El Museo Arqueológico Nacional y Wikimedia España organizan una jornada de edición en Wikipedia el 4 de noviembre de 2017

Próxima jornada de edición colaborativa en Wikipedia para mejorar los contenidos sobre termas romanas en Hispania

Museo Arqueológico Nacional y Wikimedia España promueven un evento participativo donde las termas romanas podrán ser documentadas y puestas en valor a través de la aportación de todos los participantes. 
La jornada tendrá lugar el sábado 4 de noviembre de 2017, entre las 10 y las 18 horas ininterrumpidamente, en la biblioteca del Museo Arqueológico Nacional, situado en la Calle Serrano, 13 (Madrid).

30 de octubre de 2017.-  El baño, las prácticas deportivas, la curación, la limpieza o la relajación, serán algunos de los protagonistas del editatón dedicado a las termas romanas en Hispania que Wikimedia España, junto con el Museo Arqueológico Nacional, celebrarán de forma virtual y presencial en la sede del museo este sábado 4 de noviembre, con el objetivo de mejorar los contenidos sobre termas romanas en Wikipedia y de poner en valor el patrimonio histórico y cultural.

#EditatónTermas permitirá la participación ciudadana en la construcción del conocimiento y en la visibilidad a través de Wikipedia de los conjuntos termales, institución básica del mundo romano, tanto para la higiene como las relaciones sociales, y fundamentales testimonios de nuestro patrimonio cultural dada la monumentalidad de muchas de las construcciones. La actividad pretende aportar nuevos contenidos o mejorar la escasa información ya existente en los artículos dedicados a las termas dentro de la enciclopedia virtual.

En este próximo editatón pueden participar de manera gratuita, tanto personas que conozcan la edición en la enciclopedia libre online, como las que nunca hayan tenido oportunidad de hacerlo, ya que se proporcionará ayuda durante todo el proceso de forma presencial. El Museo Arqueológico Nacional facilitará recursos y bibliografía para redactar los artículos a los participantes y el equipo de Wikimedia España les  ayudará a dar sus primeros pasos en la edición de la enciclopedia libre. Tan solo será necesario inscribirse, abrir una cuenta en Wikipedia previamente, y llevar su propio equipo informático.

400 millones de personas de todo el mundo aportan su granito de arena a la difusión de conocimiento a través de la enciclopedia colaborativa. Esta será una ocasión excepcional, a través del Museo Arqueológico Nacional y Wikimedia España, para unirse a esta gran comunidad y contribuir en el tema de los conjuntos termales, ayudando a poner en valor estos importantísimos testimonios de la civilización romana.

Página del evento en Wikipedia: 
https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Encuentros/Editat%C3%B3n_termas_romanas

La nariz de los neandertales revela cómo respiraban

Reconstrucción en 3D de cráneos de neandertales. / A. Balzeau (Musée de l'Homme, Paris, France). Los neandertales poseían narices distintas a las de los humanos modernos por su forma y tamaño, pero su capacidad de adaptarse a climas fríos y secos no era tan diferente. Así lo demuestra la primera reconstrucción en 3D de la cavidad nasal interna de nuestros 'primos' ya extintos, que ha permitido comparar con simulaciones la dinámica de la respiración en ambas especies.

Heladas profundas, climas hostiles. ¿Cómo sobrevivieron los humanos a la última glaciación? Respirando. Si bien la respuesta parece obvia, un estudio publicado por la prestigiosa revista científica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), asegura que la anatomía interna de la nariz de los humanos y de los neandertales, especies que ocuparon paisajes extremadamente fríos y secos, les permitió calentar y humedecer el aire inspirado. Estos resultados son la clave para comenzar a entender cómo nuestro linaje humano pudo resistir duras condiciones climáticas durante su dispersión a través de Eurasia, al final de la era pleistocénica.

Según indica el estudio, esta aclimatación nasal garantizó el buen funcionamiento del aparato respiratorio y protegió al organismo de infecciones.

“Comprender las adaptaciones que pudieran haber ocurrido en la morfología nasal nos permite descubrir qué mecanismos evolutivos ocurrieron en el momento en que nuestros primos cercanos (Homo neanderthalensis) y algunas poblaciones de nuestra especie (Homo sapiens) ocuparon los climas más fríos del continente euroasiático durante la última glaciación”, asegura Soledad de Azevedo, investigadora asistente del CONICET del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH CONICET-CENPAT).

Para realizar esta investigación se cooperó con el Dr. Osvaldo Velán, especialista en diagnóstico por imágenes del Hospital Italiano de Buenos Aires. Se reunió una colección de imágenes de tomografías computarizadas de seres humanos actuales, que incluía tanto inmigrantes de China y Corea como argentinos con antepasados que vivieron en el sur de Europa.

Las imágenes permitieron entender cómo varía la forma de la mucosa nasal y la estructura ósea que la contiene, según se trate de poblaciones que evolucionaron en climas fríos (los del norte de Asia) o en climas templados (los del sur de Europa). A partir de esta colección se reconstruyó cómo habría sido la mucosa en los neandertales, específicamente en los restos de La Chapelle-aux-Saints (de 60.000 años de antigüedad) y La Ferrassie (entre 68.000 y 74.000 años de antigüedad). Estos fósiles fueron hallados en Francia, en 1908 y 1909 respectivamente.

Foto: recreación de un rostro neandertal. Museo de Historia Natural de Londres.

“Nuestro objetivo fue comparar cómo funcionan los tres modelos de narices, el sureuropeo, el norasiático y el neandertal, utilizando técnicas de Dinámica Computacional de Fluidos, una suerte de túnel de viento generado por computadora y que simula la respiración de esas tres narices virtuales en distintas condiciones climáticas”, explica de Azevedo.

Gracias a las simulaciones de las respiraciones de neandertales, asiáticos y europeos, los investigadores detectaron algunas diferencias entre las muestras. Los modelos asiático y neandertal acondicionan el aire más rápidamente que el europeo, y lo hacen en el tracto respiratorio inferior (tráquea, bronquios, bronquiolos y alvéolos). Sin embargo, el modelo europeo lo hace en el tracto respiratorio superior (nariz, boca, faringe y laringe).

El hecho de que la humidificación y calentamiento del aire fueran más rápidos en los neandertales y asiáticos que en los europeos demuestra que ambas especies desarrollaron diferentes adaptaciones al frío y que la morfología nasal evolucionó de manera independiente en neandertales y humanos modernos.

