Hace 8.000 años, en Siberia, los cazadores-recolectores bailaban al son de los dientes de alce

Varón adulto de la tumba 76a en Yuzhniy Oleniy Ostrov (Lago Onega, Rusia occidental) dibujado como si estuviera vivo durante una sesión de baile: 140 dientes de alce en el pecho, cintura, pelvis y muslos traquetean rítmica y ruidosamente. Crédito: Artista Tom Bjorklund.

"Los adornos compuestos de dientes de alce suspendidos y repartidos sobre la ropa emiten un fuerte traqueteo cuando se mueven", dice la arqueóloga y becaria de investigación de la Academia de Finlandia, Riitta Rainio (izquierda), de la Universidad de Helsinki.

"El uso de estos 'cascabeles' mientras se baila hace que sea más fácil sumergirse en el paisaje sonoro y, finalmente, dejar que el sonido y el ritmo tomen el control de los movimientos. Es como si el bailarín fuera guiado en el baile por alguien".

Foto: dailymail Los dientes de alce se ven como marcas negras que rodean los huesos en cada tumba.

Rainio conoce bien el tema, ya que bailó, con fines de investigación, durante seis horas consecutivas, con adornos de dientes de alce producidos según el modelo de la Edad de Piedra. Rainio y el artista Juha Valkeapää realizaron una actuación para descubrir qué tipo de marcas de desgaste se forman en los dientes cuando chocan entre sí y se mueven en todas direcciones. El sonido de estos 'cascabeles' de dientes puede ser claro y brillante, ruidoso, dependiendo del número y la calidad de los dientes, así como de la intensidad del movimiento.

El microanálisis demuestra que las marcas de desgaste de los dientes son el resultado del baile.

Los dientes desgastados por el baile se analizaron en busca de marcas microscópicas antes y después del baile. Estas marcas fueron luego comparadas con los hallazgos hechos en las tumbas de Yuzhniy Oleniy Ostrov (Lago Onega, Rusia occidental) por Evgeny Girya, un arqueólogo especializado en micro-marcas en la Academia de Ciencias de Rusia.

Girya documentó y analizó las marcas de desgaste en los dientes de alce encontrados en cuatro tumbas mesolíticas elegidas para el experimento. Al comparar las astillas, los huecos, los cortes y las superficies alisadas de los dientes, observó una clara semejanza entre los dientes desgastados por la danza y los dientes de la Edad de Piedra. Sin embargo, las marcas en los dientes de la Edad de Piedra eran más profundas y extensas. Según Girya, los resultados muestran que las marcas son el resultado de una actividad similar.

Fuente: phys.org | 3 de junio de 2021

Hace 1,4 millones de años Orce (Granada) se convirtió en una zona de atracción para la elaboración de herramientas de piedra en Europa

Excavación en el yacimiento de Orce de Barranco León. Jordi Mestre / IPHES

Situado en el sector nororiental de la cuenca de Guadix-Baza (Granada), en las faldas de la Sierra de la Umbría, el yacimiento de Barranco León de Orce, de 1,4 millones de años, es conocido por su excepcional y rica colección arqueológica, que en la actualidad cuenta con unos 2.500 objetos elaborados con piedra caliza y con sílex de la zona.

El yacimiento también ha proporcionado un abundante registro paleontológico que incluye herbívoros y carnívoros, numerosos restos de microvertebrados e, incluso, una muela de hominino que es actualmente el fósil humano más antiguo de Europa occidental. En este contexto, la presencia de artefactos líticos y restos de fauna tanto no alterados como erosionados había desconcertado al personal investigador durante décadas.

Ahora, tras muchos años de meticulosas campañas de excavación, de exhaustivos análisis líticos y de concienzudos estudios geológicos, se ha sabido que, después de una época de intensas lluvias, Barranco León se convirtió en un pedrero: una verdadera cantera que fue aprovechada por las primeras poblaciones del continente europeo.

La investigadora Stefanía-Titton en el yacimiento de Barranco León. / R. G.

Esta investigación, liderada por Stefania Titton, que acaba de completar su doctorado en Cuaternario y Prehistoria en la Universidad Rovira i Virgili (URV) y en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), y está financiada por una beca de formación post máster de la Provincia Autónoma de Bolzano (Italia) propone un comportamiento inédito de nuestros antepasados más remotos. Los resultados, altamente significativos, acaban de ser publicados en la revista Archaeological and Anthropological Sciences.

La investigación se enmarca en el Proyecto Orce dirigido por Juan Manuel Jiménez Arenas, profesor titular del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, y del que forman parte Deborah Barsky, investigadora del IPHES-CERCA y profesora asociada de la URV, y Hugues-Alexandre Blain, investigador del IPHES-CERCA.

Herramienta lítica de hace 1,3 millones de años hallada en el 2010 en Orce. IPHES.

