Los primeros habitantes en la cuenca Guadix-Baza (Granada), hace 1,5 millones de años, buscaban zonas de mucha vegetación para sobrevivir

Paleoambiente de Orce hace 1,5 millones de años. Mauricio Antón.

Los primeros humanos que habitaron la cuenca de Guadix-Baza (Granada) durante la Prehistoria (desde hace 1.5 millones de años hasta hace 400.000) buscaban zonas con mucha vegetación para sobrevivir, y solo pudieron habitar en esta zona cuando los ecosistemas mediterráneos proporcionaron un extra de productividad, ya que nuestros antepasados demandaban una alta cantidad de energía, insuficiente durante las fases climáticas más frías y secas.

Estas son las principales conclusiones que se extraen de un estudio liderado por investigadores de las Universidades de Helsinki (Finlandia) y Granada (UGR) y publicado en la revista Quaternary Science Reviews. Este trabajo interdisciplinar e internacional (además de la anteriormente mencionadas han participado el IPHES de Tarragona y las Universidades de Zaragoza, Barcelona, Salamanca, Complutense de Madrid y Tübingen -Alemania-) se ha generado en el marco del ProyectORCE, coordinado por la Universidad de Granada y financiado por la Junta de Andalucía.

4.5 millones de años de historia en los dientes

Para llegar a estas conclusiones, los científicos han analizado los dientes de animales herbívoros, como mamuts, hipopótamos, rinocerontes, caballos, ciervos y bisontes, hallados en los distintos yacimientos de Orce (Granada). Este es el primer trabajo que analiza la evolución faunística y los cambios ecológicos acontecidos durante cuatro millones de años de historia en la cuenca de Guadix-Baza, inserta en el Geoparque de Granada.

Los dientes son estructuras anatómicas que se relacionan directamente con la dieta. Para determinar la trascendencia de los principales tipos de vegetales consumidos se han aplicado dos técnicas desarrolladas por Mikael Fortelius (izquierda), profesor de la Universidad de Helsinki y Visiting Scholar de la Universidad de Granada (UGR): el estudio del desgaste de los dientes y las características estructurales de las piezas dentales (lo que se denomina “método ecométrico”) a una docena de yacimientos que van desde hace 4,5 millones de años (yacimiento de Baza-1) hasta hace 400.000 (yacimiento de Solana del Zamborino -Fonelas-).

Así, la presencia o ausencia de determinados refuerzos en los dientes se correlacionan muy bien con las precipitaciones y, sobre todo, con la productividad primaria, esto es, con la cantidad y la calidad de materia vegetal disponible para los herbívoros. Por otra parte, el desgaste dental se vincula con la naturaleza del alimento: a mayor dureza y menor provecho de los vegetales, mayor deterioro de las muelas.

El tipo de hábitat, al descubierto

Uno de los grandes debates que han presidido el primer poblamiento humano del continente europeo es qué tipo de hábitat ocuparon nuestros ancestros más antiguos. Por un lado, tenemos a los defensores de que los primeros humanos salieron “persiguiendo” el hábitat de origen, esto es, la sabana. Pero los resultados de este estudio, liderado por Juha Saarinen, de la Universidad de Helsinki, Finlandia, muestran que no, que estos grupos primigenios vivieron en hábitats muy parecidos a los que actualmente siguen existiendo en buena parte de la península ibérica: los bosques mediterráneos. Como es bien conocido, el clima asociado a estos ecosistemas es tremendamente estacional, con veranos dominados por una pertinaz sequía, en los que la productividad cae a mínimos, sobre todo cuando la ausencia de lluvias en otoño y primavera ha sido prolongada.

La máxima productividad se da en el yacimiento de Solana del Zamborino (Fonelas), un sitio arqueológico, muy interesante, con una cronología de 400.000 años aproximadamente, lo que coincide con una de las épocas más cálidas y húmedas de los dos últimos millones de años. Le sigue un yacimiento paleontológico, Baza-1, en el que, por su antigüedad (4,5 millones de años), no cabe esperar presencia de homínidos.

Juha Saarinen, autor principal del trabajo, en el yacimiento de Venta Micena, en Orce, Granada. SUSANA GIRÓN.

En el extremo opuesto se localizan los yacimientos paleontológicos con menor productividad: Huélago (2,5 millones), Fonelas-P1 (2 millones de años) y los yacimientos orcenses de Fuente Nueva-1 (2,2 millones de años) y Venta Micena (1,6 millones de años). ¿Qué significa esto? Que la probabilidad de hallar evidencias de presencia humana en estos yacimientos es muy baja o inexistente. Entremedias, con una productividad alta, se sitúan los emblemáticos yacimientos de Barranco León (1,4 millones de años) y Fuente Nueva-3 (1,2 millones), los lugares con presencia humana más antigua de la parte occidental de Europa.

También aparecen Huéscar-1 (1 millón de años) y Cúllar-Baza-1 (Cúllar; 800.000 años) donde, aunque muy reducida, se documenta presencia humana. Por último, emergen yacimientos que pudieron albergar a nuestros ancestros, aunque, de momento, no hay evidencias claras de los mismos: Barranco del Paso (Orce; 1,8 millones de años) y Mencal-9 (Pedro Martínez; 1,7 millones de años). Por tanto, este trabajo supone un aporte metodológico capital para saber buscar lugares potencialmente habitables para los primeros europeos.

