Rebecca Wragg Sykes: “Los neandertales tuvieron mucho éxito, no fueron unos fracasados”

La relación de los neandertales con este mundo nació hace unos 350.000 años. La de Rebecca Wragg Sykes (Londres, 40 años) con ellos surgió cuando ella apenas tenía 14 años. En una visita organizada por su colegio, Wragg Sykes pudo conocer de primera mano cómo se trabajaba en un yacimiento arqueológico de la edad romana. “Entonces me di cuenta de que quería estudiar arqueología”, dice.

Años más tarde, un vídeo proyectado en el Museo de las Cuevas de Altamira le hizo cerrar el foco sobre lo que realmente le apasionaba. Los restos romanos estaban bien, pero el periodo del Pleistoceno era un campo mucho más “apasionante”. “No tenemos textos, no tenemos registros escritos, incluso comparado con la prehistoria más reciente no tenemos tanto material, por lo que tenemos que emplear aún más inventiva para obtener tanta información como sea posible”, asegura Wragg Sykes en una entrevista por videoconferencia.

Quince años de estudio se han concentrado ahora en su libro, Neandertales: la vida, el amor, la muerte y el arte de nuestros primos lejanos (Editorial GeoPlaneta), que llega a las librerías españolas y que The New York Times incluyó entre los 100 más destacados de 2020. “Una nueva y completa historia sobre los neandertales que sintetiza miles de estudios académicos en un único relato accesible”, dice este medio sobre el libro en una de sus críticas. El objetivo es acercar a todos los públicos los grandes descubrimientos recientes en torno a los neandertales, pero también otros detalles sobre su vida y su día a día que no tienen espacio en muchos medios convencionales.

Pregunta. ¿Cuál era su objetivo al escribir el libro?

Respuesta. Los neandertales son interesantes porque aparecen mucho en los medios. Suelo decir que son como unas celebridades. Si hay un descubrimiento sobre neandertales, a menudo se cubre. Pero lo que no se cubre es otra información que los arqueólogos sí conocemos y que es complicado explicar en un solo artículo. Así que quería escribir un libro que reuniera todo lo que la arqueología moderna puede decir sobre los neandertales, incluyendo los grandes descubrimientos, pero también cómo trabaja la arqueología actualmente. Quería señalar las diferentes dificultades que encontramos en lo que hacemos y cómo las solventamos para crear este conocimiento tan rico sobre la vida de los neandertales. Creo que a veces no se comunica fuera de nuestro ámbito. Algunos de los temas principales que aparecen en televisión o grandes periódicos son a menudo sobre extinción y yo quería hablar sobre el resto de los neandertales, de los 300.000 años antes de eso ocurriera, que también son muy interesantes. Y quería pensar en ellos en sus propios términos, sin tenernos a nosotros de fondo.

P. ¿Cómo fue el proceso de creación, con la pandemia de por medio?

R. Empecé a hablar con mi editor sobre el tema hace unos ocho años, pero en realidad tardé unos tres años y medio en escribirlo. Empecé a principios de 2017 mientras estaba en Francia y después volví al Reino Unido. Aunque fue una experiencia maravillosa, es difícil pasar de un lenguaje académico, donde para cada ejemplo tienes que basarte en una prueba de ADN o demostrar tu punto de vista, a escribir para todos los públicos. Tuve que reestructurar el libro. Era el doble de largo de lo que es ahora. Por todo ello, el proceso fue difícil, aunque me gustó escribir la introducción de los capítulos, que son mucho más narrativas. Lo disfruté mucho. En cuanto a la pandemia, no me ha sido difícil en comparación con lo que el resto de la gente ha tenido que lidiar a nivel profesional. Al final del libro menciono la covid y la pandemia porque el epílogo ya se centraba en preguntas existenciales en torno a crisis climáticas y las preocupaciones de la gente en torno a este tema. La pandemia fue otro elemento. Para mí, remarcó cómo las oportunidades y la suerte juegan un papel fundamental en lo que nos ocurre como especie y creo que eso es muy importante.

