Cómo las mujeres inmigrantes convirtieron las Orcadas en la capital prehistórica de Gran Bretaña

El asentamiento de Links of Noltland está ubicado en la norteña isla de Westray Antiquity / D. O’Meara.

Hace apenas unas semanas se dio a conocer que las remotas Islas Orcadas del norte de Escocia recibieron, hace alrededor de 5.000 años, una ola de inmigración a gran escala muy distinta de las que existieron en el resto de Europa. Mientras que en el continente fueron mayoritariamente los hombres los que se trasladaron a nuevos espacios, hasta el archipiélago escocés llegaron básicamente mujeres. Y su presencia consiguió alterar el ADN de la zona, permitiendo la supervivencia de muchos linajes masculinos del Neolítico.

Una nueva investigación llevada a cabo por la empresa británica EASE Archaeology ha revelado interesantes detalles sobre los sistemas prehistóricos de herencia y matrimonio y apunta que las recién llegadas se unieron a familias establecidas y duraderas, lo que llevó a una exitosa combinación de ideas nuevas y antiguas.

Las mujeres inmigrantes se unieron a familias largamente establecidas

De ahí que, a diferencia de lo que ocurrió en el resto de Gran Bretaña, las Orcadas se convirtieron en un remanso de paz que permitió un aumento de la productividad e incluso convirtió el lugar en la capital prehistórica de las Islas británicas, según revelan los especialistas en un artículo publicado en la revista Antiquity.

Si el trabajo de los arqueólogos de la Universidad de Huddersfield se centró en el estudio de ADN antiguo, el estudio actual ha dado mucha importancia también al trabajo de campo realizado en la aldea Links of Noltland, de unos 4.000 años de antigüedad y uno de los asentamientos mejor conservados y extensos de Escocia.

En este lugar, situado en la norteña isla de Westray, hasta ahora "se han identificado más de treinta y cinco edificios que incluyen casas, talleres y una sauna, junto con un cementerio que contiene los restos de unos 105 individuos”, explica el doctor Graeme Wilson (izquierda), de EASE Archaeology.

Los investigadores aseguran que esta afluencia a Noltland dominada por mujeres no condujo a grandes cambios culturales, lo que hizo que fuera invisible arqueológicamente hasta que las técnicas de estudio de ADN más avanzadas han revelado el “impacto único” que tuvieron estas inmigrantes en la composición genética del sitio.

“Se ha podido trazar la descendencia de los hombres de esta comunidad desde la población neolítica original, linajes que continuaron persistiendo durante al menos 1000 años”, añadió Wilson. En otras partes de Gran Bretaña, en cambio, los inmigrantes masculinos reemplazaron las estirpes existentes.

El equipo del doctor Wilson quiso combinar los datos genéticos con un análisis más detallado del enorme cementerio de Noltland, con más de 100 entierros variados, incluida una gran tumba utilizada como bóveda familiar durante siglos. Los arqueólogos encontraron que este campo santo estaba agrupado en tres casas.

Los restos de una casa neolítica yacen entre las unas de Links of Noltland Antiquiy / EASE Archaeology.

La larga historia de los linajes masculinos en las Orcadas indica que los hombres se quedaron y heredaron mientras que las mujeres se mudaron. "Estos resultados demuestran que las islas estaban participando en redes más amplias en un momento en el que hasta ahora se creía que estaban aisladas y atravesaban una especie de 'recesión'", apuna el investigador.

Los expertos encontraron que el número de hogares era estable, lo que mostraba que la propiedad no se dividía entre varios herederos. Tal herencia imparcial parece haber sido un desarrollo de la Edad del Bronce. Este cambio aseguró que cada familia tuviera recursos suficientes para sobrevivir en el duro entorno del archipiélago formado por más de 70 islas (apenas 20 de ellas están actualmente habitadas).

Dos casas d la Edad de Bronce excavadas en la isla de Westray Antiquiy / EASE Archaeology.

Además de proporcionar resiliencia frente al entorno de la Edad del Bronce, este sistema de migración femenina entre comunidades era la norma en las Orcadas y no fue diferente para los recién llegados. “El ADN muestra que la comunidad de Links of Noltland estaba compuesta por hombres locales y mujeres inmigrantes de ascendencia continental”, señala Graeme Wilson.

