La dieta de los ibéricos prehistóricos se basaba en los cereales y, solo para la casta, también en la carne y lácteos

Recreación 3D de La Bastida, cerca de la actual Totana (Murcia), uno de los principales asentamientos de la cultura argárica. DANI MÉNDEZ-REVIVES.

Hace más de 4.000 años floreció en el sureste de la península ibérica la cultura de El Argar, una de las más avanzadas y complejas de Europa. Apoyadas en la metalurgia y la agricultura, emergieron unas de las primeras ciudades del occidente europeo con división del trabajo y un reparto desigual de los recursos entre incipientes clases sociales. Ahora, el análisis atómico de restos humanos, animales y vegetales ha permitido saber qué comían y, por la dieta, saber más de cómo vivían y por qué la cultura argárica desapareció casi de repente.

Desde que Luis Siret, ingeniero de minas belga metido a arqueólogo, y su hermano Enrique excavaran El Argar, cerca del Antas (Almería), en el último cuarto del siglo XIX, fueron emergiendo una serie de asentamientos como los de Gatas, Fuente Álamo o La Bastida. Todos tienen en común estar situados en puntos elevados, fácilmente defendibles y desde los que se controlaban los valles en los que se cultivaba el cereal que los sustentaba. En todos emergió una estratificación social que se puede comprobar en que no se enterraba igual a todos los muertos. Mientras a unos los han hallado con armas y joyas, a otros los desenterraron con sus aperos y, a la mayoría, ni eso.

Extensión territorial máxima de la cultura de El Argar y la velocidad variable de los sitios analizados de La Bastida y Gatas. Otros sitios con análisis isotópicos de restos humanos: 1. Cerro de la Virgen, 2. Cuesta del Negro, 3. Baeza, 4. Úbeda, 5. Los Millares, 6. La Navilla (© ASOME, UAB)

Ahora, un grupo de prehistoriadores y arqueólogos han usado el análisis de isótopos de nitrógeno y carbono como ventana a aquel pasado. Ambos son los elementos químicos básicos en cualquier materia orgánica, que haya tenido vida. Pero no todo el nitrógeno o el carbono es igual. Hay átomos de uno y de otro con diferente cantidad de neutrones en su núcleo, es decir isótopos. El caso más conocido quizá sea el del carbono-14, usado como marcador cronológico por los científicos. Es un isótopo del carbono-12, mucho más abundante. En el caso del nitrógeno, es el nitrógeno-14 el que más abunda en la naturaleza, con más del 99%.

“Pero hay determinada proporción de nitrógeno-15 y su ratio varía en función del compuesto orgánico de que se trate”, explica el catedrático de la Universidad de Lérida y coautor del estudio, Jordi Voltas (izquierda).

Sobre esta base, investigaron la proporción de los distintos isótopos en el colágeno obtenido de las costillas de 75 individuos desenterrados en los yacimientos argáricos de Gatas (cerca de Turre, en Almería) y de La Bastida (Totana, Murcia). Ni los carbohidratos ni las grasas tienen carbono, solo las proteínas. Así que analizando el colágeno con un espectrómetro de masas podrían determinar el origen vegetal o animal de esas proteínas.

Los resultados del trabajo, publicado en PLoS ONE indican que los argáricos se alimentaban fundamentalmente de cereales, en especial de cebada, que suponían en torno al 75% de la dieta. Combinando las variaciones isotópicas en el colágeno con el resto de información que ya tenían de cada resto humano, los científicos pudieron extraer además otras conclusiones. Una de las más consistentes es que hombres y mujeres comían lo mismo, no había diferencias de género. Otra es que sí las había de clase.

Entierro de una mujer adulta en La Bastida. UAB

En el yacimiento de La Bastida hay identificados cuatro enterramientos, de hombres y mujeres, que debieron ser importantes por el ajuar que les acompañó en su viaje eterno. Hay otro reducido grupo de enterramientos en los que hay herramientas y algún arma. Pero en la mayoría de ellos solo hay huesos. Además, en la colina no se han encontrado aperos agrícolas y sí muchos utensilios para la molienda del grano. Todo esto sugiere una estratificación social que se prolonga hasta después de la muerte, con una cúspide, una amplia clase urbana y una aún mayor, quizá de esclavos, que era la que se encargaba de cultivar la tierra.

