Descubren los orígenes del bisonte europeo a través del ADN y el arte rupestre

Los paleontólogos lo apodaron graciosamente "bisonte de Higgs", un juego de palabras relacionado con las famosas partículas subatómicas (bosón de Higgs), porque era muy misterioso. No se habían dado cuenta de que la criatura había sido documentada decenas de miles de años atrás por humanos prehistóricos que pintaban en las paredes de las cavernas.

El largamente buscado ancestro del bisonte moderno de Europa era una especie de raro híbrido que deambulaba por el continente y por Asia durante la segunda mitad del Pleistoceno, señaló un grupo de científicos este pasado martes en la revista Nature Communications.

Utilizando análisis de ADN y fechas radiométricas, pudieron dilucidar el complicado árbol familiar del los gigantescos bovinos, que son el resultado del entrecruzamiento entre el ganado antiguo de uros y el gigantesco bisonte de la estepa. La reconstrucción genética sugiere que las especies ancestrales eran más pequeñas y más equilibradas que su "primo" más conocido, y que prosperaron cuando el continente se volvió especialmente frío.

El dibujo en la cueva Chauvet-Pont d’Arc en Ardèche, Francia. El cuerno largo y la joroba marcan la diferencia del linaje del bisonte europeo (Carole Fritz y Gilles Tosello – The Washington Post)

Llevaron sus resultados a expertos franceses en prehistoria, a quienes consultaron si esto cuadraba con el registro arqueológico. La respuesta fue un rotundo sí. Durante años, los investigadores que estudiaron las pinturas de cavernas notaron que había dos tipos extintos de bisontes grabados en las paredes de las cuevas. Siempre atribuyeron esto a cuestiones artísticas, pero quizás había algo más detrás. Al investigarlo se dieron cuenta de que la variación temporal en las pinturas de las cuevas se correspondía perfectamente con la línea de tiempo genética que los científicos habían construido para el bisonte de la estepa y las especies ancestrales, que apodaron Clado X. Clado es el término científico para agrupar a una misma especie.

"Nunca imaginamos que los artistas de las cavernas habían pintado amablemente ambas especies para nosotros", indicó Julien Soubrier (izquierda), de la Universidad de Adelaide y director del equipo de investigación.

Los paleontólogos han estado buscando el Clado X por más de una década. Los análisis genéticos de los modernos bisontes europeos indican que no son descendientes directos de ninguna de las especies existentes durante el Pleistoceno. Su ADN nuclear muestra similitudes con el bisonte de Estados Unidos (que es a menudo llamado coloquial y erróneamente búfalo), pero su ADN mitocondrial (heredado a través de la hembra) sugiere una relación más cercana.
Reproducción de un bisonte de la estepa en la cueva Chauvet-Pont d’Arc, en Francia
Pintura de un bisonte en la cueva de Pergouset, hecha hace 17.000 años

Para complicar aún más las cosas, está el hecho de que todos los bisontes europeos vivos descienden de tan sólo 12 individuos, los únicos sobrevivientes de una continua matanza continental que llevó a la especie al borde de la extinción en la década de 1920. Hoy en día hay unos pocos miles vagando por los bosques de Europa del Este. Pero tienen tan poca diversidad genética que se hace extremadamente difícil analizar su ADN para encontrar pistas sobre su profundo pasado.

Sin embargo, Soubrier y sus colegas trataron de descifrar el ADN de las especies de bisontes vivas y ancestrales. Al secuenciar el ADN núclear y mitocondrial de varias docenas de especímenes que abarcan decenas de miles de años de historia, pudieron identificar el momento en que los bisontes europeos emergieron como especie 120.000 años atrás. No se le veía como el bisonte estepario familiar, sino como algo distinto: el bisonte de Higgs.

Un bisonte europeo en un bosque de Polonia (Rafal Kowalczyk – The Washington Post)

Dado que el ADN mitocondrial tiene mucho más parecido con el Clado X, los científicos creen que la especie es producto de un entrecruzamiento entre un bisonte de estepa macho y un uro hembra. No está claro si esta hibridización ocurrió una vez o repetidamente a lo largo de un período de tiempo, pero eventualmente la descendencia de las hembras de esta relación dio lugar al linaje de bisonte europeo (en la actualidad, los intentos de cruce de bisonte con bovinos da como resultado machos estériles).

"Encontrar que un hecho de hibridización condujo a una especie totalmente nueva resultó una verdadera sorpresa, ya que esto no pasa entre los mamíferos", dijo Alan Cooper (izquierda), coautor del estudio y director del Centro Australiano de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaide, en un comunicado.
La datación mediante radiocarbono de los especímenes indica que el linaje del bisonte europeo (que incluye el Clado X y al bisonte europeo moderno) dominó entre 50.000 y 34.000 años atrás. "Los restos óseos estudiados revelaron que nuestra nueva especie y el bisonte de la estepa intercambiaron el dominio de Europa varias veces, en consonancia con los cambios ambientales sucedidos por los cambios climáticos", explica Soubrier.

Pinturas del 'bisonte de Higgs' en la cueva de Niaux, Francia, cuya datación es de hace 17.000 años, durante el periodo Magdaleniense.

Estos intercambios reflejan las transiciones vistas en las pinturas de las cavernas. Algunas imágenes muestran claramente al más familiar bisonte de la estepa, con su espalda jorobada, largos cuernos y un cuerpo desproporcionado. Mientras que los animales que aparecen más pequeños, con cuernos menos largos y delicados, son miembros del linaje de los bisontes europeos. El animal que los científicos estuvieron buscando durante más de una década estuvo en esas paredes pintadas todo el tiempo.

Fuente: larazon.com | The Washington Post | 18 de octubre de 2016

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