Donan al Museo de Segovia una inscripción de la época romana

Gracias a la iniciativa privada de la empresa Construcciones San Juan, que realizaba obras en un inmueble de la localidad de Duratón, al Ayuntamiento de Sepúlveda, de quien depende este núcleo, y a sus propios vecinos, se ha formalizado la donación de una inscripción de época romana dedicada a la diosa Fortuna Balnearis al Museo de Segovia. La pieza procede de las obras que llevaba a cabo esta empresa constructora para el derribo de la fachada de una vivienda en Duratón. En la demolición apareció la inscripción romana en piedra, que había sido reutilizada como material de construcción en este inmueble.

Se trata de un epígrafe que contiene una dedicatoria a la diosa Fortuna realizada por un militar. El texto latino conservado señala: “Consagrado a Fortuna Balnear. Quinto Valerio Bucón, soldado de la legión II Adiutrix Pia Fidelis, de la decuria de Emilio Secundo...". Este tipo de inscripción es bien conocida por los investigadores desde su publicación en el Corpus Inscriptionum Latinarum, y posteriormente, a lo largo del siglo XX y también en los últimos decenios, en diferentes trabajos sobre la epigrafía romana de Segovia y su provincia y sobre los cultos romanos en dicha provincia.
La pieza, realizada en piedra caliza, de 40 centímetros de anchura, 41 de profundidad y altura conservada de 47 centímetros, y datada en el siglo II d.C., constituye uno de los escasos documentos epigráficos que testimonian a la diosa Fortuna portando el epíteto Balnearis, que informa de un culto acuático. En concreto, solo se conocen cinco inscripciones en todo el ámbito del Imperio Romano dedicadas a esta diosa, procedentes de Asturias, Alemania y Reino Unido. Por tanto, el epígrafe es de alto valor para el conocimiento de la religión romana en Hispania.

Foto: Yacimiento romano Los Mercados de Duratón.

La inscripción de Fortuna Balnearis de Duratón debe proceder de un edificio termal de la ciudad romana de Confloenta (yacimiento arqueológico de Los Mercados de Duratón), donde la Fortuna Balnearis debe ser la ‘Fortuna de [estos] baños’. Finalmente, esta inscripción completa el conocimiento de los cultos documentados hasta el momento en la provincia de Segovia.
El Museo de Segovia incrementa anualmente los fondos de su colección a través de diferentes depósitos de piezas arqueológicas gracias a los trabajos de este tipo que se ejecutan en la provincia, así como de donaciones. En esta ocasión, la voluntad de la empresa constructora, del Ayuntamiento de Sepúlveda y de los vecinos de Duratón, sensibilizados por la importancia del yacimiento arqueológico de Los Mercados, han permitido que la pieza sea entregada al Museo de Segovia, y con ello se proceda a la recuperación del patrimonio arqueológico del municipio. En el Museo de Segovia la pieza será sometida a los pertinentes trabajos de limpieza y restauración, para proceder a continuación a su exhibición en la exposición permanente del centro cultural.

Fuente: eldiadesegovia.es | 5 de agosto de 2020

Los Millares (Almería) abren una nueva ventana a la historia

Martin Haro explicando las caracteristicas del proyecto de pontenciación de Los Millares.

Comprender cómo vivían hace 2.500 años los habitantes de Los Millares, el yacimiento europeo más importante de la Edad de Cobre. Ese es el propósito de la actuación que la Junta de Andalucía va a llevar a cabo en los próximos meses en el enclave arqueológico ubicado en el término municipal de Santa Fe de Mondújar (Almería) y que han presentado la delegada del Gobierno, Maribel Sánchez, y la delegada de Cultura y Patrimonio Histórico, Eloísa Cabrera.

Dotado con una inversión de 90.000 euros, el proyecto persigue adaptar el asentamiento a un modelo de visita más individualizado que refleja un cambio de tendencia en el que la crisis del coronavirus ha tenido algo que ver. Así, si en julio de 2019 visitaron el conjunto algo más de 300 personas, el mes pasado esta cifra creció hasta rebasar las 500, con el dato añadido de que antes se trataba de grupos grandes y ahora son más miembros de una misma familia.