“Los representantes de la élite de La Bastida presentan valores de carbono-13 y nitrógeno-15 en el extremo superior del total del yacimiento”, comenta la investigadora del Centro de Arqueometría Curt Engelhorn de Mannheim (Alemania) y coautora del estudio Corina Knipper (derecha). “Debido al fraccionamiento isotópico a lo largo de la cadena alimenticia, valores elevados, en especial de nitrógeno-15, indican un mayor porcentaje de proteínas de origen animal”, añade Knipper.
Ubicación del sitio de La Bastida entre las cadenas montañosas de Espuña y La Tercia (Murcia). La flecha marca la cumbre del asentamiento en la cima de la colina. El valle fértil del Guadalentín se puede ver en el fondo (© ASOME, UAB)


Para la investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y coautora del estudio Cristina Rihuete (izquierda), todo indica que “el acceso a la carne y a los lácteos estaba reservado para la élite”. Rihuete forma parte del Grupo de Investigación en Arqueología Social Mediterránea de la UAB, que lleva décadas estudiando la cultura de El Argar. Gracias al análisis de isótopos en los restos orgánicos han podido encajar alguna de las piezas que faltaban en el puzzle argárico.

Así, han podido comprobar que el destete de los niños no se producía hasta pasados el año y medio o dos años. Los isótopos alumbran aún otro misterio. Casi la mitad de las tumbas de los yacimientos de Gatas y La Bastida estaban ocupadas por niños, la mayoría de corta edad. De la lectura isotópica de sus restos, se deduce que algunos debieron pasar hambre o, como lo llaman los científicos en el estudio, estrés metabólico. Pero ese estrés se concentra en las fases más tardías del yacimiento. “La dieta va empeorando, la aportación de la carne desaparece en favor de los vegetales. Y ya en los siglos XVII y XVI [antes de la era actual] se hace común el estrés metabólico”, dice Rihuete.

Ajuar de clase alta de La Bastida. UAB

Este empeoramiento de la dieta desvelado por los cambios isotópicos estaría relacionado con una sobreexplotación de los recursos agrarios. “Se redujo la diversidad y la cebada, que aporta menos nutrientes, domina sobre el trigo”, añade. Todo en la dieta y sus cambios ayuda a explicar que, para el 1550 antes de esta era, la cultura argárica colapsó.

Fuentes: elpais.com | elmundo.es | 11 de marzo de 2020

Confirman la teoría de un impacto cósmico en un asentamiento agrícola de hace 12.800 años (en la actual Siria)

Fragmentos de vidrio fundido presentes entre el material arqueológico recuperado en un asentamiento agrícola de hace 12.800 años, en la actual Siria, acredita que fue arrasado por un impacto cósmico.
Antes de que la presa de Taqba embalsará el río Eufrates en el norte de Siria en la década de 1970, un sitio arqueológico llamado Abu Hureyra fue testigo del momento en que los antiguos pueblos nómadas se establecieron por primera vez y comenzaron a cultivar. Un gran montículo marca el asentamiento, que ahora se encuentra bajo el lago Assad.

Pero antes de que se formara el lago, los arqueólogos pudieron extraer y describir cuidadosamente mucho material, incluidas partes de casas, alimentos y herramientas, que les permitió identificar la transición a la agricultura hace casi 12.800 años, uno de los eventos más importantes en la historia cultural y ambiental de nuestra Tierra.

(a) Mapa de Oriente Próximo que muestra la ubicación de Abu Hureyra (AH) en Siria. (b) Mapa de Abu Hureyra que muestra la ubicación de las trincheras de excavación etiquetadas de la A a la G cerca de un canal del río Eufrates que ahora está abandonado. Las muestras de sedimentos de las trincheras D, E y G (rectángulos azules) contienen muestras del YDB (Perímetro de Dryas Reciente) incluidas esférulas metálicas, fragmentos de vidrio, nanodiamantes y platino.

Pero resulta que Abu Hureyra tiene otra historia que contar, según una nueva investigación. Entre los restos de cereales y granos, materiales de construcción y huesos de animales, se halló partículas de vidrio fundido. Fragmentos cuyas características sugieren que se formó a temperaturas extremadamente altas, mucho más altas de lo que los humanos podían lograr en ese momento, o que podrían atribuirse al fuego, a los rayos o al vulcanismo.