Los grupos asiáticos actuales del Ártico poseen un rendimiento respiratorio que mejora en climas fríos y secos, como los neandertales; sin embargo, sus narices han evolucionado hasta asemejarse más a la forma de los europeos.

Los resultados indicaron que el modelo humano del norte de Asia es el que mejor se desempeña en bajas temperaturas, ya que al inspirar calienta rápidamente el aire en la parte delantera. A pesar de las grandes diferencias óseas, la nariz neandertal también funciona de manera eficaz en climas fríos.

Reconstrucción de la anatomía nasal interna de asiáticos nororientales (izquierda), europeos suroccidentales (centro) y neandertales (derecha) donde se aprecia el intercambio de temperatura a través de la parte vestibular de la nariz. / PNAS

“Desde el punto de vista evolutivo, esto sugiere que los neandertales y los humanos “resolvieron” adaptativamente el problema del acondicionamiento de aire frío y seco a partir de cambios convergentes en la mucosa: aun cuando la 'caja ósea' sea diferente entre ambas especies, es la anatomía interna y la mucosa lo que permite un buen desempeño al respirar. Cada especie desarrolló su 'radiador' óptimo de manera independiente, pero ambos con eficacia termodinámica”, concluye la científica.

Este trabajo interdisciplinario, que realizaron investigadores, ingenieros, antropólogos, paleontólogos, biólogos y médicos, no solo permitió reconstruir y entender el funcionamiento de la mucosa nasal de los neandertales, sino que también abre una línea de posibles aplicaciones en la salud.

“La simulación respiratoria desarrollada por el equipo será adaptada para su uso en la práctica clínica, con el fin de estudiar con métodos no invasivos el impacto de fármacos o cirugías tendentes a mejorar la respiración (y por ende la calidad de vida) en pacientes con patologías vinculadas al funcionamiento del tracto nasal (apneas, ronquidos, inflamaciones, traumas, etc.)”, afirma Rolando González-José, investigador Principal y Director del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH CONICET-CENPAT).

Fuentes: adnsur.com.ar | SINC | 30 de octubre de 2017

Peñas de Cabrera (Málaga): vida figurada entre las piedras

La sierra de Casabermeja contiene la mayor colección de pinturas rupestres esquemáticas de la provincia.

Leídos en serie, como si formaran parte de un libro y no de un paisaje, podrían parecerse a los poemas visuales de Henri Michaux. Una serie de símbolos, de figuras mínimas, recorriendo la piedra, descubriendo líneas tan aparentemente impenetrables como atractivas, posibles muestras de un alfabeto olvidado, de un grafismo misterioso, más cerca de los cánones actuales del arte contemporáneo que de lo que muchas veces se presume acerca del hombre primitivo.
En 1974, cuando un grupo de pastores que paseaban por la sierra los descubrieron no tuvieron ninguna duda; aquello, fuese lo que fuese, era algo de lo que había que dar la voz de alerta, valioso en un sentido museístico, destinado acaso a perdurar entre los elementos del bosque.

Remiforme situado en el abrigo nº 12.

A diferencia de otros grandes enclaves arqueológicos de la provincia, los abrigos montañosos de Peñas de Cabrera no precisan de aval científico alguno para remarcar el entorno. Aunque ligeramente resguardados por la naturaleza, su belleza es de adjudicación instantánea. Cuesta creer que durante tantos siglos nadie, ningún cabrero, ningún centinela despistado, reparase en su existencia, ni siquiera al modo destructor y de sustitución radical con el que los grupos de poder suelen despachar sus relaciones con el pasado.

Casi seis mil años después las pinturas y grabados de Casabermeja se encuentran en un estado de conservación admirable. Se siguen distinguiendo sin interferencias sus variaciones líquidas en rojo, el idioma parcialmente codificado con el que los pueblos del Neolítico, hábiles en el uso del óxido de hierro, embadurnaban las paredes. La colección es inmensa. Una de las más importantes y singulares de Andalucía. Dotada, además, de una suficiencia estética que impresiona por partida doble: por un lado, las ondulaciones del monte, las garitas naturales, pero también las señales, las geometrías melladas y sugerentes.


Toda esa impecable combinación tuvo que impresionar a la fuerza a los primeros investigadores. Y más en el periodo en el que se produjo el descubrimiento, justo cuando la arqueología recuperaba su esplendor, tras las largas décadas de interrupción franquista. El de Peñas de Cabrera fue el primer gran yacimiento aportado por la provincia a la regeneración académica de España. Arqueólogos como Cecilio Barroso, Bartolomé Ruiz, Francisca Medina Lara o Rafael Maura se lanzaron con entusiasmo a una carrera sucesiva y complementaria de catas, calcos, prospecciones, hipótesis teóricas. Sin dejar en ningún momento de tener presente el valor de lo que estaban viendo: un conjunto de una treintena de abrigos con centenares de pinturas esquemáticas. Figuras que representan ritos, escenas de la vida cotidiana. Incluso signos que a fuerza de repetirse señalan hacia la existencia de una versión atávica de algo parecido a la escritura, al lenguaje.

El arqueólogo Pedro Cantalejo traza una panorámica que, por el paso del tiempo y la irregularidad del terreno, resulta actualmente imposible de captar con una cámara fotográfica. El dolmen del Tajillo (izquierda), localizado en la zona, con los esqueletos desperdigados de tres personas. Y el resto del paisaje sazonado por más de 70 estructuras de refugio, con casi la mitad tiznadas por los grabados y las pinturas rupestres. Los investigadores advirtieron incluso un semicírculo hecho con grandes piedras. Una especie de aforo para reuniones, quizá provisto de un sentido folclórico. Está claro que Peñas de Cabrera no era un lugar al que se acudía a dormir o a guarecerse del frío y de las bestias. Su papel era otro. Cantalejo está convencido de que tanto las pinturas como los cercanos dólmenes de Antequera fueron concebidos con una intención monumental, que se escapaba de las urgencias de las funciones básicas y de lo provisorio. Había un interés en construir algo que perdurase, no tanto por una clara conciencia del futuro como por el hecho de que se trataba de la única manera de aleccionar a las nuevas generaciones en el oficio de la supervivencia y sus relaciones con la vida y con la muerte.