Según ha desvelado el arqueólogo Martín Haro, autor del proyecto junto a Ángela Suárez, de la Delegación de Cultura, la idea es potenciar los elementos esenciales de Los Millares. Entre ellos destaca la necrópolis, en la que se van a consolidar y poner en valor tres nuevas sepulturas -la 22, la 46 y la 55- prolongando así el itinerario.

Presentación del proyecto de potenciación de Los Millares.

El proyecto, que consta de distintas fases, contempla la ‘reexcavación’ arqueológica de zonas que no se tocan desde la intervención de Pedro Flores y Luis Siret allá por 1891. Estas no solo se consolidarán, sino que pasarán a formar parte de la visita al yacimiento facilitando la comprensión del público a través de unos paneles de realidad aumentada que les permitirán hacerse a la idea de cómo eran las tumbas en cuestión.

“Intuimos que puede haber sorpresas que anunciaremos en octubre; es posible que aparezca alguno de los enterramientos. Las intervenciones arqueológicas serán decisivas porque la metodología de finales del siglo XIX tenía sus limitaciones. Ahora podemos implementar técnicas de análisis genético y ADN y Carbono-14 para conocer de cuándo es la sepultura”, subrayó Martín Haro, al tiempo que destacó una curiosidad: la tumba 55 es una de las dos de todo el recinto que están orientadas hacia el oeste; el resto -hay un total de 80- miran en dirección a la salida del sol.


El poblado y el taller

El otro gran eje sobre el que pivota la intervención es el poblado, que se va a musealizar recurriendo a la realidad aumentada con vistas a que el visitante perciba el urbanismo primitivo (protourbanismo) que se practicó en este asentamiento prehistórico.

“Se percibe un sistema de desarrollo, una planificación, de modo que junto a esas murallas vemos una muestra de cómo el poblado se expandía a través de un sistema de agregación de cabañas a medida que las familias crecían. Entre cabaña y cabaña, aparecen una serie de recintos o espacios muertos que se utilizaban como áreas de almacenaje para cereal y como establos”, señalaba el arqueólogo.

Por otra parte, el taller metalúrgico del enclave tiene “un valor excepcional” en la prehistoria andaluza, ya que constituye el primer registro del inicio de la actividad de la metalurgia. De hecho, allí aparecieron herramientas como un hacha. “Nunca había aparecido un espacio dedicado expresamente a esta actividad; ahora mismo no se ve su fisonomía, hay que volver a excavarlo y reproducir el original”, afirmaba.

Existe un elemento más que no debe perderse de vista: la posible aparición de una acequia para la conducción del agua destinada al abastecimiento humano -se cree que el asentamiento llegó a tener una población de hasta 1.500 personas- y del ganado. Martín Haro reveló que, según una investigación de la Universidad de Frankfurt, el agua circulaba entre 10 y 15 litros por segundo y garantizaba el consumo durante unos 3-4 meses. “Aunque no se puede actuar en este sentido, sí se va a poner en valor esta información”, apunta.

A por dos declaraciones
La delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, Eloísa Cabrera, aseguró ayer que se está trabajando para que el enclave arqueológico pase a convertirse en conjunto; un proceso que ha de ir acompañado de un plan estratégico para Los Millares que ya tienen en mente. Un asentamiento descubierto en el siglo XIX del que aún queda mucho que investigar, como subrayó Ángela Suárez.

Durante la convocatoria, Cabrera citó una fecha: el 4 de mayo de 2019; el día que los ayuntamientos de Alhama, Gádor, Santa Fe y Rioja; la Asociación Amigos de la Alcazaba y administraciones como Delegación de Cultura se reunieron en Los Millares como símbolo de la unión de todos para lograr su declaración como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.

Fuente: lavozdealmeria.com | 4 de julio de 2020

Reconstruyeron 6.000 años de historia de la Patagonia Austral a través del genoma de veinte esqueletos antiguos

Si para los arqueólogos encontrar huesos o dientes de poblaciones remotas es como dar con un tesoro, para los bioantropólogos, poder extraer ADN antiguo de esos hallazgos se parece a obtener otra llave de ese cofre.