"Tales temperaturas tan altas habrían derretido por completo un automóvil en menos de un minuto", dijo James Kennett (izquierda), profesor emérito de geología de la Universidad de California en Santa Bárbara. "Semejante intensidad de calor solo podría haber sido el resultado de un fenómeno extremadamente violento con una alta energía y velocidad, algo del orden de un impacto cósmico", agregó.

Basado en los materiales recolectados antes de que el enclave fuera inundado, Kennett y sus colegas sostienen que Abu Hureyra es el primer sitio en el que se puede documentar los efectos directos de un cometa fragmentado en un asentamiento humano.
"Todos estos fragmentos son parte de un mismo cometa, el cual probablemente se estrelló contra la Tierra y explotó en la atmósfera al final de la época del Pleistoceno", según Kennett.

Este impacto contribuyó a la extinción de la mayoría de los grandes animales, incluidos los mamuts, los caballos y camellos estadounidenses, etc; a la desaparición de la cultura norteamericana Clovis y al inicio abrupto del episodio de enfriamiento denominado Dryas Reciente o Joven Dryas.

En la imagen, las áreas afectadas por los fragmentos del cometa

Los hallazgos del equipo se destacan en un artículo publicado en la revista Nature Scientific Reports.
"Nuestros nuevos descubrimientos representan una evidencia muy poderosa de la existencia de temperaturas muy altas, las cuales solo podrían asociarse con un impacto cósmico", afirma Kennett, quien, junto con sus colegas, informó por primera vez de tal evento en la región en 2012.
Abu Hureyra se encuentra en el sector más oriental de lo que se conoce como YDB ('Younger Dryas Boundary', 'Perímetro del Dryas Reciente'), que abarca otros 30 zonas en América, Europa y partes de Oriente Próximo. Estas zonas muestran evidencias de incendios masivos, incluida una capa de "esterilla negra" rica en carbono que contiene millones de nanodiamantes, altas concentraciones de platino y pequeñas esférulas metálicas formadas a temperaturas muy altas.

Una representación artística del impacto cósmico. UC Santa Barbara

La hipótesis del impacto en el YDB ha ganado más fuerza en los últimos años debido a muchos descubrimientos nuevos, incluido un cráter de impacto muy joven debajo del glaciar Hiawatha, en Groenlandia, y al hallazgo de cristal fundido a altas temperaturas en un sitio arqueológico en Pilauco, ubicado en el sur de Chile.

"La aldea de Abu Hureyra habría sido destruida abruptamente", dijo Kennett. A diferencia de la evidencia de Pilauco, Abu Hureyra muestra evidencias directas del desastre en este temprano asentamiento humano. Kennett señaló que un impacto o una explosión en el aire debe haber ocurrido lo suficientemente cerca como para enviar calor masivo y vidrio fundido a toda la aldea.

IMPACTO DE UN COMETA FRAGMENTADO

Las esférulas de vidrio se analizaron para determinar su composición geoquímica, forma, estructura, temperatura de formación, características magnéticas y contenido de agua. Los resultados del análisis mostraron que se formaron a temperaturas muy altas e incluyó minerales ricos en cromo, hierro, níquel, sulfuros, titanio e incluso hierro fundido rico en platino e iridio, todo lo cual supone temperaturas superiores a 2.200 grados Celsius.

Ejemplos de fragmentos de vidrio de fusión hallados en Abu Hureyra.

"Los materiales críticos son extremadamente raros a temperaturas normales, pero se encuentran comúnmente durante los eventos de impacto", aduce Kennett. Según el estudio, "el vidrio fundido se formó a partir de la fusión y vaporización casi instantánea de la biomasa local, suelos y depósitos de llanuras de inundación, seguido de un enfriamiento instantáneo".

Además, debido a que los materiales encontrados son consistentes con los encontrados en las capas del YDB en los otros lugares del mundo, es probable que sean el resultado de un cometa fragmentado, a diferencia de los impactos causados por cometas o asteroides individuales.