La genética no solo muestra la aparición de inmigrantes, sino también la forma en que fueron tratados. “El hecho de que la cultura del vaso campaniforme (a la que pertenecían las recién llegadas) se estuviera integrando en una comunidad establecida puede explicar por qué dejó tan poca evidencia arqueológica”, añade.

Plano del cementerio de la Edad del Bronce de Noltland (© EASE Archaeology)

Sin embargo, la vida en Orkney no permaneció totalmente igual: “Se forjaron identidades nuevas y más complejas que enfatizaron los lazos con el hogar y el pueblo”, dice el arqueólogo. “Estos se ven en el cementerio, donde se encontraron muchos tipos diferentes de entierro”, apunta

Había nuevas formas de construir comunidad e identidad, reuniendo a esta población cada vez más diversa a través de rituales y actividades compartidos, lo que conducía a la estabilidad social. También hubo la adopción de nuevas tecnologías y técnicas de cultivo.

Juntas, esta mezcla de ideas nuevas y viejas parece haber conducido a un período pacífico y productivo. “Lejos de presentar una amenaza existencial, como se ha sugerido a veces, la afluencia de personas aquí parece haber coincidido con un período de estabilidad social”, concluye el investigador.

Los restos de esta mujer de entre 36 y 45 años estaban entre los más de 100 individuos enterrados en el cementerio Antiquiy / EASE Archaeology.

Fuentes: lavanguardia.com | eurekaalert.org | 30 de marzo de 2022

Sale a la luz un misterioso edificio romano en Los Bañales de Uncastillo (Zaragoza)

¿Mercado o vivienda de lujo? El dilema está ahí y no se resolverá este año. El yacimiento de Los Bañales en Uncastillo da todos los veranos sorpresas, y la de este 2022 ha sido la aparición de un gran edificio con peristilo (línea de columnas) cuya finalidad aún no ha sido desentrañada por los arqueólogos. La excavación ha entrado este lunes en su recta final.

"No nos atrevemos a decir si este edificio era público o privado -señala Javier Andreu (izquierda), director de las excavaciones y catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Navarra-. Hemos encontrado seis fustes de columna, esculpidos en piedra arenisca, y este hecho, unido a la extensión y perímetro del edificio, parece indicar que era público. El hecho de que fuera el primero que se encontraría quien visitara la ciudad al acceder a ella por la puerta norte parece apuntar también en esa dirección, que pudiera ser algún mercado o macelo. Pero no podemos descartar que se trate de una vivienda, no del periodo fundacional de la ciudad, sino posterior".

La campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento va a concluir sin poder sacar a la luz el suelo original de este edificio, por lo que el misterio continuará al menos hasta el año que viene. Los fustes de las columnas están por encima del nivel arqueológico que señala el abandono de la ciudad, lo que indica que estuvo en uso, o al menos a la vista, durante muchos siglos.

"Es un edificio de unos 70 metros cuadrados de superficie, hasta ahora desconocido, que quedó oculto tras el aluvión de tierra de cultivo que lo cubrió hace siglos", añade Andreu. "Es uno de los peristilos romanos mejor conservados en el nordeste peninsular, y las columnas podrían superar los 1,30-1,60 metros de altura", asegura el historiador.

Esta campaña de excavaciones arqueológicas ha sido de las más fértiles en cuanto a objetos encontrados. Así, por ejemplo, destaca un sello de alfarero, poco frecuente en España; cerámica con imágenes de la dinastía Flavia, una de las más importantes en Occidente; una aguja de hueso; o una figurita de bronce con un amorcillo con alas sobre una flor de loto que podría ser un aplique de un mueble. En el basurero que se ha localizado este año han aparecido cucharillas de bronce, agujas y punzones de hueso y varias lucernas (alguna de ellas con sello).

De las 24 hectáreas que ocupó la ciudad romana de Los Bañales se han excavado hasta ahora dos, "lo que anticipa un largo futuro para este proyecto, que se ha convertido en una referencia internacional en la arqueología hispanorromana”, añade Javier Andreu.

En los dos turnos de excavaciones arqueológicas han participado este año estudiantes de Denver (Colorado), Puerto Rico, California, Chile, Argentina, Perú, Francia, Italia y diversas comunidades autónomas, entre ellas Aragón. En el equipo de investigación trabajan, además de Andreu, director del proyecto, los arqueólogos Juan José Bienes y Paloma Lorente.