Un equipo internacional de investigadores que incluye arqueólogos y bioantropólogos del CONICET, liderado por el investigador del Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR; CONICET-UNC), Rodrigo Nores, logró obtener secuencias del genoma nuclear de veinte esqueletos antiguos –correspondientes a cinco grupos étnicos distintos- que habitaron en la Patagonia Austral en distintas épocas del pasado. La línea del tiempo que pudieron trazar va desde los 6.600 años antes del presente, hasta hace sólo un siglo atrás. En ese lapso, pudieron reconstruir procesos históricos previos a la Conquista, que se mantenían como una incógnita: cómo se pobló la zona, cómo evolucionaron los linajes de aquellos pobladores, de qué modo se produjeron los mestizajes y también cómo se explican algunos de los cambios en los tipos de herramientas utilizadas para la caza. La información acaba de difundirse en la revista Nature Communications.

“Para esta investigación trabajamos con material de museos o hallazgos fortuitos que recuperaron los arqueólogos y, sobre eso, tomamos un diente o un fragmento pequeño de hueso, e hicimos los análisis genéticos”, explica Nores (izquierda), que estudió Biología en la Universidad Nacional de Córdoba y se doctoró en Ciencias Químicas, con especialidad en Biología Molecular.
Nores explica que generalmente en los restos se encuentra una cantidad muy pequeña de ADN antiguo para recuperar y que suele estar muy degradado por el paso del tiempo. Además, cuando son manipulados, existe un riesgo muy alto de contaminar las muestras con ADN moderno. “Por todo eso se necesita contar con muy buenos laboratorios para hacer la secuenciación de alto rendimiento del ADN antiguo, que es la que permite leer el genoma completo del núcleo de la célula”, dice Nores.

Con esa necesidad, en 2018, el científico obtuvo un financiamiento de CONICET para procesar las muestras en el laboratorio de Graciela Cabana de la Universidad de Tennessee, y de la National Geographic Society para viajar a Boston, al laboratorio del investigador David Reich (derecha), codirector del estudio publicado, en la Universidad de Harvard. Allí pudo acceder a la novedosa técnica de secuenciación de alto rendimiento, que se realizó sobre las veinte muestras arqueológicas, de las cuales 17 son esqueletos de Tierra del Fuego, dos de la Patagonia sur de Chile y uno del sur de Buenos Aires, que se utilizaron para realizar comparaciones poblacionales.

“En este caso, nuestra idea fue que las muestras representaran distintas ubicaciones geográficas, de los lugares donde se encuentran los principales grupos étnicos”, menciona el investigador. Se refiere a los Yámana, los Kawéskar, los Haush, los Selk´nam y los Aónikenk, pobladores de la Patagonia Austral. Hasta ahora, a partir de los restos de las poblaciones antiguas de la Patagonia Austral argentina, solo se habían realizado estudios de ADN mitocondrial -una técnica que permite leer apenas 300 pares de bases, correspondientes solo al linaje materno, de las 16 mil pares de bases en total que contiene la molécula de ADN-. Con esos resultados, los bioantropólogos no habían podido inferir tanta información como la que obtuvieron en este nuevo estudio.

Distribución geográfica y temporal. a Geografía: utilizamos las coordenadas del sitio o la ubicación informada, a excepción de Raghavan et al., que fueron reasignadas geográficamente según evidencia histórica. Las líneas discontinuas representan rutas de movimiento utilizadas para calcular distancias de migración plausibles. La línea continua marca la frontera entre Argentina por el este y Chile por el oeste. Recuadro: ubicación de la Patagonia Sur (rectángulo) y la región más amplia de la Patagonia, junto con las ubicaciones de los individuos antiguos mencionados en el texto principal pero que quedan fuera del rango del mapa principal. b Intervalos de tiempo (número de personas por sitio entre paréntesis). Los sitios para los que no se disponía de fechas de radiocarbono están etiquetados con un asterisco. Las fechas se calibraron para el hemisferio sur y se corrigieron por efecto de reservorio marítimo.
 
Nuevas respuestas a viejas preguntas

“Nosotros partimos de preguntas vinculadas, sobre todo, con cambios tecnológicos: queríamos ver si había alguna asociación entre características culturales y genéticas, es decir, si ciertas transiciones tecnológicas se asociaban a algún tipo de movimiento poblacional”, explica Nores. Todas las cuestiones que analizaron fueron cotejadas con los datos que ya estaban previamente reportados.