"El impacto único de un gran asteroide no habría causado materiales tan dispersos como los descubiertos en Abu Hureyra", argumenta Kennett. "Proponemos que los grupos de grandes fragmentos de un cometa son capaces de causar miles de ráfagas de aire en un lapso de minutos en todo un hemisferio de la Tierra. La hipótesis del YDB ya propuso este mecanismo para dar cuenta de los materiales ampliamente dispersos en más de 14.000 km en los hemisferios Norte y Sur. Y nuestros descubrimientos de Abu Hureya apoyan firmemente un evento de impacto de un gran cometa fragmentado".

Fuentes: m.notimerica.com | abc.es | news. ucsb.edu | eurekalert.org | 9 de marzo de 2020

Las redes de cazadores-recolectores aceleraron la evolución humana

Un cazador-recolector Agta (Filipinas) elaborando mediante el uso de plantas un medicamento. RODOLPH SCHLAEPFER

Los humanos comenzaron a desarrollar una cultura compleja ya en la Edad de Piedra debido a las interacciones sociales entre varios grupos de cazadores y recolectores, según confirma un estudio de la Universidad de Zurich (UZH) publicado este viernes en la revista Science Advances. Los investigadores mapearon las redes sociales de los actuales cazadores-recolectores en Filipinas y simularon el descubrimiento de un producto de plantas medicinales.

Hace unos 300.000 años, nuestros antepasados vivían en pequeñas comunidades como cazadores y recolectores. Este estilo de vida probablemente jugó un papel central en el éxito de la humanidad, ya que permitió a los humanos comenzar a compartir y combinar su conocimiento individual con los demás y, de esta manera, encontrar soluciones innovadoras. Esta capacidad única es lo que nos distingue de nuestros parientes más cercanos, los chimpancés.

Se puede obtener información sobre este proceso al estudiar las pocas sociedades de cazadores-recolectores actualmente existentes, como el pueblo Agta, que vive en Filipinas. Un equipo de investigación internacional ha estudiado la red social de cazadores-recolectores de este pueblo para arrojar luz sobre la evolución de la cultura. El estudio fue dirigido por Andrea Migliano y Lucio Vinicius, del Departamento de Antropología de la Universidad de Zúrich, así como Federico Battiston, de la Universidad de Europa Central en Budapest.

Los cazadores-recolectores de Agta que viven en Filipinas transforman las plantas en medicinas. Un estudio sobre los mismos descubrió que conversar con amigos en varios grupos era clave para desarrollar ideas culturales y tecnológicas.

VISITAS ENTRE CAMPAMENTOS COMO REDES SOCIALES

Los investigadores equiparon a 53 adultos Agta, que viven en bosques en siete campamentos residenciales interconectados, con dispositivos de rastreo y registraron cada interacción social entre los miembros de los diferentes campamentos durante un período de un mes. Los investigadores también hicieron lo mismo para un grupo diferente, que vivía en la costa.

Durante este tiempo, los dispositivos de rastreo documentaron miles de interacciones y proporcionaron una imagen completa de la estructura social de Agta. Como se esperaba, las personas interactuaban con mayor frecuencia con los miembros de su propio campamento, pero el estudio también reveló visitas entre campamentos casi a diario.

"Es justo decir que las visitas entre campamentos fueron las redes sociales de los actuales cazadores-recolectores. Cuando necesitamos una nueva solución para un problema, nos conectamos en línea y usamos múltiples fuentes para obtener información de una variedad de personas. Los cazadores-recolectores usan su red social exactamente de la misma manera", dice el primer autor Andrea Migliano (izquierda).

CREACIÓN SIMULADA DE MEDICAMENTO
Luego, el equipo de investigadores desarrolló un modelo informático de esta estructura social y simuló la compleja creación cultural de un medicamento a base de plantas. En este escenario ficticio, las personas compartían entre ellos su conocimiento de las plantas medicinales con cada encuentro y combinaron este conocimiento para desarrollar mejores remedios. Este proceso conduce gradualmente al desarrollo de un nuevo medicamento altamente efectivo. Según la simulación de los investigadores, se requirió un promedio de 250 rondas de interacciones sociales (en los campamentos forestales) a 500 rondas (en los campamentos costeros) para que emergiera el medicamento.