Una caja de sorpresas

Con las investigaciones realizadas a lo largo del tiempo se ha llegado actualmente a la conclusión de que, en Barranco León, en un primer momento, había una fuente de agua dulce proveniente del subsuelo que atraería a la abundante fauna que habitó este rincón de la provincia de Granada hace 1,4 millones de años. Fue entonces cuando un hecho catastrófico se convirtió en una oportunidad: las lluvias torrenciales que sufrieron los primeros habitantes de Orce acumularon las piedras y huesos que el agua encontró en su camino; entre las primeras, numerosos guijarros de caliza y algunos fragmentos de sílex que se habían formado durante millones de años en la Sierra de la Umbría. Todo esto formó un pavimento parecido a lo que observamos hoy en día a los cauces de muchos ríos.

Imagen facilitada por la Universidad de Granada.

Cuando llegó la calma y las aguas retrocedieron, Barranco León se había convertido en una cantera que fue aprovechada y explotada por los humanos. Este emplazamiento, inicialmente formado con materiales erosionados y provenientes de otros lugares, se convirtió en un taller donde se elaboraron múltiples herramientas que se utilizaron para procesar vegetales y animales fundamentalmente para la subsistencia de nuestros antepasados.

La presencia de fuentes de agua dulce provenientes del subsuelo en el mismo entorno de la cantera convirtió Barranco León en un abrevadero donde los herbívoros mitigaban su sed, pero donde también caerían presa de sus predadores, ya que los homininos con las herramientas recién elaboradas, los consumirían.

Imagen de los trabajos arquelógicos llevados a cabo en el Barranco León de Orce.

Buscando la aguja en el pajar

El estudio que ahora se presenta tiene sus raíces cuando el equipo investigador de Orce observó entre los 2.500 elementos de piedra que ha proporcionado el yacimiento de Barranco León, unos pocos que les llamaban la atención porque provienen de un único bloque de sílex y de un mismo guijarro de caliza. Así que emprendieron un estudio que era como encontrar la aguja en un pajar. La sección de tecnología lítica alcanzó este hito y ha reconstruido el puzzle con remontajes, es decir, juntando fragmentos de piedras que encajaban.

Situación geográfica del yacimiento de Barranco León (BL). 1a. Vista de la configuración actual del paisaje en el que se encuentra el yacimiento de BL (Foto: FL Chmiel). El sitio BL (a la izquierda) estaba cerca del borde del paleo-lago, y está situado hoy en el borde de un barranco con dirección NS. 1b. Vista general del sitio BL. 1c. Posición geográfica de algunos sitios circunmediterráneos en Eurasia que han producido conjuntos líticos olduvayenses con (punto amarillo y subrayado en el texto) o sin morfologías de poliedros, subesferoides, esferoides y bolas). Visor de mapas nacionales del USGS. Sitios olduvayenes mediterráneos en Eurasia con y sin morfologías poliédricas / subesferideas: (1.) BL y FN 3 (1.4 y 1.2 Ma., Andalucía, España); (3.) Niveles TD6 Gran Dolina (0.8–0.9 Ma.) y TE9 en Sima del Elefante, Atapuerca (1.2 Ma, Castilla y León, España); (4) Vallparadís (aprox . 0,98 Ma, Cataluña, España); (6) Pont de Lavaud (1,1 Ma., Indre, Francia); (7.) Le Vallonnet ( ca. 1.2 Ma., Roquebrune-Cap-Martin, Francia); (8.) Ca 'Belvedere di Monte Poggiolo ( ca. 1 Ma., Emilia Romagna, Italia); (9.) Localidad P13 de Pirro Nord (1.6–1.3 Ma., Puglia, Italia); (11.) Bizat Ruhama (Israel, 1.6-1.2 Ma); (12.) En el norte de África, Ain Hanech ( ca. 1.8 Ma, Argelia); (13. ) y Ain Boucherit (ca. 1.9 y 2.4 Ma, Argelia); (14.) Dmanisi (1,85–1,78 Ma., Georgia).— Yacimientos achelenses circun -mediterráneos en Eurasia con morfologías de herramientas poliédricas / subesferoidales: (2.) Cueva de Santa Ana (ca. 117-183 Ka. BP, Extremadura, España); (5.) Sitio US4 Bois-de-Riquet (aprox. 0,8 Ma.), Lezignan-la-Cèbe, Herault, Francia); (10.) y 'Ubeidiya (1.6-1.2 Ma, Israel).

Morfotipos poliédricos y subesferoides hallados en Barranco León BL y núcleos multidireccionales seleccionados para el análisis diacrítico.