En primer lugar, revelaron que el surgimiento de técnicas de caza marina no sucedió por migraciones, tal como se creía. Esto lo pudieron comprobar a través de dos de los esqueletos estudiados, de una antigüedad de entre 6.600 y 5.800 años. Uno de ellos fue hallado en la costa del Estrecho de Magallanes, en la península de Brunswick, Chile, y está asociado al consumo de animales marítimos que cazaban desde sus canoas; el otro fue hallado en el norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego, y está vinculado al consumo de recursos terrestres: a la caza de guanacos, por ejemplo, o de lobos marinos o caracoles que encontraran en las costas. “Este hallazgo nos hace pensar que las distintas estrategias de adaptación no estaban asociadas a poblaciones diferentes, sino que fue una misma población que llegó a la región y que luego implementó distintas maneras de aprovechar los recursos, según la zona donde se ubicó –explica Nores-. Pero no hubo movimientos poblacionales vinculados al desarrollo de la tecnología de aprovechamiento de recursos marinos, sino que fue más bien una adaptación local a un ambiente favorable para ellos, como son los canales de agua de Tierra del Fuego. O también puede haber habido transmisión cultural: es decir, que lo aprendieran de otras personas, sin necesidad de que uno lo vea en los genes”.

En relación a la descendencia de estos pobladores, los científicos identificaron que los individuos del Canal de Beagle, del norte de Tierra del Fuego y del sur del continente, de entre 2.000 y 100 años de antigüedad, son descendientes de individuos más antiguos, pero también descienden de nuevos pobladores que llegaron posteriormente a la región.

Por el contrario, en los individuos hallados en los Archipiélagos Occidentales, en Chile, no se detectó la señal genética de los individuos más antiguos, por lo cual los científicos comprobaron que estos descienden únicamente de poblaciones que llegaron más tardíamente desde el norte, siguiendo la costa del Pacífico, hace entre 4.700 y 2.000 años, asociada a los grupos canoeros (que navegan en canoas). Según los investigadores, esta migracion aportó variacion genética específica que se encuentra representada en los grupos de los Archipiélagos Occidentales y del Canal de Beagle.


Además, el equipo identificó a través del análisis genético otra migración hacia Patagonia Austral que habría ocurrido alrededor de 2.000 años antes del presente por la vertiente atlántica desde el centro de Chile, y que impactó a todas las poblaciones de la región. “Estas migraciones pueden asociarse a ciertos cambios tecnológicos. La primera migración corresponde temporalmente al abandono del uso de la obsidiana verde en los Archipiélagos Occidentales, mientras la segunda podría explicar la transición del uso de boleadoras a cierto tipo de puntas que terminan en el desarrollo del arco y la flecha”, explican en otro tramo de la investigación. “De hecho, no se conoce dónde era la cantera donde sacaban obsidiana verde. Lo que se piensa, es que al llegar una nueva población que ingresa desde el norte, se perdió el conocimiento de dónde estaba esa cantera, y entonces por eso empiezan a utilizar otras rocas”, agrega Nores.

Otra de las conclusiones que obtuvieron a través del ADN de las muestras, fue que hace unos 1.500 años hubo un importante proceso de mestizaje. “Encontramos que, en las poblaciones de la península Mitre de los últimos 400 años, hay descendientes de poblaciones del norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego y del Canal de Beagle. Y la combinación genética se corresponde con las características tecnológicas de las poblaciones de esta región, que incluyen similitudes con sus vecinos tanto del norte como del sur de la isla”, advierten los investigadores en el trabajo. Se encontró, también, que entre los 2.200 y 1.200 años antes del presente, todos los grupos del sur de Patagonia experimentaron un proceso de mestizaje con sus vecinos más cercanos, lo cual generó similitudes genéticas entre los individuos que se correlacionan con la distancia a lo largo de la línea de costa.