P. Una de las anécdotas más interesantes es la del origen del nombre de los neandertales. ¿De dónde viene?

R. Es una de esas conexiones históricas extrañas. Hay muchas cosas antiguas en la historia de los neandertales que ni siquiera las incluí porque son extremadamente raras. Por ejemplo, en un momento de la Segunda Guerra Mundial había una calavera de neandertal bajo el altar de una vieja iglesia católica en Roma. [Ríe] Una cosa muy extraña. El nombre de los neandertales como especie originalmente viene de la cueva de Feldhofer, en Alemania, que está en el valle de Neander [Neandertal, en alemán]. Ese valle se nombró así por un poeta y compositor [Joachim Neander] del año 1600, unos cien años después de que muriese. Pero antes de eso ya era un valle muy bonito, era un lugar muy turístico, donde la gente iba a inspirarse. Lo curioso es que el apellido original de esta familia era Neumann, pero por una moda de la época su abuelo modificó su apellido y adoptó el de Neander. Neumann significa “hombre nuevo”. Así que el valle de Neander fue nombrado, sin saberlo, como el “valle de los hombres nuevos” muchos años antes de que se encontraran los primeros restos de neandertales. No se puede imaginar un sitio mejor.

P. Leyendo el libro da la sensación de que sabemos todo sobre los neandertales. ¿Es así?

R. Hay muchas cosas que desconocemos. No sabemos cuál es el punto más al este en el que vivieron. La cueva de Denisova, en Siberia, es el punto más al este donde hemos hallado restos. Pero eso no significa que sea el punto más al este al que llegaron. Entre Denisova y el Pacífico hay solo estepa y alguna montaña, pero no hay razón para que no pudieran llegar significativamente más lejos. Tampoco sabemos cómo de lejos eran capaces de moverse como individuos. Tenemos dos formas de medir eso. Podemos mirar los isótopos de sus huesos, que nos dicen que podían andar unos 50 kilómetros. Pero podría no ser una medida real. La única otra forma en la que podemos hacerlo es rastreando la piedra de las herramientas que creaban y decir que una herramienta vino de una montaña de 100 o 300 kilómetros más allá. Cuando tienes esas distancias tan grandes, ¿significa que los neandertales se movían individualmente en esas escalas? ¿O entregaban esa clase de objetos en algún tipo de intercambio? No lo sabemos todavía.

Incluso no comprendemos completamente por qué hay tantas formas de hacer herramientas de piedra, porque las había. No se hacían de una única forma y no sabemos por qué todos los grupos de neandertales conocían todos los tipos de tecnología. Eso es muy difícil de explicar. Si tienes un yacimiento muy bien conservado puedes decir cosas increíbles sobre qué estaba ocurriendo allí, cómo ese lugar está conectado con otros sitios, con el paisaje. Pero hay aspectos fundamentales que no sabemos. ¿Se movían en grupos? ¿Con cuánta frecuencia? Es difícil de decir. Podemos mirarlo desde una perspectiva individual y pensar “quizás se movían mucho entre grupos”, pero probar que todos lo hacían es complicado, porque vivieron durante un lapso de tiempo enorme y en un área amplísima. Creo que en lo que estamos mejorando es en entender que debemos esperar que haya mucha diversidad en las cosas que hacían.

P. El libro también pretende derribar los clichés que hay en torno a la figura de los neandertales. ¿Por qué esos clichés están tan arraigados?

R. Creo que es algo extraño, porque los neandertales fueron los primeros homínidos que nos encontramos. Fue la primera vez que supimos que había otro tipo de humano en el planeta. Se les había mostrado como algo con lo que compararnos desde el principio de los orígenes humanos. Creo que en ese sentido, siempre hemos mirado de forma muy entusiasta las diferencias y hemos subrayado que ellos son como basura. Tenemos una visión negativa porque queremos explicar por qué ya no están aquí. No hay neandertales a nuestro alrededor y queremos explicarlo de una forma que nos ponga en buen lugar. Y lo queremos hacer así porque es como enmarcamos nuestra explicación de las cosas. Definitivamente, hay una visión negativa persistente de los neandertales, tanto en la ciencia como en la cultura. Pero por otro lado, si conozco a alguien, en un tren o una situación similar, y les digo que trabajo con neandertales, muy a menudo la gente me dice “oh, no son tan estúpidos como se pensaba”. Pero a la gente todavía le hace feliz utilizar la palabra neandertales como insulto. Eso se ha separado de la arqueología, el insulto sigue ahí.