Durante muchos años las pinturas de Peñas de Cabrera se consideraron parte de un espacio mayoritariamente sagrado. La aureola misteriosa todavía sigue vigente, si bien en una acepción de la religiosidad que tiene menos que ver con el misticismo chamánico y los aquelarres que con las ceremonias folclóricas ligadas a los dioses que todavía hoy continúan formando parte de la cultura mediterránea. Pedro Cantalejo se apoya para explicarlo en Julio Caro Baroja, que situaba el origen de la romería, su importancia para la cohesión de la comunidad, para el establecimiento de la paz y de las nuevas parejas, en época prehistórica. «Las escenas cotidianas indican que era un lugar, sobre todo, de encuentro social un núcleo de la vida comunitaria», indica.
No es ningún secreto. La pintura esquemática tiende a lo narrativo. Y en los abrigos de Casabermeja, situados a pocos kilómetros del Guadalmedina, junto a figuras de jinetes, de árboles y hasta una mujer de parto, se dan también relatos. «Nos falta encontrar nuestra piedra roseta», exclama el arqueólogo.

Peñas de Cabrera, con su semidescubierto bosque, su proximidad al río, ofrecía todo lo que necesitaban las comunidades de alrededor para convertirse en un sitio fijo de peregrinaje. El hombre del Neolítico aumentaba sus necesidades, se hacía sedentario, comenzaba a talar la misma vegetación que poco antes le había servido de cobijo para responder a sus nuevas intenciones agrícolas. En esos tiempos, ahora tan remotos, comenzó la transformación. Con su factura de sedimentos y sus consecuencias en el dibujo de la línea del mar. Los seres humanos abandonaban la huida permanente y empezaban a contar su vida, a juntarse par dejar de temer a la muerte, para dejar de temer a los otros.

El recuento en Peñas de Cabrera, según el inventario, supera las doscientas figuras. Toda una enciclopedia bosquejada de lo que fuimos, a poca distancia de donde rugen los coches hambrientos de ciudad, de luces, de comodidades. En Casabermeja, en tantos siglos, nadie pintó encima de los dibujos. Pero sí hubo quién los remarcó. No querían que se borraran.

Fuente: laopiniondemalaga.es | 28 de octubre de 2017

Montoro (Córdoba) refuerza su pasado íbero con el nuevo hallazgo de una espada de hace 2.500 años

Punta de la espada íbera hallada en Montoro - A. O.

Montoro sigue siendo un importante foco arqueológico de la provincia de Córdoba. Gracias a la colaboración ciudadana y la generosidad del dueño de una finca del término municipal montoreño, hace unos días el Museo Arqueológico municipal ha recibido una nueva pieza para su colección.
En concreto, se trata de una espada corta, cuya primera datación realizada correspondería al periodo entre finales de siglo V y la primera mitad del siglo IV antes de Cristo. La pieza ya está en manos de expertos como el arqueólogo provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Alejandro Ibáñez Castro, y cuenta con un primer estudio preliminar de la pieza realizado por Fernando Quesada Sanz, director del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, que próximamente se hará público.

La estela de Montoro apareció en esta localidad cordobesa, en superficie - US

No es el único hallazgo de importancia en la zona. La estela de Montoro (piedras de gran tamaño grabadas o pintadas con diversos motivos gráficos) sigue siendo protagonista en este museo, convirtiéndose en la escritura más antigua de Iberia, según un estudio realizado por expertos de las universidades de Sevilla, Granada, Cardiff y Southampton y del CSIC.

Según estos estudios, se ha establecido que los signos descubiertos en la estela de Montoro podrían corresponder con la escritura más antigua conocida en Iberia, que son compatibles con las escrituras ibéricas referencia como la levantina, la tartésica, y la meridional. Y también con otras orientales, como la fenicia, la proto-sinaítica, la proto-cananao y la sudarábiga.

Fuente: ABC.es | 29 de octubre de 2017

Científicos descubren nuevas pistas sobre la posible identidad de los misteriosos guerreros de un antiguo campo de batalla

Crédito: Stefan Sauer

Un equipo de arqueólogos ha comenzado a reconstruir las evidencias que finalmente podrían revelar las identidades de los misteriosos guerreros cuyos restos se encuentran dispersos por un campo de batalla de 3.300 años de antigüedad en Alemania, junto al río Tollense. Hasta ahora, científicos e historiadores no tenían ninguna pista sobre quién luchó por uno y otro bando en esta antigua batalla, que terminó en una absoluta carnicería.

El sangriento y violento secreto de Tollense

El río Tollense fue el escenario de una gran batalla que se libró en Alemania hace más de tres milenios. Siendo un descubrimiento relativamente reciente, poco se sabe sobre lo que sucedió realmente allí, aunque la mayoría de los historiadores están de acuerdo en que definitivamente fue una lucha a muerte. Sin embargo, se estima que alrededor del noventa por ciento de los campos de batalla ubicados en la región de Mecklenburg-Pomerania Occidental todavía tienen que ser debidamente excavados por los arqueólogos. Como informa Live Science, fue hace poco más de treinta años cuando se empezaron a descubrir antiguas dagas, cráneos humanos, cuchillos y otras armas en los sedimentos fluviales del río Tollense.

En 1996, un arqueólogo aficionado encontró un solo húmero (hueso del brazo), con una punta de flecha incrustada en él, sobresaliendo en la escarpada ribera del río –la primera pista de que el valle del Tollense llevaba miles de años guardando un violento secreto. Sin embargo, para muchos arqueólogos aún no estaba del todo claro que Tollense fuera un antiguo campo de batalla. Algunos de ellos sugerían que podrían ser los esqueletos de un cementerio inundado, o haberse acumulado en la zona durante siglos. Once años más tarde, sin embargo, un equipo de arqueólogos realizó unas modestas excavaciones de prueba en las que se hallaron más huesos, un cráneo golpeado y una porra de 73 centímetros parecida a un bate de béisbol. Los hallazgos fueron datados por radiocarbono en el 1250 a.C., lo que sugiere que procedían de una única batalla de la Edad del Bronce europea.