Por último, en los casos en los que se cuenta con información genómica de representantes actuales de las comunidades originarias -Kawéskar y Yaghanes de Chile-, se pudo determinar que existe una continuidad genética entre los individuos antiguos de los últimos dos milenios y los que viven actualmente en el mismo territorio.

“Con toda esta información, aportamos una respuesta sobre lo que vivieron las poblaciones antiguas –señala Nores-. Habría que tener más muestras, de más lugares y otras antigüedades, para no descartar procesos intermedios, pero de todas formas este trabajo es un aporte importante a la reconstrucción de una historia previa a la Conquista, a la que ahora se tiene registro más amplio desde la genética”. La idea del equipo, de acá en adelante, es continuar con la reconstrucción histórica, y abarcar otras regiones de Argentina. “Hasta ahora había trabajos genómicos a escala continental. Este es uno de los primeros a escala regional. Queremos continuar con otros, con buen número de muestras y temporalidad igual de amplia, para poder seguir conociendo nuestros orígenes”, concluye el científico.

Fuentes: laarena.com.ar | criticasur.com.ar | 3 de agosto de 2020

Los antiguos egipcios usaron empastes dentales, según un nuevo estudio

Un grupo de científicos griegos hizo un nuevo estudio sobre una momia del Museo de Atenas, datada del período Ptolemaico y confirmaron que utilizaban empastes dentales. Los avances médicos de la civilización egipcia no dejan de sorprender a los expertos.

Las conclusiones de la investigación fueron publicadas por el American Anatomical Record y la American Society of Anatomists , bajo el título: "Una momia ptolemaica revela evidencias de odontología invasiva en el antiguo Egipto".

La momia estudiada fue identificada como Akhmim Sohag, de quien no se conoce la causa de muerte y se remonta a 150 - 30 a. C. Le hicieron una tomografía computarizada y descubrieron una cavidad porosa llena de materiales protectores, que era el "relleno para dientes" que se usaba en aquellos tiempos.
El estudio confirmó que los dientes estaban débiles, con una ligera pérdida de esmalte y una pérdida completa de tejido dental, con una disminución ósea significativa en más de una ubicación, la causa de la muerte aún no se conoce.

Los expertos explicaron que esta es la segunda vez que encuentran casos de empaste dental en una momia, donde un estudio previo sobre una momia egipcia demostró el mismo resultado. Esto prueba que los egipcios avanzaron en una gran variedad de campos médicos.

La odontología en el Antiguo Egipto

Los egipcios fueron pioneros en muchos aspectos, y muchos le adjudican el título de "primer dentista de la historia" a Hesi-Re, un médico que vivió en Egipto durante el reino de Zoser. Existe una placa que lo describe como "el más grande de los médicos que tratan los dientes".
Gracias a los papiros, se han conocido registros de enfermedades dentales como la gingivitis, la pulpitis, el dolor de muelas, y los métodos con los que curaban las afecciones. Incluso se encontraron pruebas de reinserción dental: unían las muelas con alambres de oro.

Los arqueólogos afirman que las caries no eran muy frecuentes en la antigüedad, pero esto fue cambiando con la introducción de los hidratos de carbono en la dieta. A su vez, han identificado algunos de los ingredientes naturales de estas "pastas" improvisadas con las que rellenaban los dientes: comino, incienso, mirra, resina, y loto azul.

Fuentes: lanacion.com.ar | newslanded.com | 5 de agosto de 2020

Hallan en O Vicedo (Lugo) una estela funeraria, una cruz papal muy antigua y de incalculable valor histórico y cultural

Presentación de la pieza hallada. Román Rodríguez (izquierda), Inaki Sagredo y Jesús Novo. Foto: Xaime Ramallal.

O Vicedo (Lugo) se despertó este miércoles «de celebración», según su alcalde, Jesús Novo, aunque sus fiestas tenían que haber sido el pasado fin de semana. No iban por ahí los tiros. El motivo de la alegría llegaba desde el ámbito cultural.

Un equipo de arqueólogos, que desde hace tiempo investiga yacimientos en la vicedense Illa Coelleira, ha encontrado «una estela funeraria, una cruz papal muy antigua y de incalculable valor histórico y cultural». Así lo manifestó Iñaki Sagredo (izquierda), encargado de las investigaciones, que afirmó además que «no existe ninguna referencia en Europa Occidental de algo así», algo que convierte en «único» el hallazgo de O Vicedo.