Para dar más consistencia al estudio se llevó a cabo por primera vez un análisis espacial que ha permitido seguir el rastro de las personas que las crearon y se ha podido demostrar, sin lugar a dudas, que los humanos efectuaron múltiples actividades en Barranco León. Después de este momento de efervescencia, la actividad humana decayó, hasta desaparecer, desplazándose y centrándose la acción en Fuente Nueva 3, otro yacimiento olduvayense de Orce, que se encuentra a pocos kilómetros de Barranco León.

La investigación, financiada por la Junta de Andalucía, la ha realizado un equipo transdisciplinar en el que, además del personal ya citado, han tomado parte también tres miembros del IPHES-CERCA: Amèlia Bargalló, investigadora posdoctoral Juan de la Cierva del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; Christian Sánchez-Bandera, beneficiario de una beca predoctoral del programa María de Maeztu, y Robert Sala Ramos, director de dicho centro de investigación y profesor titular de Prehistoria de la URV; Oriol Oms, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona; José A. Solano, de la Universidad de Sevilla; José Yravedra, de la Universidad Complutense; Isidro Toro-Moyano, del Museo Arqueológico Provincial de Granada y Alexia Serrano-Ramos y Juan Manuel Jiménez Arenas, de la Universidad de Granada.

Fuentes: granadahoy.com | lavanguardia.com | 9 de junio de 2021

Descubren la muralla y el acceso a un poblado de la Edad del Hierro de un municipio de Castellón

Vista aérea del poblado de la Edad del Hierro situado en el Monte Calvario de Castellón.

El Ayuntamiento de Montán y la Diputación de Castellón han finalizado la novena campaña de excavaciones que están desarrollando en el Monte Calvario para sacar a la luz un poblado de la Edad del Hierro.

Se trata de un importante yacimiento arqueológico en el que se ha conseguido encontrar la muralla y la puerta que daba acceso al poblado, según ha informado el Ayuntamiento de Montán en un comunicado.

Los trabajos han sido desarrollados durante el mes de mayo por un equipo formado por ocho personas, dirigidos por Amparo Barrachina (izquierda), del Servicio de Investigaciones Arqueológicas y Prehistóricas de la Diputación de Castellón (SIAP), y han servido para completar el trazado de la muralla en una longitud de 16 metros y localizar la puerta de acceso.

El yacimiento es un poblado de calle central fechado a mediados del siglo VII a. C. y en esta campaña el trabajo ha consistido en terminar de excavar la calle principal en el punto en el que se encontraba con la muralla con el objetivo de documentar el tipo de puerta que tendría el sistema defensivo del Monte Calvario.

Foto

Sergio Fornás (derecha), alcalde de Montán, ha destacado que "son muchos años los que llevan trabajando para poner en valor este importante legado histórico tanto para el pueblo como para todo el entorno del Mijares". "Una vez terminados estos trabajos se complementarán con parte del yacimiento que es visitable y vamos a trabajar con el objetivo de que se convierta en un reclamo para atraer visitantes al pueblo", ha añadido.

El alcalde ha explicado que como hay una parte consolidada para que se pueda visitar, el ayuntamiento ha organizado una ruta señalizada para que se pueda acceder de forma segura y se han instalado paneles informativos para hacer más didáctica e interesante esta actividad.

SENDEROS

Los últimos trabajos que se han hecho han consistido en señalizar una senda de acceso por la ladera que da al barranco del Pino. Se trata de un sendero que sube desde la parte alta de Montán y permite hacer una ruta circular desde la plaza del Ayuntamiento. Amparo Barrachina, directora de la excavación en el Monte Calvario, ha estado apoyada en los trabajos por Manuel Burdeos, co-director de las excavaciones, y seis peones especializados en este tipo de excavaciones arqueológicas. Barrachina ha explicado que "en la parte superior de la ladera estaban las casas donde se habitaba, en la parte intermedia están los almacenes y estos se apoyan en la muralla. Lo excavado hasta el momento es suficiente para conocer la estructura del poblado, pero nos faltaba completar la muralla y la puerta", ha dicho.

La zona de trabajo de esta campaña estaba cubierta de tierra y era de difícil excavación por los derrumbes acumulados a lo largo de los siglos, por lo que ha habido que quitar muchas piedras y restos constructivos de encima. Los materiales recuperados indican que se trata del siglo VII antes de Cristo, entre los años 650 y 600 a. C.

La directora de la excavación ha señalado que, aún faltan muestras de carbono 14 sobre semillas para concretar más la cronología, pero por el tipo de material ven que es de los primeros contactos con comerciantes fenicios, que vinieron entre esos años. Barrachina ha destacado el valor del yacimiento y que a pesar de que esta era ya la novena campaña, han salido muchas más cosas interesantes en esta excavación, lo que obligará a hacer una o dos campañas más para recuperarlo. En total han estado trabajando durante el mes de mayo dos técnicos y seis peones, cinco de ellas mujeres, gracias al trabajo conjunto del Ayuntamiento de Montán y el Servicio de Investigaciones Arqueológicas y Prehistóricas de la Diputación de Castellón.