Cómo se equiparon los guerreros para la batalla

Se confirma que el valle del Tollense fue un campo de batalla

ScienceMag informa de que después de una serie de excavaciones realizada entre los años 2009 y 2015, los arqueólogos descubrieron un asombroso número de huesos: los restos de al menos cinco caballos y más de 140 hombres. Lo que es aún más interesante es que los expertos parecen estar seguros de que los huesos de cientos de soldados más probablemente sigan sin ser excavados, y miles de personas más podrían haber luchado también en la batalla sobreviviendo a ella. También es probable que el bando ganador retirase a sus muertos.
Thomas Terberger (izquierda), uno de los arqueólogos alemanes que iniciaron las excavaciones en el valle del Tollense, parece estar seguro de que él y su equipo están examinando un verdadero campo de batalla y no sólo una pelea entre vecinos: “Estamos muy seguros de que los restos humanos yacen más o menos en la posición donde murieron”, señala Terberger, de la Oficina del Estado de la Baja Sajonia para el Patrimonio Cultural, en declaraciones recogidas por Live Science.
Terberger agrega que lo que se ha encontrado hasta ahora podría ser sólo una pequeña fracción de la masacre, ya que los vencedores en la batalla podrían haber despojado a los cadáveres de todo objeto de valor a su alcance, arrojando luego los cuerpos a aguas poco profundas, lo que los protegió de carnívoros y aves de rapiña. Los huesos carecen de las habituales marcas de roedura y arrastre que suelen dejar los animales carroñeros.

La mayoría de los guerreros que participaron en la batalla no eran originarios del lugar

Tras realizar Terberger y sus colegas un análisis químico de los esqueletos, llegaron a la conclusión de que la mayoría de los guerreros de Tollense procedían de centenares de kilómetros de distancia. ¿Cómo llegaron a esta conclusión? Los investigadores buscaron elementos como isótopos de estroncio, oxígeno y carbono en veinte dientes de Tollense, mostrando algunos de ellos valores típicos de la llanura del norte de Europa que se extiende desde Holanda hasta Polonia. El resto de dientes procedían de aún más lejos, a pesar de que no se puede asegurar al 100% al no ser tan precisos los análisis de estroncio, tal y como Terberger comentaba para Live Science .

Fuente: ancient-origins.es | 27 de octubre de 2017


Hallan restos en el norte de Europa de la mayor batalla de la Edad del Bronce

Los huesos estaban muy juntos en algunas partes de la excavación, tal como se ve en esta foto de 2013. Un área de 12 metros cuadrados contenía 1478 huesos, incluyendo 20 cráneos. FOTO: LANDESAMT FÜR KULTUR UND Denkmalpflege Mecklenburg-Vorpommern / LANDESARCHÄOLOGIE / C. HARTL-REITER


Fuente: LA RAZÓN.es | 28 de marzo de 2016
Hace cerca de 3200 años, dos ejércitos se cruzaron a la vera de un río junto al Mar Báltico. Fue un auténtico “choque de trenes” que, aunque parezca increíble, no había quedado registrado en los libros de historia.
Hasta ahora.
Una investigación publicada por la revista Science ha sacado a la luz este enfrentamiento en el que miles de guerreros se citaron para una lucha brutal a base de armas de madera, piedra y bronce, por aquella época lo último de lo último en armamento.
La batalla tuvo lugar a orillas del río Tollense (derecha) una cinta estrecha de agua en el norte de Alemania, a 120 kilómetros de Berlín, y se saldó, según el divulgador Andrew Curry, con cientos de cadáveres flotando en el agua después de ser saqueados. De este episodio no había quedado constancia alguna en los libros, pero las prospecciones arqueológicas han logrado reconstruir lo ocurrido.
La primera pista se obtuvo en 1996, cuando un arqueólogo aficionado encontró un hueso de brazo atravesado por una punta de flecha de pedernal. De ahí se extrajeron un cráneo y otro grupo de huesos que las técnicas científicas de datación situaron en plena Edad de Bronce, en torno al año 1250 antes de Cristo.
Los trabajos de excavación no se retomaron hasta 2009, por espacio de seis años, y corrieron a cargo de arqueólogos del Departamento de Mecklenburg-Vorpommern de Preservación Histórica (MVDHP) y la Universidad de Greifswald (UG), que han descubierto palos de madera, puntas de lanza de bronce y piedra, puntas de flecha y bronce. Junto a ello, restos de cinco caballos y más de 100 hombres, aunque se cree que muchos más permanecen sin sacar a la luz.

Foto: Los arqueólogos han recuperado una gran cantidad de artefactos del campo de batalla.
“Estamos posiblemente ante un conflicto de una escala hasta ahora desconocida norte por completo de los Alpes», dice el co-director Thomas Terberger, un arqueólogo de la Baja Sajonia Servicio Estatal de Patrimonio Cultural en Hannover, a la revista Science. «No hay nada parecido con que compararlo», añade.
Y van aún más lejos: apuntan a que puede ser la evidencia más temprana de una batalla de este tamaño en cualquier parte del mundo antiguo.

Foto: Una punta de flecha de pedernal incrustada en este hueso del brazo superior alertó a los arqueólogos sobre la fuerte violencia llevada a cabo en el Valle Tollense.
«Tenemos 130 personas, mínimo y cinco caballos. Y sólo hemos abierto 450 metros cuadrados. Eso es el 10% de la capa de descubrimiento, a lo sumo, tal vez sólo el 3% o 4%», dice Detlef Jantzen, arqueólogo en jefe de MVDHP. «Si excavamos toda la zona, podríamos tener 750 personas. Eso es increíble para la edad de bronce», agrega, y recuerda que, si se cumplen los cálculos de que uno de cada cinco soldados murió, la cifra de combatientes podría ascender a 4.000.

Foto: Este cráneo descubierto en el Valle Tollense muestra una clara evidencia de un fuerte traumatismo, tal vez procedente de un violento golpe con una maza.

Fotos: Puntas de lanza y de flecha inscrustados en cráneos hallados.
En el escaneo de los huesos se ha utilizando la tomografía computerizada microscópica en un instituto de ciencia de los materiales en Berlín, y la Universidad de Rostock ha producido imágenes detalladas en 3D de las lesiones. Además, las gammagrafías óseas también han agudizado la imagen de cómo se desarrolló la batalla, dice Terberger, aunque el motivo exacto por el que dos ejércitos se cruzaron en aquel lugar sigue siendo un misterio.
Los restos químicos hallados en los restos óseos y, sobre todo, en los dientes, sugieren que la mayoría de los guerreros vinieron de cientos de kilómetros de distancia y de lugares diferentes, un dato que se refleja en las evidencias de la dietas que seguían algunos de ellos. «Podemos concluir que los muertos vinieron de muy diferentes lugares y que no eran agricultores-soldados, sino luchadores profesionales”, concluyen los científicos.

