Un estudio indica que el fin de los neandertales podría estar ligado a la inversión de los polos magnéticos de la Tierra

Cuando los polos cambian, el campo magnético de la Tierra se debilita drásticamente, exponiendo al planeta a la radiación cósmica. Fotografía: Elen11 / Getty Images / iStockphoto

El giro de los polos magnéticos de la Tierra, junto con una caída en la actividad solar hace 42.000 años, podría haber generado un entorno apocalíptico y jugado un papel en eventos, importantes que van desde la extinción de la megafauna hasta el final de los neandertales, dicen los investigadores.

El campo magnético de la Tierra actúa como un escudo protector contra la radiación cósmica dañina, pero cuando los polos cambian, como ha ocurrido muchas veces en el pasado, este escudo protector se debilita dramáticamente y deja al planeta expuesto a partículas de alta energía.

Un giro temporal de los polos, conocido como 'evento Laschamps', ocurrió hace 42.000 años y duró unos 1.000 años. El trabajo anterior encontró poca evidencia de que dicho evento tuviera un impacto profundo en el planeta, posiblemente porque el enfoque no estuvo centrado en el período durante el cual los polos realmente estaban cambiando, dicen los investigadores.

Ahora los científicos dicen que el cambio magnético, junto con un período de baja actividad solar, podría haber estado detrás de una amplia gama de fenómenos climáticos y ambientales con ramificaciones dramáticas. "Probablemente hubiera parecido el fin de los días", dijo el profesor Chris Turney (izquierda), de la Universidad de Nueva Gales del Sur y coautor del estudio.

El equipo ha denominado colectivamente este período "el evento de Adams", un guiño a Douglas Adams, el autor de la Guía del autoestopista galáctico en el que se decía que 42 era la "respuesta a la pregunta fundamental sobre el sentido de la vida, el universo y todo lo demás".

En un artículo de la revista Science, Turney y sus colegas describen cómo llevaron a cabo el análisis del radiocarbono de los anillos de antiguos árboles kauri conservados en los humedales del norte de Nueva Zelanda, algunos de los cuales tenían más de 42.000 años.

Este antiguo árbol kauri encontrado en Ngāwhā, Nueva Zelanda, estaba vivo durante el 'evento Adams'. Foto: Nelson Parker.

Esto les permitió rastrear a lo largo del tiempo el aumento de los niveles de carbono 14 en la atmósfera producido por el incremento de los niveles de radiación cósmica de alta energía que llega a la Tierra durante el 'evento Laschamps'. Como resultado, pudieron fechar los cambios atmosféricos con más detalle que el ofrecido por registros anteriores, como los depósitos minerales.

Yantar, es el nombre elegido para la reconstrucción de uno de los individuos de la Edad de Bronce hallados en la Cueva de Bray, Gibraltar

Reconstrucción de la cabeza de un hombre de la Edad de Bronce cuyos restos se hallaron en Gibraltar

El concurso para dar nombre al individuo de la Edad de Bronce hallado en Gibraltar, en concreto a la cabeza reconstruida a finales del pasado año, ha concluido con la elección de Yantar. Significa “ámbar” en ruso, ya que los orígenes de este individuo están en la estepa rusa, una de las principales fuentes de ámbar.

El ministro de Medio Ambiente, Sostenibilidad, Cambio Climático, Patrimonio y Cultura, John Cortes, presentó una reconstrucción de la cabeza de un hombre de la Edad de Bronce de Gibraltar el martes 24 de noviembre de 2020.