Fuente: elmundo.es | 31 de mayo de 2021

Hallan los restos más antiguos (5.500 - 5.200 años) de presencia humana en el centro-sur del Tíbet

Tingri Graben, ubicación del yacimiento de Su-re, a 4.450 msnm. Las caras norte de los montes Everest y Cho Oyu son visibles al fondo. Foto: Luke Gliganic.

Los seres humanos y sus antepasados ​​han fabricado herramientas de piedra durante millones de años. De hecho, los lugares en los que se han encontrado subproductos de la producción lítica así como las herramientas empleadas para ello se encuentran entre los yacimientos más comunes del registro arqueológico de todo el mundo.

Sin embargo, con frecuencia estos artefactos líticos son hallados, bien muy cerca, o bien en la misma superficie del suelo, por lo que resultan notablemente difíciles de ubicar en un marco cronológico. Esto es así debido a que los materiales orgánicos que pueden ser datados por radiocarbono y que están directamente asociados con estos hallazgos a menudo se encuentran ausentes. Por otro lado, su ubicación cercana o en la misma superficie no pueden ofrecer a los arqueólogos un periodo temporal inequívoco en los que situarlos.

Características del sitio arqueológico de Su-re. (A) Vista aérea oblicua de Google Earth con posiciones de artefactos de superficie muestreados a lo largo de la ladera en Su-re (la vista está al noroeste). (B) Vista sobre el sitio de dispersión de la superficie lítica en el valle de Su-re con grandes rocas de cuarcita que han sido parcialmente extraídas (punto medio de la imagen). Obsérvense las arenas degradadas de la cubierta eólica en el fondo y las líneas de drenaje poco profundas de la concentración del flujo terrestre en el primer plano. (C y D) Esquema detallado de los artefactos TIN36 y TIN54, respectivamente. Crédito de la foto: (A) imagen de Google Earth; (B) MC Meyer, Universidad de Innsbruck.

A todo ello hay que sumar que hasta la fecha existen muy pocas técnicas arqueométricas disponibles para datar la piedra trabajada directamente y que actualmente los únicos métodos para la datación directa de artefactos líticos son la termoluminiscencia y la datación por hidratación de la obsidiana. Sin embargo, ambas técnicas presentan serias limitaciones metodológicas que limitan el rango de aplicaciones así como la fiabilidad de cada método.

Ahora para salvar este escollo, el arqueólogo de la Universidad de Innsbruck, Luke Andrew Gliganic, ha empleado junto a su equipo una técnica conocida como luminiscencia ópticamente estimulada -OSL por sus siglas en inglés- para datar los restos del yacimiento arqueológico de Su-re, ubicado en la montaña Cho Oyu de la cordillera del Himalaya y situada apenas a unos 20 kilómetros al oeste del monte Everest. Con ello han identificado la que hasta ahora es la evidencia más antigua de la ocupación humana del centro-sur de la meseta tibetana.

Entorno geográfico del sitio estudiado. (A) Ubicación del Tingri Graben en el Himalaya. (B) Perspectiva de Google Earth del Tingri Graben y el alto Himalaya mirando aproximadamente al sur que indica la ubicación del sitio arqueológico de Su-re. Crédito de la fot (B): Google Earth.

El arqueólogo Gliganic realizando un muestreo de artefactos de superficie bajo una cubierta negra a prueba de luz en la meseta tibetana. Crédito: Michael Meyer. Crédito: Michael Meyer.

Los restos de estas herramientas han sido datados entre hace 5.500 y 5.200 años y proceden de una cantera ubicada cerca de un paso de montaña que fue una ruta histórica de comercio y peregrinaje. "Se cree que esta ruta situada en las inmediaciones de Cho Oyu funcionó además como un vínculo prehistórico entre la meseta tibetana y las tierras bajas del sur del Himalaya" cuentan los investigadores.

Sin embargo, una de las cosas que más llama la atención de la investigación de Gliganic, la cual se publica en la revista Science Advances bajo el titulo Direct dating of lithic surface artifacts using luminescence es el método de datación empleado para averiguar la antigüedad de los artefactos de piedra tibetanos, ya que pudieron fecharlos gracias a la citada técnica OSL, la cual puede emplearse para averiguar la última vez que el cuarzo de una roca estuvo expuesto a la luz.

Esto se explica debido a que la luz solar despoja gradualmente al cuarzo de una señal luminiscente natural hasta que esta se repone con una nueva exposición a la radiación tras ser enterrado nuevamente. Así, exponiendo la piedra a longitudes de onda de luz específicas, los investigadores obtienen una serie de señales gracias a las cuales pueden calcular el tiempo que han permanecido bajo tierra.

El coautor del estudio, Michael Meyer, en el laboratorio OSL de la Universidad de Innsbruck. Foto: Michael Meyer.