Evolución de la productividad a lo largo de los últimos 4.5 millones de años a partir de los principales yacimientos paleontológicos y arqueológicos de la cuenca de Guadix-Baza. Los cuadrados rellenos corresponden a yacimientos con presencia humana. Los cuadrados vacíos representan a aquellos sin su presencia. La parte del gráfico con trama rayada gris indica el rango de productividad donde la probabilidad de presencia humana es exigua. La que está punteada representa el intervalo donde su aparición es altamente probable. CG-B = Cuenca de Guadix-Baza. Modificado a partir de Saarinen et al. (2021).

Los humanos, grandes demandantes de energía

¿Por qué nuestros antepasados más remotos requerían hábitats muy productivos? “En primer lugar, porque somos una especie muy gregaria que debimos vivir en grupos relativamente grandes, posiblemente de más de 30 individuos”, destaca el director del ProyectORCE, el investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR Juan Manuel Jiménez Arenas (izquierda).

“Esto nos daba una ventaja evolutiva importante para hacer frente, por un lado, a la endogamia (probablemente uno de los factores desencadenantes de la desaparición de los Neandertales) y por otro a la presencia de depredadores. Asimismo, la cohesión social contribuiría a la supervivencia en un medio complejo y conflictivo. Además, los humanos tenemos un cerebro tremendamente grande para nuestra masa corporal. Es relevante recordar que dicho órgano consume una cantidad exagerada de energía para su escaso peso (2% de la masa corporal total vs. 20% del consumo de energía en humanos actuales)”, apunta el investigador.

También, la incapacidad para generar y controlar el fuego provocaría que determinados alimentos de origen vegetal fueran incomestibles. Por último, la tecnología lítica -las herramientas de las que disponían los primeros pobladores del continente europeo- no permitiría aprovechar de forma intensiva los recursos disponibles. “Como muestra, el trabajo que se presenta hoy revela que nuestros antepasados no podrían vivir actualmente en la zona de Orce. Así las cosas, con los medios con los que contaban, los primeros pobladores de Europa no podían hacer frente a una sobreexplotación del territorio, como ocurre hoy en día. Por tanto, era la naturaleza la que determinaba la presencia de nuestros antepasados, y no eran estos los que se imponían a aquella”, concluye Jiménez Arenas.

Fuentes: dicyt.com | elindependientedegranda.es | 9 de septiembre de 2021

Un estudio muestra evidencias de consumo de cerveza hace 9.000 años en el sur de China

Vasijas de cerámica pintada halladas en Qiaotou, en el sur de la provincia de Zhejiang, China, para servir bebidas y comida. Crédito: Jiajing Wang.

Se sabe desde hace mucho tiempo que las bebidas alcohólicas cumplieron una importante función sociocultural en las sociedades antiguas, incluso en las fiestas rituales. Un nuevo estudio ha encontrado evidencias de beber cerveza hace 9.000 años en el sur de China, lo que probablemente fue parte de un ritual para honrar a los muertos. Los hallazgos se basan en un análisis de vasijas antiguas recuperadas en un lugar de enterramiento en Qiaotou, al sur de la provincia de Zhejiang, lo que hace que el sitio sea uno de los más antiguos del mundo en el consumo temprano de cerveza. Los resultados se informan en la revista PLOS ONE.

Las vasijas antiguas mencionadas fueron descubiertas en un montículo-plataforma de 80 m x 50 m de ancho, con una elevación de 3 m sobre el nivel del suelo, la cual estaba rodeada por una zanja hecha por el hombre (de 10 a 15 m de ancho y de 1,5-2 m de profundidad) según las excavaciones llevadas a cabo en Qiaotou. No se encontraron estructuras residenciales en el lugar. El montículo contenía dos esqueletos humanos y múltiples pozos de cerámica con vasijas de alta calidad, muchas de las cuales estaban completas. La cerámica fue pintada con engobe blanco y algunas de las vasijas estaban decoradas con diseños abstractos. Tal como se informa el estudio, estos artefactos son probablemente algunas de las cerámicas pintadas más antiguas del mundo. No se ha encontrado cerámica de este tipo en ningún otro sitio que date de este período de tiempo.

Vasija Hu de cuello largo. Crédito: Leping Jiang.

El equipo de investigación analizó los diferentes tipos de cerámica encontrados en Qiaotou, las cuales eran de diferentes tamaños, siendo algunas de ellas relativamente pequeñas y similares a los vasos para beber que se usan hoy en día y a los que se encuentran en otras partes del mundo. Básicamente, los recipientes se podían sostener en una mano como una taza o un vaso, a diferencia de aquellos que se usan para almacenar y que son mucho más grandes. Siete de los veinte recipientes que formaron parte del análisis se parecían a los vasos o vasijas Hu de cuello largo que se usaban para beber alcohol en los períodos históricos posteriores.