Fotos: Distintos tipos de mazas y puntas de bronce.

Un ciudadano chino descubre más de cinco toneladas de monedas antiguas ocultas en su casa

Cuando un aldeano residente en la provincia china de Jiangxi comenzó a trabajar en los cimientos de su casa, no podía imaginarse lo que se encontraría. El descubrimiento de un tesoro de monedas llevó pronto a los vecinos a unirse a aquel hombre en su “caza del tesoro.” ¿Los resultados de su excavación? La asombrosa cantidad de 5,6 toneladas de monedas de la dinastía Song. Pero ahora los arqueólogos se esfuerzan por averiguar quién podría haberlas escondido allí.
Específicamente, China.org.cn informa de que el enorme depósito de monedas fue hallado por el propietario de una vivienda que se encontraba trabajando en los cimientos de su casa, situada en la ciudad china de Jingdezhen, condado de Fuliang. Cuando sus vecinos vieron lo que estaba haciendo, se unieron a él en sus excavaciones. Muy pronto se unieron arqueólogos al sorprendente grupo. Al finalizar los trabajos, el número total de monedas descubiertas se contabilizó en aproximadamente 300.000 piezas.
Según el South China Morning Post, Jingdezhen ha sido denominada la "capital de la porcelana" desde el siglo III, lo que sin duda destaca la importancia económica de la ciudad.

En este contenedor podemos ver algunas de las monedas halladas durante las obras de construcción realizadas en una casa de la provincia china de Jiangxi. (VCG)
Relatos populares de la zona vinculan las monedas con un terrateniente que la habitó hace aproximadamente 1.000 años. Sin embargo, según China Daily los arqueólogos no están de acuerdo con esta tradición debido al escaso valor de las piezas. Feng Ruqin, comisario artístico del Museo de Fuliang, comentaba a la prensa que los arqueólogos se plantean dos posibles escenarios respecto a por qué se ocultaron las monedas en este lugar: un grupo empresarial local u organización social escondió las monedas para utilizarlas en el futuro, o fueron almacenadas por algún pequeño banco que habría intercambiado las monedas por “activos más manejables, como oro, plata o papel moneda.”
Un análisis inicial de las monedas sugiere que fueron acuñadas en la época correspondiente a la dinastía Song (960-1279). La gente que vivía en esta región estaba pasando por tiempos difíciles cuando fueron escondidas estas antiguas monedas. La emigración y la guerra eran entonces fenómenos frecuentes, y parece que las monedas a menudo eran rápidamente enterradas a fin de protegerse contra estos problemas.
Labores de excavación de las monedas. (jxnews.com.cn)
La dinastía Song también fue testigo de la aparición de los billetes de banco en China. Esto sucedió entre los años 600 y 1455. Para la época de la dinastía Ming, los billetes se fabricaban con papel de corteza de morera hecho a mano e impreso utilizando un bloque de madera tallada, lo que como señala Theodoros, escritor de Ancient Origins, era “una tecnología que ha desempeñado un importante papel a lo largo de la historia de China”.
En el año 2016, Ancient Origins informaba de que un raro billete de la dinastía Ming había sido descubierto oculto dentro de una escultura china de madera conocida como un Luohan. Este billete había sido estampado con tres sellos rojos oficiales, y advertía con amenazas a los eventuales falsificadores. En una nota inscrita en su sección inferior se podía leer lo siguiente:
“Autorizado por el Departamento de Finanzas, este billete de banco tiene la misma función que las monedas. Aquellos que utilicen billetes de banco falsificados serán decapitados, y su delator será recompensado con 250 Liang de plata y todas las posesiones del criminal. Tercer año del reinado de Hong Wu.”
Ejemplo de un antiguo billete de banco chino. Éste en concreto data de la dinastía Ming (1368 – 1644). (Dominio público)
Feng apuntaba además que la limpieza, pesaje y clasificación de las monedas llevarán unos dos o tres años. Entonces posiblemente puedan revelarse nuevos detalles sobre el origen y la naturaleza de las piezas.
Imagen de portada: Algunas de las monedas de la dinastía Song halladas recientemente bajo una casa de la ciudad china de Jingdezhen, condado de Fuliang, provincia de Jiangxi. Fotografía: xnews.com.cn
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso. 

La hibridación con Neandertales reintrodujo ADN 'perdido' en los humanos modernos

Foto: Determinado ADN antiguo se perdió cuando los humanos modernos (cráneo humano en el fondo) emigraron de África, pero fue "encontrado" nuevamente cuando hibridaron con los neandertales (cráneo en primer plano).

Cuando los neandertales se aparearon con los humanos modernos, compartieron algo más que un momento íntimo y su propio ADN. También devolvieron miles de antiguas variantes de genes africanos que los Homo sapiens euroasiáticos habían perdido cuando sus antepasados se extendieron fuera de África en pequeñas bandas hace entre 60.000 y 80.000 años. Restaurada en su linaje, esta diversidad genética puede haber sido un regalo para los Homo sapiens eurasiáticos mientras se diseminaron por el mundo. Sin embargo, algunas de estas variantes africanas son una carga hoy en día: parecen aumentar el riesgo de adicción a la nicotina y provocar obesidad.

En conferencias llevadas a cabo la semana pasada, en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Genética Humana, un equipo de investigadores anunció que algunas variantes genéticas neandertales heredadas por los humanos modernos fuera de África no son propiamente genes neandertales, sino que provienen de la condición humana ancestral. El trabajo resalta la cantidad de diversidad genética que se perdió cuando los humanos modernos pasaron por un cuello de botella genético al salir de África.
“Los humanos modernos dejaron atrás, en África, muchas variantes genéticas beneficiosas", dice el genetista evolutivo Tony Capra (izquierda), de la Universidad Vanderbilt, en Nashville. “La hibridación con los neandertales proporcionó la oportunidad de recuperar algunas de esas variantes, aunque con muchos alelos de neandertal potencialmente débiles también".