P. Pero los neandertales vivían en grupos, se preocupaban de los demás, dormían en camas, les interesaba el arte, tenían una cultura y algo parecido a un lenguaje. Se podría pensar que en el fondo no somos tan diferentes.

R. Si observa lo que los Homo sapiens hacían en la época en la que los neandertales estaban vivos, la mayor parte de ese tiempo, hace entre 350.000 y 40.000 años, los restos arqueológicos son muy parecidos. Hay muy poca diferencia. Es solo un poco después de 100.000 o 60.000 cuando se empiezan a ver algunas diferencias en lo estético y posiblemente también en algunas tecnologías de caza. [...] Creo que uno de los grandes elementos que pueden suponer una diferencia, en términos de la extinción, es que en este punto, los grupos de Homo sapiens tenían una organización social diferente. Tenemos evidencias arqueológicas de objetos simbólicos, como colgantes de piedra. Incluso la genética sugiere que los primeros grupos de Homo sapiens no estaban aislados unos de otros. Vivían en grupos pequeños, pero estaban bien conectados. Y eso se parece mucho a lo que vemos en la población cazadora y recolectora reciente. La gente se movía entre grupos todo el tiempo. Muchos de ellos no tenían un vínculo de sangre, pero tenían redes de apoyo amplias. Y eso es lo que quizás no tenían los neandertales, así que creo que lo que quizás marcó realmente la diferencia está relacionado con las comunidades sociales de los primeros Homo sapiens.

P. Los neandertales eran casi tan inteligentes como nosotros, pero aún así desaparecieron. ¿Podemos aprender algo de eso?

R. Creo que tenían una inteligencia impresionante, y de alguna forma podemos decir que era la misma. Pero quizás ellos no pensaban en el mundo exactamente como nosotros lo pensamos, como esa idea de uniones entre personas. Quizás no hacían tantas conexiones entre ideas. Creo que tenemos que pensar que los neandertales tuvieron mucho éxito en lo que hicieron, no fueron unos fracasados. Se logra una buena comparación observando la historia profunda de la Tierra y las grandes extinciones masivas previas. A menudo hay animales que estaban muy bien adaptados al medio ambiente y aun así se extinguieron. Hubo un elemento de fortuna. Y tenemos que preguntarnos ¿por qué llevó tanto tiempo? Sabemos que los Homo sapiens salieron de África hace entre 150.000 y 200.000 años. Si fuimos tan superiores, ¿por qué nos llevó tanto tiempo reemplazarlos y llegar a Europa? ¿Por qué ocurrió tan tarde? Más aún cuando lo que vemos de ese periodo de tiempo es que hubo numerosos encuentros, por lo que vemos a través de la genética, sabemos que hubo mestizaje. Hay algo que es diferente y quizás la suerte sea el factor principal. Nuestro deseo de conectar con todos y socializar no nos hace más inteligentes, solo nos hace diferentes. Y eso podría ayudar.

Fuente: elpais.com| 1 de septiembre de 2021

La 25ª Conferencia de Calpe (organizada por la Universidad de Gibraltar) versará sobre los neandertales ibéricos y conmemorará el trabajo del profesor Ofer Bar-Yosef

La 25ª edición de la Conferencia de Calpe, organizada por el Museo Nacional de Gibraltar, se celebrará entre el jueves 23 y el sábado 25 de septiembre en la Universidad de Gibraltar. El tema son los neandertales ibéricos y la conferencia reúne a destacados científicos de toda la península ibérica en un encuentro en el que se informará acerca de las últimas investigaciones sobre la cuestión.

La conferencia coincide con el 95º aniversario del descubrimiento del cráneo de un niño neandertal en el refugio rocoso de Devil’s Tower, conocido popularmente en la actualidad como Flint.