Para confirmar que las vasijas se utilizaron para beber alcohol el equipo de investigación analizó los residuos microfósiles: almidón, fitolito (residuo vegetal fosilizado) y hongos, extraídos de las superficies interiores de las vasijas. Los residuos se compararon con muestras de control obtenidas del suelo que rodeaba los recipientes.

El equipo identificó residuos microbotánicos (gránulos de almidón y fitolitos) y microbianos (moho y levadura) los cuales eran consistentes con los residuos de fermentación de la cerveza y que no se encuentran de modo natural en el suelo o en otros artefactos, a menos que estos hayan contenido alcohol.

"A través de un análisis de los residuos depositados en las vasijas de Qiaotou, nuestros resultados revelaron que las mismas se usaban para contener cerveza, en su sentido más general: una bebida fermentada hecha de arroz (Oryza sp.), un grano llamado 'lágrimas de Job' (Coix lacryma- jobi) así como tubérculos no identificados", dice Jiajing Wang (izquierda), profesora asistente de antropología en Dartmouth (Nuevo Hampshire, USA). "Esta antigua cerveza, sin embargo, no habría sido como la IPA que tenemos hoy en día. Probablemente era una bebida dulce y ligeramente fermentada con un color un tanto turbio".

Los resultados también mostraron que los fitolitos de las cáscaras de arroz y otras plantas estaban presentes en los residuos de los recipientes. Es posible que se hubieran agregado a la cerveza como agente de fermentación.

Aunque el valle del río Yangtsé, en el sur de China, se conoce hoy como el corazón del cultivo del arroz en el país, la domesticación del mismo se produjo gradualmente hace entre 10.000 y 6.000 años, por lo que hace 9.000 años, el arroz todavía se encontraba en la etapa inicial de dicho proceso. En ese momento, la mayoría de las comunidades eran cazadores-recolectores que dependían principalmente de la búsqueda de alimento. Como explican los investigadores en el estudio, dado que la recolección y el procesamiento del arroz requería mucha mano de obra, la cerveza hallada en Qiaotou probablemente era una bebida/brebaje de importancia ritual.

El entierro humano 1 (M44) es una de las características arqueológicas del montículo-plataforma de Qiaotou. Crédito: Leping Jiang.

El análisis de residuos de las vasijas también mostró rastros de moho, el cual se utilizó en el proceso de elaboración de la cerveza. Este moho era muy similar al moho presente en el koji, un arroz que se usa para hacer sake y otras bebidas fermentadas en el este de Asia. Estos resultados son anteriores en el tiempo a una investigación previa que encontró que dicho espécimen de moho se había utilizado en procesos de fermentación de hace 8.000 años en China.

La cerveza es técnicamente cualquier bebida fermentada elaborada a partir de cultivos mediante un proceso de transformación en dos etapas. En la primera fase, las enzimas transforman el almidón en azúcar (sacarificación). En la segunda fase, las levaduras convierten el azúcar en alcohol y otros estados como dióxido de carbono (fermentación). Como explican los investigadores en el estudio, el moho actúa como un agente en ambos procesos, al servir como iniciador de sacarificación-fermentación.

"No sabemos cómo la gente utilizó este moho hace 9.000 años, ya que la fermentación puede ocurrir de forma natural", dice Wang. "Si las personas tenían algo de arroz sobrante y los granos se enmohecieran, es posible que hubieran notado que estos se volvían más dulces y alcohólicos con el tiempo. Es más que probable que las personas no conocieran la bioquímica asociada con los granos que se enmohecían, pero observaron el proceso de fermentación a través de actos de ensayo y error".

Dado que la cerámica de Qiaotou se ha encontrado cerca de enterramientos en un área no residencial, los investigadores concluyen que los recipientes de cerveza probablemente se usaron en ceremonias rituales relacionadas con los funerales de los muertos. En este sentido, especulan que la bebida ritualizada pudo haber servido para forjar e integrar relaciones sociales y de cooperación, lo que sirvió como un elemento precursor de las sociedades complejas del cultivo del arroz que surgieron 4.000 años después.

Fuente: phys.org | 31 de agosto de 2021

El descubrimiento de la 'cultura pop' de la antigua Grecia reescribe la historia de la poesía y la canción

Poema conservado en un grafito de una habitación en Cartagena, España (siglo II al III d.C.). Crédito: José Miguel Noguera Celdrán

Una nueva investigación sobre un texto poco conocido escrito en griego antiguo muestra que la "poesía acentuada", el antepasado de toda la poesía y la canción moderna, ya estaba en uso en el siglo II d.C., 300 años antes de lo que se pensaba.

En su versión más corta, en el poema anónimo de cuatro líneas se lee: "Dicen lo que les gusta. Déjalos decirlo. No me importa". Otras versiones se extienden con "Adelante, ámame. Te hará bien".

El verso experimental se hizo popular en todo el Imperio Romano de Oriente y aún sobrevive, porque, además de ser probablemente compartido oralmente, se ha encontrado inscrito no solo en veinte piedras preciosas, sino también en un grafito en Cartagena, España.