La jornada de puertas abiertas del 24 de julio comenzará a las 10.30, con las intervenciones del director de la Fundación Uncastillo, José Francisco García, entidad que impulsa el proyecto de excavación de Los Bañales desde hace más de diez años; Santos Navarro, presidente de la Comarca de Cinco Villas; el director científico de Los Bañales y catedrático de Arqueología de la Universidad de Navarra, Javier Andreu; y de una de las estudiantes participantes, que leerá un discurso en nombre de todos sus compañeros.

Tras el acto institucional, en el que también estarán presentes los alcaldes de Layana, Uncastillo y Biota, que también participan en este proyecto, se procederá a realizar una visita guiada por el yacimiento. La jornada se completará con la realización de otras actividades, como una visita guiada para los más pequeños, se instalarán algunos puestos de demostración y venta de productos de la zona, y una zona de exposición con los elementos encontrados.

Fuente: heraldo.es | 18 de julio de 2022

Hallan un hábitat neandertal al aire libre de más de 120.000 años en Aspe (Alicante)

Vista general de la excavación del yacimiento de Los Aljezares (Aspe, Alicante) en el mes de julio de 2021.

El Paraje Natural de Los Aljezares de Aspe (Alicante) alberga un hábitat neandertal al aire libre de más de 120.000 años, que constituye "uno de los pocos ejemplos de ese tipo en la península ibérica y el único en el ámbito de la Comunitat Valenciana, en el que se han podido documentar dos niveles arqueológicos en su posición original, ricos en materiales líticos, faunísticos y arqueobotánicos, y bien datados temporalmente".

Así lo ha explicado Aleix Eixea, profesor de la Universidad de Valencia, que forma parte del equipo de equipo de investigadores que ha realizado el hallazgo, al que también han contribuido especialistas de la Universidad de Alicante (UA), del Museo Arqueológico de Bilbao y del Instituto de Ciencias Evolutivas de Montpellier.

El hallazgo ha sido difundido recientemente en la revista especializada Journal of Quaternary Science.

Conjunto lítico del nivel I: 1. Núcleo de quina; 2. Núcleo unipolar; 3, 4, 6. Lascas; 5. Lascas con macro uso-desgaste; 7. Hojuelas decoradas ; 8. Pieza con muescas en una lasca de Levallois; 9. Rascador lateral simple y muescas adyacentes; 10, 11. Rascador lateral simple. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com]

Eixea también ha destacado que los resultados obtenidos en el estudio realizado muestran que "el yacimiento localizado en Aspe sirvió como punto de paso de las poblaciones neandertales entre la costa y el interior de la península ibérica dentro de una amplia red territorial que los diferentes grupos utilizarían para abastecerse de recursos bióticos y abióticos, fundamentalmente la configuración de sus herramientas de piedra (raederas, puntas de lanzas, etc.) y el procesado y consumo de los animales que cazaron (ciervos y caballos)”.

El estudio geológico de los depósitos en los que se encuentra el yacimiento de Los Aljezares ha permitido definir un paisaje y clima muy distinto al actual. Ese trabajo, junto con la datación del yacimiento, ha sido llevado a cabo por Jaime Cuevas González, profesor del departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la UA.

Jaime Cuevas (izquierda) y Aleix Eixea (derecha) observando algunos de los restos arqueológicos aparecidos en la campaña de 2021.

“El yacimiento se puede situar durante el Último Máximo Glacial, un periodo con un clima algo más cálido y húmedo que el actual, donde el entorno de la cuenca del Vinalopó en este sector estaba caracterizado por áreas llanas con un sistema de lagunas en lugar de la compleja red de barrancos que se puede observar actualmente", ha afirmado Cuevas que ha añadido que "esa configuración pudo favorecer la ocupación de los neandertales en un paisaje accesible, con agua estable y recursos bióticos cercanos".

Por otro lado, los resultados del trabajo de campo han podido atestiguar el uso de útiles hechos en madera, pero que no se han conservado. El estudio pone de manifiesto la importancia de los yacimientos al aire libre durante el Paleolítico medio y cómo estos han pasado desapercibidos en la investigación. En este sentido, según los investigadores, "Los Aljezares ha aportado claves relevantes para entender mejor la ecología, adaptación y dinámica de los estilos de vida de los neandertales que habitaron en la península ibérica".