El cráneo de Gibraltar 2 , descubierto en 1926 en la Cueva de la Torre del Diablo , fue el segundo cráneo de neandertal encontrado en Gibraltar.

La conferencia también conmemorará el trabajo de toda una vida del difunto profesor Ofer Bar-Yosef, un afamado arqueólogo que dedicó gran parte de su investigación al estudio de los neandertales. El profesor Bar-Yosef fue ponente invitado en la primera Conferencia Calpe sobre los neandertales, celebrada en 1998, y había regresado a Calpe en ediciones posteriores.

El profesor Ofer Bar-Yosef

La conferencia está abierta para todas aquellas personas que deseen asistir, previa inscripción. Se respetará estrictamente la normativa vigente en materia de Covid-19 en todo momento. Para acceder al recinto es necesario inscribirse y, como en años anteriores, la inscripción será gratuita para los residentes locales que deseen asistir. Los no residentes deberán pagar una cuota de inscripción. Habrá un cupo de delegados en el recinto y las inscripciones se harán por orden de llegada. Se puede obtener más información en la página web del Museo Nacional de Gibraltar www.gibmuseum.gi/news/events o en el teléfono (+00350) 200 74289, Ext. 233)

Programa

Fuente: diarioarea.com | 6 de septiembre de 2021

Abric Romaní (Barcelona) cumple el próximo verano 40 años de excavaciones, gracias a las cuales conocemos mejor a los neandertales

El tesoro arqueológico de Capellades se descubrió en 1909, pero las excavaciones empezaron en 1982

Capellades es una pequeña villa papelera de poco más de 5.000 habitantes, con una apreciada balsa en su corazón, que en su día (1909) descubrió un tesoro, unos restos arqueológicos que datan del Paleolítico medio y superior. Desde principios de los ochenta, y hasta hoy, verano tras verano, unas excavaciones lideradas por el arqueólogo Eudald Carbonell y Palmira Saladié nos revelan nuevos e importantes hallazgos relacionados con los neandertales. El último, que el yacimiento fue un lugar ocasional de cazadores que hace 60.000 años abatían ciervos machos de grandes dimensiones por la zona.

Las excavaciones del Abric Romaní de Capellades cumplirán el próximo verano cuarenta años y, coincidiendo con la efeméride, se estrenará un nuevo nivel de trabajo, el de la letra S. Este verano se ha casi completado el nivel R -falta escarbar lo que bien podría ser la basura de les neandertales de la época-, de 12-13 metros de profundidad, con buenos resultados. Así, se ha podido saber que hace 60.000 años en el yacimiento hicieron estancias temporales grupos de cazadores de ciervos. Incluso puede concretarse que dichos períodos de caza tuvieron lugar entre otoño e invierno. Se han localizado restos de grandes ciervos, pero también de otra fauna, como conejos. Todo ello completado por una amplia diversidad de herramientas de piedra, negativos de madera y hogares.

Las excavaciones han trabajado durante cuatro años el nivel R. Durante este tiempo se han encontrado varios fuegos, industria lítica, herramientas de piedra y restos de fauna. Gracias a los descubrimientos, se sabe que el yacimiento, con una muy buena localización para la vigilancia y relativamente cerca del mar, fue un punto clave en los movimientos de los grupos de neandertales, siendo un nivel con una amplia diversidad de empleo.

El prestigioso arqueólogo Eudald Carbonell lidera desde hace años las excavaciones, que actualmente codirige con Palmira Saladié. Ésta última pone en valor el yacimiento: “Se trata de un tesoro, único en el mundo, que nos permite saber cómo vivían, comían y se estructuraban los neandertales". Se muestra ansiosa por adentrarse en el nivel S el próximo verano. Declina la invitación a elucubrar sobre qué nos deparará la nueva capa: “El Romaní es un yacimiento difícil de prever porque es muy variable. La cultura tecnológica es muy regular, sus fuegos y como los distribuyen también, pero el contenido de los niveles es muy variable. Será un nivel rico y extraordinario, como lo han sido los anteriores. No hay nivel que no cuente algo nuevo de la vida de los neandertales”. Las excavaciones han bajado hasta 12-13 metros y se calcula que pueden llegar a los 51. “Falta por saber si a esa profundidad tenemos registros arqueológicos potentes para saber si vale o no la pena continuar excavando; pero sí, hay trabajo para años”, reconoce la arqueóloga.