La reconstrucción era de un hombre cuyo cráneo se encontró en la Cueva de Bray (Bray’s Cave) en la Zona Alta del Peñón (Upper Rock) por parte de un equipo del Museo Nacional de Gibraltar (Gibraltar National Museum) durante las excavaciones realizadas entre 1999 y 2006. Era uno de los nueve individuos (incluidos adultos, un niño de cinco años, un niño de 9/10 años, un adolescente de 15/20 años y un recién nacido) que fueron enterrados en el emplazamiento. El entierro tuvo lugar entre 1496 y 1900 a.C., es decir, hace 3.500-4.000 años. Posteriormente, se extrajo una muestra de ADN de este individuo en el marco de una colaboración con la Harvard Medical School, un proyecto que también reveló parte del ADN de Calpeia (una mujer del neolítico encontrada en Europa Point). Los resultados se publicaron en 2019 en la revista científica Science.

El color de la piel, los ojos y el pelo se estableció según la información genética obtenida de una muestra de individuos de la península ibérica de aquel periodo (que incluía el hombre de la Cueva de Bray) utilizada en el estudio publicado.

Tras la presentación de la reconstrucción, el Museo Nacional de Gibraltar solicitó al público que sugiriera posibles nombres para este individuo. Se recibió un total de 188 propuestas de nombres, lo que reflejó el interés del público en el proyecto. Un equipo de conservadores y científicos del museo cribaron la lista hasta obtener cinco nombres, que después se sometieron a una votación pública en las redes sociales. Se recibió un total de 451 votos. El nombre ganador fue Yantar, con 179 votos (39,69%).

Yantar significa “ámbar” en ruso. Se sabe que los orígenes del individuo se sitúan en lo que actualmente es la estepa rusa, que es una de las principales fuentes de ámbar. Cuando se encontró a Yantar en la excavación, los arqueólogos descubrieron con asombro un abalorio de ámbar como parte de su entierro. El motivo de su sorpresa es que no existen yacimientos de ámbar en la región mediterránea occidental. Los yacimientos más cercanos se sitúan en la región mediterránea oriental, de donde se piensa que procede el abalorio, pero la información genética sobre el origen de Yantar apuntó a la posibilidad de que la procedencia de la piedra fuera realmente la estepa rusa. Los científicos del Museo Nacional de Gibraltar esperan que la continuación del estudio pueda confirmar el origen del ámbar.

Foto: Entierro humano de la Edad de Bronce en la cueva de Bray's, Upper Rock, Gibraltar

El Museo Nacional de Gibraltar agradece al público su fantástica respuesta y su gran apoyo. Se prevé que Yantar se expondrá de forma permanente a partir de esta primavera.

Fuentes: andalucíainformación.es | instagram.com/gibraltarmuseum | 10 de febrero de 2021

Investigadores evidencian que la microbiota intestinal de los neandertales ya incluía microorganismos beneficiosos

Un momento de la labor de los investigadores en el yacimiento arqueológico de El Salt, un sitio donde vivieron muchos neandertales. (Foto: Università di Bologna)

La microbiota o flora intestinal de los neandertales ya incluía algunos microorganismos beneficiosos que también se encuentran en nuestros propios intestinos. Así lo revelan los resultados de una investigación para la que se utilizó ADN antiguo procedente de sedimentos fecales de 50.000 años atrás encontrados en el yacimiento arqueológico de El Salt, cerca de Alicante, en la Comunidad Valenciana (España).

Publicado en la revista académica Communication Biology, el estudio respalda la hipótesis de la existencia de componentes ancestrales de la microbiota humana que han estado viviendo en el tracto gastrointestinal humano desde antes de la separación evolutiva entre el Homo Sapiens y el Homo neanderthalensis, ocurrida hace más de 700.000 años.

"Estos resultados nos permiten averiguar qué componentes de la microbiota intestinal humana son esenciales para nuestra salud, ya que son elementos integrales de nuestra biología también desde un punto de vista evolutivo", explica Marco Candela (izquierda), profesor de la Universidad de Bolonia, en Italia, quien coordinó el equipo internacional de investigadores. El equipo también incluye, entre otros, a Simone Rampelli y Silvia Turroni, de la Universidad de Bolonia, y Carolina Mallol de la Universidad de La Laguna en las islas Canarias, España.