La figura muestra individuos (puntos) en campamentos (colores de puntos). El ancho de las líneas que conectan a los individuos es proporcional a los pesos diádicos (enlaces no familiares: líneas grises; enlaces familiares cercanos: líneas rojas). (A) Campamentos forestales. (B) Campamentos costeros. Barras de escala, 1 km. Las ubicaciones de los campamentos (siete bosques y tres costeros) y los tamaños de los campamentos son aproximados.

LA INTERACCIÓN HUMANA ACELERA LA INNOVACIÓN

A continuación, los investigadores simularon el mismo escenario utilizando una red artificial y totalmente conectada, donde todas las personas se conectaron entre sí e inmediatamente transmitieron cualquier información nueva a todos los miembros de la red.

Sorprendentemente, en este escenario el nuevo medicamento tardó más en desarrollarse, ya que requirió alrededor de 500 a 700 rondas de contacto. La razón es que la red artificial difunde las innovaciones paso a paso (realizándose un solo esfuerzo de investigación), mientras que en las redes reales de cazadores-recolectores también pueden desarrollarse nuevos descubrimientos en paralelo en pequeños grupos, lo que finalmente resulta un progreso más rápido.

"El sentido común sugiere que una red totalmente conectada, o un mercado cultural abierto donde todos puedan copiar instantáneamente nuevos hallazgos, aceleraría las revoluciones tecnológicas, pero eso no fue lo que encontró el estudio", dice el antropólogo Lucio Vinicius. "El flujo irrestricto de información elimina la diversidad cultural. A la larga eso obstaculiza el progreso", agrega.

"Nuestros hallazgos indican que esta estructura social de bandas pequeñas e interconectadas puede haber facilitado la secuencia de revoluciones culturales y tecnológicas que caracteriza a nuestra especie a medida que nos expandimos dentro y fuera de África", concluye Lucio Vinicius.

Fuentes: eurkaalert.org | cosmomagazine.com | 28 de febrero de 2020

El Museo Arqueológico de Burgos acoge la exposición 'Guisar y comer. De pucheros y platos'

Museo Arqueológico de Burgooa- Foto: Luis Lopez Araico

La sala de exposiciones temporales del Museo Arqueológico de Burgos ha inaugurado la muestra 'Guisar y comer. De pucheros y platos', que presenta un recorrido histórico de la cocina desde el Paleolítico hasta el siglo XIX. La exposición, que permanecerá abierta hasta el 31 de mayo, cuenta con piezas de mesa y vajillas de diversos momentos especialmente representativos procedentes únicamente de yacimientos de la provincia de Burgos.

Como complemento a la exposición se han preparado visitas guiadas los sábados 14, 21 y 28 de marzo a las 11.30 horas. Además, los más pequeños podrán disfrutar del taller 'De comer y pintar: los colores de los alimentos', los días 21 y 28 de marzo, en colaboración con el Mercado Sur.

Entre las piezas expuestas de mesa y de cocina más destacables se encuentra una tinaja con representación de un ídolo, encontrada en la Galería del Sílex de Atapuerca y que data de la Edad del Bronce (izquierda).

Otra gran novedad son unos vasos campaniformes de entre el 3.000 y 2.500 a.C. hallados en el dolmen de Arroyal y que se exponen por primera vez al público.
Igualmente destaca el amplio conjunto de vajilla de la Segunda Edad del Hierro (siglos IV-I a.C.) procedente de Roa (Burgos), en la que sobresale una excepcional tinaja decorada con representaciones de cánidos (derecha).

En cuanto a la época romana se pueden señalar los elementos de vajilla y cocina procedentes de la villa romana de Buniel, nunca expuestos al público hasta ahora.

La muestra se completa con varios ejemplares de cerámica medieval y dos bodegones del siglo XVII que no forman parte de la colección visitable del Museo. El recorrido llega hasta el siglo XIX con representaciones de piezas de loza de gran calidad realizadas en la antigua fábrica del Buen Retiro.

La exposición se ha organizado en colaboración con el festival gastronómico 'Intro Burgos', realizado por las asociaciones de hosteleros de Burgos, Aranda de Duero y Miranda de Ebro.