"La superficie de la Tierra es altamente dinámica y la erosión y la redeposición de material, especialmente en escalas de tiempo largas, es común. Por lo tanto, una determinación precisa de la edad de los artefactos líticos que ocurren como hallazgos en la superficie no ha sido posible hasta ahora. Muchos aspectos del comportamiento humano antiguo sólo se han conservado como hallazgos en la superficie, por lo que no se pueden fechar con precisión con los métodos de datación disponibles en la actualidad. Al seguir desarrollando la técnica de datación por luminiscencia estimulada ópticamente (OSL), ahora podemos, por primera vez, realizar mediciones de edad precisas y directas en artefactos líticos. En nuestro estudio actual hemos analizado artefactos de piedra de un sitio arqueológico de superficie en el centro-sur del Tíbet", explica Michael Meyer, jefe del Laboratorio de Luminiscencia del Departamento de Geología de la Universidad de Innsbruck y uno de los principales autores del estudio

"Este método de datación utiliza señales de luz natural que se acumulan con el tiempo en dosímetros naturales, como granos de cuarzo y feldespato que son componentes importantes de los sedimentos, así como rocas y artefactos líticos. Estos minerales se pueden imaginar como relojes miniaturizados. Cada grano es un diminuto reloj que se puede 'leer' en condiciones controladas de laboratorio. La señal luminosa nos permite inferir la edad de la capa de sedimento arqueológico o artefacto. Cuanta más luz, más antigua es la muestra ”, dice el geólogo. "En este estudio, hemos adoptado un nuevo enfoque y nos hemos centrado no en los granos de arena sedimentarios, sino, por primera vez, en los propios artefactos de piedra".

Pisadas humanas bien conservadas descubiertas en el sitio arqueológico de Chusang, en el altiplano central tibetano. Foto: Mark Aldenderfer.

Actividades de explotación de canteras hace más de 5.000 años

Debido a sus condiciones ambientales y climáticas extremas, las tierras altas secas del Tíbet se consideran una de las últimas regiones de la tierra que fueron ocupadas por humanos. El momento exacto en que se produjo el poblamiento de estos entornos remotos y bastante extremos ha provocado un gran debate científico en el transcurso de la última década. En 2017, Michael Meyer fechó las famosas huellas humanas de pies y manos de Chusang, en la parte central de la meseta tibetana a una edad de entre 8.000 y 12.000 años.

En el estudio actual, Meyer y su equipo analizaron hallazgos arqueológicos del sur del Tíbet en el Laboratorio OSL de Innsbruck: el sitio de excavación Su-re se encuentra inmediatamente al norte del macizo del Monte Everest-Cho Oyu en el llamado Tingri Graben a una altura de 4.450 metros. Los artefactos superficiales son particularmente comunes en el Tíbet. Para fecharlos, el investigador utilizó la denominada técnica de datación de enterramiento de la superficie de la roca y la aplicó a los artefactos de la superficie lítica. Este método determina el momento en el que el artefacto de piedra fue descartado por los humanos y al menos parcialmente cubierto con tierra.

El sitio de excavación Su-re se encuentra inmediatamente al norte del macizo del Monte Everest-Cho Oyu (a la izquierda) en el llamado Tingri graben a una altura de 4.450 metros. Crédito: Luke Gliganic

"Con nuestro método de luminiscencia, podemos mirar dentro de la piedra y crear un perfil continuo de la profundidad de su antigüedad. El interior de una roca nunca ha estado expuesto a la luz solar, por lo que tenemos una señal de luminiscencia saturada allí y una cronología infinitamente alta. Sin embargo, si la superficie de la roca se expone a la luz del día durante un tiempo suficiente, se borrará la señal en los milímetros o centímetros superiores de la roca. Esto sucede durante el tallado de la herramienta lítica, y también durante el uso posterior del artefacto por parte de los humanos. Cuando el artefacto es luego descartado y al menos parcialmente enterrado en sedimento y protegido de la luz, la señal de luminiscencia en la superficie de este artefacto se recarga. Al medir esta señal de luminiscencia dependiente de la profundidad en las superficies rocosas, podemos calcular la antigüedad del artefacto, teniendo en cuenta la dinámica de los procesos locales de la superficie terrestre. Este enfoque nos permite datar tales artefactos de piedra directamente, incluso si ocurren como hallazgos en la superficie", explica Meyer.