La peculiaridad de esta escultura, por lo que explicó Sagredo, se encuentra en que «tiene esculpidos varios símbolos, el más destacado el de una cruz con tres brazos horizontales». Este es un rasgo que convierte la figura en algo «sin igual» en todo el Occidente Europeo, pues todas las cruces de este tipo son propias de las zonas orientales, donde predomina la religión cristiana ortodoxa.
«También tiene otros elementos tallados, como una aureola, que le aporta magnificencia; una cruz en el sector lateral, que puede indicar que se usase la figura como altar al que rezar desde varios costados; además de lo que podría ser un ‘calvario' o una cruz de Jerusalén, también en uno de los laterales».

Parece ser solo el principio
«Lo que se encontró en la Illa Coelleira permite pensar que queda todavía algo muy importante por descubrir en O Vicedo», según apuntó el arqueólogo Iñaki Sagredo. Por lo pronto, el encargado de los trabajos señaló que «en la isla existió un monasterio más grande de lo que esperábamos, que data de época medieval. La figura encontrada también, pero aún no es posible precisar de qué siglo concretamente».

«Es una piedra con cierto desgaste, podría ser muy antigua, pero desafortunadamente no estaba dentro de un contexto arqueológico para poder ubicarla en un cierto período histórico. Podría estar relacionada con una primera fase de la construcción del monasterio, que tampoco conocemos, porque estamos hablando de un edificio reutilizado varias veces».
El estudio de su antigüedad del monasterio es un tema pendiente para el equipo arqueológico. «Este año apareció un nuevo muro del monasterio, lo que indica que el templo es más antiguo de lo que pensábamos. Estamos buscando un área limpia para poder ofrecer citas y necesitamos más tiempo», dijo.


Esta es la tercera campaña de excavación -2015, 2017 y 2020- llevada a cabo en la isla de Coelleira por el equipo arqueológico, que está trabajando tanto en A Coelleira como en el sitio de Moutillós . «La logística es compleja en una isla desierta, podemos realizar campañas muy cortas. Esperamos que el próximo año, con el nuevo sector estudiado, que parece ser nuevo ya que hay una parte del templo que no está alterada, pueda darnos algún tipo de datación».

Jesús Novo, alcalde, así como el conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, que se desplazó a O Vicedo, manifestaron que este hallazgo era «unha gran noticia» para el conjunto histórico y cultural, además de turístico, del municipio.

Fuentes: lavozdegalicia.es | xornaldamaria-tkb.gal | 6 de agosto de 2020

Una tecnología icónica de herramientas de piedra nativa americana descubierta en Arabia

Un grupo de arqueólogs ha hallado evidencias de elaboración de puntas líticas estriadas de 8.000 años de antigüedad en la Península Arábiga, una tecnología desarrollada por los nativos americanos unos miles de años antes. Foto de Jérémie Vosges / CNRS

Las personas que vivían en el sur de Arabia hace unos 8.000 años crearon unas intrincadas herramientas de piedra que no solo eran útiles, en sí mismas, sino que estaban diseñadas para "mostrar" las habilidades de su fabricación, según sugiere un nuevo estudio publicado en Plos One.
Un grupo de investigadores del Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS), de la Universidad Estatal de Ohio y del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Berlín, excavaron y examinaron puntas de proyectiles, tales como lanzas y flechas, creadas durante el período Neolítico en lo que hoy es Yemen y Omán.

Este refugio rocoso es parte de la excavación realizada en Manayzah, Yemen. Crédito: Joy McCorriston

El equipo descubrió que los individuos de Arabia habían inventado de forma independiente un proceso para crear puntas de proyectil de estilo estriado, el cual había sido utilizado por primera vez por seres humanos que vivían en América del Norte miles de años antes.
Sin embargo, hay una diferencia clave entre el estriado que se usaba en América del Norte y la forma en que se empleaba en Arabia, dice Joy McCorriston (izquierda), coautora del estudio y profesora de antropología en el Estado de Ohio.