La microbiota intestinal es el conjunto de billones de microorganismos simbiontes que pueblan nuestro tracto gastrointestinal. Representa un componente esencial de nuestra biología y desempeña importantes funciones en nuestro organismo, como ayudar a regular nuestro metabolismo y nuestro sistema inmunitario y protegernos contra microorganismos patógenos.

Estudios recientes han demostrado que algunas características del estilo de vida moderno, como el consumo de alimentos procesados, el uso de fármacos o la vida en entornos ultralimpios, conducen a una reducción crítica de la biodiversidad en la microbiota intestinal. Este empobrecimiento se debe principalmente a la escasez cada vez mayor de microorganismos que podríamos calificar de "viejos amigos" del cuerpo humano.

Y ya hay algunas consecuencias negativas. Por ejemplo, en los países occidentales se vive un aumento espectacular de los casos de enfermedades inflamatorias crónicas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el síndrome metabólico, la diabetes de tipo 2 y el cáncer colorrectal.

¿Cómo podemos identificar los componentes de la microbiota intestinal más importantes para nuestra salud? Un buen modo es identificar cuáles llevan más tiempo dentro de nosotros, ya que su presencia continuada a lo largo de nuestra historia evolutiva demuestra su importancia para nuestra especie.

Estos componentes ancestrales de la microbiota intestinal humana incluyen muchas bacterias conocidas (entre ellas Blautia, Dorea, Roseburia, Ruminococcus y Faecalibacterium) que son fundamentales para nuestra salud. Al producir ácidos grasos de cadena corta a partir de la fibra alimentaria, estas bacterias ayudan a regular nuestro equilibrio metabólico e inmunitario. También está la Bifidobacterium: un microorganismo que desempeña un papel clave en la regulación de nuestras defensas inmunitarias, sobre todo en la infancia. En la microbiota intestinal de los neandertales, los investigadores identificaron a algunos de esos "viejos amigos". Esto confirma las hipótesis de la naturaleza ancestral de estos componentes.

Fuente: noticiasdelaciencia.com | 9 de febrero de 2021

Los neandertales de la zona del Levante mediterráneo emplearon tecnología lítica que se consideraba exclusiva del 'Homo sapiens'

Composición de la entrada de la cueva Shukbah (Cisjordania) con una representación de un neandertal.

Un diente recién analizado de un niño neandertal de aproximadamente 9 años, y que ha estado guardado durante mucho tiempo en una colección privada, marca la extensión geográfica más meridional que se conoce de este homínido. El estudio del conjunto arqueológico asociado al diente (cuya datación se estima en torno a 70.000 - 50.000 años atrás) sugiere que los neandertales utilizaron la tecnología Nubia-Levallois, la cual se estimaba restringida al Homo sapiens.

Con una alta concentración de cuevas que albergan evidencias sobre el comportamiento de poblaciones pasadas, el Levante es una zona importante para investigar los orígenes humanos. Durante más de un siglo las excavaciones arqueológicas en esa área han proporcionado fósiles humanos y conjuntos de herramientas de piedra que revelan paisajes habitados tanto por el Homo neanderthalensis como por el Homo sapiens, lo que convierte a esta región en un espacio de potencial mezcla entre ambas poblaciones de homínidos. Distinguir entre estas poblaciones solo mediante conjuntos de herramientas de piedra es complejo, pero se ha venido argumentando que la tecnología Nubia-Levallois fue elaborada solo por el Homo sapiens.

Fotografía y reconstrucción en 3D de un diente de un niño neandertal de 9 años hallado en la cueva Shukbah © Trustees of the Natural History Museum, Londres © Blinkhorn, et al., 2021.