Corredor natural que conecta las áreas costeras e interiores inferidas para el Pleistoceno tardío. Se muestra la línea costera para MIS 5e (sensu Murray-Wallace and Woodroffe, 2014). La estrella roja indica la ubicación del sitio arqueológico Los Aljezares. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com].

Así, han destacado que existe muy poca información con la que explicar qué ocurría fuera de las cuevas, tanto desde un punto de vista del comportamiento humano como de los patrones de asentamiento y que este estudio pone de manifiesto la importancia de los yacimientos al aire libre durante el Paleolítico medio.

En los próximos meses, con la ayuda y colaboración de la asociación 'Cinco Ojos-Observatorio de Patrimonio' y el Ayuntamiento de Aspe, los trabajos de campo se retomarán con el objetivo de ampliar la información disponible.

Fuente: web.ua.es | 13 de abril de 2022

Huesos humanos fueron utilizados para hacer adornos en el noreste de Europa durante el periodo Mesolítico

Tumba 69, de un hombre adulto, en la isla de Yuzhniy Oleniy Ostrov. Se encontraron colgantes de huesos humanos y animales junto con un colgante de diente de alce en los fémures. Lo más probable es que juntos formaran un adorno en el dobladillo de una prenda o una especie de sonajero. Crédito: Dibujo: Tom Björklund.

No todos los colgantes prehistóricos están hechos de huesos de animales, algunos son humanos. De hecho, un grupo de arqueólogos de la Universidad de Helsinki ha descubierto un par de colgantes de 8.200 años de antigüedad al noroeste de Rusia, realizados con trozos de fémur, dientes y otras partes óseas humanas.

Sin duda, un descubrimiento inesperado para la comunidad científica, pues esos colgantes fueron hallados hace más de un siglo en una fosa común, y ninguno de los equipos de investigación de la época había determinado hasta ahora que se tratara de huesos humanos, según un estudio publicado en Science Direct.

Se colocaron un total de 90 dientes de alce junto a las caderas y muslos del cuerpo de una mujer en la tumba 127 del cementerio de Yuzhniy Oleniy Ostrov , posiblemente atados a una prenda que se asemeja a un delantal. También había colgantes de dientes de alce en la cintura. Además, el cadáver fue rociado con ocre rojo.

Collares, sonajeros y adornos de huesos humano

Para dar con la procedencia de estas piezas, el equipo de la Universidad de Helsinki analizó algunos de estos adornos con un método de investigación bastante novedoso: el análisis de colágeno óseo. Esta técnica permite diferenciar especies animales a partir de las proteínas orgánicas contenidas en sus pequeñas células.

De este modo determinaron que, de los 37 colgantes elaborados con fragmentos de hueso, 12 resultaron ser humanos.

Esa docena de colgantes procedían de tres tumbas diferentes: dos con hombres adultos solteros, y una de un hombre adulto enterrado con un niño. Todos ellos, encontrados en un cementerio en la isla de Yuzhniy Oleniy Ostrov, en el lago Onega, en la región de Carelia, en Rusia, en el que se enterraron a más de 177 personas en el 6200 a.C., durante el periodo Mesolítico.

Los habitantes de esa zona eran, en su mayoría, cazadores, pescadores y recolectores que vivían del comercio marítimo. Con lo cual los colgantes de huesos humanos no eran un accesorio exótico durante el Mesolítico. Por el contrario, eran bastante comunes, pues hasta los bebés sepultados tenían sonajeros con huesos humanos en su interior.

“Mientras que algunos fueron enterrados sin adornos, otros fueron encontrados con muchos colgantes de dientes y huesos. Algunos estaban cosidos en los abrigos”, dice Kristiina Mannermaa (izquierda), arqueóloga de la Universidad de Helsinki

Los huesos humanos y los animales no eran considerados tan diferentes en la Edad de Piedra

Esta circunstancia dispar (unos cadáveres sin huesos de adorno y otros con ellos) desconcertó a los investigadores en un principio. Después de todo, los huesos humanos no parecían ser tratados de manera diferente a otros materiales o animales.