Modelo conceptual que muestra el enfoque de datación que destaca una ruta común de un artefacto lítico en el paisaje y los cambios correspondientes a la señal de luminiscencia en la superficie del objeto de interés. (A) Artefacto todavía en su contexto original de lecho rocoso antes de la exposición por extracción y / o tallado. (B) El uso y / o descarte de artefactos por parte de humanos que conducen a la exposición y decoloración de la señal luminiscente en todas las superficies. (C) Asentamiento de artefactos, incrustaciones y semienterías en el suelo que conducen a la acumulación de señales de luminiscencia (las líneas de puntos rojas y verdes indican dos superficies de artefactos opuestos). Tenga en cuenta que la exposición de la superficie de un artefacto que da al aire antes del tallado (es decir, exposición previa, mientras todavía está "in situ" en el entorno de la cantera) como en (A) contribuirá al blanqueamiento de las superficies del artefacto que continúa en (B) .

Los análisis de los artefactos de la superficie del sur del Tíbet revelaron una edad entre 5.200 y 5.500 años. "Suponemos que los hallazgos de artefactos en Su-re están relacionados con las actividades de extracción en este sitio". Se han descubierto sitios muy antiguos en la parte central de la meseta; sin embargo, para el sector sur de la meseta tibetana, Su-re es actualmente el sitio más antiguo con una datación segura.

Para Michael Meyer, el análisis de estos artefactos tibetanos es solo el comienzo: "Este método basado en OSL abre nuevas perspectivas en la datación arqueológica y tiene un gran potencial también para sitios en otros continentes que preservan artefactos líticos en un entorno favorable", concluye el geólogo.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | phys.org | 2 de junio de 2021

Los 7 caballos que revelan un excepcional santuario en la gran ciudad iberorromana de Torreparedones (Córdoba)

Momento del hallazgo de uno de los exvotos zoomorfos. José Antonio Morena López

Él se llamaba Relato y su esposa, de nombre desconocido, tenía 40 años y era oriunda de la colonia vecina de Asido Caesarina (Medina Sidonia, Cádiz). El matrimonio, probablemente personajes humildes de estatus libertino, falleció en la ciudad iberorromana de Torreparedones (Baena, Córdoba) en algún momento de comienzos de la nueva era. Ambos fueron enterrados en la necrópolis oriental del yacimiento, fuera de la muralla, y en su memoria se talló una pequeña inscripción funeraria de medio metro de alto sobre una estela de piedra caliza.

Esa lápida fue hallada en 2011 por el equipo de arqueólogos que lleva varias décadas investigando el singular sitio, un poblado fortificado íbero que en época romana, entre los siglos I a.C. y II d.C., la de mayor esplendor, alcanzó el estatus de municipio. Con varias termas, un anfiteatro o un foro espectacular, Torreparedones ha sido bautizado como la "Pompeya cordobesa". Unas recientes excavaciones en el espacio donde se identificó el epígrafe funerario no han podido identificar restos humanos, los cuerpos de Relato y su mujer, pero por el contrario han arrojado una sorpresa mucho mayor.

El concejal de Cultura, Javier Vacas (izquierda), y el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, presentando los nuevos hallazgos descubiertos en Torreparedones en octubre de 2020.

Se trata del hallazgo, en un contexto que ha podido fecharse en el siglo I d.C., de un conjunto de exvotos zoomorfos que representan figuras de caballos y están tallados en piedra caliza local. Según explica José Antonio Morena López, director del Parque Arqueológico de Torreparedones y uno de los directores de las investigaciones, estas piezas rituales deben relacionarse con la presencia de un santuario dedicado a una divinidad protectora del équido, muy importante para la aristocracia íbera como elemento de prestigio.

Detalle de uno de los exvotos con figura de caballo hallados en Torreparedones. José Antonio Morena.

"Lo que resulta realmente excepcional es que es la primera vez que se reconocen en una misma ciudad dos santuarios diferentes que están separados por 600 metros y que además pudieron estar en uso al mismo tiempo", valora el arqueólogo en referencia al otro templo, también extramuros y en la parte meridional del yacimiento, dedicado a la Dea Salus, diosa de la fertilidad y la salud, que estuvo en uso desde el siglo III a.C. hasta el II d.C.

Morena detalla que el significado de los exvotos de caballos —son siete en total, de los cuales tres están completos y cuatro fragmentados— es similar al de los exvotos antropomorfos: "Es decir, serían presentes o regalos depositados por los fieles en un lugar de culto tras haber recibido alguna petición previa a una divinidad protectora de estos animales". En el otro santuario se han localizado ofrendas que se corresponden con mujeres embarazadas implorando "un parto sin problemas".

"Aquí está la fuente de la Diosa Salud salvadora". Esa es la inscripción que se puede leer en una pieza encontrada junto a las termas orientales del yacimiento arqueológico de Torreparedones y que según el doctor Ángel Ventura correspondía a un altar dedicado a la divinidad. El hallazgo confirma la existencia de otro edificio al sur del complejo termal, posiblemente un santuario, al que los enfermos acudían para sanar.