Sin embargo, en un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana se reunieron con socios internacionales para reexaminar el registro fósil y arqueológico de la cueva Shukbah (Cisjordania) y han podido establecer no sólo la extensión más al sur que se conozca de los neandertales, sino también que hicieron uso de la tecnología Nubia-Levallois considerada como una marca registrada de los humanos modernos. Con este estudio es la primera vez en que se lleva a cabo un análisis en detalle de un diente humano en combinación con el examen comparativo de un conjunto de herramientas de piedra asociado al mismo.

"Los yacimientos donde restos óseos de homínidos se asocian directamente con conjuntos de herramientas de piedra suelen ser una rareza, pero el estudio tanto de los fósiles como del utillaje lítico es fundamental para comprender las ocupaciones de los homínidos en la cueva Shukbah y de la región en general", dice el autor principal, el Dr. Jimbob Blinkhorn (izquierda), anteriormente en Royal Holloway de la Universidad de Londres y ahora con el Grupo de Investigación de Evolución Panafricana (Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana).

La cueva Shukbah fue excavada por primera vez en la primavera de 1928 por Dorothy Garrod (derecha), quien informó sobre un rico conjunto de huesos de animales y herramientas de piedra de estilo Musteriense cementadas en depósitos de brechas o conglomerados y a menudo concentrados en hogares bien marcados. También identificó un molar humano grande y único. Sin embargo, el espécimen dental se mantuvo en una colección privada durante la mayor parte del siglo XX, lo que impidió realizar sobre el mismo estudios comparativos con métodos modernos. Pero la reciente reidentificación del diente en cuestión en el Museo de Historia Natural de Londres ha dado lugar a un nuevo trabajo detallado sobre los materiales hallados en la cueva Shukbah.

Fotos de núcleos Nubia-Levallois hallados en la cueva Shukbah © UCL, Instituto de Arqueología y cortesía del Museo Penn, Universidad de Pensilvania © Blinkhorn, et al., 2021 / CC BY 4.0

"La arqueóloga Garrod vio de inmediato lo distintivo que era este diente, y ahora hemos examinado el tamaño, la forma y la estructura tridimensional externa e interna del mismo y lo hemos comparado con ejemplares de 'Homo sapiens' y de 'Homo neanderthalensis' del Pleistoceno y del Holoceno. Esto nos ha permitido identificar claramente el diente como perteneciente a un niño neandertal de aproximadamente 9 años", dice el Dr. Clément Zanolli (izquierda), de la Universidad de Bordeaux. "La cueva Shukbah marca la extensión más al sur de los neandertales que se conoce hasta la fecha", subraya Zanolli.

Aunque el Homo sapiens y los neandertales compartían el uso de un amplio conjunto de tecnologías de herramientas de piedra, hasta muy recientemente se ha argumentado que la tecnología Nubia-Levallois había sido utilizada exclusivamente por el Homo sapiens. El argumento se ha fundamentado particularmente en el suroeste de Asia, donde se han utilizado herramientas Nubia-Levallois para rastrear las dispersiones humanas en ausencia de fósiles.

"Las ilustraciones de las colecciones de herramientas de piedra halladas en la cueva Shukbah insinuaban la presencia de la tecnología Nubia-Levallois, por lo que volvimos a visitar las colecciones al respecto con el fin de investigar más a fondo. Al final, identificamos muchos más artefactos producidos con el métrodo Nubia-Levallois de los que habíamos supuesto", dice Blinkhorn. "Esta es la primera vez que se encuentran este tipo de herramientas líticas en asociación directa con fósiles de neandertal, lo que sugiere que no podemos establecer ya un vínculo simple entre esta tecnología y el 'Homo sapiens'".

Entorno y emplazamiento de la la cueva Shukbah (Cisjordania).

"El suroeste de Asia es una región dinámica en términos de demografía, comportamiento y cambio ambiental respecto a los homínidos, y puede ser particularmente importante examinar las interacciones entre el 'Homo neanderthalensis' y el 'Homo sapiens'", agrega el profesor Simon Blockley (derecha), del Royal Holloway de la Universidad de Londres. "Este estudio destaca el rango geográfico de las poblaciones neandertales y su flexibilidad de comportamiento, pero también emite una nota oportuna de advertencia de que no existen vínculos directos entre homínidos particulares y tecnologías específicas de herramientas de piedra".