Al comparar todos los ejemplos conocidos por primera vez, el profesor Tim Whitmarsh (izquierda), de la Facultad de Estudios Clásicos de Cambridge, notó que el poema usaba una forma métrica diferente a la que generalmente se encuentra en la poesía griega antigua. Además de mostrar signos de las sílabas largas y cortas, características del verso "cuantitativo" tradicional, este texto emplea sílabas acentuadas y átonas.

"Hasta ahora, la 'poesía acentuada' de este tipo era desconocida antes del siglo V, momento en el que comenzó a utilizarse en los himnos cristianos bizantinos", dice el profesor Whitmarsh. "No se necesitaban poetas especializados para crear este tipo de lenguaje musicalizado, la dicción era muy simple, por lo que esto supuso claramente una forma de democratizar la literatura. A partir de ello obtenemos una visión emocionante de una forma de 'cultura pop' oral que se encuentra bajo la superficie de la cultura clásica".

El nuevo estudio, publicado en The Cambridge Classical Journal, también sugiere que este poema podría representar un "eslabón" entre el mundo perdido de la antigua poesía oral y el canto mediterráneo y las formas más modernas que conocemos hoy.

El poema, inigualable hasta ahora en el mundo clásico, consta de versos de 4 sílabas con un acento fuerte en la primera y otro más débil en la tercera. Esto permite que encajen en los ritmos de numerosas canciones de pop y rock, como "Johnny B. Goode" de Chuck Berry.

Whitmarsh dice: "Sabemos desde hace mucho tiempo que había poesía popular en griego antiguo, pero gran parte de lo que ha sobrevivido toma una forma similar a la alta poética tradicional. Este poema, por otro lado, apunta a una cultura diferente y próspera, principalmente oral, que afortunadamente para nosotros, en este caso, también encontró su camino en una serie de piedras preciosas".

Cuando se le pregunta por qué no se ha hecho este descubrimiento antes, Whitmarsh dice: "Estos artefactos se han estudiado de forma aislada. Un grupo de eruditos estudia las piedras preciosas, y otro grupo las inscripciones. No se han estudiado seriamente como artefactos literarios. Las personas que miran estas piezas no suelen buscar cambios en los patrones métricos".

Whitmarsh espera que los eruditos del período medieval estén complacidos: "Confirma lo que algunos medievalistas habían sospechado, que la forma dominante del verso bizantino se desarrolló orgánicamente a partir de cambios que se produjeron en la antigüedad clásica".

En su forma escrita (que muestra algunas variaciones menores), el poema dice:

Λέγουσιν: (Ellos) Dicen

ἃ θέλουσιν: Lo que les gusta

λεγέτωσαν: Que lo digan

οὐ μέλι μοι: No me importa

σὺ φίλι με: Adelante, ámame

συνφέρι σοι: Te hará bien

Las piedras preciosas en las que se inscribía el poema eran generalmente ágata, ónix o sardónix, todas las variedades de calcedonia, un mineral abundante y relativamente económico en toda la cuenca mediterránea.

El poema inscrito en un camafeo de pasta de vidrio encontrado en el cadáver de una joven en un sarcófago (siglos II al III d.C.) hallado en lo que hoy es Hungría. Crédito: Museo Aquincum

Los arqueólogos encontraron el ejemplo más hermoso y mejor conservado alrededor del cuello de una mujer joven enterrada en un sarcófago en lo que hoy es Hungría. La joya, un camafeo, se encuentra depositada en el Museo Aquincum de Budapest.

Whitmarsh cree que estos accesorios con inscripciones eran comprados principalmente por personas de los rangos medios de la sociedad romana. Sostiene que la distribución de este tipo de piedras preciosas, desde España a Mesopotamia, arroja nueva luz sobre una cultura emergente de "individualismo de masas", y que es también característica de nuestra propia cultura de consumo dentro del capitalismo tardío.

El estudio señala que "(Ellos) Dicen lo que les gusta. Déjálos decirlo. No me importa", es casi infinitamente adaptable y puede acomodarse prácticamente a cualquier contexto contracultural. La primera mitad del poema habría resonado como un reclamo de independencia filosófica: la validación de una perspectiva individual en contraste con una creencia popular. Pero la mayoría de las versiones del texto tienen dos líneas adicionales que hacen que el poema pase de hablar de manera abstracta sobre lo que "ellos" dicen a una relación más dramática entre "tú" y "yo". El texto evita determinar un escenario específico, pero las últimas líneas sugieren fuertemente algo erótico.

El significado podría interpretarse simplemente como "Muéstrame afecto y te beneficiarás de ello", pero, argumenta Whitmarsh, las palabras que "(Ellos) dicen" exigen ser releídas como una expresión de desaprobación de la sociedad sobre una relación no convencional.

El poema permitía a las personas expresar un individualismo desafiante, diferenciándolos de los chismes triviales, según sugiere el estudio. En cambio, lo que importaba era la intimidad genuina compartida entre "tú" y "yo", un sentimiento que era lo suficientemente maleable como para adaptarse a prácticamente cualquier usuario.