Su equipo encontró las antiguas variantes africanas cuando examinaron los genomas de más de 20.000 individuos del Proyecto 1000 Genomas y en el registro del banco de datos electrónicos de salud Vanderbilt's BioVU. Pronto notaron un patrón extraño: los estiramientos de los cromosomas heredados de los neandertales también llevan alelos antiguos, o mutaciones, que se encuentran en todos los africanos que estudiaron, incluidos los pueblos Yoruba, Esan y Mende. Los investigadores encontraron 47.261 de estos alelos reintroducidos en los genomas de los europeos y 56.497 en los asiáticos (pues tienen más ascendencia neandertalque los europeos). En los euroasiáticos estos alelos solo se encuentran junto a los genes neandertales, lo que sugiere que todo este ADN se heredó al mismo tiempo, cuando los antepasados de los eurasiáticos se aparearon con los neandertales hace aproximadamente 50.000 años.

"La explicación más plausible es que estos alelos representan la condición humana ancestral, heredada por los neandertales y los humanos modernos en África de su ancestro común", dice Capra. Cuando los seres humanos modernos emigraron fuera de África, su pequeño número poblacional resultó un cuello de botella genético en el que perdieron muchos alelos que permanecían en poblaciones más grandes del continente africano. Más tarde, los neandertales reintrodujeron estos alelos, junto con distintos genes neandertales, en los ancestros de los eurasiáticos, aduce Capra. Algunos de estos alelos antiguos fueron beneficiosos, tal como uno que impulsó la respuesta inmune.
Pero los humanos de hoy en día podrían preferir haberse desprendido de algunos de ellos. Hasta ahora, el equipo de Capra ha encontrado tres variantes funcionales, las cuales están asociadas con la adicción a la nicotina, la obesidad y la pigmentación de la piel.

"Los datos de que los neandertales ayudaron a recuperar parte de la diversidad ancestral perdida de los humanos modernos son muy convincentes", comenta el genetista Mait Metspalu (derecha), del Biocentro Estonia, en Tartu, quien escuchó las conferencias.

Otros genetistas en la reunión se centraron en los "desiertos" del ADN, donde los humanos modernos no heredaron ADN de los neandertales o de otros humanos arcaicos. Una de estas regiones incluye el gen del lenguaje, FOXP2.

Esto sugiere que en nuestros antepasados, la selección natural eliminó la versión neandertal de este gen. Utilizando software estadístico que evalúa la expresión génica basada en el tipo de gen, la estudiante de posgrado de Vanderbilt, Laura Colbran (izquierda), descubrió que las versiones neandertales de este gen habrían bombeado una cantidad mucho menor de proteína FOXP2 que la expresada en cerebros modernos.
En personas actuales, una mutación rara es lo que provoca que miembros de una familia produzcan la mitad de la cantidad habitual de la proteína FOXP2 desencadenando graves defectos en el habla, señala Simon Fisher (derecha), director del Instituto Max Planck de Psicolingüística, en Nijmegen, Países Bajos, quien descubrió este gen. La expresión del gen FOXP2 puede ser clave para el lenguaje, dice Fisher.

Fuente: sciencemag.org | Ann Gibbons | 23 de octubre de 2017

Explorando la antigua Babilonia: Placa de terracota con un soberano a subasta

¿Qué te viene a la mente cuando escuchas el nombre "Babilonia"? ¿El Jardín del Edén, el diluvio bíblico, los Jardines Colgantes de Nabucodonosor, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo? Una placa de terracota babilónica única que proporcionó una visión de la antigua Babilonia ha salido a subasta en la plataforma de subastas online Catawiki, y su equipo de expertos en hallazgos arqueológicos están encantados de compartir su historia con vosotros.

Una civilización ribereña

Los griegos se referían a ella como la tierra entre los dos ríos o Mesopotamia. Estaba entre el Tigris y el Éufrates del Iraq moderno. Incluso el fango de los ríos jugó un papel importante en el desarrollo del primer sistema de escritura utilizado inicialmente para la administración agrícola - la escritura cuneiforme. Los ladrillos de barro se grabaron con un punzón de madera o caña para crear los símbolos familiares en forma de cuña del primer lenguaje escrito registrado. Estos ladrillos de arcilla se hornearon para formar un archivo permanente de la administración de los estados de la ciudad como Babilonia y Ebla. Increíblemente, las culturas mesopotámicas incluso hicieron sobres de barro cocido para su correspondencia y estos simples documentos administrativos son ahora muy valiosos para los coleccionistas.

Lo más significativo para los eruditos del antiguo Oriente Próximo son los descubrimientos, como la traducción de un relato temprano del mito de las inundaciones. Las tabletas de arcilla cuneiforme fueron adaptadas para usos múltiples, no solamente textos contables y administrativos. Bibliotecas enteras han sobrevivido para darnos una idea del funcionamiento de la antigua civilización del Oriente Próximo.

Placa de arcilla

En Catawiki, una antigua placa de arcilla babilónica que representaba a un rey, fue ofrecida a subasta. Podemos identificarlo como rey por su característico casco con forma de colmena y con cuernos; grueso, barba rizada y manto de estilo pastoril. El dios-rey lleva un tridente en su mano derecha, y es posiblemente una representación del rey como Ninazu, una deidad del inframundo. Como el Osiris egipcio, este dios es, a la vez, dios de la agricultura y del inframundo.


Aunque su altura es de apenas 10 cm, esta placa de terracota es una imagen poderosa. Esta pieza pertenece a una colección privada muy bien documentada de Madrid y es una oportunidad única para que los coleccionistas posean una imagen real semidivina de la cultura babilónica antigua, de aproximadamente el año 2000 a. C.


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El Mesolítico de Villena en la vanguardia de la arqueología en Europa

Un proyecto financiado por el Consejo Europeo de Investigación estudia en yacimientos de Villena la demografía de los últimos cazadores y recolectores de la prehistoria

Desde el pasado marzo el Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social ha venido desarrollando en Villena un proyecto de investigación sobre la demografía de las últimas poblaciones de cazadores y recolectores de la Prehistoria y cómo el cambio climático afectó al grupo. Este estudio, financiado por El Consejo Europeo de Investigación con una ayuda económica que asciende a 1.460.000 euros, supone un impulso en el conocimiento y puesta en valor del patrimonio prehistórico de la ciudad alicantina, generando oportunidades de trabajo para jóvenes arqueólogos de la comarca.