Su tamaño y forma, una vez pulidos, eran similares a los dientes de los animales. Además, fueron tallados con muescas en sus extremos, para poder enrollar una cuerda o un trozo de tela. Por lo tanto, los arqueólogos creen que pudieron ser un reemplazo para los dientes de animales que se habían desprendido de la ropa. “Da la impresión de que, cuando un humano o un animal moría, no veían tanta diferencia en el cuerpo y las partes”, explica Kristiina Mannermaa.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que los habitantes rusos del periodo Mesolítico crearan colgantes así solo porque no le veían valor a los huesos humanos. Puede que, en su cultura, estas piezas tuvieran un significado tan importante como el de los huesos animales en la Prehistoria.

Dos colgantes hechos del mismo fémur humano. Foto: Anna Malyutina/ Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía. Crédito: Kunstkamera.

¿Un colgante único en Rusia?

Quizás nos parezca increíble pensar en colgantes hechos con huesos humanos, pero esta práctica no solo se conoce en lo que ahora es Rusia. En Asia y América del Sur también se han encontrado adornos realizados con partes humanas que se usaban como señal de respeto o apego. Razón por la cual los huesos se trataban con sumo cuidado, al tiempo que se almacenaban después de su uso.

“Usar huesos de animales y humanos juntos en el mismo adorno o vestimenta puede haber simbolizado la capacidad de los humanos para transformarse en animales en sus mentes. Sabemos que tal confusión de formas y fronteras ha sido y sigue siendo parte de la cosmovisión de los pueblos indígenas”, señala Kristiina Mannermaa.

Aunque también se han encontrado restos humanos asociados al canibalismo en la Europa de la Edad de Piedra, principalmente fueron utilizados con fines rituales, como es el caso de los collares de dientes de hace 6000 a.C., que hallaron en un lugar llamado Vedbaek Henriksholm Bøgebakken, en Dinamarca. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, el desgaste de las piezas no permitió al equipo encontrar marcas y hendiduras que estas prácticas suelen dejar en los huesos. "Ello quiere decir que no tenemos motivo para sospechar de prácticas de canibalismo en base a los descubrimientos llevados a cabo en Yuzhniy Oleniy Ostrov”, precisa Mannermaa.

Collares de dientes de hace 6000 a.C., encontrados en un lugar llamado Vedbaek Henriksholm Bøgebakken, en Dinamarca.

Entonces, ¿cuál era el significado de estos colgantes rusos? No lo sabemos.

La escasez de pruebas ha hecho muy difícil determinar si estas piezas se crearon como un rito de apego o de canibalismo. Es por eso que los arqueólogos se han propuesto ahora determinar la identidad de los huesos. Si la persona de la que provino la pieza estaba relacionada con las personas que fueron enterradas, entonces puede que estos colgantes de huesos sean solo una demostración de afecto que los seres humanos hemos dejado atrás.

Fuente: tekcrispy.com | helsinki.fi | 11 de julio de 2022

Revelado el misterio del 'Señor del Universo' de la antigua Palmira

Primer plano de una inscripción en la que se hace referencia al 'Dios anónimo'. Crédito: Aleksandra Kubiak-Schneider.

Una misteriosa deidad de la antigua Palmira (Siria) finalmente ha sido identificada: conocido como el "Señor del Universo", el nombre del Dios nunca se escribió directamente en los registros de la vieja ciudad, que floreció hace unos 2.000 años como un centro de comercio que conectaba el Imperio Romano con las rutas comerciales de Asia. Al parecer, el Dios no tenía nombre porque, en realidad, hacía referencia a la figura divina en general y no a un Dios en concreto.

Una investigación realizada por la científica Aleksandra Kubiak-Schneider (izquierda), de la Universidad de Wrocław, en Polonia, arroja luz sobre un misterio de siglos: la identidad del llamado "Señor del Universo" de la antigua Palmira, una deidad sin nombre que aparece de esta forma en numerosos registros históricos y antropológicos. Ahora, el nuevo trabajo científico parece haber resuelto el enigma.