"Hasta ahora no tenemos evidencia directa de la presencia de un neandertal en África", dijo el profesor Chris Stringer (izquierda) del Museo de Historia Natural. "Pero la ubicación sur de la cueva Shukbah, a solo unos 400 km de El Cairo, debería recordarnos que es posible que incluso se hayan dispersado por el continente africano en alguna ocasión".

Descubren en Tanzania representaciones pictóricas enigmáticas de figuras antropomorfas con cabeza de animal

Vista general de las pinturas de Amak'hee 4. Fotografía de M. Grzelczyk.

En 2018, un equipo de arqueólogos hizo un descubrimiento asombroso en la reserva de caza Swaga Swaga en el centro de Tanzania: 52 refugios rocosos previamente indocumentados, pintados deliberadamente como arte rupestre. La intemperie había destruido casi todo menos un puñado de imágenes, de las cuales algunas eran un enigma absoluto.

Mapa que muestra las ubicaciones de los sitios de arte rupestre Amak'hee 4 y Kolo B1 y B2 (crédito del mapa: ESRI Topo Word / QGIS).

El lugar, llamado Amak'hee 4, fue pintado minuciosamente con un friso de arte figurativo, incluidas tres misteriosas figuras antropomórficas con cabezas extremadamente grandes.

Estas podrían ser, según el arqueólogo Maciej Grzelczyk (izquierda), de la Universidad Jagiellonian en Polonia, una pista para descubrir qué otros tríos de figuras similares encontradas en otros paneles de arte rupestre podrían ser.

El panel de Amak'hee 4 es difícil de datar, pero Grzelczyk pudo calcular que tiene al menos unos cientos de años. Está pintado casi en su totalidad con pigmento rojo, a excepción de cinco figuras en blanco. La erosión de este pigmento y la ausencia de animales domésticos sugiere que es bastante antiguo, que se remonta a la época de las sociedades de cazadores-recolectores de la región.

Representados en el panel hay animales que parecen ñus, antílopes eland, búfalos e incluso una jirafa, así como un puñado de figuras parecidas a humanos con cabezas grandes. Sin embargo, hay un grupo que destaca.

Calco digital de las pinturas de Amak'hee 4 realizado por M. Grzelczyk.

"Entre las pinturas de Amak'hee 4, es particularmente digno de mención una escena que se centra en tres imágenes", escribió Grzelczyk en su artículo publicado en Antiquity. "En este trío, las figuras parecen representar cabezas de búfalo estilizadas. Estas formas recuerdan la caída central en el perfil de la cabeza de búfalo desde donde los dos cuernos se elevan y luego se curvan hacia afuera alejándose de la cabeza, así como las orejas hacia abajo".

La cultura del pueblo Sandawe, que desciende de aquellos que solían habitar la región, no incluye motivos de personas con cabeza de búfalo o personas que pueden transformarse en búfalos (o viceversa), por lo que las imágenes pueden representar algo más. Ahora bien, señala Grzelczyk, los cuernos de búfalo juegan un papel importante en algunos rituales Sandawe.

Comparación de la cabeza de la figura 059 (arriba a la izquierda) y el búfalo africano (arriba a la derecha) y primer plano de la fotografía mejorada digitalmente (usando DStrech) que muestra detalles más finos y capas superpuestas (fotografías de M. Grzelczyk y PAP / DPA).

Sean lo que sean, las extrañas figuras no carecen de precedentes. No muy lejos de Amak'hee 4, en la región de Kondoa en el centro de Tanzania, hay pinturas rupestres en dos refugios rocosos que tienen un gran parecido con el trío de cabezas de búfalo mencionado. En el refugio Kolo B2, se representan tres figuras juntas, y en Kolo B1 tres figuras se representan horizontalmente, aunque yaciendo en el suelo.