Sin embargo, tales afirmaciones de la individualidad anticonformista estaban preescritas. En primer lugar porque la retórica 'descuidada' se tomó prestada de la alta literatura y la filosofía, lo que sugiere que a los propietarios de las gemas poéticas, después de todo, les importaba lo que decían los literatos claíscos. Y, en segundo lugar, porque las piedras preciosas, en sí mismas, fueron producidas en masa por talleres y exportadas a lo largo y ancho del mundo romano.

Whitmarsh dice: "Creo que el poema atraía porque permitía a la gente escapar del encasillamiento local y reclamar su participación en una red de sofisticación en la que podían obtener y entender este tipo de discurso lúdico con carga sexual".

"El Imperio Romano transformó radicalmente el mundo clásico al interconectarlo de muchas maneras. Este poema no habla de un orden impuesto por la élite imperial, sino de una 'cultura pop' que se desarrolla socialmente de abajo hacia arriba y se extiende por todo el ámbito del territorio imperial. Esas mismas condiciones permitieron la difusión del cristianismo, y cuando los cristianos comenzaron a escribir himnos, habrían sabido que los poemas escritos en esta forma acentuada les resonarían a la gente común".

Whitmarsh hizo su descubrimiento después de encontrar una versión del poema en una colección de inscripciones y poner un mensaje en Twitter en el que subrayaba que se parecía un poco a un poema, pero no del todo. Una colega de Cambridge, Anna Lefteratou (izquierda), hablante nativa de griego, le respondió que el texto le recordaba a alguna poesía medieval posterior.

Whitmarsh dice: "Eso me impulsó a excavar bajo la superficie y, una vez que lo hice, esos vínculos con la poesía bizantina se volvieron cada vez más claros. En realidad, fue un proyecto que surgió durante el confinamiento por el coronavirus. No estaba haciendo lo normal, que era dar vueltas a un millón de ideas en mi cabeza. Me quedé atrapado en casa con un número limitado de libros, los cuales releía obsesivamente hasta que me di cuenta de que estaba ante algo realmente especial".

“La razón por la que nadie lo ha pensado antes como un poema es porque no está catalogado junto con otras obras literarias, sino como una inscripción. Tenemos decenas de miles de inscripciones de la antigüedad, y creo que la gente no las ve de modo poético".

Al mismo tiempo, no existe un catálogo global de piedras preciosas con inscripciones antiguas, pero Whitmarsh cree que puede haber más ejemplos de este tipo de poemas en colecciones públicas y privadas esperando a ser revelados.

Fuente: University of Cambridge | theguardian.com | 8 de septiembre de 2021

Rebecca Wragg Sykes: “Los neandertales tuvieron mucho éxito, no fueron unos fracasados”

La relación de los neandertales con este mundo nació hace unos 350.000 años. La de Rebecca Wragg Sykes (Londres, 40 años) con ellos surgió cuando ella apenas tenía 14 años. En una visita organizada por su colegio, Wragg Sykes pudo conocer de primera mano cómo se trabajaba en un yacimiento arqueológico de la edad romana. “Entonces me di cuenta de que quería estudiar arqueología”, dice.

Años más tarde, un vídeo proyectado en el Museo de las Cuevas de Altamira le hizo cerrar el foco sobre lo que realmente le apasionaba. Los restos romanos estaban bien, pero el periodo del Pleistoceno era un campo mucho más “apasionante”. “No tenemos textos, no tenemos registros escritos, incluso comparado con la prehistoria más reciente no tenemos tanto material, por lo que tenemos que emplear aún más inventiva para obtener tanta información como sea posible”, asegura Wragg Sykes en una entrevista por videoconferencia.

Quince años de estudio se han concentrado ahora en su libro, Neandertales: la vida, el amor, la muerte y el arte de nuestros primos lejanos (Editorial GeoPlaneta), que llega a las librerías españolas y que The New York Times incluyó entre los 100 más destacados de 2020. “Una nueva y completa historia sobre los neandertales que sintetiza miles de estudios académicos en un único relato accesible”, dice este medio sobre el libro en una de sus críticas. El objetivo es acercar a todos los públicos los grandes descubrimientos recientes en torno a los neandertales, pero también otros detalles sobre su vida y su día a día que no tienen espacio en muchos medios convencionales.

Pregunta. ¿Cuál era su objetivo al escribir el libro?

Respuesta. Los neandertales son interesantes porque aparecen mucho en los medios. Suelo decir que son como unas celebridades. Si hay un descubrimiento sobre neandertales, a menudo se cubre. Pero lo que no se cubre es otra información que los arqueólogos sí conocemos y que es complicado explicar en un solo artículo. Así que quería escribir un libro que reuniera todo lo que la arqueología moderna puede decir sobre los neandertales, incluyendo los grandes descubrimientos, pero también cómo trabaja la arqueología actualmente. Quería señalar las diferentes dificultades que encontramos en lo que hacemos y cómo las solventamos para crear este conocimiento tan rico sobre la vida de los neandertales. Creo que a veces no se comunica fuera de nuestro ámbito. Algunos de los temas principales que aparecen en televisión o grandes periódicos son a menudo sobre extinción y yo quería hablar sobre el resto de los neandertales, de los 300.000 años antes de eso ocurriera, que también son muy interesantes. Y quería pensar en ellos en sus propios términos, sin tenernos a nosotros de fondo.