Fuente: burgosconecta.es | 6 de marzo de 2020

Descubren una calzada y edificación romana en una prospección realizada junto a las termas de Herrera (Sevilla)

Uno de los técnicos de la empresa con el georadar en los terrenos que hay junto a las termas. - C. G.

La empresa alemana Eastern Atlas ha realizado una prospección geofísica en el Conjunto Termal Romano de Herrera (Sevilla) para descubrir que existen otras estructuras arqueológicas en los alrededores a distintas profundidades de la actual superficie, entre ellas una calzada y un edificio con forma similar a un teatro romano.

El Ayuntamiento de Herrera contrató a esta empresa en agosto de 2018 para realizar un estudio sobre la parcela declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de zona Arqueológica, situada a un kilómetro y medio del casco urbano, dirección sur. La parcela fue limpiada de olivos y raíces y está actualmente en fase de compra por parte de la administración municipal.

El estudio se ha realizado en un radio de 6.400 metros cuadrados con técnicas de prospección magnética y de georadar. Es la base de una investigación de estructuras romanas relacionadas con las Termas de Herrera.

Las conclusiones obtenidas por esta empresa muestran la evidencia de estructuras arquitectónicas en el suelo bajo de la parcela y en las interferencias del vallado del Conjunto Termal Romano, especialmente cerca de la carretera de Estepa. Entre las anomalías más interesantes encontradas en el terreno hay restos de un acueducto, calzada romana, los cimientos y un muro de piedra caliza, incluso una posible necrópolis.

Concretamente los datos magnéticos han revelado la existencias de la planta de un edificio grande con un ábside estructurado en el oeste, construido con bloques de caliza. Las dimensiones del edificio pueden ser de 40 a 50 metros dirección oeste y este y de 30 a 40 dirección norte sur, incluso detectan las existencia de una tubería de agua a mayor profundidad. El informe indica que se trata de un edificio con ábside y, por sus dimensiones, es una construcción monumental, como un teatro romano, aunque no se puede determinar la profundidad máxima de las estructuras.


Asimismo, aparecen dos filas de piedras con relleno en el centro de unos 4 metros de ancha, como una calzada romana; en su recorrido hay fosas que permiten la suposición de la existencia de sepulcros y de restos arquitectónicos en profundidades de más de 30 centímetros.

Ahora, las conclusiones de este informe se han presentado en la Consejería de Cultura para llevar a cabo un proyecto de excavaciones que pongan en valor la zona, sumando los restos encontrados a las Termas Romanas de Herrera.

Eastern Atlas está especializada en prospección geofísica y ha realizado trabajos por Europa y Oriente, en países como Alemania, Irak, Italia, Grecia, Siria, India, Rumanía, Ucrania, Israel, Francia, Jordania, Turquia, Portugal, Luxemburgo. Además de distintos emplazamientos en España, como Castillo de Aracena y Montes de San Benito (Huelva), Baena (Córdoba), Dolmen de la Pastora (Sevilla), Teatro Romano de Itálica (Sevilla), Alcorrín (Málaga), entre otros.

La empresa ofrece servicios científicos y técnicos en los campos tanto de la ingeniería y del medio ambiente como en la arqueología desde que comenzaron en 1998. Los responsables de Eastern Atlas han sido investigadores de la Universidad de Leipzig (Alemania), forman un equipo de especialistas, geocientíficos y arqueólogos, que se dedican a la planificación de prospecciones, al trabajo de campo y al procesamiento e interpretación de los datos.

Fuente: abc.es | 5 de marzo de 2020

Descubren en La Fortaleza estructuras prehispánicas inéditas en Gran Canaria que pudieron ser la antesala de un cementerio

Imagen cedida por la empresa Tibicena Arqueología de la excavación en La Fortaleza, donde está el yacimiento más antiguo de Gran Canaria. EFE


La última campaña de excavaciones en La Fortaleza, el yacimiento más antiguo de Gran Canaria, han hecho aflorar unas estructuras tumulares desconocidas en las Islas, pero que tienen su espejo en culturas del norte de África: son, quizás, el anuncio de que se está entrando en un cementerio.