Bajo la mirada del Castillo de la Atalaya, durante el frío invierno de 1963, cuando la tarea encomendada era acometer unas obras en un solar de Villena, llegaron de forma repentina los regalos de Navidad: se encontró el Tesoro de Villena. Uno de los principales hallazgos arqueológicos de oro de España. Está custodiado en el Museo Arqueológico José María Soler, ubicado en los bajos del mismo ayuntamiento. Una auténtica maravilla que tiene más de 3.000 años de antigüedad y que hace algo más de 60 forma parte del patrimonio de nuestro país. Y es que si por algo es famosa Villena es por su gran riqueza arqueológica. Uno de los yacimientos de referencia es el de Cabeza Redondo, un poblado de la Edad del Bronce de unos 3.500 años de antigüedad. Sin embargo, hay otros periodos anteriores que hasta ahora no se habían podido estudiar con profundidad.


Desde primeros de marzo el IPHES, Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social, ha venido desarrollando en la localidad un proyecto de investigación sobre la demografía de las últimas poblaciones de cazadores y recolectores de la Prehistoria que consiste en la reconstrucción de las dinámicas demográficas durante el periodo que transcurre desde el final de la última glaciación hasta la aparición de la agricultura.

Un etapa que según el director de este proyecto, Javier Fernández-López de Pablo “era muy interesante porque los grupos de población eran muy pequeños y se tuvieron que enfrentar a situaciones de cambios climáticos y ambientales muy dramáticos. En este proyecto intentamos averiguar cómo estos cambios afectaron al tamaño de la población y a los procesos de transmisión cultural”. Un programa que comenzó en octubre de 2016, aunque los trabajos de campo, que terminarán en dos semanas, se iniciaron el pasado marzo. Durante estos cinco primeros meses se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Arenal de la Virgen, que cuenta con restos de un campamento de la época del mesolítico de hace unos 9.000 años de antigüedad, y en Casa Corona, donde se han encontrado restos del mismo período y de otros de la Prehistoria más recientes. Según Javier Fernández “durante estos meses hemos trabajado en estos yacimientos. Durante los próximos años estudiaremos lo que hemos obtenido de las nuevas excavaciones”.

Un proyecto arqueológico que tendrá una duración total de cinco años y que está financiado por el Consejo Europeo de Investigación, el órgano más prestigioso que subvenciona este tipo de estudios en toda Europa. En la actualidad, en España, solamente hay otros dos que cuentan con este tipo de ayuda. En este caso es de 1.460.000 euros, y estará dirigida, sobre todo, a la contratación de personal investigador.


Los resultados tendrán grandes implicaciones en Villena. Por un lado, una inyección de recursos y de dinero público destinados al conocimiento del patrimonio arqueológico local. Por otro lado, se contribuye al fomento de la empleabilidad.

Además de un amplio equipo formado por 14 personas, entre ellas investigadores, especialistas en geoarqueología o en reconstrucción paleoambiental, también se ha contado con 20 estudiantes voluntarios de varias universidades españolas y con la contratación de personal recién licenciado de Villena, Novelda y Biar con el objetivo de que, según las palabras de Javier Fernández, “conozcan y tengan la oportunidad en los inicios de su carrera profesional de entender el tipo de arqueología que se está llevando a cabo en la localidad. Este trabajo nos ha dado la oportunidad de ofrecer empleo a otros investigadores o arqueólogos más jóvenes que se están formando”.

Este proyecto ampliará el conocimiento sobre la herencia histórica de Villena. Las conclusiones resultantes de este estudio formarán parte de la propia cadena de valor del patrimonio histórico de la localidad.

La primera víctima de un tsunami murió en Papúa Nueva Guinea hace 6.500 años

Cráneo de Aitape, de 6.500 años de antigüedad, encontrado en Papúa Nueva Guinea

Después de haber estado estudiando un cráneo humano que se encontró en Papúa Nueva Guinea en 1929, expertos de universidades estadounidenses, Australia y Nueva Zelanda han llegado a la conclusión de que perteneció a una persona que había muerto hace unos 6.500 años, víctima de un tsumani, según informa la revista científica PLoS One.

Los restos óseos se encontraron en un pequeño pueblo de 18.000 habitantes en la costa norte de la isla, cerca de la ciudad de Aitape, en la provincia de Sandaun. Inicialmente, los restos se atribuyeron a la especie Homo erectus, el antepasado del Homo sapiens, que vivió desde hace 1,9 millones de años hasta hace 70.000 años.

Los encontró el geólogo australiano Paul Hossfeld sepultados en un manglar que se conoce como Paniri Creek, a los pies de las montañas Torricelli, a unos 12 kilómetros hacia el interior de la laguna Sissano. Hossfeld describió la zona, pero nunca llegó a tomar muestras de ella.

Los investigadores siguieron estudiando tanto la muestra ósea, que situaban en el Pleistoceno tardío, justo cuando se calcula que los humanos aparecieron en África, como el espacio donde fue encontrada. Y ahora han confirmado que se trata de la primera víctima conocida de un maremoto.


”Los huesos habían sido bien estudiados, pero se había prestado poca atención a los sedimentos donde fueron desenterrados”, dijo James Goff (izquierda), de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en declaraciones a la BBC.

Los arqueólogos han comparado los sedimentos del área donde se encontró el cráneo con el suelo de una región cercana afectada por un devastador tsunami en 1998 que acabó con la vida de unas 2.000 personas, y así han descubierto que la zona de Aitape sería, en aquella época, una laguna costera.

Ubicación del sitio y los restos óseos encontrados. / PLoS One

“Con las pruebas que tenemos a mano, estamos bastante convencidos de que esta persona es la víctima de tsunami más antigua que se conoce, o su tumba fue desplazada por culpa de uno, lo que llevó a su cabeza, pero no al resto del cuerpo, a quedar enterrada de forma natural donde luego permaneció sin descubrirse durante miles de años”, añade Goff.

“Lo que hicimos fue tomar muestras para realizar un análisis en el laboratorio que nos diera más información sobre la edad y la historia de la zona”, asegura Mark Golitko (derecha), de la Universidad de Notre Dame, Indiana. Al comparar los resultados de los sedimentos con los de la zona afectada por un maremoto en 1998 descubrieron “similitudes geográficas” y unos organismos microscópicos del océano que demostraban que los lugareños habían experimentado tsunamis durante miles de años.