Tumbas romanas

Las excavaciones por vía de urgencia en las que se ha documentado la probable presencia de este segundo templo se realizaron en septiembre del año pasado, después de descubrirse unas remociones de terreno clandestinas en la zona de la necrópolis romana, situada junto al centro de recepción de visitantes. Los resultados se han dado a conocer públicamente hace unos días y el estudio exhaustivo de los exvotos saldrá publicado en breve en una revista especializada.

Vista aérea de las termas de la Salud. Parque Arqueológico Torreparedones.

Además de las siete ofrendas, que no fueron encontradas in situ, sino removidas —los expertos sugieren que el edificio donde se realizarían las ceremonias y actividades religiosas debe situarse más al norte, en la cima del cerro, por lo que estas piezas rodaron en algún momento por la ladera—, se han identificado varias tumbas interesantes. Por el momento no ha aparecido ninguna estructura muraria que pueda interpretarse como perteneciente al santuario, tan solo un pavimento de arenisca.

Las sepulturas halladas consisten en un primer enterramiento individual en una urna de piedra caliza colocada dentro de un gran sillar de calcarenita, que a modo de ajuar contaba con un cuenco de cerámica común, una urna también de cerámica con decoración pintada de tradición ibérica y un ungüentario-anforisco de vidrio. Todos estos elementos han permitido datar la inhumación en la primera mitad del siglo I d.C.

Dos enterramientos encontrados en Torreparedones; la tumba de la izquierda es de una mujer.

La otra es una tumba colectiva, de tipo familiar y semi-hipogea, es decir, subterránea, que estaba parcialmente destruida y fue saqueada ya en época antigua, aunque también presenta alteraciones más recientes. De su interior tan solo se han podido recoger restos muy fragmentados de las urnas de piedra y un cuenco-tapadera de otra urna de cerámica.

"Se trata de un enterramiento muy interesante desde el punto de su tipología, pues es el tercer caso que se documenta en Torreparedones, y podría decirse que exclusivo de este yacimiento", explica José Antonio Morena. "Está construida con fábrica de 'opus quadratum' y su singularidad viene marcada por la presencia de una repisa de piedra moldurada que recorre la cámara funeraria y sobre la que estarían colocadas las urnas y los ajuares. Debió pertenecer a una familia de alto poder adquisitivo". Quién sabe si conocidos de Relato y su mujer.

Fuente: elespañol.com| 3 de junio de 2021

El proyecto de renovación de la Acrópolis de Atenas desata una fuerte polémica en Grecia

Los críticos dicen que el vertido apresurado de hormigón en la atracción más emblemática de Grecia es 'extraño' y 'asfixiante'. Aris MESSINIS. AFP

El proyecto de renovación de la Acrópolis de Atenas, que forma parte del patrimonio mundial de la Unesco, está generando abundantes críticas y el gobierno griego es acusado de deteriorar una herencia de un valor incalculable.

El objeto principal de polémica es una nueva pasarela de hormigón, inaugurada en el mes de diciembre pasado, como parte de una renovación más amplia para acoger a millones de visitantes cada año, incluidas personas con movilidad reducida.

El veterano arquitecto Tasos Tanoulas, antiguo miembro del equipo de restauración de la Acrópolis, calificó la nueva rampa de “incongruente” y “asfixiante” para este monumento del siglo V a.C., mientras que el principal líder de la oposición, Alexis Tsipras, habló de “maltrato” al lugar arqueológico más famoso de Grecia.

Las obras terminaron hace poco más de un año y sus detractores dicen que se hicieron sin el cuidado necesario para salvaguardar el monumento. La reacción fue inmediata tanto en las redes sociales griegas, plagadas de memes a mitad de camino entre la indignación y el humor macabro, como en las internacionales. Pese al impacto de las imágenes (caminos de cemento en un entorno de ruinas milenarias) no es la primera vez que las autoridades acometen una intervención semejante. Los actuales caminos, ya pavimentados, datan de los años 60. Cincuenta años después el gobierno ha tomado una decisión idéntica. Y muy criticada. El gobierno responde que se tomaron todas las precauciones y que las críticas están alimentadas por la oposición.

La nueva pasarela de hormigón es el blanco de la polémica sobre la renovación del sitio arqueológico. Foto: AFP

Resulta significativo que las principales críticas al proyecto hayan llegado de colectivos para personas discapacitadas. Tanto la Sociedad Griega de Discapacitados (AEMA) como la Federación Nacional de Discapacitados Físicos (EOKA) han mostrado su recelo por las obras. Ni hacía falta "ahogar" la Acrópolis en cemento; ni las nuevas rutas están adaptadas a algunos colectivos, como los ciegos; ni se tuvieron en cuenta otras alternativas con otros materiales menos "feos" e "inapropiados".

El Ministerio de Cultura anunció esta semana nuevos dispositivos en la Acrópolis para los visitantes con discapacidad, resultado, según dijo, de conversaciones con las principales asociaciones de este colectivo. En en este sentido, se instalarán señales en braille para los visitantes con problemas de visión, así como barandillas y señalización para el acceso en pendiente. Pero los riesgos permanecen.