Un punto de contacto entre Roma y Asia

Palmira fue una antigua ciudad ubicada en el desierto de Siria: en la actualidad solo quedan en pie sus amplias ruinas, que son el epicentro de una intensa actividad turística internacional. La antigua urbe funcionó como la capital del Imperio de Palmira, bajo el fugaz mandato de la reina Zenobia, entre los años 268 y 272 después de Cristo. En 1980, las ruinas de Palmira fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Aunque Palmira existió durante milenios, la ciudad brilló especialmente hace unos 2.000 años, cuando cumplió el papel de nexo comercial entre el Imperio Romano y Asia, por ejemplo en torno a la Ruta de la Seda. En ese marco, se han logrado identificar enigmáticos grabados, inscripciones y registros que hacen referencia a un Dios anónimo, mencionado como el "Señor del Universo" pero sin una identificación concreta.

Altares con la inscripción "Aquel cuyo nombre es bendito para siempre". Museo de Palmyra. Crédito: Aleksandra Kubiak-Schneider.

El hecho ha cautivado especialmente a arqueólogos, antropólogos e historiadores, porque la cultura religiosa de ese periodo histórico se caracterizaba por deidades con una personalidad definida, un nombre específicos y atributos fáciles de recordar. ¿Quién era, entonces, el misterioso “Señor del Universo” de Palmira?

Un mensaje para muchos dioses

De acuerdo a un artículo publicado en Science in Poland, una página web de noticias científicas dirigido por el gobierno polaco, Kubiak-Schneider descubrió en su investigación que el "Dios anónimo” mencionado en las inscripciones de Palmira no es un único Dios, sino múltiples deidades que incluyen a Bel-Marduk, la deidad patrona de la antigua ciudad de Babilonia, y a Baalshamin, deidad suprema en la mayoría de los pueblos semitas y que fue especialmente venerado en la antigua Palmira.

Altar con la inscripción: 'Aquel cuyo nombre sea bendito para siempre, el bueno. Dedicado por Taimar y Shalmallat, porque lo llamaron y él les respondió en la hora de la angustia. Hizo un milagro en el día de la justicia. En el mes de Ayar, CE 214'. Crédito: Aleksandra Kubiak-Schneider.

Sin embargo, la investigadora sostiene que la gente no mencionaba el nombre de las deidades como señal de respeto. En realidad, cuando las personas realizaban las inscripciones invocando la intervención divina no buscaban comunicarse con un Dios específico, sino con cualquier entidad suprema que escuchara sus oraciones.

Para la investigadora, no había un “Dios anónimo” sino una referencia general a la protección divina, que era invocada bajo la forma de “Señor del Universo”. Según un artículo publicado en Live Science, Kubiak-Schneider concluyó en su estudio, luego de comparar las inscripciones halladas en Palmira con registros encontrados en toda Mesopotamia que datan del primer milenio antes de Cristo, que cada Dios que escuchaba y mostraba favor a las solicitudes merecía una alabanza eterna por parte de la población. En este sentido, descubrió que se hacía referencia a los dioses adorados en Mesopotamia con nombres similares al dios anónimo de Palmira. Por ejemplo, "Bel-Marduk", el dios supremo de Babilonia, también se conocía como "el misericordioso". La frase "señor del mundo", un título similar a "señor del universo", a veces se usaba para referirse a Baalshamin, un dios del cielo, según informó Kubiak-Schneider a Science in Poland.

Un oasis en el desierto sirio, al noreste de Damasco, Palmira contiene las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo. / Getty Images.

De esta manera, sostiene que las referencias descubiertas en la antigua Palmira mencionan, en realidad, a lo divino en general y no a un único Dios “oculto” en particular. Los resultados del trabajo fueron incluidos en 2021 en un libro electrónico publicado por la editorial Brill, con sede en los Países Bajos. La mayoría de los colegas de Kubiak-Schneider han indicado que el estudio aporta datos interesantes, pero que su hipótesis deberá ser corroborada mediante nuevas investigaciones.

Fuentes: levante-emv.com | ngenespanol.com| 13 de julio de 2022

El ADN de una población antigua del sur de China sugiere raíces asiáticas en los nativos americanos

Vista lateral de la calota craneal desenterrada en la Cueva del Ciervo Rojo, Maludong, China. Crédito: Xueping Ji

Por primera vez, los investigadores han secuenciado con éxito el genoma de antiguos fósiles humanos del Pleistoceno tardío en el sur de China. Los datos, publicados el 14 de julio en la revista Current Biology, sugieren que estos misteriosos homínidos pertenecían a una rama materna extinta de los humanos modernos que podría haber contribuido al origen de los nativos americanos.