P. ¿Cómo fue el proceso de creación, con la pandemia de por medio?

R. Empecé a hablar con mi editor sobre el tema hace unos ocho años, pero en realidad tardé unos tres años y medio en escribirlo. Empecé a principios de 2017 mientras estaba en Francia y después volví al Reino Unido. Aunque fue una experiencia maravillosa, es difícil pasar de un lenguaje académico, donde para cada ejemplo tienes que basarte en una prueba de ADN o demostrar tu punto de vista, a escribir para todos los públicos. Tuve que reestructurar el libro. Era el doble de largo de lo que es ahora. Por todo ello, el proceso fue difícil, aunque me gustó escribir la introducción de los capítulos, que son mucho más narrativas. Lo disfruté mucho. En cuanto a la pandemia, no me ha sido difícil en comparación con lo que el resto de la gente ha tenido que lidiar a nivel profesional. Al final del libro menciono la covid y la pandemia porque el epílogo ya se centraba en preguntas existenciales en torno a crisis climáticas y las preocupaciones de la gente en torno a este tema. La pandemia fue otro elemento. Para mí, remarcó cómo las oportunidades y la suerte juegan un papel fundamental en lo que nos ocurre como especie y creo que eso es muy importante.

P. Una de las anécdotas más interesantes es la del origen del nombre de los neandertales. ¿De dónde viene?

R. Es una de esas conexiones históricas extrañas. Hay muchas cosas antiguas en la historia de los neandertales que ni siquiera las incluí porque son extremadamente raras. Por ejemplo, en un momento de la Segunda Guerra Mundial había una calavera de neandertal bajo el altar de una vieja iglesia católica en Roma. [Ríe] Una cosa muy extraña. El nombre de los neandertales como especie originalmente viene de la cueva de Feldhofer, en Alemania, que está en el valle de Neander [Neandertal, en alemán]. Ese valle se nombró así por un poeta y compositor [Joachim Neander] del año 1600, unos cien años después de que muriese. Pero antes de eso ya era un valle muy bonito, era un lugar muy turístico, donde la gente iba a inspirarse. Lo curioso es que el apellido original de esta familia era Neumann, pero por una moda de la época su abuelo modificó su apellido y adoptó el de Neander. Neumann significa “hombre nuevo”. Así que el valle de Neander fue nombrado, sin saberlo, como el “valle de los hombres nuevos” muchos años antes de que se encontraran los primeros restos de neandertales. No se puede imaginar un sitio mejor.

P. Leyendo el libro da la sensación de que sabemos todo sobre los neandertales. ¿Es así?

R. Hay muchas cosas que desconocemos. No sabemos cuál es el punto más al este en el que vivieron. La cueva de Denisova, en Siberia, es el punto más al este donde hemos hallado restos. Pero eso no significa que sea el punto más al este al que llegaron. Entre Denisova y el Pacífico hay solo estepa y alguna montaña, pero no hay razón para que no pudieran llegar significativamente más lejos. Tampoco sabemos cómo de lejos eran capaces de moverse como individuos. Tenemos dos formas de medir eso. Podemos mirar los isótopos de sus huesos, que nos dicen que podían andar unos 50 kilómetros. Pero podría no ser una medida real. La única otra forma en la que podemos hacerlo es rastreando la piedra de las herramientas que creaban y decir que una herramienta vino de una montaña de 100 o 300 kilómetros más allá. Cuando tienes esas distancias tan grandes, ¿significa que los neandertales se movían individualmente en esas escalas? ¿O entregaban esa clase de objetos en algún tipo de intercambio? No lo sabemos todavía.

Incluso no comprendemos completamente por qué hay tantas formas de hacer herramientas de piedra, porque las había. No se hacían de una única forma y no sabemos por qué todos los grupos de neandertales conocían todos los tipos de tecnología. Eso es muy difícil de explicar. Si tienes un yacimiento muy bien conservado puedes decir cosas increíbles sobre qué estaba ocurriendo allí, cómo ese lugar está conectado con otros sitios, con el paisaje. Pero hay aspectos fundamentales que no sabemos. ¿Se movían en grupos? ¿Con cuánta frecuencia? Es difícil de decir. Podemos mirarlo desde una perspectiva individual y pensar “quizás se movían mucho entre grupos”, pero probar que todos lo hacían es complicado, porque vivieron durante un lapso de tiempo enorme y en un área amplísima. Creo que en lo que estamos mejorando es en entender que debemos esperar que haya mucha diversidad en las cosas que hacían.

P. El libro también pretende derribar los clichés que hay en torno a la figura de los neandertales. ¿Por qué esos clichés están tan arraigados?