Tropiezos

El día que AFP visitó la Acrópolis, una mujer tropezó en un agujero en medio de la nueva pasarela, uno de los muchos huecos diseñados a propósito para que se pueda ver la antigua roca que hay debajo. Un empleado barría ese día la suciedad hacia otro agujero tras el paso de un grupo de visitantes.

“Esto es una meseta con baches. Los baches no son ni mucho menos seguros”, dijo la guía turística Smaragda Touloupa (izquierda) que recientemente hizo una visita con sus padres ya ancianos.

La renovación de la Acrópolis, que ha costado unos 1.500 millones de euros (1.820 millones de dólares) e incluye iluminación nocturna, un ascensor para discapacitados y un mejor drenaje, fue financiada por la fundación privada Onassis.

Las obras, destinadas a favorecer la afluencia de público, fueron realizadas por “expertos de renombre mundial” con cuatro décadas de experiencia, dijo la ministra de Cultura, Lina Mendoni (derecha).

Pero Smaragda Touloupa, autora de artículos sobre la gestión del patrimonio y guía de la Acrópolis desde 1998, lamenta que este gran proyecto haya sido decidido por un pequeño círculo, en su mayoría formado por arqueólogos. “Es un enfoque completamente tecnocrático”, dice. Sin embargo, las obras también han despertado el recelo de algunos arqueólogos, aunque aquí las opiniones son menos unánimes.

Incluso la Unesco se enteró de las “intervenciones en la Acrópolis por terceros”, dijo a la AFP Mechtild Rossler, directora del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco. Como firmante de la Convención del Patrimonio Mundial de la Unesco, “Grecia debe avisar antes de tomar cualquier decisión que sea difícil de revertir, añadió.

Cambios “menores”

Lina Mendoni asegura que no había obligación de informar a la Unesco sobre estos cambios “menores” y “totalmente reversibles”.

Según las autoridades, la renovación era necesaria porque los senderos que rodean la Acrópolis, diseñados hace 50 años y remodelados por última vez en 2012, provocaban cientos de accidentes cada año.

El director del proyecto, Manolis Korres (izquierda), un respetado arquitecto que lleva participando en la obra desde 1975, se aseguró de que el hormigón repose sobre una membrana protectora que pueda retirarse rápidamente en caso necesario. El pavimento sólido también era esencial para que la maquinaria pesada pudiera mover las losas de varias toneladas.

Según Korres, la intervención era necesaria para prevenir la erosión resultante de millones de visitantes al año: "El diseño y la ejecución cumplen con los principios internacionales ya incorporados a la legislación de muchos países, incluido el nuestro".

Korres se remonta a las restauraciones originales de Giannis Travlos, otro prestigioso arqueólogo, en las que, tras analizar el estado de la Acrópolis, se resolvió que la mejor intervención pasaba por el cemento. Era el mejor modo de proteger las ruinas y de evitar desprendimientos y otros peligros para los visitantes.

Fotos: Antes y después de uno de los caminos que conduce a la Acrópolis.

Según sus palabras: "Para ancianos como yo, estos trabajos, pese a su corrección científica y utilidad social, también implican pérdidas, principalmente de carácter emocional. En este caso algo de la antigua y romántica imagen que siempre preservaré en mi memoria, con sentimientos encontrados, se perderán para siempre. Pero lo que se requiere en cada intervención es un equilibrio entre ganancia y pérdida, cuyo rechazo sería ingrato cuando los beneficios son mucho más grandes".

Conciliación

El gigantesco revuelo generado llevó al gobierno a publicar un extenso vídeo en el que se mostraba el estado de las obras. Son ciertamente menos dramáticas que las imágenes originales y que la idea de "cementar un vestigio arqueológico único en el mundo" pudiera dar a entender. El ministerio también se apresuró a recordar que la intervención contaba con el sello de aprobación del Consejo Arqueológico Central (KAS) y que la restauración permitiría atraer a más visitantes. Más de 3,5 millones de personas visitaron la Acrópolis en 2019, antes de que la pandemia de coronavirus cerrara los viajes.

Largo problema

Crimen cultural o mal necesario, lo cierto es que las obras de la Acrópolis vienen derivadas de un problema que arrastra desde hace décadas: el de la accesibilidad. Ni los monumentos ni numerosos edificios públicos, ni las políticas públicas para atender y cuidar de las personas discapacitadas, han estado especialmente adaptados. Se trata de una cuestión que ha sido tratada por la prensa local e internacional de forma habitual. El cemento aspira a solucionar el problema parcialmente en la Acrópolis, pese al impacto visual tan agresivo que representa.

Fuentes: semana.com | magnet.xataka.com | elmundo.es | keeptalkinggreece.com | | 5 de junio de 2021