El descubrimiento se produjo hace solo unas semanas, al comenzar a desbrozar de tierra y maleza un enorme montón de rocas que parecía algo más que el legado del trabajo de las muchas generaciones de agricultores que durante los últimos cinco siglos se han afanado por sembrar con cebada esos campos del interior de la caldera de Tirajana, retirando las piedras que se interponían ante su arado.

Y quizá fue la agricultura lo que salvó a esas estructuras de acabar formando parte de las paredes de una casa o de un muro del campo, especula el director de las excavaciones, Marco Moreno, de la empresa Tibicena Arqueología, porque la costumbre de arrojar las piedras retiradas de los cultivos sobre los montones de rocas que ya estaban ahí antes hizo que quedaran ocultas, tapadas, casi intactas.

Se trata de estructuras circulares, levantadas con piedras acarreadas desde lugares lejanos de la caldera de Tirajana y labradas con esmero, hasta el punto de que algunas parecen sillares, cortadas a escuadra. Y están solo a unos pasos de la Fortaleza Chica, la parte de este yacimiento prehispánico de Santa Lucía donde se encuentra una de las necrópolis más relevantes de la isla.

El consejero de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, Teodoro Sosa (2d); el alcalde de Santa Lucía de Tirajana, Santiago Rodríguez (3d), y el director de Tibicena Arqueología, Marco Moreno (d), durante la visita que realizaron a la excavación EFE

Los arqueólogos ignoran por ahora su función. Se refieren a ellas como cenotafios, palabra que designa en los cementerios (los actuales y los antiguos) a las tumbas vacías, casi honoríficas.

La Fortaleza de Santa Lucía fue asociada hasta hace bien poco a la batalla de Ansite, el risco donde fueron sitiados los últimos aborígenes de Gran Canaria por las tropas castellanas durante la Conquista; el roque mítico donde el 29 de abril de 1483, tras desdeñar la mediación del último guanarteme de Gáldar, Tenesor Semidán, para que depusieran su resistencia, el guerrero Bentejuí se arrojó al vacío al grito de "Atis Tirma" ("¡Por ti, tierra!").

Por eso, durante mucho tiempo se llamó a este lugar La Fortaleza de Ansite, nombre que sigue presente en la cartelería de la zona. Los arqueólogos que trabajan en ese yacimiento creen que ese episodio, que es historia recogida en las crónicas, no ocurrió ahí, sino justo enfrente, en las imponentes paredes verticales del macizo de Amurga, al otro lado del barranco, donde existe un lugar sagrado.

La última campaña de excavaciones en La Fortaleza ha hecho aflorar unas estructuras tumulares desconocidas en las islas. EFE

Pero aunque la arqueología más reciente le haya quitado épica a la Fortaleza, también está subrayando con cada año que pasa su valor: es el yacimiento más antiguo de Gran Canaria, con signos de haber estado habitado desde el siglo IV hasta el XVI, contiene el primer granero colectivo conocido de la isla, posee una de sus necrópolis más importantes y, sobre todo, presenta un ejemplo completo de cómo era aquella sociedad aborigen, la de los vivos y la de los muertos.

"Creemos que La Fortaleza nos va a permitir entender cómo se organizó territorialmente la isla de Gran Canaria en tiempos indígenas, desde el siglo III o IV en adelante", resume Moreno.

Por eso, los arqueólogos consideran que las estructuras ahora descubiertas refuerzan su valor. No se conoce ninguna otra igual en toda Canarias, sus únicas referencias están en el norte de África, en las culturas bereberes de las que descienden los canarios.

El consejero de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, Teodoro Sosa (d), y el director de Tibicena Arqueología, Marco Moreno. EFE

Entre las piedras que las conforman, han encontrado un hueso de cabra y un fragmento de madera que ayudaran a datar la fecha en que se construyeron o, al menos, el momento en que estuvieron en uso. Su función, en cambio, está aún abierta a la especulación.

Sus descubridores se inclinan por pensar, por ahora, que son el equivalente en tiempos prehispánicos a las esculturas de los ángeles que presiden la entrada de los cementerios: anuncian que uno entra en suelo sagrado, que allí descansan los restos de sus ancestros.

Este miércoles, ha recibido la visita del alcalde de Santa Lucía de Tirajana, Santiago Rodríguez, y consejero de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, Teodoro Sosa, que en nombre de ambas instituciones se han comprometido a seguir apoyando la recuperación del legado histórico que atesora la caldera de Tirajana.