R. Creo que es algo extraño, porque los neandertales fueron los primeros homínidos que nos encontramos. Fue la primera vez que supimos que había otro tipo de humano en el planeta. Se les había mostrado como algo con lo que compararnos desde el principio de los orígenes humanos. Creo que en ese sentido, siempre hemos mirado de forma muy entusiasta las diferencias y hemos subrayado que ellos son como basura. Tenemos una visión negativa porque queremos explicar por qué ya no están aquí. No hay neandertales a nuestro alrededor y queremos explicarlo de una forma que nos ponga en buen lugar. Y lo queremos hacer así porque es como enmarcamos nuestra explicación de las cosas. Definitivamente, hay una visión negativa persistente de los neandertales, tanto en la ciencia como en la cultura. Pero por otro lado, si conozco a alguien, en un tren o una situación similar, y les digo que trabajo con neandertales, muy a menudo la gente me dice “oh, no son tan estúpidos como se pensaba”. Pero a la gente todavía le hace feliz utilizar la palabra neandertales como insulto. Eso se ha separado de la arqueología, el insulto sigue ahí.

P. Pero los neandertales vivían en grupos, se preocupaban de los demás, dormían en camas, les interesaba el arte, tenían una cultura y algo parecido a un lenguaje. Se podría pensar que en el fondo no somos tan diferentes.

R. Si observa lo que los Homo sapiens hacían en la época en la que los neandertales estaban vivos, la mayor parte de ese tiempo, hace entre 350.000 y 40.000 años, los restos arqueológicos son muy parecidos. Hay muy poca diferencia. Es solo un poco después de 100.000 o 60.000 cuando se empiezan a ver algunas diferencias en lo estético y posiblemente también en algunas tecnologías de caza. [...] Creo que uno de los grandes elementos que pueden suponer una diferencia, en términos de la extinción, es que en este punto, los grupos de Homo sapiens tenían una organización social diferente. Tenemos evidencias arqueológicas de objetos simbólicos, como colgantes de piedra. Incluso la genética sugiere que los primeros grupos de Homo sapiens no estaban aislados unos de otros. Vivían en grupos pequeños, pero estaban bien conectados. Y eso se parece mucho a lo que vemos en la población cazadora y recolectora reciente. La gente se movía entre grupos todo el tiempo. Muchos de ellos no tenían un vínculo de sangre, pero tenían redes de apoyo amplias. Y eso es lo que quizás no tenían los neandertales, así que creo que lo que quizás marcó realmente la diferencia está relacionado con las comunidades sociales de los primeros Homo sapiens.

P. Los neandertales eran casi tan inteligentes como nosotros, pero aún así desaparecieron. ¿Podemos aprender algo de eso?

R. Creo que tenían una inteligencia impresionante, y de alguna forma podemos decir que era la misma. Pero quizás ellos no pensaban en el mundo exactamente como nosotros lo pensamos, como esa idea de uniones entre personas. Quizás no hacían tantas conexiones entre ideas. Creo que tenemos que pensar que los neandertales tuvieron mucho éxito en lo que hicieron, no fueron unos fracasados. Se logra una buena comparación observando la historia profunda de la Tierra y las grandes extinciones masivas previas. A menudo hay animales que estaban muy bien adaptados al medio ambiente y aun así se extinguieron. Hubo un elemento de fortuna. Y tenemos que preguntarnos ¿por qué llevó tanto tiempo? Sabemos que los Homo sapiens salieron de África hace entre 150.000 y 200.000 años. Si fuimos tan superiores, ¿por qué nos llevó tanto tiempo reemplazarlos y llegar a Europa? ¿Por qué ocurrió tan tarde? Más aún cuando lo que vemos de ese periodo de tiempo es que hubo numerosos encuentros, por lo que vemos a través de la genética, sabemos que hubo mestizaje. Hay algo que es diferente y quizás la suerte sea el factor principal. Nuestro deseo de conectar con todos y socializar no nos hace más inteligentes, solo nos hace diferentes. Y eso podría ayudar.

Fuente: elpais.com| 1 de septiembre de 2021

La 25ª Conferencia de Calpe (organizada por la Universidad de Gibraltar) versará sobre los neandertales ibéricos y conmemorará el trabajo del profesor Ofer Bar-Yosef

La 25ª edición de la Conferencia de Calpe, organizada por el Museo Nacional de Gibraltar, se celebrará entre el jueves 23 y el sábado 25 de septiembre en la Universidad de Gibraltar. El tema son los neandertales ibéricos y la conferencia reúne a destacados científicos de toda la península ibérica en un encuentro en el que se informará acerca de las últimas investigaciones sobre la cuestión.

La conferencia coincide con el 95º aniversario del descubrimiento del cráneo de un niño neandertal en el refugio rocoso de Devil’s Tower, conocido popularmente en la actualidad como Flint.

El cráneo de Gibraltar 2 , descubierto en 1926 en la Cueva de la Torre del Diablo , fue el segundo cráneo de neandertal encontrado en Gibraltar.

La conferencia también conmemorará el trabajo de toda una vida del difunto profesor Ofer Bar-Yosef, un afamado arqueólogo que dedicó gran parte de su investigación al estudio de los neandertales. El profesor Bar-Yosef fue ponente invitado en la primera Conferencia Calpe sobre los neandertales, celebrada en 1998, y había regresado a Calpe en ediciones posteriores.