Hace 39 años, unos cuantos después de que el empresario Amador Romaní Guerra descubriera el yacimiento (1909), que se hacen las excavaciones de manera ininterrumpida. El año pasado se mantuvieron a pesar de la pandemia con un tercio de los arqueólogos habituales. También ha resistido a las crisis económicas. “Es de los pocos yacimientos que se han excavado durante 40 años de manera ininterrumpida, ni la crisis económica ni la pandemia, nos hemos adaptado, pero sin parar. Eudald Carbonell dice que cuando paras una cosa es muy difícil volverla a poner en marcha”, cuenta Saladié. Este año la cifra de arqueólogos ha subido hasta 20. Sin embargo, se ha establecido un protocolo para evitar contagios y todos los participantes, que tuvieron que hacerse test antes de empezar, han actuado como grupo burbuja.

Coincidiendo con la campaña, se han realizado también visitas guiadas al yacimiento para el público general. Durante el mes de agosto se ha superado los dos mil visitantes. Paralelamente, coincidiendo con las fiestas de Capellades, se han realizado también caminatas nocturnas por la Cinglera del Capelló, disfrutando de un espectacular recorrido iluminado por la zona. Por allí por donde pisaron antaño los neandertales.

Fuente: lavanguardia.com | 4 de septiembre de 2021

Las excavaciones en la Cova del Randero de Pedreguer (Alicante) concluyen con nuevos hallazgos de grupos de cazadores recolectores

Excavaciones de Cova del Randero en Pedreguer | Diputación Provincial de Alicante

El MARQ ha concluido la campaña de excavaciones en la Cova del Randero de Pedreguer (Alicante) con nuevos hallazgos que sitúan el enclave como uno de los yacimientos arqueológicos más extensos e interesantes para aproximarse a los grupos de cazadores recolectores que poblaron el este peninsular durante el periodo Magdaleniense.

En las dos últimas campañas de excavación se ha determinado que la cueva estuvo habitada al menos desde hace 17.000 años en un ámbito no sólo próximo a la boca, como hasta ahora se pensaba, sino también en el interior. Este año, además, se han encontrado huesos humanos y una varilla plana apuntada y pulida en su totalidad, realizada sobre costilla de animal, empleada para sujetar el cabello o la ropa que portaría uno de los inhumados que depositaron en esta cavidad hacia el 2.700 a. C.

Los trabajos de la decimoquinta y última campaña de excavaciones arqueológicas en Pedreguer comenzaron el pasado 18 de agosto. Este proyecto forma parte del Plan de Excavaciones arqueológicas de la Diputación de Alicante, dirigido desde el MARQ por Consuelo Roca de Togores, y del que forman parte en la codirección los especialistas y doctores Jorge A. Soler, experto en el periodo Neolítico, y Elisa Domènech, referente a las fases del Paleolítico Superior. La campaña se ha realizado en el marco del convenio suscrito entre la institución provincial y el Ayuntamiento de la localidad.

La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha confirmado en un comunicado su respaldo para mantener las investigaciones en la Cova del Randero y ha manifestado que es un enclave «importante desde el punto de vista arqueológico en el que, gracias a la colaboración institucional, un año más han salido a la luz nuevos datos que nos permiten descubrir el desarrollo de comunidades del Paleolítico y el Neolítico del este peninsular y su forma de vida».

En el equipo de investigación de esta cueva, además de los codirectores y especialistas en diferentes disciplinas, participan cada año estudiantes de Arqueología de diferentes universidades como la Rovira i Virgili de Tarragona, la Autónoma de Barcelona o las de Murcia y Alicante, con un plan de trabajo adaptado a las medidas establecidas por las autoridades sanitarias.

Nivel del Neolítico Antiguo con restos del hogar con combustión entre las piedras.