"La técnica del ADN antiguo es una herramienta realmente poderosa", dice Bing Su (izquierda), del Laboratorio Estatal de Recursos Genéticos y Evolución, Instituto de Zoología de Kunming y miembro de la Academia de Ciencias de China. "Nos dice definitivamente que los fósiles de la gente de la Cueva del Ciervo Rojo eran humanos modernos en lugar de una especie arcaica, como los neandertales o los denisovanos, a pesar de sus características morfológicas inusuales", dice.

Los investigadores compararon el genoma de estos fósiles con el de personas de todo el mundo. Descubrieron que los huesos pertenecían a individuos que estaban profundamente vinculados a la ascendencia de los nativos americanos del este de Asia. Al combinar estos datos con investigaciones anteriores, los resultados les han llevado a proponer que algunas personas del sur de Asia oriental habían viajado hacia el norte, a lo largo de la costa del actual este de China a través de Japón, y llegaron a Siberia hace decenas de miles de años. Luego cruzaron el Estrecho de Bering entre los continentes de Asia y América del Norte y se convirtieron en las primeras personas en llegar al Nuevo Mundo.

El viaje para llevar a cabo esta investigación comenzó hace más de tres décadas, cuando un grupo de arqueólogos en China descubrió un gran conjunto de huesos en Maludong, o Cueva del Ciervo Rojo, en la provincia de Yunnan, en el sur de China. La datación por carbono mostró que los fósiles eran del Pleistoceno tardío hace unos 14.000 años, un período de tiempo en el que los humanos modernos habían migrado a muchas partes del mundo.

(A) Imágenes del sitio de excavación llamado Maludong (Cueva del Ciervo Rojo) y la calota del cráneo MZR desenterrada (MLDG-1704). Los restos de homínidos, incluida la calota del cráneo, se descubrieron en el lugar indicado (estrella blanca) del sitio de Maludong, el cual se encuentra en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China (estrella roja). Se indican las ubicaciones geográficas de las muestras de ADN publicadas de más de 7.000 años en el este de Asia y se agrupan en dos períodos de tiempo, el Pleistoceno tardío (∼45.000 a 11.700 años) y el Holoceno temprano (∼11.600 a 7.000 años).
(B) Diferentes puntos de vista de la calota craneal MZR (MLDG-1704) (de izquierda a derecha: vista frontal diagonal, vista lateral izquierda, vista anterior, vista de la cavidad craneal y vista superior).La muestra para la extracción de ADN (una pieza de 2 × 3 cm) se presenta a la derecha.

El equipo de investigación halló en dicha cueva una calota craneal de homínido con características tanto de humanos modernos como de humanos arcaicos. Por ejemplo, la forma del cráneo se asemejaba a la de los neandertales y su cerebro parecía ser más pequeño que el de los humanos modernos. Como resultado, algunos antropólogos pensaron que el cráneo probablemente pertenecía a una especie humana arcaica desconocida que vivió hasta hace relativamente poco tiempo o a una población híbrida de humanos arcaicos y modernos.

El sitio de excavación de Maludong (Cueva del Ciervo Rojo). Crédito: Xueping Ji.

En 2018, Bing Su, en colaboración con Xueping Ji (izquierda), arqueólogo del Instituto de Reliquias Culturales y Arqueología de Yunnan, y otros colegas, extrajeron con éxito ADN antiguo una calota craneal. La secuenciación genómica mostró que el homínido pertenecía a un linaje materno extinto de un grupo de humanos modernos cuyos descendientes se encuentran en la actualidad en el este de Asia, la península de Indochina y las islas del sudeste asiático.

"También se muestra que durante el Pleistoceno tardío, los homínidos que vivían en el sur de Asia oriental tenían una rica diversidad genética y morfológica, cuyo grado es mayor que en el norte de Asia oriental durante el mismo período. Ello sugiere que los primeros humanos que llegaron por primera vez al este de Asia se establecieron inicialmente en el sur antes de que algunos de ellos se mudaran al norte", dice Bing Su. "Es una prueba importante para comprender la migración humana temprana".

Las pruebas f3 (muestras globales del Pleistoceno tardío y del Holoceno temprano, a partir de la calota hallada) indican una relación relativamente estrecha de la misma con los primeros nativos americanos. Los valores de f3 se presentan en un degradado de color.