El profesor Ofer Bar-Yosef

La conferencia está abierta para todas aquellas personas que deseen asistir, previa inscripción. Se respetará estrictamente la normativa vigente en materia de Covid-19 en todo momento. Para acceder al recinto es necesario inscribirse y, como en años anteriores, la inscripción será gratuita para los residentes locales que deseen asistir. Los no residentes deberán pagar una cuota de inscripción. Habrá un cupo de delegados en el recinto y las inscripciones se harán por orden de llegada. Se puede obtener más información en la página web del Museo Nacional de Gibraltar www.gibmuseum.gi/news/events o en el teléfono (+00350) 200 74289, Ext. 233)

Programa

Fuente: diarioarea.com | 6 de septiembre de 2021

Abric Romaní (Barcelona) cumple el próximo verano 40 años de excavaciones, gracias a las cuales conocemos mejor a los neandertales

El tesoro arqueológico de Capellades se descubrió en 1909, pero las excavaciones empezaron en 1982

Capellades es una pequeña villa papelera de poco más de 5.000 habitantes, con una apreciada balsa en su corazón, que en su día (1909) descubrió un tesoro, unos restos arqueológicos que datan del Paleolítico medio y superior. Desde principios de los ochenta, y hasta hoy, verano tras verano, unas excavaciones lideradas por el arqueólogo Eudald Carbonell y Palmira Saladié nos revelan nuevos e importantes hallazgos relacionados con los neandertales. El último, que el yacimiento fue un lugar ocasional de cazadores que hace 60.000 años abatían ciervos machos de grandes dimensiones por la zona.

Las excavaciones del Abric Romaní de Capellades cumplirán el próximo verano cuarenta años y, coincidiendo con la efeméride, se estrenará un nuevo nivel de trabajo, el de la letra S. Este verano se ha casi completado el nivel R -falta escarbar lo que bien podría ser la basura de les neandertales de la época-, de 12-13 metros de profundidad, con buenos resultados. Así, se ha podido saber que hace 60.000 años en el yacimiento hicieron estancias temporales grupos de cazadores de ciervos. Incluso puede concretarse que dichos períodos de caza tuvieron lugar entre otoño e invierno. Se han localizado restos de grandes ciervos, pero también de otra fauna, como conejos. Todo ello completado por una amplia diversidad de herramientas de piedra, negativos de madera y hogares.

Las excavaciones han trabajado durante cuatro años el nivel R. Durante este tiempo se han encontrado varios fuegos, industria lítica, herramientas de piedra y restos de fauna. Gracias a los descubrimientos, se sabe que el yacimiento, con una muy buena localización para la vigilancia y relativamente cerca del mar, fue un punto clave en los movimientos de los grupos de neandertales, siendo un nivel con una amplia diversidad de empleo.

El prestigioso arqueólogo Eudald Carbonell lidera desde hace años las excavaciones, que actualmente codirige con Palmira Saladié. Ésta última pone en valor el yacimiento: “Se trata de un tesoro, único en el mundo, que nos permite saber cómo vivían, comían y se estructuraban los neandertales". Se muestra ansiosa por adentrarse en el nivel S el próximo verano. Declina la invitación a elucubrar sobre qué nos deparará la nueva capa: “El Romaní es un yacimiento difícil de prever porque es muy variable. La cultura tecnológica es muy regular, sus fuegos y como los distribuyen también, pero el contenido de los niveles es muy variable. Será un nivel rico y extraordinario, como lo han sido los anteriores. No hay nivel que no cuente algo nuevo de la vida de los neandertales”. Las excavaciones han bajado hasta 12-13 metros y se calcula que pueden llegar a los 51. “Falta por saber si a esa profundidad tenemos registros arqueológicos potentes para saber si vale o no la pena continuar excavando; pero sí, hay trabajo para años”, reconoce la arqueóloga.

Hace 39 años, unos cuantos después de que el empresario Amador Romaní Guerra descubriera el yacimiento (1909), que se hacen las excavaciones de manera ininterrumpida. El año pasado se mantuvieron a pesar de la pandemia con un tercio de los arqueólogos habituales. También ha resistido a las crisis económicas. “Es de los pocos yacimientos que se han excavado durante 40 años de manera ininterrumpida, ni la crisis económica ni la pandemia, nos hemos adaptado, pero sin parar. Eudald Carbonell dice que cuando paras una cosa es muy difícil volverla a poner en marcha”, cuenta Saladié. Este año la cifra de arqueólogos ha subido hasta 20. Sin embargo, se ha establecido un protocolo para evitar contagios y todos los participantes, que tuvieron que hacerse test antes de empezar, han actuado como grupo burbuja.

Coincidiendo con la campaña, se han realizado también visitas guiadas al yacimiento para el público general. Durante el mes de agosto se ha superado los dos mil visitantes. Paralelamente, coincidiendo con las fiestas de Capellades, se han realizado también caminatas nocturnas por la Cinglera del Capelló, disfrutando de un espectacular recorrido iluminado por la zona. Por allí por donde pisaron antaño los neandertales.

Fuente: lavanguardia.com | 4 de septiembre de 2021