Fuente: eldiario.es| 4 de marzo de 2020

Lo que esconde el oído interno sobre el parentesco entre simios y humanos

Modelo tridimensional del cráneo de un siamang (Symphalangus syndactylus) en el que resalta (en rojo) el aparato vestibular. / ICP

Reconstruir la historia evolutiva de simios y humanos y determinar la morfología del último ancestro común a partir del cual se desarrollaron es una ardua tarea. Algunas técnicas moleculares como los análisis de secuencias de ADN solo se pueden aplicar a especies actuales o recientemente extinguidas.

Para abordar el pasado más remoto, la comunidad científica tiene que recurrir a datos morfológicos a partir de fósiles para evaluar la proximidad entre dos especies. Sin embargo, debido a la gran cantidad de características que han evolucionado independientemente y que no han sido heredadas de un antepasado común los algoritmos informáticos no son suficientes.

Pero no todas las partes anatómicas han evolucionado de forma independiente. Entre ellas, el laberinto óseo del oído interno, ubicado en el hueso temporal, es un elemento bastante común en el registro fósil debido a su alta mineralización.


Debido a sus relaciones con el equilibrio y la audición, los componentes del laberinto (el vestíbulo y la cóclea) se habían investigado hasta la fecha principalmente para realizar inferencias funcionales en simios y humanos, sobre todo respecto a su sistema de locomoción. Pero, además, esta estructura ha demostrado ser muy informativa para analizar la historia evolutiva de distintos grupos de mamíferos.
Ahora, un equipo de investigación internacional dirigido por Alessandro Urciuoli (izquierda) y David Alba (derecha) del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) ha cuantificado la ‘señal filogenética’, es decir el grado en que las similitudes morfológicas reflejan las relaciones de parentesco del aparato vestibular de antropoideos actuales (monos, simios y humanos).

Para ello, el equipo analizó la morfología del enigmático hominoideo extinto Oreopithecus –cuya clasificación ha sido tradicionalmente controvertida entre la comunidad científica– y del hominino fósil Australopithecus. Los resultados se han publicado en la revista eLife.
“Ya que esta aproximación se había demostrado efectiva para analizar la posición filogenética de homininos y otros mamíferos en estudios anteriores, nos preguntamos si también se podría aplicar a otros primates fósiles”, dice Urciuoli.

Los investigadores se basaron en una técnica desarrollada recientemente de análisis 3D de morfometría geométrica.

Diferentes vistas de los modelos tridimensionales de los aparatos vestibulares de Orepithecus bambolii (Italia) y Australopithecus sp. (Sudáfrica). / ICP

¿Quiénes fueron estos hominoideos?

Según el estudio, Oreopithecus fue un representante basal que sobrevivió más allá del resto de miembros de su grupo y convergió en algunos aspectos con los grandes simios actuales. Las conclusiones también son consistentes con la posición ya conocida de Australopithecus como representante temprano del linaje humano.

“Nuestro trabajo confirma el potencial de la morfología del oído interno y, en particular, de los canales semicirculares, para afinar en las relaciones filogenéticas de los simios del Mioceno, que todavía son muy controvertidas”, afirma Alba.

A partir de estos resultados los investigadores pudieron reconstruir la morfología ancestral de varios linajes de hominoideos actuales utilizando métodos estadísticos e identificar caracteres específicos para cada uno de ellos, útiles para inferencias filogenéticas.

“Hemos generado una hipótesis comprobable sobre la evolución del oído interno en los simios y los seres humanos, basada en el análisis de otros fósiles, en particular los grandes simios del Mioceno, que en el futuro deberá ser sometida a un examen más detallado”, subraya Urciyoli.
“Desenmarañar las relaciones de parentesco entre la panoplia de simios del Mioceno conocidos es esencial para mejorar nuestra comprensión de la evolución de los homínidos en su conjunto, y tiene implicaciones en la reconstrucción del morfotipo ancestral a partir del cual evolucionaron los homininos y nuestros parientes actuales más cercanos como chimpancés y bonobos”, concluye el investigador

Fuente: agenciasinc.es | 4 de marzo de 2020