En el futuro, el equipo planea secuenciar ADN humano más antiguo de fósiles del sur de Asia oriental, especialmente los que son anteriores a la población de la Cueva del Ciervo Rojo.

"Tales datos no solo nos ayudarán a tener una imagen más completa de cómo migraron nuestros antepasados, sino que también contendrán información importante sobre cómo los humanos cambian su apariencia física al adaptarse a los entornos locales a lo largo del tiempo, como las variaciones en el color de la piel en respuesta a los cambios experimentados de exposición a la luz solar", concluye Bing Su.

Fuente: phys.org | de julio de 2022

La exposición 'Arqueología canaria en Egipto' llega al madrileño Museo de San Isidro

El Museo de San Isidro acoge, desde el 8 de julio, la exposición Arqueología canaria en Egipto. Fotografías de José Miguel Barrios Mufrege en la tumba tebana 209, Luxor, una muestra gratuita que cuenta el desarrollo de la investigación en la tumba tebana (TT) 209 durante diez años de campañas en Luxor. Pero no lo hace desde el más habitual enfoque académico, sino a través de la mirada sensitiva del fotógrafo de la misión, José Miguel Barrios Mufrege.

Barrios Mufrege (izquierda, Londres, 1966) es un fotógrafo canario especializado en fotografía deportiva, de naturaleza y arqueológica que, desde 2013, forma parte del `Proyecto dos cero nueve´. Su trabajo no se limita a las labores de documentación gráfica de la excavación y de los materiales recuperados, propias de un fotógrafo de misión, sino que también ha captado los numerosos momentos cotidianos en los que están presentes objetos, personajes, lugares y grupos humanos.

A lo largo de un recorrido por cincuenta imágenes se invita al visitante a conocer las personas, las actividades y el entorno en el que se desarrollan los trabajos arqueológicos de esta misión.

Sus fotografías conducen desde los objetos inanimados a las gentes que los recuperan o que los estudian, desde sus rutinas y procesos técnicos a sus emociones por el hallazgo, desde las incomodidades y estrecheces de la excavación al impresionante escenario natural que constituyen el desierto y la montaña tebana, introduciendo al visitante en el ámbito más cotidiano de una misión arqueológica en Egipto.

El nubio Nisemro

El `Proyecto dos cero nueve´, auspiciado por la Universidad de La Laguna, nació en 2012 con los objetivos de documentar, estudiar y conservar la TT 209. Esta tumba se construyó en la ladera de un wadi o rambla de la orilla occidental del Nilo, cercana al Rameseum, frente a la actual ciudad de Luxor.

Hasta esa fecha, la TT 209 estaba escasamente estudiada. Durante los diez años de trabajo transcurridos se ha documentado la práctica totalidad de la tumba, descubriéndose sus monumentales estructuras exteriores, así como un ala lateral subterránea con varias cámaras funerarias que han proporcionado una gran cantidad de materiales, todo ello desconocido hasta la intervención del equipo canario. Como colofón, se ha identificado a su propietario, un poderoso personaje de origen nubio llamado Nisemro que ocupó el cargo de responsable de los recursos económicos egipcios, y se ha podido establecer su datación en las postrimerías del siglo VIII antes de la era común, durante la Dinastía XXV, un periodo de dominio nubio sobre Egipto que empieza a ser mejor conocido gracias, entre otros, a los trabajos de esta misión española.

La exposición, que ya ha sido vista en varias localidades canarias, ha sido organizada en Madrid por el Museo de San Isidro en colaboración con la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna. La muestra, además, forma parte de los actos con los que el Ayuntamiento de Madrid quiere celebrar el cincuentenario de la inauguración del Templo de Debod en nuestra ciudad.

Arqueología canaria en Egipto. Fotografías de José Miguel Barrios Mufrege en la tumba tebana 209, Luxor

Museo de San Isidro. Los orígenes de Madrid. Plaza de San Andrés, 2

Del 8 julio al 27 noviembre

De martes a domingos y festivos: de 10 a 20 horas*. Lunes, cerrado

* Del 15 de junio al 15 de septiembre el cierre de las salas será a las 19 horas.

Entrada gratuita

Comisariada por Miguel Ángel Molinero Polo, Universidad de La Laguna, Tenerife. Director del Proyecto dos cero nueve.

Fuente: diario.madrid.es | 4 de julio de 2022