En América del Norte, el estriado fue usado sólo para hacer que la punta de flecha o de lanza fuera más funcional. Pero en Arabia, también lo emplearon para demostrar habilidades técnicas.
"Era como las plumas del pavo real, todo se hacia por aparentar. Tallaban estrías para demostrar cuán hábiles eran en el uso de esta tecnología tan difícil de realizar, dado su gran riesgo de falla", dice McCorriston.

Varios tipos de puntas estriadas de América del Norte y del Sur.

Los científicos estudiaron tales puntas de proyectil de dos yacimientos arqueológicos: Manayzah, en Yemen, y Ad-Dahariz, en Omán. McCorriston y un equipo del Estado de Ohio supervisaron la excavación en Manayzah, la cual duró de 2004 a 2008.

Encontrar puntas estriadas fuera de América del Norte es, además, un descubrimiento importante, asevera Rémy Crassard (derecha), del CNRS, y autor principal del estudio. "Estas puntas estriadas eran, hasta hace poco, desconocidas en otras partes del planeta, pero tal situación terminó a principios de la década de 2000, cuando se reconocieron los primeros ejemplos aislados de estos artefactis en el Yemen, y más recientemente en Omán", precisa Crassard.

El estriado implica un proceso de tallado altamente hábil para desprender peqiueñas escamas de una herramienta de piedra y crear un canal distintivo. McCorriston dijo que es algo muy difícil y requiere mucha práctica.

En América del Norte, casi todos las puntas de proyectil estriadas se hicieron cerca de la base, de modo que las mismas se podían unir con una cuerda al eje de madera de una flecha o de una lanza. En otras palabras, tenía una aplicación práctica, afirma ella.
Varios tipos de puntas estriadas y preformas de Manayzah, Yemen

Pero en este estudio, los investigadores encontraron algunas puntas árabes con estrías que parecían no tener un propósito útil, como, por ejemplo, cerca de la misma punta.

Como parte del estudio, los investigadores hicieron que un técnico experto en el tallaje de pedernal intentara crear puntas de proyectil de una manera similar a cómo los investigadores creen que lo hacían los antiguos habitantes de Arabia.

"El tallado hizo cientos de intentos para aprender cómo se podía lograr. La acción es complicada y se acaba por romper muchas de estas puntas tratando de aprender cómo hacerlo adecuadamente", afirma McCorriston.

El análisis tecnológico detallado, respaldado por experimentos con herramientas de piedra y la replicación realizada por un experto, ilustran las similitudes entre los procedimientos de estriado de América del Norte y de Arabia. Crédito: Jérémie Vosges, CNRS.

La pregunta, entonces, es ¿por qué estas personas del periodo Neolítico hacían estas herramientas cuando resultaba tan costoso y lento, y tampoco se lograba que las puntas fueran más útiles? Además, solo se usaba el estriado en algunas de las puntas.

"Por supuesto, no podemos decirlo con certeza, pero creemos que esta fue una forma de que los fabricantes cualificados de herramientas líticas demostraran a otros de que eran buenos cazadores o que se era un tallador rápido y hábil con las manos", dice McCorriston. "Con ello ponía de relieve que era bueno en lo que hacía, y, tal circunstancia, podría permitirle tener mejor consideración social dentro de la comunidad".

Los resultados de la investigación sugieren también que, si bien había muchas similitudes entre las puntas estriadas de América y Arabia, también había diferencias. La forma en que los talladores realizaban la línea estriada en ambos ámbitos era diferente, lo cual no es sorprendente, ya que estuvieron separados por miles de kilómetros y miles de años, explica McCorriston.

Encontrarar puntas estriadas en Arabia proporciona, en resolución, uno de los mejores ejemplos de lo que se da en llamar "invención independiente", la cual puede ocurrir en todos los continentes, afirma el coautor Michael Petraglia (izquierda), del Instituto Max Planck.

"Dada su distinta cronología, y el hecho de que las puntas estriadas de América y Arabia estén separados por miles de kilómetros, no es posible establecer una conexión cultural entre ellas", añade Petraglia. "Eso, sí, es un claro y excelente ejemplo de convergencia cultural, o de invención independiente, a lo largo de la historia humana".

Fuentes: phys.org | 5 de agosto de 2020