En estos tres sitios se muestran figuras similares, con cabezas grandes, aunque las figuras de Kolo lucen un motivo de rayas interpretado como un tocado. Se estima que otras figuras de Kondoa tienen peinados elaborados, y en los tres enclaves las figuras están conectadas por una línea en su sección media, al tiempo que tienen disposiciones y direcciones similares de manos y brazos.

Comparación de los tríos de figuras de Amak'hee 4 (A), Kolo B2 (B) y Kolo B1 (C). Fotografías de M. Grzelczyk.

Amak'hee 4 tiene algunas diferencias importantes. Las cabezas parecen estar llenas de color sólido y parecen mucho más importantes en la acción que las rodea.

"Las figuras de Amak'hee 4 son notablemente más grandes que las de Kolo, y hacen de este motivo principal un punto focal central alrededor del cual parece tener lugar el resto de la narrativa. En contraste, las imágenes de Kolo son representaciones aisladas, sin conexión clara con el resto de las pinturas", escribió Grzelczyk.

Pintura Sandawe que representa a un grupo de mujeres tomadas de la mano (¿bailando?) al oeste de Kondoa.

En Kondoa, los Sandawe todavía utilizan algunos de los lugares de arte rupestre para una variedad de actividades rituales. Los que han sido recientemente documentados también son conocidos por las comunidades locales, por lo que es posible que puedan arrojar algo de luz sobre lo que significan las misteriosas figuras.

Mientras tanto, los arqueólogos continuarán el trabajo de documentar los sitios que puedan agregarse al registro publicado.

Fuente: sciencealert.com | 11 de febrero de 2021

Hallan en Egipto fábrica de cerveza de hace más de 5.000 años: surtió a los primeros faraones

Vista aérea de la fábrica de cerveza recién descubierta. La cervecería estaba compuesta de ocho áreas utilizadas como "unidades de producción". Cada una de ellas contenía unos 40 barreños de terracota. Ministerio de Antigüedades.

Una misión arqueológica ha descubierto en el centro de Egipto los restos de la que se cree que es la fábrica de producción masiva de cerveza más antigua de la que se tiene conocimiento, pues se estima que data de hace 5 mil 100 años, informó este sábado el Ministerio de Turismo y Antigüedades egipcio.

El hallazgo tuvo lugar en el norte de Abidos, en la provincia de Suhag, por una misión arqueológica conjunta egipcio-estadounidense y "consiste en ocho grandes sectores de 20 metros de longitud, 2.5 de ancho y 0.4 de profundidad que se usaban para producir cerveza”, según un comunicado del Ministerio.

La fábrica, añadió el documento, “probablemente se re remonta a la etapa del rey Narmer, considerado por algunos historiadores como el primer faraón de Egipto por haber unificado las regiones del Alto y del Bajo Nilo alrededor del año 3.100 a.C.

Por lo tanto, “se cree que es la fábrica de cerveza de producción masiva más antigua del mundo”, precisó.

De acuerdo con el Ministerio, ya se tenía conocimiento de esta fábrica desde principios del siglo XX, pero no se conocía su localización exacta hasta que ha sido descubierta por una misión encabezada por los arqueólogos Mathew Adams (izquierda), de la Universidad de Nueva York, y Deborah Vischak (derecha), de la de Princeton.

Abydos se encuentra en la parte sur del país, casi 400 kilómetros al sur de El Cairo a lo largo del Nilo. “Este es el lugar de enterramiento de los primeros reyes de Egipto”, dice Vischak. "Es un lugar que perdió protagonismo cuando los reyes trasladaron sus entierros al norte, a la capital Menfis, cerca de El Cairo", agrega.