Los investigadores aseguran que esta región del Pacífico está marcada por una historia de maremotos “catastróficos" que "han causado muertes, abandono de los asentamientos costeros, desplazamiento de personas, pérdida generalizada de recursos costeros, inicio de guerras, desmoronamiento de las rutas comerciales y un rico historial de las tradiciones orales. Más de 3.000 personas murieron en 1998 cuando un tsunami golpeó la región cerca de Aitape".

Demostración de ello es que en el valle de Aitape, los poblados a mediados del Holoceno se encontraban alrededor de 12-14 kilómetros hacia el interior de la costa actual. Pero la isla de Papúa Nueva Guinea ha estado ocupada al menos durante los últimos 35.000 años, aunque hay pocas evidencias arqueológicas.

Explican que hace entre 6.000 y 7.000 años, la estabilización del nivel del mar en la isla permitió a los pobladores del lugar resituarse en hábitats costeros y abandonar las cordilleras Bewani, Torricelli y Barida, donde se refugiaron durante la época de mayor amenza de tsumanis.

El equipo de campo en Aitape, dirigido por Ethan Cochrane y Mark Golitko.

Equilibrar el riesgo y la recompensa

El descubrimiento ayudará a los antropólogos a entender cómo las personas se adaptan y prosperan en las áreas costeras que están sujetas a estos peligros naturales, y por qué optaron por mudarse a esas áreas y permanecer allí a pesar de los peligros ambientales.

"Podría ser porque la costa norte de Nueva Guinea también es muy productiva en este momento en términos de recursos alimenticios", explicó Ethan Cochrane, profesor de la Universidad de Auckland (izquierda).
"Entonces tal vez las personas están equilibrando el riesgo y la recompensa de los alimentos. Comprender este tipo de compensaciones adaptativas será clave para mitigar el riesgo y garantizar los medios de subsistencia de las poblaciones costeras de hoy", agregó.

Fuentes: elperiodico.com | edition.cnn.com | 27 de octubre de 2017

Localizados dos campamentos romanos en Manzaneda y Petín (Orense)

Vista aérea tomada por los investigadores del campamento romano de Penedo dos Lobos, en Manzaneda, Orense.

El grupo de investigación RomanArmy.eu, que en abril pasado daba a conocer la localización de un campamento romano en el concello de Verín, en el lugar conocido como Auteiro de Arnás, en la parroquia de Tamagos, acaba de publicar en la revista de arqueología "Gallaecia", de la Universidad de Santiago, el hallazgo de otros dos campamentos romanos en la provincia de Orense, que se encuentran situados en los concellos de Manzaneda y el otro en Petín.
El artículo "Hallazgos arqueólogos recientes para el estudio dela presencia militar romana en el oriente gallego" está firmado por los investigadores José Manuel Costa, Joao Fonte, Manuel Gago, Andrés Menéndez y Valentín Álvarez. Los dos primeros trabajaron en el yacimiento que se localizó en Verín, dentro de un ambicioso proyecto que tiene como finalidad profundizar en la presencia militar de los romanos en el noroeste peninsular.

Huellas del campamento militar romano en Tamagos, Verín, Orense.

"Mientras trabajábamos en Verín, una persona contactó con nosotros para informarnos de que en Manzaneda había algo que nos podía interesar, citándonos concretamente el lugar conocido como Penedo dos Lobos", cuenta José Manuel Costa, arqueólogo director de la investigación. El tema les interesó y realizaron una investigación del lugar mediante fotografía aérea, llegando a la conclusión de que "sí había algo. Y cuando estábamos trabajando en el yacimiento de Manzaneda, surgió lo de Petín".

En el Penedo dos Lobos localizaron un recinto a casi 1.500 metros de altitud y muy cerca de la estación de montaña. Tiene alrededor de 2,4 hectáreas de superficie, en la que se aprecian los terraplenes que delimitan las zonas defensivas del terreno, muros y foso. Podía acoger en su interior a alrededor de 1.500 legionarios.

"Conserva las cuatro puertas de entrada, que tienen la forma de un cuarto de circunferencia, característica de los romanos y está construido con un parapeto pétreo. Es uno de los pocos ejemplos de la península ibérica que no emplea tierra en su construcción", señala José Manuel Costa, quien se muestra sorprendido por la excelente conservación del conjunto y afirma que "es una auténtica joya".

O Penedo dos Lobos (Manzaneda, Ourense). Lienzo Oeste (arriba) y 'clauicula' Norte (abajo)

Cabeza do Pau, en Petín

El recinto de Cabeza do Pau, en Petín, está situado en la cumbre de un monte, a más de 1.200 metros de altitud, entre las parroquias de Mones y Santoalla do Monte. También dispone de un parapeto de piedra y está rodeando la cumbre, dominando todo el contorno y también se encuentra muy bien conservado. El parapeto delimita una zona de 11 hectáreas, aunque la superficie útil de acampada es mucho menor.


Eslabones para explicar su presencia

El reto que se plantea ahora a los investigadores que participan en el proyecto es dilucidar cuál era el motivo que llevó a las tropas romanas a puntos como Penedo dos Lobos, en Manzaneda, y Cabeza de Pau, en Petín. "Es el gran reto que tenemos ahora, saber cuándo estuvieron allí y por qué", afirma José Manuel Costa. "No sabemos si se hizo durante la conquista o para consolidar después la conquista. Estamos buscando eslabones para explicar su presencia", asegura.

Salvo los parapetos, terraplenes y fosos ya localizados, se desconoce qué otros restos puede haber en los campamentos. "Posiblemente eran tropas que estuvieron allí poco tiempo; semanas o meses, por lo que será muy difícil de hallar otros restos. Todo está a expensas de nuevos estudios. La zona está cubierta por la vegetación, pero lo positivo es el excelente estado de conservación de los dos yacimientos", concluye Costa.

Este es el nuevo reto del grupo Romanarmy.eu, que reúne a arqueólogos profesionales, investigadores y profesores universitarios de Santiago, Oviedo, Braga, Durhan, Exeter, Edimburgo, Newcastle o Leiden. Su objetivo en este proyecto es determinar la presencia del ejército romano en el noroeste de la península durante la época de la conquista e invasión de Hispania.

Fuente: laregion.es | 25 de octubre de 2017