Los resultados científicos de este año serán publicados, documentando los restos de un hogar adscrito al Neolítico Antiguo Epicardial, con una cronología aproximada del 5.000 a.C, correspondiente a los primeros grupos que comienzan con una economía de producción, que cultivaban cereales y cuidaban de rebaños de ovejas y cabras.

En torno al 4.500 a. C., la Cova del Randero revela además un extenso aprovechamiento estacional del espacio, donde se generan distintas actividades según el ámbito interno; de estabulación del ganado, hallando huellas de un posible cercado que podría haber servido para separar los animales adultos de las crías; así como también de hábitat de pastores, documentando una huella de poste que podría servir para aguantar algún tipo de estructura de madera, así como el hallazgo de un gran recipiente cerámico dentro de una fosa excavada en el suelo, que tras los análisis orgánicos efectuados, se conoce su uso culinario, lumínico e incluso higienizante.

La galería inmediatamente contigua era utilizada por los pastores como vertedero del procesado cárnico. En ella se ha documentado una enorme cantidad de restos óseos de animales con marcas en los huesos, principalmente de ovejas y cabras, pero también bovinos, cerdos y especies silvestres.

En los últimos momentos del Neolítico, la cavidad fue empleada exclusivamente como espacio funerario, representado por el hallazgo de restos óseos humanos, junto con fragmentos de vasos cerámicos, colgantes realizados en conchas y puntas de flecha realizadas en sílex, materiales correspondientes a los ajuares y ofrendas que acompañaban a los difuntos.

Los buenos resultados obtenidos en anteriores campañas han conducido a la participación del equipo de excavación de la Cova de Randero en dos congresos internacionales sobre el mundo Neolítico, el VII Congreso Internacional del Neolítico en la península ibérica, celebrado en Sevilla, y el Early Neolithic of Europe realizado en Barcelona.

Fuente: xabiaaldia.com | 4 de septiembre de 2021

Hallan posibles pruebas de presencia humana prehistórica en las Cuevas de La Araña (Málaga)

Una de las posibles lámparas de grasa en la cueva descubierta. L.O.

La nueva cueva descubierta en terrenos de la fábrica de cemento de 'La Araña' cuenta con dos posibles lámparas de grasa similares a las localizadas en el vecino yacimiento de Cuevas de La Araña, informan fuentes del entorno de la cavidad, conocida como la Maravilla Blanca y todavía en fase de estudio.

De confirmarse la veracidad de estos restos, sería la primera evidencia clara de presencia humana en la cueva. La Opinión se ha puesto en contacto con Julián Ramos, director del Centro de Interpretación de las Cuevas de La Araña, un centro Unesco, y director de las investigaciones y a la vista de las fotografías no tiene duda alguna: "Seguro que son prehistóricas".

El director arqueológico del Complejo del Humo (en La Araña), Julián Ramos, en el yacimiento. / MÁLAGA HOY.

Como explica, las cerca de una decena de lámparas de grasa analizadas en el vecino complejo de cuevas del que es responsable arrojan una amplísima datación que va desde los 45.000 años a. C. (época neanderthal) hasta el 4.500 (Neolítico), cuando las cuevas ya no se empleaban para vivir sino para enterrar a los muertos.

En el caso del complejo de las Cuevas de La Araña se han localizado tanto lámparas portátiles en conchas peregrinas como fijas, del tipo de las dos encontradas en la nueva cueva.

El arqueólogo detalla que estas lámparas fijas se solían emplear para iluminar lugares de paso o mal iluminados, informa.

En cuanto al material para alimentar las lámparas, explica que el más adecuado era el tuétano animal "porque arde mejor, lo que pasa es que es un producto mucho más caro porque no todos los días iban a cazar un mamut, un bisonte o un caballo, mientras que la grasa la tomaban de cualquier otro animal: cabra, jabalí, hasta aves".

Lámpara neandertal de grasa en el vecino yacimiento de las Cuevas de La Araña, en 2015 LA OPINIÓN.

