararon los genomas de 405 africanos occidentales -más de la mitad correspondiente a Yoruba y Mende- con el ADN antiguo de un fósil neandertal de Europa oriental de hace aproximadamente 44.000 años y con un fósil denisovano de Siberia que data alrededor de 51.000 años. Los patrones de cambio de un solo nucleótido, o SNP (Single Nucleotide Polymorphism), permitieron a los investigadores identificar áreas a través de los genomas Yoruba y Mende que fueron heredados de una línea de homínidos antiguos distintos de los neandertales y los denisovanos. Los científicos estiman que esa 'población fantasma' se separó de los ancestros directos de los actuales Yoruba y Mende hace más de 1 millón de años.

Una investigación de 2012 sugirió que 15 cazadores-recolectores africanos modernos habían heredado alrededor del 2 por ciento de su ADN de una especie homínida desconocida que se separó de los antepasados ​​de las personas de hoy en día hace aproximadamente 1,1 millones de años.
"No está claro si el ADN antiguo identificado en ese estudio y en el nuevo informe se remonta a la misma especie de 'homínido fantasma'", dice Sankararaman.

El cráneo Iwo Eleru de Nigeria (a la derecha) se remonta a hace 13.000 años, pero muestra características antiguas como las del cráneo de Laetoli, de 140.000 años (a la izquierda).

En 2011, un equipo de científicos examinó con más cuidado el cráneo de Iwo Eleru y concluyó que era una forma intermedia entre los humanos modernos y el Homo erectus. Tanto Durvasula como Sankararaman especulan que fósiles como el de Iwo Eleru podrían pertenecer a la 'población de fantasmas' arcaicos.

"De hecho es posible", dijo Isabelle Crevecoeur (izquierda), paleoantropóloga de la Universidad de Burdeos en Francia. Pero advirtió que los científicos aún necesitaban aprender mucho sobre la diversidad física y genética de los africanos antes de llegar a una conclusión tan drástica. "Yo preferiría un enfoque conservador", dijo.
La mejor prueba del nuevo estudio sería, en última instancia, extraer ADN de un fósil, como el de Iwo Eleru, y encontrar una coincidencia con los segmentos identificados por los científicos.

Fuente: sciencenews.com | nytimes.com | theguardian.com | 12 de febrero de 2020

Encuentran un misterioso disco solar en una urna de la Edad del Bronce en Dinamarca

En 2008 y 2009, los arqueólogos excavaron un yacimiento en Løgstrup, ubicado al noroeste de Viborg en Dinamarca. Se trataba de un asentamiento de la Edad del Bronce con restos de casas, fosas y hornos de fundición de bronce, levantado y ampliado en varias fases alrededor del 900–700 a.C., donde aparecieron diversos objetos de bronce, ámbar, cerámica, y dos urnas funerarias que contenían restos de entierros de cremación.

Las dos urnas se depositaron en el Museo de Viborg. Diez años después, en octubre de 2019, las urnas fueron escaneadas mediante tomografía computerizada, y, sorprendentemente, no había restos de huesos quemados por ninguna parte en las urnas, tan solo cenizas. Hacia la mitad de una de ellas los arqueólogos descubrieron un objeto curioso, el cual tenía la forma de un disco de hockey en la imágenes escaneadas.

Escaner del disco dentro de la urna / Foto: Museo de Viborg


Una vez extraído cuidadosamente resultó ser un pequeño y fino disco de ámbar que mide 3 centímetros de diámetro y 0,9 centímetros de grosor, y que debió ser colocado en la urna sobre los restos cremados de un chico o chica en su etapa adolescente.

"Cuando lo limpiamos y le pusimos detrás una luz supimos que teníamos algo muy especial: un llamado disco solar de la Edad del Bronce temprana", dice Lars Agersnap Larsen, conservador del Museo Viborg.

El ámbar era muy valioso en la Dinamarca de la Edad del Bronce, ya que era a la vez una mercancía y un símbolo religioso. Se lo consideraba una manifestación del poder del Sol. Algunas fuentes griegas lo describen incluso como las lágrimas del dios del Sol, Apolo.

Lars Agersnap Larsen, del Museo de Viborg, muestra cuán hermoso se ve el disco solar simplemente usando la linterna de un teléfono móvil. Foto: Morten Dueholm.

La simbología solar es un motivo frecuente en objetos y esculturas de la Edad de Bronce. En este caso el disco pudo colocarse en la urna como una señal de la posición social de la persona o como una especie de ofrenda para que el alma de la persona muerta viajase al otro mundo bajo la protección del Sol. Así, se creía que, igual que el sol atravesaba el cielo durante el día, también atravesaba la oscuridad del inframundo por la noche.

Aunque a primera vista el disco de ámbar no parece gran cosa, todo cambia cuando se hace brillar una luz tras él. Entonces es cuando revela su auténtica belleza y función de disco solar. Se trata de un descubrimiento único en Dinamarca, el primero de su tipo hallado en la zona.

"En contraste, en 1875, el Museo Nacional de Dinamarca adquirió un disco solar similar del que se desconoce su procedencia. Dicho disco solar está enmarcado en un soporte de bronce, y es muy probable que el disco solar de Løgstrup haya estado en un soporte similar. Sin embargo, no tenemos pruebas de ello", dice Lars Agersnap Larsen.

Foto: Aquí puede verse el soporte de bronce, de aproximadamente 7 cm de alto, con el disco solar que adquirió el Museo Nacional de Dinamarca en 1875.

Fuentes: labrújulaverde.com | viborg-folkeblad.dk | de febrero de 2020