Adams señaló en el comunicado que las instalaciones tenían capacidad para producir unos 22.400 litros de cerveza de una vez.

Además, indicó que "fue construida en ese lugar específicamente para suministrar cerveza para los rituales reales que se celebraron en los centros funerarios de los primeros reyes de Egipto" ya que durante las excavaciones se han encontrado evidencias de que la bebida se utilizaba en estos como ofrendas.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Mustafá Waziri, explicó por su parte que cada uno de los ocho sectores en que se distribuía la planta contaba con 40 cubetas de cerámica para calentar la mezcla de granos y agua, y cada cubeta se fijaba en su lugar mediante pilares de arcilla.

La cerveza tiene su origen en la región de Oriente Medio, en culturas como la mesopotámica y la egipcia, y se considera que la más antigua del mundo proce del Nilo Azul, en el actual Sudán, la cual data del año 7.000 a.C., y ha estado presente en todas las civilizaciones que han surgido en la cuenca mediterránea.

Hoy en día, pocos monumentos en pie sobreviven en Abidos, y las aldeas rurales invaden y rodean el sitio desértico, ubicado en la orilla occidental del Nilo, entre el borde del valle del río y los acantilados desérticos circundantes al oeste. Abidos, que abarca casi siete kilómetros cuadrados, contiene una rica colección de material antiguo que incluye vastos cementerios y templos reales.

El principal de ellos es el templo de Seti I, que es el principal atractivo para la mayoría de los turistas, y el Shunet el-Zebib, un monumento funerario de adobe desgastado que pertenece a uno de los primeros reyes de Egipto, Jasejemuy. La conservación de este monumento, de 5.000 años de antigüedad, una de las estructuras funerarias más antiguas del mundo, es una parte importante del proyecto arqueológico que lleva a cabo a Universidad de Nueva York junto con la de Princenton.

Las excavaciones en Abydos comenzaron a fines de la década de 1960 con el veterano egiptólogo David O'Connor, de la Universidad de Nueva York. Durante más de 50 años, O'Connor exploróeste vasto lugar reconstruyendo lentamente su compleja historia y, a menudo, se centró en los aspectos menos explorados de la historia egipcia. Vischak, quien se convirtió en codirectora del proyecto en 2018, junto con Matthew Adams, ha continuado con la labr de O'Connor.

Este antiguo cementerio del Imperio Antiguo en Abidos, hogar de los primeros faraones de Egipto, habla de una época en que el antiguo sitio perdió protagonismo cuando los reyes trasladaron sus entierros al norte, a la capital Memfis, cerca de El Cairo. Foto de Ayman Damarany.

Vischak, Adams y Reis Ibrahim Mohamed 'Ali, el capataz arqueológico, están concentrando sus esfuerzos de investigación en un cementerio no real en el extremo norte del sitio, cerca de Shunet. El cementerio data principalmente del Reino Antiguo (ca. 2700-2000 a. C.), aunque se utilizó en períodos posteriores. "Lo que queremos ver es cómo este cementerio nos habla hoy en día", dice Vischak. "¿Qué podemos decir de la comunidad partiendo de lo que nos dejaron?"

El año pasado, Vischak descubrió una diversa gama de artefactos del Imperio Antiguo en el cementerio, incluidos tiestos de cerámica, cuentas, joyas, vasijas de cerámica y numerosas ofrendas funerarias y votivas.

Los hallazgos de Vischak indican que aunque los reyes dejaron atrás Abidos, la comunidad local continuó y participó en las mismas tradiciones religiosas y funerarias compartidas en todo el país, aunque en un tipo de paisaje sagrado significativamente diferente. En el próximo milenio, 700 años después, el sitio se convirtió en un importante centro sagrado, atrayendo a los devotos de Osiris, el dios egipcio del inframundo y la deidad responsable de juzgar las almas en el más allá.

Fuentes: eluniversal.com.mx | discovery.princeton.edu | 13 de febrero de 2021