Julián Ramos subraya la complicación para datar estos artilugios porque la grasa se evapora y suelen quedar pequeños fragmentos de carbón. "Hemos intentado datarlos por carbono-14 y no hemos logrado una fecha fina; también los hemos datado con uranio-torio y algunos de estos recipientes pensamos que lo pudieron hacer los neandertales y otras los cromagnones".

Precisamente, una de las posibles lámparas de grasa localizadas en la Maravilla Blanca presenta una costra oscurecida que podría corresponder a grasa. "Si dejaron grasa terminaría fosilizándose y desecándose. Si fuera grasa sería materia orgánica y se podría datar por carbono 14", destaca.

"La impresión que me da viendo las lámparas de grasa es que al menos ha habido ocupación prehistórica, aunque eso habría que analizarlo", remarca.

A este respecto, el arqueólogo insistió en que no basta con una mera inspección ocular. "Hay que excavar por lo menos en cada una de las salas y llegar hasta el fondo de la cueva, porque puedes encontrarte con costra estalagmítica y debajo con estratos de ocupación humana que puede ser neandertal, del Neolítico, de la Edad del Bronce... Mientras no se excave eso es especular".

Con respecto al valor geológico de la cavidad, Julián Ramos señala que "es la única cueva viva que tenemos allí, el resto están más o menos fosilizadas, mientras que en esta se están creando cristalizaciones, estalagtitas y estalacmitas; desde el punto de vista geológico es interesantísima".

Un rincón de la cueva recién descubierta, en terrenos de la fábrica de cemento de La Araña. L.O.

"Más grande que la Cueva de la Victoria"

La Opinión ha podido hablar con otra fuente que desea permanecer en el anonimato y que visitó la nueva cueva la pasada primavera durante unas cinco horas. "Es más grande que la Cueva de la Victoria (Rincón de la Victoria) y más pequeña que la Cueva de Nerja, tiene salas muy grandes y diáfanas y luego otras muy estrechas y altas; también hay otras que tienes que gatear muchísimo y recovecos que no sabes a dónde vas", describe.

En su opinión, "en cuanto a la erosión por el agua del mar es prima hermana de la Cueva del Tesoro". Además, señala que "allí hay una cantidad de estalactitas excéntricas que no he visto en ninguna cueva de Málaga" (las estalactitas excéntricas son formaciones que se ramifican en todas las direcciones en contra de la gravedad).

Otra imagen de la nueva cueva. L.O.

Como informó este diario el pasado día 25, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, aseguró que la cueva recién descubierta contará con la protección de la Junta de Andalucía por su valor medioambiental "y si aparecen restos arqueológicos importantes tendríamos que intervenir".

Fuente: laopiniondemalaga.es | 31 de agosto de 2021

Identifican en Italia numerosas y sofisticadas herramientas de hace 400.000 años realizadas con huesos de elefantes

Herramientas de hueso excavadas en Castel di Guido en Italia. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

En un nuevo estudio llevado a cabo por la arqueóloga de la Universidad de Colorado en Boulder, Paola Villa y sus colegas, se han examinado herramientas excavadas en un yacimiento en Italia donde habían muerto una gran cantidad de elefantes. El equipo descubrió que seres humanos de hace aproximadamente 400.000 años se apropiaron de esos cadáveres para producir una variedad sin precedentes de
algunas creadas con métodos tan sofisticados que no serían comunes hasta pasados otros 100.000 años.

"Hemos visto otros sitios con herramientas óseas de este mismo periodo temporal, pero no existe la variedad de formas que aquí se ven tan bien definidas", dijo la profesora Villa (izquierda), conservadora adjunta en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Colorado en Boulder. Villa y sus colegas han publicado el resultado de su trabajo al respecto en Plos One.

El estudio se centra en el yacimiento llamado Castel di Guido, no lejos de la Roma actual. Hace cientos de miles de años era la ubicación de un barranco que había sido excavado por un arroyo efímero, un entorno donde criaturas de 4 metros de altura llamadas elefantes de colmillos rectos (Palaeoloxodon antiquus) apagaban su sed y ocasionalmente morían.

