Buscando al hombre de Quibas (Murcia)

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Equipo humano que ha desarrollado la excavación de este año - IPHES

Por segundo año consecutivo, un equipo integrado por miembros del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas) ha desarrollado una excavación en el yacimiento de Quibas, situado en el término municipal de Abanilla (Murcia), muy próximo a la pedanía de la Caña de la Leña, donde se encuentran alojados los investigadores. La intervención está codirigida por Jordi Agustí y Pedro Piñero (IPHES) y Antonio Rosas del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

Un agujero en el costado de una montaña de Abanilla está aportando claves para reconstruir el ecosistema de los primeros humanos en Europa Occidental. El yacimiento de la Sierra de Quibas, en la misma línea temporal que los de Orce (Granada) y Atapuerca (Burgos) con 1,2 millones de años, ha permitido recuperar restos de sesenta grupos de fauna, entre ellos veinte especies de mamíferos. Algunos de origen asiático –como un ancestro del buey almizclero– y africano –macacos–, y también numerosos fósiles de ‘tatarabuelos’ de los caballos, de ciervos y de linces. Recién terminada la segunda temporada de la excavación, aún no han aparecido huesos de homínidos, pero los científicos que dirigen las prospecciones confían en dar con ellos.

«Todo lo que hemos visto nos dice que es muy posible encontrarlos, estamos en el lugar y la cronología adecuados», explica a ‘La Verdad’ uno de los tres codirectores del yacimiento, Pedro Piñero, un ambientólogo aguileño de 28 años formado en Paleontología en las universidades Autónoma y de Barcelona. Comenzó de becario en Quibas con 19 años, cuando lo estudiaba el profesor de la Universidad de Murcia Miguel Ángel Mancheño, pero la jubilación de este investigador supuso un parón en los trabajos. Hasta que Piñero y otro antiguo colaborador del paleontólogo de la UMU, Jordi Agustí, ambos ahora en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), apostaron hace un par de años por retomar las excavaciones dado el potencial del yacimiento. A ellos se les sumó Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

La excavación ha obligado a afrontarse con niveles estériles del yacimiento - IPHES

«La importancia de Quibas se debe a la gran diversidad de fauna y a la posibilidad de las evidencias humanas», advierte Piñero. Si aparecieran, la hasta ahora poco conocida excavación situada en la pedanía abanillera de Cañada de la Leña formaría parte del valioso triángulo de las primeras ocupaciones humanas en Europa junto con Barranco León y Fuente Nueva 3 (Orce) y Sima del Elefante (Atapuerca).

«En ese caso se convertiría en un yacimiento mediático porque llenaríamos algunos vacíos en la investigación sobre los primeros asentamientos humanos. Pero si finalmente no aparecen los fósiles de homínidos seguiría siendo muy importante», asegura el paleontólogo aguileño. Entre otros motivos, por su cronología crucial: la transición entre el Pleistoceno inferior y el medio, una era de glaciaciones en la que se produjeron importantes cambios en la biodiversidad.

Los hallazgos de la Sierra de Quibas han permitido reconstruir el clima y el ambiente en esa época última del Pleistoceno inferior. ¿Cómo era esta zona montañosa de Abanilla hace más de un millón de años? Más fría y lluviosa que ahora: si la temperatura y la precipitación media actuales son de 20º y 300 mm, respectivamente , entonces eran de 15º y 400 mm. La masa forestal era más importante, con una buena representación de árboles caducifolios.

Jornada de Puertas Abiertas - IPHES

En museos de Elche y Murcia

Este depósito de fósiles, el más antiguo de la Región, fue descubierto en 1994 por unos excursionistas alicantinos que buscaban calcita en una cantera abandonada. Por creer que se encontraban en su comunidad autónoma –Abanilla es fronteriza entre Murcia y Alicante– o por un exceso de patriotismo, nunca se aclaró, los primeros materiales encontrados se llevaron al Museo Paleontológico de Elche, donde siguen. Los fósiles que afloraron después están en el Museo Arqueológico de Murcia y el auditorio de Abanilla expone una colección de réplicas.

Las excavaciones seguirán al menos tres años más porque el proyecto ha recibido una ayuda de 110.000 euros del Ministerio de Economía y Competitividad para un programa más amplio que incluye investigaciones en Orce, Marruecos y Georgia.

También cuentan con la ayuda del Ayuntamiento de Abanilla, que proporciona el alojamiento. «El trabajo pendiente consiste en excavar a tope para llegar a los niveles más ricos en fósiles», detalla Pedro Piñero sobre la disposición de este filón prehistórico, dos cavidades que intentan conectar retirando material de relleno. Se pondrán de nuevo manos a la obra en octubre del año que viene. Con la esperanza, quizá, de que asome el murciano originario.

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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