Los homínidos de Castel di Guido hicieron un buen uso de los resto óseo cuando ocupaban el lugar de vez en cuando a lo largo de los años. Los investigadores estiman que estos residentes de la Edad de Piedra produjeron herramientas óseas mediante la utilización de un enfoque sistemático y estandarizado, un poco como si fueran individuos que trabajan en una línea de ensamblaje primitiva.

"En Castel di Guido, los humanos rompían los huesos largos de los elefantes de una manera estandarizada y producían modelos simples típicos para hacer herramientas óseas", dice Villa. "Lo curioso es que este tipo de aptitud no se volvió común hasta mucho más tarde".

Colmillos de elefante y otros huesos en el sitio de Castel di Guido durante la excavación. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

Caja de herramientas de la Edad de Piedra

Estas hazañas del ingenio se produjeron en un momento significativo para los homínidos en general. Hace unos 400.000 años, los neandertales (Homo neanderthalensis) apenas comenzaban a emerger en Europa. Villa sospecha que los residentes de Castel di Guido eran neandertales.

"Hace unos 400.000 años, se empieza a ver el uso habitual del fuego, y es el comienzo del linaje neandertal", dijo Villa. "Este es un período muy importante en la zona de Castel di Guido".

Una serie de herramientas puntiagudas de hueso de elefante de Castel di Guido. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

Puede que también haya sido bastante productivo. En su nuevo trabajo de investigaión, Villa y sus colegas identificaron 98 herramientas óseas en Castel di Guido que fue excavadas entre 1979 y 1991. Los hallazgos representan el mayor número de herramientas óseas en lascas fabricadas por homínidos premodernos descritos por los investigadores hasta ahora. Laa rica caja de herramientas ofrece una amplia gama de elementos útiles: algunas herramientas eran puntiagudas y, teóricamente, podrían haberse utilizado para cortar carne. Otras eran cuñas que pueden haber sido útiles pararomper fémures pesados ​​de elefante y otros huesos largos.

"Primero se hace una ranura donde se pueden insertar estas piezas pesadas que tienen un filo", dijo Villa. "Luego se martillea, y en algún momento, el hueso se rompe".

Pero una herramienta se destaca del resto: el equipo descubrió un artefacto tallado en un hueso de ganado salvaje que era largo y liso en un extremo. Se parece a lo que los arqueólogos llaman lissoir (alisador), un tipo de herramienta que los homínidos usaban para tratar el cuero. Lo curioso: las herramientas lissoir no se volvieron comunes hasta 100.000 años después, es decir, hace unos 300.000 años. "En otros sitios de hace 400.000 años, la gente simplemente usaba directamente los fragmentos óseos que tenían disponibles", dijo Villa.

Una herramienta 'lissoir', o alisadora, hecha de un hueso de ganado salvaje. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

Hallazgos útiles

En otras palabras, algo especial parecía estar sucediendo en este lugar de la península italiana. Villa no cree que los homínidos de Castel di Guido fueran más inteligentes que otros homínidos en otras partes de Europa, sino que estos primeros humanos simplemente usaron los recursos que tenían a su disposición. Explicó que en esta región de Italia no hay muchos sitios con grandes trozos de pedernal de origen natural, por lo que estos primeros neandertales no podían fabricar muchas herramientas a partir de grandes piedras.

Ahora bien, la región pudo haber dispuesto de muchos elefantes, los cuales a medida que avanzó la Edad de Piedra fueron muertos por diversas causas. Durante la era de los artesanos de herramientas óseas en Castel di Guido, muchos de estos animales pudieron haber acudido en masa a los abrevaderos del entorno , muriendo ocasionalmente por causas naturales. Luego, los humanos encontraron los restos y los utilizaron por sus huesos largos.

"La gente de Castel di Guido tenía un intelecto cognitivo que les permitía producir tecnología ósea compleja", afirma Villa. "En otros conjuntos óseos había suficiente material como para que la gente hiciera algunas herramientas, pero no eran lo bastante grandes como para comenzar una producción estandarizada y sistemática de herramientas óseas.

Fuente: Universidad de Colorado Boulder | 30 de agosto de 2021